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Proyecto de manual para lideres de Casa de Recuperación y para padres de hijos

narco- dependientes.
Autor. Dr. Alfredo Montreza
20/03/2010

¿Por qué mi hijo se droga?

Esto es un manual, no es un libro, la diferencia está en que


como todo manual, es un conjunto de normas y prácticas para
obtener soluciones a los temas específicos, por los cuales
estamos preguntando.
El autor es un hombre que ha librado las guerras de América
Latina defendiendo los postulados de la WADL-USA junto a
organismos de contrapropuesta y alternativas a la violencia
política del narcoterrorismo.
Su única motivación es rescatar la juventud de las garras de
las drogas y despertarlos de la actual abulia psicologista y
tecnocrática para devolverlos a la realidad del trabajo y de la
voluntad, imperativos necesarios para la reconstrucción de
familias y naciones libres, democráticas, sanas, física y
espiritualmente.

Dr. Charles Colson


Ex Secretario General de Gobierno.
Presidencia de Richard Nixon. USA,1968-1972

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¿ Por qué mi hijo consume drogas?
Proyecto de manual para lideres de Casa de Recuperación y para padres de hijos narco-
dependientes.
20/03/2010
Preguntas y respuestas

1. a)¿Por qué se drogan los adolescentes?


b) ¿Cuál es el pensamiento del adolescente para llegar a usar la droga?
c) ¿Cuáles son los efectos comunes de las drogas? ¿Cuáles son las drogas más
utilizadas por los jóvenes?

a) En la actualidad todos sabemos, por los padres, por los profesores y por las
campañas antidrogas, que las drogas no son buenas, ni a uno ni al organismo. De ahí la
dificultad de entender por qué los adolescentes se drogan. Ni ellos mismos deben saber el
motivo.

Veamos algunos motivos posibles:


 Crecimiento: Para sentirse más independiente y para sentirse psicológicamente más
preparado para la vida, el adolescente quiere probarse y probar a los demás que ha
crecido, que tiene su propia opinión. Queriendo probar su seguridad puede
experimentar drogas.
 Curiosidad: La curiosidad puede también llevar a un joven a drogarse, pues la
adolescencia es una época para descubrir, quiere conocer todo. Es preciso, que el
adolescente, sepa diferenciar la buena curiosidad de la curiosidad nociva, y querer
conocer el mundo de las drogas es, de hecho, una mala curiosidad, ya que sabemos
efectivamente que las drogas hacen mal a la salud, alteran el pensamiento y cambian
el comportamiento de las personas.
 Incapacidad de enfrentar problemas: Especialmente recurren a las drogas aquellos
adolescentes que siempre tuvieron todo y nunca pasaron por frustraciones. Pero
ninguna droga resuelve nada.
 La omnipotencia juvenil (manía de Dios de adolescente): Aseguran que nada malo
les va a suceder, abusan de todo: velocidad, sexo, drogas, etc. Pero es justamente
ese exceso de confianza en sí mismo el que acarrea accidentes automovilísticos,
gravidez indeseada, el vicio por las drogas.
 Para ser aceptado por el grupo que las usa.
 Para cambiar su forma de ser: Recurren a las drogas porque ellos mismos no se
aceptan y creen que es el camino adecuado. Se engañan. Creen que las drogas
acaban con la soledad.

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Muchas son las causas que llevan a los seres humanos a la adicción a las drogas. En
efecto, los caminos son varios, los puntos de partida son distintos, pero la meta es una sola:
la distorsión física y moral de la personalidad. Se adhiere a las drogas buscando diversos
fines, pues ellas influyen en la percepción de fenómenos sensoriales; en el psiquismo en
general; en la normal reactividad; en la modificación de las percepciones del hombre; en la
conducta; en el orden mental; en el autocontrol y en el sentido de la responsabilidad.
Permiten, así, el logro de distintas situaciones que sólo en sueños serían factibles.

He contado catorce causas que llevan, por distintos caminos, a los hombres a la
toxicomanía; causas que sería interesante clasificar y analizar a fondo a los efectos de esta
lucha contra este mal. Estas son:
a) concurrencia a fiestas u orgías, donde, voluntaria o involuntariamente, se incorpora al
cuerpo, por cualquier medio (aspiración, ingestión, inyección, etc.); b) con fines diabólicos o
divinos y, también, con fines políticos; c) para facilitar la decisión de cometer delitos –muchas
veces se lee en los periódicos que los asaltantes estaban drogados- ; d) para el éxtasis o el
arte; e) por el desaliento o la desesperación del hombre, a quien está venciendo o ha vencido
el mundo circundante actual; f) por el miedo al dolor y por la búsqueda del placer; g) por la
guerra y la postguerra; h) por la angustia, con todas sus connotaciones y actualidad; i) por la
prisa de la vida moderna, en especial en las ciudades y, por ende, el olvido del debido
descanso, tan necesario para la salud física y mental; j) por la falta de ocupaciones y
diversiones sanas; k) por la curiosidad y, también, por el proselitismo; l) por la mecanización
y monotonía de la vida; m) debido a la moda y al esnobismo, y a la costumbre; n) por la
inmadurez física o mental, y por debilidad de la personalidad; ñ) además de la inmadurez y
demás causas, por la inexperiencia, que se refiere en especial a los jóvenes.

b) Primero es la curiosidad de sentir en su propio cuerpo lo que oyó de los usuarios,


principalmente en lo que se refiere al placer y las alteraciones psíquicas, físicas y/ de
comportamiento. Cuanto más insatisfecho estuviera consigo mismo, más fascinado estará el
joven con la droga, pues desea quedar un poco más alegre al transformarse en otro
personaje. Además de eso, el adolescente piensa que nunca va a tornarse adicto, que eso
sólo sucede con aquellos que perdieron el control sobre la droga. El piensa que la droga no
le hará mal, y si le hace, será poco significativo. Lo que el adolescente sabe es aquello que
oyó de otros usuarios, o sea, desconoce los fundamentos médicos sobre el asunto. Más,
como da mucha importancia a los amigos, acredita en ellos, ni se toma el trabajo de conocer
a los verdaderos efectos de las drogas. Cuando el adolescente vive en familia, él procura
esconder de sus padres su envolvimiento con las drogas, más no tiene la misma
preocupación con sus amigos; al contrario, procura divulgar las “ventajas” de ellas, llegando
hasta a menospreciar los que no las usan, en una nítida inversión de valores. Si el joven ya
usa drogas algunas veces, ello lo lleva a pensar que otras no le harán mal y pasa, entonces,
a consumirlas con mayor frecuencia, olvidándose de que, después del uso de la droga, los
pensamientos se alteran, inclusive en relación a ella, llevando al usuario a defenderla. Eso
dificulta entonces la percepción de que la droga ya está haciendo mal y el reconocimiento de
que ya es adicto.

c) Todas las drogas afectan el cerebro, colocándolo fuera de su funcionamiento natural.


Los psicoestimulantes, como dice el propio nombre, estimulan el cerebro a funcionar en un
ritmo más rápido, alterando el humor y ocasionando una agitación corporal. Los
tranquilizantes calman el cerebro, haciéndolo funcionar más lentamente, disminuyendo la
ansiedad y postrando el cuerpo. Los alucinógenos alteran la calidad de las funciones del
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cerebro, es decir, provocan distorsiones semejantes a cuadros psicóticos. En cuanto a las
drogas más utilizadas por los jóvenes en la República Argentina, lo que se tiene son cálculos
estimados. Las investigaciones efectuadas en el año 2003 por diferentes entidades sobre
una tentativa de efectuar un censo nacional sobre el uso de psicotrópicos en estudiantes de
13 a 21 años, dieron como conclusión que las drogas más usadas son las anfetaminas y la
marihuana, seguidas de los solventes (éter, cola de zapatero y lanza-perfume), seguidas por
tranquilizantes y antiestamínicos.

2. ¿Cómo se adquiere un vicio?

El vicio es algo traicionero que al comienzo agrada y después aprisiona a las personas.
Tomemos como ejemplo el tabaquismo (vicio de fumar cigarrillos), por ser uno de los más
comunes y lo más conocido. No hay quien no tenga un pariente, un amigo o un colega
fumador. Todos crecen conviviendo pasivamente con ese vicio y, conciente o
inconscientemente, registran en la memoria innumerables escenas: propagandas de
cigarrillos en la televisión y en las revistas; imágenes de personas queridas - parientes,
profesores- y hasta ídolos fumando; películas y novelas con fumadores, etc. Veamos cuáles
son las fases que se recorren hasta llegar al vicio:

 1ra. fase: Es aquella en que se forma el papel imaginario de fumador: la persona se


imagina fumando, como si estuviese jugando con la idea de fumar un cigarrillo.
Imagina como agarrarlo, como llevarlo a la boca, a veces hasta imita a alguien que
fuma. No todos los que pasan por eso quedan con el vicio, más todos los fumadores
ya pasaron por esa fase.
 2da. fase: Viene la experimentación. hay personas que, a pesar de armar el papel
imaginario, abandonan la idea, por no ajustarse al “papel” del fumador; otras, sin
embargo, van perfeccionando la imaginación con datos más concretos: cuándo, cómo,
con quién y qué cigarrillo fumar y llegar a la etapa de experimentación. Cuando la
experimentación no agrada, porque provoca males físicos, como mareos, dolor la
cabeza, náuseas, taquicardia, etc., o porque no devuelve gratificación psicológica
alguna, en general, las personas no continúan fumando. Pero, algunos, a pesar de
pasarla físicamente mal, juzgan que psicológicamente vale la pena y pueden querer
repetir la experiencia. Hay personas que hacen una experiencia para satisfacer su
curiosidad, pero cuando repiten varias veces la misma experiencia es porque están
buscando algo, y es ahí donde reside el peligro del vicio.
 3ra. fase: Aceptar un cigarrillo aquí, otro allí eso ya deja de ser “experimentar”. Y es
con ese espíritu de aventura -no saber cuándo o cuál es el cigarrillo que se va a
fumar- es que la persona entra en tercera fase, aquella de fumar lo que “se me da”.
He aquí que lo venturoso va purificando su gusto y estableciendo para sí la marca de
cigarrillo que más le agrada. Una vez establecido su apetito, la persona compra su
primera marca de cigarrillos, lo que significa no depender más de otros para
satisfacerse.
 4ta. fase: Que es el hábito, pasa a tener el control el cigarrillo, el horario y en las
circunstancias en que va a fumar. En ese momento es muy pequeña la diferencia
entre el hábito y el vicio. Trata de convencerse y decir que tiene el control sobre el
cigarrillo y que no está sometido a él; ese comportamiento indica falta de seguridad.

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 5ta. fase: Es realmente el vicio, y la persona lo admite, sabe que no puede estar sin
fumar. Su autoestima y vanidad personal fueron derrotados por el cigarrillo, que pasa
a ser parte activa de su vida y está incluido en todo lo que hace, aunque sepa que
provoca tos, presión alta, alto riesgo de cáncer de pulmón y dificultades respiratorias.
Con la familia insistiendo, y el médico recomendándole que deje el vicio, el fumador
continúa con él, porque el cigarrillo lo domina.

En general, es de esa manera que las personas se tornan adictas también a otras
drogas.

3. ¿Por que las drogas crean adicción?

Las drogas crean adicción básicamente por tres motivos:

 Provocan sensaciones diferentes (placer): Hay personas a las que les gusta sentir
sensaciones diferentes, entendiendo que estas son pasajeras. Hay drogas que
estimulan los centros nerviosos provocando sensaciones de placer. Si las personas, al
usar la droga, sintiesen solamente sensaciones desagradables -malestar físico,
angustia y sufrimiento-, no repetirían estas experiencias. Conozco adolescentes que,
al experimentar marihuana la primera vez, la pasaron tan mal, física y
psicológicamente, que nunca más volvieron a fumarla. Cuando las personas están
satisfechas, consigo mismas, no precisan estar buscando sensaciones diferentes y
correr riesgos innecesarios.
 Presentan tolerancia: De tanto usar drogas, el organismo, con el tiempo, se
acostumbra, y el usuario precisa de dosis cada vez mayores para sentir los mismos
efectos que sentía antes. Eso porque el cuerpo aprende a metabolizar más rápido la
droga y también porque las primeras sensaciones parecen ser más intensas que las
siguientes. Es como dirigir un automóvil. Quien está acostumbrado a andar a 100
km/h, halla natural esa velocidad y admirará pasarse a 150 km/h, porque las
sensaciones son distintas. Pero al acostumbrarse, el automovilista alcanzará los 160
km/h y, con el tiempo, hallará esa velocidad tan natural como si estuviese a 100 km/h.
En el caso en que quisiera mantener esas emociones, ese automovilista tendrá
nuevamente que aumentar la velocidad. Él pasó a tolerar mayor velocidad. Existe en
el mundo de las drogas, la tolerancia cruzada, es decir, que el uso continuado de una
droga establece tolerancia no solamente en relación a ella, sino también a otras
drogas. Es el caso del cocainómano que desarrolla tolerancia a la cocaína y también
al alcohol.
 Existen en el mercado: si no existiesen las drogas, no existirían los drogadictos. Si
una persona ya adicta a determinada droga no puede comprarla más, porque
desapareció del mercado, simplemente no tendrá qué consumir. En este caso, o deja
el vicio o lo sustituye. En general, la segunda opción es la escogida.

La ingestión masiva de estupefacientes produce efectos inmediatos de daño concreto


general e implica un peligro social (recuérdese los delincuentes que se drogan para
envalentonarse y a los que delinquen para obtener la droga que necesitan) En los
toxicómanos hay una tendencia al proselitismo, siendo la potencia de contagio mental
enorme, particularmente cuando faltan los frenos morales.

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4. ¿Cuáles son las principales fases de una adicción?

Son varias las etapas para llegar al vicio.

1. Curiosidad: Es la curiosidad que empuja al joven hacia las drogas. El comienza a


recoger información, si es posible, con usuarios. Queda atento, “ligado” al tema.
Puede hacer eso de forma activa, preguntando, buscando, leyendo; o de forma
silenciosa, disimulando su interés, sin preguntar mucho, sin “hacer bandera”.
2. Formación del papel imaginario de experimentador: Con las informaciones
adquiridas, el joven pasa a imaginarse experimentando o usando la droga: cuál, con
quién, cuándo, dónde, cuáles serían las sensaciones, etc. Cuanto más elementos
reúne, más próximo está de la experimentación. Más también puede parar aquí, o
bien ser envuelto con la droga.
3. Experimentación: De la imaginación a la experimentación hay apenas un paso, lleno
de ansiedad y expectativa, propio de todo lo que es nuevo y, principalmente,
prohibido. La experimentación es definitiva si hace la elección: si vale la pena, es
común repetir la experiencia. Para los viciosos, la simple experiencia nunca satisface,
más para quien tiene una experiencia ruin, es posible que no quiera más la droga. En
el caso de la marihuana, es común no sentir nada la primera vez. Eso puede
satisfacer a algunos, más hay otros que insisten y repiten la experiencia.
4. Repetir la experimentación: Cuando un joven repite la experiencia es porque está
buscando algo en que ni él mismo tiene certeza de qué es. Mala señal, pues va a
continuar experimentando hasta encontrar una droga que cumpla esa satisfacción.
5. Uso esporádico situacional: Aquí la droga es usada en determinadas situaciones:
beber antes de ir a fiestas, canabizar junto con colegas canabistas en un fin de
semana, tomar “pastillas” cuando se tiene sueño. Aparentemente siempre existe un
motivo, una situación, que justifique el uso. Con el tiempo, sin embargo, el joven se va
envolviendo con la droga, y pasa a procurar, a propósito, tales situaciones para
usarla. Se trata de una inversión de objetivos. Imperceptiblemente, la droga pasó a
ser un motivo de uso y no más un “auxilio” para aquellas situaciones.
6. Uso constante situacional = hábito: Casi sin percibir, el joven pasa a drogarse en
todas las situaciones anteriormente mencionadas. Basta la llegada de un fin de
semana, que lo que quiere él es drogarse. Eso es hábito.
7. Uso constante generalizado = abuso: Con la frecuencia del hábito, el joven no
percibe cuando pasa a usar la droga sin justificaciones. En esta etapa, el joven ya
está adicto, pero afirma que aun no lo está, defendiéndose y argumentando como
puede.
8. Vicio - En esta etapa, el joven ya siente necesidad de la droga, no importa si por
dependencia física o psicológica. Su vida gira en torno al vicio. Otras actividades ya
no tienen más la debida importancia. Se organiza, entonces, en función de la droga:
cuándo, cuánto y cómo comprar; cuándo, dónde, cómo y con quién usarla; dónde
guardarla, etc. Al comienzo, el drogadicto tenía que disimular, esconder y negar, más
tales mecanismos de defensa caen por tierra cuando el vicio avanza y él ya no
consigue más mantener las apariencias y, perdiendo el sentido crítico, usa la droga
sin pudor.
9. Otro criterio para evaluar el nivel en que un joven está involucrado con las drogas es
la compra que hace de ella. Si, después de experimentar, la compra, significa que
quiere tener la droga a su disposición, para usarla cuando quiera. Y poseer la droga
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puede ser un fuerte estímulo para el consumo, aunque que no se tenga la voluntad de
hacerlo. Sólo la visión, el olfato o simplemente el tacto pueden ser suficientemente
estimuladores. Comprar la droga quiere decir que el envolvimiento con ella ya está
avanzando. El compromiso es mucho mayor que en las etapas anteriores, cuando
entonces la droga era ofrecida por alguien.

El usuario puede desistir en cualquiera de esas etapas o proseguir en el camino del


vicio. El tiempo de permanencia en las diferentes etapas varía de persona a persona.
Cuantas más etapas se ha alcanzado, mayor es la distancia de recuperación. Las etapas
aquí descriptas son referentes para quien inicia por sí mismo un acercamiento con las
drogas. Hay otros caminos para el vicio que, a veces, son independientes de la iniciativa de
las personas. Son los casos de tratamiento médico con drogas fuertes (morfina, por
ejemplo), o de quien trabaja con productos tóxicos (inhalantes). Independientemente de la
persona, existen drogas que demoran años para llevar alguien al vicio (alcohol), y otras que
en días o semanas lo establecen (crack).

Las drogas no sólo producen efectos nocivos en lo físico y en lo mental a los


toxicómanos, sino que los encauzan a los niveles más bajos y promiscuos, destruyendo su
cuerpo y su espíritu con las degradaciones más abyectas.

Los estupefacientes se proporcionan, especialmente a los jóvenes, utilizando los medios


más depurados de la insidia, mediante subterfugios y falacias, muchas veces. Así, bajo la
capa de la exaltación de lo artístico, del sentir humanitario, de los principios de la solidaridad
social, de las reivindicaciones políticas y otras expresiones más, los mercaderes se allegan
deslizando el veneno como alimento seudo-sensibilizante.

5. ¿Es verdad que la marihuana no crea adicción?

Es mentira. La marihuana crea adicción y provoca dependencia psicológica. De acuerdo a


un estudio realizado se constató que el 50% de los que probaron marihuana quedaron con
adicción a ella, es decir, cinco de cada diez personas que experimentaron una vez, hoy son
adictos.

Cada droga representa un índice conocido como poder adictivo de la droga. En el caso
de marihuana existe un poder adictivo de 50%; en la cocaína, de 80%; el crack, la heroína y
la morfina tienen un poder mayor del 80%. Es preciso considerar también que el 14% de la
población en general es susceptible a algún vicio. Si sumamos el poder adictivo de la droga
con el factor adictivo de la persona, difícilmente ésta escapará del vicio.

Al afirmar que la marihuana no crea adicción, vemos al propio canabista (persona que
fuma la Cannabis Sativa, nombre científico de la planta de la que se extrae la marihuana). En
general, a nadie le gusta admitir que es adicto, porque eso significa estar sometido a la
droga. No importa la frecuencia; si una persona no resiste pasar sin la droga y es dominada
por el deseo de consumirla, ya es adicto. Es claro que cuanto más frecuente es el uso, es
más pesada la droga, y más grave es el vicio. Porque, para continuar alimentando la vanidad
personal y la auto-estima, el adicto acostumbra afirmar: “yo paro cuando quiero”. Es una
mentira -para él mismo y para los otros, porque generalmente todos los adictos quieren parar
con el vicio, pero pocos lo consiguen-. Precisamente son ellos, los que no consiguen parar,
los que usan el argumento de que la marihuana no crea adicción.
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La medicina ha comprobado que la marihuana produce una dependencia psicológica.
Su dependencia física no está comprobada. Se sabe que algunos canabistas presentan un
discreto síndrome de abstinencia, demostrando así la existencia de cierta dependencia
física (Síndrome de abstinencia es el conjunto de síntomas por la falta de droga(s) en un
organismo acostumbrado a ella(s)).

6. ¿Es verdad que la marihuana es más perjudicial que el cigarrillo?

La marihuana es peor que el cigarrillo, que ya es bastante perjudicial. A pesar de que


ambos son consumidos del mismo modo, tienen principios activos muy diferentes entre sí. Es
decir, es prácticamente imposible comparar personas diferentes - una fumando marihuana
(canabizando), otra fumando cigarrillo (tabaquizando), pues la sensibilidad varía de persona
a persona, alterando profundamente el resultado.

Entre centenas de otras sustancias, la marihuana contiene el THC -tetrahidrocanabinol-,


que puede provocar alteraciones en varias áreas del funcionamiento psíquico: memoria,
atención, concentración, ánimo, noción de tiempo y espacio, percepción de los sentidos, etc.
Si consideramos las alteraciones de la percepción de los sentidos, la visión, por ejemplo,
tenemos la sensación visual de poder pasar de normal a ilusoria o alucinación. En la
sensación visual ilusoria, puede verse un objeto modificado en un tamaño que no existe. El
THC puede entonces provocar una exageración visual que varía desde el aumento de la
luminosidad e intensidad de color hasta la alucinación, pasando por la ilusión. Por lo tanto,
teniendo en cuenta que el efecto de un cigarrillo de maconha dura de dos a tres horas, en
ese período, el canabizado en general queda postrado, sin concentración suficiente para
producir algo que necesite de atención o memoria, con la iniciativa disminuida, perjudicando
la realización de cualquier trabajo corporal. El tabaco, por su parte, no presenta las
características provocadas por el THC - tetrahidrocanabinol-, pues el organismo tiene más
tolerancia por los cigarrillos y la nicotina y es rápidamente eliminada por el cuerpo -de media
a una hora-, lo que, además, permite que muchos cigarrillos (tabaco) sean fumados en un
solo día. La marihuana es menos consumida en ese mismo período, porque además de que
sus efectos serán más duraderos, el organismo tiene menos tolerancia a ellos; sin embargo,
algunas personas, con el uso, crean mayor tolerancia. Los perjuicios que la marihuana
causa, pueden ser mucho mayores que los del tabaco. Por ejemplo, con tantas alteraciones
psicológicas, el rendimiento escolar cae, y el alumno o repite el año o debe cambiar a una
escuela de menos exigencia. Repeticiones escolares provocadas por el tabaco son
prácticamente nulas. A largo plazo, la marihuana es diez veces más cancerígena que el
tabaco. Como la mayoría de los cabanistas son también tabaquistas, se ha atribuido al
tabaco la “responsabilidad” por el alto índice de cáncer de pulmón, que en realidad puede
haber sido provocado por la marihuana.

En personas canabizadas, son muy frecuentes los accidentes de tránsito, por la alteración
que el THC provoca en la noción del tiempo y de espacio, alterando consecuentemente la
percepción de la velocidad y la disminución de la atención. Estadísticas canadienses dan
como resultado que la marihuana es la segunda mayor causa de accidentes automovilísticos;
en primer lugar está el alcohol. Esto no significa que el cigarrillo es inofensivo. El cigarrillo es
perjudicial a la salud, pero comparándolo con la marihuana su perjuicio es menor. Decir que
la marihuana es menos perjudicial que el cigarrillo también es discurso de los canabistas,

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que, para defenderse, atacan al cigarrillo. De ese modo, piensan que padres tabaquistas no
tendrán como condenar en sus hijos el uso de la marihuana.

Decir también que la marihuana es un producto artesanal y natural y que el cigarrillo, por
ser industrializado, es hecho de “química” y hace mal a la salud, es otra mentira. El hecho de
ser natural no garantiza que sea bueno, pues existen muchos venenos que son naturales. En
cuanto a ser artesanal, eso tampoco da garantía de calidad.

7.
a) ¿ Cuáles son las condiciones óptimas para cultivar marihuana?
b) ¿Por qué la marihuana es ilegal, si no es tan perjudicial para la salud?

a) La Cannabis sativa o maconha es un arbusto que se da muy bien en tierras cálidas y


húmedas. Las plantaciones son todas clandestinas. Las plantas adultas, para proteger sus
flores del sol, producen una resina protectora, rica en THC (tetrahidrocanabinol), que es una
de las sustancias más activas en el cerebro de quien las fuma.

b) Es un mito decir que la marihuana no perjudica tanto la salud. Es falta de


conocimiento, porque la marihuana perjudica, y no sólo desde el punto de vista médico sino
también del social.

 Algunas consecuencias médicas del uso de la marihuana:


Alcanza al feto, pues atraviesa la barrera placentaria.
Alcanza al bebé por la leche materna.
Duplica la pulsación cardíaca.
Alcanza los linfocitos, disminuyendo la resistencia a las infecciones.
Provoca alteraciones electroencefalográficas.
Disminuye el tamaño y el peso de la próstata y los testículos.
Disminuye el nivel de hormonas sexuales.
Disminuye el mecanismo de rastreamiento visual.
Prolonga el tiempo de ofuscamiento visual.
Aumenta el tiempo de respuesta a un estímulo recibido.
Perjudica (o hace perder) la noción de tiempo y de espacio.
Perjudica la noción de velocidad.
Puede producir ilusión y alucinación.
Puede producir delirios.
Disminuye la capacidad de concentración, atención y memoria.
Disminuye el ánimo.
Produce fuerte dependencia psicológica, principalmente en caso de adolescentes.
Puede provocar ginecomastía (desenvolvimiento de pecho) no rapaz.
Es diez veces más cancerígeno que el cigarrillo, etc.

 Desde el punto de vista social, las más graves consecuencias son la disminución de
la capacidad de mantener relaciones afectivas y la disminución de la capacidad de
estudio y trabajo.

La marihuana es considerada droga ilícita por la Organización Mundial de la Salud porque


ella es psicotrópica y produce alteraciones en el comportamiento, biológicas y psicológicas,

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además de dependencia. Todas las drogas psicotrópicas, cuando no son prescriptas por los
médicos, son ilícitas.

8. ¿Qué puede suceder con el feto durante la gestación si la madre es adicta a la


marihuana?

El THC no respeta la barrera de la placenta y alcanza al feto. El óvulo de una canabista


tiene menos vitalidad que uno normal. Ya sabemos que el óvulo, al fundirse con el
espermatozoide, forma el huevo, que es el indicio de la gravidez. Por lo tanto, un óvulo frágil
puede perjudicar al huevo. Y como la naturaleza procura eliminar el huevo que no está bien
formado, esa es una de las grandes causas de abortos espontáneos, que, muchas veces,
ocurren antes de que las mujeres perciban que están embarazadas. Si el embarazo
prosigue, y la madre continúa canabizando, el feto va a continuar recibiendo THC. El THC
dificulta - o hasta inhibe- la síntesis del ADN, tiene fuerte acción sobre las células
germinativas (que se van a transformar en otras células) y sobre las neuronas en
crecimiento. De ese modo, los fetos nacen más flacos, con menos peso y menor estatura.

