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Universidad Autónoma del Estado de

México.

Facultad de Derecho.

“Consentimiento electrónico”

Maestro: Gilberto Pichardo

Alumna: Stephanie Paola Contreras Reyes


Jesús Guadarrama
Ricardo garduño Alonso
Julio cesar Peña Villanueva
Consentimiento electrónico

En todo contrato debe haber consentimiento, objeto y solemnidad (la cuestión de


la forma de los contratos en nuestro ordenamiento es libre a excepción de cierto
número de ellos.)

La oferta y la aceptación corresponde a las reglas generales, y especialmente al


principio de que por regla general los contratos se perfeccionan por mero
consentimiento y desde entonces tiene fuerza obligatoria.

El principio espiritual del consentimiento como elemento formador, parte de la


hipótesis contractual mas simple, esto es, que las partes se encuentran presentes,
lo que conlleva como lógica que el consentimiento se ha de formar en el mismo
instante en que se ha producido la aceptación así como en el lugar en que esta se
ha efectuado, circunstancias que además en tal caso, concidiran con el lugar de la
emisión de la oferta.

Estos aspectos han cobrado un nuevo interés, pues se han contrastado con las
nuevas tecnologías de la información pues estos tienen la capacidad de alterar
algunos de los elementos usados tradicionalmente para el análisis del proceso de
formación del contrato.

Podemos iniciar esto, con el articulo 1803 del Codigo Civil Federal que dice a la
letra “EL CONSENTIMIENTO PUEDE SER EXPRESO O TACITO, PARA ELLO
SE ESTARA A LO SIGUIENTE:

I.- SERA EXPRESO CUANDO LA VOLUNTAD SE MANIFIESTA VERBALMENTE,


POR ESCRITO, POR MEDIOS ELECTRONICOS, OPTICOS O POR CUALQUIER
OTRA TECNOLOGIA, O POR SIGNOS INEQUIVOCOS, Y

II.- EL TACITO RESULTARA DE HECHOS O DE ACTOS QUE LO


PRESUPONGAN O QUE AUTORICEN A PRESUMIRLO, EXCEPTO EN LOS
CASOS EN QUE POR LEY O POR CONVENIO LA VOLUNTAD DEBA
MANIFESTARSE EXPRESAMENTE”

De esta manera se aprecia que se considera al consentimiento electrónico como


un consentimiento expreso, pues se manifiesta la voluntad. Pero en verdad,
nuestra legislación actual, no regula cómo, cuándo y donde surge el
consentimiento electrónico.

Con todo esto, se puede uno preguntar ¿cuándo coinciden las voluntades en el
contrato electrónico? Y ¿podemos considerar al acto jurídico como una
celebración de un acto jurídico entre ausentes? Pues el acuerdo de voluntades se
debe dar de manera clara, y sin que quede lugar a duda, pero ello es difícil en el
consentimiento electrónico pues este no se perfecciona de manera inmediata.

Se perfecciona un contrato mediante el consentimiento el cual da por la voluntad y


la intención, es algo interno, pero se expresa mediante la firma, la voz, gestos, etc.

Sin embargo perfeccionar el acto jurídico, no es fácil de perfeccionarlo en medios


electrónicos. Por ello, se pueden encontrar riesgos en la transmisión de las
declaraciones de la voluntad, teniendo dos en cuenta: la perdida o ausencia de
transmisión (una oferta que no llegare al poder del destinatario es considerada
como inexistente, igual cosa ocurre con la aceptación, asi los riesgos son a cargo
del emisor) y el retraso o demora en la transmisión (si fuera no imputable a la
parte el contrato no se considera formado, si fuere por culpa de una parte suya
será la responsabilidad de los daños.)

