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Carlos S.

Assadourian

ee mre pt
Modos de
produccion,
Capitalismo y
subdesarrollo en
América Latina

Ediciones Nueva Visién


Publicado originalmente en Cuadernos del CEREN
no 7, Santiago de Chile, marzo de 1971.

La dura realidad del subdesarrollo recorre toda


la década latinoamericana de 1960. Para muchos
simboliz6 una estructura sujeta a la inminente
explosi6n, un riesgo y un peligro que sdlo podia
neutralizarse a través del desarrollo capitalista.
Para otros esta estructura explosiva significéd un
desafio de distinto signo: hacerla detonar para
superar el subdesarrollo a través del tinico cami-
no posible, el del socialismo.

Alrededor de las estructuras del subdesarrollo se


concentraron los gestos revolucionarios, los gran-
des proyectos partidarios, los rigidos organigra-
mas de la tecnocracia y de los militares. El mo-
delo guerrillero hacia el socialismo parte de una
experiencia excepcional, se sistematiza en los
aspectos militares, crea una teorfa para la lucha
continental y se encuentra con que la conducta
colectiva de las masas no sigue los rumbosespe-
rados. El modelo capitalista de desarrollo se ha-
© 1973 por Ediciones Nueva Visién, SAIC
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Estados Unidos. Las inversiones extranjeras —que Latina’ ofrece la ocasién para intentar algunas
debfan cumplir el papel de motor del cambio— reflexionescriticas sobre sus tesis fundamentales
concentradas en ciertos y determinadossectores
de la produccién, sdlo provocan un nuevo dese- EI modelo para el andlisis del subdesarrollo
quilibrio estructural y una apropiacién mayordel
excedente nacional. Asimismo, el paraiso de- Hay en la obra de A. G, Frank un principio basi-
sarrollista no era mas que una promesa a cumplir co que connote todo el texto y cuya Ifnea de
con el tiempo y entretanto no disminu/alas ten- fuerza se orienta y se estabiliza en esta direc-
siones sociales. La propuesta del cambio por la cion: desarrollo y subdesarrollo no pueden ser
violencia revolucionaria y la propuesta de una considerados “como productos de estructuras o
modificacién manteniendo el orden capitalista sistemas econémicos supuestamente diferentes, o
no se vieron coronadas porel éxito. Pero que- de supuestas diferencias en las etapas de creci-
maron etapas ideoldgicas a un ritmo vertiginoso miento econémico dentro de un mismosistema.
y corroyeron el mito ortodoxo de la revolucién Un dnico proceso histérico de expansi6n y desa-
democratico burguesa. rrollo capitalista en todo el mundo ha generado
simultaneamente —y continta generando— desa-
rrollo econdémico y subdesarrollo estructural”
En ese ondulante escenario latinoamericano un
(p. 21). Desde un punto de vista global este
libro de tesis radicales, polémico, un libro mili-
principio resulta inobjetable pero quizds podria
tante proyecté su influencia. Con Capitalismo y
ser reformulado de una manera mas explicita.
subdesarrollo en América Latina, A. G. Frank se
Al respecto cabe advertir desde un comienzo
situaba en el centro mismo del debate sobre la
que dentro del espacio mundial y de los espacios
encrucijada latinoamericana. Con sus tesis acerca
de la invariabilidad estructural del capitalismo y
nacionales, dentro de 10s sistemas econdmicos y
sociales duales, entre la opulencia y la miseria,
del subdesarrollo, atacaba simultdéneamente dos
los entourages son mera apariencia. Desarrollo
frentes, dos proyectos polfticos. La tesis de que
y subdesarrollo son los dos elementos de una to-
era posible superar el subdesarrollo dentro del
talidad que si bien presentan. determinadas pro-
sistema capitalista mundial y la tesis de la iz-
piedades especificas dependen, en lo esencial, de
quierda tradicional que proponfa un camino de
las caracteristicas de la totalidad; por lo mismo
liberaci6n teniendo como acompahante a una
cualquier modificacién en uno de los términos
pretendida “‘burguesia nacional”. Por si fuera supone una modificacién en el otro. Lo que no
pocoel andlisis de Frank se encuadra dentro de excluye que cada elementode esta totalidad, de
una completa revisién de cuatro siglos de histo-
este sistema mundial, tenga sistemas econémicos
ria latinoamericana, y modos de produccién particulares, es decir
LAG. Frank, Capitalismo y subdesarrollo en América
La nueva aparicién en castellano del texto com- Latina,
Editorial Signos, Buenos Aires, diciembre de 1970. Las
pleto de Capitalismo y subdesarrolio en América citas
corresponden a esta edicién.

8
donde la metrépoli se apropia del excedente
determinadas propiedades y procesos divergen-
econdmico de los satélites para su propio de-
tes —aunque de mutua dependencia— en lasIla-
sarrollo. Como en la anterior contradiccién
madas fases o “etapas de crecimiento econdmi-
esta polarizacién recorre a modo de cadena todo
co”. Este desfasamiento interdependiente entre
el sistema capitalista mundial, ‘‘desde su alto
los elementos del sistema total que conduce al
centro metropolitano mundial hasta cada uno de
desarrollo y subdesarrollo sugiere que este siste- los diversos centros nacionales, regionales, loca-
ma tiene una estructura interna a la cual cabe
aplicar una triple nocién: la de relacién-jerar les y empresariales” (p. 21). Cuando el satélite
queda incorporado al sistema capitalista mundial,
qufa-dominacién espacial.
paralelamente al proceso de apropiacion del ex-
cedente se opera un efecto corrosivo sobre las
Rescatando la nocién de totalidad, Frank expli-
estructuras tradicionales del satélite, pues “la
ca el “desarrollo econdémico y subdesarrollo es- expoliadora estructura metropoli-satélite organi-
tructural” mediante un modelo sumamente za y domina rapidamente la vida econdmica,
simplificado, que reposa sobre tres supuestos 0 politica y social de ese pueblo” e infunde “‘a
contradicciones internas del propio capitalismo.
laeconom/a nacionaldel satélite la misma estruc-
La primera, /a contradiccién de la expropiacién- tura capitalista y sus contradicciones fundamen-
apropiacién del excedente econdémico, destaca les” (p. 22). Al llegar a este nivel de planteos,
el cardcter permanentemente monopolista del Frank extrae unatesis subsidiaria que aparece
sistema capitalista mundial y nos remite a las constantemente en sus anilisis histéricos: ‘‘si
sucesivas apropiacionesdel excedente dentro del la condicion desatélite es la que engendrael sub-
espacio subdesarrollado y asu desemboqueenel — desarrollo, un grado mas débil o menor de rela-
esta relacién explo-
espacio desarrollado; ‘, . . es ciones metrdpoli-satélite puede engendrar un
tadora la que, a modode cadena, vincula las me- subdesarrollo estructural menos profundo o per-
trépolis capitalistas mundiales y nacionalesa los mitir una mayor posibilidad de desarrollo lo-
centros regionales (parte de cuyo excedente se cal” (p. 22).
apropian), y éstos a los centros locales, y asi a_
los grandes terratenientes 0 comerciantes que Cierra el modelo la contradiccién de la continui-
expropian el excedente de los pequefos campe- dad en el cambio. Segtin Frank ‘“‘el sistema
sinos o arrendatarios y, a veces, de éstos a los capitalista, a través de su expansidn y desarrollo
campesinos sin tierra a los cuales explotan a su en escala mundial, mantuvo en conjunto sues-
vez”’ (p. 19).
tructura esencial y engendré las mismas contra-
dicciones fundamentales” (pp. 23-24). Esta claro
La segunda contradiccién —para el autor la mas
que aun reconociendo los cambios y transforma-
importante— es rotulada como /a contradiccion
ciones histéricas Frank opta por poner énfasis en
de la polarizacién metrépoli-satélite. Se mani-
la continuidad de la estructura capitalista y en
fiesta en la existencia de dos polos, un centro su capacidad para producir subdesarrollo como
metropolitano y’varios satélites periféricos, y en
a]
10
a a
una manera .de contribuir ‘‘a la formulaci6n de aplica la recomendacion de Baran y Sweezy (tan
una teorfa general mas adecuada del desarrollo influyentes sobre su pensamiento) de preferir
economico capitalista y, particularmente, del “el concepto excedente al tradicional de plus-
subdesarrollo . . .” (p. 24). valfa de Marx”, cambio de terminologia que a
juicio de ambosautores ‘‘ayudara a hacer efectivo
Voy a atenerme estrictamente al modelo de el viraje necesario en la posicién teérica”?, A su
Frank, siguiendo también su mismo orden. El vez el reemplazo de términos comporta un cam-
concepto de la apropiacién de excedente econd- bio de perspectiva, y es asi que Frank al focalizar
mico (surplus) constituye una noci6én clave su andlisis exclusivamente en los fenédmenos de
—tedrica y analftica— para explicar los reales circulacién se desentiende de la esfera de la pro-
contenidos que conllevan las relaciones espaciales duccién y por lo mismo de la nocidén de plusvalia.
asimétricas en cualquier nivel: regional, nacional, Lo cierto es que el uso exclusivo de la nocion de
mundial. Por lo mismo, debe ocupar un lugar excedentey la sobreestimaci6n de los aspectos de
prioritario en todo anilisis destinado a entender la circulacion constituyen, por sus alcances tedri-
la larga historia del subdesarro/lo \atinoamerica- cos y analiticos, problemas que merecfan una
no. Sin embargo convendria hacer unas breves detenida atencién.
observaciones,
Se percibe también un vaciamiento histérico en
La nocién de excedente econédmico habfa sido la primera contradiccién. Por ejemplo, una
discusién sobre si corresponde aplicar el con-
percibida de maneras distintas por los mercanti-
listas, los fisidcratas y clasicos como Smith y Ri- cepto de p/lusval/a-surplus al andlisis econdmico
cardo, hasta que Marx encuentra su hasta enton- de América Latina entre los siglos XVI y XIX
ces oculta “estructura interna”. Para una habrfa obligado a hablar de tipos de producci6én
produccién capitalista especifica —no una pro- especfficos y no de un capitalismo genérico como
duccion genérica— Marx demuestra que el sur- hace Frank. Luego, si se elige aplicar la nocién de
plus nace en la esfera de ta producci6n al excedente habrfa sido necesario un examen a
determinar la categorfa de plusvalfa y se mani- fondo sobre sus formashistéricas de apropiacion
fiesta en el proceso de circulacién de mercancias, y uso.
Los conceptos anteriores de surp/us son transfor-
mados por Marx en el histérico conceptual de A estas omisiones lleva inevitablemente la
plusvalia-surplus, eleccién metodolégica fundamental* que im-
pregna todo el andalisis de Frank: no haber
Frank reemplaza el concepto de p/usvalia-surp/us 2p. A. Baran y P. M. Sweezy, E/ capital monopolista, Siglo
por el mds breve y distinto de surplus. Como no XXI, México. 1969, p. 13.
Ver asimismo P. A. Baran, La econom/a politica del crecimiento,
explicita las causas que le inducen al reemplazo F.C.E., México, 1959 y P. M. Sweezy, Teoria del desarrollo
se puede inferir —y esta es una suposicion— que capitalista, F.C.E., México, 1958.

