El poder de la educación cristiana - parte 1* “NUESTROS HIJOS CRECEN COMO PLANTAS EN UN JARDÍN” (SAL. 144:12).
¡Q ué diferencia marca la educación, especialmente la educación cristiana!
La historia de Adugnaw Worku, director de la Biblioteca de la Universi- dad Adventista del Pacific Union College, en California (EE. UU.), confirma la verdad de esta declaración. Nos cuenta el siguiente relato de su vida: “Me convertí en pastor de ovejas a los siete años. Recorrí los vastos prados de la Etiopía rural con el ganado. Ese era mi deber diario, hasta que cumplí doce años. Entonces, cedí el trabajo a mi hermano menor y me mudé a la granja familiar. Allí aprendí a arar la tierra, plantar y cosechar. Descubrí la dignidad del trabajo muy temprano y asumí mayores responsabilidades cada nuevo año. “Mi familia vivía de la agricultura. Esto no era cuestión de elección, sino de supervivencia. Sin embargo, a los quince años tuve un terrible accidente que me cegó y me desfiguró el ojo izquierdo. Los mejores ‘profesionales de la salud’ de mi pueblo intentaron ayudarme, pero nada funcionó. Entonces, mi familia decidió enviarme a un hospital moderno. Caminé durante dos días hasta el hospital más cercano. Resulta que ese hospital era de la Mi- sión Adventista, construido en medio de ‘la nada’. “Cuando llegué allí, encontré tres cosas: una iglesia, una escuela y un hospital. Mientras me trataban allí, observaba de cerca a los estudiantes de la escuela. Miré lo que hacían y cómo se comportaban. Me di cuenta, de inmediato, que tenían algo especial que yo no tenía. Instintivamente, sentí que la educación es esencial. “El deseo de asistir a la escuela se volvió abrumador, y decidí encontrar una manera de hacerlo. Sin embargo, había dos problemas principales: no tenía el consentimiento de mis padres y no tenía dinero. En mi cultura, el per- miso de los padres es muy importante. En el interior de Etiopía, los padres ejercen poder e influencia sobre sus hijos. Eligen su profesión, su cónyuge, su religión, etc. Aunque tenía miedo de ir en contra de los deseos de mis pa- dres, no dejaba de pensar ni un minuto en la posibilidad de ir a la escuela…” (Continuará la próxima semana.)
* Adaptado de Adventist World, mayo de 2011, pp. 16-19.
HUAMACHUCO EN EL TIEMPO: ASIENTO URBANO Y ARQUITECTURA1 HUAMACHUCO ALONG TIME: URBAN SETTLEMENT AND ARQUITECTURE1 Adriana Scaletti Cárdenas2 Lic. María Lucía Valle Vera3