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EL LIBRO DE LAS PREGUNTAS VOLUMEN II EDMOND JABES traducciin: José Martin Arancibia Ie lela EDICIONES SIRUELA - Indice Tinw origina: Le Lore des que Jags Susie (rhea) En sobrecubierea:fangraio Dis grin: Sale } TV. YAEL Dedtecatoria Antedecir . El tiempo de antes del relato Mis personajes fuera del libro y en él Las luces del mar .. El miedo det tiemp. Bl largo ditogo de los siglos El espejo de los tres azogues eget tals pp (Ue elas tenga, tradvctn de Sa an Poach Eaicones Alfagrre Madi 96) Eljardin La muerte de Dios El relato 3 La muerte de Yael 1 © Dela aden Joe Maran Arne Diario © scion Sinus, 191 Diarion! ga Moe! Bc, 1 Pb 2828 Madrid. Tl: 95557 20/ 955202 etna. Tefen: 85 201 Printed and made tt Spin Balas fronteras del traslibro Bitralibw Un charco El espejo roto de las palabras Del dia a la sombra del dia Contraprueba EI fibeo que hay en e ibro Prenda del abismo A pleno sol, el gesto La transparencia del tiempo libw Puerta, 1 (El margen Puerta, 11 (El nombre) Puerta, 111 (Una tarde en el parque del palacio de Luxemburgo, Paris) Puerta, 1V (El diseip ulo ‘VL AELY Antes del antelibro 1 tes del antelibro I Bl umnbral ce los resplandores El umbral de a mirada El umbral ce la nada Blantelibro 1 En ninguna part Escribir a intuicén del libro Blantelibro 11 En los pliegucs del antelibro, 1 En los plegucs del antlibr, 1 Donde la palabra responde al nombre de Yael El antelibro 111 Elcuaderne en blanco Los coment rics La primera velada en Ia calle Ben-Ychuda en Jerusa- én Ls segunda velaia en la calle Ben-Yehud Dislogo a propésito de Vael ye Elya La crisis ok tres tempos de ama espera de la muerte Le erranca Primer acercamiento al ibro (La pagina en blanco Segundo acercamiento al bro (El vinculo) Terceracercamient al libro (Respuesta a una carta) Cuarto acercam ento al libro (Acerea de la naturaleza del abstaculo) 297 229, ccetcamiento al libro (Y.H.W.H. 0 el nombre Sextoacercamiento al ibeo Séptimo acercamiento al libro El bso esta solo en el ib Primer acercamicmto a Aely (La respiracin Segundoaccrcamiento @ Aely (La calle Tercer acercamiento a Aely (El suefo) Cuarto acercamiento a Acly (Fl signo La estrella Carta de Alain VIL EL, O EL ULTIMO LIBRO Esta obra comprende des partes: El tiempo antes del relato —que sla obsesién—y El tiempo del relato que se presenta en forma de dic Tina mujer, Yael, se debate entre wn pasado slencioso,figurado por un nitio que nacié muerto,» el porvenir que ella dese. Ella es la Palabra del libro ta unica que tiene en nombre El hombre al que esté unida, excedido por sus mettras,en ian gesta de desesperaciin, cree haberla climinade. De hecho, es « x propia vida a lo ue pone fin y este asesinato es el sucidio del Creador en el seno de la reac Tras los rastos de Yael el narrador emprende una biisqueda angustiosa de la verdad hasta tomar conciencia —como recuerdo vag del crimen original Asi se interoga el libro, estigo de una edad oscura, revelado por cada centlla del tiempo que él desire 1967 DEDIGATORIA Preguntarse ante otro: gde qué manera aquieta ensi el desco de ser Todo? ‘(Sacrificio, conformismo, wampas, poesia, mo- ral, esnobismo, heroicidad, religién, rebeli6n, vani- dad, dinero? Sin tratar de ver en ello algo mas que una coin- cidencia, no puedo dejar de observar la precis.én con que ese encuentro de simbolos responde a lo que para mi es el sentido profundo del suicidio: legar a ser, al tiempo, uno mismo y el oir, varén y hembra, sujeto y objeto, lo matado y lo que mata —tnica ‘posibilidad de comuni6n con uno mismo. Michel Leiris Liige d homme Bi presiente con claridad que, en esa ignoran: cia, la idea de morir ha sido arrastrada, y cuando, mediante cierto deslizamiento de las palabras, ella le da a entender, combatiendo doloridamente con lo que desconoce, que es como si se hallase privada de f- nalidad y que, si tuviese que morir, slo podria hacerlo por la muerte de él, le parece que ese pensa- miento pertenece al juego de la ignorancia entablado entre la palabra y la presencia El habla de la cuestién, la palabra no traiciona Maurice Blanchot L’Attente