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UTURUNCOS. EL ORIGEN DE LA GUERRILLA PERONISTA; de Ernesta Salas, Buenos Aires, Biblos, 2003. Gustavo Nicolés Contreras Universidad Nacional de Mar del Plata «la formacion de la identidad de los colectivas cornienza con el despertar ae Jos recuerdos. No hay otra posible camino: fa memoria es el instrumento necesa- ‘io pare daminar ef futuro (..) El opresor siempre pretende apropiatse del pasado ;Por qué Uturuncos? El uturunco, en la mitologia del norte argentino, es un hombre que a través de un pacto con el diablo logra en las noches convertirse en tigre. La fuente de su poder es el gran odio que le tiene a la sociedad a causa de las injusticias que recibié de ella, raz6n que lo lleva a alejarse y vivir en los montes, sin otro objetivo que la vengan- za. Salas, reafirmando su perspectiva cultu- ral, sostiene que los primeros guerrilleros fue- ron Ilamados uturuncos no por casualidad. En el ambiente flotaba la leyenda, las creen- cias eran parte del sentimiento comin, y for- maban parte de la estructura de aquella iden- tidad colectiva de resistencia al opresor. En los sucesivos capitulos recorre la expe- riencia de los guerrilleros: su organizaciéns sus objetivos; su composicidn etaria, social y politica; sus acciones; sus aciertos y desven- turas; la repercusién en los medios; la per- cepcién y respuesta de la poblacién; la posi- cién sobre ellos de militantes, sindicalistas y peronistas en general; la respuesta del gobier- no y de los milicares. El primer grupo de ocho hombres partié el 25 de octubre de ese mis- mo fio, Mena y Guillén fueron los idedlogos, pero por su rol de direccién no subirdn al monte. Ellos se encargaran de buscar apoyos 5 «Ya habien pasado tes aos, unos golpeando los cuartees (en alusion al golpe de Vala, y otis de los sindicatos (erica a tos integracicnistes), todo habia frecasado, la helga general revolu cionaria no legaba nunca porque todos los dtigentes estaben ven ido |.) Quedaba es (..) e8 decir, un movimiento ermado que 192 Notas en otras provincias y de coordinar el grupo guerrillero y la red politico social que los con- tendra, Los objetivos propuestos al grupo eran el reconocimiento del terreno y la obtencién de armas. La falta de experiencia, la actua- cién prematuray la desorganizacién Ilevaron al fracaso de tres intentos de asalto. Répida- mente la policfa los cerca y deben desistir. Para suplir estas falencias, preparan un se- gundo intento para fines de noviembre, co- menzando con el asalto a la comisaria de Frias en Santiago del Estero. Esta se ubicaba en el enlace entre tres provincias (Tucumén, San- tiago y Catamarca) y era el edificio conjunto de administracién, gobierno y policfa. La eleccidn de este objetivo les permitiria, ade- mds, sumar varios santiaguefios. El 25 de di- ciembre el asalto se desarrolla exitosamente. Acto seguido retornan al cerro «El Calao» que ya habian reconocido en la primera oporcu- nidad. El foco no desperté la reaccién revo- lucionaria de la resistencia peronista como esperaban los participantes. El aislamiento, la falta de experiencia de los muy jévenes guerrilleros (la mayorfa tenia entre 15 y 20 afios), Ia delacién y la rdpida respuesta del gobierno, el ejército y la policia hicieron nau- fragar el segundo intento. Salas realiza una detallada descripcién so- bre ambos ascensos a la montaiia, reparando en anécdotas y biografias buscando enrique- traige a Peron, coment JL. Rojgs(. 51. Las acleracinnes an fs paréntass son mgs (GC. En tal sentido Salas antiende que la que trilla nace del rechavo el integracionism y dele ella sobre el {racaso de la via insureccinal cer la reconstruccién histérica.