12 13

— in a
I
tomado en cuenta la categoria modos de pro- (que encierra a su vez, como és sabido, otros
duccién® niveles de significacién) es objeto de un procedi-
miento de reduccidn a través del uso de los tér-
Veamos la segunda tesis, la contradiccién de la minos-clave que resuelven todo. Metr6poli-satéli-
polarizacién metrépoli-satélite. E\ contenido de te no est4 lejos de ser una formula exitosa puesto
esta tesis es que “la metrépoli expropia el exce- que opera comorespuesta ubicua frente a todos
dente econdmico de sus satélites y se lo apropia los problemas pero que, por lo mismo, repre-
para su propio desarrollo econdémico”, por lo. cual senta una forma de encubrimiento al relegar el
los satélites se mantienen subdesarrollados. An- dinamismo especifico de los fendmenos, al vaciar
tes de analizar el aspecto espacial econdmico, de sustancia y de historia una realidad mucho
habrfa que hacer dos consideraciones. La prime- mas rica y compleja. Implica también renunciar
ra alude a una cierta forma de pensamiento circu- a todas las herramientas que permitirfan perforar
Jar que esta en la base de este libro. Frank pre- las apariencias y desmitificar el sistema ca-
senta la primera y segunda contradiccién como si pitalista.
fueran dos categorias, cuando en realidad sus
contenidos refieren sdlo dos enfoques de un Asimismo pueden esbozarse algunas objecionesal
mismo problema: desde el punto de vista del aspecto econémico espacial de la segunda con-
proceso en el caso de la primera contradiccién y tradiccién, La mas simple, la menos técnica si
desde el punto de vista de los protagonistas de se quiere, es que ofrece un enfoque demasiado
ese proceso en el caso de la segunda. Vale decir, unilateral del problema. En ese verdadero efecto
se expresan como diferenciaciones esenciales lo de dominacién que posee |a metropoli sobre el
que no es sino diferencia en el nivel de observa- espacio periférico Frank visualiza muy bien el
cién de un fendmeno. En cuanto a la otra efecto de |a apropiacion de excedente, pero deja
consideracion, creo que hay que cuestionarseria- de visualizar el efecto que, a menudo, condiciona
mente el uso que hizo Frank de /a contradic- la existencia de aquél. Vale decir, deja de lado el
cion metrépoli-satélite cuando la proyecta como crecimiento econdmico que origina la unidad do-
categoria para el analisis de la estructura social minante con sus flujos sobre los otros conjuntos,
y las relaciones de produccién. Un problema tan flujos que el satélite internaliza como un impulso
riesgoso, tan pleno de significados para el andlisis acrear y realizar la plusvalfa —o el excedente—
histérico y para explicar el proceso coyuntural (Por supuesto que esta forma condicionada del
del presente comoesel del contenido econdmico crecimiento hay que razonarla como otro ele-
de la relacién entre las clases y grupossociales mento confirmativo de una teoria de la domina-
cién y del desarrollo metropolitano), Desde esta
3 Me permito sostener esta opinién, conociendo que A. G. perspectiva hay un concepto de F. Perroux que,
Frank rechazé dicha objecién cuando le fuera formulada nor
K. Puiggros. La discusién entre ambos en £/ Gallo /lustrado, manejado con cautela, se muestra particularmen-
México, 1965, Nos. 175 y 179; reproducida en /zquierda Nacio- mente eficaz para el andlisis de la historia econd-
nal, Buenos Aires, 1966, N° 3. mica de América Latina. Segtin Perroux, “el

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hecho burdo pero sdlido,es éste: el crecimiento satélite puede engendrar un subdesarrollo estruc-
no aparece en todaspartes a la vez; se manifiesta tural menos profundo o permitir una mayorposi-
en puntos o polos de crecimiento, con intensida- bilidad de desarrollo local”. Esta es unaafir-
des variables; se esparce por diversos canales y maci6n incorrecta que no guarda relacion objeti-
con efectos terminales variables para el conjunto va con los procesos histéricos concretos de
delaeconomia”.* Perroux reitera el cardcter fun- América Latina, desde el siglo XVI hasta el
cional y econémico de esa nocion al describir el XIX por lo menos. El error de la tesis subsi-
polo de crecimiento como ‘“‘un conjunto de uni- diaria deriva de que su autor omite considerar
dades motrices que eran efectos de arrastre sobre la estructura social y los especificos modos de
otros conjuntos definidosen el espacio econdmi- produccion de cada espacio particular. Veamos
co y geogrdfico”.® La localizacién espacial in- este problema. Marx asigna a los mercadosexter-
terna y externa de los polos de crecimiento, en nos un lugar destacado en la creacién de la
una perspectiva diacrénica, muestra profundas plusvalfa —es decir, en el impulso a producir y a
variaciones, pero siempre sus efectos de arrastre invertir— para la época de la acumulaci6n primi-
originan un tipo de crecimiento econémico en la tiva; en cambio le resta esa importancia para la
regién polarizada, Un historiador comprendera época del régimen capitalista de produccién y
perfectamentela viabilidad de este concepto, con concede a los mercados exteriores una relevancia
sélo recordar dos paradigmas coloniales: Lima solo referida a la realizacién de \a plusval(as
y Potosf. Desde esta perspectiva puede plantear- Esta Ultima parte del esquema de Marx responde
se una cuestién menor. Junto con reconocer a un tiempohistérico y a un espacio determina-.,
que la integracidn a un sistema econdmico do,al régimen capitalista de producci6n tal como
mundial con metrépolis dominantes expropiado- se da en el espacio dominante del sistema eco-
ras de excedente conlleva la divisién en espacios némico mundial. Dicho esquema ipuede extra-
desarrollados y espacios subdesarrollados éacaso polarse sin mas al régimen econdmico del espa-
no serfa convenienteafiadir otro nivel de anilisis, cio subdesarrollado, 0 mds concretamente a
el del subdesarrollo latinoamericano porel desa- América Latina entre los siglos XVI y XIX? Una
rrollo latinoamericano? respuesta acabada haria necesario, por cierto,
un examen a fondo de los sistemas econdmicos
Toda la referencia anterior se encuentra profun- y modosde produccién que predominanen cual-
damente ligada con otra objecién al modelo de quier espacio latinoamericano de aquellos tiem-
Frank, a la. tesis subsidiaria de que “un grado pos. Sin llegar a tanto es posible afirmar que en
mds débil o menor de relaciones metrépoli- América Latina los mercados externos son im-

“_5: Perroux, La economia del siglo XX, Ariel, Barcelona, © Ver Ja tesis contraria de R. Luxemburgo, La acumulacién
1964, p. 155. de capital, Grijalbo, México, 1967, y de J. Valier, “La teorfa
Se Perroux, “La firme motrice dans la région et la région del imperialismo de Rosa Luxemburgo”, Santi, Valier, Banfi,
motrice”, en Théorie et politique de I’expansion régionale, Lieja, Alavi, en Teorfa marxista del Imperialismo Pasado y Presente,
1961, p. 302. Cérdoba, 1969.

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prescindibles tanto para la creacidn como para _ satélites y |as metropolis, externas o internas,es
la realizacion de la plusvalfa —o excedente—. un fendmeno que el historiador observa con gran
Practicamente el Gnico modelo de crecimiento frecuencia, Es indudable que en estos casos, con
que gufa a las distintas economfas regionales el quiebre del sector externo del satélite cuyo
latinoamericanas gira en funcién de los mercados control monopdlico ejerce el capital comercial
exdgenos. En tanta vocacién “de desarrollo ha- metropolitano, decrece el volumen de excedente
cia afuera” juegan un papel decisivo los rigidos que capta la unidad econdmica dominante. Pero
limites que imponen las estructuras sociales para en la region saté/ite el quiebre del sector externo
una expansién econdmica meramente interna. —su sector mas dindmico y casi siempre genera-
Por ejemplo, Marx sefala que la capacidad de dor de efectos secundarios sobre el resto de la
expansion del mercado de un pais capitalista se economia— no promueve un efecto mecanico de
halla restringida por las condiciones antagonicas signo positivo que se exprese cuantitativamente
de distribucién, las cuales reducen al grueso de la en el aumento global de la produccién y en la
poblacién a un minimo de consumo con un diversificacién de la econom/a. La traba para un
margen muy estrecho en las posibilidades de proceso de expansion econdmicacircunscrito al
variacion, de modo tal que “‘la contradiccion exclusivo juego de los factores internos se en-
interna tiende a compensarse mediante la expan- cuentra en la estructura socioecondémica impe-
sion del campo externo de la produccién”.’ Esta rante. De tal modo, se asiste a un decrecimiento
contradiccién interna tuvo una expresién maxi- de la economia en términos absolutos de valor,
ma en América Latina. La extrema verticalidad perfodos mas o menoslargos de estagnamiento
de la estructura social y los modos de produc- segdn la duracién dela crisis del sector externo
cién que aquf rigieron colocé a una parte sustan- y una notable tendencia a la disminucion de los
cial de los grupos subalternos —ind/genas, negros, intercambios intrarregionales, pues cada unidad
mestizos— fuera de un mercado libre de trabajo de produccidén se orienta hacia una mera econo-
con percepcion de salario, los discrimino en la mia de autosubsistencia.8 Dentro de cada espa-
circulacién de la moneda y tendié a reducir su cio los que componen el grupo dominante son
consumo a un minimo’fisioldgico de subsisten- los mas afectados por este tipo de crisis, ya que
cia. el cierre de los mercados externos malogra su
Gnico circuito para crear y realizar la plusvalfa,
De haberse tenido en cuenta en el modelo la con una consecuencia visible: el deterioro de su
estructura social y los modos de produccién capacidad para importar y, por lo mismo, de
como variables fundamentaies, las hipdtesis ana- consumo suntuario.
Ifticas habrian seguido naturalmente por otros
carriles. Explico esto con mas claridad. El aisla-
miento o debilitamiento de la relacion entre los 8
Las investigaciones de archivo que he realizado en la Argen-
tina comprueban esa tendencia, sefialada ademas por otros au-
p. 243, tores para diversas regiones de América Latina.
7 Marx, E/ capital, P.C.E., México, 1959, tomo Wl,

18 19
r
A la inversa, un proceso de desarrollo econdmico trabajo. Por ejemplo, el conocimiento y manejo
regional autosustentado exclusivamente en las de tales mecanismos permitiria hacer visible las
variables internas solo habria sido posible en funciones y posicion de los distintos tipos de
América Latina mediante unaalteracion, modi- capital que comandan, durante cuatrosiglos, el
ficacin o ruptura tajante de la estructura proceso econdmico y localizar con exactitud los
econdémica y social, lo que supone un grado espacios externos e internos dominantes, al tiem-
determinado de desarrollo de las contradicciones- po que se relevarian los fendmenos de domina-
econémicas, sociales y de conciencia histdrica, naci6n que caracterizan la relacién entre los
inexistente en aquellos tiempos.’ Frank conoce grupos sociales productivos. Ademds tendriamos
este proceso, -pues en una larga cita que hace de un indicador objetivo para elucidarlas distintas y
A. Ferrer éste plantea los condicionamientos sucesivas etapas de la historia de America Latina.
endégenos negativos que. obstaculizaban la evo- Bajo esta nueva perspectiva el grafico siguien-
lucién del mercado interno y de qué modo “una te visualiza, con cierto esquematismo, los meca-
vez que la actividad exportadora desaparecia, nismos de apropiacién de excedente, funcién y
como ocurrié con la producciénantillana, el sis- posicion de los tipos de capital, dominacién
tema en su conjunto se desintegraba y /a fuerza
de trabajo volvia a actividades de neto cardcter
de subsistencias” (p. 36, el subrayado es mio).
Como Frank no aporta elementos de juicio cabe Metrépoli

preguntar si construye su tesis subsidiaria a —


través de la formula: economia de subsistencia Apropiacién_de_excedente
= desarrollo econdémico. por via monopolio comercial

pe eedec en = seg
Otra omisién importante en el modelo de Frank y Centro comercial ‘
l monopélico \
es la falta de tratamiento de los mecanismos cap. comercial \
concretos por los cuales se va transfiriendo el
Sub centro de distribucién ,
excedente; ello hace que las dos primeras contra- | comercial \
dicciones no se traduzcan en verdaderos instru- capital comercial \
mentosanaliticos. De conceder a estos mecanis- | I I \

mos de transferencia —o apropiacién-expropia-- Capital de produccién minero


agropecuario, manufacturero \
cién de excedente— su exacta relevancia, podria- ic \
mos llegar a encontrar un buen método de
- Grupos subalternos \

9 Este es un problema que merece una detenida atencién para Espacio colonial
una problemdtica més totalizadora del subdesarrollo; varios tra-
bajos sefialan que la oposicién de los grupos subalternosalsis-
tema tend/a mas bien a su exclusién que a la modificacién del
Figura 1
mismo.