El embarazo debe ser un gesto de amor al feto, pero ello depende totalmente de la
madre. Todo aquello que la sangre de la madre recibe es pasado al feto, pues la sangre que
circula entre la madre y el feto es la misma, debido a la ligazón existente a través del cordón
umbilical. Ninguna madre quiere perjudicar a su feto, pero la madre que usa drogas no
respeta al feto que carga en sí, totalmente indefenso. El resultado de ese desamor dejará
fatalmente marcas en el bebé, que él acarreará el resto de su vida, principalmente si el
cerebro hubiese sido alcanzado.

Si se hiciera una experiencia con mujeres embarazadas, y se les ofreciera una ración
diaria de THC, equivalente a un cigarrillo de marihuana, observaríamos que: el 44% nacerán
muertos; los sobrevivientes nacerán con disturbios en el desarrollo, sobre todo cerebral,
además de presentarse fisuras en el paladar de la boca.

9. ¿Sentir el olor de la “fumata”a poca distancia genera adicción?

No. Para enviciarse con marihuana, es preciso que la persona sea un experimentador
voluntario, porque quien no quiere y no la experimenta jamás se tornará adicto. Si el humo de
la marihuana fue aspirado, involuntariamente, ello puede provocar algunos síntomas,
proporcional a la cantidad de THC aspirada. Es común escuchar relatos de jóvenes que
tuvieron dolores de cabeza, o que se sintieron mal físicamente, con embriaguez,
palpitaciones, etc., cuando fueron fumadores involuntarios de marihuana.

10. ¿Cuáles son las consecuencias del uso de la marihuana y de la cocaína en la


personalidad?

Las dos provocan distorsión de la personalidad, siendo mucho más graves las
consecuencias provocadas por la cocaína. La marihuana es la droga de la paz. Ella es
tranquilizante y deja una sensación de blandura corporal y mental. Conforme va alcanzando
al área mental responsable por la motivación, el THC va comprometiendo gradualmente la
personalidad, pudiendo hasta ocasionar el síndrome amotivacional de los canabistas
crónicos. Es decir, falta de motivación (ánimo) para efectuar cualquier tarea o deseo
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personal, tornándose la persona, principalmente en casa, sola, irritada, ansiosa, agresiva e
intolerante, pasando prácticamente todo el día acostada, mirando al techo, sin producir nada.
Su vida se resume en comer, canabizar y dormir. No hay más intereses por los viejos
amigos, si ellos no fuman marihuana; sólo se siente capaz de buscar nuevas personas para
canabizar. En realidad, no existe amistad verdadera en ese tipo de relaciones, sólo el interés
por la marihuana. De ese modo, el tráfico corre fácil entre los canabistas: quien está sin
marihuana, con sólo telefonear a otro canabista, éste le dará una pequeña cantidad de
marihuana de gracia. Es una regla: los que tienen marihuana deben “portar” para quien no
tiene.

La marihuana es una droga cruel. Además de destruir la personalidad, envuelve a las


personas con el tráfico y la muerte. A diferencia de la marihuana, la cocaína es vendida,
nunca ofrecida de gracia a nadie, a no ser para seducir. La deuda de la cocaína es siempre
cobrada, y quien se rehúsa a pagar puede desaparecer o aparecer muerto. La persona
adicta roba, asalta, llega hasta a matar para conseguir el dinero exigido por el traficante; se
prostituye, se vende, no considera ningún modelo de higiene y usa cualquier diluyente para
los “picos”; se sirve de jeringas usadas, menospreciando el alto riesgo de contaminarse con
el virus del Sida. Actualmente, la población contaminada por el Sida que crece más es la de
los adictos en cocaína inyectable. Así, el cocainómano va destruyendo su personalidad y
termina matando o muriendo de Sida, septicemia (infección generalizada), sobredosis o, lo
que es más frecuente, puede aun desencadenar la psicosis cocaínica, con los siguientes
síntomas: paranoia, manía de persecución, alucinaciones visuales, auditivas y táctiles
(sensación de bichitos andando en su piel).

Conversación con algunos fumadores de marihuana y otros drogadictos

He tenido oportunidad de hablar con algunas personas adictas al vicio de fumar


marihuana. De estas conversaciones he sacado las siguientes observaciones respecto de
cada caso:

a) Primera persona: el fumarla le produce efectos estimulantes; presenta síntomas de


excitación, provocada por drogas.
b) Segunda persona: el uso de la marihuana le proporciona mayor percepción auditiva,
comunicación y estabilidad, y le borra el deseo de tener relaciones íntimas con
mujeres, lo que le ahorra problemas, porque no se excita sexualmente. Explica que
accedió a vender cigarrillos de ésta para conseguir algún dinero. Manifiesta que Av.
Corrientes es su “casa” , pues así se siente en ella, donde están sus relaciones y
amistades. Se encuentra alejado de su familia.
c) Tercera persona: es un extranjero e imputa a otro, que tampoco es argentino, el
haberlo llevado al vicio, al que ahora es adicto. Admite haber vendido marihuana a
otros toxicómanos, que son fáciles de individualizar por la mirada (brillo en los ojos y
no pestañean).
d) Cuarta persona: el fumarla le causa angustias que la llevan a atentar contra su vida.
Vive alejada de su familia. Sabe individualizar a los adictos por la mirada. Además, es
alcohólica. También, se siente en Av. Corrientes como en su “casa”.
e) Quinta persona: me dijo que la droga no es mala y me pronosticó que yo la fumaría en
un par de años. Su uso le hace sentirse relajado; con amor al prójimo, con ansias de
ayudarlo; por ej.: a cruzar la calle; le ayuda a comunicarse con otras personas; le
produce apetito y sed; no le afecta sexualmente; le da gran compenetración para la
11
música. Por otra parte, confiesa, ha probado todo tipo de estupefacientes para
experimentar.
f) Sexta persona: la ha fumado un par de veces, como una experiencia, y sin ánimo de
hacer de ello una costumbre.
g) Séptima persona: cuando usa de la sustancia, escribe mucho mejor –se trata, por
ende, de un escritor-, se desprejuicia y su imaginación vuela. Escribe y tira lo que
escribe.
h) Octava persona: su experiencia fue muy mala y –asegura- no volverá a fumar. Tuvo
visiones y vómitos, y la certeza de que moriría. Intentó, estando “fumado”, suicidarse.

En realidad, la droga no presta “lo que natura non da”. Sólo distorsiona la realidad, que es
la fuente adonde acuden los artistas verdaderos. Produce, sí, la reaparición de imágenes
olvidadas del subconsciente; y así el genio seguirá siendo genio, y el que no lo es.... seguirá
siendo lo que en verdad es.

Por qué los drogadictos pasan marihuana a otras personas que no lo son

Es natural para los adolescentes hacer cosas en grupo: salir, pasear, estudiar, practicar
deportes, beber, hasta usar drogas. Los usuarios de marihuana que aun no se sientan
perjudicados generalmente piensan que la marihuana no hace mal, y la ofrecen a sus amigos
que aun no la usan como si ofreciesen un café a una visita. Se trata de un gesto amigable, ya
que no ofrecen a extraños o a personas que no les agradan. Además de eso, cualquier
fumador de marihuana prefiere fumar junto con otros que también fuman que en compañía
de personas que no lo hacen. Es bastante común oír decir que los drogadictos quieren volver
adictas a otras personas para poder explotarlas en el futuro, vendiéndoles la droga. Eso
sucede con la cocaína; con la marihuana es raro. Para ganar dinero con la marihuana sería
preciso vender una gran cantidad, y su consumidor compra poco. Entre los canabistas, quien
tiene marihuana da para quien no tiene, pues sabe que, cuando él tampoco tenga, bastará
pedirle a aquel que la tenga. En esa camaradería no entra el dinero.

Es muy importante saber que los drogadictos no imponen directamente el uso de la


marihuana a nadie; sólo experimenta marihuana quien quiere. Los mayores alistadores al
uso de la marihuana son sus propios usuarios.

11. ¿La persona que usa marihuana va a precisar, con el tiempo, de otras drogas?

Puede ser que el canabista experimente otras drogas porque su cuerpo y su personalidad
ya han adquirido tolerancia a la marihuana. Y él ya no siente más sus efectos, y como pierde
también la saludable capacidad de preservarse, no le cuesta mucho ir hacia otras drogas.
¿Sería entonces la marihuana “puerta de entrada” para otras drogas? Eso puede ser para
algunos canabistas. Entretanto, el 80% de ellos eran antes fumadores, y la mayoría fuma los
dos, marihuana y tabaco, hecho que nos remitiría a pensar que puede ser el tabaco la
“puerta de entrada” para otras drogas. La mayoría de los 20% restantes dice que la
marihuana es menos perjudicial que el cigarrillo, y por eso no fuman tabaco. Existen,
asimismo, canabistas que nunca pasan a otras drogas.

12. ¿Años atrás, los jóvenes usaban más o menos droga que los de ahora?

12
Las décadas del 60 y 70 fueron marcadas por grandes movimientos liberales, como la
emancipación de la mujer y la liberación sexual. Era una época de gigantescos festivales de
música, donde todos -fans e ídolos- se drogaban, pues el uso de las drogas también
significaba libertad. Bajo esa bandera, muchos jóvenes, cantantes y hasta artistas
consagrados se exhibían drogados, a pesar de ser ilegal el uso de las drogas, a pesar de no
ser aceptada socialmente y de terminar causando la muerte de muchas personas por
sobredosis.

Hoy, la droga no tiene más ese significado, y su consumo continúa siendo ilegal, no
siendo aceptado por la sociedad. A pesar de eso, había, en el pasado, una mayoría
silenciosa que no usaba drogas, contra una minoría que la usaba ostensivamente. Acredito
que hoy existe un número mayor de jóvenes usuarios, que infelizmente representan la
mayoría, aunque silenciosa.

13. ¿Si una persona experimentase la droga para conocer la sensación, podría
tornarse adicta?

Es posible. Si una persona con alto poder adictivo experimenta una droga que tiene fuerte
poder adictivo (crack, cocaína, heroína, etc.) o medio poder adictivo (marihuana), puede
crear adicción muy fácilmente. Pero no es la mayoría. Lo que va a determinar si crea
adicción o no, es el deseo de seguir “consumiendo”, lo que, en realidad, quiere decir que ya
está usando la droga con el pretexto de estar experimentando. La experiencia puede ser
peligrosa especialmente cuando el consumidor está buscando determinados efectos. Su
duda es, si consigo alcanzarlos, ¿por qué no buscarlos otra vez?

Si la droga tiene bajo poder adictivo, o si fue muy difícil de ser encontrada, o si la
sensación es desagradable, las personas, en general, no repetirán la experiencia, por lo
tanto no quedarán adictas. Vale la pena recordar que no hay adicción si un día no hubiese
experimentando con la droga. Raramente alguien experimenta cigarrillos porque quiere ser
un tabaquista empedernido; esa experiencia también la vemos como una curiosidad: es un
juego. Aunque, la verdad, todo fumador lamenta amargamente el día en que probó su primer
cigarrillo.

14. ¿ Cómo reconocer que una persona está drogada?

Es preciso observarla teniendo en cuenta algunos puntos de vista, para hacer una
apreciación adecuada.

 De lejos, es posible percibir a un drogadicto por una postura corporal diferente de la


habitual; está demasiado agitado y caído. Sus movimientos no son naturales. Cuando
anda, puede tambalear, como si estuviese embriagado. Y su vestimenta, en general,
está desaliñada y descuidada.
 De cerca, ya se percibe que la expresión facial del drogado es diferente a la normal.
Cuando está agitado o excitado, sus ojos brillan, quedan bien abiertos y con los
movimientos rápidos. Habla bastante, rápidamente y en tono elevado, como si
estuviese con prisa. Se “come” palabras, no se expresa claramente, no consigue parar
para escuchar, hablando junto con su interlocutor en cuanto lo escucha -eso cuando
escucha-. Gesticula mucho y de modo brusco. Generalmente trae los cabellos
13
descuidados. Su tendencia es tornarse agresivo si está contrariado. Difícilmente
consigue acompañar un diálogo común, llevando algún tiempo para responder a
cualquier cosa. Gesticula poco, sus brazos quedan suspendidos y sus hombros
caídos. Acostumbra no reaccionar cuando es solicitado, como si estuviera contrariado.
 De bien de cerca, lo que más se percibe es el olor de la droga usada. El drogadicto
puede lavar todo, pero sus pulmones, ni él ni nadie lo puede hacer. Igualmente,
disfrazando el olor, su aliento (aire que viene de los pulmones) es inconfundible. El
drogadicto anda exhalando el olor de la droga aun algunas horas después que la ha
ingerido.

Otra característica son las pupilas dilatadas (midríase) o contraídas (miose), diferentes al
tamaño de pupilas normales, pues en general, los drogadictos tienen la dimensión de las
pupilas determinadas por la droga que usan, nunca por la cantidad de luz existente en el
ambiente.

15. ¿Tomar droga puede provocar la muerte?

Si la droga fuese del tipo que deprime el funcionamiento de los centros cerebrales
responsables de la respiración o circulación puede provocar la muerte. Pero, nadie muere de
tanto usar marihuana porque, después de una buena cantidad fumada, el cabanista siente un
dolor de garganta como si fuese una fuerte amigdalitis, la que dificulta la respiración y la
deglutición. Cuando se llega a ese punto, no se consigue canabizar más. Difícilmente alguien
llegaría a niveles sanguíneos de THC peligrosos por fumar marihuana. Sería preciso fumar
de una sola vez una enorme cantidad, equivalente a casi tres días de canabizadas continuas.
Por otro lado, una persona que tenga problemas cardíacos puede morir del corazón cuando
no soporta el dolor de los batimentos cardíacos normales, provocados por el THC fumado.
Aspirando poper (Argentina) o lanza-perfume (Brasil), que es un spray que aspiran en
diferentes momentos gente de clase alta o media alta en el primero, y las clases populares
en los carnavales cariocas; o benzina, cloroformo, cola de zapatero, etc., las personas llegan
hasta desmayar. Y si aspirasen el producto sin control, de modo que el nivel de la droga en la
sangre siga subiendo, eso puede afectar los centros cerebrales responsables por la
respiración y circulación a punto de inhibirlos, parando de funcionar. La persona muere por
asfixia. Hay registro de muchas muertes por paros cardíacos provocados por el uso de poper
o lanza-perfume (spray). El cloroformo (uno de los tres componentes de esta sustancia)
provoca una depresión de los latidos del corazón, llevándolo a parar. La revista Muy
interesante, año 6, nro. 4, abril de 1992, publicó que “tanto el crack como la cocaína pueden
causar la muerte de quien los experimenta por primera vez”. Algunos individuos nacen sin la
pseudocolinesterase, enzima necesaria para el metabolismo de la cocaína en la sangre, y
dosis bajas de 20 mg. pueden causarles la muerte.

16. ¿Cómo funciona la sobredosis?

Sobredosis es una cantidad de droga superior a aquella que el cuerpo soporta. “Fulano
murió de sobredosis de cocaína” quiere decir que tal persona usó cocaína en cantidad
superior a la que su cuerpo podía soportar y terminó muriendo. El organismo humano tiene
un límite para su capacidad de metabolización (eliminación) de la droga ingerida, que
generalmente es hecha por el hígado. La metabolización es una manera por la cual la droga
es descompuesta, resultando en otros compuestos más simples que son menos tóxicos que
la droga. Cuando la velocidad de la metabolización es menor que la de la ingestión
14
(adquisición), la droga se va acumulando en el organismo, llegando a niveles que provocan
paros cardíacos y/o paros respiratorios y/o depresión general del sistema nervioso central y,
consecuentemente la muerte. La cantidad de cocaína suficiente para provocar sobredosis,
seguida de paro cardíaco, es de apenas 1,2g. Entretanto, los adictos llegan a usar varios
gramos por día y no mueren, por causa de la tolerancia. También el nivel de alcohol, cuando
alcanza de 0,4% a 0,5% en la sangre -equivalente a 600ml de whisky bebido en una hora o
menos-, provoca el coma; cuando el nivel alcanza de 0,6% a 0,7% -equivale a 750ml de
whisky, bebido en una hora o menos, todo el celebro y la médula entran en depresión
profunda, provocando parálisis en el centro respiratorio y, consecuentemente, la muerte.

17. ¿Por qué cuando se toma droga la lengua se enrolla?

Cuando una persona pierde o disminuye el control motor de la lengua, ella no atiende
automática y adecuadamente las órdenes enviadas del cerebro. Las palabras, entonces, no
son dichas de una forma comprensible. En verdad, la lengua queda como si estuviese
dormida. Y, como el cerebro está alterado (lentitud ocasionada por drogas, por ejemplo), el
movimiento de la lengua también se altera. Cuando una persona está alcoholizada, en
general a partir de 0,1% de alcohol en la sangre, su cerebro ya fue afectado en las áreas
motoras, provocando movimientos corporales vacilantes, pasos tambaleantes y lenguaje
discoordenado. Las drogas que provocan estado de estupor, embriaguez, alteración en la
coordinación motora pueden hacer enrollar la lengua. Son ellas: alcohol, cola de zapatero,
heroína, morfina, etc. La marihuana, solamente en niveles altos de THC en sangre produce
ese efecto; como las dosis que los usuarios habitualmente usan, la lengua queda apenas
afectada, resultando una lengua “pastosa”. Otra manera de enrollar la lengua, es en la fase
final de una convulsión, cuando una persona está “recordando” aquella fase soporosa en que
el cuerpo está sin control. Y existen drogas, la cocaína por ejemplo, que, ingeridas en dosis
altas, pueden provocar convulsiones. La convulsión comienza con una fortísima contracción
muscular generalizada (de 10 a 20 segundos) y una persona puede, inclusive, morderse la
lengua. Sigue un batir rítmico (un minuto), alternando fuertes contracciones con relajamiento
total; después viene el coma (algunos minutos), con respiración agonizante y relajamiento
anal, soltándose la orina. En ese período, la lengua queda relajada y puede caer en dirección
a la laringe, provocando una obstrucción que puede asfixiar a una persona. La persona
nunca se acuerda de lo que sucede y, como su proceso es prácticamente inalterable, nada
podemos hacer durante la convulsión. Por eso, al llegar a la fase de coma, es importante que
evitemos la asfixia o que no dejemos al vómito ir para la tráquea; basta una simple maniobra:
echar la cabeza de la persona de lado.

18. ¿Cuál es la droga más pesada?

Es bastante relativo el concepto de <<droga pesada>>, porque eso depende de muchas


variables. Por ejemplo: existen personas más sensibles a las drogas que otras. Algunas son
tan susceptibles que cualquier droga, aunque sean las de bajo poder adictivo, igualmente las
llevan al vicio. Tomemos como ejemplo el cigarrillo. Es una droga leve para quien fuma
ocasionalmente, pero más pesada para otros que se angustian sólo de pensar en dejar de
fumar. Otras personas son más resistentes y, aunque usen drogas de alto poder adictivo,
como la cocaína, si la usan de vez en cuando, soportan pasar sin ella mucho tiempo. Para
esas personas -pequeñísima minoría-, la cocaína puede ser considerada una droga leve.
Pero, para la inmensa mayoría, la cocaína es de hecho una droga pesada. Entre personas
adictas (sea en cigarrillo, alcohol, tranquilizantes, marihuana, etc.), el uso de las drogas se
15
torna natural, pues un adicto no da la debida importancia al vicio ajeno. En ese caso, las
drogas pesadas pasan a ser naturalmente tomadas como leves. Para otros individuos, el
cuidado de la salud y el pavor por las drogas es tan grande que cualquier droga es pesada. A
pesar de la variedad de personas -poder adictivo, factor adictivo, miedo, naturalidad, etc.-, si
en un grupo piloto de 100 personas fueran distribuidos crack, cocaína, marihuana y alcohol,
verificaríamos que más del 90% quedarían con crack; 80% en cocaína, 50% en marihuana y
menos de 50% en bebidas alcohólicas. Por lo tanto, podemos decir que, de acuerdo con el
poder adictivo de cada una de las drogas, el crack y la cocaína son mucho más pesados que
la marihuana y las bebidas alcohólicas. (Desconozco estudios que representen el poder
adictivo cuantificado por inhalantes, como la cola de zapatero, bencina, poper o lanza-
perfume, etc.). En cuanto al riesgo de morir por sobredosis, las drogas más pesadas son
efectivamente la heroína, el crack y la cocaína, que también provocan, con apenas pocos
meses de uso, la incapacidad social. El alcohol, por ejemplo, después de ser ingerido
durante años es la droga que más incapacita a las personas socialmente.

En fin, cualquier droga ofrece riesgos, pues las reacciones bioquímicas provocadas por
las drogas varían de organismo en organismo y ya no dependen de la voluntad de cada uno.

19. ¿Por qué se inyectan drogas en las venas?

El adicto grave se aplica inyecciones para tener sensación más rápidamente. La droga
inyectada en la vena llega en pocos segundos hasta el cerebro y está mejor concentrada que
una droga que se aspira; por lo tanto, su efecto es también más intenso. Pero, por ser
eliminada muy rápido, su usuario quiere repetir la dosis más rápidamente. La inyección en
las venas es el método más violento de drogarse. Además de no ser una acción natural
como comer, beber y oler, una persona tiene que herir su propio cuerpo con una aguja,
procurar la vena, perforarla y pujar por la jeringa un poco de su propia sangre para verificar si
realmente la aguja está dentro de la vena. Es una agresión gratuita a un cuerpo sano, pues
una inyección sólo se justifica cuando sirve para un tratamiento de salud.

Frecuentemente, la inyección es hecha sin las condiciones de higiene adecuadas, siendo


bastante comunes las infecciones, desde las flebitis hasta las más generalizadas, como el
sida, la hepatitis, etc. Cuanto mayor fuera el vicio, tanto mayor será la necesidad de la droga.
El adicto paga cualquier precio por ella: en dinero fuera, para comprarla; en agresión para
con el propio cuerpo, al inyectar.

20. ¿Existen personas que fuerzan a otras a tomar drogas?

Difícilmente un traficante fuerce a alguien a usar una droga. Lo que puede existir es una
cierta presión, sobre todo cuando se está en un mismo ambiente, por parte de quien las usa
drogas sobre quien aun no lo hace. Socialmente, un fumador acostumbra ofrecer cigarrillo a
quien está cerca, como un gesto de educación. Hoy, entretanto, la educación manda nunca
fumar en presencia de no fumadores; por lo tanto eso no es considerado presión. Presión,
por ejemplo es insistir de tal modo,para que una de nuestras visitas, acepte beber alcohol, al
punto de que esa persona se sienta obligada a hacerlo, y alli vemos como tambien por “
Buena educación “ se puede presionar a otras personas hasta compartir adicciones; En el
caso de los adolescentes, la mayoria de las veces ellos son los que procuran las drogas y no
se sienten comodos utilazandolas ante amigos que no usan drogas, y el que no usa se siente
desubicado en medio de ese grupo de consumidores, y se produce una separacion natural
16
entre usuarios y no-usuarios, pero acontece que si por necesidad social o afectiva un no-
usuario tiene que pertenecer a un grupo donde se consumen drogas libremente, él mismo se
presionará en dirección a las drogas, para no sentirse “afuera”, aislado, sin darse cuenta de
que se está apartando del otro grupo, el de los no-usuarios.

En general los usuarios insisten para que los otros jóvenes también usen drogas, para no
sentirse diferentes, aislados, o hasta errados. Estando todos en el mismo barco, nadie puede
criticar a nadie.

21. ¿Aspirar cola de zapatero es perjudicial?

Hace mucho mal, porque entre tantas sustancias existentes en la cola, está el tolueno,
que es tóxico y destruye las neuronas, disminuyendo la capacidad intelectual y limitando, de
ese modo, la memoria, la atención, la concentración, el ánimo y la productividad. Un
estudiante, por ejemplo, no consigue estudiar, repite de año y acaba abandonando los
estudios.

Hace algunos años, un muchacho de familia rica estaba aspirando cola en su cuarto,
cuando cayó desmayado sobre la droga; continuó así la aspiración de manera descontrolada
y terminó muriendo porque los centros nerviosos responsables por la respiración dejaron de
funcionar.

Es preciso estar atento a los peligros de la cola de zapatero, pues, como se trata de un
solvente, se evapora fácilmente, pudiendo ser inhalada de modo accidental. Y, por accidente
o no, en una intoxicación aguda, sus síntomas aparecen en cuatro fases. Es bueno
conocerlos.

 1ra. fase: Euforia, excitación, exaltación, mareos, perturbaciones auditivas y visuales,


náuseas, estornudos, tos, salivación, fotofobia, rubor en la cara.
 2da. fase: Depresión inicial del sistema nervioso central (SNC) como confusión,
desorientación, pérdida del autocontrol, obnubilación (visión empañada y nebulosa),
diplopía (visión doble), cólicos abdominales, dolor de cabeza y palidez.
 3ra. fase: Depresión media del SNC, incoordinación ocular y motora, ataxia, habla
pastosa, reflejos deprimidos y nistagmo.
 4 fase: Depresión profunda del SNC, alcanzando la inconsciencia, que viene
acompañada de sueños extraños, pudiendo ocurrir convulsiones.

En los casos crónicos, surgen perjuicios en la memoria, en la destreza manual


(alteración de la reacción a los estímulos), cansancio, dolor de cabeza, confusión mental,
incoordinación motora, flaqueza o debilidad muscular, caídas (provocadas por lesiones de los
nervios motores), lesiones irreversibles en la corteza cerebral, lesiones en los bronquios y en
los riñones.

22. ¿Normalmente quién aspira cola es una persona más pobre?

Si, porque la cola de zapatero es una droga fácilmente encontrada, barata y que permite
el consumo en cualquier lugar. Uno de los efectos de la cola es la disminución en la

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sensación de dolor, de frío y de hambre -de ahí que los más pobres la usan. Dentro de los
solventes, es una de las drogas más comunes, sobre todo entre los niños de la calle, porque
ellos viven una realidad muy diferente de aquella de los niños que tienen familia y casa
donde morar. Pero existen también adolescentes de otras clases sociales, que tienen dinero
y aspiran la cola de zapatero; comienzan por simple curiosidad, no por necesidad, y acaban
adictos.

23. ¿Por qué los chicos de la calle aspiran pegamento?

Los chicos de la calle viven una realidad diferente de la de los chicos que tienen familia y
concurren a escuelas. En general, su escuela es la calle y su familia son los otros chicos. Por
la convivencia con los chicos más grandes, aprenden a sobrevivir en esas difíciles
condiciones, cuando no siempre tienen para comer. Así también adquieren sus vicios, como
es aspirar cola de zapatero. La cola de zapatero, pegamento, o simplemente cola, cuesta
poco, es fácil de ser encontrada y simple de ser usada. Ella da una sensación de alivio al
hambre y también de estar muy “loco” (sensación de embriaguez psicológica, disminución de
la sensibilidad, lo que le permite principalmente reír y robar), es una sensación corporal
agradable de liviandad y de embotamiento. La cola también alivia las tensiones y angustias
existenciales. Ella funciona como anestésico ante las agresiones de un sistema socio-familiar
que los rechaza, pero provoca una profunda dependencia psicológica. Los chicos de la calle
terminan aspirando pegamento, en el inicio, como anestésico contra el hambre y la angustia,
y después por simple dependencia, por lo tanto, a cualquier hora, estando con hambre o no,
angustiados o no, igualmente seguirán aspirando cola compulsivamente.

