Está en la página 1de 5

CLACSO

Chapter Title: BRASIL: EL GOLPE DE ESTADO


Chapter Author(s): Michael Löwy

Book Title: Golpe en Brasil


Book Subtitle: genealogía de una farsa
Book Editor(s): Pablo Gentili
Published by: CLACSO. (2016)
Stable URL: https://www.jstor.org/stable/j.ctvtxw3jk.13

JSTOR is a not-for-profit service that helps scholars, researchers, and students discover, use, and build upon a wide
range of content in a trusted digital archive. We use information technology and tools to increase productivity and
facilitate new forms of scholarship. For more information about JSTOR, please contact support@jstor.org.

Your use of the JSTOR archive indicates your acceptance of the Terms & Conditions of Use, available at
https://about.jstor.org/terms

This book is licensed under a Creative Commons Attribution-NonCommercial-


NoDerivatives 4.0 International License (CC BY-NC-ND 4.0). To view a copy of this license,
visit https://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/.

CLACSO is collaborating with JSTOR to digitize, preserve and extend access to Golpe en Brasil

This content downloaded from 45.160.184.180 on Thu, 20 Feb 2020 02:09:32 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
BRASIL: EL GOLPE DE ESTADO*

Michael Löwy**

Llamemos las cosas por su nombre. Lo que acaba de suceder en Brasil,


con la destitución de la presidenta elegida en las urnas, Dilma Roussef,
es un golpe de Estado. Un golpe de Estado pseudo-legal, “constitucio-
nal”, “institucional’, parlamentario, todo lo que quieran, pero ni más ni
menos que un golpe de Estado.
Llamemos las cosas por su nombre. Lo que acaba de suceder en
Brasil, con la destitución de la presidenta elegida en las urnas, Dilma
Roussef, es un golpe de Estado. Un golpe de Estado pseudo-legal, “cons-
titucional”, “institucional’, parlamentario, todo lo que quieran, pero ni
más ni menos que un golpe de Estado. Parlamentarios, diputados y
senadores –masivamente comprometidos en casos de corrupción (alre-
dedor de un 60%) –, han instaurado un proceso de destitución contra
la presidenta, bajo el pretexto de irregularidades contables, de “deslices
fiscales” para ocultar las lagunas de las cuentas públicas ¡una práctica
cotidiana en todos los gobiernos brasileños anteriores! Es cierto que
varios funcionarios del Partido de los Trabajadores están implicados
en el escándalo de corrupción de Petrobras, la Compañía Nacional de
Petróleo, pero no Dilma, De hecho, los diputados de derechas que han

* Este texto fue publicado en el sitio Mediapart el 13 de junio de 2016. Disponible en https://
blogs.mediapart.fr/michael-lowy/blog/170516/brasil-el-golpe-de-estado
Traducción: Irene Casado Sánchez
** Director de investigaciones emérito del CNRS, Francia.

95
This content downloaded from 45.160.184.180 on Thu, 20 Feb 2020 02:09:32 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
GOLPE EN BRASIL. GENEALOGÍA DE UNA FARSA

