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SÍNTESIS “CONFESIONES”

AGUSTÍN DE HIPONA

Es una autobiografía singular que también puede ser leída como un itinerario
espiritual de un hombre en la búsqueda de la verdad y que comienza con una sublime
alabanza a Dios, reconociendo su grandeza y majestad para llevarnos casi
inmediatamente a un viaje retrospectivo por su infancia, pubertad, adolescencia y
madurez. De su infancia y juventud deja al desnudo su profunda sinceridad al confesar
hurtar unas peras junto a un grupo de amigos, como también declarar los pecados más
lujuriosos mientras estudiaba retórica en la ciudad de Cartago. Sufre la muerte de su
mejor amigo cristiano que lamenta profundamente. Es en este ambiente que se une a
la secta de los maniqueos, dejando las enseñanzas de su madre Mónica, que desde su
niñez lo instruyó en las Santas Escrituras. Convive con una mujer durante este período
sin llegar al matrimonio. Se decepciona de Fausto, líder del maniqueísmo y abandona
la secta. Viaja a Roma donde enferma gravemente y se recupera agradeciendo las
oraciones de su madre y es enviado a Milán como catedrático y es recibido por el
obispo San Ambrosio, quien le instruye eficazmente en el cristianismo. Inquieto y
orando escucha la voz de un niño(a) cantando “toma y lee”, y es guiado por el Espíritu
a leer la Epístola a los Romanos 13:13,14, iniciando la más hermosa conversión. Fallece
su madre y renuncia a la cátedra para dedicarse a escribir.

Boris Villalobos P.
Historia Eclesiástica I

Viña del Mar, 6 de noviembre de 2020.


Evaluación Crítica
Confesiones Agustín de Hipona

Confesiones, es una sublime e inspiradora autobiografía que ha trascendido el


tiempo, las culturas, las generaciones como ninguna otra. Es una profunda salmodia
narrativa que invoca de continuo la presencia de Dios en cada uno de sus capítulos,
que nos lleva a mirar nuestra bajeza como pecadores y a la vez nos eleva hasta el
mismo cielo para contemplar su gloria y majestad.

Es difícil no ser conmovidos por sus relatos, pero no desde la emocionalidad


superficial de un testimonio, sino más bien por la profundidad de su contenido, que
estremece nuestro espíritu porque nos identificamos con él. Somos Agustines en la
intimidad de nuestras conciencias, nos identificamos plenamente con su hombre
interior que no puede satisfacerse a sí mismo con nada, somos Agustines en el lodo y
en el cielo. Creo que nos interpreta a todos los que han tratado de alcanzar a Dios con
sus fuerzas y progresos sin lograrlo, porque no dependía de nosotros, ni de nadie más
que de ÉL.

Me emocionó profundamente el pasaje cuando el niño o la niña cantaba “toma


y lee” y luego empujado a abrir Romanos 13: 13-14, lo comprendió todo, porque era
Dios mismo hablando a su espíritu. En lo personal me ocurrió una vez cuando leyendo
la Biblia como como cualquier libro desde el Génesis en adelante hasta llegar a
Deuteronomio, y me dije; no puedo seguir sin comprender nada. Después de unos días
abrí al azar las Escrituras y saltó a mis ojos un versículo que reordenó mi
entendimiento en un momento y develó mis dudas respecto a todo. Pensé, Dios está
aquí y seguirá enseñándome así cada día. Así ha ocurrido frecuentemente a muchos,
de diferentes formas y en distintas épocas, Dios Soberano tiene un tiempo y lugar para
cada uno y abrirnos la cortina de los cielos un poco.

No puedo dejar de mencionar a Mónica su madre, que con su profunda piedad


y fe nunca cedió al desánimo y permaneció hasta ver a su hijo convertido al
cristianismo. Pienso que este libro debiera ser recomendado en forma especial para las
madres, para que no desmayen y sean infundidas por el Espíritu Santo a perseverar en
la oración y discipulado de sus hijos.

Por último, quiero destacar la narrativa del libro, es una obra de arte, un
poema a un Dios lleno de misericordia, una mezcla perfecta de salmos, cartas de Pablo
y experiencias profundas del espíritu humano, ensambladas de tal forma que
encadena los sucesos con una armonía que sólo Dios pudo haber hecho y que hoy
podemos disfrutar.

Boris Villalobos
Historia Eclesiástica I

Viña del Mar, 6 de noviembre 2020.

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