24. ¿Los chicos que usan cola de zapatero pueden ser recuperados?

Los chicos que usan cola de zapatero, en general, son los que conocemos como chicos
de la calle (menores abandonados, niños carentes, etc). Ellos viven en una realidad adversa,
con reglas propias de supervivencia (porque no tienen padres, no tienen quien los sustente,
no tienen alimentación regular, no tienen donde dormir). Representan un problema social.
No son culpables de esa condición, son victimas de una sociedad en crisis; necesitan
aprender a luchar por la supervivencia, caso contrario mueren. Ellos no evalúan el mal que
la cola de zapatero les hace. La usan porque da una sensación de embriaguez y quita la
sensación de hambre. Si la sociedad les diese condiciones de una vida más digna, más
humana, con opción de estudio, trabajo y placer, sin duda muchos de esos niños
abandonarían la cola de zapatero. Aunque existen casos de niños ya tan comprometidos por
el uso de la cola que sería necesario someterlas a un tratamiento de recuperación.
Asimismo, si el cerebro ya hubiese sido muy afectado, sus chances de recuperación
disminuyen bastante, porque cada neurona destruida es irrecuperable.

25. ¿Cómo es ese negocio de aspirar poper o lanza-perfume?

El lanza-perfume, en Brasil, era una chanza de los antiguos carnavales: se chorreaba el


producto a los otros, causando, por segundos, una gustosa sensación “de frío”. Por ser
lanzado y perfumado, de ahí su nombre: lanza-perfume. Es una costumbre periódica, pues
las personas acostumbran aspirar lanza-perfume solamente en carnaval. Se trata de una
mezcla de cloroformo, éter, cloruro de etila y un poco de esencia perfumada inofensiva.
Embalado en forma líquida, presurizado dentro de una vasija, cuando entra en contacto con
18
el aire, se evapora fácilmente, exhalando un gas, que es lo que las personas aspiran. Con el
tiempo, sin embargo, la costumbre de aspirar lanza-perfume se tornó un vicio: en vez de ser
lanzado a los otros como broma, pasó a ser surtido en lienzos, que las personas llevan a la
nariz, para así aspirar su gas. Debido a la falta de lanza-perfume –pues al acabar el carnaval
desaparecía del mercado-, fue descubierto el quelene, un anestésico local, también a base
de cloruro de etila, fácilmente encontrado en las farmacias.

En pequeñas dosis el lanza-perfume y el quelene provocan euforia y sopor. En dosis


mayores, pueden provocar vértigo, falta de coordinación motora, voz “ablandada”, marcha
inestable y desmayo. Esos desmayos duran poco, y cuando la persona vuelve en sí, no se
acuerda de lo que le pasó. El gran peligro es que la persona muera de paro cardíaco,
provocado por el cloroformo o por el cloruro de etila. Un cardíaco raramente resiste la
taquicardia ocasionada por el lanza-perfume, por lo tanto su posibilidad de morir es todavía
mayor. En Argentina, es utilizado por adolescentes, jóvenes y adultos de clase sobre todo
alta que, en boliches o en sus salidas habituales (sin hablar de los aconteceres domésticos).
Lo distribuyen sobre un lienzo o tela, y lo inhalan provocando los efectos y consecuencias ya
vistos.

26. ¿Cuánto tiempo dura el efecto del poper o lanza perfume?

El lanza-perfume es una combinación de éter, cloroformo y cloruro de etila. El éter es


inhalado como anestésico, broncodilatador y analgésico; tiene olor desagradable, irrita las
vías nasales y puede provocar náuseas y vómitos. El cloroformo ya fue utilizado como
anestésico por inhalación, más fue abolido por causa de sus efectos depresores sobre el
miocardio (músculo cardíaco), pues puede provocar un paro cardíaco y, consecuentemente,
muerte. El cloruro de etila era también usado como anestésico; provoca un estado de
sopor, idiotez y euforia.

Los efectos del lanza-perfume son pasajeros y su uso depende del acto voluntario de
mantener un pañuelo embebido próximo a las narices. Su mayor riesgo es causar paro
cardíaco, provocado por el cloroformo o por el cloruro de etila. En general, el efecto es
inmediato y efímero. Dura tan poco que el aspirador precisa repetir la dosis con mucha
frecuencia. Eso puede ocasionar un desmayo, que también pasa muy deprisa, y la persona a
veces ni percibe que se desmayó. Pocos presentan resaca al día siguiente. El “cheiro-da-
loló”, en Brasil, es un compuesto casero de éter, cloroformo y esencias caseras, siendo
aspirado como el poper o el lanza-perfume.

27. ¿Las drogas sólo son inyecciones en el brazo?

No. Los adictos a drogas inyectables, de tanto pincharse, acaban inutilizando las venas de
los brazos, teniendo así que buscar otras venas, como las yugulares (venas del pescuezo),
las frentales (de la frente), las venas de las piernas, etc. A veces, para esconder el uso de las
drogas, ellos llegan a utilizar las venas del pene y del escroto, pero eso es raro.

28. ¿Cuál es el efecto de la heroína?

Cuando se constató que la morfina, usada como analgésico, producía muchos efectos
colaterales y viciaba a sus usuarios, los laboratorios, a través de experimentos, descubrieron
una nueva sustancia: la heroína. Como analgésico y para suprimir la tos, la heroína era de
19
tres a cinco veces más eficiente que la morfina, pero también representaba un grave
problema: creaba muy rápidamente dependencia física y psicológica. Por eso, la
Organización Mundial de la Salud prohibió su fabricación, donde se concluye que toda
heroína existente fue fabricada ilegalmente.

Después de la euforia, la heroína produce una somnolencia, que lleva a la postración y a


la improductividad, con depresión respiratoria, pupilas contraídas y náuseas. Con el uso
repetido, se pierde la forma, se pierde los cuidados consigo mismo y, se entrega al vicio, el
usuario, en semanas, se torna socialmente impresentable, además de acabar con su propia
salud. Altamente adictiva, la heroína provoca dependencia física y tolerancia de una a
dos semanas de uso continuado. Es ingerida preferencialmente por vías endovenosas,
aunque es también aspirada o fumada. En las primeras experiencias se usan de dos a ocho
miligramos, más, con el tiempo, los adictos alcanzan los 450 mg. para escapar del síndrome
de abstinencia; o sea, que necesitan inyectarse cada cuatro a seis horas para no sentir
cólicos intensos, diarrea y vómitos (con consiguiente la deshidratación y pérdida de peso),
irritabilidad, angustia, dolores por el cuerpo, letargo, apatía, malestar generalizado y miedo.
De ese modo, la heroína pasa a ser usada como alimento del vicio, es decir: el individuo
precisa de la droga para no sentir los síntomas de su ausencia, antes que para “curtir”sus
efectos. El heroinómano, entonces, se entrega a todos los tipos de crímenes (robo, asalto,
homicidio) con el objetivo de obtener dinero para comprar su droga. Generalmente, él
termina muriendo por causa de infecciones: septicemia, tétano, gangrena, tuberculosis, sida,
etc., o por su relación con los traficantes.

29. ¿Consumir bencina es estar en el “fin de la línea”?

“Fin de la línea” significa que no se consigue dejar más la droga, o que se puede morir
por causa de ella. No solamente la bencina es el “fin de la línea”: todas las drogas lo son,
pues los realmente adictos, con fuerte dependencia psicológica y/o física, difícilmente
consiguen dejar el vicio, sea cual fuera la droga usada. El índice de recuperación de ese tipo
de adictos apenas llega a los 10%, es decir, casi 90% continúan con el vicio. Las drogas más
peligrosas, con mayores posibilidades de riesgo mortal por sobredosis, o sea, que mueren
por paro cardíaco y/o respiratoria, son: el crack, la cocaína, la heroína, porque sus usuarios
mueren durante su uso. Entretanto, todas las drogas pueden llevar a la muerte, la muerte es
el “fin de la línea”. Veamos: el alcohólico crónico puede morir de cirrosis hepática
(destrucción del hígado), pancreatitis, (destrucción del páncreas), miocardio (corazón), etc.,
porque el alcohol ataca impiadosamente todo el organismo. La bencina, la cola de zapatero,
el éter y todos los productos que evaporan y son inhalados pueden llevar a lesiones
irreversibles de la corteza cerebral (muerte de neuronas), de la médula ósea, de los
bronquios, además de provocar el paro de centros respiratorios y cardíacos, llevando
consecuentemente a sus usuarios a la muerte. Cualquiera que tiene su estado de conciencia
alterado por el uso de las drogas puede aún morir por accidente, sobretodo accidentes de
automóvil.

La marihuana y el cigarrillo, sin embargo no provocan muerte por sobredosis, pero


provocan cáncer, que mata. En marzo de 1992, los diarios locales registraron que un usuario
de marihuana quedó debiendo el equivalente a más o menos 70 dólares a un traficante, que
mandó a un chico de la calle a cobrar. En caso de no recaudar, la orden era matar al usuario
deudor. Como el deudor no tenía dinero para saldar la deuda, fue asesinado por el menor.

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Perdió la vida por una miseria. Miseria porque cualquier vida vale mucho más que 70 dólares
- una vida, mejor dicho, no tiene precio.

Muchas vidas se pierden también en el pesado tráfico de drogas caras (en abril de 1992,
el precio de un gramo de polvo de cocaína equivalía a un gramo de oro). Los traficantes
disputan entre sí las fuentes de cocaína, el mercado consumidor, las rutas del tráfico, el
poder, etc. Verdaderas guerras armadas se desatan entre los traficantes y con la policía, e
infelizmente muchas personas inocentes mueren en medio de ese fuego cruzado.

30. ¿Qué son los psicotrópicos? ¿Cuáles son?

Psicotrópicos son todas las sustancias que, dentro de nuestro organismo, son atraídas
por el cerebro, como las plantas son atraídas por la luz. Ellas modifican el funcionamiento del
cerebro, pudiendo traer alteraciones físicas, de comportamiento y psicológicas. Son
clasificados en tres tipos: psicoestimulantes, sedativos y psicodislépticos.

Psicoestimulantes, o psicoanalépticos, o estimulantes centrales, son drogas que


provocan el aumento de la actividad motora o psíquica.
1. anfetaminas o “pastillas”
 anfetaminas estimulantes de la vigilia (ej.: Metanfetamina)
 anfetaminas inhibidoras del apetito (ej.: Fenproporex)
2. cocaína
3. cafeína y otros estimulantes menores.

Sedativos, o psicolépticos, son drogas que disminuyen el dolor y combaten el insomnio,


los estados de ansiedad y de agitación psicomotora.
1. alcohol
2. hipnóticos: combaten el insomnio.
 barbitúricos (ej.: Gardenal)
 no-barbitúricos (ej.: Mogadon, Dalmadorm, Dormonid, Sonebon)
3. ansiolíticos: calmantes que disminuyen la ansiedad.
4. narcóticos o hipoanalgésicos: presentan tres propiedades farmacológicas fundamentales,
como aliviar el dolor, producir hipnosis e inducir a la dependencia
 opiáceos naturales (ej.: morfina y codeína)
 opiáceos semi-sintéticos (ej.: heroína)
 opiáceos sintéticos (ej.: Metadona)
5. solventes (cola de zapatero, bencina, acetona)

Psicodislépticos, o alucinógenos, son drogas perturbadoras de la actividad del SNC.


Son los llamados despersonalizantes, porque desestructuran la personalidad, también
conocidos por psicomiméticos, porque mimetizan una psicosis.

1. alucinógenos primarios (principal efecto: alucinación)


 sintéticos (ex: LSD)
 naturales
- derivados de la marihuana
- derivados indólicos (de plantas y hongos)
- derivados de peyote
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2. alucinógenos secundarios (alucinación: efecto secundario)
 anticolinérgicos
 otras sustancias en dosis elevadas
(Clasificación adaptada de L. Chaloult, 1971.)

La nicotina fue incluida en las drogas psicoestimulantes por el Dr. Asgusto Jorge Cury.
Según el Prof. Dr. José Rosemberg ella puede afectar todos los órganos a través de la
acción estimuladora, en pequeñas dosis, y ser depresiva, en dosis mayores, sobre todo los
nervios que son activados por la acetilcolina.

31. ¿Por qué una persona pasa de una droga a otra?

Son básicamente cuatro los motivos:

1) La droga en uso ya no satisface: el cuerpo puede acostumbrarse a determinada droga,


lo que lleva a no producir más los mismos efectos que producía al ser ingerida en las
primeras veces. Parece que la droga fuera más débil, y el proceso de la tolerancia,
esto es, el organismo pasa a tolerar más la droga, y las sensaciones corporales
disminuyen, tornándose insatisfactorias. La memoria corporal, entonces, que había
grabado en el organismo las sensaciones más fuertes, estimula la búsqueda de
aquello que sentía antes, llevando al usuario a aumentar las dosis o sustituir la droga
por otra que considere más fuerte. Es por eso que las drogas que presentan tolerancia
crean adicción.
2) Se terminó la droga: cuando el usuario no encuentra más la droga que desea- por no
estar a mano a la hora en que quiere, o por no encontrarla más en el mercado-, él
puede recurrir a otra. Hace algunos años, por ejemplo, faltó marihuana, por causa de
la cosecha, y los canabistas tenían dificultad en encontrarla, pues no existían tantas
plantaciones como hoy. Los traficantes, oportunistas, ofrecían entre otras drogas como
opción, principalmente la cocaína.
3) Asociación (mezcla) de drogas: El efecto indeseado de la cocaína es la agitación
psicomotora, muy incómoda al usuario. Esa agitación no lo deja estar quieto, nunca lo
deja dormir, pudiendo durar horas. Para disminuirla es común al usuario tomar bebidas
alcohólicas o tranquilizantes. Bastante común también es la mezcla de los
psicoestimulantes. Bastante común también es la mezcla de dos psicoestimulantes
(“pastillas”) como los calmantes: la primera “liga”, la segunda “desliga”.
4) Curiosidad: Un usuario de drogas disminuye -cuando ya no perdió- su capacidad de
autopreservación. Para ello, una droga más no hace la diferencia dentro de su criterio
de valores. Por lo tanto, cualquier novedad que surja en el mercado de drogas va a ser
experimentada. Hasta llegar al crack y terminar adquiriendo un vicio mucho más fuerte
que el anterior. Del mismo modo, un fumador que, por curiosidad experimenta
marihuana, crea adicción. Mejor dicho, el 80% de los canabistas comienzan por el
tabaquismo. De estos, muchos continúan con los dos vicios: marihuana y tabaco.
Otros hasta abandonaron el tabaquismo, pero no desisten del cabanismo.

En efecto, el intoxicado, que necesita dosis cada vez mayores, gasta cada vez más dinero
en satisfacer su pasión. Si no es rico, pronto se ve obligado a estar al servicio del traficante,
que le paga en mercadería, o a procurarse dinero por medios deshonrosos, Se ha afirmado a
veces que el uso de la droga menguaba el sentido moral... se roba para adquirir droga... Sin
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embargo, la mayor servidumbre que amenaza al toxicómano es de orden psicológico. La
droga agrava el desequilibrio mental y transforma las neurosis latentes en psicosis a veces
incurables. Por eso la astenia degenera en confusión mental, las obsesiones en
esquizofrenia. En los casos más graves, la confusión da paso a un estado crepuscular de la
conciencia, cuya actividad queda sin estructura. Menos graves para el espíritu, aunque no
para el cuerpo, son las mil pequeñas miserias del toxicómano, los trastornos fisiológicos
propios de cada tipo de droga... La morfina, la heroína y, en general, todas las drogas que se
inyectan, hacen del toxicómano un verdadera ruina. ¡Una toxicomanía media supone, en diez
años, cerca de quince mil inyecciones! Es decir que, al cabo de unos meses, el cuerpo está
cubierto de abscesos, úlceras y la piel está surcada de nudosidades e induraciones, sin que
quede espacio libre donde clavar la aguja. Ha habido morfinómanos que tenían una aguja
clavada permanentemente en la piel, para no tener que buscar cada vez a través de un callo
o de una úlcera.

32. ¿Por qué alguien adicto quiere cada vez más drogas?

Son muchos los motivos.

 El drogadicto presenta tolerancia, es decir, precisa dosis cada vez mayores para
sentir el efecto de las primeras veces.
 Si el drogadicto busca la droga intentando resolver un problema, lo complica aun más,
porque se debilita con la droga, y la solución fue simplemente postergada. Ahora con
un problema mayor, presenta nuevas justificaciones para usar más drogas. Así, queda
establecido el círculo vicioso: problema/droga/problema.
 Como las drogas presentan efectos colaterales, el drogadicto puede usar otras drogas
para combatirlos.
 La personalidad del drogadicto está tan perjudicada que su autopreservación
desaparece, por lo tanto, ya no le incomoda más aumentar su consumo de drogas y,
simplemente, va deglutiendo todo lo que ve a su paso.
 Para no sufrir con el síndrome de abstinencia, el adicto usa más drogas; aunque no
quiera las usa.
 El sentimiento de autodestrucción en el drogadicto es tan fuerte que pasa a destruirse
ostensivamente y a propósito.

No siempre un drogadicto quiere usar cada vez más drogas. Muchas veces, precisa
consumir más drogas a causa de la presión del propio vicio. La marihuana es erróneamente
considerada la puerta de entrada de otras drogas, porque, generalmente, lo que precede al
uso de la marihuana es el tabaco y lo que hace a una persona procurar otras drogas es su
insaciabilidad y no la marihuana.

33.
a) ¿Qué es el LSD?
b) ¿Qué es el Santo Daime?

a) Podemos decir que LSD es una sigla de la palabra alemana LysergSaureDiathylamid,


que designa un potente alucinógeno, popularmente conocido como ácido lisérgico. Sus
principales efectos son la alteración senso-perceptoras, las visiones, o sea: ilusiones y

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alucinaciones. Funciona como si desordenara el funcionamiento de las neuronas,
estableciendo conexiones imposibles, comparadas con aquellas de quien está en estado de
lucidez. Es el caso de la sinestesia entre audición y vista, es decir, se cambian las
percepciones de los sentidos visuales con los auditivos: “se escucha una memoria” y “se ve
un sonido”. Cuando es alcanzada el área psíquica responsable por el enjuiciamiento (crítica),
el usuario asegura que su alucinación es verdadera; para él, el objeto existe realmente.
Pasados los efectos del alucinógeno, la persona vuelve “a funcionar” normalmente.

El ácido lisérgico fue accidentalmente descubierto por el científico suizo Hoffman, que lo
sintetizó en laboratorio. Tal vez sea la sustancia que más actúa en el cerebro: de 20 a 50
millonésimos de gramo ya son suficientes para producir alteraciones mentales, como delirios,
ilusiones y alucinaciones que duran de cuatro a doce horas. El LSD también provoca efectos
orgánicos -dilatación de las pupilas, aumento de la presión arterial, taquicardia, temblores,
náuseas, flaqueza o debilidad muscular y aumento de la temperatura corporal-, además de
los efectos psicológicos.

Todos esos efectos varían y dependen de la personalidad y sensibilidad de cada uno, del
ambiente, de la dosis, de la expectativa, etc. Las reacciones psíquicas, exuberantes y
variadas, generalmente son agradables; pero también suelen ser muy desagradables, con
visiones terroríficas, sensación de deformaciones corporales, delirios persecutorios (manía
de persecución) y sensación de muerte inminente. Los alucinógenos no producen
dependencia física ni provocan el síndrome de abstinencia. En cuando a la dependencia
psicológica, existe aun mucha controversia.

b) Es un culto brasilero de carácter popular, que unifica corrientes cristianas y animistas.


Fue fundado por Raimundo Irineo Serra, quien en 1912, entre las plantaciones de caucho
ubicados en frontera amazonense de Brasil con Bolivia, conoció la bebida denominada
huasca, de la cual habría recibido la fuerza y la revelación para dar fundamento a la doctrina
del Santo Daime.

La huasca o ayahuasca es una infusión de uso milenaria en la cultura indígena andina, y


según la cultura quechua del antiguo Tahuantisuyo, división política del imperio incaico, la
huasca les permitía ver el mundo real, ya que lo cotidiano sería apenas una ilusión. La
huasca se fabrica con el maceramiento y fermentación de dos plantas alucinógenas propias
de la región formada por el triángulo, donde concluyen los límites de Brasil, Perú y Colombia;
éstas plantas llamadas por los indios Caapi y Chacrona, las cuales deben ser ingeridas
durante ceremonias religiosas que duran más de diez horas. Durante ese tiempo, la liturgia
se compone de cánticos rítmicos, repetición de mantras y bailes monótonos, semejante al de
los Derviches, y las personas quedan “abiertas” a recibir las visiones que la bebida provoca,
esas visiones son llamadas en portugués “mirasiones”, lo que significaría espejismos. En el
ritual, las “visiones” son “dirigidas” para otras dimensiones, supuestamente más espirituales,
que enseñan el verdadero sentido de la vida, el amor entre los hombres y la perfecta armonía
con las fuerzas de la naturaleza. El Santo Daime y la huasca no están catalogados como
alucinógenos, y su consumo no está prohibido, ya que hasta el momento no hay pruebas
clínicas de que ella cause dependencia. Existen relatos de periodistas que fueron a participar
del ritual del santo Daime en Manaos, Amazonas, para experimentar las tan promocionadas
“visiones del mundo real”. Más ellos no sintieron absolutamente nada, solamente sufrieron
leves trastornos físicos, (vómitos, y diarrea).

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Probablemente, la huasca es parte de una cultura donde las visiones son inducidas por
un Chamán o Maestro, como en cualquier otro ritual religioso, de este modo los que no
están “iniciados”, y desconociendo ese tipo de cultura ritual, no consiguen “viajar” con la
huasca.

34. ¿La “pelota” también causa alucinación?

Las “pelotitas” son comprimidos sintéticos de psicoestimulantes, es decir, son fabricados


en laboratorios farmacéuticos. La más conocida es la anfetamina. Los psicoestimulantes,
generalmente, dejan a las personas más despiertas, las hacen perder el apetito y sentir poco
cansancio -sensaciones que desaparecen varias horas después, cuando la droga es
metabolizada-. En ese momento es común la depresión. Entonces, una nueva dosis es
ingerida, y la persona se torna nuevamente hiperactiva. Con dosificación excesiva puede
volverse agresivo, con delirios persecutorios, sudoroso, vertiginoso, tiene dolores de cabeza,
taquicardia e hipertensión arterial (que puede llevar al colapso). Puede suceder, entonces,
hipotermia (fiebre alta), que, cuando no es combatida, lleva a convulsión. Como la
anfetamina produce rápidamente la tolerancia, su usuario precisa de dosis cada vez
mayores, estableciendo una dependencia mucho más psicológica que física. La anfetamina
puede ser usada por deportistas que desean mejorar artificialmente su desempeño;
después de ser ingerida, y metabolizada por el hígado, sus residuos inactivos son eliminados
por la orina. Es por eso que se analiza la orina de los atletas el llamado examen antidoping.
A través de ese examen es posible detectar o no la presencia de esas sustancias en el
organismo.

35. ¿Beber cerveza es un vicio?

Depende del bebedor. Nuestro organismo tiene la capacidad de metabolizar bien de dos a
tres vasos de cerveza por día, pues el hígado metaboliza 25g. de alcohol absoluto por hora
(cantidad encontrada en una botella de cerveza o en una dosis de whisky). Dejar de beber
cerveza durante varios días para beber todo de una sola vez, es doblemente perjudicial
porque encima de la cantidad citada sobrecarga al organismo, y el mal viene con las
repeticiones de las sobrecargas. Quien no bebe puede encontrar que dos o tres vasos de
cerveza ya son suficiente, pero, para quien gusta de tomar cerveza, esto es muy poco.

Cuando una persona se reúne con otras en torno de una mesa de bar, consumiendo
cerveza, puede perder el control de cuanto bebió; de dos a tres botellas es una cantidad
común. Con esta cantidad el nivel alcohólico en sangre puede ser bajo, si el consumo fue
lento y acompañado de algún alimento. Es asimismo nocivo cuando el bebedor, queriendo
alcanzar un nivel alcohólico más alto que el producido por la cerveza, bebe un trago más
fuerte entre las copas de cerveza. Este ya no es más un amante de la cerveza, es un
alcohólico.

El alcohol no metabolizado es tóxico al hígado y lo destruye, a pesar de la gran capacidad


de regeneración; lo que ocurre es que con el tiempo su fragilidad aumenta, hasta ser
destruido definitivamente, lo que conocemos como cirrosis hepática.

Importante: en general, es un error muy común en el bebedor pensar que lo bebido ya fue
absorbido por la sangre, a pesar de tener una parte, todavía, en el aparato digestivo que aun
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no fue absorbida. Por lo tanto, aunque pare de beber, la absorción de alcohol continúa su
proceso, y los síntomas sólo tienden a empeorar. Eso significa que, si el bebedor decide
dejar de beber solamente cuando comienza a sentir alguna cosa, ya es tarde, porque la
absorción va a continuar. La solución es dejar antes de que los síntomas aparezcan. Es
preciso tener mucha fuerza de voluntad y seguridad en si mismo para parar de beber cerveza
cuando aun se tiene el control sobre ella.

36. ¿Cómo es el tratamiento de los alcohólicos?

El tratamiento del alcoholismo puede ser dividido en tres etapas: desintoxicación,


rehabilitación y terapia.
1) Desintoxicación: Todo el alcohol ingerido va a la sangre, circulando, por lo tanto, en todo
el organismo. Es el hígado el que se encarga de metabolizarlo, eliminándolo de la corriente
sanguínea. Lo que no es metabolizado continúa circulando, hasta que lo sea. En los
bebedores crónicos, siempre hay alcohol circulando en el cuerpo. El tratamiento comienza
con la interrupción del acto de beber, para dar al hígado las condiciones necesarias para
metabolizar el alcohol residual.

En los casos más graves de alcoholismo, parar de beber puede provocar síndrome de
abstinencia, que trae mucho sufrimiento físico y mental: sudores fríos, temblores nerviosos,
taquicardia, hipertensión. Por eso, en esta etapa, puede ser necesario el uso de medicación,
el tratamiento no debe ser hecho en el ambiente que la persona frecuenta, sino en régimen
de internación hospitalaria, pues cuando se interrumpe el acto de beber y surge el síndrome
de abstinencia, puede también surgir el delirium tremens. Ese cuadro se caracteriza por
confusión mental, desorientación temporal y espacial, alucinaciones, intensa agitación
motora, convulsiones. Es en esos síntomas donde reside el peligro: ellos pueden llevar al
delirante a la muerte, si él no fuera adecuadamente socorrido. De ahí la necesidad de la
internación.

La desintoxicación puede llevar de diez días a tres meses, y sólo esta etapa es
insuficiente como tratamiento; casi todos los que lo interrumpen aquí , generalmente vuelven
a beber en un corto plazo de tiempo. Es importante que se inicien, inmediatamente después
de la desintoxicación, la rehabilitación y la terapia.