Para entender lo anterior se debe recordar las dos partes del consentimiento: la
oferta y la aceptación. Asi hay una oferta clara y precisa que llega a diferentes
personas y una de ellas manifiesta su aceptación, pero esta no es siempre clara, o
quizá no llega de manera oportuna o precisa al oferente, o puede que de manera
simultanea se reciban diferentes aceptaciones. Pero esto se complica cuando el
consentimiento se perfecciona entre ausentes y mas cuando se encuentra en
lugares diferentes.

Asi en la contratación electrónica, se debe considerar que una cosa es el


procedimiento para llegar a un acuerdo de voluntades y otra el contrato.

De acuerdo a nuestra legislación vigente, la oferta realizada entre presentes sin


fijación de plazo deja de ser aceptable si no se acepta de modo inmediato, esto se
aplica de la misma manera a las ofertas hechas a través de cualquier otro medio
electrónico, siempre que permita la oferta y aceptación de manera inmediata,
como cuando hay una videoconferencia, pero esta misma regla no se podría
aplicar a un correo electrónico.

Cuando la oferta se hace entre presentes con fijación de plazo, el oferente queda
vinculado a ella hasta que se expire el plazo; pero en la oferta hecha entre
ausentes sin fijación de plazo, el oferente queda vinculado a ella durante tres días,
además del tiempo necesario para la ida y vuelta del correo publico o el que
juzgue suficiente si no hay correo publico por la dificultad o facilidad de las
comunicaciones de acuerdo al articulo 1806 del Codigo Civil Federal.

Por otro lado, se debe enfatizar en la aceptación: si es entre ausentes o entre


presentes, asi mismo si hay fijado un plazo o no.
Asi la aceptación entre presentes sin plazo fijado, se debe hacer inmediatamente
aunque sea realizada a travez de alguna tecnología., y si no se hace de manera
inmediata la aceptación el autor de la oferta queda desligado de la ella.

En la aceptación de la oferta realizada entre ausentes sin fijación de plazo, se


debe dar antes de que el autor retire la oferta y el aceptante conozca dicha
revocación.

Pero podemos entender que una manifestación de la voluntad en hechos


electrónicos es diferente a una simple, pues no constituye una naturaleza material
(firma en papel o acústicamente) pues es en un medio virtual lo que puede
provocar diferentes problemas.

Por ello, se puede decir en primer lugar que las partes en un contrato de esta
naturaleza pueden fácilmente actuar bajo un nombre falso, provocando un
problema de autenticidad en la identidad del autor.

Cabe mencionar también, que en el articulo 1805 de nuestro Codigo Federal se


consideran contratos entre presentes aquellos realizados que permita la
manifestación de la oferta y aceptación de esta en forma inmediata. Estos medios
son aquellos que permiten una manifestación en tiempo real, como el chat, la
videoconferencia, conexiones electrónicas por internet, etc.

De la misma manera, interpretado al revés, esta norma nos dice que se entiende
como un contrato entre ausentes aquellos medios que no permiten una
manifestación en tiempo real, como en el correo electrónico.

Con todo ello, nace el consentimiento electrónico cuando el aceptante virtual esta
de acuerdo con el oferente virtual y da a conocer su respuesta de aceptación; pero
no desde que la entrega se realiza.

Finalmente el consentimiento electrónico se da, cuando una oferta se hace por la


web, se llena un formulario y se hace click en acepto y termina con un correo
electrónico automatico enviado al oferente como acuse de recibo.

Una solución para el problema de autenticidad del autor del consentimiento: la


firma electrónica.

Es el conjunto de datos, en forma electrónica, anexos a otros datos electrónicos o


asociados funcionalmente con ellos, utilizados como medio para identificar
formalmente al autor o a los autores del documento que la recoge. La debilidad en
cuanto al emisor y al receptor radica en la posible suplantación de la identidad de
alguno de ellos por parte de elementos ajenos al sistema.
Así podemos retomar el decreto de reformas al código de comercio en materia de
firma electrónica, que en el 2002 fue aprobado en la Cámara de Diputados y fue
aprobado por el Senado de la República en el 2003.