VOubli Viva por mi voz y muerta de mi f¢ ati, Yael, a ti este libro de una ver, donde yacen nuestros suefios. Habra, al final de los tiempos, el inmenso libro abierto del espacio, donde el recuerdo de los mundos y de los hombres grabard, como en la piedra, su canto de dolor, de ternura y de amor Algiin dia, Yael, sabremos qué parte de nuestra muerte habremos sacrificado a la sed. Nos hallébamas en el vumbral del saber, en el ocaso de las fuentes alameda five, en su luz, nuestra légica. Aquel suefio que fue una espantosa asfixia del alma, luego una clevada idea de la muerte y después uun vulgar cuaderno en el que los dias topaban con la noche. ANTEDEGIR Digo: Soy la muerte y, al momento, yo existo antes que Dios, aRechazar 1a imagen de Dios no es rechazar la ‘CreaciGn? ePues donde estaria la verdad si no es en el espacio anfiente que media entre la lewa y Ia letra? Ellibro, pues, se lee primero fuera de sus limites, (Dios es la muerte medida inmensurable de Dios Aguel que por si mismo fue destruido, ede qué se acordaré sino de notorias destrucciones? Grito, deseo de libro previo al libro. Al, muerte, conti- 0, todo se ha dicho Nudo de vida —Por qué he pensado naturalmente en nudo de viboras? Una ruptura, entrcero de sol y de océano, hha fulminado con sus fuegos lguides al univers No muere el vocablo a causa del veneno florida de la pluma, igual que de la punta de la piedra o del cuchillo? Una vez rematado, en su forma consentida, lo leen, le Asi se nos presenta el origen, a través del Mal y del Bion que son la expresién de nuestras leyes effmeras ribeen el instante inmemorable Aquel que, mediante engaiios u otro artificio, te robé el mun- dono merece mas que odio violento. Que contra el Enemigo del alma el combate sea decisive. Y si sales victorioso, seguro que por soledad 0 cansancio, sentirds, més tarde, cierta indulgencia por tu victima y, luego, aacaso, alguna ternura. Pero cuidate del amor insensato que te puede llevar a desear apasionadamente a Dios. Aquel que aspira a daclo todo nos priva de futuro. Oftec Edmond Jabs dilatarse, es forjar nuestros dias venideros con lo mejor de nos- otros recogido para los demas. Dios es la traba a la fraternidad universal, la prohibicién al hombre de imaginar la bondad: pero para aquellos prendados de amor a los que obsesiona la eternidad, ira Dios para adorarLe o destruirLo es tocar el fondo del desamparo humano; pues nuestra desesperacién radica en el ‘acto que nos lleva a reivindicar la muerte de Dios para amarLe mis que a nosotros mismos, contra nosotros mismos ‘Un gran amor lleva luto por el amor. Ah, Yael, cuanto te habré, en mi miseria, amado. (La palabra es la prueba, y la llamada el pact. Una aurora y luego el cumplimiento del dia. La eerni ded se conserva.) a No quedndoLe nada por inventar, Dios Se extinguié en Si mismo, Serfa interesante saber cual fue su dtima invencién —la que Le resulté fatal—. Hay quien dice que el hombre. (Urocencia del Mal, el pecado original, mis que pecado de Ciencia, ¢seria la parte de responsabilidad en fa muerte de Dios que, por haber nacido los itimos, asumimes plenamente nosotros?) (Experando eliminar el mal que nos mina, che mantenido bajo el agua demasiado tiempo tu cabeza de wii, muelle arora, esponja Orilla de la ausencia donde arribé el cuerpo, la luz desprendida de la palabra intercambiada, para vosotros se esparce, muertos vivientes, secretam Te entreabres en tu yema. En tu carne, allano la nada.) Un cfreulo y, @ ese cfreulo, otro y, en ese nuevo circulo, un circulo nuevo y asi de continuo hasta el ditimo circulo convertido en un punto avasallador, y luego un imperceptible punto; pero increiblemente presente; pero majestuosamente ausente. Una mujer y una palabra, una mujer que da vueltas sin sentido, en torno a una palabra que no halla su objeto; entamente al principio, deprisa después; incresblemente deprisa hasta no ser ya, en el espacio en el que fueron alzadas mas que un cfrculo, tras un citculo mas pequefi, cada vex més pequeiio, grotescamente, ahora, pequeiio Un hueco, una mirada vacia;

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