2) Rehabilitación: Esta etapa dura aproximadamente de uno a seis meses. Su objetivo es


ayudar al alcohólico a volver a su vida profesional, familiar y afectiva. A veces, es necesario
el régimen hospitalario: o pasa el día en el hospital y, de noche, duerme en casa, o
viceversa, trabaja durante el día y pernocta en el hospital. Es preciso ayudarlos a abstenerse
del alcohol y resistir las tentaciones, pues la mayoría de los alcohólicos que no resiste la
tentación al primer trago termina recayendo en el vicio.

3) Terapia: La psicoterapia procura ayudar al alcohólico a resolver sus problemas


psicológicos, y a cuidar de sus problemas físicos, para así valorizar su propia vida. De ese
modo, ayuda a solucionar los problemas que pueden haber contribuido con el alcoholismo y
sus consecuencias. El alcohólico puede no necesitar de desintoxicación y/o rehabilitación,
más seguramente va a precisar terapia para descubrir los problemas psicológicos que lo
llevaron al vicio. Tanto que, si no trata sus conflictos psicológicos, volverá a beber. La terapia
puede durar años, porque depende de los conflictos a ser resueltos y de la capacidad de la
persona para resolverlos. Las terapias más actualizadas involucran a los familiares de los
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alcohólicos. Esta es también la propuesta de los Alcohólicos Anónimos (AA), que, además
han conseguido buenos resultados.

37. ¿Por qué las personas quedan adictas o droga-dependientes?

La respuesta 1 trata de los adolescentes que se drogan. Aquí vamos a hablar de algunos
factores más específicos que pueden llevar a una persona a drogarse. Comencemos por el
concepto de personalidad abierta, que es una alteración resultante de fallas cometidas con
la crianza en la primera infancia, cuando se inicia el desenvolvimiento de su personalidad.
Una crianza con personalidad abierta se torna superdependiente de algún adulto -la primera
figura es la de la madre, seguida después la de otros familiares como padre, tíos, hermano
mayor, empleados. Sin la madre o sin la presencia de alguien en quien confía, esta criatura
entra en pánico, queda totalmente perdida, angustiada. Cuando va a la escuela, consigue
localizar en la profesora la figura que sustituya a la madre, y hasta se comporta
normalmente, desde que tiene a “su” profesora siempre cerca. Conforme va creciendo, va
cambiando sus figuras importantes, un compañero de clases puede ejercer ese papel de la
figura aseguradora que tanto precisa. Una criatura con personalidad abierta no es
autosuficiente. Ella no consigue jugar o quedar sólo como una criatura normal, que va, de a
poco adquiriendo su auto-suficiencia. Para sentirse bien y entera precisa de un
complemento, sea la madre o cualquier figura que la sustituya. Cuando llega a la
adolescencia, que es renacer -salir de la familia para la sociedad, salir de la dependencia
familiar infantil para la independencia psicológica juvenil-, el adolescente con personalidad
abierta no va a querer depender de los adultos en general. Y como su autoestima no le
permite “pegarse”en otro adolescente, a pesar de su personalidad continuar abierta, ahora
procurará una complementación, que tanto puede ser un fanatismo ideológico o cualquier
otra cosa, como, por ejemplo, crear dependencia a una droga. Una personalidad abierta se
apega a tales complementos como si fuese la madre en aquellos momentos de pánico
infantil. Si el complemento fuese una droga adictiva, la vulnerable personalidad abierta de
esa persona hará rápidamente de él un adicto. Por otro lado si una persona no tiene la
vulnerabilidad de la personalidad abierta, si se obstina en usar una droga, puede terminar
siendo adicta. Los motivos de esa insistencia pueden ser los más variados (inseguridad,
juego, auto-afirmación, necesidades, etc.), pero el resultado será el mismo: el vicio. Por
ejemplo, a nadie le gusta la primera experiencia de fumar, pero termina acostumbrándose y
después gustando, de tanto insistir.

Otro factor que puede llevar a una persona al vicio es aquella que se basa en los
conceptos freudianos de instinto de vida y de instinto de muerte. Para Freud, el ser
humano, está continuamente sometido a esos dos instintos. Quien quiere vivir en forma
saludable automáticamente toma actitudes que dan prioridad al instinto de vida
(alimentarse, tener vida sexual, luchar por la felicidad de todos los que ama, preservarse
contra riesgos innecesarios, etc.). Solamente quien no “está bien” con la vida se deja llevar
por el instinto de muerte. Esto no significa solamente actitudes suicidas y querer terminar
con su propia vida. Significa no preservar la vida (haciendo poco para preservarse, consumir
drogas, no preparándose para situaciones “más difíciles”, sin estudiar para una prueba,
quedándose bebiendo y farreando toda la noche en las vísperas de una competición
deportiva). Es como si una persona no gustase de sí misma y estuviese continuamente
bombardeándose con cargas negativas, dejándose morir de a poco.

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La frustración también puede contribuir para que el individuo se torne un adicto. Las
pérdidas, los rechazos, las humillaciones, las injusticias son algunos de los innumerables
sentimientos que nos llevan a quedar frustrados y no hay quien le guste eso. Entretanto,
existen personas que no soportan frustraciones y, en vez de enfrentarlas, hacen todo para
desviarse de ellas. Esas personas, cuando usan drogas, exactamente para no sentir el
sufrimiento de la frustración, hasta consiguen distorsionar la realidad y exagerar sólo lo que
quieren, porque entran en el placer químico de las drogas; sólo que se olvidan que sentirán
todavía más frustraciones, provocadas por el círculo vicioso: frustración/droga/frustración.

Cuando es hereditario, es decir, que existe la predisposición genética y biológica al vicio,


lo que se tiene son controversias. Las apetencias pueden ser genéticas: hijos pueden gustar
del mismo sabor que los padres. La apetencia a las drogas puede existir, pero el vicio
solamente va a existir si la persona quiere saciarlo. En la historia de la vida de los adictos a
drogas es común encontrarnos con evidencias de que el individuo fue criado en un ambiente
familiar marcado por la inestabilidad, falta de comprensión y afecto, intolerancia, frialdad,
rechazo, hostilidad, indiferencia, desconfianza, exceso de mimos, falta de límites y de
disciplina, falta de respeto a las individualidades y el no suplir de sus necesidades básicas.
Esas personas quedan con la auto-estima tan destruida, con la personalidad tan frágil, que
así como no superan las presiones de sus hogares, no consiguen superar las presiones del
medio en que viven y pueden sucumbir a las drogas.

38. ¿Qué es lo que las personas sienten cuando usan drogas?

Depende del tipo de droga usada, las que vamos a clasificar en tres grandes grupos:
psicoestimulantes, sedativos, psicodislépticos.

 Los psicoestimulantes estimulan el estado biopsíquico natural, provocando al


usuario un estado alterado en el que suceden taquicardia, aumento de presión arterial
y agitación psicomotora, con sensación de bienestar, euforia y aumento de la
capacidad de trabajo.
 Los sedativos terminan con los dolores, calman los estados de ansiedad y combaten
el insomnio y las agitaciones psicomotoras. Además de eso, traen al usuario una
sensación de tranquilidad y desconexión de la realidad: lentitud de pensamiento y
reflejos físicos disminuidos.
 Los psicodislépticos distorsionan el psiquismo, produciendo ilusiones, alucinaciones
y delirios, que pueden ir acompañados de sensaciones de euforia.

En general, los depresivos escogen los psicoestimulantes; los ansiosos, los sedativos y
los aventureros se exponen a los psicodislépticos. El alcohol, por ejemplo, es siempre
depresor, a pesar de parecer estimulante en las dosis iniciales. Las primeras dosis inhiben la
crítica (super-ego), la capacidad de juzgamiento, haciendo que el bebedor se sienta más libre
para hablar y hacer lo que quiere. Con el aumento de las dosis, pasa, cada vez más, a
deprimir el SNC, pudiendo llevar al individuo a la muerte. La marihuana, al principio, puede
provocar una cierta euforia, con risas sin motivo. Cuando alcanza un nivel alto de THC en
sangre, puede producir alucinaciones y delirios; con el uso continuado, puede provocar una
sedación generalizada (pensamiento lento, dificultad de concentración, memoria y atención),
dando una sensación de postración general. Las drogas, dan un placer químico, que es
diferente del placer fisiológico, que es natural. El placer químico desaparece cuando pasa el
efecto de la droga, por lo tanto puede venir y desaparecer, conforme la duración del efecto
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de la droga utilizada. Es importante saber que, después del placer químico, se sucede una
depresión; lo que no sucede con el placer natural.

39. ¿La dependencia física es más grave que la dependencia psíquica?

 La dependencia física provoca el síndrome de abstinencia, que puede matar. Las


drogas que producen dependencia física entran en el metabolismo del cuerpo,
haciendo que el organismo cuente con ellas para su funcionamiento. Cuando ellas
faltan, no consigue trabajar bien y presenta sufrimiento (ansiedades, insomnio,
temblores, delirio, convulsiones, etc.), pudiendo llegar a la muerte. Estas drogas son,
por ejemplo, el alcohol, los barbitúricos, la heroína, la morfina.
 La dependencia psíquica difícilmente mata, más puede traer sufrimientos tan
intensos como la dependencia física. Ejemplo: la cocaína. Un cocainómano tiene su
personalidad muy perjudicada. Cuando él está inundado por el deseo de usarla, su
criterio de valores cae por tierra. Saciar ese deseo se torna mucho más fuerte que:
 lazos afectivos: Un grupo de personas se inyectaba cocaína en las venas, cuando
una de las muchachas tuvo convulsiones; su novio prefirió continuar inyectándose en
vez de socorrerla. Solamente al terminar la droga fue a ver lo que le había sucedido y
fue demasiado tarde, pues la novia murió. Si hubiese sido socorrida a tiempo, habría
sobrevivido.
 auto-preservación: El cocainómano sabe que no debe usar jeringas usadas. En el
momento que se está inyectando, usa cualquier jeringa, sea la de quien sea, pues lo
más importante es saciar el deseo. El número de adictos aumentó mucho más entre
los cocainómanos inyectables que en otros grupos de riesgo.
 higiene: cuando no hay agua destilada para diluir el polvo a ser inyectado, los adictos
usan cualquiera. De ese modo se contaminan con los más diversos agentes
infecciosos, además de provocar flebitis y tromboflebitis en sus venas.
 sentido crítico: cuando el cocainómano precisa la droga, hace cualquier cosa para
obtenerla, paga cualquier precio por ella y va quedando cada vez más en las manos
de los traficantes, los cuales a la falta de dinero del drogadicto, exigen que le traiga
objetos fáciles de revender: relojes, joyas, ropas, etc. Sin condiciones de evaluar
nada, entrega todo por un poco de polvo.
 fidelidad: de la misma manera que el traficante explota al vicioso, la policía usa al
traficante para obtener información, y así poder llegar a las organizaciones del
narcotráfico. Para evitar eso, los otros traficantes matan a aquél que está en manos de
la policía.

Todo eso puede suceder también a los dependientes físicos, pues cuando la exigencia de
una necesidad física está en su límite, ella se torna más fuerte que la psicológica, y pasa a
comandar todas las actitudes del individuo. Alguien con mucha hambre es capaz de robar y
hasta matar para comer. En situaciones extremas, el hombre puede tornarse un caníbal.

40. ¿Es muy difícil dejar un vicio?

Sí, sobretodo para los adictos a las drogas, que crean fuerte dependencia física, pues, al
no parar de usarlas, sufren el síndrome de abstinencia. La morfina es una de las drogas que
más provocan el síndrome. Cuando un morfinómano deja súbitamente de usarla, presenta
los siguientes síntomas: incontrolable deseo de una nueva dosis (someterse a pagar

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cualquier precio para conseguirla): corazón acelerado, baja presión arterial, aumento de la
salivación, fuertes dolores abdominales, angustia sofocante, ansiedad y agitación
psicomotora, sensación de muerte inminente. No bastante con todo ese sufrimiento, el
morfinómano puede caminar hacia el coma y, de no ser socorrido, morir.

El alcohol también puede provocar el síndrome de abstinencia, siendo la resaca, que


sucede a la borrachera, un síndrome débil. El más fuerte es el delirium tremens, cuando se
trata de alcoholismo crónico. En este caso ocurren intensos temblores en todo el cuerpo,
pérdida de la noción de tiempo y espacio, alucinaciones (insectos andando por el cuerpo),
delirios y convulsiones que pueden llevar al coma y, consecuentemente, a la muerte.

Los usuarios que ya presentan el síndrome de abstinencia terminan usando la droga ya


no por el vicio, sino porque no soportan los sufrimientos causados por su ausencia.

Las drogas que crean dependencia psicológica también provocan sufrimiento al


individuo que quiere dejarlas. Esos sufrimientos son de orden psicológica, como ansiedad,
angustia y frustración por no poder soportar la falta de droga, etc. Todo eso puede llevar a
una persona a tornarse agresiva, impulsiva, inestable, irritable y, frecuentemente, a entrar en
depresión profunda.

Lo esencial para dejar un vicio es la voluntad del adicto. Nadie se cura de cualquier vicio
que sea si no se empeña, pues eso depende única y esencialmente de la persona.
Entretanto, es muy natural al adicto no lograr dejarlas solo y precisar de la ayuda de terceros.
Es lo mismo que el que ya ha conseguido parar, el problema no acaba así, fácilmente,
porque el cuerpo “pide” aquello a lo que estaba acostumbrado. Es necesario, por lo tanto,
estar atento contra el deseo (físico o psíquico) de “ofrecer” la droga al organismo. En esa
lucha para dejar el vicio, el individuo vive un gran conflicto entre su deseo por la droga y la
actitud de no usarla, que al mismo se impone. O sea, el cuerpo quiere y la mente impide.
Es importante en esa hora alejarse de las situaciones que aumentan ese deseo, por ejemplo:
conversar sobre drogas; ver, oler, tocar drogas; saber que sus colegas de vicio están yendo
a drogarse y recibir una invitación para ir con ellos; ver a alguien usando drogas. Mejor es
estar con los que también luchan para dejar la droga, para cambiar ideas, compartir las
dificultades y victorias, darse fuerza mutuamente en el momento de tanta fragilidad y, encima
de todo, para tener la sensación de navegar en un mismo barco, de no estar sólo en el
mundo.

Aquí va un ejemplo real. Es la historia de un muchacho que estaba intentando dejar la


marihuana, cuando sólo, en medio de sus actividades, ni pensaba en la droga. Bastaba, por
ejemplo, encontrar accidentalmente a un ex colega canabista que le volvía un deseo
irresistible de canabizar. Otro motivo de recaída era cuando él iba a la playa, donde
acostumbraba surfear y canabizar. Aquella playa, el surfeo y los recuerdos tornaban
imperativo el acto de fumar marihuana.

41. ¿Existen drogas que, cuando son utilizadas bajo prescripción médica, son
benéficas?

Si, por ejemplo, los barbitúricos y la morfina. Los barbitúricos utilizados por los neurólogos
y psiquiatras, para tratamiento de epilepsia, raramente llevan al paciente al vicio, si son
30
utilizados dentro de los criterios terapéuticos. Es su mal uso (tomar sin necesidad, sin
orientación médica, no respetar la dosis terapéutica, etc.) lo que puede llevar al vicio. Los
barbitúricos pueden provocar alta dependencia física y psicológica. La morfina, principal
componente de opio, es una de las más potentes drogas utilizadas para el alivio del dolor. Su
uso es rígidamente controlado, pues es altamente adictiva, provocando rápidamente
dependencia física y psicológica. La cocaína fue utilizada como analgésico para cirugías
oftalmológicas (de ojos) y otorrinolaringológicas (nariz y garganta) en épocas que no había
otros anestésicos. Además de anestesiar, provocaba una vasoconstricción (disminución del
diámetro de los vasos sanguíneos) que disminuía la hemorragia local. El avance de los
anestésicos tornó esta práctica obsoleta.

42.¿ Quién usa más drogas: jóvenes o adultos?

Si analizáramos a los adictos por sexos y edades observaríamos que:

 si consideramos cigarrillos, bebidas alcohólicas y tranquilizantes, sin duda, los adultos


las usan más;
 si consideramos cola de zapatero, bencina y medicamentos son muchos más los
jóvenes que las usan.
 la marihuana es más usada por los jóvenes, en cuanto la cocaína es más consumida
por los adultos.
 la bencina y la cola de zapatero tiene en los chicos de la calle sus mayores
consumidores.
 los hombres consumen más alcohol que las mujeres, que a su vez, toman más
tranquilizantes que los hombres.
 el sexo masculino también supera al sexo femenino en el uso de drogas pesadas,
como cocaína, heroína y la misma marihuana.
 las mujeres usan mucho más anoréxicos (remedios que combaten el hambre, que
funcionan como psicoestimulantes) que los hombres.
 la edad de los adolescentes que usan drogas se concentra entre 14 y 18 años y la de
los adultos entre 19 y 60 años de edad. Podemos asegurar que la densidad de mayor
consumo está en la adolescencia.

43. ¿Cómo se contagia el Sida a través del uso de drogas?

Una de las vías más eficientes de contagio del virus del Sida es la sanguínea. La carga
viral contenida en una pequeña cantidad de sangre es suficiente para la contaminación. Los
cocainómanos que inyectan la cocaína en sus venas, son la población que más corre riesgo
de contaminación, tanto que, por las estadísticas, es en este medio que el número de adictos
aumenta más. Las campañas de prevención del Sida explican que todas las jeringas deben
ser descartadas después de su uso, y que todas las jeringas deben ser usadas una sola
vez. Todos los cocainómanos saben eso. Pero, cuando se está drogando, el deseo es tan
grande que no lo tienen en cuenta.

En el grupo el primer usuario introduce la aguja dentro de la vena para en ella inyectar la
droga. Queriendo asegurarse que la aguja está dentro de la vena, puja un poco de sangre
para adentro de la jeringa. Pasa entonces para otro, que prepara su propia dosis, sin limpiar
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la jeringa con la sangre del primer usuario. El segundo inyecta, además de la droga, la
sangre del primero y, al pujar su propia sangre, la deja también en la jeringa. El tercer
usuario ya recibe una jeringa con la sangre de los dos primeros. Y así, sucesivamente, la
jeringa va pasando por todos, y cada uno usa la misma jeringa varias veces. Al final es una
mezcla de sangre de todos que queda en la jeringa. Si uno de ellos estuviese con una
enfermedad transmisible por la sangre, quedarían todos infectados. Es así que se propaga el
virus del Sida o de cualquiera otras enfermedades de transmisión sanguínea.

44. ¿Si me drogo una vez, paso a tornarme dependiente automáticamente?

No, si realmente fue sólo una vez; aunque si la voluntad de experimentar fuese
nuevamente muy intensa, la posibilidad de tornarse en drogadicto es muy grande. Por lo
tanto, se debe evitar una nueva experiencia, que puede significar un comienzo de la
dependencia.

Todo lo que se aprende con las drogas es muy poco en relación a los riesgos que se
corre. Drogarse la segunda vez es mucho más fácil que la primera; la tercera vez es más
fácil aun, y así sucesivamente, hasta que se torne natural.

Experimentar la droga o drogarse una sola vez no hace nunca un dependiente, pero
predispone al uso y después al abuso. Usar puede no crear adicción; abusar sí. Cuanto
mayor fuera el poder adictivo de la droga, menos tiempo se lleva de la experimentación,
hasta el uso, al abuso y, finalmente, al vicio. Es el caso del crack, que crea adicción.

En cuanto al “bautismo alcohólico”, generalmente se da en la fase final de la pubertad,


entre amigos. Los muchachos (o muchachas) beben tanto que se embriagan, y muchas
veces es preciso llevarlos a los hospitales. Algunos llegan a entrar en coma alcohólico. Eso
asusta a los familiares, y muchos piensan que el hijo (o hija) ya se tornó un alcohólico
irremediable.

Acompañando algunos de esos casos, es posible concluir que no es el “bautismo


alcohólico” lo que genera un alcohólico. Tal episodio puede ser único en su vida, si aprende
a usar el alcohol.

45. ¿Por qué los drogadictos son discriminados por la sociedad?

A nadie le gusta convivir con drogadictos, pues, como ellos no se encuentran en su


estado normal, se comportan inadecuada e inconvenientemente y, a veces, hasta de modo
peligroso. Además de eso, el criterio de valores de un drogadicto pasa a ser muy diferente
del nuestro. En caso de no tener dinero para comprar la droga, el no tendrá problema en
robar, sea a la propia familia, sea a amigos. Las mujeres pueden llegar a prostituirse cuando
están presionadas por esas situaciones.

Las conversaciones, las actitudes, los intereses de los drogadictos tampoco interesan a
aquellos que quieren vivir saludablemente y como están poco motivados a trabajar (o
estudiar) sólo perturban. Los drogadictos tienen dificultad de enfrentar las frustraciones
resultantes de las actividades del día a día, reaccionando a ellas de modo agresivo o
impulsivo, lo que los torna inadecuados al ambiente familiar, profesional o social.

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Las personas que trabajan con drogas (traficantes) son obviamente discriminadas por ser
marginales, ya que el tráfico de drogas está al margen de la ley. Y, como los drogadictos son
obligados a adquirir drogas en ese mundo de la ilegalidad, es un motivo más para que las
personas se alejen de ella.

46. ¿El tabaco puede ser considerado una droga?

Si, porque, además de ser necesario, es muy perjudicial a nuestro organismo. Está
comprobado que el tabaco provoca cáncer de pulmón al fumador y a sus acompañantes no
fumadores, que, al aspirar el humo del cigarrillo ajeno, se tornan fumadores involuntarios.

Si la cantidad de nicotina presente en un pequeño cigarrillo fuese directamente inyectada


en la vena de un hombre, en vez de ser fumada, él moriría. Según el profesor Dr. José
Rosemberg, más de 1200 sustancias fueron aisladas en el cigarrillo. La nicotina es el mayor
responsable por la dependencia física y psíquica porque desarrolla rápidamente la tolerancia
y produce síndrome de abstinencia. El perjuicio que el tabaquismo causa a la salud fue
unánimemente comprobado por más de 40 mil experiencias científicas, clínicas e
epidemiológicas. Ese resultado fue reconocido por los organismos oficiales de salud de
varios países y así proclamado por la Organización Mundial de la Salud: “El tabaquismo es
probablemente la mayor causa aislada evitable de enfermedad en el mundo”. Según sus
cálculos mueren un millón de personas por año de dolencias provocadas por el cigarrillo. En
1964, fue divulgado en los EUA la primer información de Surgeon General of the United
States Health Service, órgano oficial americano responsable por la salud. Entre los datos
publicados, consta que más de 350 mil personas mueren anualmente por causa del uso del
tabaco. De ahí la legislación americana introdujo la obligatoriedad de que todos los paquetes
de cigarrillos vendidos en aquel país portasen la advertencia: Caution, cigarette smoking can
be harmful for your health (“Atención: fumar es perjudicial para la salud”). Son también los
cigarrillos, una de las principales causas de incendios. La extremidad encendida de un
cigarrillo alcanza 850 grados centígrados y sufre combustión completa en la presencia de
oxígeno, o sea, no se apaga en cuanto dura el cigarrillo. Tanto que, si soplamos el cigarrillo,
en vez de apagarlo, su combustión aumentará. Si la punta encendida, se apoya sobre algo
seco, provocará llama.

No existe uso de tabaco. Es siempre un abuso, igual si es un sólo cigarrillo, porque no da


ningún beneficio, sino solamente perjuicio.

47. ¿Cuáles son las dificultades que un fumador encuentra intentando dejarlo?

La mejor manera de entender las dificultades que un fumador encuentra para dejar de
fumar es conocer y comprender los tipos de fumadores, ya que las reacciones son muy
variadas, por ser muy personal. El Prof. Dr. José Rosemberg transcribe, en su libro
Tabaquismo, un relato del Royal College of Physicians de Inglaterra en el que enumera siete
tipos de fumadores.

1. Fumadores de situaciones especiales (los de las reuniones sociales).


2. Fumadores por el placer sensual y por el ritual de la manipulación del cigarrillo.
3. Fumadores que buscan aumentar el placer de situaciones por sí solas agradables. Se
estima que esta sea la forma más común. Ese tipo puede pasar horas sin fumar hasta
que se presente otra situación de invitación.
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4. Fumadores de situaciones desagradables. La distensión que el cigarrillo les
proporciona, la derivación de la emotividad y la satisfacción del ritual de la
manipulación del cigarrillo facilitan enfrentar mejor esas situaciones.
5. Fumadores que buscan los efectos estimulantes de la nicotina, pensando obtener
ayuda en la concentración del trabajo mental, o calma para mantener el buen
desempeño durante tareas monótonas, o aun para vencer situaciones de tensión.
6. Fumadores impulsados a fumar cada 15 o 30 minutos para aliviar o evitar los síntomas
desagradables de la falta de nicotina.
7. Fumadores que acceden automáticamente a un cigarrillo después de otro y sólo se
sienten seguros con un cigarrillo en la mano.

Los tres primeros tipos no están farmacológicamente adictos del tabaco; los cuatro
últimos ya son nicotina-dependientes, siendo los dos últimos, dependientes en mayor
grado, pudiendo ser clasificados como tabacómanos.

Algunas personas dejan de fumar de a poco, divagan con la idea de no fumar más,
adquieren nuevos hábitos más saludables, modificando otros, menos saludables. Otras
cortan el cigarrillo de una hora para otra y soportan todas las consecuencias decurrentes. Sin
embargo la mayoría de los fumadores ya intentaron dejarlo y no lo consiguieron, por no
resistir a estar sin el cigarrillo o por falta de una motivación realmente fuerte. Muchos hacen
hasta bromas sobre esas tentativas: “Es muy fácil dejar de fumar, yo mismo ya dejé 14
veces...”

Además de los diferentes tipos de fumadores, es preciso considerar otros factores que
interfieren en la dificultad de los fumadores en dejar el vicio:

 Oralidad: o sea la necesidad y el placer de llevarse todo a la boca como un bebé.


Las personas que dejan de fumar y no resuelven su oralidad, continúan sintiendo la
necesidad de colocar alguna cosa sustitutiva en la boca (chicles, dulces, etc.).
Debemos diferenciar la oralidad del fumador y la del glotón, pues el humo a pesar de
entrar por la boca, va a los pulmones y no al estómago, como la comida. Por lo tanto,
la saciedad no es concreta, lo que hace que el fumador continúe insatisfecho aunque
coma chicles o dulces. Por causa de la oralidad no resuelta, el fumador puede cambiar
de vicio: en vez de fumar cigarrillos, pasa a fumar pipas o cigarros. Como el humo
del cigarro y de la pipa no precisa ser tragado, porque siendo alcalina, es absorbido
por la mucosa bucal, se piensa erróneamente que no hace mal a la salud. Pero la pipa
es una de las causadoras de cáncer de lengua, pues al prenderlo con los dientes, el
fumador de pipa sustituye de tal modo su mordedura que, al aspirar el humo, lanza
fuertes jatos siempre en un punto de la lengua, donde probablemente surgirá la
enfermedad.
 Ansiedad: las personas ansiosas no consiguen estar quietas; los fumadores ansiosos
recurren a un cigarrillo para “hacer algo”. Cuando dejan de fumar, esa ansiedad,
aumenta.
 Hábito: para el adicto, es parte de sus actividades cotidianas. Fumar después del
café, al conversar con alguien, al ir a la bañera. Así, finalizar una actividad sin un
cigarrillo puede ser una enorme insatisfacción. Parece que está faltando algo...