20 21
[
XVI hasta el presente y la invaria-
espacial y dominacién de los grupos sociales | desde el siglo
bilidad de algunas de sus contradicciones: sub-
durante el perfodo colonial.!°
desarrollo, dependencia, que permanecer fan idén-
ticas en su esencia a través del tiempo. Mas
El siglo XIX exige otro grafico. La ruptura del adelante trataremos de demostrar por qué el
orden anterior fragmento los grandes espacios
capitalismo -en una definicion especifica- no es
coloniales y permite, en adelante, que cada nuevo
una estructura de cuatro siglos en América Lati-
espacio nacional se entienda directamente con
na; aqui solamente intentaremos determinar si
las metrépolis externas. En este Gnico nivel de —
resulta adecuado o no parael anilisis el uso del
relaci6n vemos desaparecer la apropiacién colo-
a tra- concepto de invariabilidad.
nial de excedente que lograba la metrépoli
vés dela viafiscal; pero el /ibera/ siglo XIX se las
ingenia para compensar la pérdida con otra expo- La duraci6nde las estructuras quizas sea para los
sicién de métodos. historiadoresel problerna mas complejo; '! entre
otros aspectos se plantea habitualmente donde
poner el acento: si en lo que dura mds o en lo
| que dura menos(por ejemplo, a otro nivel y para
[es | Metrpoli
el presente de América Latina équé es mas im-
portante, la larga duracion de la dependencia o la
8 g 5 existencia de corta duracién dela clase obrera?).
& 8 2 8 Asimismo el manejo de la larga duracion en his-
é E g 3 5
2 a 2 8 S toria tiene sus contracaras. Si de unaparte per-
: : = g g mite descartar aquellos ‘‘cambios’’ considerados
5 5
3
=| $eS erroneamente como transformacioneshistoricas,
°
por la otra puede obstaculizar la percepcion de
| | 4 ciertos cambios que si significan el paso de una
Espacio Nacional
estructura a otra. Estos riesgos de la larga dura-
cién no existen con la fnvariabilidad, pero en
este caso la historia ya no es una articulacién de
Figura 2
estructuras sucesivas sino la redundancia de una
sola e inmodificable estructura. En otras pala-
Conla tercera y Ultimatesis, /a contradiccion de bras, elegir la invariabilidad y subsumir volunta-
la continuidad en el cambio, A. G. Frank sostie- riamente los cambios conlleva el peligro de la
ne la permanencia (dentro del sistema mundial) deshistorizacion de las estructuras, Es que el
de la estructura capitalista en América Latina

10 Es un grafico cerrado y exento de contradicciones pero que a apertura inicial para su debate fue realizada por F, Brau-
ofrece la base para una representacién mds complicada de la eco- del, “Histoire et sciences sociales: la longue durée”, Annales
nomia y la sociedad colonial. E.S.C., 1958, N° 4.

22 23
Aen —aiaaian
hecho de considerar a las invariables como enun- a algunas citas de las actas capitulares de Santia-
ciados jerarquicos no sdélo deja de explicar el go extrafdas de la obra de Alemparte. La tenta-
caracter histérico de la estructura sino que la tiva es poco feliz pero poco importa puesto que
hace aparecer como una estructura estdtica. No la estructura monopélica existe: dilateralismo
hay desarrollo en el tiempo y transforma la monopdlico entre Espana y el espacio colonial,
historia en permanencias. funci6n monopdlica de Lima como centro im-
_ portador-exportador del virreinato peruano, con-
at ; trol de la produccién minera agraria
chilena.
2) El analisis hist6rico. El caso de Chile a por el capital comercial de nny Santiago
Un modelotiene validez si aplicado el fendmeno Esta estructura monopédlica sdlo adquiere su
concreto para el cual fue creado puede dar ee verdadera trascendencia para el andlisis historico
ta de todos los hechos observados y delas trans- sj en vez de enfocar exclusivamente el hecho se
formaciones de las formas en la estructura que’ |lega a otro nivel de interpretacién. Puede enun-
se analiza. A. G. Frank busca la confirmacion ciarse asi: el capital comercial metropolitano y
historica para sus tesis y con tal Proposito reco-" el capital comercial colonial controlan y fijan la
rre, siglo porsiglo, la historia cap/talista de Chile. cuota de ganancia al capital minero, agricola y
manufacturero de América Latina. El cardcter
1.capitalis
El siglo
ta.
XVI. La colonizacién de un satélite dominante del capital comercial sobre el capital
de
produccién durante un periodo de larga dura-
cion —del siglo XVI al XIX aproximadamente—
Desde el primer momento de la conquista se tiene profundas consecue
ncias parael desarrollo
implanta en Chile una estructura capitalista pues economico de América
Latina. De percibir la
“ha tenido una economia basada en la exporta- relaci6n dominante-domi
nado entre ambasfor-
cién” del oro de los lavaderos y de un producto mas de capital, la
historia econémica latinoame-
ganadero,el sebo. De este modo, no hay feuda- ricana comienza a serinte
ligible.
lismo ya que es incorrecto»caracterizar su socie-
dad y economfa como autarquica, cerrada, reclu-
En este apartado Frank no precisa las relaciones
sa (p. 38). Partiendo de una comprobacion
metropolis-satélites. Lo hace en el apartado
adecuada, Frank termina construyendo una B, Las contradicciones
capitalistas en América
categorfa analitica incorrecta: sistema feudal: atina y Chile, en las paginas 26 y 27. Su diseho
economfa cerrada: sistema capitalista: econo- s el siguiente: Espana fue la metropoli ultima
mfa abierta. Con estos binomios —a los que e Chile, y Lima la mas directa. En lo interno
volveremos mds adelante— toda la historia se as metropolis son Santiago y Valparafso, siendo
reduce al capitalismo, us satélites periféricos los centros mineros, co-
erciales, agricolas y a veces los centros milita-
Para ‘“iluminar” la estructura monopolista del es fronterizos. “Pero éstos, a su vez, se convir-
comercio exterior e interior de Chile se recurre ieron (a veces permanentemente) en metrépolis

24 : 25
© micro-metrépolis de sus respectivas regiones
expropiado porel capital comercial localizado en
interiores, poblaciones, minas, valles agricolas o
Lima y Santiago, especialmente. Una porcién de
latifundios todavia mas pequefios, que fueron a
excedente se destina al proceso de acumulaci6n,
su vez micro-metropolis de sus periferias’. No
se transfiere al sector religioso o se atesora.
hay explicacién que aclare por qué se da esta
dominacion espacial ni como una region se apro-
pia del excedente de otra y a la vez se deja expro- Frank no se pregunta cémo se produceel exce-
piar por la siguiente situada masarriba. dente y por quiénes. Este es un problema de
importancia aunque aqui hagamos sdlo una lige-
ra revision, El gruposocial subalterno productor
La eficacia operativa del disefio de Frank se
de excedente esta constituido, en su mayoria
puede medir compardndolo con otroalternativo,
absoluta, por indigenas y un pequefio nimero
La metrdépoli espafiola capta una parte del exce- de esclavos y mestizos. El régimen de trabajo de
dente de Chile por la via fiscal, especialmente
los indigenas presenta algunas alteraciones, pero
porel impuesto directo a la produccién minera;'? en lo fundamental sigue estas Iineas:
luego, no hay otra relaci6n econémica directa 1) Las
encomiendas de Valdivia, bajo la forma del servi-
entre Espafia y Chile. La verdadera unidad
cio personal, obligaba a los indigenas al trabajo
econdmica dominante es Lima, que se apropia compulsivo; 2) la Tasa de Santillan, de 1559 a
del excedente minero y agrario chileno en virtud
1580. Bajo la forma de servicio personal, traba-
de la funcién hegemonica de su capital comer- jo compulsivo. Un quinto de los indigenas
cial, a la cual se le ha otorgado el manejo mono- encomendados era destinado al laboreo de las
polico de las importaciones de bienes destinados minas, perteneciendo al encomendero los 5/6
al consumo del grupo espafiol en el virreinato del oro extraido. Los ind{fgenas, que eranali-
peruano. Parte del excedente chileno es canali- mentados por el encomendero,percibian el otro
zado hacia Espafia, apropiado porel capital co- sexto de oro que legalmente slo podia ser inver-
mercial metropolitano que controla el bi/atera- tido porlos espafioles; '? 3) la Tasa de Gamboa,
lismo monopélico oceanico y por la Corona, de 1580 a 1584. Derogacién de los servicios
mediante las imposiciones tributarias que gravan.
personales y reemplazo por el pago del tributo
el trdfico comercial. En el interior de Chile es indfgena;
'* 4) las Ordenanzas de Sotomayor,
posible visualizar los centros mineros y urbanos
dictadas en 1584. Restablecimiento del servicio
como polos de crecimiento, pues sus flujos d
personal; los encomenderos vuelven a poseer la
arrastre condicionan el desarrollo del conjunt
exclusividad de la mano de obra indigena. Ade-
agrario. Entre estos conjuntos hay intercambi
mds de esto hay que tener en cuenta los trasplan-
de excedente que termina por ser apropiad
tes forzados de pueblos, ventas y alquileres de
12 «Por razén de la Regalia y sefiorfo supremo que universal- 13 .
A. Jara, E/ salario de los Indios y los sesmos del oro
mente compete a los principes, en los minerales que la natura- en la
Tasa de Santillén, Santiago de Chile, 1961.
leza cria en su Corona”, G. Escalona y Agiiero, Gazophilacium —
Regium Perubicum, Madrid, 1775. 14 ‘
A. Gligo Viel, La tasa de Gamboa, Santiago de Chile,
1962.

26
27
indios, etc.; en las ciudades un escaso numero A) Un esquema interpretativo puede considerar
de indios concierta libremente asientos de traba- el movimiento secular negativo del siglo XVII
jos con percepciéndesalario. 35 europe,pero para el analisis econémico y para
medir el impacto que esa regresién provoca sobre
Las caracterfsticas del sistema de trabajo que otro espacio, el movimiento secular tiene poca
acompana a la produccién de excedentes deben importancia: se requiere una mayor precision,
ser consideradas para definir /a particular estruc- por lo menos a través de los movimientos de
tura capitalista chilena del siglo XVI. larga duracién o ciclos de Kondratieff, con sus
fases A y B. Tampoco se puede afirmar de mane-
2. El siglo XVII. Desarrollo capitalista “clasico” fa vaga queel a/s/amiento colonial del siglo XVII
“originé la acrecida produccién doméstica de
EI planteo central de Frank es el siguiente: bienes para sustituir importaciones ...”” (p. 45)
“. .. son los ciclos econémicosy las influencias sin considerar bien la composicién de las impor-
generadas por el desarrollo del capitalismo en el taciones metropolitanas. Por ejemplo, entre la
mundo los que determinan en gran parteel rela- sustitucién de importaciones Frank cuenta el
tivo aislamiento econémico y espacial de Chile ganado y el trigo, cuando ya hay una elevada
respecto de su metrépoli . . . aislamiento que produccién de cereales en América en los afos
debilit6 los lazos entre metrdépoli y satélite y inmediatos a la conquista © y cuando en pleno
permitid a Chile un grado de independencia y, siglo XVI ya se conoce una voluminosa exporta-
por ende, de desarrollo econémico potencial y cion de cueros a Espafia. }7_ Para analizar las
real mayor que el que otras colonias pudieron modificaciones econdmicas del siglo XVII es pre-
lograr” (pp. 42-43). De manera mas concreta dir4 ciso considerar previamente el crecimiento eco-
que las causas del aislamiento derivan de las nomico colonial agrario y manufacturero —ade-
guerras y de la “‘depresién” en Espafia y Europa mas del minero— operado en el siglo XVI. Y
y de la crisis demografica y minera del espacio cudles son las ondas externas e internas que lo
colonial, con la consiguiente baja en el volumen provocan.
del intercambio comercial atlantico. Abordare-
mosel presunto aislamiento y desarrollo capita- Asimismo, y para no seguir sujetos a la vision
lista interno de Chile en cuatro puntos. europea del siglo XVII, habria que comenzar a
pensar, a enfatizar, dicho movimiento secular en
a! A. Jara, Los asientos de trabajo y la provisién de mano
de la realidad concreta americana. Percibir los
obra para los no-encomenderos en !a ciudad de Santiago,
1586-
1600, Santiago de Chile, 1959; Fuentes para la historia def
16 Una selecciénbibliogrdfica sobre la expansién del cultivo del
trabajo en el Reino de Chile, Santiago de Chile, 1965;
N. Meza trigo en D. Ramos, “Nota sobre historia de la economia agri-
Villalobos, Politica Indigena en los origenes de la sociedad
cola de Hispanoamérica”’, Revista de Indias, Nos. 104-104.
chilena, Santiago de Chile, 1951; A. Huneeus Pérez, Historia
de las polémicas de Indias en Chile durante el siglo XVI,
1536- - H. y P. Chaunu, Seville et V'Atlantique (1504-1650), Paris,
1598, Santiago de Chile, 1953.
tomos VI y VII, 1956, 1957.

