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Universidad Central del Ecuador

Facultad de Comunicación Social

Pedagogía de la Comunicación

Nombre: Bryan Freire Fecha: 21/6/2018

Curso: 9no “C”

Tema: Estudiar aprovechando al máximo el poder del cerebro (segunda parte)

La atención en el aula es cíclica, cada quince minutos el cerebro mantiene la concentración


en el tema y luego esta decae. El cerebro presta atención al exterior durante un determinado
tiempo, si durante este momento nada logra interesarlo, el cerebro se dedica a hacer una
intromisión.

La intromisión cerebral es frecuente en el aula. Y se produce cuando el cerebro deja de


prestar atención al exterior y encuentra más interesante los pensamientos internos. El lóbulo
frontal es uno de los responsables de la intromisión. Este madura a los 30 años.

No sólo es conocido por el hecho de ser el lóbulo más grande en el encéfalo humano, sino
también por las importantísimas funciones y capacidades. Los lóbulos frontales del cerebro
destacan especialmente por el hecho de estar muy involucrados en las llamadas funciones
ejecutivas.

Estas funciones son las que asociamos a la cognición y la toma de decisiones: el uso de la
memoria, la planificación, la selección de objetivos, y la resolución de problemas
específicos que tienen que ser abordados focalizando la atención en aspectos concretos.

En líneas generales, puede decirse que el lóbulo frontal de cada hemisferio sirve para
convertir la información sobre el entorno en materia a partir de la cual decidir lo que se
hace y diseñar un plan de acción para intervenir sobre lo que nos rodea.

Por otro lado, tenemos una zona del cerebro dedicada a exclusivamente a comprender el
rostro, a evaluar una cara. Por tanto es importante hacer énfasis en la gestualidad a la hora
de enseñar.
La atención plena es una de las actividades más complejas en el momento de la clase. Esta
no se consigue de manera estática. Se logra haciendo chistes, moviéndose, viendo a la cara,
etc. Moviéndose se mantiene la atención plena. Se cambia de ambiente. El movimiento es
la clave.

“Si alguien quiere aprender… escriba”, es una de las claves en el aprendizaje. Tomar notas
de las clases teóricas. Las notas pasan a ser una memoria a largo plazo. Al estar quieto se
está escuchando, pero no se toma nota, no se cierra el circuito de aprendizaje. Tomar nota
activa mayores áreas cerebrales que escuchar pasivamente.

El repaso es otra clave del aprendizaje. Debemos convencer al cerebro. Un entrenamiento


diario lo estimula en la recepción de nuevos conocimientos. Este entrenamiento debe ser
espaciado y fragmentado. Poco a poco lo que estudiamos debe quedar en la memoria.

Otra clave es cumplir la función A-P-E (Aprendizaje con actividad). No hay aprendizaje sin
actividad. Teatralizar, tomar nota, caminar mientras se estudia, jugar burlándose del
aprendizaje, usar el cuerpo para expresar ideas, son claves para reafirmar el conocimiento.

La gran división: hemisferio izquierdo, hemisferio derecho. El hemisferio izquierdo procesa


la información analítica y secuencialmente, paso a paso, de forma lógica y lineal. El
hemisferio izquierdo analiza, abstrae, cuenta, mide el tiempo, planea procedimientos paso a
paso, verbaliza, Piensa en palabras y en números, es decir contiene la capacidad para las
matemáticas y para leer y escribir.

El hemisferio derecho, por otra parte, parece especializado en la percepción global,


sintetizando la información que le llega. Con él vemos las cosas en el espacio, y cómo se
combinan las partes para formar el todo. Gracias al hemisferio derecho, entendemos las
metáforas, soñamos, creamos nuevas combinaciones de ideas.

El cerebro reconstruye la realidad a través de la memoria abstracta. La capacidad de la


memoria para reconocer imágenes es ilimitada. Todo se puede transformar en un dibujo.
Por otro lado para incentivar la memoria en el estudio es necesario estudiar en grupo, una
de las mejores actividades.

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