Los políticos y los líderes sociales se han desviado del rumbo
porque han ignorado la sabiduría divina y la guía de Dios para seguir sus propias filosofías. Por consecuencia nuestra sociedad parece dar un paso en falso tras otro. Ya no saben en qué creen realmente ni a quien deben seguir.
A diferencia del entorno que nos rodea, nosotros no estamos a la
deriva, contamos con la guía de Dios para mostrarnos el mejor camino. El Salmista lo dijo de esta manera: "¡Cuánto amo yo tu ley! Lo medito todo el día. . .. Tengo más entendimiento que los ancianos, porque obedezco tus mandamientos. He guardado mis pies de todo mal camino para obedecer tu palabra. No me he apartado de tus leyes, porque tú mismo me has enseñado. ¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras, más dulces que la miel a mi boca! De tus preceptos obtengo entendimiento; por tanto, detesto todo camino equivocado. Lámpara es a mis pies tu palabra, lumbrera a mi camino. (Salmo 119: 97, 100 - 105)
Como verá, Dios siempre quiere mostrarnos cómo vivir vidas
abundantes. Está en su corazón abrirnos el camino a lo largo de la vida, alejarnos de la tentación y protegernos en las tormentas. ¡Quiere orientarnos en nuestras decisiones! Sería absurdo vivir como lo hace el mundo, persiguiendo cada nueva tendencia filosófica. En cambio, debemos vivir con confianza sabiendo que el único que debemos seguir es a nuestro Dios. ¡Siempre habrá beneficios de la obediencia!