* La utiliza- cién de diferentes fuentes, tales como dia- rios, informes de la policia, y principalmente entrevistas a varios de los protagonistas, le per- mite obtener una visién compleja que le po- sibilita discutir con versiones anteriores. Sin embargo, se lamenta de la ausencia de pan- fletos, proclamas ¢ informes realizados con- tempordneamente por los Uturuncos, los cuales fueron escritos pero no subsistieron hasta la actualidad. Por Jo tanto, su progra- ma, sus declaraciones y posturas los infiere indirectamente, lo cual se convierte en una limiracién para el autor En este sentido, a partir de un reportaje pu- blicado en la revista Mayoria, que atribuye a A. Guillén, sefiala que «el conjunto del pro- gramay del MPL-ENL era «neramente pero- nista» (p. 123). Sin embargo, a continuacién marca que habia algunos puntos que lo tras- cendfan, como la reforma agrariay la raprura con el FMI y el imperialismo. En este sentido considera que «las bases peronistas, libradas de la tutela ejercida por el Estado y su partido y fogueadas por las intensas luchas de la se- gunda mitad del 50, se radicalizaron hacia ideas nacionalistas revolucionarias, tanto en los sindicatos come en los comandos» (p. 17). Sin embargo, es dificil apreciar en el texto si lo «netamente peronista» remite al programa del peronismo en el gobierno o si se refiere a un nuevo peronismo corrido a la izquierda a El autor entignde que «..elhistoriador travaja no sélo can las categorias generales do la socolagia 0 dela economia, sino sobro todo y ante todo con seres humanos coneretos cuyasirrepetibil- dades y singulares existencias como individucs 0 como comunida- partir de los sucesos de 1955, Seguramente la situacién de la exclusién del poder, la intran- sigencia, cl acercamiento de lideres comunis- tas al peronismo—cl mismo Menacs un cjem- plo-, la heterogeneidad ideolégica de sus in- tegrantes, la estrategia insurreccional y la op- cién guerrillera son puntos que corrieron este movimiento hacia la izquierda, La direccion de la guerrilla de Uturuncos por un ex comu- nista y un ex anarquista, sus acciones objeti- vas y su posterior viaje ala Cuba revoluciona- ria hablarfan en este sentido. Destaca Salas: «En ese vértice coincidieron las experiencias entre peronistas y marxistas que dieron ori- gen alas guerrillas inmediatamente posterio- res» (p. 124). g¥ por qué no a la guerrilla de Uturuncos? {No habria un acercamiento tem- prano entre marxismo y peronismo? Por lo anteriormente dicho, y sin negar el mayorita- rio componente justicialisea que sefiala el au- tor, la intencién de entender este movimien- to dentro de lo propiamente peronista, abre muchos interrogantes. La tercera incursion es impulsada por la lle- gada a Tucumdn de un grupo de militantes de Buenos Aires convocados por Guillén y relacionados, también, a la estrategia insur gente de Cooke. De este modo, junto a Mena logran poner el tercer grupo en la montafia, aunque sélo hi ieron tareas de reconocimien- to del terreno. Esto se desarrollé en un con- texto nacional muy conflictivo. Fuertes aren- des humanas dam vida real a aque categorias -modo de pro ‘ction, clases, esiructuras, etc. pero no se confundan con ells..», Adolo Gill, Discusiones sobre la storia, ctado en Sa las, Ernesto, Uturuncos. studies sociales 27 [segundo semestre 2004) 193 tados en Cérdoba, Mar del Plata y Buenos Aires recrudecieron la represin de la policia y del Ejército, quienes comenzaron a aplicar el plan Conintes, Las detenciones de pero- nistas y comunistas proliferaron. El intento fue desbaratado. Escapando, algunos de los integrantes viajaron a Cuba donde recibie- ron instruccién military proyecraron un plan de accién para realizar un foco en Argentina. Esto dio lugar a un cuarto intento, en 1962, bajo la direccién de Ernesto Guevara y en coordinacién con Masseti y el EGP en Salta. Si bien lograron subir nuevamente al monte, Salas entiende que abandonaron el plan por un cambio en la politica nacional. Salas nos muestra el origen de la guerrilla de Ururuncos desde un dngulo regional. Se distancia de quienes sostienen que la inicia- tiva surgié de un grupo de estudiantes de Buenos Aires (Daniel James y Emilio Mora- les), quienes segiin el autor Ilegaron poste- riormente, También disiente en cuanto a las caracteristicas de los participants. Estos no cran sélo comunistas o jdvenes del peronis- mo de izquierda, sino que la mayorfa eran «peronistas del montén» que Ilegaban a esta experiencia por la légica de una cultura de resistencia. En ral sentido, la historia de Utu- runcos discute la tesis de que la opcién gue- rrillera es consecuencia de la condicién de clase de