= Senet
desfasamientos espaciales y cronolégicos, tanto como la metropoli Gltima de Chile y a Lima co-
en relacién a Europa como entre las propias mo la metrépoli mas directa. Como deja de
regiones americanas. Por ejemplo, las tendencias plantear esta cuestién, hipdtesis y demostracién
y los ciclos econémicos del virreinato de Nueva resultan sumamente confusas. El problema pue-
Espafia no tienen por qué guardar una estricta de elucidarse de una manera distinta a la ex-
equivalencia con los del virreinato peruano, *% puesta en el texto. Siendo la captacion de exce-
En este Ultimo e inmenso espacio, que incluye a dentes por la via fiscal la Gnica forma de relacién
Chile, habrfa que trabajar con una hipdtesis nue- econémica directa que Chile tenfa con Espaiia,
va, la de una /arga onda negativa que arranca hay que preguntarse si este método de apropia-
hacia la segunda mitad del siglo XVII y se extien- cion desaparece o se debilita; la respuesta es ne-
de hasta 1750 aproximadamente. !? Dentro de gativa. Desbrozado el primer tramo de Ja confu-
la tendencia general serfa posible advertir dos sién hay que pasar al problema real, a las formas
movimientos de larga duraci6n, caracterizandose que adquiere en el siglo XVII la relacién de
el primero —segunda mitad del XVII— por el Chile con su centro econédmico dominante(Li-
movimiento descendente en los precios del sec- ma) y de éste en relacién a Espafia. Preguntas y
tor externo de cada regién; en el segundo —pri- respuestas son lassiguientes:
mera mitad del siglo XVIII—, a la baja de precios
se agrega una disminucién de la demanda, con lo BT) Lima, y través de ella el espacio peruano
que disminuye el volumeny el valor global de la équeda aislada o debilita su conexién con la
circulacién, Estos movimientos son una conse- metropoli espafiola? El volumen del comercio
cuencia de los efectos de arrastre de la crisis del monop6lico legal entre Sevilla y Lima muestra
sector minero peruano. Resulta muy significati- una sensible disminucién en la segunda mitad
vo advertir que, desde 1700, el’ modelo tradicio- del siglo XVII y un colapso radical en las prime-
nal de desarrollo econémico asentado sobre el ras décadas del siglo XVIII, perfodos que tam-
sector minero comienza a ser reemplazado por bién marcan un auge del comercio ilegal francés
otro modelo de corte fisiocratico. e inglés. 2° Pero es evidente quela crisis minera
ha asestado un fuerte golpe a la capacidad de
B) Antes de ver las posibles consecuencias de un importacién del espacio peruano. Ahora bien,
aislamiento es necesario demostrar si huboaisla- de este hecho no pueden extraerse conclusiones
miento y en caso afirmativo en relacién a qué sobre un presunto desarrollo econdmico del
metrépoli, puesto que Frank define a Espana aislado o semiaislado espacio colonial. E/ gran
18 Un estudio sobre los movimientos cfclicos en Nueva Espafia, perindo de crecimiento econdmico del espacio
E. Florescano, Precios de maiz y crisis agricolas en México
(1708-1810); México, 1969, a M. Moreyra y Paz Solddn, Estudios sobre el tréfico maritimo
en la época colonial, Lima, 1944; S. Villalobos, Comercio y
19 Intento demostrar dicha hipétesis en mi trabajo Crecimiento contrabando en el Rio de Ja Plata y Chile, Buenos Aires, 1964;
econémico y dependencia colonial, que publicara préximamen- £l comercio y la crisis colonial en Chile, Santiago de Chile,
te E, Signos, 1970,
i
30 31 |

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peruano se situa en la etapa de apogeo del sector la metrépoli mds directa. Resulta muy oportuno
minero, es decir, en el momento de maxima ahora rescatar una opiniédn vieja, publicada en
relacién econémica con Espana. 1644, que pertenece al mismo Padre Ovalle; en
Chile “‘la tierra es tan fecunda y prédiga de sus
frutos, que no tiene otra falta que no tener sufi-
B2) iHay debilitamiento o ruptura de los lazos cientemente quien selos gaste, porque aunque el \
entre Chile y su metrépoli mas directa, Lima? -El Perti es tan grande y no le vienen de otra parte
propio Frank —quizas sin saberlo— demuestra los géneros que he dicho, sino de Chile, hab/a
que Chile no sdlo nose afsla de Limaenelsiglo menester éste otra Lima y otro Potosi al otro
XVII sino que remarca y acentia su dependencia. lado, para desbastarle y dar salida a tanta abun-
dancia como la que tiene de sus frutos. En esto
C) Qué motiva y cuales son las caracteristicas se fundan los que dicen que no hay pais en la
del desarrollo econdmicochileno del siglo XVII? América de quien se pueda esperar masestabili-
Despojado el texto de toda la abstracci6n previa dad que de éste de Chile, asf porque al paso que _
a la que Frank recurre para efectuar su corte fuere creciendo el Pert ha también de crecer él,
temporal, comprobamos que la realidad concre- por aumentarse los gastadores de sus cose-
ta que él presenta se reduce a doscitas. La pri- chas...” 2? Una Iticida definicién del modelo
mera es de M. Géngoray se refiere a los efectos de desarrollo econémico de Chile en el siglo
que produceen la pequefia region de Puangue el XVII: “hacia afuera”, condicionado, depen-
comercio de sebo, trigo y cordobanes hacia Lima diente. Era asi la realidad.
y Santiago. La segundacita es del Padre Ovalle
y esta tomada de un libro de Ramirez Necochea; D) El titulo que da Frank a esta seccion es muy
esa cita describe la composicién del sector exter- sugestivo: E/ capitalismo del siglo XVII en
no de Chile: sebo y cuero, jarcias y mulas, cuyos Chile: desarrollo capitalista ‘“‘clasico”. Hay que
principales mercados son Lima y Potos/. volver a las dos citas anteriores para ver si se
justifica. La parte principal de la de Mario
Es poco,pero suficiente al menospara certificar Géngora dice que “el motorprincipal de la acu-
que el desarrollo econdémico de Chile esta condi- mulacién de tierra es, evidentemente, el interés
cionado esencialmente por los flujos de dos mercantil por los productos ganaderos y agrico-
metropolis externas, Lima y Potosf.?!_ Y que las. La econom/a ganaderachilena se constituye
no hayaislamiento de Chile en el siglo XVII sino desde el comienzo en grandes explotaciones...””
un acentuamiento de su dependencia respecto a Luego aquella del Padre Ovalle que muestra la
composicién del sector externo chileno. En
a Digo metrépolis externas por seguir la nocién ‘del “espacio
chileno” que tiene Frank, aunque entiendo que es un error de- resumen la estancia ganadera y la exportacion
rivado de la nocién de espacio nacional con que trabajé la his-
toriograffa tradicional del siglo XIX. Quizds lo mas correcto sea 22 A. de Ovalle, Histérica relacién del reyno de Chile, Santiago
visualizar a Chile como regién integrante de un espacio mayor,
de Chile, 1969. p. 28.
el peruano, que comprendfaa varios pafses actuales.

32
de sebo, cueros, jarcias y mulas constituyen, Lo nuevo es que Lima esta siendo despojada de
para Frank, el paradigma del desarrollo capitalis- aquella potestad por la cual imponia sus condi-
ta ‘‘clasico’’ de Chile. cionesen lossiglos XVI y XVII. La decadencia
de su hegemonfa comercial es resultado de mil-
tiples hechos: el colapso de la monopolica
3. La resatelizacién de Chile en el siglo XVIII
“carrera atlantica” en las primeras décadas del
En esta seccién campea un gran equivoco: la XVIII, que vacfa su funcion de centro redistri-
resatelizacién de Chile a su metrépoli (Lima) en buidor monopélico paraesta parte de la América
el siglo XVIII que Frank interpreta como el fin espafiola; el posterior giro de la politica comer-
de su aislamiento del XVII. No hay resateliza- cial de la Corona; la aparicién de flotas francesas
cién sencillamente porque Chile nunca dejé de e inglesas en el Pacifico; el resurgimiento de
ser satélite de Lima sino que acentué su depen- Buenos Aires como base de operaciones del
dencia en el siglo XVII. capital comercial inglés para penetrar en el inte-
rior del virreinato peruano... El oro de sus mi-
Este perfodo podria ser objeto de otra linea de nas y la plata que Chile consigue de Lima a cam-
interpretacion, sintetizada como la dispersién de bio de su trigo comienzan ser sustrafdos direc-
/a polarizacion metropoli-satélite. La dispersion tamente por otras metrépolis comerciales. En el
alude a un doble juego de Chile: por un lado siglo XVIII el antiguo apogeo de Lima empieza
mantener para su trigo el acceso privilegiado al a deslizarse por una pendiente.
mercado de Lima, y por el otro, romper la depen-
dencia del capital comercial de Lima. Uno y
Otro aspecto son muy interesantes. El primero La apreciaciOnincorrecta de una “resatelizacién”
y largo movimiento de la regresién del espacio de Chile en el siglo XVIII vicia todo el anilisis
peruano afecta a Chile, pero esta regién logra posterior, realizado en funcién detal presupues-
remontar el segundo —1700/1750— y cambiarel to. Sin embargo podemospasarpor alto el deta-
signo negativo de la onda porotro positivo. La lle y enfocar otros importantes problemas plan-
excepcional coyuntura de Chile se funda sobre la teados por Frank.
crisis que afecta al espacio que abastecié de trigo
a Lima durante dossiglos; Chile vuelca su econo-
mia hacia la agricultura y captura el mercado A) La polarizacién latifundio. Se reduce a una
limefio de trigo. Luchard por no perderlo. larga cita del trabajo de R. Baraona sobreel valle
de Putaendo. En los parrafos citados Baraona
La puja conel capital comertial de Lima se mani-
fiesta en el control del sector exportadortrigue-
indica que en el valle de Putaendo se llega a un
tipo de gran propiedad y a una forma de propie-
ro y de las importaciones que consumeChile. 7?
dad minifundiaria sobre el origen comtin dela
23 Vicuna Mackenna, Historia de Valparaiso, Santiago de Chile, merced de tierra. Los minifundios son resultado
1936; R. Ramos, Trigo chileno, navieros del Callao y hacendados de la reparticién de tierra por efecto de la heren-
limehos entre Ja crisis agricola del XVII y la comercial de /a pri-
mera mitad del XVIII, Madrid, 1967.
cia y se caracterizan por su deficiente capacidad

al
34 35

eee —
econémica. Las grande
de la subdivisién Provoc
s haciendas se salvaran
ada por la herencia a
l cilmente pueden ser asignados a una causa unica;
raiz de la existencia de hay que pensar mas bien en el conjunto de proce-
gran cantidad de bienes
a repartir y porque ést sos histéricos contemporaneosde sentido conver-
os, ademas,se reproduce
n, gente a aquellos fenémenos. . . "25 conjunto
haciendas la Causa hay de procesos en donde “el comienzo de la expor
que buscarla en una ex- -
plotacién deficiente deb tacién de trigo al Pert es otro proceso conte
ida a la falta de capita m-
tanto como a una conjun les pordneo la difusién de las pequefias tenencias,
cién de factores fisicos
negati vos, y que se puede ver en conexién con ella”,
26
Frank toma solamente en cuenta la demanda
externa de trigo, es decir, ‘‘las influencias econé-
Frank Cierra esta parte
con una breve acotacién micas que vienen del extranjero . . . penetran
que qui zas tiene poco que ver con
la cita que la hasta en los ultimos resquicios de la vida rural
En efecto, hemos resumi chilena, obligando a las instituciones que rigen
de Baraona, veamos aho do la posicién
ra cémo es recuperada la produccién y la distribucién, incluso dentro
los efectos de confirmar una a
tesis: “La agricultu- de las haciendas Pparticulares, a adaptarse a
las
ra chilena del siglo XVIII,
nos dice Baraona, est4 exigencias de la estructura metrOpoli-satélite
permeada porlas contra del
dicciones capitalistas capitalismo” (p. 58). Si para G6ngora “la
la polarizacién y la apr de
opiacién del excedente. aportacién econémica de estas rentas de arrenda-
Es la Polarizada estructur
a metrépoli-satélite de miento, aunque en suma modesta, desempefia
la agricultura y la econ un
omia Capitalista en con- cierto papel en la hacienda colonial”?7
Junto, viene a decir él, para
la que por si engendra Frank “los arrendatarios fueron forzadosa entre-
mds polarizacién ,. . ” (pp. 56/57). gar a los terratenientes una parte cada vez mayo
r
de su excedente econdmico, a medida que el
mercado capitalista...” (p. 59).

