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Tema 8 - La Evaluacion de Programas Informatizados
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Tema 8 - La Evaluacion de Programas Informatizados
481-491
LA EVALUACIÓN DE PROGRAMAS
INFORMATIZADOS
Víctor Álvarez Rojo, Eduardo García Jiménez, Javier Gil Flores, Soledad Romero Rodríguez
y Javier Rodríguez Santero
1 Esta evolución queda claramente descrita en los trabajos de Taveira Silva y Noguer Gelma (1999) y
Marco Taverner (1995).
482 V. Álvarez Rojo, E. García Jiménez, J. Gil Flores, S. Romero Rodríguez y J. Rodríguez Santero
2 Harris-Bowlsbey, 1991; Marco Taverner, 1995; Offer, 1997; Repetto et alt, 1994; Repetto y Malik, 1998;
Taveira Silva y Noguer Gelma, 1999. Se dedica una especial atención a ello en los monográficos del año 1984
de las revistas Journal of Counseling and Development y Measurement and Evaluation in counseling and Develop-
ment.
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cación de la acción orientadora. Así pues, como ha señalado recientemente Boy (1999),
es preciso examinar y cuidar con mucha atención la utilización del «libre acceso» a los
sistemas informáticos para que realmente cumplan su función orientadora. Entre las
condiciones que deben darse para un adecuado uso de los sistemas de orientación e
información asistidos por ordenador, Gati (1994) destaca las que se recogen a conti-
nuación:
1. Hay que tener en cuenta que toda la información —incluida la que proviene
directamente del/de la orientador/a— puede estar sujeta a una selección no
intencional.
2. Necesidad de hacer explícitas tanto las aspiraciones como los compromisos.
3. Necesidad de ofrecer sólo la información relevante.
4. Necesidad de evaluar la calidad del proceso de orientación.
5. Los/as profesionales de la orientación deben contribuir a un buen uso de los
sistemas informáticos a través de las siguientes acciones:
Estos requisitos llevan a una condición que se debe considerar como general: la
necesidad de planificar y evaluar el uso de los sistemas informáticos como parte de un
proceso más amplio e integral de la orientación, donde el protagonismo lo tiene la per-
sona destinataria y el/la orientador/a debe realizar su función de acompañamiento y
de experto/a en el proceso.
La evaluación del programa «ATANDO CABOS» persigue una doble finalidad. De una
parte, pretende determinar la valía del mismo como recurso instruccional destinado a
ayudar al estudiante a analizar sus estrategias de trabajo y sus carencias en relación
con las demandas académicas del estudio en la universidad. De otra parte, la evalua-
ción aspira a proporcionar la base informativa necesaria para adoptar decisiones de
mejora del propio programa. En nuestro planteamiento el primero de los objetivos
mencionados queda subordinado al segundo, puesto que el interés que para nosotros
tiene la emisión de juicios de valor acerca del programa es su utilidad como punto de
partida para decidir qué elementos y en qué sentido habrían de ser modificados. En
este sentido, cabría hablar de una evaluación orientada a la decisión (Stufflebeam y
Shinkfield, 1987), que en nuestro caso llevaría a eventuales modificaciones del progra-
ma en su presentación, estructura o contenidos.
Aunque estaríamos hablando fundamentalmente de una evaluación del diseño
del programa, a ella habría que añadir la evaluación de necesidades realizada con
anterioridad al desarrollo del programa y una evaluación de los resultados obteni-
dos con el mismo. Así, el programa «ATANDO CABOS» fue desarrollado para atender a
las necesidades detectadas en los alumnos universitarios en relación con sus méto-
dos de trabajo; el diseño del programa en cuanto a estructura y contenido se ha apo-
yado en los resultados del estudio empírico sobre exigencias del trabajo
universitario realizado en la Universidad de Sevilla (Álvarez, 2000). De igual modo,
tras la aplicación del programa «ATANDO CABOS» a una muestra de estudiantes se rea-
lizó una evaluación de los resultados obtenidos en dicho programa; esta evaluación
recoge las reacciones de los estudiantes después de trabajar con el programa, aunque
desde luego no sobre el aprendizaje efectivo realizado por éstos (sólo tenemos sus
apreciaciones) ni sobre el impacto del programa en su actividad dentro y fuera del
aula.
