Podríamos decir -siguiendo a la filósofa argentina Mónica Cragnolini- que hay
pensamientos que hacen temblar, que provocan una oscilación en la que descubrimos que ningún suelo es tan apacible y seguro como se nos cuenta. Esta quizá es la mejor descripción con la que podemos signar el trabajo de Maurice Blanchot. Un pensamiento que busca remecer una tradición que asesto sus bases en suelos que parecían ser los más firmes. Desde su extraña diseminación entre filosofía y literatura, Blanchot logra abrir el temblor, nos llama a experimentarlo. Ya que es justamente el concepto de experiencia aquello que con Blanchot ya no puede seguir pensándose de la misma manera. En las siguientes paginas buscaremos dar cuenta de algunos pasajes que nos permiten develar a Blanchot como un pensador del temblor de la experiencia, en su acepción tradicional -en su matriz moderna- que tiene como principales exponentes a Descartes y Bacon. En el encuentro (o choque), en la borradura de la frontera entre literatura y filosofía Blanchot se confronta con las bases del pensamiento moderno, trastocando, transgrediendo las leyes, los parámetros, los límites de aquellas barreras que trazan las fronteras entre aquello que es posible y de lo que no es posible tener una experiencia. Proponemos dos momentos en nuestra presentación: por un lado una breve exposición de los principales fundamentos que sostienen el pensamiento moderno respecto de la experiencia y su relación con el problema del Método, la instauración del límite y la construcción del camino verdadero para el conocimiento. Principalmente en las obras de Descartes y Bacon en las cuales la experiencia juega un papel fundamental. Para en un segundo momento -desde una selección de fragmentos de La conversación infinita y de La literatura y el derecho a la muerte- poder dar cuenta del enfrentamiento directo que Blanchot tiene con la tradición filosófica y especialmente con las ataduras a las cuales la experiencia es sometida. En este contexto pensar la experiencia en Blanchot es pensar el temblor de los limites y fundamentos -que en la época moderna- la sostienen.