C) Polarizacién y subdesarrollo industrial. Varia


s
citas de H. Ramfrez y S. Sepulveda sefalan
la
naje, nada tienen que acrecentada importacién de articulosen el siglo
yer con la encomienda XVIII, que entran en competencia y hacen decaer
con las instituciones ni
de la Conquista. 24
sura de los juicios de La me- la incipiente industria chilena. Para esta proble-
M, G6ngora es rapida
Marginada por los co mente matica carecemos de la indispensable investiga-
mentarios de Frank.
ejemplo, Para Géngor Por cién sobre el pernicioso efecto que produjo
a, “el incremento de en
tenencias y su mayor las las manufacturas y artesan{as coloniaies el auge
valoraci6n econdmica
24 dif /-
M. Géngora, Origen de 28 Ibid., p. 59.
Santiago de Chile, 1960, p. fos
116,“in9 uilinos””
s”” de Chile Central, Ibid., p. 73.
27 Ibid., p. 94.
industrial y comercial europeo de los siglos bismarckianos conviene hacer una breve puntua-
XVIIL y XIX. Pero creo que centralizar esa lizacién. Sin haber investigado ninguno de los
investigacion en el caso chileno demostrara muy temas que se plantea, Frank aparece en este caso
poco. Chile pertenecfa a un espacio mayor particular como tributario de una tendencia
(junto con Pert, Ecuador, Bolivia, Paraguay y bastante definida en la historiografia marxista.
Argentina), muy integrado econédmicamente y
donde existfa una notable divisién del trabajo
iCémo es esto? Por lo general las historias
por regiones. Habra que investigar, en conse-
nacionales figuran como el coto privilegiado de
cuencia, las regiones manufactureras cuya locali-
la clase dominante que ha Ilegado a consagrar su
zacién es muy clara. A pesar del repudio de la
dominio sobre el pasado con solo escribir su
historiografia liberal, la economia de la Colonia
historia, seleccionando datos y hombres, recor-
puede proporcionar atin algunas sopresas. tando trozos de la realidad y borrando otros.28
De tal manera las masas han sido (son) margina-
4. El siglo XIX. Programas bismarckianos en das y relegadas a la calidad de un conglomerado
Chile inorganico y difuso ante el cual brilla una clase
Para Frank buena parte de la historia de Chile en hacedora de \a historia. Ciertas corrientes de la
historiograffa marxista, en vez de intentar el
el siglo XIX serfa la de un pais satélite que Jucha
asfuerzo de una historia alternativa desmitificada,
por lograr un desarrollo econdmico independien-
te a través del capitalismo nacional, al mismo casi siempre se han inclinado a rescatar valores,
figuras y hechosde la historia de la clase domi-
tiempo que trata de resolver algunas de sus con-
tradicciones con la metropoli mundial imperialis- nante, con lo cual han eludido la ruptura para
ta: “Conociéndola como la conocia, Chile traté insertarse en el sistema cultural burgués. Este
de escapar de su condicién de satélite capitalista uso de la historia quizds esté conectado con el
y se aventur6é en esfuerzos por su desarrollo propésito de fundamentar en el acervo nacional
econdémico a través de programas bismarckianos el proyecto politico de la revolucién democrati-
de fomento nacional patrocinadospor el Estado, ca burguesa; las propuestas de cambio que con-
mucho antes de que Bismarck pensara en ellos y lleva parecerian exigir —para una vehiculizacion
mientras Friedrich List trataba atin de persuadir efectiva del mensaje— una recurrenciaa la historia
a Alemania a adoptarlos” (p. 64. 1 subraya- como un llamado a las mejores tradiciones nacio-
do es mfo). Las tentativas de independencia y nales de la clase dominante. Se postula asi la
desarrollo econdmico a través del capitalismo Bits opinién de un Kicido ensayista chileno: “Es un estudio
nacional se situarfan —para Frank— entre 1820 interesante y que se descuida demasiado e! del folklore hist6-
rico, Los movimientos sociales se perciben mds claramente en
y 1860 y, luego de un paréntesis, vuelven a bro-
esa literatura de segunda mano, de origen popular o semipo-
tar con Balmaceda entre 1886 y 1891. pular, que refleja con crudeza primitiva los sentimientos de la
clase media y del vulgo mismo, que noen las producciones de
la aristocracia intelectual”. A. Edwards Vives, La frondaaris-
Antes de pasar al andlisis de los programas tocrética, Santiago de Chile, 1945, p. 149.

38 39
gran linea histérica democratica, omitiendo sus les, Bulnes y Montt, periodo que va de 1830 a
contenidos de clase. A la /inea histérica de la 1860. Se presentan 16 citas, de las cuales 10
independencia economica se adscriben hechos rectifican el titulo pues sefialan la verdadera
que no son sino intentos de profundizar la rela- tendencia estructura: crecimiento del sector
cién con el sistema capitalista mundial o la sim- minero y agricola, acoplamiento de la economia
ple acogida de sus modificaciones. Frente a la del pafs al sistema capitalista mundial dirigido
historia mitificada de \a clase dominante la por los espacios econdmicos dominantes. Para
historiografia marxista tradicional propone otra despejar totalmente las dudas hay que ver las
historia mitificada: la versién progresista de esa otras seis citas supuestamente favorables a la te-
mismaclase. sis de Frank.

A la luz de este esquema es posible comprender 1) La reforma aduanera de Rengifo —1835—


por quéel perfodo 1820-1860 es convertido en la concediendo la exclusividad del cabotaje para los
etapa de lucha del capitalismo nacional para lo- barcos nacionalesy rebajas del 109/o y 20°/o en
grar la independencia econémica en vez de pro- los derechos de internacion si las mercaderias son
fundizar en lo que fue objetivamente: una época introducidas por buques con bandera nacional °
en que el espacio colonial rompe con una forma construidos en Chile. Frank liga mal esta cita
de dependencia para asumir otras, originadas por con la siguiente:
el desarrollo del régimen capitalista de produc-
cién en Europa. El cambio de signo de la depen- 2) La Marina Mercante nacional pasa de 103
dencia latinoamericana es orientado por su grupo buques en losafios anteriores a 1848 a 257 en
social dominante, atraido por una maximizacion 1855.
de las posibilidades de crear y realizar \a plusva-
Ifa (o excedente), ya que unade las virtudes con La reforma de Rengifo no equivale a una politi-
que se adorna la nueva metrépoli es la de ofrecer
ca proteccionista tendiente al desarrollo econo-
un amplio mercado para el crecimiento de la
mico de Chile puesto que no prohibe o subelos
producci6n de los espacios nacionales satélites.
derechos de las importaciones para proteger 0
Las disensiones o contradicciones menores en la
estimular la competencia de la produccion nacio-
aplicaci6n de este proyecto son elevadas por
nal. Por el contrario, rebaja los impuestos pro-
Frank al rango de tendencias estructurales. Con la reforma
moviendo las importaciones.
“hubo un cierto aumento en el tonelaje registra-
Retornemos a lo concreto. (Qué ofrece Frank do bajo bandera chilena y se notd asimismo un
para convalidar la existencia de programas bis- incremento en el movimiento mercantil de estas
marckianos en Chile? Se supone que habra una naves, pero se debio en gran parte a la adopcion
demostraci6n en la parte titulada Tentativas de del pabellén chileno por naves extranjeras a fin
independencia y desarrollo econémicos: Porta-

40 41
mientos industriales mediante la comparacion de
de gozar de las prerrogativas
8 q que eso
SO signifi-
sig

las décadas de 1868, 1878 y 1888.

El aumento de la Marina Mercante se da en dos


Fuera del perfodo. Tres de los rubros correspon-
circunstancias: desmantelamiento de la legisla-
cion protectora para la marina nacional, creci- den al sector externo (molinos, tenerfas y fundi-
miento revolucionario del sector externo como ciones de cobre) y los dos restantes al rubro de
consecuencia del “gold rush” de California. La consumo interno (tejidos, fideos). Por otra parte,
opinion mas autorizada en este tema explica el el namero de establecimientosrefiere poco si no
va acompafiado de otros indicadores: ndmero
aumento de barcos con bandera chilena por el
abaratamiento de fletes en el Pacffico, baja en el de trabajadores, volumen de la producci6n: es
que el fendmeno de la concentracién puedevol-
valor de los cascos e inversién en ellos por parte
ver engafiosa la disminucion de empresas.
de firmas comerciales extranjeras, matriculando-
los como chilenos.*°
6) Crecimiento de la industria fabril como con-
; ; secuencia de la guerra del Pacifico. Fuera del
3) El: desarrollo ferroviario e statal bajo
jo | la presi 7 perfodo y totalmente coyuntural, como dice
la
dencia de Mont t. jo la
misma cita: ‘“‘terminada la guerra , se produ
liquidaci6n de la industria improvisada”’.
El proyecto original contemplaba la concesién a
empresarios ingleses. Para terminar la I(nea se
Parece no haber nada que sostengala existencia
recurre a un empréstito en Europa. El trazado
de programasbismarckianos. Y porsi fuera poco
Santiago-Valparaiso informa perfectamente en
en el punto:siguiente, E/ librecambio y el subde-
qué tipo de modelo de desarrollo se inscrib/a.
sarrollo estructural, Frank agrega nuevos argu-
mentos para convalidar una tesis contraria: que
4) Cierto esfuerzo metaltirgico en la segunda mi- la tendencia estructural de Chile en la primera
a delsiglo. Se construyen maquinarias agricolas mitad del siglo XIX proseguia la linea visualiza-
y locomotorasy utiles militares para la guerra del da por el padre Ovalle en 1644: desarrollo “ha-
ee Fuera del perfodo 1820-1860. iObe- cia afuera’”’, condicionado, dependiente. El viejo
ece esto a una politica estatal o a un modelo de desarrollo seguia en pie.
coyuntural? ran
La seccién siguiente sobre Balmaceda y su revo-
de
5) Auge y decadencia en el ntimerode estableci- lucién industrial frustrada es casi una seleccién
citas del libro de Ramfrez Necochea, Balma ceda y
29 C. Véliz, Historia de la marina mercante d trabaj o
51
i
fe Chile, Santiago de la contrarrevolucién de 1891. Aunque el
Chile, 1961, p. funda menta l
de Ramfrez Necochea es un aporte
39 Wwid., cap. MMI. queda, como siempre, sujeto a revision. Por

