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El 

código abierto pasa por un momento dulce. Muchas son las grandes empresas que
lo han abrazado, y cada vez son más y mejores los proyectos que se deciden liberar bajo
licencias abiertas. De hecho, esta filosofía están incluso inspirando a otros sectores,
donde también están apostando por esta forma de trabajar colaborando.

Incluso se ha demostrado que se puede hacer dinero con ésta filosofía, como han
demostrado compañías como Canonical, SuSE o Red Hat, entre otras. Pese a todo esto,
no está libre de amenazas y riesgos que hay que tener muy presentes y retos a los que
la comunidad se debe enfrentar.

Entre algunos de los riesgos del código abierto que podrían amenazar su progreso


están:

Incompatibilidad de licencias. Ya hemos visto varios casos es este tipo. Además,


las licencias restrictivas están haciendo que algunas empresas que desean crear un
derivado de código cerrado se alejen de ellas hacia las licencias permisivas. Pero
claro, si todos van hacia este tipo de licencias, se podría ver cómo muchos se
aprovechan de estos proyectos y finalmente lo que se tenga es un producto
cerrado…
Seguridad y calidad. A pesar de que existen muchos proyectos que han
demostrado su calidad y seguridad, como el propio caso de Linux, aún existen
muchas compañías y usuarios que ven a los proyectos de código abierto como algo
de mala calidad y baja seguridad. Algo gratuito que no les ofrece las garantías que
necesitan. Es cuestión de hacer ver a todos los que opinan así que están
equivocados.
Fragmentación: es cierto que la diversidad enriquece, y que muchos proyectos y
comunidades han permanecido cohesionados. Pero contar con el máximo apoyo es
fundamental para que un proyecto siga adelante. Hay que evitar por todos los
medios que un proyecto se divida en diferentes forks o bifurcaciones simplemente
por la disputa de sus miembros o por un desacuerdo. Esto termina con dos
proyectos más débiles por lo general, incompatibilidades y, por otro lado,
confunden al usuario final.
Patentes y grandes corporaciones. Aunque algunos digan que «aman» al código
abierto o que colaboren, siguen siendo empresas que velan simplemente por su
propio beneficio. Y, al igual que ahora lo ve con buenos ojos, si resulta una amenaza
no estarán de su lado. Como se dice «ten cerca a tus amigos, pero más cerca a tus
enemigos«.
Problemas con la propiedad intelectual. El hecho de que sea código abierto y
accesible a todos, además de la existencia de unos 200 tipos de licencias (y en
aumento), puede hacer más complicado gestionar el tema de la IP.
Supervisión insuficiente. En algunos proyectos de código abierto, no en todos,
algunos equipos suelen tener procesos de supervisión algo insuficientes o
ineficientes, falta de comunicación, documentación escasa, etc. Es posible que varios
equipos estén usando versiones diferentes de un mismo componente y que se
generen conflictos.

Dicho esto, no son problemas que sean insalvables y no son problemas que afecten a
todos y cada uno de los proyectos de código abierto. Muchos lo están haciendo
francamente bien.

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