liderado la campaña contra la Presidenta se encuentran entre los más


salpicados por este escándalo, empezando por el presidente del Parla-
mento, Eduardo Cunha (suspendido recientemente), acusado de corrup-
ción, blanqueo de capitales, evasión fiscal en Panamá, etcétera
La puesta en práctica de un golpe de Estado legal parecer ser la
nueva estrategia de los oligarcas latinoamericanos. Puesta en marcha
en Honduras y en Paraguay – países que la prensa califica como “Re-
públicas Bananeras” – esta maniobra ha demostrado ser de lo más
eficaz para eliminar del panorama a los presidentes (muy moderados)
de izquierdas. Ahora, acaba de ser aplicada en otro país del continente.
Podemos reprochar muchas cosas a Dilma: no ha respetado sus
promesas electorales y ha realizado numerosas concesiones a los ban-
queros, industriales y latifundistas. Desde hace un año, la izquierda
política y social no ha dejado de reclamar un cambio en las políticas
económicas y sociales. Pero la divina oligarquía de derechas brasileña
–la élite capitalista, financiera, industrial y agrícola– no se conforma
con pequeñas concesiones: quiere todo el poder completo. No quiere
negociar, sino gobernar directamente a través de sus hombres de con-
fianza, y abolir los pocos avances sociales que se han logrado en los
últimos años.
Citando a Hegel, Marx escribía, en el 18 Brumario de Luis Bona-
parte, que los eventos históricos se repiten dos veces: la primera como
tragedia, la segunda como una farsa. Este principio se puede aplicar
a la perfección a Brasil. El golpe de Estado militar del mes de abril de
1964, fue una estrategia que sumió a Brasil en veinte años de dicta-
dura militar, a costa de cientos de miles de muertos y torturados. El
golpe de Estado parlamentario de este mes de mayo de 2016 es una
farsa, un affaire trágico-cómico, donde una camarilla de diputados
reaccionarios y notoriamente corruptos derrocan a un presidente ele-
gido democráticamente por 54 millones de brasileños, amparándose en
“irregularidades contables”. El componente principal de esta alianza de
partidos de derechas es el bloque parlamentario (apartidista) conocido
como “las tres B”: “Balle (Bola)” – diputados vinculados con la policía
militar, los escuadrones de la muerte y otras milicias privadas– ; “Boeuf
(Res)” –los grandes propietarios de ganado– ; y “Bible (Biblia)” –fun-
damentalistas neopentecosteses, homófonos y misóginos– . Entre los
más entusiastas de la destitución de Dilma aparece el diputado Jairo
Bolsonaro, que dedicó su voto a los oficiales de la dictadura militar,
especialmente al Coronel Unstra, notorio torturador. Entre las víctimas
de Ustra, se encontraba Dilma Roussef, en aquella época (principios
de los años 1970) militante de un grupo de resistencia armado; pero
también mi amigo Luis Eduardo Merlino, periodista y revolucionario,
asesinado y torturado en 1971, cuando tenía 21 años.

96
This content downloaded from 45.160.184.180 on Thu, 20 Feb 2020 02:09:32 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
Michael Löwy

El nuevo Presidente Michel Temer, introducido por sus acólitos,


está implicado en varias investigaciones, pero aún no ha sido acusado
formalmente. Según un reciente sondeo, en el que se preguntaba a los
brasileños si votarían por Temer como Presidente de la República, solo
un 2% respondía favorablemente… En 1964, conseguimos conquistar
el derecho a manifestarnos de forma masiva: “Con Dios y la Familia
por la Libertad”, lo que preparó el terreno para golpear al presidente
Joâo Goulart; una vez más, la historia se repite, esta vez bajo multitu-
des patrióticas –al rojo vivo gracias a la prensa que mantiene el timón
– que se han movilizado para exigir la destitución de Dilma, llegando
incluso, en algunos casos, a pedir el regreso de los militares. Compues-
tas esencialmente por personas blancas (la mayoría de los brasileños
son negros o mestizos), fruto de las clases medias, estas multitudes han
sido convencidas por los medios de comunicación de que el objetivo de
este affaire no es otro que “combatir la corrupción”.
Lo que la tragedia de 1964 y la farsa de 2016 tienen en común
es el odio contra la democracia. Los dos episodios revelan el profundo
desprecio de las clases dominantes brasileñas hacia la democracia y la
voluntad popular.
¿Este golpe de Estado “legal” pasará sin hacer demasiado ruido
como sucedió en Honduras y Paraguay? No parece tan seguro… Las
clases populares, los movimientos sociales, la juventud rebelde aún no
han dicho la última palabra.

17 de mayo de 2016

97
This content downloaded from 45.160.184.180 on Thu, 20 Feb 2020 02:09:32 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
This content downloaded from 45.160.184.180 on Thu, 20 Feb 2020 02:09:32 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms

También podría gustarte