42 43

ia ae “_
ejemplo, habra que reflexionar cémo si “en la si misma, emprende necesariamente un anilisis
época anterior a Balmaceda practicamente no histérico. En esta bUsqueda era necesaria una
-
existian en Chile sino algunos rudimentos de comprensién correcta del pasado, sobreenten
industria manufacturera” 51 . “se forja diendo que el andlis is histor ico funda menta bala s
una burguesfa compuesta de mineros, teenie estrategias nacionales a corto, mediano y largo
tes, banqueros, algunos industriales y también plazo. Causa perplejidad entonces como, con
algunos agricultores . . . que es el nucleo capita- una base de partida similar, se arribara a diagnos-
lista por excelencia . . .” .°?. pensa-
Y de qué modo ticos tan contradictorios. El] método y el
ahora la correlacién de fuerzas entre las clases miento de Marx o la historia latinoamericana
dirigentes se inclina visiblemente en favor de la ipodfan proponertantas /ecturas como observa-
burguesfa, que esta fortalecida, que tiene en sus dores hubiera en la empresa? Sin duda existe
manos las posibilidades para hacer madurar el aqui un problema de método. Esto es, si par-
ya
capitalismo en Chile”.°? “En resumen, Chile tiendo de una generalidad abstracta (que
vive una revolucién democratico-burguesa con estaba planteada por Marx) se quiere llegar a una
perfiles bastante nitidos y con proyecciones nueva abstraccién es preciso contar con una
trascendentales” 34 profunda y completa investigacién de hechos
lo
particulares. Sin este requisito fundamental
se repite la
Finalmente, la descripcién que Frank hace del que sigue es un camino peligroso:
salta simpl e-
subdesarrollo en Chile en el siglo XX es convin- generalidad abstracta previa o se
.
cente y resulta la parte mejor lograda de su es- mente de lo abstracto a otro abstracto imaginario
quema historico.
ica
En Capitalismo y Subdesarrollo en Amér
3. éCapitalismo o feudalismo? Latina no hay unainvestigacion de los casos
la
particulares, limitacion que se reconoce en
La caracterizacién histérica de América Latina
falta personal de investigaciones originales sobre
ha estado polarizada bajo los términos contra- ivo
fuentes primarias y en un conocimiento relat
dictorios capitalismo o feudalismo (aunque algu- de la literatura historica. Quizd s tamb ién haya
nos hayan preferido no arriesgar, optando por
algunas limitaciones en el primer acto de “‘abs-
un prudente término medio: coexistencia de los de
traccién”, sobre todo en la representacion
regimenes capitalista y feudal). Las corrientes menta les como “feud alism o”
categor/as tan funda
un
marxistas crio/las han dado una relevancia excep-
y “capitalismo”, generalidades que tienen
tres
contenido bien determinado. Veremos en
cional a este aspecto tedrico, ya que para trans-
formarel presente, la praxis, al reflexionar sobre puntos si es corre cta semej ante presu ncion .
3, lbid., p. 246.
33 (bld., p. 249.
Ibid., p. 250. 1) Sobre el capitalismo. En contadas ocasiones
K. Marx,op, cit., tomo I, p. 649. Frank contabiliza tres tipos, sucesivos en el

44 45

sana :
tiempo, de capitalismo: come
| mundial: ‘La circulacion de mercancias Be
rcial, industrial,
financiero. Pero al conceder punto de arranque del capital. La produccién :
mayor importancia
a la continuidad que a los cam mercancias y su circulaci6n desarrollada, o sea .
bios elige relegar
las diferencias y habla de comercio, forman las premisas Set en ae
capitalismo a secas,
indiferenciacién que otorga surge el capital. La biograffa moderna de capi e
el maximo atractivo
a su trabajo. Ahora bien, como comienza en el siglo XVI, con el comercio y
esta continuidad
indiferenciada es la que le mercado mundiales’”.*® Marx presta una ope
permite sostener la
alteracién revolucionaria que cial atencién a Ja apropiacién del a,
conduce al socialis-
mo hace falta recordar, aunque obvio,l excedente de las colonias en la honeon
dencia de los cambios, Sol a trascen-
amente con el capita- capitalismo europeo, pero siempre a Ga
lismo industrial “la centralizaci
én de los medios chos que sefialan los albores de la produc .
‘de producci6n y la socializacié
n del trabajo llegan capitalista”, como !a acumulacion originaria,
a un punto en que se hacen “una acumulaci6n que noes resultado, a
incompatibles con
su envoltura capitalista, Esta punto de partida del régimen ae e
salta hecha aficos,
Ha sonado la hora final de produccién”. *” Pero es necesario tener claro
la propiedad privada
Capitalista. Los expropiadore que Marx rechazo definir una formacion ag
s son expropiados”’.
Lo que brota dela negacidn mico-social por la simpley Gnica presencia 4
no es “la propiedad
Privada ya destruida, sino capital comercial, pues éste, See 2S
una propiedad indivi-
dual que recoge los Progresos
de la era capitalis- Orbita de la circulacién y con la exclusiva unci
ta: _una propiedad individual de servir de vehiculo al cambio de Perens tes
basada en la coope-
racion y en la posesién cole existe cualquiera sea la organizacion social ule
ctiva de la tierra y
de los medios de produccié régimen de produccién que sirva de heat pa
n producidos porel
propio tra bajo”, 35 producir los productos lanzadosa la circula' :
como mercancias. Por estas razones Marx ne
Por otra parte, desde el inic ba, por superficiales, aquellos andlisis que om
io de la disolucién
del régimen feudal en Europa diaban exclusivamente el proceso de circulacion.
hasta el adveni-
miento pleno del régimen capita “La verdadera ciencia de la. economia ean
lista de produc-
cié
n pasa un periodo muy largo comienza all/ donde el estudio tedrico se desp .
muy bien ana
(por lo demas
lizado porla Produccién hist za del proceso de circulacin al proceso de ee
érica
de los Ultimos afios) que tod
avia Provoca discu- duccién”. *8 Bajo esta premisa se referia a est
siones sobre su especificidad. largo perfodo comoel régimen de aia
En esta época de
transicién al régimen capitali precapitalista, transito del régimen feu ee a
sta de produccién,
Marx concede una importanc produccién, formasanteriores a la forma bas
ia fundamental al
capital comercial y la for
macién del mercado
= H. Ramirez Necochea, 36 hid, tomo |, p. 103.
1891, Santiago de Chile,
Balmaceda ¥ la contrarr
evolucién de 37 pid, tomo |, p. 607.
1961, p. 146. Ibid, tomo III, p. 325.

46
47
moderna del capital, perfodo de infancia de la
periodo de los siglos XVI al XVIII como /a era
produccioncapitalista, etc. 9°
del capitalismo comercial. *
Las dificultades actuales para caracterizar espe-
Toda esta problematica es simplificada por Frank
cificamente este perfodo de transicién se revelan
mediante el uso a secas del término capitalismo.
notablemente en las discusiones sostenidas por
tedricos marxistas en la revista Past and Present, *°
Es la consecuencia de un enfoque proyectado
demasiado unilateralmente sobre el fendmeno
Las dificultades también son notorias en el de la circulacién y de su tesis sobre la continui-
campo de la historia. W. Kula, en un trabajo
dad sin advertir, en este caso, que el cambio en-
fundamental, estudia con extraordinaria agudeza
tre dds regimenes de produccién especfficamen-
y sensibilidad la teoria econémica del sistema
te distintos ha terminado por romper un estado
feudal en la Polonia de los siglos XVI al XVIII
de continuidad.
y cuales son los cambios, “los saltos” del mismo
espacio en el todavia feudal siglo XIX. *! Un
historiador como F. Mauro, luego de criticar la 2) Sobre el feudalismo. A. G. Frank tiene una
escasa importancia concedida por los estudios versién particular sobre el feudalismo: “Una
marxistas al capitalismo de circulacién, constru- fuente de confusién massignificativa concierne
ye a escala macroeconémica una teoria de la a la verdadera naturaleza del sistema feudal y,
dindmica econdmica de ese capital y define al lo que es mas importante, del sistema capitalista.

Cualesquiera que sean los tipos de relaciones


personales que existan en un sistema feudal, lo
9 Este perfodo —que Lenin denomina “sistema de la economfa
mercantil”’"— aunque pueda ser considerado )sélo en abstracto) determinante en él, para nuestro proposito, es
comouna “formacién social” no figura entre los modos de pro- que se trata de un sistema cerrado 0 débilmente
duccién que distingue Marx, puesto que es “considerada no sé- ligado al mundoexterior” (p. 234).
lo bajo una forma an no desarrollada respecto al grado hist6-
ricamente presente, sino también bajo una forma abstracta (en
cuanto a su grado de desarrollo primario): es decir, aislada me-
diante abstraccién, respecto a cualquier desarrollo histérico efec-
Si se parte negandola importancia de todos “los
tivo”. C. Luporini, Dia/éctica marxista e historicismo, Pasado tipos de relaciones personales’ se descarta, @
y Presente, Cérdoba, 1969, p. 44. priori, el andlisis tanto del lazo jurfdico como
4 EI debate giré alrededor del libro de M. Dobb, Studies in the en
Development of Capitalism,.Londres, 1946 (traduccién castella- * F.,Mauro, “Pour une théorie du cap*.a:'sme commercial,
na; Sweezy, Dobb, Takahashi, Hilton, Hill, Lefebre, La trans- Verteljahrschrift fur Sozial und Wirtschaftsgeschichte, 1955;
misién del feudalismo al capitalismo, Madrid, 1967). “Théorie économique et histoire économique”, en Cahiers de
I'S.E.A., 1958: Le Portugal et |’Atlantique au XVII siécle
a W. Kula, Teoria economica del sistema feudale, E. Einaudi, (1570-1670). Etuae économique, Parfs, 1960; “Towards an In-
Torino, 1970. tercontinental Model”, en The Economic History Review,
1961.

