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Estudios universitarios

¿Quieres ganar más dinero? Ve a la universidad. La brecha


salarial entre los trabajadores cualificados y los no
cualificados ha aumentado en todos los países occidentales
durante los últimos años. En algunos, como en Estados
Unidos, el nivel de estudios predice de forma precisa el
umbral de renta de un ciudadano cualquiera. En otros, como
en España, es menos relevante, si bien condiciona lo que
ganaremos en el futuro.

Todo esto es cierto para los trabajos legítimos... Y para los


ilegítimos.

El caso mafioso. Lo ilustra este estudio elaborado por tres


economistas y centrado en las ganancias anuales de los
miembros de la Mafia estadounidense durante la década de
los '40. Sus conclusiones son claras: los criminales con
estudios universitarios ganaron entre un 7,5% y un 8,5% más
que el resto, un retorno similar al que obtuvieron los
trabajadores cualificados en empresas o negocios dentro de la
legalidad. Vito Corleone sabía lo que hacía cuando envió a
Michael a Darmouth.

El contexto. El trabajo se fija en los umbrales de renta de 712


mafiosos registrados por el FBI e inscritos en el censo de 1940.
Esto les permite acceder y contrastar un sinfín de datos
relacionados con su origen social, su residencia, su educación,
su edad y un largo etcétera. También comparar su "retorno
educativo" con el resto de la población, muy similar al de la
Mafia: los estadounidenses cualificados de su era ganaban en
torno al 10% y el 13% más que los no-cualificados. Porcentaje
superior, pero similar.

¿Por qué? Si dejamos a un lado las connotaciones morales


del crimen (cómo ocurre y cómo remediarlo), los datos tienen
sentido. El éxito de la Mafia dependía enormemente del
capital humano de sus trabajadores y asociados. Todo negocio
turbulento consiste en extraer la renta óptima de su
operación, minimizando costes y maximizando ingresos; todo
sistema de préstamos abusivos, tan caros a la Mafia, consiste
en imponer ciertos intereses en función del riesgo de impago;
y toda red de narcotráfico no es más que una enorme cadena
de distribución, un puzzle logístico.

Economía. Algo que puedes aprender en un aula.

Difuso. La Mafia, además, operaba una amplia red de


negocios a menudo a caballo entre lo lícito y lo ilícito. Como
explican los autores, al tráfico de drogas y a las apuestas
ilegales podían añadir "restaurantes, farmacias y otras tiendas
relacionadas con el sector de la alimentación". Como ya
relató  El Padrino II, la Mafia invirtió en bienes inmobiliarios,
casinos, concesionarios de coches e incluso importaciones
legales. Para 1960, sólo el 32% de los gangsters no tenía
ningún negocio a su nombre.

De un modo u otro, ser mafioso también equivalía a ser


empresario. Emprendedores que gestionaban negocios muy
elaborados y una compleja jerarquía de trabajadores y cargos
intermedios. En palabras de un ex-miembro de la familia
Gambino:

Si obviamos nuestros prejuicios, los mafiosos no eran más


que líderes empresariales. La Mafia compartía la misma
estructura jerárquica que cualquier gran empresa. Un Don
es exactamente un CEO, dirigiendo el negocio (o la familia)
hacia el futuro. Sus capos son mánagers intermedios o
cabezas de departamento y sus soldados son empleados. Ya
sea en el mundo corporativo o en la Mafia, quienes
adquieren recursos diplomáticos, dotes de liderazgo y el
entusiasmo para motivar a sus subordinados serán los reyes
de sus respectivos campos.
A clase. Los incentivos de una organización criminal para
enviar a sus jóvenes más brillante a la universidad son claros.
Aunque también los desincentivos: la vida del mafioso medio
es más breve que la del trabajador normal, por lo que el
retorno potencial de la inversión es menor. En todo caso, la
habilidad de "procesar números, pensar lógicamente,
organizar complejos sistemas logísticos" siempre mejorará,
según los autores, si los miembros de la Mafia han recibido
una buena educación.

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