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LOS ORÍGENES DE ROMA

La ciudad de Roma posee mitos y leyendas que intentan explicar sus orígenes. La más
famosa de ellas cuenta que fue fundada por Rómulo y Remo, quienes fueron amamantad
os por una loba.
Desde su fundación (año 753 a. C), fue ampliando su territorio hasta convertirse en
la capital del imperio más extenso de la antigüedad. Los primeros indicios de la ciu
dad, los hallamos en la península itálica. Allí, a orillas del río Tíber, se alzan siete c
olinas que eran habitadas por siete poblados, que se situaban en las zonas más alt
as para protegerse de las frecuentes inundaciones.
En el siglo VII a. C., los etruscos, un pueblo asentado en el centro de Italia,
conquistaron las siete colinas y convirtieron las aldeas en una autentica ciudad
: Roma. La ciudad se convirtió en un centro comercial de sal, ganados y productos
agrícolas y empezó a crecer alrededor de una plaza principal: el foro.
ROMA: DE MONARQUÍA A REPÚBLICA
Durante la época de influencia etrusca, Roma fue gobernada por un rey, que era asi
stido por un senado, asamblea en la que solo estaban representadas las familias
nobles o patricios.
El resto de los pueblos habitaban en Roma entre ellos, los latinos, nunca acepta
ron la autoridad etrusca y lucharon permanentemente contra ella. Así, fueron exten
diendo su dominio en el centro y norte de la península, hasta controlar una parte
de la costa.
Finalmente, en el siglo VI a.C., los habitantes romanos expulsaron definitivamen
te a los monarcas etruscos e impusieron un nuevo sistema político: la república.
ROMA REPUBLICANA: POLÍTICA Y SOCIEDAD
Durante la República, el Senado acrecentó su importancia política, transformándose en el
principal organismo de la política internacional exterior de Roma. Junto al senad
o gobernaban dos cónsules, que eran elegidos anualmente dentro del mismo grupo soc
ial y tenían como principal función dirigir las operaciones militares.
En los orígenes, el gobierno republicanos fue ejercido sólo por los patricios; por l
o tanto era una oligarquía, es decir, gobierno de unos pocos pertenecientes a una
misma clase social. Poco a poco, la situación fue cambiando, debido a la progres
iva participación de los plebeyos, gente común, que subía gracias a su trabajo, sin go
zar de privilegios.
En el siglo V a.C. los plebeyos obtuvieron el derecho a nombrar sus propios repr
esentantes, los tribunos, quienes al grito de veto – es decir, “prohibido” – impedían la a
probación de leyes contrarias a sus intereses. Más tarde tuvieron acceso al senado y
pudieron influir más sobre la legislación.
Como clase social, los plebeyos accedieron gradualmente a las magistratura, pudi
endo ser cuestores, o encargados de los negocios públicos y censores, supervisores
del censo, instituto para contar a la población, evaluar sus bienes y fijar impue
stos. Así se tuvo la sensación de que el senado gobernaba con el pueblo común. Las ini
ciales S.P.Q.R. (Senatus populus Que Romanus), significan “el senado y el pueblo
romano”, acompañaron todos los decretos y leyes.

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