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 Constantes estímulos: el ex fumador está en todo momento siendo bombardeado
por propagandas de cigarrillos, lo que despierta su deseo, y, consecuentemente, debe
continuamente luchar contra él.

Es tan difícil dejar el vicio que, cuando dejan, los adictos hasta sueñan que están
fumando. Despiertan con la nítida sensación de haber fumado y hasta tienen sentimiento de
culpa. Lo que tal vez pueda ayudar a los fumadores es saber que la nicotina puede provocar
dependencia psicológica y física. La física es responsable por el síndrome de abstinencia y
los síntomas más frecuentes son la sensación de necesidad de fumar, inquietud, irritabilidad,
ansiedad, nerviosismo, fatiga, insomnio, cambio del ritmo cardíaco, depresión, constipación
intestinal, dificultad de concentración y realización de trabajos, igualmente los automáticos.
La nicotina llega al cerebro en un minuto después de la primera pitada; en pequeñas
cantidades, puede ser estimulante, pero en dosis mayores suele ser depresiva. Los
pulmones absorben más del 95% de toda la nicotina que pasa de la boca hasta los alvéolos
pulmonares. En media hora, la misma es descompuesta y transformada en cotinina. Tanto la
nicotina como la cotinina son responsables por el deseo de fumar inmediatamente otra vez.
Como la nicotina es tóxica, es común que se pase mal en las primeras pitadas, pero, como
crea tolerancia, eso disminuye o desaparece, llegando así a la dependencia. La nicotina crea
adicción más rápidamente que el alcohol y puede viciar aun más rápido que la heroína.

Una gran ayuda a los fumadores que quieren dejar este vicio es la insistencia de las otras
personas que no quieren ser fumadores involuntarios. Es muy desagradable o molesto para
el fumador tener que salir de la rueda de amigos para fumar, sabiendo que además de
desagradable eso es perjudicial a su propia salud.

48. ¿Las personas que tienen contacto diario con fumadores pueden tener algún
problema? ¿Cuál? Y ¿por qué?

Sí. Como no podemos estar sin respirar, todo lo que el aire contiene es absorbido por
nuestros pulmones, pues nuestro organismo no dispone de filtros. Es así que el humo del
cigarrillo entra en nuestros pulmones, haciéndonos absorber los componentes del cigarrillo,
como si hubiésemos fumado. Obviamente hay menor concentración de humo en el pulmón
de quien no fuma, pues la mayor absorción de humo la hace el fumador, y el pulmón del no
fumador no está comprometido. El peor humo es aquel que viene directamente del cigarrillo
encendido, porque no pasa por el filtro del cigarrillo, que retiene una buena parte de las
sustancias cancerígenas. Fumadores involuntarios son todos los no-fumadores que
reciben dentro de sí los componentes del cigarrillo. En la fumadora embarazada, la placenta
es mayor que en la abstemia, para compensar la menor oxigenación de la sangre de la
madre y garantizar el suplemento de oxígeno necesario al feto; el feto es menor porque
recibe nicotina y monóxido de carbono. Los bebés presentan bronquitis, alergias, etc.; los
adolescentes y adultos en ambientes cerrados, donde haya gente fumando, se transforman
también en fumadores involuntarios. Donde hay humo suficiente para provocar irritación en
los ojos, el no-fumador termina absorbiendo el equivalente a un cigarrillo en una hora.
Pueden, por lo tanto, estar con dolor de cabeza, irritación en los ojos, en la nariz, tos, etc.

El Dr. Tafeshi Hirayama examinó 91.540 mujeres que no fuman, cuyos maridos fuman por
lo menos un paquete de cigarrillos por día. Entre esas mujeres fue 100% mayor el número de
casos de cáncer de pulmón que entre mujeres no-fumadoras de maridos no-fumadores.

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49. ¿De qué manera la familia, la escuela, el gobierno y la Iglesia pueden ayudar en las
cuestiones de las drogas?

La familia y la escuela pueden ayudar en la prevención primaria -dirigida a quien todavía


no experimentó las drogas-, a través de la educación antidrogas. De este modo, el niño
aprende dentro de su casa y después en la escuela, a cuidar bien de sí mismo, a respetarse
como es, sin tener que usar drogas para valorizarse o autoafirmarse delante de los otros. Y
también, toma conciencia de que su cuerpo no es una lata de basura donde se tiran drogas,
ni un laboratorio químico que precisa experimentar todo.

Familia

Para una actuación eficaz, sería necesario que los padres perdiesen el miedo y el
preconcepto en relación a las drogas y conversasen libremente con sus hijos. En general, los
padres evitan ese tipo de conversación por temer que sus hijos despierten a las drogas, y
eso es lo que menos desean. Tal vez los padres ignoran que sus hijos saben hasta más que
ellos sobre el asunto y que algunos ya deben haber hasta experimentado, si no fueran ya
usuarios de drogas.

Existen adolescentes cuyos padres sólo descubren que están usando drogas después de
uno o dos años. Por eso es preciso hablar mucho sobre drogas, pero lo más importante es el
posicionamiento ante el asunto, o sea, los valores personales, familiares, sociales y hasta
religiosos, en el caso de que el adolescente sea religioso. Lo esencial es conocer los valores
del hijo, para conducir adecuadamente la conversación. Es necesario evidenciar los
perjuicios que provocan las drogas, sobretodo desde el punto de vista del joven. Cuanto más
se conoce un problema, más condiciones se tiene de enfrentarlo.

El uso de drogas puede representar un período crítico para la familia y desestabilizar su


rutina. Si no fueran comprendidos y trabajados los motivos de esa crisis, difícilmente la
familia conseguirá superarla. Hay en la filosofía educativa familiar algunos puntos que
merecen reflexiones más profundas y que pueden ayudar en el combate o en la prevención
de conflictos:

 Preservación de la autoridad de los padres, considerando que los padres son padres
e hijos son hijos. No es posible una buena educación si existe confusión de papeles.
Se trata de autoridad, no de autoritarismo o abuso de poder económico, físico y
mental. Con autoridad se establecen límites y compromisos, al mismo tiempo que se
ama a los hijos, proveyendo en sus necesidades.
 Establecimiento y ejecución de patrones de comportamiento para el buen
funcionamiento colectivo de la familia, sin masacrar ninguno de los integrantes.
 Responsabilidades en cuidarse y, en vez de agredirse y rechazar, cuidar de aquel que
más precisa de ayuda.
 Respeto a la individualidad de cada uno, privilegiando y ejercitando los puntos
positivos y no criticando los negativos. Nadie es igual a nadie, y las características
individuales deben ser preservadas.

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 Cumplimiento de los integrantes familiares en relación a los compromisos asumidos.
Todos deben tener sus funciones, y cada uno debe desempeñarlas dando lo mejor de
sí. La responsabilidad de uno no debe sofocar al otro.
 Responsabilidad con los remedios, que precisan ser tomados cuando son recetados
por el médico para tratamiento de enfermedades, sobretodo los tranquilizantes,
somníferos y remedios de régimen. A la madre cabe dar el jarabe porque el niño está
con tos y no porque le gusta. Los niños que toman remedios porque les gusta pueden
en el futuro drogarse porque también les gusta.
 Modificación en las reglas de privacidad cuando halla sospecha del uso de drogas.
Es más saludable romper la privacidad y enfrentar el problema, en vez de ignorar lo
que de hecho está sucediendo. En esas condiciones, los padres tienen el derecho y
el deber de “invadir el espacio” de sus hijos para preservarles la salud, pues
raramente un hijo admite a su padre o madre que está usando drogas. Se debe,
entonces, revisar el cuarto del muchacho, la cartera o la agenda de la muchacha; lo
que no vale es usar la droga como pretexto para escudriñar la vida de los hijos.
 Cuidado redoblado cuando se vive en condominios. Los jóvenes acostumbran usar
ese territorio particular como refugio para drogarse. Creen que están libres de los
padres y de la policía.

Entretanto, cuando el hijo ya se envolvió con drogas, es importante ir a la prevención


secundaria, es decir, impedir el progreso del uso de drogas y tratar sus complicaciones. En
esa fase, es preciso buscar ayuda de personas especialmente preparadas, como psicólogos,
psiquiatras, asistentes sociales, integrantes activos de grupos anónimos de mutua ayuda,
como Alcohólicos Anónimos.

Quien está realmente interesado en resolver el problema va con certeza a encontrar una
opción. Como la prevención secundaria es activada cuando ya falló la primaria, es poco
probable que la familia consiga algún resultado si se propone cuidar sólo al hijo en esa fase.
Porque el desajuste puede estar en la familia, siendo el drogadicto nada más que el síntoma
más aparente de ese desajuste. Normalmente, la familia y el drogadicto necesitan de ayuda
simultánea, y los tratamientos de ese tipo son mucho más eficientes.

Escuela

Sería ideal que la escuela complementase esa filosofía de vida familiar y acrecentase en
su currículo programas que también preparasen a sus alumnos para enfrentar no sólo la
droga, sino toda la vida. Muchos profesores no conocen la realidad científica y psicológica de
las drogas, sus efectos y sus consecuencias. Es frecuente no saber ni identificar a un usuario
de las drogas y, si lo identificaran, no saben qué hacer con tal descubrimiento. Por eso, las
directoras de las escuelas prefieren negar las drogas en sus establecimientos. Ya no es
posible “tapar el sol con una mano”. Las drogas existen, e imaginar que apenas los otros las
usan sólo facilita su propagación. La escuela precisaría preparar mejor sus docentes para
que pudiesen orientar a sus alumnos en relación a las drogas, desmitificándolas, juntamente
con sus usuarios, a través de conocimientos básicos, científicos (sus efectos), psicológicos y
sociales (como hacen los adolescentes saludables, los usuarios y los dependientes; cómo
trafican, etc.). Sólo la convivencia diaria puede transmitir una postura de vida, una prevención
primaria, y no charlas magistrales e únicas dirigidas a los jóvenes.

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En general, para la escuela, es más fácil percibir que un alumno se está drogando que
para los padres, pues el envolvimiento emocional existente en la relación entre los padres e
hijos puede llevar a “ceguera psíquica”, es decir, como los padres no quieren ver a sus hijos
drogados, ellos niegan para sí mismos que eso esté sucediendo. Y como los hijos esconden
a los padres su vicio, es aun más difícil para los padres percibir el problema. Tal
envolvimiento psicológico no existe en la escuela, lo que existe son referencias y registros
más objetivos -desempeño, disciplina, notas-, que, al lado de las observaciones de cada
profesor, pueden permitir una mejor evaluación del comportamiento del alumno. La escuela
tiene, por lo tanto, más condiciones de detectar las alteraciones de comportamiento del
alumno. Cabe después un estudio más pormenorizado para constatar si las causas de esas
alteraciones responden al uso de drogas. No se debe ir livianamente responsabilizando a la
droga por todo lo que sucede, pues se pueden cometer injusticias y, así perder la confianza
de los jóvenes. Una vez comprobado que la droga es la causa de las alteraciones del
comportamiento del alumno, la escuela debería convocar a los padres, para juntos
encaminar al alumno/hijo para tratamiento u orientación psicológica, bajo los cuidados de
profesionales especializados. No compete a la escuela el tratamiento contra las drogas, más
sí el encaminado adecuado del caso. Situaciones como éstas son muy complicadas, y
cuanto más personas estuviesen envueltas, mayor la confusión. Entretanto, es mil veces
preferible la confusión a la cobarde omisión. Sea el alumno y la sociedad. Existe la necesidad
de vencer la droga, pues ésta podría llevar a la destrucción de la persona por el vicio. La
segunda barrera a traspasar es la familia; la primera, el usuario. Por eso, la escuela tiene de
ser clara y honestamente firme.

Gobierno

El gobierno tendría que continuar combatiendo sin tregua el tráfico y hacer campañas más
específicas, en lugares previamente escogidos, con personas entrenadas y preparadas, pues
como único recurso las campañas televisivas dan poco resultado. El joven generalmente
cree que nunca va a sucederle aquello que está viendo en la televisión. ¿Robar? ¿Ser
dominado por la droga? ¿Tener problemas de relación y comportamiento? Nada de eso le va
a suceder, pues está viviendo la omnipotencia juvenil. “Podés tener problemas en el futuro”
es una frase sin efecto para el joven omnipotente, que no teme riesgos. En cuanto al futuro,
está aun muy lejos.

En mayo de 1992, fue noticia que una madre entregó a su propio hijo drogado a la policía.
Eso revolucionó a mucha gente, que criticó tal actitud y juzgó a la madre de desnaturalizada.
No debemos nunca erigirnos como juez de los otros, principalmente en un caso de
envolvimiento con drogas. ¿Qué habrá pasado esta madre en las manos de este hijo? Debe
haber sido no respetada, agredida, robada, humillada (por él y por sus vecinos); ¿Cuántas
veces ella no habría pedido, implorado, castigado, rezado para que él “largase esa vida”? La
madre debe haber llegado a su límite y, al entregarlo a la Policía, estaba pidiendo ayuda, ya
que, sola, ya nada conseguía. Con todas las complicaciones que puedan existir, la Policía
todavía sirve como un factor disciplinante para quien ya perdió el control de sus actos, o
nunca lo tuvo.

Iglesia

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La Iglesia es poco atrayente para los jóvenes, pero si pudiera contener las necesidades
espirituales de la juventud, mucho podría ayudar en el combate de las drogas. La religión que
el joven valoriza es la que pregona la participación activa en una relación, es decir, “yo me
intereso por el prójimo, que se interesa por mí; quiero conocer su vida, intercambiar ideas,
establecer ideas; quiero abrirme con quien se abre conmigo, sin que estén juzgando si estoy
acertado o errado”. Los dogmas, al contrario, rebotan, porque llegan de la cima para abajo.
Lo que atrae es la convivencia, la alegría, los valores humanos transparentes, la
comprensión y la amistad de los orientadores religiosos. En vez de la dogmática condenación
de un pecado, más vale la comprensiva explicación del motivo de no practicarse tal acto. La
autopreservación, el amor a si mismo y al próximo (amigos o familiares) son preceptos
religiosos que el joven debería conocer, pues aquél que se preserva nunca va a permitir que
su cuerpo y su alma sean maltratados por las drogas.

50. ¿Por qué no dan muestras gratis de drogas en las escuelas?

Porque es totalmente antipedagógico y antieducativo. Atrás de cada muestra gratis existe


la intención de divulgar el producto para que en el futuro sea consumido, como, por ejemplo,
se hace con las muestras gratis de medicamentos (distribuidos en hospitales), o las
golosinas, cafés y jugos, distribuidos gratuitamente en los supermercados, o aun con el
trailer de una película, para estimular al espectador a verla. Por lo tanto, ofrecer muestras
gratis de drogas en la escuela serviría apenas para aumentar el consumo de ellas.

El costo de esas muestras estaría incluido en el precio de la droga a ser vendida


posteriormente y quien pagaría por él sería el propio adicto. Es así que se hace propaganda
de cigarrillos, bebidas alcohólicas, etc. Y, si a la persona le gusta lo que experimentó y crea
adicción ¿quién pagará por eso? En la experimentación de cualquier droga, aun siendo
muestra, hay más desventajas que ventajas, más riesgos que beneficios, como lo venimos
exponiendo hasta acá.

51. ¿La droga lleva a la muerte?

La droga puede ser la causa directa de la muerte, por sobredosis, o indirecta, por las
complicaciones secundarias, como problemas cardiovasculares, respiratorios, cerebrales
(neurológicos), hepáticos, pancreáticos, intestinales, renales, infecciones generalizadas, etc.
Se puede también morir por accidentes provocados por la alteración del estado de
conciencia (principalmente accidentes de auto), y eso sucede más frecuentemente con
consumidores de alcohol y marihuana. Pueden morir asesinados por los traficantes, por
causa de las deudas acumuladas por su adicción, y si, además de drogadictos, son también
traficantes, pueden morir por rivalidad entre quienes disputan un mismo territorio, sobretodo
cuando se trata de cocaína y crack. Nadie muere de sobredosis de marihuana, que sí puede
llevar a un tipo de vida casi vegetativo, por el fuerte compromiso de la capacidad de trabajo o
de las actividades en general, que quedan reducidas a comer, canabizar y dormir. Este es el
síndrome amotivacional provocada por la marihuana. En relación al tabaco, cuando mayor
fue el consumo, tanto mayor la posibilidad de adquirir un cáncer de pulmón. Eso también
sucede con la marihuana, que es diez veces más cancerígena que el tabaco. El cáncer mata.
Fumar cigarrillos es la mayor causa conocida de muerte por cáncer.

52. ¿Existe el caso de una persona que haya dejado de usar drogas definitivamente?
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Si, aunque solamente el 10% de los drogadictos consiguen dejar definitivamente de
usarlas. Pero eso no significa que se desliga de ellas. Ellos saben que todavía se sienten
atraídos por las drogas. Un alcohólico crónico, que haya parado de beber, tiene que luchar
todos los días contra su deseo, pues sabe que, si tomase un primer trago, no conseguirá
parar, y rápidamente volverá al alcoholismo. Por lo tanto, un ex alcohólico continúa ligado al
alcohol, más ahora por la oposición. Así sucede también con otras drogas que crean
adicción, pues el placer de la droga queda registrado en la memoria corporal,
independientemente de nuestra voluntad. El cuerpo siente deseo, activado por el recuerdo
del placer que ya sintió, y puede siempre ser saciado, es la cabeza la que pone límites a la
memoria corporal. El drogadicto pierde tal límite. El ex drogadicto intenta recuperar ese
límite. Un ex drogadicto que quiere mantenerse lejos de las drogas puede encontrar fuerza y
coraje en AA (Alcohólicos Anónimos), en los TA (Toxicómanos Anónimos). En esas
asociaciones, todos se controlan mutuamente, dando fuerza sobretodo en los momentos de
flaqueza. Unidos por la voluntad de librarse de la droga, se fortalecen entre sí y con la ayuda
de familiares.

53. ¿Por qué prostitución y drogas están tan ligadas?

Porque ambas viven al margen de la sociedad y pertenecen al submundo del crimen, en


general organizado. Existen casos en que las personas no tienen como sustentar
económicamente su vicio, y acaban prostituyéndose, es decir, venden sexualmente el cuerpo
para conseguir comprar drogas. Eso sucede más comúnmente con el sexo femenino que con
el masculino, a pesar del gran crecimiento de la prostitución masculina. También existen
casos de mujeres que se drogan para prostituirse, porque si estuviesen sobrias no se
someten a tamaña degradación. En general, las prostitutas tienen su “protector”, que en
realidad es un explotador. Este ofrece un poco de cariño y protección física, pero quitándoles
prácticamente todo el dinero que consiguen. Es la figura clásica del “gigoló”, que muy
comúnmente es también un consumidor de drogas.

La prostitución y las drogas están ligadas por la ilegalidad y por la marginalidad de las
personas con ellas involucradas.

54. ¿Se puede vivir bien tomando dosis leves de cualquier droga?

Es mucho más fácil dejar la droga de una vez que continuar tomando dosis leves. Es
preciso tener más fuerza de voluntad parando de a poco que simplemente ni tocar la droga.
Existen drogas (cocaína y crack, principalmente) que disminuyen la capacidad de controlar
los impulsos, alteran la capacidad de evaluación adecuada de una situación y contribuyen,
de ese modo, para que se consuman mayores cantidades de droga. Hay personas que
toman diariamente pequeñas cantidades de alcohol dentro de lo que su organismo soporta,
sin ninguna sobrecarga o perjuicio. Otras ya no tienen esa capacidad (puede ser por
herencia) y hacen tanto esfuerzo para controlarse que es mejor que ni comiencen a beber.
Un hígado sano es capaz de metabolizar 25 gramos de alcohol por hora -cantidad de alcohol
existente en una botella de cerveza o en una dosis de Whisky. Un hígado sobrecargado
puede no tener esta capacidad, y el alcohol excedente es nocivo al hígado y al resto del
organismo. Marihuana, cigarrillo, solventes, etc., tienen efecto acumulativo en el organismo,
pues existen residuos que no son eliminados ni metabolizados, y los perjuicios sólo aparecen

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con el tiempo. La mayoría de las drogas, si se usan en dosis leves, a punto de no producir
daños, no traerán las sensaciones buscadas.

55. ¿Qué hacer si la persona estuviese siendo presionada por sus amigos a tomar
drogas?

Normalmente, no es eso lo que sucede. Los amigos no presionan directamente. En


general, son las personas las que procuran la droga por intermedio de los amigos. Puede ser
por un pedido directo, o por vías indirectas, como estar siempre cerca de quien está usando
drogas (lo que es consentir su uso), y ese será el próximo a usarlas. Con la marihuana ese
es el comportamiento más común. Y quien esté cerca de aquél que está canabizando,
aspirando su humo, también puede estar canabizando: se trata de un canabista involuntario.

Ahora, si de hecho usted estuviese siendo presionado, entonces es mejor apartarse para
evitar complicaciones. En el caso del alcohol, cuando los amigos ya están alterados, ellos se
tornan inconvenientes y realmente insisten (a veces son agresivos) e ironizan tanto que no
sirve usar argumento alguno, porque a esas alturas ya no están reaccionando bien.

56. ¿Un joven debe contar a sus padres que su hermano está usando drogas?

A partir de la pubertad, es muy común a los hijos que se unan “contra” los padres al
pelear entre sí, pero son los hermanos menores los que acostumbran “contar todo” a los
padres cuando pelean, pues en ese momento, quieren que el hermano sea castigado.

Cuando el hermano mayor, o el más valorizado en casa, es el que comienza a usar


drogas, termina influyendo a los otros, (porque los menores quieren acompañar a los
mayores), en ese caso, es raro que el hermano menor cuente a los padres que el mayor está
usando drogas. Uno de los motivos es la fuerte presión (física y/o psíquica) que el mayor
ejerce sobre el menor, en la ausencia -y hasta en la presencia- de los padres. Cuando se
trata del hermano menor que usa drogas, es bastante común el mayor cuente directamente a
los padres o, por lo menos, alertarlos de que el otro “tiene comportamiento muy raro
últimamente”. Independientemente de la forma, es importante que los padres sepan, lo más
pronto posible, que su hijo está usando drogas, pues así tendrán tiempo de ayudarlo.
Con las drogas no se juega, ellas pueden realmente destruir la vida de una persona y,
consecuentemente, la vida de sus padres, porque no hay padres que no se preocupen por la
vida de sus hijos. Lo que nunca debe suceder es el uso de ese tipo de información para
hacer chantaje con el otro: “Si no haces eso por mí, yo le voy a contar todo a papá”.
Tampoco se debe contar “todo”a los padres en un momento de rabia, por causa de una pelea
mal resuelta, por envidia o por cualquier otro motivo que no sea la de simplemente ayudar al
hermano. Cuando un hijo cuenta con rabia, cualquier cosa de su hermano, transfiere esa
rabia a los padres, que dejan de resolver adecuadamente la situación, en la cual el amor es
mucho más importante y eficiente que la rabia.

57. ¿El cariño y el amor pueden ser remedios para el tratamiento de drogadictos?

En cualquier tratamiento, son importantes el cariño y el amor; para los drogadictos más
aun. Tales sentimientos, sin embargo, no pueden ser simplemente dadivosos, gratuitos. Eso
sólo se hace con los recién nacidos, y, a medida que el bebé va creciendo, es preciso
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“cobrar” su retribución de afecto dentro de los límites propios de cada edad. Así, él va
aprendiendo a retribuir, devolver, cambiar, compartir, ayudar, cuando puede, a aquel que
precisa; así, se valoriza y también valoriza a las personas que se acercan. Decir palabras
afectuosas, dar buena comida, buena ropa, dar cariño no basta. Educar es también enseñar
lo que son las responsabilidades, honestidad, justicia, gratitud, autopreservación, solidaridad.
No basta sólo amar; es preciso transmitir una filosofía de vida saludable. Muchos padres
aman a sus hijos, más no los educan. Temen pedir de ellos responsabilidad, pensando en no
sobrecargarlos. Más al contrario de los que se piensa, son justamente esos hijos
sobreprotegidos, sin límites reales, los afectivamente más carentes. Tienen de todo, se
sienten frustrados como si les faltase algo que no puede ser materialmente satisfecho. Y
queriendo satisfacer ese vacío interno, suplir esa angustia, pueden llegar a la droga y
fácilmente quedar adictos a ella, pues, además de placer, la droga “los desliga” de la
angustia interior, de la carencia afectiva.

Conforme a la etapa de vicio, el tratamiento precisa ser iniciado por la internación, para
desintoxicar al drogadicto. Sólo con mucho amor los padres toman esa actitud extrema. Estar
solamente haciendo la voluntad de drogadicto no es amor, es sumisión a sus caprichos
insalubres, por lo tanto, una complicidad patológica que refuerza la enfermedad. Además de
amor y de cariño, son también importantes la convivencia, o hacer todo lo que fuera posible,
o simplemente acompañarlo, aunque sea para no hacer nada.

58. Además del Sida, ¿existen más enfermedades ligadas a las drogas?

Sí, todas las otras enfermedades transmisibles por la sangre, pues a través del uso de
jeringas contaminadas se puede contraer hepatitis B, septicemia, endocardía bacteriana
subaguda (inflamación de las paredes y de las válvulas cardíacas), etc. Las enfermedades
son comunes a cada tipo diferente de droga utilizada. El alcohol causa hepatitis,
pancreatitis, neuritis, diabetes, hipertensión, ascitis (barriga de agua); el tabaco, cáncer de
pulmón, enfisema pulmonar, hipertensión, problemas cardiovasculares, etc. De cada doce
personas con cáncer de pulmón, once son fumadores. El tabaco es además la mayor causa
de enfermedades cardíacas. La marihuana puede causar, además de las mismas dolencias
provocadas por el tabaco, infecciones generalizadas.

59. ¿La droga influye en el desarrollo de la persona?

Si, en tres niveles: biológico, psicológico y social.

 Desarrollo biológico: El feto es directamente alcanzado por todo lo que la madre


ingiere. Si fueran alimentos saludables, eso lo beneficiaría. Si fueran drogas, venenos,
polución, eso lo perjudicaría. La mayoría de las drogas atraviesan la barrera
placentaria y alcanza estructuras biológicas en formación, que son mucho más
vulnerables que las ya formadas. La marihuana, por ejemplo, dificulta la síntesis del
ADN (ácido desoxirrobonucleico), que es el constituyente fundamental de los genes y
de los cromosomas responsables por la hereditariedad. La marihuana también dificulta
el desarrollo de las neuronas, perjudicando la formación del cerebro fetal. Si la madre
aspira la cola de zapatero, que destruye neuronas ya formadas, ¿qué provocará en el
frágil cerebro aun en formación? En términos biológicos, todas las células pasan
por cuatro etapas: formación, crecimiento, producción y muerte. La mayoría de las

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drogas perjudican principalmente las dos primeras etapas, afectando, por lo tanto, su
desarrollo.
Los niños y los adolescentes son más vulnerables que los adultos a los efectos de las
drogas, justamente por estar en desarrollo. La pubertad, además, es uno de los
períodos más vulnerables por el que pasa el ser humano, pues en ese período se
manifiestan sus características sexuales secundarias, siendo grande el movimiento de
hormonas, de crecimiento celular con consiguiente maduración de muchos órganos y
estructuras cerebrales, neurológicas y corporales. Todo ese movimiento orgánico
torna al púber muy susceptible a los efectos perjudiciales de la droga en su desarrollo
y crecimiento.
 Desarrollo psicológico: La parte psicológica es constituida por el potencial físico
(biológico) y por las experiencias de vida. Por lo tanto, las drogas que alcanzan y/o
destruyen las neuronas (biológico) perturban también el desarrollo psicológico. Las
experiencias emocionales negativas, provenientes de las drogas y de su uso, pueden
disminuir la auto-imagen del usuario, desvalorizándolo ante sus amigos no-usuarios.
Los períodos de vida que un drogadicto pasa bajo los efectos de la droga, “fuera de la
realidad”, sin producir nada, lo colocan en desventaja en relación a los otros, que,
durante ese mismo tiempo, hacen algo útil, colaborando para su propio desarrollo
psicológico. Repetir de año, por ejemplo, es un atraso en la vida, no importa cual sea
la justificación. Decir que “fue bueno haber repetido”, o que “el tiempo absorbe la
repetición”, o que “la mayoría repite”son disculpas para intentar negar el perjuicio. Y el
mayor perjudicado es aquel que tiene su desarrollo psicológico afectado.
 Desarrollo social: Las drogas perjudican el desempeño social, profesional y afectivo,
trayendo serias consecuencias a los jóvenes, como repetición escolar, alejamiento de
la familia, peleas con la pareja, rechazar y ser rechazado por los amigos que no usan
drogas. Para los adultos, las consecuencias pueden ser pérdida de empleo, de dinero,
de la familia, de los amigos.
Las drogas sólo dan dinero a los traficantes.

