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Análisis

El presente desarrollara la situación ambiental en Venezuela la cual se encuentra


en tiempos muy difíciles. La situación es tan grave que algunas ONG de derechos
humanos la han calificado de emergencia humanitaria compleja en nuestro país la
situación aún no ha alcanzado las terribles condiciones vividas en las zonas del
mundo en las cuales han ocurrido estas graves crisis humanitarias. A pesar de ello,
es muy preocupante el actual agravamiento de la situación nacional producto de la
creciente inestabilidad social, la persecución y criminalización de la disidencia, el
uso de la violencia como arma política, la negación de hecho del derecho a la
protesta pacífica, en conjunto con un incremento importante de las violaciones a los
derechos humanos. Estos factores se suman al desabastecimiento crónico de
alimentos y medicinas; tasas de inflación muy altas; la negación gubernamental a
prestar ayuda humanitaria a los más afectados; el aumento de la migración forzada
por razones económicas o sociales; así como un crecimiento de la violencia
delincuencial. En tal sentido, es claro que nuestra vida es consecuencia y efecto de
la compleja red de interacciones ambientales y sólo podemos tener una vida sana,
digna y próspera si como personas y sociedades actuamos de tal manera que
preservamos el adecuado funcionamiento de esta red. El reconocimiento de los
derechos ambientales es relativamente reciente, pero a la vez ha tenido un
crecimiento muy acelerado. Algunos hitos importantes en el desarrollo de los
derechos ambientales son los siguientes: El Pacto Internacional de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales adoptado en 1966, reconoció derechos
relacionados con temas ambientales tales como los derechos a la vivienda, al agua
y a la salud. La declaración emanada de la Conferencia de Estocolmo. A partir de
este desarrollo del tema de derechos humanos ambientales, el ambientalismo en
Venezuela tiene una clara base ética y jurídica que le permite actuar en defensa de
los derechos humanos de todas las personas y, partiendo de ese enfoque, promover
este tema como elemento fundamental de la construcción de un país democrático,
en paz (social y ambiental) y con capacidades para generar prosperidad sobre la
base del reconocimiento responsable de nuestro potencial de desarrollo como país
mega diverso.

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