UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS

TALLER DE LA RISA
ANGELO ADRIAN CASAS ECHEVERRY
Análisis del film vida de perros
Un traje harapiento, un sombrero, un bastón y un particular bigote. Figura
característica de uno de los más grandes iconos del cine cómico en la historia. Charles
Chaplin, un hombre que con su personaje Charlot impactaría el mundo cinematográfico a
partir de las vivencias de un hombre desafortunado en medio de la cotidianidad de las
injusticias sociales. Pensar en Chaplin, evidenciarlo reflexivamente frente a una pantalla,
nos puede llevar a multiplicidad de campos de análisis que se mueven entre las situaciones
desafortunadas, la caricaturización de los personajes, movimientos característicos de
Charlot y la ingenuidad e inocencia evocada para dar al espectador un choque que no
permita evadir que, en medio del humor, se está tratando de exponer una crítica social.
Un hombre que roba comida para sobrevivir como punto inicial del film ya trae
consigo un mensaje de denuncia. Sin embargo, uno de los puntos más interesantes de su
obra radica en la parodia que se teje en torno a situaciones como aquella de la oficina de
empleados en donde Charlot debe enfrentarse a un mundo de competencia injusta en donde
uno tras otro lo deja por fuera de su oportunidad de acceso a un bien económico.
“Vida de perros” no hace referencia simplemente al animal en torno al cual gira el
film, sino pues, hace referencia a las infortunadas situaciones de los personajes que, a partir
de vivencias de fondo cómicas, pasan por momentos críticos que vulneran unas condiciones
mínimas de existencia sin que se traspasen los límites de la dignidad humana.
Esa visión paródica de la realidad a partir de las vivencias de su personaje icono, no
está presente en un único film. Podemos evidenciar en prácticamente toda su obra, que
Chaplin hace uso de la parodia para evidentemente reflejar problemáticas sociales que
afectan determinados contextos, siendo el Gran Dictador o Tiempos Modernos las grandes
muestras de la “parodización” de la precariedad en las condiciones de existencia de una
población.
Efectivamente, Chaplin logra mezclar las fuentes de la risa con un fin de denuncia
que permite al espectador generar un vínculo con el personaje y de cierta manera que este
pueda generar choques emocionales en quien especta. Esa excelente mezcla entre drama y
humor, permite no evadir la realidad que se muestra, que haya un disfrute y que no se
pormenorice la censura que se rompe al denunciar problemáticas a partir de herramientas
para entonces poco convencionales. No obstante, cabe aclarar que 30 años después, la
censura que rompía Chaplin retornaría a través del Macartismo en Estados Unidos,
costándole un exilio, acusaciones e investigaciones.
“La vida es una obra de teatro que no permite ensayos. Por eso, canta, ríe, baila, llora y vive
intensamente cada momento de tu vida antes que el telón baje y la obra termine sin
aplausos.” Charles Chaplin