Adopta básicamente la ley modelo sobre firmas electrónicas de la Comisión de las


Naciones Unidas para el Derecho Mercantil Internacional (CNUDMI) introduce en
la legislación mexicana el concepto de firma electrónica fiable o avanzada y
complementa la parte relativa a Mensaje de Datos detallando conceptos como
Intermediario, Acuse de Recibo, Copia, Error, etc.

Establece el uso voluntario y la posibilidad de convenir cualquier método de firma


que determinen las partes, obviamente bajo la responsabilidad de uso del
Firmante. Incorpora la figura del Prestador de Servicios de Certificación, quien
como tercero confiable estará investido de la facultad de validar, por su probidad y
su tecnología (no fé pública), el proceso de emisión, identificación y atribución de
firmas electrónicas. Pueden ser: Notarios o Corredores Público, Empresas
Privadas o Instituciones Públicas.

Reconoce como Autoridad Registradora Central a la Secretaría de Economía


(además de Banco de México y la Secretaría de la Función Pública) y no descuida
el reconocimiento y validez de los certificados extranjeros

¿Cuáles son las maneras de aceptar una oferta electrónica?

Es regularmente mediante un click, el cual se puede dividir de la siguiente manera:

- Shrink-wrap o click-wrap. Se trata del tipo de contratos, condiciones


generales o licencias de uso que aparecen habitualmente dentro de las
cajas de los programas de ordenador, de ahí su denominación. En los
acuerdos shrink-wrap, el consentimiento sobre dichos acuerdos es a partir
en que el usuario adquiere el producto y paga el precio.

- Browse-wrap. El comprador no se ve obligado a aceptar ni incluso a


conocer los términos del contrato para realizar la operación, sino que
únicamente se facilita un enlace a otra página del sitio web en el que
constan éstos

La formación del consentimiento en materia de contratación electrónica, pareciera


quedar regulada por las reglas generales que dispone nuestro ordenamiento
jurídico, pero se deben efectuar ciertas consideraciones que estimamos de
interés.  .
Aspectos generales  

HANCE  señala que "Un contrato celebrado por Internet es, ante todo, un
contrato", al referirse a las reglas generales que regulan la celebración de
contratos en Internet.  

No cabe duda que ese tipo de contratos es una especie de contrato electrónico, ya
que se pueden celebrar otro tipo de contratos electrónicos a través de otros
medios como EDI (red cerrada en oposición a Internet que constituye una red
abierta).  

Bajo la legislación Francesa, un contrato nace cuando una parte realiza una oferta
y la otra parte la acepta.  

En el derecho Norteamericano y el Inglés nace a la vida jurídica un determinado


contrato cuando las partes contratantes muestran una voluntad de quedar sujetos
por ciertos términos. En estos casos también se produce un acuerdo de una 
oferta y aceptación, en forma explícita o implícita.   

Además de la oferta y la aceptación estos derechos exigen que la aceptación que


se hace a una obligación se acompañe de una consideración valiosa, la que
consiste en  unos pagos que hace un contratante al otro y que constituye un medio
de compensación. Esta consideración valiosa se realiza a la hora de concluir el
contrato.  

Para el derecho español el contrato también nace con la aceptación que se hace a
una oferta. BARRIUSO RUÍZ señala que  "la oferta instrumentada
electrónicamente aunque sea "ad incertam personam", es válida y el contrato se
perfecciona con la sola aceptación".  

La ley Uniforme de venta internacional de bienes muebles corporales aprobada


por la convención de la Haya, el Código de Comercio de  E.E.U.U. y el Convenio
de la Organización de Naciones Unidas de Viena o Convención de las naciones
unidas sobre los contratos de compraventa internacional de mercaderías regulan y
establecen normas sobre la formación de contratos y la oferta y la aceptación.  

