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Eficiencia
Artículo principal: Rendimiento térmico
La eficiencia o rendimiento térmico de un motor de este tipo depende de
la relación de compresión, proporción entre los volúmenes máximo y mínimo de
la cámara de combustión. Esta proporción suele ser de 8 a 1 hasta 10 a 1 en la
mayoría de los motores Otto modernos. Se pueden utilizar proporciones
mayores, como de 12 a 1, aumentando así la eficiencia del motor, pero este
diseño requiere la utilización de combustibles de alto índice de octanos para
evitar la detonación.
Una relación de compresión baja no requiere combustible con alto número de
octanos para evitar este fenómeno; de la misma manera, una compresión alta
requiere un combustible de alto número de octanos, para evitar los efectos de
la detonación, es decir, que se produzca una auto ignición del combustible
antes de producirse la chispa en la bujía.
El rendimiento medio de un buen motor Otto de 4 tiempos es de un 25 a un
30%, inferior al rendimiento alcanzado con motores diésel, que llegan a
rendimientos del 30 al 45%, debido precisamente a su mayor relación de
compresión.
Casi todos los motores de este tipo se fabrican para el transporte y deben
trabajar variando la entrega de potencia constantemente. Debido a esto el
rendimiento de los mismos cae bruscamente al trabajar con carga parcial
(cuanto menos carga porcentualmente, peor rendimiento), ya que, cuando esto
sucede la cámara de compresión mantiene su volumen dando una compresión
real baja y transformando gran parte de la energía en calor.
Algunos fabricantes han fabricado motores con sistemas de compresión
variable, pero siempre dedicado a variar de aproximadamente 7:1 a 14:1 y en
relación a las RPM.
Para conseguir buenas eficiencias sería necesario variar la compresión desde
1:7 hasta 1:140 en casos de carga del 10% y hacerlo en relación a la cantidad
de aire introducida para evitar detonaciones anticipadas.