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Guerra hispano-estadounidense

Fecha 25 de abril-12 de agosto de 1898


(3 meses y 17 días)

Lugar Mar Caribe y océano Pacífico

Resultado Tratado de París. Victoria de Estados Unidos

Consecuencias  Fin del Imperio español en América y Asia.

 Ocupación de Filipinas por EE. UU. e inicio de la Guerra filipino-


estadounidense

Cambios territoriales  Ocupación de Cuba por EE. UU.


 Ocupación de Puerto Rico por Estados Unidos.
 España cede a Guam y las Filipinas a los Estados Unidos por 20 millones de dólares

Beligerantes
 Estados Unidos  España

 Independentistas cubanos

 Independentistas filipinos123

Fuerzas en combate
4
 300 000 (regulares y voluntarios)
 339 7835 (regulares y voluntarios)
—Cuba: 278 447
—Puerto Rico: 10 005
—Filipinas: 51 331

La guerra hispano-estadounidense fue un conflicto bélico que enfrentó


a España y Estados Unidos de abril a agosto de 1898, al intervenir Estados
Unidos en la guerra de Independencia cubana (1895-1898). La derrota de
España y la consiguiente pérdida de sus últimas colonias de ultramar dieron
lugar en España a la expresión «Desastre del 98».10
Tras su derrota, España perdió Cuba (que quedó bajo tutela de Estados
Unidos), Puerto Rico, Filipinas y Guam, que pasaron a ser dependencias
coloniales de Estados Unidos.
El resto de posesiones españolas del Pacífico fueron vendidas al Imperio
alemán mediante el tratado hispano-alemán del 12 de febrero de 1899, por el
cual España cedió al Imperio alemán sus últimos archipiélagos —
las Marianas (excepto Guam), las Palaos y las Carolinas— a cambio de 25
millones de pesetas (17 millones de marcos), ya que eran indefendibles por
España.
El siglo XIX representó para el Imperio español un claro declive, mientras que los
Estados Unidos pasaron de convertirse en un país recién fundado a ser una
potencia regional media.
En el caso español la decadencia, que ya venía de siglos anteriores, se aceleró
primero con la invasión napoleónica, que a su vez provocaría la independencia
de gran parte de las colonias americanas, y posteriormente la inestabilidad
política (pronunciamientos, revoluciones, guerras civiles...) desangraron al país
social y económicamente.
La difícil defensa española de las colonias ultramarinas se puso de manifiesto
durante la crisis de las Carolinas en 1885.11 En cambio, a lo largo de ese siglo
EE. UU. se expandió por vía económica (compra de territorios
como Luisiana, Alaska...) como militarmente (guerra contra México, lucha
contra los pueblos indígenas...) además de recibir gran cantidad de inmigrantes.
Ese proceso se interrumpió unos años por la guerra civil estadounidense y
la Reconstrucción,12 pero la aparición de EE. UU. como nueva potencia era
incuestionable.
Las tensiones por Cuba entre España y EE. UU. se llevaban teniendo desde
los años 1870 (como el incidente del Virginius). España se encontraba en una
hipotética guerra contra EE. UU. en clara desventaja tanto en el aspecto militar
(tamaño y capacidades de las flotas de guerra, además de que España llevaba
años luchando contra guerrillas de independentistas), el demográfico (en 1890
EE. UU. tenía más de 62 millones de habitantes por unos 18 millones en
España), el geográfico (EE. UU. luchaba cerca de su territorio, mientras que
España tenía que mandar tropas al otro lado del planeta, a Cuba o Filipinas), el
económico-industrial (EE. UU. tenía grandes zonas industrializadas, mientras
que España era principalmente agrícola). Sin embargo la agitación nacionalista
española, en la que la prensa escrita tuvo una influencia clave, provocó que el
gobierno español no pudiera ceder y vender Cuba a EE. UU. como por ejemplo
antes había vendido Florida a ese país en 1821. Si el gobierno español vendía
Cuba sería visto como una traición por una parte de la sociedad española y
probablemente habría habido una nueva revolución.13 Así que el gobierno
prefirió librar una guerra perdida de antemano, antes que arriesgarse a una
revolución, es decir optó por una «demolición controlada» para preservar
el Régimen de la Restauración.14
La guerra fue relativamente breve. La explosión del acorazado Maine el 15 de
febrero de 1898 fue el casus belli de esta guerra. Aún hoy se sigue discutiendo si
fue un accidente, un ataque intencionado español o un ataque de «bandera
falsa» de los propios estadounidenses. Entonces la opinión pública
estadounidense, convenientemente agitada por sus medios de comunicación
(como la prensa amarilla), clamaba venganza y la guerra se declaró oficialmente
un mes después. Aunque para las tropas estadounidenses la lucha en territorio
cubano no fue tan favorable como se esperaban (batalla de El Caney y batalla de
las Colinas de San Juan), las dos incontestables victorias navales
estadounidenses (la batalla naval de Cavite en Filipinas el 1 de mayo, y la batalla
naval de Santiago de Cuba el 3 de julio) provocaron que el gobierno español
pidiera en verano negociar la paz, que por intermediación de Francia, se
plasmaría en el Tratado de París el 10 de diciembre. Las últimas colonias en el
océano Pacífico se venderían al año siguiente al Imperio alemán por ser
indefendibles.
La derrota y pérdida de los últimos vestigios del Imperio español (salvo
posesiones africanas) fue un profundo shock para la psique nacional de España
y provocó una profunda revaluación filosófica y artística de la sociedad española
conocidos como el «Regeneracionismo» y la «Generación del 98».1516 Estados
Unidos ganó varias posesiones insulares en todo el mundo, lo que provocó un
polémico debate sobre un país que oscilaba entre el aislacionismo y
el expansionismo.17 Poco tiempo después, en febrero de 1899, estalló la guerra
filipino-estadounidense (1899-1902), en la que los filipinos se enfrentaron a las
fuerzas estadounidenses que pasaron a tomar posesión del archipiélago

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