En nuestra legislación Nacional nuestro Código Civil no contiene normas que


regulen esta materia de formación del consentimiento. Es por ello que con la
dictación del Código de Comercio (Artículos 96 y siguientes) se vino a solucionar
un vacío que tenía la legislación civil cosa que así se establece en el propio
mensaje del Código señalado.   

Hoy en día se entiende que estas normas del Código de Comercio son de
aplicación general y se han dado muchos argumentos tanto en doctrina como en  
jurisprudencia para darle este carácter a estas normas. A pesar de lo anterior,
existe alguna jurisprudencia que señala que estas normas  solo se aplican a las
obligaciones entre comerciantes que se refieran a operaciones mercantiles o
personas no comerciantes para asegurar operaciones de carácter mercantil, lo
que significa que estas normas solo regularían materias comerciales. No obstante
esta excepcional sentencia  se estima que las normas del Código de Comercio
son de aplicación general y por lo tanto se aplican tanto a materias comerciales,
como a las civiles.    

Podemos dar un concepto de oferta en términos generales como una


manifestación unilateral de voluntad en virtud de la cual se propone la celebración
de un contrato a una o más partes. Por otro lado la aceptación consiste en la
manifestación unilateral de voluntad en virtud de la cual se expresa la
aquiescencia a una oferta.   

A pesar de los conceptos antes señalados los requisitos que se exigen para
conformar una oferta son distintos en algunas legislaciones. Lo mismo se dice con
relación a la aceptación.  

Para los partidarios de la teoría clásica, como es el caso de nuestra


legislación nacional, la oferta debe cumplir con un requisito específico:  

* Debe ser completa.  

El que la oferta sea completa significa que sea hecha en términos tales que solo
baste la aceptación para nazca el consentimiento.   

A su vez la aceptación uno de los requisitos de la aceptación es que ella sea:  

* Pura y simple.  

El que la aceptación sea pura y simple significa que no se puede introducirlo


modificación alguna a la oferta.  

Estas características o requisitos de la oferta y la aceptación en la técnica


contractual clásica  se conoce como Teoría del espejo, ya que si la aceptación
viene pura y simple se produce un reflejo de la oferta. Por el contrario, si ella se
modifica, no existe el reflejo.  

La teoría del espejo ha sido duramente criticada por los tratadistas y ha sido
abandonada en el derecho comparado.   

Sucede que en las negociaciones se introducen algunos cambios de menor


envergadura a las ofertas que se emiten, pero que en ningún caso alteran los
elementos esenciales de ella. Un ejemplo lo constituye el que el lugar de la
recepción de un producto sea otro diferente al ofertado (siempre que no signifique
una alteración sustancial que altere la esencia del contrato).  
Para la teoría del espejo no se habría formado el consentimiento.  

Por ello ha surgido una teoría contemporánea y que ha sido recogida por La ley
Uniforme de venta internacional de bienes muebles corporales aprobada por la
convención de la Haya, el Código de Comercio de  E.E.U.U. y el Convención de
las naciones unidas sobre los contratos de compraventa internacional de
mercaderías. En dicha teoría se involucran las siguientes ideas:  

1. - No se exige que la oferta sea completa, basta que sea suficientemente precisa
y con genuina voluntad negocial  para que sea tal. Ello implica que debe haber
una intención de quedar obligado en caso de aceptación.En este sentido se debe
entender que los mailing no son oferta. Bajo nuestro Código de Comercio un
mailing cumple con todos los requisitos de una oferta (son ofertas determinadas,
pero que se envían a un gran número de personas). Sin embargo, debemos
entenderlos como técnicas de publicidad para promover ciertos productos. 

2. - Un segundo aspecto de la teoría contemporánea se refiere a  que se forma el


consentimiento si existe acuerdo entre las partes con relación a lo esencial aunque
haya diferencias en los elementos accidentales. Para solucionar los pequeños
desacuerdos se dan una serie de reglas.   