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Los criterios en función de los cuales se afirmará la valía del objeto sometido a evalua-
ción no son otros que la proximidad existente entre los términos que se someten a compa-
ración. Es decir, consideraremos que el programa «ATANDO CABOS» es valioso en la medida
en que su diseño, aplicación y resultados se ajusten a los propósitos para los que fue crea-
do, respondan a las necesidades de los alumnos universitarios en relación a la metodolo-
gía de trabajo o sigan las normas de calidad que se esperan para este tipo de programas.
En relación a esto último, cabría esperar que un programa posea, entre otras cuali-
dades, las que aquí enumeramos y consideramos como referentes para la evaluación.
Estos criterios han sido elaborados a partir de la literatura sobre evaluación de progra-
mas de orientación (Pérez Juste, 1992; Repetto, 1987) y teniendo en cuenta las caracte-
rísticas que debe poseer el software educativo (Marquès, s.f.).
escala de valoración sobre diferentes aspectos del programa, en la que los alumnos
deben responder utilizando una escala de cinco puntos —nada, muy poco, algo, bastante,
mucho— según consideren correctas en mayor o menor grado las afirmaciones conte-
nidas en cada uno de los 13 items propuestos. El conjunto de items recoge valoracio-
nes sobre el contenido del programa, su utilidad, la facilidad de uso o el formato
empleado.
Junto a la escala valorativa basada en afirmaciones que los alumnos deben valorar,
se incluyó una escala de diferencial semántico, constituida por 7 parejas de adjetivos
bipolares para los que se establecía una escala de siete puntos. Mediante este instru-
mento, los alumnos debían indicar su valoración sobre el interés, la utilidad, la clari-
dad, la facilidad, el agrado que produce y la comprensibilidad del programa. Además,
quedaba abierta la posibilidad de que el alumno expresase libremente sus opiniones
sobre el programa mediante una indicación final para que añadiera cuantas valoracio-
nes se estimen oportunas. Esta cuestión abierta ponía fin al cuestionario.
Los datos obtenidos por esos procedimientos fueron analizados utilizando estadís-
ticos descriptivos y de contraste paramétrico y no paramétrico. Además se realizaron
sendos análisis factoriales exploratorios para estudiar la estructura de la escala y la del
diferencial semántico.
1. Los contenidos del «ATANDO CABOS» se corresponden con las necesidades de los
alumnos en materia de métodos de trabajo: se ha observado una contingencia entre
los aspectos del diagnóstico inicial y los módulos de información desarrollados
en el programa.
2. Los contenidos del «ATANDO CABOS» son adecuados para alumnos universitarios de
primer curso: resultan claros, fácilmente comprensibles, y por tanto adaptados al
nivel de los sujetos destinatarios.
3. Las estrategias utilizadas se han adaptado satisfactoriamente al tratamiento de los con-
tenidos informativos: han facilitado el autoanálisis del alumno y su acceso a la
información.
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También habría que destacar dentro del apartado de diseño es que el programa,
dadas las características del propio soporte informático utilizado, ofrece un nivel expe-
riencia experiencial que podríamos considerar metafórico. No obstante, la aplicación
en grupos puede facilitar el análisis de casos y situaciones reales, cercanas a su cotidia-
nidad.
Entendemos que otras de las virtualidades del programa es la riqueza que puede
aportar si se utiliza en sesiones grupales, en las que el proceso de autoanálisis se vería
enriquecido por las aportaciones de los compañeros. Asimismo, habría que destacar la
importancia del acompañamiento del orientador, si es que existe, para profundizar en
el análisis que facilita el programa y ofrecer apoyo afectivo.
nes de los estudiantes: la satisfacción de los usuarios o sus percepciones sobre los
beneficios y utilidad del programa. En este sentido, podemos concluir que:
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