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Te fuiste vieja, sin avisar y sin nada, como temiendo molestar

Mirá que consideraciones ahora, después que me fregabas tanto todos los días eh!
Recordás? ¡Por qué tanta juerga hijo, de boliche en boliche, mañana hay que madrugar!
Y yo nada… hasta que me botaron… seis meses de para viviendo de tu pensión.

Cuántas veces deseé no oírte! … Y se cumplió! Como siempre, como con Mina
La piba del sesenta y seis, no te conviene decías, no te conviene es una gata de mala leche
Y qué si no! Te dije, ya tengo edad para decidir… y sí, fue con lo único que me dejó la edad y la
experiencia, porque se gastó hasta el último peso que tenía y luego me dejó por Aníbal el viejo de
la farmacia
Cuánta razón tenías vieja! Cuánta, aunque no estés aquí para oírlo!

Sin embargo siempre, cuando el viejo te decía que yo era un vago… te amargabas viste? Y gritabas
que no, que era medio desorientadito, pero que ya iba a sentar cabeza, que me tenías fe, me
tenías fe vieja, siempre me la tuviste, más de la que yo mismo me la tuve nunca!

El día en que Rufino se olvidó del mate…


Ariel Idez

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