Lo anterior significa que debemos adecuar nuestra legislación a esta nueva teoría
y ello con el objeto de favorecer el tráfico de comercio, tanto en el ámbito nacional
como internacional.  

Es importante tener presente las diferencias que se presentan en cuanto a los


requisitos de oferta y aceptación que se exigen a escala nacional e internacional.
Ello porque las transacciones en el ámbito internacional aumentan en forma
sorprendente.   

El comercio electrónico contribuye en gran medida a este desarrollo. Pero los


conflictos que pueden surgir entre contratantes de diversos países también
crecerán atendido la diversidad de legislaciones y diferentes regulaciones en
materias como las tratadas.  

Los países deberán crear tratados y acuerdos que pretendan uniformar sus
regulaciones en estos ámbitos para así evitar la creación de conflictos y facilitar
sus soluciones.  

3.- Aplicación de las normas nacionales a la formación del consentimiento


electrónico.  

Queremos advertir que este tema lo abordaremos con relación a los actos o
contratos celebrados en Chile. Es decir, aquellos contratos en que no existe duda
en que se aplica nuestra legislación nacional, la que denominaremos contratación
nacional.  
1) OFERTA  

Hemos dado un concepto de carácter general para entender a grandes rasgos lo


que se entiende por oferta en algunas legislaciones del extranjero.  

Sin embargo, en nuestro ámbito nacional LEÓN HURTADO ha definido la oferta


como "la manifestación de voluntad  que una persona hace a otra proponiéndole
celebrar una convención determinada que puede quedar perfecta con la simple
aquiescencia de ésta."  

Por otra parte ALESSANDRI-SOMARRIBA-VODANOVIC definen la oferta como


"un acto jurídico por el cual una persona propone a otra la celebración de un
contrato en términos tales, que  para que este quede perfecto, basta con que el
destinatario de la oferta simplemente la acepte". 

En lo que respecta a la oferta electrónica la definiremos como aquella declaración


unilateral de voluntad que una persona realiza a través de medios de
comunicación y/o medios informáticos invitando a otra persona a la celebración de
una convención que quedará perfecta con la sola aquiescencia de esta.  

La oferta puede ser hecha en forma verbal o por escrito. A su vez también existen
la oferta expresa y la oferta tácita.   

En particular, nos interesa la oferta electrónica (en especial la telemática) hecha


en forma escrita por que es la que encontramos por regla general. Sin embargo,
no debemos olvidar que existen ofertas electrónicas que también se pueden
efectuar en forma verbal.  

Debemos aclarar que partiremos del supuesto de que la oferta electrónica


constituye una oferta escrita, ya que constituye un texto alfanumérico o gráfico en
lenguaje de bits, por lo tanto no existe razón válida para no considerarla como una
oferta escrita. En todo caso este es un problema que dice directa relación con el
documento electrónico como documento escrito.  

Lo mismo se aplica a la aceptación electrónica y que se considera, según lo


expresado, como aceptación escrita.  

Considerando a la oferta electrónica como una oferta escrita, analicemos si es


posible aplicarle las normas del Código de Comercio con relación a la formación
del consentimiento.  

Las normas del Código de Comercio fueron construidas de acuerdo a  una


realidad muy distinta a la actual. Los legisladores del siglo pasado difícilmente
pudieron prever el desarrollo de las comunicaciones y la creación de los
ordenadores, pero ello no debe ser obstáculo para no tratar de aplicarle las
normas señaladas. Ello ya que las normas una vez que entran en vigencia
adquieren vida propia y se deben adaptar a realidades sociales diversas a las que
les dieron nacimiento. Es esta la labor que debe asumir el interprete. A pesar de lo
expresado no siempre es posible aplicar las normas a este tipo de situaciones
novedosas y aparecen vacíos legislativos que deben ser salvadas a través de las
sentencias judiciales.  

Podemos clasificar las ofertas electrónicas como: a) Aquellas realizadas vía E-mail
o correo electrónico. b) Aquellas realizadas on line, en redes de comunicaciones
como Internet.   