los participantes, pertenecientes prin- cipalmente a la pequefia burguesfa. Salas re- salta, como particularidad de esta experien- cia, su origen en el comando clandestino 17 de octubre, el cual contaba con una extensa red politico social de contencién (principal- 194 Notas mente de origen obrero que se ampliaba has- ta circulos de la clase media), que la diferen- cia de otros intentos centrados en la clase media y confiados en los efectos del foco ais- lado, Esta red, el contacto con una amplia gama de militantes de Tucuman y otras pro- vincias, las particularidades geograficas de la zona y la combatividad de la FOTIA fueron el suscento para que en determinado contex- to nacional decidieran subir al monte. El autor se dedica a describir las caracteris- ticas de este sindicato y analiza la huelga azu- carera de 1959, que antecede la instalacién de la guerrilla, la cual dura un mes y medio y logra repercusiones nacionales. Si bien la FOTIA, a diferencia del resto de los gremios del pais, triunfa y obticne sus peticiones, la decisién de subir al monte no se modificé. En tres meses Tucumén tendré una impor- tantisima huelga y un foco guerrillero. Lo mencionado hasta aqui, abre el camino para estudiar la relacién precisa de Uturuncos con, la FOTIA, cuestién que no queda del todo clara en cl texto. El anilisis de la huelga de 1959 y de la combatividad del gremio cum- ple més una funcién contextual que la des- cripcién de un vinculo institucional entre ambas organizaciones. Por lo tanto, los tra- bajadores del azticar que participaron de la opcién impulsada por el comando 17 de oc- tubre no parecen haberlo hecho desde el sin- dicato, Sin embargo, a pesar del distancia- miento entre las opciones seguidas por co- mandos y sindicacos, entendible por sus par- ticularidades consticutivas, tampoco hay un desentendimiento total por parte de la Ifnea dura sindical que, por ejemplo, brindé su apoyo a los detenidos. Uturunco: intenta comprender la magni- tud real del primer inrento guerrillero en Argentina. Salas discute la consideracién de James sobre el impacto de la guerrilla en los activistas, y contrariando al autor de Resis- tencia e Integracién afirma que no fue escaso. Aunque concuerda en que no fue una op- cién para el movimiento en su conjunto, afir- ma que fue una de las posibles evoluciones politicas del momento para los comandos. «El origen de la guerrilla en la Argentina reside en los debates abiertos por la resistencia pe- ronista», mas que por la influencia del ejem- plo cubano (p. 125). Con relacién a esto, el autor describe el trabajo de Guillén y Mena en pos de expandir la tdctica foquista més alld de Tucumdn y Santiago, sicndo la vincu- lacidn con algunos militantes portefios lo mis analizado, resalta también el apoyo de ince- lectuales como S. Frondizi y J. M. Rosa (p. 99), las tendencias de guerrilla urbana en las grandes ciudades, una posible guerrilla en Mendoza impulsada por el UGA (Unién de Guerrilleros Andinos) (p. 96) y el proyecto de Mena para Misiones (p. 92). Sin embar- go, dada la dificultad de la rarea, en el libro no puede percibirse la dimensién real en ese momento de la opcidn guerrillera dentro de la resistencia peronista. Algunos de los inte- grantes de Ururuncos seguirén insistiendo con la guerrilla y participardn en los siguien- tes intentos. Segiin Salas, ellos son el prece- dente en el debate sobre la opcién foquista y sobre la legitimidad de la lucha armada en la Argentina, Allf radica su relevancia historica. Este libro constituye un interesante andl de la guerrilla de Ururuncos, que presenta una esclarecedora relacién entre los hechos en Tucuman y el contexto nacional, del que también da cuenta y estudia, En este sentido es también una investigacién sobre la resis- tencia peronista, El autor logra una intere- sante complementacién entre lo analitico y lo descriptivo, siendo de lectura dgil, sin por ello eva ir problemas historiogréficos com- plejos y polémicos como los sefialados en los Uiltimos parrafos, en los cuales se plantean algunas dudas y preguntas. estudios sociales 27 [segunda semestre 2004) 195,

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