Se trata de una narración imaginaria o ficcional (de fingir, representar) que
se caracteriza por la brevedad de su extensión: desde unos pocos renglones hasta unas cuantas páginas. Por su brevedad, un cuento suele presentar un único conflicto, que protagonizan pocos personajes en un solo lugar y en el transcurso de un tiempo breve.
Los cuentos pueden abordar cualquier tema. Por tratarse de narraciones
ficcionales refieren tanto conflictos del mundo real como de mundos imaginarios. Precisamente, existen diversas variedades de cuento según el mayor o menor grado de aproximación al mundo real o ficcional:
Clasificación
Realistas: sus elementos (hechos, participantes, tiempo y lugar)
representan una realidad verosímil, es decir, creíble o posible. Este tipo de relato se caracteriza por intentar reflejar la realidad. Se dice que intenta reflejarla, y no que refleja, porque sabemos que la ficción es una construcción que, por más que se base en hechos reales, nunca va a poder dar cuenta de toda la realidad: el autor selecciona elementos que desea transmitir en su obra, la cual va a ser siempre un fragmento.
Maravillosos: en estos cuentos intervienen seres sobrenaturales: brujas,
hadas, gigantes, sirenas, hechiceros, etc.
El tiempo de estos relatos es irreal e indefinido; por eso muchos empiezan
con la famosa frase : Había una vez…, la cual anuncia el abandono del mundo concreto y de la lógica que en él rige. Lo mismo sucede con los lugares en los que la acción se desarrolla; por este motivo carece de descripciones detalladas de ambientes o paisajes.
El protagonista o héroe tendrá toda clase de virtudes: generoso, bondadoso,
valiente, desinteresado, etc. Por lo general, aparece un personaje que encarna los defectos y será su oponente.
De ciencia ficción: es un relato en el que la realidad aparece modificada
extrañamente o en el que pueden intervenir seres extraterrestres, pero esas inclusiones se explican en la narración como una consecuencia lógica de los avances del conocimiento científico. En este caso, se armoniza lo fantástico y lo científico, introduciendo al lector en el mundo de la ciencia. Fantásticos: este tipo de narraciones incorpora elementos de la realidad cotidiana. Pero, a diferencia de los cuentos realistas, los fantásticos presentan los hechos de una manera distinta del modo habitual de ver las cosas, de una manera asombrosa, ya que narran sucesos que no pueden explicarse por la razón; es decir, hechos inexplicables que irrumpen de pronto en el mundo cotidiano.
Esta aparición repentina de hechos que no pueden explicarse por la razón
provoca en el lector un efecto de desconcierto característico de estos cuentos.
El efecto fantástico se logra por la aparición de seres cuya existencia no
puede explicarse (un fantasma) y la presencia de objetos que cobran vida (vestidos que aprisionan o artefactos que se revelan).
Policiales: las características esenciales de este relato son la presencia de
un crimen enigmático y, a primera vista, insoluble; un investigador que lo descifra por medio de la imaginación y la lógica; y el castigo al criminal.
En estos cuentos, por lo general, el caso es relatado por el propio
investigador a un amigo. El investigador-detective saca conclusiones de su observación, siempre recuerda un dato imperceptible para los otros. En este tipo de cuento, el lector es coautor de la investigación , ya que debe usar su lógica para debelar el crimen junto con el detective. Por eso, para conservar el suspenso, a menudo se dosifica la información y se distrae al lector.