Los efectos concretos de las drogas en los adictos podrían caracterizarse de la siguiente
manera: en un principio, las agradables sensaciones que éstas producen varían según el tipo
de estupefaciente. Las consecuencias perjudiciales sucesivas muestran un cuadro
sintomático común a todas las toxicomanías, que se presenta con horrorosa exactitud y
puntualidad.

Podemos, en este sentido, clasificar seis efectos:

a) Depresión, hasta la parálisis total, de los centros inhibitorios, con pérdida del sentido
de pudor y de la dignidad.
b) Entorpecimiento, hasta la carencia total, de las normales funciones superiores de la
atención, la reflexión, la valuación del tiempo, del espacio, de la realidad.
c) Abulia, apatía, irresponsabilidad, hasta la pérdida del juicio y de la conciencia.
d) A veces, estado delirante y alucinaciones; en algunos casos, percepción de ilusiones.
e) Por último, descomposición de la unidad fundamental de todos los procesos psíquicos
(inteligencia, voluntad, afectividad).
f) La decadencia estética acompaña a la escualidez moral e intelectual: astenia
profunda, impotencia sexual, esterilización, senilidad precoz, caquexia, etc.

60. ¿Las drogas afectan a nuestro físico?


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Sí y pueden ser perjuicios transitorios, intermedios y definitivos. Cuando el usuario está
bajo los efectos de una droga, su físico también está comprometido. Por ejemplo: la
marihuana, durante la intoxicación aguda, que dura de dos a cuatro horas, provoca
alteraciones físicas transitorias, como debilidad en el cuerpo, cansancio, funcionamiento
disperso del cerebro (está olvidadizo, desatento, etc.). Con el uso continuo de la marihuana,
vienen los perjuicios intermedios: disminución de hormonas sexuales femeninas y
masculinas, baja resistencia del organismo a las infecciones, etc. Son definitivos, aunque
interrumpa su uso, los perjuicios que, una vez establecidos, son irreversibles: cáncer de
pulmón en los fumadores o los depósitos de THC en el cerebro.

Existen muchos otros efectos físicos provocados por diferentes drogas. Los más graves
son: enflaquecimiento, convulsiones, paro cardíaco, sobredosis y muerte (morfina, heroína,
opio); destrucción de las células nerviosas y embriaguez (éter, poper o lanza-perfume, cola
de zapatero e inhalantes en general). Los alucinógenos provocan psicosis transitorias,
intermediarias (precisan ser tratadas con medicaciones psiquiátricas) y definitivas
(desencadenan una psicosis esquizofrénica que ya estaba latente en la persona). La
psicosis, que aun bien tratada deja secuelas definitivas en la personalidad, si no hubiese sido
desencadenada por los alucinógenos, podría continuar latente para el resto de la vida.

61. ¿Por qué algunos médicos recetan remedio contra la depresión, si causan
dependencia?

Debido al uso popular, la palabra `depresión` perdió el significado psiquiátrico y pasó a


significar tristeza. La tristeza es el polo opuesto de la alegría y es parte del humor natural. Es
proporcional al estímulo recibido y no debe ser medicada porque, naturalmente, tenemos
fuerza para soportarla. La enfermedad depresión es mucho más fuerte que la tristeza y
domina la persona, quitándole cualquier posibilidad de recuperación por voluntad propia.
Puede ser cíclica, es decir, aparecer y desaparecer periódicamente, ajena a la voluntad de
quien quiera que sea. Los síntomas de esa dolencia son: sufrimiento y agonía muy grande,
pérdida de apetito, desánimo, pérdida de la capacidad de resolver las situaciones de
cotidiano, pérdida de la expresión facial, pérdida del humor, pensamientos sombríos, ideas
de suicidio, etc. En general, ese tipo de depresión tiene fuertes tendencias hereditarias y
debe ser medicada por psiquiatras con antidepresivos que no crean dependencia, ni física ni
psiquiátrica.

La confusión existe entre antidepresivos y psicoestimulantes. Ambos pueden llevar a la


vigilia, pero solamente los antidepresivos tratan la depresión; los psicoestimulantes no tienen
acción sobre los núcleos depresivos. Los psicoestimulantes vician y causan dependencia
psicológica, siendo utilizados por algunas personas para aumentar el tiempo de vigilia al
estudiar en vísperas de pruebas, por ejemplo, o para trabajar en una jornada extra, o aun por
las mujeres para quitar el apetito (régimen para adelgazar).

62. Los médicos utilizan la morfina para aliviar el dolor. ¿Por qué?

La morfina es uno de los analgésicos más potentes que existen. Hay dolores que
solamente ella consigue aplacar pues los otros analgésicos no dan resultado. En general es
usada en los cuadros neurológicos, en los politraumatismos, en las complicaciones pos-
quirúrgicas, en cáncer terminal, etc. En esos casos, si los médicos no recetasen la morfina,
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las personas pasarían todo el tiempo bramando de dolor. Pero, como es una indicación
médica, aplicada bajo control en pacientes que no saben lo que están tomando, por el estado
de sufrimiento en que se encuentran, ellos no se tornan adictos. Los que crean adicción son
los que utilizan la morfina por cuenta propia, sin indicación médica, por lo tanto, fuera de
control.

63. ¿El placer que la droga provoca es semejante al placer sexual?

El placer, químico y artificial, provocado por la droga es muy diferente al placer sexual,
fisiológico y natural. El placer sexual es resultado de un relacionamiento afectivo-sexual. El
placer relacional va aumentando a la medida que va aconteciendo el envolvimiento afectivo.
El placer del tacto, que es menor que el placer del beso, que es menor al placer del orgasmo
de una relación sexual. Después del placer sexual, tiene satisfacción, tranquilidad y
sensación de realización, de amar y ser amado; la felicidad es total. El placer sexual
constructivo alimenta el ego, hace bien al cuerpo: es amor.

El placer químico es solidario. Alcanza la máxima intensidad luego de las primeras veces
que se usa la droga y después, cuanto más se usa, más va disminuyendo el placer, a causa
de la tolerancia que ella crea en el cuerpo. El cuerpo registra, por medio de la memoria
corporal, el pico máximo de placer y pasa a exigir lo que ya conoce, no contentándose con la
disminución del placer químico. Así se establece la dependencia. Es cuando el usuario pasa
a precisar de la mayor cantidad de aquella droga o pasa a usar otra más fuerte. Cuanto más
el usuario busca el placer químico, tanto más él se aparta de las personas y menos las oye.
Después del placer químico viene una sensación de displacer y depresión, que puede
provocarlo a usar más drogas, cayendo en un círculo vicioso que destruye cada vez más al
usuario. No existe más paz de espíritu, mucho menos felicidad. El placer químico es
destructivo, agota el ego, debilita el cuerpo: es dolor.

64. ¿Qué puede suceder, al tener sexo? ¿Si una persona alérgica a medicamentos
experimentase drogas, puede tener una crisis y morir?

Una de las mayores consecuencias es la imposibilidad de realizar el acto sexual por falta
de erección peniana en el hombre y falta de lubricación vaginal y orgasmo en la mujer.
Cuanto mayor sea el comprometimiento físico y el envolvimiento psíquico, mayor la
impotencia.

En el caso de cocainómanos, es bastante común al hombre tener erección sin alcanzar el


orgasmo, lo que provoca en él una violenta agresividad contra la mujer. Pequeñas
cantidades de alcohol, como vino o champagne, saboreadas en un buen clima de afecto
pueden ayudar en la liberación de la excitación sexual. Si no existe la excitación sexual, no
alcanza beber, porque el alcohol no la crea. Lo que generalmente sucede es lo contrario: un
poquito más de alcohol que lo indicado perjudica el desempeño sexual, provocando
principalmente impotencia masculina y frigidez femenina.

Algunos usuarios de marihuana dicen que cuando están canabizados se sienten más
erotizables, con muchas fantasías sexuales y orgasmos más intensos. Eso es difícil de ser
científicamente comprobado, entre tanto, existe una liberalidad sexual mayor entre los
canabistas. Con el uso prolongado, debido a la disminución de las hormonas sexuales,
disminuye el apetito sexual de los canabistas.
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Bajo el proceso alérgico, la sensibilidad general se amplía, y eso aumenta la apertura de
los alérgenos (provocadores de alergia). La alergia a medicamentos puede sensibilizar a
otras drogas que presenten estructuras moleculares semejantes a los medicamentos. Existen
alergias que provocan edemas (hinchazón) de glotis y/o choques anafiláticos, que a su vez
pueden provocar la muerte, si la persona no fue atendida a tiempo. En el edema de glotis
(que queda en la garganta), ella se va hinchando, impidiendo pasar el aire, hasta terminar
matando por asfixia.

65. ¿El adicto puede tornarse agresivo y llegar hasta matar?

Esto puede suceder en dos momentos principales:


 primero, cuando quiere la droga y no la tiene. Para conseguirla hace de todo, desde
robar hasta matar. Puede robar la droga, o dinero para comprarla, u objetos de valor
para vender o cambiar por la droga. Quien gana con eso es el traficante, todos los
otros pierden: la sociedad, el drogadicto, la víctima del robo.
 segundo, cuando él está bajo el efecto de las drogas. Existen drogas que alteran de
tal forma el comportamiento del adicto que lo tornan más agresivo, violento e
impulsivo. Queda tan descontrolado que llega a matar. Es el caso de la cocaína y del
alcohol. No son raros los casos de esposas de alcohólicos que han sido asesinadas
por sus maridos en pleno ataque de celos (ellos tienen la certeza psicótica, en sus
delirios enfermizos, de que sus esposas los están traicionando, a pesar de no ser
verdad).

Cronistas árabes ya describían en el siglo x, un abuso generalizado del uso de marihuana


y su asociación con el crimen. Hashish, en árabe significa “hierba”. La palabra assassino, a
su vez, viene de haschichins, que también designa al usuario de droga. Grupos de
musulmanes fanáticos, violentos asesinos, eran también usuarios de droga.

Las anfetaminas también facilitan la exteriorización de impulsos agresivos, por el hecho


inducir a un estado de gran excitación y sensación de poder. Tales impulsos, asociados a la
irritabilidad e incapacidad de juzgar adecuadamente la realidad, tornan a sus usuarios
socialmente peligrosos.

66. ¿Es posible librarse solo de la dependencia de las drogas?

De la dependencia física es prácticamente imposible. Los dependientes químicos (como


son llamados los dependientes físicos por los que tratan a los toxicómanos), cuando no usan
drogas, presentan el síndrome de abstinencia, que trae mucho sufrimiento y puede hasta
llevarlos a la muerte. Así, el dependiente que no quiera seguir usando la droga, termina
obligado a usarlas para combatir el síndrome. De ese modo, va perpetuando el uso hasta
morir, en caso de que no procure ayuda externa. En ese estado, el dependiente tiene que ser
internado para desintoxicarse y cortar el círculo vicioso. Eso no se puede hacer solo,
generalmente se realiza en hospitales especializados, porque simultáneamente al
tratamiento del cuerpo, tiene que ser hecho también el de la psiquis. Caso contrario, al salir
del hospital, rápidamente el drogadependiente vuelve a su vicio. La parte hospitalaria poco
depende de él, pero la parte psicológica depende sólo de él, porque el tratamiento no puede
ser hecho sin su consentimiento, no puede ser simplemente impuesto; tiene que existir la
46
colaboración voluntaria del dependiente para librarse de la droga y reorganizar su vida en
bases más saludables.

De la dependencia psicológica la persona puede librarse sólo, pero es bastante difícil.


Eso depende de en cuánto su salud psíquica está comprometida: cuanto más involucrado
está, mayor la dificultad de recuperación y, por lo tanto, mayor también la necesidad de
recibir ayuda externa. El compromiso del adicto con las drogas se mide por la cantidad
ingerida, por el tiempo y por la frecuencia de uso, por la identificación con las otras áreas de
su vida que están perjudicadas (familia, escuela, trabajo, sexo, etc.) La cocaína produce una
dependencia psicológica muy intensa, y raramente consigue librarse de ella sin ayuda
externa. Con este tipo de droga o de cualquier otra que involucre traficantes, en general, es
también necesaria una ayuda para librarse de ellos, porque extorsionan, presionan,
chantajean al adicto para sacar de él lo máximo que pudieran.

67. ¿Sale caro un tratamiento contra las drogas?

Sí. Desde el punto de vista económico se gasta mucho dinero, porque el servicio de
internación y los profesionales son especializados; también la larga duración del tratamiento,
el cual puede ir de algunos meses a varios años. Las internaciones en servicios públicos
gratuitos, son muy precarias, siendo raro el tratamiento especializado, pues el gobierno no
libera fondos suficientes para ese fin. Por el contrario, las Organizaciones No
Gubernamentales, (ONG), funcionan bien, en el caso de las entidades de beneficencia el
número de vacantes es demasiado restringido, ante tan grande número de necesitados. Los
tratamientos clínicos efectuados en consultorios particulares, acompañados de
psicoterapeutas, también tienen un costo demasiado alto.

Desde el punto de vista psicológico, el gasto también es muy grande, porque el


tratamiento de un drogadicto tiene que ser asumido por otra persona (generalmente sus
padres o familiares) que se responsabilicen por él, material y psicológicamente. Muchas
veces ni los propios padres pueden aguantar tanto tiempo, pues el adicto da mucho trabajo,
miente, roba, promete cosas que raramente cumple, entra en depresiones, se vuelve
agresivo con quienes están cerca, y es muy raro que agradezca, corresponda o reconozca
el empeño y la ayuda que está recibiendo.

Un tratamiento bastante eficiente y que financieramente no cuesta nada son los Grupos
Anónimos de Ayuda Mutua; existen en Argentina centenas de grupos anónimos diseminados
en todo el país, algunos de los más conocidos son: AA (Alcohólicos Anónimos), NA
(Neuróticos Anónimos) y AA (Adictos Anónimos). Estas entidades reúnen no sólo a los
dependientes de drogas, sino también a sus amigos y familiares, para que sepan como
enfrentar los problemas que las drogas acarrean. La eficiencia de esos grupos está en el
tratamiento que involucra también a los familiares de los dependientes o adictos. Hoy, en
nuestro país, son más de cuatro millones de personas alcanzadas por el alcoholismo. Los
tratamientos clínicos en los hospitales y sanatorios existentes son absolutamente
insuficientes para atender tanta gente.

68. ¿Las terapias psicológicas, ayudan a los adictos?

Sí, ellas son importantes en todas las etapas de relación con la droga, pues actúan en los
valores personales, en la filosofía de vida de cada uno, resuelven los conflictos y modifican la
47
postura del individuo frente de la droga. Todo esto favorece el entendimiento del vicio, de
modo que el adicto tenga fuerza para enfrentar y solucionar la cuestión. Aun cuando exista
un tratamiento biológico, o sea de internación para desintoxicación, la ayuda de las terapias
psicológicas es importantísima para que la persona que está realizando el tratamiento clínico,
pueda comprender todo lo que está sucediendo con ella.

69. Algunos dicen que las drogas otorgan mucha fuerza, ¿esto es verdad?

Solamente algunas drogas, generalmente los psico-estimulantes. En la mayoría de las


personas, la cocaína, entre otros efectos, desencadena una sensación de aumento de
energía. Las anfetaminas aceleran también las funciones psíquicas: disminuyen la necesidad
del sueño, el raciocinio se acelera, se exalta el proceso memorioso, la atención se torna
dispersa; y la persona siente una fuerza y disposición totalmente inusual. Los esteroides
anabolizantes consiguen aumentar la masa muscular y la fuerza física, pero presentan
muchos efectos colaterales perjudiciales a la salud, al punto de que su uso está prohibido por
autoridades deportivas. La mayoría de sus usuarios son jóvenes interesados en mejorar su
desempeño físico.

El “polvo de los ángeles” o conocido químicamente por Fenilciclinina o PCP es


prácticamente desconocido en Argentina, es mucho más utilizado en EEUU por adictos
conectados a grupos criminales y mafiosos, y, por su alto costo, lo coloca entre las drogas
prohibidas para adictos sin recursos. El PCP bloquea cualquier sensación de dolor y otorga a
los usuarios una tremenda sensación de superpoderes.

70.
a) ¿Por qué el tabaco y el alcohol no están prohibidos?
b) ¿Las campañas antidrogas dan resultados?

a) La Organización Mundial de la Salud los considera perjudiciales pero no los puede


catalogar como drogas ilegales, a causa de la fuerza económica que representan. Las
fábricas de bebidas alcohólicas y de cigarrillos emplean millones de trabajadores, desde las
plantaciones de materia prima, elaboración, industrialización, comercialización y propaganda.
El alcohol y el tabaco son las dos columnas de cualquier economía nacional. Argentina
recauda, sobre un total de impuestos de productos industrializados, aproximadamente un
35% sobre productos derivados del tabaco y un 9% sobre bebidas alcohólicas. Para tener
una idea de esos números, basta comparar la recaudación de las industrias metalúrgicas
(6%) y alimenticia (0,15%).

Fumar cigarrillos constituye un abuso contra sí mismo y contra quienes nos rodean, por su
nocividad a la salud, personal y pública; el alcohol no siempre lo es, porque el alcohol no es
extraño a nuestro organismo, ya que en pequeñas cantidades es metabolizado por el hígado,
sin traer ninguna consecuencia negativa. Por lo tanto, la bebida -y no el tabaco- puede ser
parte de la cultura de nuestra vida social, si es usada adecuadamente. Por descubrimientos
arquelógicos, medidos por el carbono-14, se sabe que la cerveza existe desde hace más de
75 siglos.

b) Los resultados son muy pequeños si se compara a los gastos de tales campañas. Uno
de los motivos del fracaso es que esas campañas son dirigidas a una población muy
heterogénea. No existe un mensaje único que pueda alcanzar a toda esa población, teniendo
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en cuenta las diferencias culturales, sociales, económicas y emocionales de cada grupo. Son
pocos los que se identifican y aprovechan el mensaje. Es de poco valor, por ejemplo, mostrar
a un drogadicto a un adolescente, pues él, viviendo su omnipotencia juvenil, piensa que
nunca se tornará adicto. Están muy lejos de la cría de vicios de “gente grande”, y los adultos
se preocupan mucho más con sus hijos que consigo mismos cuando se dan esas campañas.

La mejor campaña es la prevención, que debería ser hecha en las escuelas, constando en
el programa curricular desde los primeros años. Es preciso enseñar a los niños a prevenirse
contra todo lo que pueda maltratarlos, física o psicológicamente, sin olvidar sus valores
personales, familiares y sociales.

Ya con los adolescentes, ese tipo de propuesta tendría que ser más especifica,
considerándose las características de la edad, como la omnipotencia juvenil. Lo ideal sería
esclarecer a los jóvenes antes de esa fase, cuando aun están abiertos a las informaciones
que llegan de los adultos (padres y profesores). Esas orientaciones no deben ser hechas en
forma dogmática y doctoral, sino en el lenguaje de los jóvenes, de acuerdo con las
diferencias de edad, intereses y madurez. Todo eso puede ser mucho más eficiente durante
la convivencia con los alumnos. No basta conversar una sola vez y hallar que la misión está
cumplida. Es preciso dialogar abiertamente y estar siempre disponible a posibles cuestiones.

En cuanto a las actuales campañas antitabaco, los resultados son satisfactorios, ya que el
consumo de cigarrillos en el mundo está disminuyendo bastante. Uno de los principales
motivos de ese resultado está en la divulgación de los efectos nocivos a la salud provocados
por el cigarrillo, que alcanzan hasta los fumadores involuntarios. Si las campañas antidrogas
alcanzaran también a los no usuarios, tal vez habría mayor movilización contra el uso de
drogas, así como está sucediendo con los cigarrillos. Hoy sabemos que una buena ayuda a
los drogadictos es el combate de los no usuarios contra la droga: que no sea usada por lo
menos en los momentos en que los no usuarios están presentes. Ese es uno de los medios
por los cuales los grupos anónimos de ayuda mutua, consiguen buenos resultados entre los
adictos alcohólicos y narcóticos.

71. ¿Hace mal a una persona no fumadora estar en lugares donde hay fumadores?

Sí. El no fumador, o fumador involuntario, sufre una serie de consecuencias, detallada


anteriormente. Lo que realmente hace mal es aspirar el humo del cigarrillo, sea directa y
voluntariamente, o indirecta e involuntariamente. Como el ser humano no tiene filtros
naturales, el humo que estuviese en determinado ambiente va a ser aspirado junto con el
aire que se respira. Así, el fumador involuntario (o pasivo) puede sufrir irritación en los ojos y
nariz, tos, falta de aire, tontera, cuadros alérgicos y hasta cáncer de pulmón.

Actualmente existe un gran movimiento contra los fumadores, iniciado en los EUA.
Procurando prevenirse contra la humareda de los cigarrillos, hoy los ambientes de lugares
públicos para fumadores y no fumadores son separados, en defensa de los no fumadores.

En los últimos años, el número de fumadores disminuyó considerablemente. Antes


cuando el humo de un cigarrillo incomodaba a un no fumador, este se sentía constrigido de
pedir que el cigarrillo fuese apagado, porque tal gesto era considerado antipático y mal
educado. Hoy, la tendencia es atribuir falta de educación a quien fuma en la presencia de no
fumadores.
49
72.¿ El polvo de guaraná causa dependencia?

No, pero si fue tomado por personas con tendencia al vicio, es decir, que se envician con
cualquier sustancia, independientemente de sus efectos, ellas pueden tornarse adictas, ya
que el polvo de guaraná tiene un discutible y discreto efecto euforizante. Existen personas
que toman guaraná en polvo de manhá, acreditando tener más energía durante el día. No
son observados perjuicios ni beneficios con un uso más regular de guaraná en polvo. Lo
interesante es observar que prácticamente nadie queda tomando guaraná por un tiempo
prolongado: muchas personas que se encuentran desanimadas lo toman como una
medicación casera, un psicoestimulante liviano que no hace mal al organismo.

73. ¿Cuáles son las drogas que envician rápidamente y cuáles las llevan fácilmente a
la sobredosis?

Las drogas que producen adicción rápidamente son: morfina, heroína, crack, cocaína,
barbitúricos, etc. El alcohol puede también generar adicción rápidamente a una persona,
pero sus consecuencias llevan mucho tiempo para manifestarse.
Muchas drogas pueden provocar sobredosis:
 heroína y cocaína: Como provocan alteraciones profundas en el sistema nervioso
central, pueden llevar a la muerte por depresión respiratoria (heroína) y por ataque
cardíaco (cocaína). Causan convulsión, crisis de hipertensión, hemorragia cerebral,
etc.
 crack: Su cuadro es un agravamiento de la cocaína, pues es derivado;
 alcohol: Generalmente el coma alcohólico provoca muerte si el individuo no fue
atendido, y es más frecuente cuando se mezclan alcohol y calmantes, principalmente
barbitúricos. Por el vómito, sin embargo, el alcoholizado puede eliminar el exceso de
alcohol de su organismo y terminar dormido antes de llegar a la dosis letal;
 barbitúricos: Provocando una depresión (disminución) de la actividad cerebral, de
manera generalizada, induce a una sedación inicial; el aumento de la dosis lleva al
coma y después a la muerte;
 codeína (derivado del opio): Está presente en algunos jarabes infantiles. Pueden
ocurrir intoxicaciones accidentales, principalmente en niños, presentando sopor,
somnolencia, miose (pupila contraída), disminución de reflejos, piel fría, depresión
respiratoria, coma y muerte. Los niños de dos y tres años no tienen aún formados los
mecanismos de la barrera protectora del cerebro, por eso son más vulnerables a los
psicotrópicos que los adultos;
 morfina: presenta un cuadro semejante al de la codeína, pero mucho más intenso y
grave. La muerte es previsible por el uso abusivo. Los morfinómanos saben de ese
riesgo, que, además es muy diferente de las intoxicaciones codeínicas infantiles.

74. ¿Por qué viene una depresión después que la persona siente placer con las
drogas?

Uno de los motivos es que la sensación de placer es relativa al estado precedente. Vamos
a imaginar una escala de cero (estado inicial o normal) a diez (máximo de placer). Al usar
una droga agradable, en cuanto la sensación estuviese aumentando, el usuario sentirá

50
placer. Cuando comienza a descender (ningún placer es infinito) la hipotética escala para ya
representar una pérdida de placer inicial descenderá hacia un placer menor. Esa “queda”
puede ser sentida por muchos usuarios como una “depresión”, a pesar de todavía “estar en
la cima”. Después de la fase de placer químico, la cocaína, por ejemplo, activa los
mecanismos depresivos en las neuronas cerebrales. Como esa sensación es muy
desagradable y sufrida, el usuario usa más polvo (cocaína) para evitarla.

75. ¿Qué es el crack?

El crack es una mezcla de clorhidrato de cocaína (cocaína en polvo), bicarbonato de sodio


o amoníaco y agua destilada, que resulta en pequeñísimos granos, fumados en pipas. Es
más barato que la cocaína, pero como su efecto dura muy poco, termina siendo usado en
mayores dosis, lo que torna el vicio muy caro, ya su consumo pasa a ser mayor. Es un
estimulante seis veces más potente que la cocaína; el crack provoca dependencia física y
lleva a la muerte por su acción fulminante sobre los sistemas nervioso central y cardíaco.

76. ¿Cuáles son las reacciones del crack? ¿Qué le provoca al organismo?

El Crack tarda 15 segundos en llegar al cerebro y a comenzar a producir sus efectos:


fuerte aceleración de los latidos cardíacos, aumento de la presión arterial, dilatación
de las pupilas, sudor intenso, temblor muscular y excitación acentuada, sensación de
aparente bienestar, aumento de la capacidad física y mental, indiferencia al dolor y al
cansancio. Pero, si los placeres físico y psíquico llegan rápido con una piedra de crack, los
síntomas del síndrome de abstinencia tampoco demoran en llegar. En 15 minutos, surge de
nuevo la necesidad de inhalar una fumata de otra piedra, caso contrario, llegará
inevitablemente el desgaste físico, la postración y la depresión profunda. Estudiosos como
el farmacólogo Dr. F. Varella de Carvalho aseguran que “todo usuario de crack es un
candidato a la muerte”, porque le puede provocar lesiones cerebrales irreversibles por
causa de su concentración en el sistema nervioso central.

