Está en la página 1de 4

Azur Lane; A Silent Sea

Sin importar cuanto tiempo pase, el ser humano siempre será arrastrado al conflicto.

Un puerto en llamas, decenas de heridos, portaviones, cruceros, destructores, naves de


combate, todos en la fila para las reparaciones que no solo serían lentas, sino que pondrían
dicho puerto en un peligro mayor de asalto.

Kaga y Akagi, de la primera división de Portaviones del Imperio Sakura asaltaron a horas del
mediodía, sin previo aviso la base principal de operaciones conjunta; Azur Lane, como parte de
una declaración de guerra que, cabe mencionar, no sorprendió tanto a los altos mandos de las
facciones que aún formaban parte de la alianza, la Union de las Aguilas y la Armada Real,
durante el último año se suscitaron diversos conflictos y acaloradas discusiones entre sus
líderes, dando como lugar la deserción del Imperio Sakura y Sangre de Hierro para formar su
propia facción; Red Axis.

Azur Lane, con la mitad de sus fuerzas no tuvo de otra que enfrentarse a sus enemigos
naturales, las Sirenas, con los miembros que quedaban, no eran débiles aun sin tener de su
lado al Imperio Sakura y a Sangre de Hierro, pero las Sirenas, quizás copiando a los humanos,
empezaron a evolucionar, adaptándose a un ritmo desenfrenado a las nuevas estrategias del
Azur Lane mientras que las superaban, causando destrucción y reclamando cientos de puntos
estratégicos alrededor de los 7 mares.

Sin embargo, este sería solo uno de sus tantos problemas, pues la recién formada Red Axis
empezaría a enfrascarse en combates periódicos contra el Azur Lane, ya fuese por reclamar
puertos de descanso o para cumplir su objetivo, subyugar a todos aquellos que intentasen
resistirse a ellos y tomar el control del mar.

Los tiempos pacíficos eran pocos, no pasaban más de dos días sin un conflicto entre el Azur
Lane, el Red Axis y las Sirenas.

Un archivo de combate reciente demuestra que el Red Axis está implementando en sus fuerzas
armamento de las Sirenas y, por si esto no fuese de por si suficiente, las sirenas habían creado
un nuevo tipo de armamento, apodado el proyecto Orochi, era una bestia de proporciones
gigantescas, cubierta de metal, titanio y con energía aparentemente infinita, compuesta por 8
cabezas de serpiente que emergían de lo más profundo del mar, la batalla contra la bestia duró
un mes, cada ataque, cada disparo, cada bombardeo tenía que contar, la criatura, inclusive, se
reporta, no distinguía entre aliados y enemigos, pues llegó a devorar Sirenas para poder
restaurar partes de su armadura.

La bestia cayó al 31avo día, después de que, inclusive, durante una de sus retiradas se
encontrase con el Red Axis, el cual al no poder razonar ni utilizar semejante criatura, la
consideraron más una amenaza que algo a lo que pudiesen sacarle provecho.

La bestia se hundió en las profundidades del mar, sin embargo, estaba lejos de estar muerta.

El tiempo pasó, Orochi pasó de ser una amenaza a más un cuento para levantar los ánimos, las
Sirenas, por el momento, no habrían sido capaces de replicar o reconstruir a la bestia de metal,
de hecho, la actividad Sirena había disminuido un 60% desde el ataque de Orochi, algo sucedía,
el que, eso estaba por saberse.

Un día, llegaría un mensaje de auxilio a unos 13mil kilómetros al sureste, la señal era débil y,
por si fuese poco, estaba entre-cortada, posiblemente por culpa de una tormenta.

El Azur Lane se desplegaría al rescate, las encargadas de acatar a la llamada serían el


Destructor Laffey, Javelin, junto a Essex y Nelson, al llegar al lugar, la escena no era muy
diferente a lo de siempre, decenas de naves Sirenas en ruinas, hundiéndose y todavía
ardiendo.

La llamada provendría de mas adentro entre los restos, proveniente de un crucero ligero con
un emblema distinguible a lo lejos, el Imperio del Dragón, la tierra de los dioses, asediada por
la tragedia y la pobreza, disponía de una flota resumida en un puñado de chicas en condiciones
de pelear, algunas en reparación, algunas retiradas, esta, por su estado levemente
deteriorado, daba a entender que era una nave recién reparada.

Essex y Nelson abordan la nave, Laffey y Javelin van detrás, haciendo uso de sus sonares para
detectar cualquier actividad enemiga en las cercanías, pero nada, aparte de ellas, solo otras 2
señales y una señal blanca, un objetivo desconocido ahí mismo en la nave que abordaron.

En la nave habían 2 chicas, por sus ropajes y sus similares apariencias era obvia su relación,
ambas estaban enfrente de la puerta de la sala de mando de dicha nave.
“¡¿Quién anda ahí?!” exclamo la de aspecto más maduro, de ropajes morados mientras
apuntaba con su arma al darse la vuelta, la chica a su lado estaba desarmada, quizás el crucero
que montaban era suyo.

“Cuartel de Alianza Marítima conjunta, Azur Lane, vinimos al recibir su llamada de auxilio” dijo
Essex mientras sacaba de su bolsillo una placa con el emblema de la alianza.

“Unión…” susurro la chica de rojo

“¿Qué sucedió?” preguntó Javelin mientras se unía a la conversación.

“¿Están bien?” pregunto Laffey, visiblemente preocupada.

“Sus nombres” preguntó Nelson en un tono serio.

“Ping Hai” dijo la chica de rojo.

“Ning Hai” dijo la chica de morado.

Essex se dio la vuelta al escuchar sus nombres “Ustedes eran los refuerzos que pedimos… se
supone la ruta era segura, a menor cantidad de escuadrón, menores son la posibilidades de ser
emboscados”

“Encima el clima… esta ruta se suponía estaría libres de tormentas…” dijo Nelson mientras se
llevaba una mano al mentón.

“La tormenta nos llegó de sorpresa, junto a todas estos prototipos Sirena” dijo Ning Hai.

“¿Ustedes acabaron con todas ellas?” preguntó Javelin, sorprendida.

“No… cayeron así” dijo Ping Hai.

“¿Se deshacen de su chatarra?” dijo Laffey, bromeando un poco.

“No creo que fuese eso… parecía perseguían algo… o alguien” dijo Ping Hai mientras se
acercaba a la cabina de mando.

“¿De qué hablas?” dijo Nelson.

“Miren por si mismas…” dijo Ning Hai.

La puerta de la cabina se abre, dentro, una persona de piel pálida, casi blanca, su cabello
negro, vistiendo ropajes de color blanco, gris, amarillo y negro, recostado en una esquina, con
un abrigo de color morado, probablemente propiedad de Ning Hai.

La sorpresa sería, sin embargo, la persona que llevaba los ropajes, un joven adulto.
“¿De donde lo sacaron?” dijo Nelson.

“Cayo junto a las naves Sirena, estaba cubierto de heridas… parece huia de ellas…” dice Ning
Hai.

“Pero… ¿no es una Sirena igual? Quizas sea un modelo defectuoso”

También podría gustarte