48 49
del contenido econémico de esas relaciones (que tiempo. “ Podrd argumentarse, por el contra-
no son otra cosa que una situacién historica rio, que la notable economia de trafico, la eco-
particular de la mano de obra productora), con nom/fa monetaria plenamente desarrollada del
lo cual se llega a la negacién de las “relaciones Imperio Romano es diferente, distinta, a la
de produccién como estructura de /a sociedad. economia de los siglos XVI al XVII pues ésta
posee un comercio expansivo que va integrando
un mercado mundial (la econom/fa mundode los
Posicién que se enfrenta con aquella que sostie- historiadores franceses). Pero entonces éla espe-
ne quelas relaciones de produccién como estruc- cificidad histérica de las formaciones econdmico-
tura de la sociedad es el criterio objetivo para sociales deberd medirse de acuerdo a las dimen-
aislar las formaciones econdmico-sociales. siones del espacio donde se producela circula-
cidn de mercancias?
Si el feudalismo se define como “un sistema
cerrado o débilmenteligado al mundo exterior”,
Sin discutir aquf cudl debe ser la verdadera
cabe preguntar si un sistema de produccién para
aceptacién del término feudalismo, digamossi,
uso o para el mercado puede considerarse como que caracteriza ese perfodo como un “sistema
el indicador exclusivo y valido a fin de definir cerrado o débilmente ligado al mundo exterior”
una formacién econémico-social histérica. No (nétese la equivalencia con la vieja y desechada
parece asi, puesto que las condiciones necesarias
teoria de K. Bucher sobre unafase de “economia
para la circulacién de mercancias y de dinero se doméstica cerrada” “) no guarda ningunarela-
dan entre los mas diversos regimenes de produc- ciédn con el mundo real investigado por los histo-
cién y es por esto que el capital comercial se riadores cuyos trabajos sostienen la existencia
cuenta “entre las formas antediluvianasdel capi- de un activo y dindmico comercio, de una impor-
tal que preceden desde muy lejos al régimen de tante circulacién de mercancias. *° La historia
producci6én capitalista y con las que nos encon-
tramos en las mas diversas formaciones econdmi- Por ejemplo, H. Pirenne adjudica al capitalismo como rasgos
cas de la sociedad”. ** Con la negacién de los esenciales el individualismo en la empresa, adelantos provenien-
tes del crédito, ganancia comercial, especulacién, etc., con lo
modos de produccién Frank construye formulas cual esboza una evolucién del capitalismo en los Gitimos mil
alternativas. Feudalismo: sistema de produccién afios; agrega: “la historia econdédmica de la antigtiedad es toda-
para el uso: economia cerrada o fuertemente vfa mal conocida, sus relaciones con los perfodos posteriores
se nos escapan todavia demasiado para que sea posible tomar
cerrada. Por oposicién puede traducirse (se allf nuestro punto de partida”. Los perfodos de /a historia so-
traduce en este libro) en Capitalismo: sistema cial del capitalismo, Buenos Aires, 1962.
de produccién para el mercado, economiaabier-
4 Ver A. Dopsch, Economfa natural y economfa monetaria,
ta, con lo cual sdlo se obtiene la reduccion de F.C. E., México, 1943,
las categorias a formas genéricas descriptivas
que se encuentran y se repiten en cualquier 46 Una sintesis amplia con una extensa bibliograffa: U. de
Cambridge, Historia Econémica de Europa, Tomo \\, Madrid,
1967.
43k, Marx, op. cit, tomo Ill, p. 555.
51
50
se deja de lado para seguir fielmente la opinién tiempo, movido por el afin de lucro y propo-
de otro economista, P. M. Sweezy: ‘‘La caracte- niéndose como meta la riqueza’’. El afan de:
ristica crucial del feudalismo en este sentido lucro y de riqueza del encomenderolo lanza de
es la de ser un sistema de produccién para el lleno a empresas capitalistas en la minerfa, agri-
uso”. “7 cultura y ganaderfa, empresas cuyo proceso de
produccién y de inversién original depende esen-
3) Sobre el régimen de trabajo indigena. Hemos cialmente de la apropiacién de los bienes y del
puntualizado ya que Frank omite considerar la trabajo compulsivo y no remunerado de Jos
forma social de existencia de la fuerza de trabajo indigenas, de acuerdo a la primera modalidad de
para caracterizar los modos histéricos de apro- la encomienda (cita pp. 129-130). Pocos afios
piacién del excedente econdmico. Sin embargo después de la conquista, algunos pueblos indios
en el capitulo segundo: E&/ problema indigena “solicitaron la conmutacién de las especies y
en América Latina, donde descarta como causa servicios por oro o plata” (cita p. 131). Esta so-
la falta de integracién cultural o econdémica del licitud de cambio en la forma de tributar es
indfgena a la sociedad global —o nacional-,trata recuperada por Frank de la siguiente manera:
ese problema. En efecto, para probar su tesis de “El nuevo capitalismo penetré tan rapida y pro-
que “el problema del indigena deriva de su rela- fundamente en la organizacidn econdmica abo-
cién econdmica con los otros miembros de la rigen (...)”. Por Ultimo Miranda senala que
sociedad, relacién que a su vez ha sido determi- los excesivos gravamenestributarios —es decir, los
nada por la estructura metrdpoli-satélite y el tributos que el encomendero percibi/a como con-
desarrollo de la sociedad capitalista desde que la secuencia de la prebenda que la Corona otorgaba
colonizacién lo incorporé a ella” (p. 128), apela a sus vasallos espafioles en América— obligé al
a recrear algunas de las formas de apropiacién de
cambio de residencia 0 ala huida delos indigenas
la fuerza de trabajo y del excedente en la socie- (cita p. 132).
dad capitalista de los siglos XVI al XVIII, Para
no alargar innecesariamente este articulo, traba- La primera cita de Silvio Zavala recuerda la cédu-
jaremos solo conlas citas de dos historiadores lade 1549 que ordena suprimir de la encomienda
que el mismo Frank ha seleccionado para dicho los servicios personales y reemplazarlos por el
capitulo y a los cudles presta su completo pago de tributos en especie y metdlico (cita p.
acuerdo. 132). Si el propdsito de la Corona era estable-
cer un sistema de trabajo asalariado voluntario
(que no excluia el pago detributos), ello quedd
“Aunque el encomendero continental tuviera
pronto desvirtuado. En Nueva Espafia, para
mucho de sefior feudal, a la europea, por lo que
asegurar la mano de obra necesaria para la econo-
retiene del feudalismo medieval’, J. Miranda
mia minera y agropecuaria, se instituye el
prefiere sostener la visidn de ‘un. hombre de su
cuatéquil, 0 sea el sistema de trabajo pagado
= Sweezy, Dobb..., op. cit., p. 18. forzoso, sistema que iba a desarrollarse en ma-

52 53
yor escala en el Pert bajo el nombre de mita: todos de extraer la renta, se transforma en un
el sistema de trabajo compulsorio . . . vino a ser paradigma del capitalismo.
al cabo Ia principal fuente de brazos de Ia colo-
nia (p. 133). También en Nueva Espaiia los es- A manera de imagen opuesta, recordemos que
pafioles atraen a sus fincas a los indfgenas de las para Marx sdlo hay capitalismo si se encuentra
aldeas vecinas, con lo cual tenfan familias ente- “en el mercado, entre /as mercancias, con el
ras residiendo continuamente en sus tierras co- obrero libre; libre en un doble sentido, pues de
mo mano de obra. ‘‘Ademéslos terratenientes una parte ha de poder disponerlibremente de su
habfan empezado a hacer todo lo queles era fuerza de trabajo como de su propia mercancia,
dable para reforzar su posesién de gafianes, pri- y, de otra parte, no ha de tener otras mercancias
vdndoles a su placer de /a libertad para abando- que ofrecer en venta...” ?
nar la finca”’, siendo el endeudamiento el medio
legal mds frecuente para esta retencién de mano
de obra (cita p. 133, el subrayado es mio). Capitalismo o feudalismo: una disyuntiva
inevitable?
Esta breve incursién de Frank porel régimen de Las Iineas que hemosvenido desarrollando hasta
trabajo colonial testimonia nuevamente sobre su ahora sugieren la evidencia de que serfa impropio
concepcién del capitalismo. Para caracterizar a definir el perfodo latinoamericano de lossiglos
una formacién econémico-social como tal no XVI al XIX como una formacién capitalista en
hace falta tomar en cuentasi las formassociales el sentido especifico que Marx le adjudicé. De
de la fuerza de trabajo revelan la existencia de atenernos a los modos de produccién, ‘‘a grandes
sistemas compulsivos y forzados, de coacciones rasgos podemos designar otras tantas etapas
extraeconémicas con retencién de la mano de progresivas de la formacién econdmica de la so-
obra. Basta con referirse a un tipo ideal de em- ciedad, el modo de produccién asidtico, el anti-
presario movilizado por el espiritu de lucro y a guo, el feudal y el moderno burgués”, °° en
un sistema de produccién para el mercado; en América Latina tendrfamos una formacion feu-
sfntesis, basta la circulacié6n de mercancias. Con dal. Pero aunque estemos flanqueados, “‘a gran-
esta vuelta cualquiera puede entender cémo la des rasgos”, por sdlo cuatro opciones, veamos
encomienda indiana, “* con sus cambiantes mé- si conviene arriesgar una divergencia sobre nues-
tro pasado presuntamente feudal. Para ello
48 “Un derecho concedido por mercedreal a los beneméritos de habrd que hacer una sumaria descripcion de las
las Indias, para percibir y cobrar por sf, los tributos de los in-
dios que se le encomienden, por su vida y la de un heredero,
formas econémicas y sociales de la Colonia a un
conforme a la ley de sucesién, con cargo de cuidar a los indios nivel de aproximaci6n, pues si bien se sabe bas-
en lo espiritual y temporal, y de habitar y defender las pro-
vincias donde fueren encomendados y haber de cumplir todo Ke Marx, op. cit., tomo |, p. 122.
esto, con homenaje o juramento particular”. J. de Solor-
zanoPereira, Politica Indiana, Madrid, 1736, vol. |. p. 221. = K., Marx, Introduccién general a la critica de la economia
politica, Pasado y Presente, Cérdoba, 1968, p. 70.

54 55
En el interno colonial son dominantes aquellos
tante sobre las relaciones de produccién y la
espacios que por su concentracién demografica
circulacién de mercancfas, la carencia de inves-
derivada de la funcién social, econdémica poli-
tigaciones sobre un problema fundamental: el
tica se convierten en polos de crecimiento, El
proceso de acumulacién, fragmenta nuestro co-
mds alto grado de dominacion corresponde a
nocimiento de la totalidad empirica.
aquellos espacios que, ademds de incidir con sus
flujos de arrastre en el crecimiento de otros
1. La incorporacién del espacio colonial a la espacios, concentran el rol de centros y subcen-
economia mundo. tros intermediarios del bilateralismo comercial
Corresponde a un momentode la expansién del mpnopélico y controlan, ademds, las produccio-
capital comercial y cambiario de Europa. La nes regionales destinadas al mercado interno; vale
conquista es una etapa propia de la empresa pri- decir, los espacios donde esta localizado el capi-
vada plasmada en la hueste conquistadora. Hay tal comercial.
un brutal rompimiento de las formas intrinsecas
de las sociedadesindfgenas, forzadas a integrarse 3. El régimen de trabajo
a una economia y una sociedad de un ritmo y
Hay coexistencia de formas diversas. El grupo
evoluci6n distintos; se produce la desintegraci6n
mestizo y de espafioles pobres esta sujeto por lo
de los modelos asuntivos indigenas. La conver- general a un régimen de libre contratacién con
gencia en un mismo proceso de dos momentos
percepcién de salario (en detalles se hard nece-
historicos de diferente evolucién: la sociedad de sario considerar la abundancia de reglamentacio-
los dominantes y la sociedad de los dominados nes compulsivas para la mano de obra mestiza).
define una combinatoria que destaca la particu-
laridad histérica de América Latina.
Las formas usadas para extraer la renta de ambos
grupos —cuando no estdn sujetos a salario—
2. La dominacién espacial de y en el espacio muestran una multiplicidad de combinaciones.
colonial. En algunossectores artesanales urbanos se gene-
Dos son los niveles mas destacables. La domina- raliza la formacién de gremios.
cidn polftica de la metrépoli sobreel espacio co-
lonial, sujecién que permite la apropiacién del EI grupo esclavo es una mano de obra predomi-
excedente colonial a través de dos métodos nante en muchas areas. Puede considerarselo
principales: la via fiscal y el bilateralismo comer- como capital fijo.
cial monopdlico. Constituyendo la apropiacién
de excedente el fin prioritario de la metrépoli, La situaci6n del grupo indfgena pasa por frecuen-
ésta adecua la estructura econdémica y social de tes oscilaciones. Incide en ello la politica real
la colonia a tales propésitos. que, al mismo tiempo que le fija la obligacién

56 57
amplitud extraordinaria donde convergen infini-
del tributo, pretende convertirlo en un grupo
dad de producciones regionales, de aplicar la
asalariado virtualmente libre, politica que la
nocién de espacio polarizado en la macroescala
Corona posterga frecuentemente en aras de la
de la divisién pol(tico-administrativa (por ejem-
apropiacién maximizada del excedente colonial; virreinato
plo, espacio polarizado peruano:
paralelamente actian las presiones y necesidades
peruano), estos vastos mercados deben ser sena-
del grupo empresarial espafiol. Un nimero redu-
lizados como internos.
cido de indfgenas ofrece su trabajo como mer-
cancfa y percibe salario, pero la tendencia gene-
ral es la sujecién a sistemas compulsivos de La propiedadterritorial se constituye principal-
trabajo, de coacciones extraecondémicas (aunque mente por medio de las mercedes y composicio-
haya una percepcién simbdlica de salario). El nes de tierra, pero los archivos notariales de cada
grupo indfgena constituye una parte directa de regién testimonian una cierta movilidad en la
las condiciones objetivas de produccién.** transferencia de la propiedad agraria: su valor
depende de la superficie, tipo de produccién y
4. Produccién. Mercado. Circulaci6n. distancia de las rutas y mercados. En el medio
agrario también se localiza preferentemente la
A excepcion de la minerfa, las unidades agrarias actividad industrial, sobre todo la textil, cuyo
de produccién tienden a mostrar dos facetas: extenso mercado estd formado por los grupos
a) una produccién para uso o de autosubsisten- subalternos.
cia; b) una produccién ‘especializada para el
mercado (es decir, no se trata de una comercia-
De acuerdo a esta descripcién y al concepto de
lizacién del excedente de la produccién para
relaciones de produccién como estructuras de la
uso), que por lo general posee un radio de circu-
sociedad volvemosal punto de partida, a la exis-
lacién de gran distancia. Las fluctuacionesenel
valor y en el volumende esta circulacién coman- tencia de una formacién feudal. Pero ahora po-
dan los movimientos c/clicos regionales. demos proponer una divergencia a titulo de hi-
potesis. Atendiendo a la contemporaneidad del
proceso de disolucién de la forma feudal en
La integracién de un sector de autosubsistencia
Europa, a que la incorporacién del espacio colo-
en cada unidad de produccién explica el escaso
nial a la economfa mundo corresponde a un
dinamismo de los mercados locales en lo que
momento de la expansién del capital comercial
hace al intercambio de la produccién regional
interna; hay una mayor actividad con respecto y cambiario de Europa y a que la estructura de
al consumo de importaciones y a la produccién la sociedad americana esta determinada por la
de otras regiones. Existen mercados de una expansion y la dominacién del capital comercial,
se puede decir que paralos siglos XVI al XVIII
St Ver K. Marx, “Formaciones econémicas precapitalistas”, en América Latina esta inserta dentro del sistema
Godelier, Marx, Engels, E/ modo de produccién asidtico, Eude-
cor, Cérdoba, 1966. de la economfa mundo cuyo espacio desarrollado