77.
a) ¿El crack es una droga más fuerte que las otras?
b) ¿Qué es el “polvo de los ángeles”? ¿Existe en Argentina?

1) Sí, ya que las personas que lo experimentan sienten una convulsión (deseo incontrolable)
de usarla de nuevo, estableciendo rápidamente una dependencia física, pues quiere
mantener el organismo en ritmo acelerado. Las estadísticas de DENARC (Departamento
Estatal de Investigaciones sobre Narcóticos) indican que, en enero de 1992, los 41 usuarios
que procuraron ayuda del DENARC, 10% usaban crack y, en febrero de ese mismo año, de
los 147 usuarios, ya era el 20%. Esos usuarios, en su mayoría, tienen entre 15 y 25 años de
edad y vienen tanto de barrios pobres de la periferia como de ricas mansiones de zonas
adineradas.

Como el crack es una de las drogas de más alto poder adictivo, una persona, por
experimentar, puede tornarse drogadicto. De manera general, es usuario, ya usa otras,
principalmente cocaína, y pasa a utilizar el crack por curiosidad, para sentir efectos más
fuertes, o hasta por falta de dinero, ya que él es bastante más barato por gramo que la
51
cocaína. Aún, como tras el efecto del crack le sigue una gran depresión, y el sufrimiento por
su ausencia en el cuerpo viene en 15 minutos, el usuario lo usa en mayor cantidad, haciendo
gastos aun mayores de los que ya venía haciendo. Para conseguir entonces sustentar ese
vicio, las personas comienzan a usar cualquier método para comprarlo. Sometidas a las
presiones del traficante y del propio vicio, ya no disponen de tiempo para ganar dinero
honestamente, y parten así hacia la ilegalidad: tráfico de drogas, seducción de nuevas
personas para la droga, robos, asaltos, etc.

2) De acuerdo a una publicación de la revista Magnum publicada en Washintong, Editorial


Mágnum, Año 3 nro.13, según John Solheim es la droga más poderosa del mundo en la
actualidad, conocida popularmente en EUA como “polvo de los ángeles”. Químicamente se
trata de fenilciclidina o simplemente PSP, abreviatura farmacéutica de su nombre en inglés,
phencyclidine, y puede ser aspirada, inyectada o ingerida. Da una sensación de
superpoderes y puede bloquear de tal forma el sistema nervioso central que torna el dolor
inexistente, aun cuando el usuario tiene sus reflejos y percepción ampliados al máximo
grado. Existen relatos sobre usuarios que asaltan locales comerciales que tienen propietarios
en edad avanzada, o entonces enfrentan sin temor a la policía. Un drogadicto de PCP que
falleció en un hospital, después de un intenso tiroteo con policías, todavía reaccionaba y
“tiraba” contra la policía, a pesar de haber sido alcanzado por cinco tiros de una Mágnum 41
entre el torso y el abdomen y en las piernas.

En el Brasil y en la Argentina, no hay registro aun de uso de “polvo de ángel”, o de alguien


que lo conozca, y la literatura médica sobre la fenilciclidina es rara. Sólo se conoce un único
capítulo, escrito por el Prof. Dr. José Elías Murad: “Polvo de Angel: la droga maldita”, en su
libro: Lo que usted debe saber sobre psicotrópicos. Se citan algunos párrafos:

“... en el inicio de la década del 70 (...), se propagó la fama de que la fenilciclidina tenía, al
mismo tiempo, las propiedades alucinatorias del LSD y las acciones estimulantes de las
anfetaminas y de la cocaína (...) Médicos especialistas han dicho que la fenilciclina es la
droga más desintegradora de la mente que se conoce (...) Usuarios crónicos presentan
paranoia, alucinaciones, depresión profunda y ansiedad (...) Un muchacho la usó engañado,
pensando que era cocaína, y quedó cinco días en estado de coma, permaneciendo psicótico
por un mes. Más tarde fue recluido a un hospital especializado, por causa del daño
permanente en el lóbulo frontal del cerebro (...) Tal vez el mayor atractivo reposa en la
sensación de que ella produce aumento de fuerza física, de poder y de invulnerabilidad que
coexisten con una sensación de total alineación (...) Parece que los efectos clásicos son
desagradables, pues estudiantes de medicina, voluntarios, a quien se dio PCP para fumar en
pequeñas dosis, casi todos se excusan de repetir la experiencia (...) Es un polvo blanco,
cristalino, que fue sintetizado hace algunos años y usado en veterinaria para inmovilizar
animales, particularmente los de porte medio y grande (...) Capaz de tranquilizar a un gorila
rabioso, es también capaz de liberar los más negros demonios de la mente humana.”

78. ¿Existe algún tratamiento con drogas (remedios) para terminar con el vicio?

Sí. Es el caso de tratamiento para los dependientes de heroína, hecho en régimen


hospitalario. Para que los usuarios no sufran el síndrome de abstinencia, los médicos le
administran la metadona que se ajusta bioquímicamente en el organismo, como si fuese
heroína. La metadona tiene la gran ventaja de no producir dependencia física ni psicológica.
Más ese es un caso particular. Normalmente, no existen remedios específicos contra el
52
mecanismo del vicio. Cada droga requiere un tratamiento especial. La psicoterapia es más
indicada que cualquier medicación.

79. ¿Por qué las drogas son usadas principalmente por adolescentes?

Porque los adolescentes, en general, tienen curiosidad de experimentar todo. Es una fase
en que la característica principal es procurar, dentro de muchas opciones, el camino que se
va a seguir. En el campo afectivo, por ejemplo, es la edad en que el joven “está” con muchos
amigos, es enamoradizo, para sólo más tarde estabilizarse con alguien.

Como la adolescencia es un período corto en relación a la vida del ser humano, la


densidad del uso de drogas en esa época se torna mucho mayor, o sea, se acaba usando
muchas drogas en pocos años. Además, en la adolescencia es más común el uso de las
drogas cuando el joven está pasando por la omnipotencia pubertaria (oposición a las
reglas existentes) y por la omnipotencia juvenil (minimización de riesgos, maximización de
placeres), pues, supone que puede hacer todo sin que nada de ruin acontezca; el joven
abusa de la droga, pensando que no le va a perjudicar ni producir adicción.

80. ¿La ansiedad y la agresividad son causas o consecuencias del uso de las drogas?

Raramente alguien usa drogas para controlar su propia agresividad; aquellos que están
en el entorno de una persona agresiva son quienes la sufren. Como el agresivo tiene “mecha
corta”, siente, por cualquier motivo, crecer dentro de sí una rabia muy grande, que le provoca
sensaciones físicas de taquicardia, presión alta, extremidades frías, palidez o rubor facial,
transpiración, etc. Parece entonces que va a explotar; no consigue pensar y termina
descargando todas esas sensaciones en aquél que estuviese más cerca. Por eso es que son
llevados, por sus responsables o convivientes, a ser tratados por psicoterapeutas. Y un
psiquiatra puede, en ese caso, recetar tranquilizantes; ingeridos de ese modo, raramente
producen adicción, pues están bajo la orientación y el control médico.

La ansiedad perjudica mucho más a la persona que la siente que a los otros; es una
sensación desagradable que incomoda en cualquier lugar, horario y circunstancia. La
ansiedad es una agitación en la sangre que perturba todo el cuerpo, como si estuviese
viviendo con mucha prisa, sin paciencia, siempre insatisfecho. El ansioso, no “se aguanta” a
si mismo, quiere verse libre de su ansiedad de cualquier manera y acaba, por eso, usando
drogas. Las más utilizadas son: los tranquilizantes, la marihuana (pequeña cantidad) y el
alcohol (pequeñísima cantidad). Si procuran tratamiento psiquiátrico, los ansiosos toman
calmantes adecuados; cuando se automedican, pueden viciarse.

Esos tipos de ansiedad y agresividad pueden manifestarse antes del uso de las
medicaciones o de las drogas, pero pueden también aparecer con el uso de las drogas o
después.

Las drogas que pueden provocar agresividad o ansiedad son:

 alcohol: Si es bebido en cantidades tal es que se pierda el control emocional, puede


generar agresividad;
 cocaína: Cuando uno de los efectos no deseados por el usuario es una agitación
psicomotora, él puede presentar intensa ansiedad y agresividad;
53
 marihuana: Cuando el canabizado es provocado, puede reaccionar con gran
agresividad;
 cola de zapatero, bencina, solventes e inhalantes: En niveles de embriaguez,
pueden generar bastante agresividad;
 anfetaminas: Provocan agitación psicomotora, impulsividad, irritabilidad y agresividad.

Otra consecuencia del uso de las drogas sucede en el período de abstinencia del usuario.
Puede tornarse más ansioso y más agresivo, pues pasa a soportar menos las frustraciones y
responsabilidades de lo cotidiano, ya que se acostumbra al aislamiento por medio de las
drogas. Cuando el usuario quiere usar la droga y no lo consigue, o durante el síndrome de
abstinencia, puede tornarse muy ansioso y agresivo.

81. ¿Cuántas dosis son necesarias para crear adicción?

Depende de la droga. Las drogas de mayor poder adictivo precisan de menos dosis para
generar adicción. Es el caso del crack, que con pocas veces de uso ya establece el vicio. Así
sucede también con la heroína y la morfina. La cocaína precisa de un poco más de uso que
las drogas citadas para enviciar. El tabaco puede crear rápidamente el vicio, pues, entre las
más de 1200 sustancias presentes en el cigarrillo, la nicotina desarrolla tolerancia en poco
tiempo de uso. La marihuana, que es de alto poder adictivo (vicia 50% de los que la
experimentan), produce adicción lo mismo al joven que la usa ocasionalmente. En el caso del
alcohol, el vicio se establece a lo largo de varios años. En la mayoría de los casos, el uso del
alcohol comienza en la adolescencia y el vicio aparece en al adulto. El gran problema es que
los propios adolescentes no creen que se están tornando alcohólicos.

Una dificultad que las personas enfrentan es saber establecer el límite entre el uso y el
abuso, o sea, reconocer el límite de las dosis sin caer en el vicio. El mayor problema es que
las drogas quitan de las personas la capacidad de auto-evaluación, porque el cuerpo y la
psiquis van acostumbrándose de a poco a ellas. Asimismo, aquellos que llegaron al vicio, no
se sienten adictos, creen que pueden parar cuando quieren.

82. ¿Por qué las personas problemáticas o revoltosas encuentran salida en las
drogas?

Los problemas y las revueltas son consecuencias de una fragilidad personal, de origen
genético (hereditaria), por problemas de parto o dificultades de crecimiento físico o emocional
en el ámbito familiar o social. Esa fragilidad dificulta el enfrentamiento de problemas que son
comunes a todos los jóvenes, llevándolos a no soportar las frustraciones, ni las naturales
responsabilidades de la edad. Y, para complicar aun más, la droga ofrece un placer químico
que sustituye el displacer de la frustración, con el agravante de que disminuyen cada vez
más las fuerzas, aumentando la fragilidad que lleva a las drogas. De ahí el círculo vicioso:
fragilidad/drogas/fragilidad.

El uso de las drogas por los jóvenes como manifestación de su sublevación contra los
padres o contra las reglas de la sociedad, lejos de resolver los problemas, los complica, pues
torna al usuario más pasivo. Basta recordar a los ingleses, para dominar Hong Kong,
introducían el uso de opio para disminuir la resistencia local. Además de eso, revela a los
padres o a la sociedad en cuánto son problemáticos, y eso aumenta el control paterno,

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aumentando más la sublevación y generando un nuevo círculo vicioso:
sublevación/droga/sublevación.

83. ¿Por qué está prohibido el uso de drogas? ¿Las personas se vuelven adictas
porque quieren?

Raramente alguien se torna adicto porque quiere. La persona experimenta porque quiere
y, cuando experimenta, jamás desea o piensa en tornarse adicto. A no ser que esté
deseando morir, dejándose matar por la droga, el vicio es una consecuencia indeseada.

84. ¿Cuál es la probabilidad de una persona volver a drogarse después de haber


pasado por una clínica de recuperación de adictos?

Es alta, porque solamente 10% de los adictos consiguen recuperarse y no volver a usar
más las drogas. Una persona que ya fue adicta nunca más se libera de la droga, pues es
preciso que tenga siempre en mente su fragilidad y viva en función de no usarla más. En
caso de que la use, aunque sea una sola vez, puede volver al vicio.

Quien controla el vicio es la mente, porque el cuerpo, por la memoria corporal del placer
químico, va a querer sentirlo otra vez. Ese control es muy bien hecho por los AA (Alcohólicos
Anónimos, Argentina) y ALANON (Alcohólatras Anónimos, Brasil). Un factor muy importante
para la recuperación de adictos es la resolución de las causas del uso de las drogas. En
general, la psicoterapia busca ese objetivo. Son poco eficientes los tratamientos que visan
solamente las consecuencias de uso de las drogas.

85. ¿Los hijos de padres adictos tienen más tendencia al vicio?

Sí, los padres fumadores tienen hijos fumadores en una proporción mucho mayor que los
padres no fumadores. Antes de la marihuana, 80% de los cabanistas fumaban cigarrillos
(tabaco). El número de adolescentes que bebe es mayor en las familias que tienen
alcohólicos que en las familias abstemias.

El alcoholismo es una enfermedad cuya hereditariedad está siendo estudiada, debido a la


existencia de gran número de alcohólicos en una misma familia. Cuando un padre o una
madre alcohólica está bajo los cuidados de los hijos, en general, esos hijos toman aversión al
alcohol; en tanto, si comenzaran a beber, tienen gran chance de también convertirse en
alcohólicos. Esa tendencia se debe al hecho de que los hijos pequeños ven a sus padres con
admiración y se tentarán de imitarlos. Guardan entonces imágenes en sus memorias hasta
que las utilicen, favorable o nocivamente, durante la adolescencia, cuando está definiendo su
personalidad. Así, el adolescente que quiere fumar, va a buscar en su memoria la imagen de
ayer, como le gustaba ver a su padre fumar, imagen que hoy puede ser un estímulo. En
tanto, ocurre también lo contrario: si la imagen del padre (o madre) drogándose fuese
negativa, el hijo, al entrar en contacto con la droga, puede rechazarla al accionar su
memoria. Podemos concluir que los padres pueden proveer un modelo de postura ante las
drogas a sus hijos. Padres que beben por placer, en una cantidad adecuada, sin mostrar
abusos, pueden enseñar a sus hijos a beber adecuadamente. Padres que abusan del
cigarrillo, por ejemplo (no existe uso adecuado del cigarrillo), tienen hijos que también
acaban abusando del tabaco. Padres adictos son siempre malos ejemplos, pues, o estimulan
a sus hijos al vicio, o los dejan con fobias, lo que también es inadecuado.
55
86.
a) ¿Cómo el cigarrillo está ligado a las drogas?
b)¿Para el adolescente, cómo son el uso, o no-uso y el abuso del alcohol?
c) ¿Cómo se puede ayudar a una persona que fuma cigarrillos? ¿Podría ser que en el
futuro pasara a usar otras drogas?

a) Por producir dependencia psicológica y física, como otras drogas. Los sufrimientos del
síndrome de abstinencia de la nicotina desaparecen con su inyección endovenosa. Además
de no traer beneficios a los fumadores, tampoco lo traen a los que se les acercan. Como
todas las sustancias existentes en el tabaco son extrañas y perjudiciales a nuestro
organismo, no existe uso sin abuso del cigarrillo. Según un reciente estudio del National
Institute on Drug Abuse, los fumadores de cigarrillo son más propensos a fumar marihuana, a
tomar bebidas alcohólicas y a hacer uso de cocaína. Conforme a lo publicado por la revista
Veja nro. 976, del 20/05/87, el 5% de los canabistas eran no fumadores, en cuanto el 49%
eran también tabaquistas.

b) De las drogas socialmente aceptadas, la más utilizada es el alcohol. Difícilmente


encontramos ambientes donde no sean servidas bebidas alcohólicas. Dentro de nuestras
casas, cuando existen condiciones económicas favorables, el bar ocupa un lugar destacado
en la decoración. Funciona como el altar de la bebida, donde quedan expuestas las más
lindas y caras botellas, que contienen sofisticadas bebidas, de variados orígenes, como las
respectivas historias de adquisición. El dueño de casa, con gran satisfacción, se pone atrás
de la barra para servir a sus invitados con la solicitud de un barman. El mayor problema no
es el alcohol, es la manera como él es usado.

El no-uso puede ocurrir por diversos motivos:

 alergia;
 sensibilidad: las personas de raza amarilla (orientales) son más sensibles al alcohol,
al punto de rápidamente quedar ruborizadas, con taquicardia, etc.
 problemas psicológicos: los familiares que sufren con el alcoholismo de uno de los
integrantes de la familia crean verdaderas fobias al alcohol;
 religión: hay religiones que no permiten a sus seguidores el uso del alcohol;
 ex alcoholismo: los ex alcohólicos no toman ni siquiera una gota de alcohol, pues
tiene mucha facilidad de volver al alcoholismo.

En cuanto al uso del alcohol, él requiere:


 sabiduría: no se debe caer en los extremos;
 autoconocimiento: de la propia apetencia, de los deseos y de la resistencia al
alcohol;
 humildad: reconocimiento de que el alcohol es fatalmente más fuerte que su cuerpo;
 capacidad de soportar frustraciones: no beber más de lo que ya bebió, aunque
quiera un poco más;
 seguridad: resistir a las insistentes ofertas de sus amigos que ya pasaron, o están
prestos a pasar, del punto de adecuación;
 certeza interior: mejor de lo que está, no estará, y, si continuase bebiendo, sólo va a
empeorar.
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Todo eso es necesario para que el adolescente pueda usar el alcohol sin perjudicarse.
Nuestro organismo tiene capacidad de metabolizar una botella de cerveza o una dosis de
whisky en una hora, sin sobrecargar el hígado. Puede ser que nuestro cuerpo tenga esa
capacidad, más nuestra psiquis puede perder totalmente la capacidad de control sobre el
alcohol, aun con esas dosis denominadas normales, ya que una de las principales
características del alcohol es impedir al bebedor la capacidad de evaluar su propio estado
alcohólico y la cantidad por él ingerida.

El abuso es una consecuencia natural del mal uso. En el caso del alcohol, infelizmente, la
percepción del abuso, llega al usuario demasiado tarde, es decir, cuando él ya ha abusado.
Es el momento en que los efectos dependen de la cantidad de alcohol que llega al cerebro y
no de la cantidad de bebida ingerida (la parte de alcohol que está en el tubo digestivo y no
fue absorbida o lo será enseguida, lo cual agravará aun más los síntomas). Eso significa que,
cuando el usuario piensa en parar de beber, es porque físicamente ya no está sintiéndose
bien, pero es demasiado tarde para evitar los efectos producidos en el cerebro. La diferencia
fundamental entre el uso y el abuso es que, en el uso, la persona controla y domina al
alcohol, y en el abuso, la persona pierde el control sobre la bebida y es dominada por sus
efectos o por el deseo de beber.

c) Son varias las actitudes que pueden ser tomadas. He aquí algunos ejemplos:

 Jamás aceptar un cigarrillo.


 Recusarse de hacer cualquier actividad que favorezca al fumador, como comprar
cigarrillos, prestar fuego, encender su cigarrillo, ofrecer cenicero, etc.
 Reclamar mucho por el humo (a nadie le gusta ser un fumador involuntario), abrir
todas las ventanas y cortinas para que el humo sea rápidamente eliminado.
 Pedir que el fumador vaya a fumar a otro lugar, donde no incomode a nadie y sólo el
sea el perjudicado.

En cuanto a usar otras drogas, está comprobado que el fumador termina siendo una
persona vulnerable al uso de otras drogas. Antes de la marihuana, el 80% de los canabistas
eran fumadores. Muchos de ellos son aun fumadores, por lo tanto, fuman cigarrillo y
marihuana. Un fumador bebe más que un no fumador, alegando que el cigarrillo “seca” la
garganta, en cuanto la bebida “moja”. Hay personas que beben primero y después fuman. De
cualquier manera, cigarrillo y bebida andan casi siempre de la mano. Si una persona fuma
cigarrillos, no cuida del propio cuerpo, por lo tanto, no le costará mucho ir hacia otras drogas,
ya que no es más virgen de las drogas.

87. ¿Las drogas afectan el pensamiento?

Sí. Los calmantes retardan, los psicoestimulantes aceleran y los alucinógenos


distorsionan el pensamiento. Cuando pasan los efectos y el pensamiento vuelve la
normalidad, los residuos de la droga permanecen aun en el organismo todavía un tiempo. Así
como la postura del vegetariano es diferente a la de un carnívoro, la postura de un drogadicto
también es diferente a la del que no lo es. Es exactamente ese estado de conciencia alterada
por la droga la que pasa a regir sus pensamientos, sentimientos, deseos y actividades

57
cotidianas. Así, a pesar de estar autodestruyéndose, el drogadicto no acredita que la droga
le está haciendo mal.

Las drogas estimulantes aceleran el pensamiento, amplían el campo de las percepciones


y hacen brotar ideas, a veces de modo descontrolado, a veces acompañadas de delirios de
grandeza, junto con excitación y ansiedad. Las drogas calmantes deprimen el Sistema
Nervioso Central, retardando los pensamientos, disminuyendo y dificultando las ideas y, a
veces, haciendo aflorar los aspectos depresivos de la personalidad.

Las drogas psicodislépticas hacen que el pensamiento funcione como si el usuario fuese
un psicótico en ese momento, es decir, con ilusiones, alucinaciones y delirios.

88. ¿El hijo de una embarazada drogadicta nace normal?

Si la embarazada fue una dependiente física de morfina, heroína, alcohol, etc., el feto
también lo será, pues se trata de un hecho de transmisión biológica, a través del cordón
umbilical. El feto queda sometido a lo que sucede con su madre. Una mujer grávida y su feto
tienen la misma sangre circulando, por lo tanto, todo lo que fue para la sangre de la madre
alcanza también al feto. La morfina alcanza al cerebro de la madre y del feto; si la gestante
fue morfinómana, el feto también lo será. Si la gestante, para aplacar los sufrimientos de la
abstinencia, usa más morfina, que por la sangre también llega al feto, este también deja de
sufrir. Después del parto, el bebé, que ya no recibe más morfina porque el cordón umbilical
fue cortado, puede presentar el síndrome de abstinencia: recién nace y ya precisa ser
tratado, pues la cantidad de droga que pasa por la leche materna no la suple. Si la gestante
fue una dependiente psicológica, el feto puede estar también bajo los efectos de la droga
ingerida por la madre, pero, pocas evidencias de sufrimiento han sido observadas después
del parto.

En la mayoría de las veces en que la gestante usa drogas, aunque sea cigarrillo, existe un
sufrimiento fetal, observado después del parto por la disminución de peso y altura y poca
resistencia a las enfermedades por parte del bebé. La ingestión de bebidas alcohólicas en la
gravidez puede comprometer al feto en su peso y en su diámetro encefálico; a veces, el bebé
nace hasta con debilidad mental. Existen también medicamentos que son contra-indicados a
las embarazadas porque provocan serias lesiones en los fetos. Por ejemplo, entre los
antibióticos, la estreptomicina puede provocar zurdez y el cloranfenicol puede provocar
anemia aplástica de la médula. Hay también enfermedades de la madre que lesionan a sus
fetos, como la rubiola, que, si fue contraída durante la octava o décima semana de gravidez,
puede provocar en el bebé anomalías cardíacas, oculares, y auditivas. Para concluir esta
cuestión, es importante recordar que la sangre que circula en la madre y en el feto es
prácticamente la misma, por lo tanto todo lo que afecta a la madre puede afectar mucho más
al feto, pues él es más vulnerable que su madre.

89. ¿La persona se siente libre cuando usa drogas?

Quién experimenta drogas sabiendo que hace mal a la salud es porque no se siente libre.
Quien es libre no necesita experimentar drogas. La libertad que se consigue a través de las
drogas es un estado químico, y no una alegría natural. Hacer lo que quiere o querer lo que
nunca hace bajo los efectos de las drogas está muy lejos de ser un comportamiento
58
personal, pues ellas alteran los niveles de conciencia y distorsionan la crítica de lo adecuado.
Cuando vuelven al estado psíquico natural, son comunes la vergüenza y el arrepentimiento
sobre lo que hicieron cuando estaban drogados. Carcajear bajo el estímulo de drogas
puede significar un llanto del alma y el sufrimiento de todas las personas que lo aman. La
droga aísla al usuario, no permitiendo la aproximación de otras personas, dándole una vida
aislada que no puede ser compartida por nadie. Por lo tanto, la carcajada esconde la
angustiante soledad. La verdadera libertad es entregarse para crecer, es frustrarse sin
perderse, es divertirse siendo lo que es, haciendo lo que realmente quiere, cuando y como
bien le aproveche. La droga somete la persona a la obligatoriedad ( y no a la libertad) de
usarla. La libertad permite aprender, con las experiencias ajenas, a no hacer de su cuerpo un
laboratorio químico de las drogas, ni repetir lo que ya está comprobado que no hace bien.

90. ¿Por qué las personas mezclan drogas? Cuáles son las mezclas más comunes?

Una droga puede tener varios efectos agradables y desagradables. Para combatir los
efectos desagradables, los usuarios toman otras drogas. Un ejemplo bastante común es el
del uso de la cocaína. Después de inhalada, produce euforia, excitación, hiper-lucidez y
alegría química, que pueden durar de algunos minutos a media hora. Pero ella provoca
también una agitación psicomotora desagradable que dura horas, quedando el usuario
agitado, ansioso, inquieto, insomne, taquicardico, etc. Es por eso que los cocainómanos usan
varias veces la cocaína, pues los efectos deseados pasan deprisa, y ellos quieren sentirlo
nuevamente. Entretanto, los efectos desagradables van acumulándose. Igualmente después
de aspirar la cocaína, esa agitación psicomotora todavía permanece, dejando a la persona
“inservible”. Para cortar esos efectos desagradables, el cocainómano consume mucha
bebida alcohólica, o inclusive una gran cantidad de tranquilizantes.

Hay personas que mezclan las drogas para aumentar sus efectos. Es el caso del bebedor
de cerveza que, para conseguir un nivel más alto de alcohol en la sangre, toma otras
bebidas, de elevado tenor alcohólico, porque, solamente con una cerveza, jamás llegaría al
“calibre” deseado. Otros acostumbran beber y fumar, porque “uno moja lo que el otro seca”
(la boca). Otros mezclan tranquilizantes con alcohol para potenciar los efectos de los
primeros.

Actualmente, muchas personas mezclan alcohol y marihuana. Para muchos, esa mezcla
es tremendamente perjudicial, pues puede hasta tirar la conciencia de la persona (“desligar”),
sin que ella desfallezca. Un muchacho que fue a conducir después de esa mezcla chocó su
auto; él solamente recuerda haber salido del bar donde bebió varias cervezas y, ya en el
auto, haber encendido un cigarrillo (marihuana). De ahí hasta ser retirado del auto chocado
no recuerda nada más. Todo lo que él hizo fue automático, como si estuviese “desligado” de
la realidad.

91. ¿Qué especie de droga lleva al individuo al delirio? ¿Cómo son esos delirios?