Las primeras se envían a ordenadores determinados (aunque en la mayoría de las


ocasiones constituyen mailiang y por lo tanto no pueden ser consideradas
ofertas).  

Las segundas son ofertas que se encuentran en forma permanente en las redes y
a las cuales se tiene acceso navegando por diferentes páginas, pero estas no
llegan a nuestros ordenadores, sino que se accede a ellas a través de visitas a
ciertos sitios. Constituyen ofertas a personas indeterminadas. 

A su vez las ofertas electrónicas pueden ser a personas determinadas o a


indeterminadas.   

Las ofertas a personas determinadas son perfectamente válidas. Con relación a


las ofertas a personas indeterminadas, estas como señaláramos pueden ser
expresas o tácitas. Ejemplo de oferta tácita a persona indeterminada lo constituye
la exhibición de mercaderías a precio fijo, la prestación de servicios conforme a
una tarifa, etc..  

La doctrina nacional entiende que la única norma que se refiere a estas ofertas es
el artículo 105 del Código de Comercio que dispone "  Las ofertas indeterminadas
contenidas en circulares, catálogos, notas de precios corrientes, prospectos, o en
cualquiera otra especie de anuncios impresos, no son obligatorias para el que las
hace.   

Dirigidos los anuncios a personas determinadas, llevan siempre la condición


implícita de que al tiempo de la demanda no hayan sido enajenados los efectos
ofrecidos, de que no hayan sufrido alteración en su precio, y de que existan en el
domicilio del oferente."  

Al respecto señala LEÓN HURTADO  que el inciso primero se refiere a


"...propuestas para iniciar conversaciones preliminares: son anuncios de
propaganda que demuestran sólo el ánimo de llegar a contratar una vez que se
estudien las condiciones del contrato y se formule una oferta jurídicamente
válida."   
Respecto del inciso 2º señala que "se desprende que la oferta hecha a un
conjunto de personas determinadas, en forma simultánea o sucesiva (como
cuando se envían prospectos a todos los titulares de casillas de correo en una
ciudad), lleva envueltas tres condiciones; que las mercaderías no se hayan
enajenado; que no hayan variado de precio, y que existan en el domicilio del
oferente." Lo anterior significa en la práctica según esta norma que ambos casos
de ofertas (a persona determinada e indeterminada) son iguales y no obligan al
proponente.  

ALESSANDRI-SOMARRIBA-VODANOVIC señalan al comentar esta norma que


"el conjunto de ambos incisos deja claro que el Código no ha reglamentado las
verdaderas ofertas al público y , en todo caso, la disposición considera sólo las
proposiciones de venta de mercaderías pero no las de compra y menos las de
otros contratos."   

A pesar de lo expresado por estos autores, debemos tener en cuenta  que las
ofertas (también las electrónicas) a personas determinadas e indeterminadas  se
encuentran regidas en la actualidad por la ley de defensa del consumidor. En
efecto el artículo primero número 2 define a los proveedores como "las personas
naturales o jurídicas, de carácter público o privado, que habitualmente desarrollen
actividades de producción, fabricación, importación, construcción, distribución o
comercialización de bienes o de prestación de servicios a consumidores, por las
que se cobre precio o tarifa". A su vez el artículo 12 dispone " Todo proveedor de
bienes o servicios estará obligado a respetar los términos, condiciones y
modalidades conforme a las cuales se hubiere ofrecido o convenido con el
consumidor la entrega del bien o la prestación del servicio." Por último el artículo
18 de la citada ley dispone que "constituye infracción a las normas de la presente
ley el cobro de un precio superior al exhibido, informado o publicitado."  

En virtud de estas normas se esta dando una nueva regulación a las ofertas al
públicoxix, con lo que podríamos sostener que se estaría modificando el criterio en
cuanto al valor de las ofertas a personas indeterminadas, dejando de tener una
obligatoriedad relativa. 