52)
58
—o estructura dominante— pasa por un perfodo B) El desarrollo del capital comercial multiplica
de transicién, vale decir, /a fase del sistema de la la produccién y la orienta cada vez mds definiti-
economia mercantil, Si se acepta esto se puede vamentehacia el valor de cambio. Puede corroer
proseguir con otras consideraciones. las relaciones de producci6én como estructura de
la sociedad feudal pero también puede mante-
nerlas. En el caso especffico de América Latina
A) En Europala fase del sistema de la economia
las impuso. E\ particular proceso histérico de
mercantil fue el punto de partida esencial de una
incorporacién de la sociedad indigena a una
evolucién histérica que desemboca en la econo-
econom(a orientada por el valor de cambio (por
mia capitalista. Pero esto no es una ley: la do-
lo cual “‘brota un hambre insaciable de trabajo
mimacién del capital comercial puede influir en
excedente”) provoca una modificacién en pro-
el transito hacia el régimen capitalista pero ‘‘no
fundidad de la estructura original de la sociedad
contribuye de por sf a revolucionar el antiguo
dominada, pero para insertarla en relaciones de
régimen de produccidn (feudal) sino que lejos de
dominio personal caracterizables como de servi-
ello lo conserva y lo mantiene como su pre-
dumbre. Vale decir, el sistema de producci6én
Mlsarsd adt., *4
para el mercado y el dominio del capital comer-
cial en América Latina no disuelve sino que
La cita vale para América Latina. Aqui la impone formas feudales, ya que éstas le permiten
existencia propia e independiente del capital un nivel de apropiacién del excedente de inten-
comercial se halla “‘en raz6n inversa al desarrollo sidad maxima. No hay incompatibilidad sino
econdmico general de la sociedad . . . se halla en compatibilidad de estructuras.
raz6n inversa al grado de desarrollo de la produc-
ciéncapitalista”, ** pues no se dio aquel proce-
so revolucionario dondeel capitalista se apodera Ahora podemosredefinir las hipdotesis. El espa-
de la produccién misma, proceso en donde “‘el cio desarrollado y dominante —tanto en la fase
capital comercial aparece simplemente comoca- del sistema de la econom fa mercantil comoen la
pital destinado a una funcién espec/fica”. %*4 formacién especificamente capitalista— no tras-
planta sus estructuras al espacio dominado sino
La convergencia de datos alrededor de estas pre- que le impone una economia de circulaci6n el
misas podria sugerir una visién mds totalizadora tipo de relaciones de produccién comoestructura
de nuestro subdesarrollo, es decir, de la falta de de la sociedad que convalide su dominacién. Por
desarrollo industrial. lo mismo, dentro del sistema capitalista mundial
hay desfasamientos en la evolucién de las
Bing Marx, E/ capital, tomo III, p. 323. formaciones, coexistencia de modos de produc-
cién de jerarquias desiguales cuyoshilos y entre-
53 pid, p. 317. cruzamientos maneja el espacio desarrollado. Si
54 ibid, p. 316. no se toma en cuentael aspecto genético-histori-

60 61
co de las formaciones del espacio dominado ricas de su génesis y desarrollo son distintas en
queda como tinica perspectiva la de congelar y ambosespacios? Mientras en el espacio dominan-
aplicar mecdnicamente, como opciones, las cua- t> el régimen capitalista de producci6n se gesta
tro formacionessefialadas‘‘a grandes rasgos’’ por adviene sobre las ruinas del feudalismo euro-
Marx. Pero el mismo Marx decfa, a propdsito veo, las mismas fuerzas que lo disuelvenalla im-
del trabajo, del dinero, de la renta del suelo,etc., plantan formas feudales de explotacién en Amé-

*
que eran categorfas, en su generalidad abstractas, rica. Entonces, mas que extrapolar, el problema
comunes en mayor o menor medida a todos los real consiste en pensar e investigar acerca de las
tipos de sociedad, pero que habia que percibir condiciones histéricas concretas de cada forma-
sus cambios de categorias simples a categorias cién. La negacién en una formacién feudal
mds concretas de acuerdo a la complejidad de las tiene aquf, por lo tanto, un sentido: partir del
formacionessociales. Vale decir que, no obstan- orden més simple (el vacfo terminolégico) para
te su naturaleza abstracta, son ‘el producto de arribar al orden mds complejo (definir la forma-
condiciones histéricas y no poseen plena validez cién especffica de América Latina de acuerdo a
sino para estas condiciones y dentro de sus su jerarquia y a su conexién orgdnica enel inte-
limites”; en consecuencia, serfa falso e inoportu- rior del sistema mundial de la fase de la econo-
no alinear las categorias econdmicas en el orden mfa mercantil y del régimen capitalista de
en que fueron historicamente determinantes. Su produccién).
orden de sucesién es, por el contrario, determi-
nado por las relaciones que existen entre ellas en
la sociedad burguesa moderna, y resulta precisa- Otra cuestién. Desde la posicién de los domina-
mente el inverso del que parece ser su orden dos (0 subdesarrollados) plantearse este presente
natural o del que corresponderia a su orden de como una formacién feudal o semifeudal es tra-
sucesién en el curso de la evolucién historica. ducir a un lenguaje marxista puramente simb6li-
No se trata de la posicién quelas relaciones eco- co el manifiesto rostowiano. Se puede ser un
ndmicas ocupen histéricamente en la sucesién de evolucionista neto, tener el fijismo de las etapas
los diferentes tipos de sociedades. Se trata de su histéricas para avizorar en un futuro lejano el
jerarquia y de su conexidn organicaen elinterior cambio hacia una sociedad desalienada. Pero no
de la sociedad burguesa moderna”. °° Deeste se puede deformar la totalidad empirica. Es
modo, parece impropio extrapolar linealmente, que las contradicciones y los ciclos del espacio
como tinica y necesaria alternativa aprioristica, capitalista desarrollado comenzaron —en las
el modelo de evolucién histérica de Europa y Uiltimas décadas del siglo XIX y en estas del XX—
caracterizar en consecuencia a América Latina a corroer y terminaron pordisolver aquellas rela-
como una formacién feudal. iQué grado de ciones de produccién como estructura de una
validez puede tener ello si las condiciones histé- sociedad presuntamente feudal. Los grupos su-
balternos dejaron de ser una parte directa de las
iy Marx, “Introduccién”..., op. cit., pp. 57 y 60.
condiciones objetivas de produccién. Y siendo

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América Latina en el siglo XX una formacién
pias conclusionesni por conflictos con cualquier
capitalista, la historia de larga duracién (o la
poder que sea” (Marx). Ejemplo, en fin, para
invariabilidad) del capitalismo o del feudalismo
quienes practicamos el oficio de historiador
indica que sus cultores manejan mal la oportuni-
afinando los instrumentos para hacer Ciencia del
dad de los cortes, la duracién de las estructuras.
pasado, pero no como Ciencia del presente.
De tal modo,si para transformar el presente la
praxis quiere reflexionar sobre si misma tendra
que emprenderotro andlisis histérico: el de los
grupos subalternos que desde hace algtin tiempo
son las clases hacedoras de la historia. En este
caso, junto con afinar la generalidad abstracta
previa conviene asimismo trabajar sobre la tota-
lidad empirica para no incurrir en el salto a otra
abstraccién imaginaria. Es esta la funcién que |
|
deben asumir, que da el sentido a las ciencias
sociales de un espacio dominado,subdesarrollado.

Comenzamosesta seccién con un interrogante: |


écapitalismo o feudalismo? Dijimos capitalismo |
para el siglo XX. Para el tiempo pasado eludinios
una respuesta que serfa atin una simple formula,
prefiriendo incursionar, sin demasiada profundi-
dad, en las conjeturas del método.

He sefialado franca y lealmente algunas disiden-


cias con Capitalismo y subdesarrollo en América
Latina, He omitido casi todas sus virtudes y no
quiero terminar sin dejar el testimonio de su
virtud mayor: la de desacrafizar el cientificismo
sin objeto, A André Gunder Frank le correspon-
de plenamenteser identificado con ese compro-
miso del intelectual que queria Baran, un critico
social con el deseo y la valentfa de decir la ver-
dad, de acometer “‘la critica despiadada de todo
lo existente, despiadada en el sentido de que no
ha de echarse atrds ni por asustarse de sus pro-

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Los documentos que integran la Biblioteca PLACTED fueron reunidos por la ​Cátedra Libre
Ciencia, Política y Sociedad ​(CPS). Contribuciones a un Pensamiento Latinoamericano​, que
depende de la Universidad Nacional de La Plata. Algunos ya se encontraban disponibles en la
web y otros fueron adquiridos y digitalizados especialmente para ser incluidos aquí.

Mediante esta iniciativa ofrecemos al público de forma abierta y gratuita obras


representativas de autores/as del ​Pensamiento Latinoamericano en Ciencia, Tecnología,
Desarrollo y Dependencia (PLACTED) con la intención de que sean utilizadas tanto en la
investigación histórica, como en el análisis teórico-metodológico y en los debates sobre políticas
científicas y tecnológicas. Creemos fundamental la recuperación no solo de la dimensión
conceptual de estos/as autores/as, sino también su posicionamiento ético-político y su
compromiso con proyectos que hicieran posible utilizar las capacidades CyT en la resolución de
las necesidades y problemas de nuestros países.

PLACTED ​abarca la obra de autores/as que abordaron las relaciones entre ciencia,
tecnología, desarrollo y dependencia en América Latina entre las décadas de 1960 y 1980. La
Biblioteca PLACTED por lo tanto busca particularmente poner a disposición la bibliografía de este
período fundacional para los estudios sobre CyT en nuestra región, y también recoge la obra
posterior de algunos de los exponentes más destacados del PLACTED, así como investigaciones
contemporáneas sobre esta corriente de ideas, sobre alguno/a de sus integrantes o que utilizan
explícitamente instrumentos analíticos elaborados por estos.

Derechos y permisos

En la Cátedra CPS creemos fervientemente en la necesidad de liberar la comunicación


científica de las barreras que se le han impuesto en las últimas décadas producto del avance de
diferentes formas de privatización del conocimiento.

Frente a la imposibilidad de consultar personalmente a cada uno/a de los/as autores/as,


sus herederos/as o los/as editores/as de las obras aquí compartidas, pero con el convencimiento
de que esta iniciativa abierta y sin fines de lucro sería del agrado de los/as pensadores/as del
PLACTED, ​requerimos hacer un uso justo y respetuoso de las obras, reconociendo y
citando adecuadamente los textos cada vez que se utilicen, así como no realizar obras
derivadas a partir de ellos y evitar su comercialización.

A fin de ampliar su alcance y difusión, la Biblioteca PLACTED se suma en 2021 al


repositorio ESOCITE, con quien compartimos el objetivo de "recopilar y garantizar el acceso
abierto a la producción académica iberoamericana en el campo de los estudios sociales de la
ciencia y la tecnología".

Ante cualquier consulta en relación con los textos aportados, por favor contactar a la
cátedra CPS por mail: ​catedra.cienciaypolitica@presi.unlp.edu.ar

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