Son las drogas psicodislépticas o alucinógenas, es decir, las que alteran las
sensopercepciones (visión, olfato, gusto y tacto) y la capacidad de juzgamiento. Son también
llamadas psicomiméticas, porque mimetizan una psicosis.

Ilusión es la percepción errónea de un objeto que existe. Alucinación es la percepción


de un objeto que no existe. Delirio es cuando la persona cree en la ilusión o la alucinación
59
que está teniendo. Cuando pasan los efectos de la droga, desaparece también la ilusión, la
alucinación y el delirio. Otro tipo de delirio ocasionado por la droga es la manía de
persecución. La persona acredita (creencia = juzgamiento) que está siendo perseguida. No
sufre ilusiones ni alucinaciones, su sensopercepción es normal, tanto que percibe todo lo que
los otros perciben: barullos, como sirenas tocando en la calle, personas conversando, etc.
Entretanto, ese tipo de delirante da una interpretación muy diferente de la real; él se centra
en sí mismo y supone que la sirena es la policía que viene a prenderlo, que las personas
están hablando mal de él, o que están tramando algo para dejarlo pegado. La percepción es
normal, más el contenido de la interpretación se vuelve en persecución. Si el delirante
estuviese con manía de grandeza, puede hallar que la sirena es de la policía, que viene para
protegerlo, o para llevarlo a un encuentro con el Presidente de la República, por ejemplo, y
las personas estaban hablando bien de él, que es un genio.

Las personas que comienzan a usar drogas saben que están haciendo algo errado;
comienzan entonces a aspirar siempre desconfiadas: piensan que todos saben que ellas
están usando drogas. Es una paranoia que puede agravarse en delirios persecutorios.

92.
a)¿Cuál es la actitud que debemos tomar si sabemos que un amigo está portando
drogas?
b)¿Por qué una persona con problemas no pide ayuda, en vez de ir directo a las
drogas?

a) Si él estuviese portando drogas, y no usando, precisamos saber primero el por qué,


para entonces tomar algunas actitudes. Quien porta drogas tiene sus propias explicaciones, y
las más comunes son:

 tráfico: para ganar dinero;


 hacer un “favor” a los amigos, llevar de un lado para otro. Si la policía agarra a alguien
en esa situación, va a prenderlo por tráfico, que es considerado un crimen sin fianza,
se va directo para la cárcel sin apelación, basado en la Ley conocida popularmente
por ley antitóxicos;
 cargar para un amigo que no puede llevar a su casa, pues el sus padres ya están en
la “marcación”.

Lo que se percibe con la experiencia es que nadie simplemente porta drogas. Es como si
una persona que no fuma llevara un paquete de cigarrillos. Difícilmente alguien lleva drogas
para convidar a otro; la mayoría de las veces las personas dicen que están portando para no
decir que son consumidoras.

La mejor ayuda que podemos dar a ese portador es avisarle del riesgo que está
corriendo, o lo cuan “otario” está siendo. En el caso de que él insista en continuar “portando”,
lo mejor será apartarse de él.

b) Hoy en día, es muy difícil que un adolescente vaya directo a las drogas porque está
con problemas. En general, él se droga por curiosidad, por imitación, por creer que no le
hace mal, etc. El problema, en la mayoría de las veces, surge como consecuencia del uso de
las drogas. La vanidad personal y el deseo de ser auto-suficiente quedan muy exacerbados
en la adolescencia: es la omnipotencia juvenil. Por eso, al adolescente no le gusta pedir
60
ayuda. Pedir auxilio puede denigrar su auto-imagen. Con las drogas, ese cuadro empeora,
porque, no admitiendo que la droga le hace mal, piensa que nunca será un adicto. Al
comenzar a usar la droga, el joven puede sentir un alivio en relación al problema que está
viviendo. Pero eso no significa que el problema acabó, simplemente su solución quedó
postergada, ahora con un problema más: la droga. Por otro lado, existen algunos
adolescentes que se drogan ostensivamente, llamando bastante la atención de los otros
sobre sí. Esta puede ser una forma, aunque inadecuada, de pedir ayuda.

93. ¿Abandonarías un amigo si el fuese drogadicto?

No, y no me tranquilizaría hasta que él no un buscase tratamiento. Es más probable que


sea él quien terminase abandonándome, pues yo sería una compañía incómoda para él, por
tanto insistir para que se tratase. En el caso de percibir que ese amigo ya hubiese perdido el
control, estuviese muy perjudicado por la droga, procuraría alertar a sus padres, aunque él
no quisiese. De algún modo estaría perdiendo su confianza; pero por el contrario, yo estaría
demostrando mi amistad y preocupación por su bien y su salud. Concordando con él y
permaneciendo quieto y pasivo, en vez de ayudarlo, lo estaría perjudicando, pues, cuanto
más es el tiempo que pasa, más difícil se torna la recuperación de un drogadicto y más
graves las consecuencias. Tendría que ser duro con él, colocándole algunos límites: si
estuviese drogado o portando drogas, no lo recibiría en mi casa, no haría programas con él,
ni lo llevaría a la casa de otros amigos. Si tuviésemos un compromiso y percibiese que está
drogado, recusaría su compañía, dejando claro que prefiero ir sólo que con un amigo
drogado. Y cuando él estuviese sobrio explicaría mi actitud. Jamás aceptaría esconder, llevar
a alguien la droga, y mucho menos experimentarla. No le prestaría dinero ni algo que él
pudiese vender, por mayor que fuese la presión o la seducción.

94.
a)¿Cómo reaccionarás ante un grupo que le ofreciese droga?
b)¿Te gustaría saber qué hacer si viera a una persona drogándose en fiestas o lugares
cerrados?

a) Me apartaría para no aceptar la droga de ninguna manera, pues la presión de un grupo


es muy fuerte, ya que cada uno de sus integrantes se fortalece con los otros y, juntos, hacen
o dicen cosas que individualmente jamás harían o dirían. Es ese mecanismo grupal el que
ahoga la individualidad de las personas, así se sienten protegidos como individuos.

Es prácticamente imposible a alguien resistir a la dinámica de un grupo y aun querer


permanecer dentro de él. No es nada agradable discrepar de esa dinámica, porque,
frecuentemente, esa contestación se revierte en agresión. Basta que uno de los miembros
del grupo comience a agredir, para que todos agredan. Puede ser una presión oculta, como
gozadas e ironías, u ostensiva, como ofensas, o incluso empujones para provocar una pelea
corporal. Todo eso puede eliminar lo “diferente”, por lo tanto, es bastante natural que el grupo
pase a evitarlo e inclusive a rechazarlo. Es tanta la presión que, en determinado momento, el
“extraño” somete a las personas del grupo, pasando a pertenecer a él y a hacer lo que el
grupo hace: además de también usar drogas, irá a presionar a otro novato, olvidándose de
aquello que un día sufrió en el grupo. Cabe a cada uno, dentro de un grupo, cuidarse,
respetarse. Si un grupo cualquiera lo fuerza a hacer algo, entonces este no es un buen
grupo, y vos no sos la persona más indicada para pertenecer a él. Es preferible continuar a

61
buscando otras personas, entre las cuales la adaptación sea mutua, para así formar un grupo
en el que vos seas vos.

El grupo es bueno y adecuado cuando, perteneciendo a él, cada uno tiene su


individualidad preservada, o sea, vos perteneces al grupo y el grupo te pertenece.

b) Por tratarse de una situación delicada, es preciso tener bastante cuidado en la manera
de conducirse. Quedarse callado, fingiendo que no vio nada, determina la convivencia con el
uso de la droga a través del silencio. Entrar en pánico sólo despierta malestar. Poco ayuda
interferir directamente, sea con la charla o con cualquier actitud violenta.

Si la persona fuese amiga y estuviese en condiciones de mantener un diálogo, vale la


pena intentar un diálogo, para evitar complicaciones inmediatas (ser un pozo sangrante) o
futuras (consecuencias sociales). Si el amigo reacciona de manera desproporcionada, es
porque está fuera de sus condiciones normales, precisa ser cuidado, tal vez hasta ser
retirado de ese ambiente y llevado a casa. Lo mejor sería juntarse con otros amigos
comunes, contarles la situación y entonces, juntos, llevar a la persona a su casa o a otro
lugar más apropiado. Es preciso también conversar con los padres de ese amigo y alertarlos
sobre la situación de su hijo, pues algo está sucediendo con él y los padres, para ayudarlo
mejor, deben saberlo.

Si la persona fuese desconocida, lo mejor sería comentar lo que vio con algunos amigos
que no usan drogas, para decidir juntos si cuentan o no al dueño de la fiesta. Es poco
productivo contar directo a los de seguridad, porque ellos podrán tomar actitudes
inadecuadas. Lo mejor es contar al dueño de la fiesta, pues es de él la responsabilidad sobre
los invitados y, por lo tanto, deberá saber qué actitud tomar.

95.
a) ¿Por qué la venta de marihuana no es liberada, si ella es una de las drogas más
débiles que existen?
b) ¿Por qué no distribuir drogas a los adictos?

a) No es válido decir que la marihuana es una de las drogas más débiles que existen. Ella
contiene innumerables sustancias psicotrópicas, siendo la más importante el THC
(tetrahidrocanabizol). Cuando es fumada, su acción dura de dos a cuatro horas, provocando
una serie de alteraciones psíquicas, físicas y de comportamiento. Su uso prolongado puede
ocasionar síndrome amotivacional, que anula la personalidad, y el cáncer, que mata.

La liberación de la marihuana, en vez de beneficios, traería perjuicios a los usuarios, pues


sin el control sobre su uso, ellos tenderían a consumir más. Sería interesante hacer un
estudio sobre la relación directa entre prohibición y aumento de consumo. Sería también
interesante analizar si un pueblo en crisis bebe más, o aun hacer un estudio sobre la
generación americana que fue sometida a la Ley Seca* en su adolescencia.

En Capital Federal, es sabido que, en las escuelas donde el cigarrillo es liberado, el uso
de la marihuana es mayor que en las otras, donde el cigarrillo está prohibido. Podemos
deducir que, si la marihuana fuese liberada, habría también un aumento en el uso de otras
drogas, y en el futuro estarán en relación a si son o no liberadas. No es la marihuana el gran
62
villano, la puerta de entrada para otras drogas, pero si la liberalidad que el uso de cualquier
droga establece, predisponiendo al uso de otras drogas.

b) Porque sería alimentar su vicio, en vez de luchar contra él. En vez de ayudar,
estaríamos perjudicando a los adictos. En Suiza, como tentativa de ayudar a los adictos, el
gobierno distribuyó, a los identificados como adictos, drogas y jeringas descartables, que
podían ser usadas en una plaza pública especialmente destinada a ese fin. Pasados algunos
años, el gobierno constató que, en vez de ayudar a los adictos, estimuló al vicio, y decidió
entonces concluir la práctica. En Argentina, eso sería una desgracia, y, sin duda, sólo
aumentaría el número de adictos. Basta reparar en el número de personas que se embriagan
en fiestas donde la bebida es gratuita.

96.
b)¿Los artistas son sensibles, y por esto usan drogas, o las drogas los dejan más
sensibles?
a) Hay artistas y deportistas famosos que consumen drogas. ¿Vos hallas que eso
es un “espejo” principalmente para los jóvenes?

a) Los artistas, los poetas, los músicos, los pintores y tantos otros profesionales que
trabajan con los sentimientos, usan su propia sensibilidad para tocar la sensibilidad de las
personas. Ya los ingenieros, los químicos, los matemáticos, los físicos, etc., tienen la
sensibilidad volcada para otra área, que no depende de los sentimientos. Como los artistas
trabajan con los sufrimientos y alegrías del ser humano, su sensibilidad se torna vulnerable y
ellos pueden no resistir a tantos sentimientos intensos. Para anestesiar entonces esa
angustia, pueden recorrer las drogas, lo que complica sus vidas, porque, siendo tan
vulnerables a ellas, del uso pasan rápidamente al abuso.

Sin embargo, el abuso no los deja más creativos, y es donde la decadencia puede
comenzar. Es bastante frecuente tener información de artistas con infancia muy sufrida. Tal
vez, esos sufrimientos infantiles sean ingredientes para su actuación artística, de ahí la
belleza humanitaria de sus obras de gran sensibilidad. Más ninguno de ellos fue realmente
creativo en épocas de abuso de drogas. Los artistas son sensibles, más no es la sensibilidad
la que los lleva a las drogas, son sus sufrimientos. Y, de hecho, las drogas, en vez de
ponerlos más sensibles, aumentan su sufrimiento y perjudican su creatividad.

b) El hecho de ser famosos no les garantiza la felicidad. Significa que tienen valor en el
área en que se desempeñan, tanto que consiguieron el suceso y la fama. Entretanto, la
mayoría de ellos no tiene una vida tranquila y feliz. Es una contradicción, pero
frecuentemente las personas muy famosas son bastante solitarias, pues acaban perdiendo
su privacidad: es difícil salir a la calle, ir a un cine, a un restaurante, etc. Cercados por
personas interesadas, ellos no cuentan con una verdadera amistad, y así la soledad se
implanta en su vida. Entran así en un círculo vicioso: para aplacar la agonía de la soledad,
beben. Para ser “social” beben. Para estar con alguien, beben. Cuando están bastante
agitados o ansiosos, toman somníferos, lo que les trae como consecuencia la dificultad de
despertarse al día siguiente, de ahí los psicoestimulantes. Mas la fama es implacable,
precisa ser alimentada, si no desaparece. Es ahí que se inicia al uso de una droga para
estimular y ascender, otra para desligar y dormir. Los jóvenes, en general, hacen una
asociación directa entre droga y fama, como si la droga fuese responsable por la fama. La
droga, sin embargo, domina la capacidad de las personas, por lo tanto, el binomio no es
63
verdadero. La asociación real es entre capacidad y fama, y la droga no produce ninguna
capacidad, mas bien las destruye. Los medios atrapan a los jóvenes en esa confusión,
cuando la noticia es el envolvimiento de celebridades con las drogas. Como los jóvenes
precisan de ídolos, terminan imitándolos y “deglutiendo” las drogas. Si los jóvenes supiesen
separar con claridad las virtudes y los defectos de sus ídolos, ellos podrían ser realmente un
“espejo” saludable, pero eso no siempre ocurre. Para llegar a la fama, no alcanza “engullir”
drogas sino tener talento; es preciso mucha disciplina, trabajo y empeño para que el talento
se perfeccione. Muchos talentos se pierden por las drogas, pues ellas terminan con su vida.

97. ¿Cuánto tiempo dura una alucinación?

Si la alucinación fuera consecuencia del uso de un alucinógeno, ella va a durar lo que


dura su efecto, en general de dos a tres horas (si es consecuencia de la marihuana, las
alucinaciones ocurrirán en cuanto la persona todavía no presenta tolerancia; si es
consecuencia del LSD, las alucinaciones pueden surgir 30 minutos después de su ingestión y
durar de dos a 48 horas). Existen casos en que, habiendo pasado el efecto de la droga, la
persona vuelve a vivir episodios alucinatorios más leves que el inicial, hasta que acaban
desapareciendo. Tales episodios son llamados de flashbacks y sus explicaciones aun no
están científicamente comprobadas. Si la alucinación fuese síntoma de una psicosis
alucinatoria, ella sólo desaparecerá con tratamiento psiquiátrico, por lo tanto, permanecerá
mientras dure la psicosis.

98. ¿Las ilusiones son buenas o malas? ¿Usted queda inconsciente de sus actos?

Son cinco nuestros sentidos de la percepción: auditivo, visual, olfativo, gustativo y táctil.
Las ilusiones son distorsiones de esas percepciones. Un objeto, por ejemplo, pasa a ser
percibido de tamaño, forma, colores, movimientos, etc., diferentes del real. Las ilusiones
indican que el cerebro no está funcionando bien, como consecuencia de una fuerte
somnolencia, fiebre alta, enfermedades neurológicas y/o psiquiátricas, o hasta por el uso de
drogas. Una persona en condiciones normales de salud no debe tener ilusiones. Las
ilusiones no son los problemas; ellas son el indicativo de que existen problemas, y desde ese
punto de vista no son malas. Cuando se manifiestan es porque detectaron algo anormal. Las
ilusiones son las “alarmas” del cerebro. Una ilusión puede venir acompañada de sensaciones
agradables o desagradables, dependiendo del estado psíquico (de espíritu) y físico de la
persona. El ilusionado, por no estar totalmente conciente de sus actos, tiene sus actitudes y
reacciones muy alteradas, pues se basan en referencias distorsionadas por la ilusión. Y
como no trabaja con la realidad, sino con sus distorsiones, las consecuencias pueden ser
graves, de acuerdo a las actividades en las que se comprometa.

99.
a) ¿Cuáles son las funciones de los padres cuando el hijo es drogadicto?
b) ¿Cuál es el mejor método para evitar la droga?

a) Los padres son responsables por sus hijos cuando ellos son menores de 18 años y
cuando mayores, en caso de tener alguna anormalidad psíquica (los enfermos mentales no
son responsables por si mismos, por lo tanto, ante la ley, los padres son siempre los
responsables). Independientemente de la edad, cuando los hijos están enfermos, los padres
son los primeros en socorrerlos. En el caso de las drogas, el esquema es el mismo: cabe a
los padres cuidar del hijo drogadicto. Aunque si fuese mayor de edad, al ser internado, la ley
64
exige que un adulto asuma la responsabilidad por el tratamiento. Difícil es enumerar las
actitudes que los padres deben tomar en relación a un hijo drogadicto, porque es preciso
tener en cuenta las características personales del padre, de la madre, del hijo drogadicto y
también de la relación entre ellos (padre-madre, padre-hijo y madre-hijo), además, de la
relación con los otros miembros de la familia (hermanos, tíos, abuelos, etc.). Es importante
primero conocer la situación y hacer un diagnóstico: cuál es la droga usada; cuánto tiempo
existe el vicio; cuál es la frecuencia de uso; cuál la cantidad; de qué manera es usada (si
inyección, fuma o ingestión oral); cómo la droga es comprada, etc. Difícilmente alguien se
siente con voluntad para responder a todas esas cuestiones. Son muy comunes la
vergüenza, el constreñimiento, o silencio, las reticencias, el mal humor, las respuestas
evasivas. Tampoco es fácil para los padres hacer tales preguntas sin alterar sus estados
emocionales, pues en cada respuesta viene lo inesperado, o no deseado, la frustración, la
amargura, la agresión...

Ante situaciones de ese tipo, es común en el padre enojarse, o ponerse agresivo, y la


madre entrar en depresión y llorar, sintiéndose culpable, preguntándose: “¿dónde me
equivoqué?”. En fin, es difícil para todos -padre, madre e hijos- mantener un diálogo tranquilo
en esos momentos, pues todos se encuentran emocionalmente involucrados entre si, y cada
uno, a su manera, con la droga.

Si esa charla fuera totalmente imposible, es preciso recurrir a la ayuda de una tercera
persona, que se sienta libre y preparada para ayudarlos. Generalmente se trata de un
profesional especializado, como un psicólogo, un psiquiatra, un asistente social. Si obtiene
un buen diagnóstico es un buen encaminamiento, o puede estar predestinado al fracaso. La
ansiedad sólo perjudica; de nada sirve querer soluciones inmediatas para el problema. Es
más eficiente la búsqueda de un tratamiento adecuado que la urgencia de una solución
apresurada e inadecuada.

b) Antes de nacer usted, sus padres ya soñaban con usted y ya querían darle lo que
consideraban lo mejor. Elegirle su nombre es una prueba de eso. Generalmente es escogido
después de una selección rigurosa. Así que usted nació, y le dieron lo mejor que podían:
dieron amor, cariño, alimento y protección contra todo lo que pudiese incomodarlo. Usted fue
creciendo, más la voluntad de ellos de ofrecerle lo mejor continuó, y usted frecuentó las
mejores escuelas. En cuanto depende de ellos, nadie lo maltratará. Sus padres muestran,
así, el amor de ellos por usted, y todos nosotros cuidamos a quien amamos. Usted entonces
aprende a amarse y a retribuir amor a sus padres. Es por eso que no gusta de ser maltratado
en público por nadie, que escoge la comida que más le apetece, que viste la ropa que más le
agrada y se acerca a personas que le gusta. Usted quiere tratarse bien, y aprendió eso de
sus padres. Sabiendo que la droga hace mal, usted, para ser coherente con sus otras
actitudes para consigo mismo, no puede mandarla adentro de su cuerpo. Su cuerpo no es
basura para estar jugando con droga dentro de él. Su cuerpo no es laboratorio químico
para usted estar experimentando las reacciones de las drogas dentro de él. Si sus padres
dieron a usted lo mejor que pudieron, por qué usted daría lo peor para si mismo? La mejor
prevención contra el uso de drogas es usted gustar de sí mismo.

100. ¿Cómo reaccionan los drogadictos ante las personas más próximas?

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Depende del tipo de droga, de la cantidad usada y del tiempo de uso de la droga. Existen
drogas que, en pequeña cantidad, tornan a sus usuarios más sociables, más habladores,
como el alcohol, pero también puede dejarlos en situaciones inconvenientes, hablando y
riendo de más, abrazando o besando a todo el mundo. El límite entre el primero y el segundo
momento es muy tenue, y la persona pasa de uno a otro sin percibirlo. La marihuana en
pequeñísima cantidad (una o dos tragadas) puede tener el mismo efecto que el alcohol.
Cuando la dosis es un poco mayor y altera el pensamiento, la interacción con las personas
deja de ser normal. Dosis aun mayores lo tornan más introvertido y se aísla (aunque no
quiera), pues no consigue mantener una charla (pierde la concentración, la memoria, la
atención, no consigue expresarse bien). Otra drogas, como bencina, cola de zapatero,
cocaína, pueden dejan a sus usuarios bastante agresivos, pues estando en un “ritmo”
diferente, tienen pensamientos inadecuados, no soportando cualquier contrariedad. Es muy
común en la adolescencia la inversión de valores de los drogadictos. Es decir, se juzgan más
expertos, superiores; juzgan saber aprovechar mejor la vida que los no usuarios, que para él
son unos “caretas” (hacen careta cuando oyen hablar de las drogas). Esa inversión sucede
cuando los usuarios ya pasaron de la fase de experimentación a la fase de uso. Como no
quieren asumir su debilidad en relación a las drogas, se dicen superiores y, en cuanto no
sienten los perjuicios de la droga, maltratan, ofenden, agreden, y desprecian a los no
usuarios. Cuanto mayor es la ignorancia de los usuarios, más comunes son esas actitudes,
porque otros usuarios, conscientes del mal que la droga les hace, se comportan de modo
diferente, aislándose e inferiorizándose. Cuanto mayor es el tiempo de uso de la droga,
mayores son las consecuencias, y los usuarios, sufriendo sus daños, se sienten cada vez
más incapaces de controlar el vicio. En ese período, toda la arrogancia de la etapa anterior
se transforma en sufrimiento, en inferioridad. Cada drogadicto va a reaccionar entonces de
acuerdo a su carácter: agresivo, inestable, dependiente, etc. Es común que, los drogadictos
terminen apartándose de las personas que no se drogan.

Alfredo Montreza

Anexo:

El drogadicto y la tóxicodependencia

Juan Alberto Yaría, en La existencia tóxica, capítulo III, nos dice: (...) “Hay una enorme
sed de espiritualidad y ternura en el drogadicto y al mismo tiempo un yo fragmentado
colectivamente, como si por diversas posibilidades no hubiera posibilidad de maduración
para los adolescentes de hoy: hay una imposibilidad de convertirse en adultos y todo lo que
ello representa: ser uno mismo, dejar de ser objeto para ser sujeto.

El adolescente drogadicto, más que un suicida, nos muestra un yo psicótico o prepsicótico


en la medida en que tiene una imposibilidad absoluta de comunicar lo vivido, lo
experimentado a otro. Tiene un símil lejano con lo vivido por el autista.

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El drogadicto vive experiencias inefables, no puede dar cuenta de ellas, por ello cuando
logra detener el contacto con la droga surge la posibilidad de instalar un pensamiento místico
en muchos casos sobornado por las sectas.

Este yo psicótico poseído por lo inefable e incomunicable encuentra en lo masivo una


forma de poseer una identidad posible: agrupamientos violentos, identificación con líderes
muertos o mortíferos (sujeción a un hipnotizador) un tatuaje, el corte en el cuerpo, etc. Es la
necesidad e buscar en lo masivo una forma de ser y de sentirse reales. Solos, caen en el
más profundo aislamiento, que algunos autores asimilan al vacío propio de un yo,
fragmentado y astillado, que no puede articular y articularse a un discurso posible.

La droga llena este vacío y la fragmentación del yo. Esto lo lleva a jugar continuamente
con la locura y la muerte. Con la psicosis, busca lo alucinatorio, no como algo terrorífico, sino
como algo deseado. Con la muerte, su postura es llegar a un desafío que en la sobredosis
puede culminar con su encuentro. Bascula en su crisis entre la psicosis y la muerte.

La experiencia con el placer que es lo comúnmente visto como lo propio de la toxicomanía


es sólo un elemento secundario que aparece en el momento inicial del consumo cuando la
sustancia química trata de “soldar” la fisura del yo y de colmar el vacío del yo.

La repetición de la ingesta comprometida por la dependencia psíquica y física propia del


tóxico lo acerca cada vez más a la verdad de su problemática: el vascular, entre la psicosis y
el encuentro con la muerte.

La familia del tóxicodependiente

El drogadicto puede pertenecer a cuatro grupos diversos de estructura:

a) Familias con grado alto de desorganización social.

Típico de grupos marginales de las altas clases sociales o del extremo inferior social.
Son los “hijos de las amas de llaves” o los hijos pertenecientes a familias inexistentes, o
con altos índices de alcoholismo o disgregación social. Generan adictos con severas
actuaciones psicopáticas, sociopáticas o psicóticas.

b) Familias de la constelación neurótica.

Generan adolescentes con severas crisis de identidad, pero de tipo neurótico.


Habitualmente hay una patología de la desvinculación ya que existe una vinculación
simbiótica, del hijo más afectado con uno de los padres (habitualmente la madre). Y un padre
periférico del sistema y/o ausente (habitualmente en la sociedad actual, el padre). La droga
no es el elemento central de ésta patología; sí lo es la desvinculación y la propia
problemática de
la pareja.

c) Familias psicóticas.

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El entorno familiar funciona a base de transacciones psicóticas en un medio
enloquecedor; lo sustancial en el abordaje terapéutico es el tratamiento de la psicosis como
modo de intercambio paradojal y doble vincular de la familia.

d) Las toxicomanías traumáticas.

Suceden como consecuencia de duelos mal elaborados (muertes en momentos críticos


del ciclo vital, separaciones, etc). El paciente no tiene grupos a donde elaborar estas
circunstancias críticas. La comunidad terapéutica le ofrece un sostén y holding que le permite
simbolizar mínimamente aquello que está en juego.

Los elementos más salientes de los diversos grupos familiares son:

- La incongruencia jerárquica: El paciente domina el circuito familiar.


- Patología de las jerarquías familiares por lo inconsistente del papel del adulto.
- Alta incidencia del alcoholismo o farmacodependencia en la historia familiar.
- Vinculaciones simbióticas.

Como hemos visto, el origen del camino hacia la tóxico dependencia tiene raigambre en
primera instancia en el funcionamiento primario y secundario de la familia como estructura
organizada.

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