No debemos olvidar que las ofertas que se emitan en el ámbito nacional deben
cumplir con el requisito específico que deben ser completas. A ello nos hemos
referido anteriormente y solo reiteraremos que nuestro Código a seguido la teoría
clásica al respecto.  

Todo lo expresado, tiene plena aplicación en lo referente a la contratación


electrónica, por lo que, en caso de no-existencia de una normativa especial
debemos aplicar las reglas expuestas  a la oferta emitida por medios
electrónicos.   
2) ACEPTACIÓN  

Hemos dado un concepto general de aceptación con anterioridad. En doctrina


nacional LEÓN HURTADO ha definido oferta como "el acto jurídico mediante el
cual el destinatario de la oferta manifiesta su conformidad con ella". 

Los autores ALESSANDRI-SOMARRIBA-VODANOVIC han definido a la


aceptación como "el acto por el cual la persona a quien va dirigida la oferta
manifiesta su conformidad con ella." 

La aceptación electrónica se define como aquella declaración unilateral de


voluntad que una persona realiza a través de medios de comunicación y/o medios
informáticos manifestando su conformidad a una propuesta recibida por ella.  

En los párrafos posteriores nuestro análisis recaerá especialmente en la


aceptación telemática (aquella que se efectúa por medios informáticos).  

Al igual que la oferta, la aceptación puede ser expresa o tácita y la aceptación


tácita produce los mismos efectos que la expresa según nuestro Código de
Comercio.  

Por otro lado la aceptación admite otra clasificación: Pura y simple y condicional.   

La aceptación pura y simple es aquella en se demuestra total concordancia con la


oferta realizada. En cambio, la aceptación condicional se emite con reservas  que
modifican los términos de la oferta.  

En nuestra legislación la aceptación condicional constituye una nueva oferta


(artículo 102).  

Existen ciertas circunstancias o requisitos que son necesarios para que se forme
el consentimiento y ellos son los siguientes:  

a.-La aceptación debe darse mientras la oferta este vigente;  


b.-La aceptación debe ser oportuna.  
c. -La aceptación debe ser pura y simple.  

Solo se desarrollarán aquellos puntos que revisten mayor interés con el tema.  

a) La aceptación debe darse mientras la oferta este vigente  

La oferta se encuentra vigente mientras no produzcan dos hechos jurídicos:  

I.-Retractación.  
II.- Caducidad.  
Ambas situaciones se encuentran contempladas en el artículo 101 del Código de
Comercio  

I. - RETRACTACIÓN: El oferente puede dejar sin efecto la propuesta emitida


mientras esta no haya sido aceptada.  

Anteriormente habíamos clasificado la oferta electrónica en aquella on line y


aquella que se envía por correo electrónico o E-mail.  

Respecto de las primeras, por tratarse ofertas permanentes, resulta muy difícil que
se pueda producir la retractación, consecuencia que el cliente compra en el mismo
momento que accede a la respectiva página. (ya que la aceptación se envía a
través de formularios a los cuales se accede a través de hipertextos.  

La retracción se podría dar  cuando el cliente no adquiere de inmediato el


producto, decide pensarlo y posteriormente accede nuevamente a la página y se
encuentra que  la oferta puede no estar o ha cambiado en cuanto a las
condiciones.  

En cuanto a la retracción que se produce en aquellas ofertas enviadas por E-mail


se aplican sin inconvenientes las reglas del Código de Comercio y esta
retractación es plenamente válida.   

En la legislación francesa es plenamente válida la retractación, al igual que en la


legislación de E.E.U.U. e Inglaterra que permite retirar una oferta aún cuando ya
ha sido comunicada siempre y cuando no se haya intercambiado una
consideración.  

Nuestro Código de Comercio siguió la doctrina clásica en cuanto a la


obligatoriedad de la oferta, lo que significa que ella no obliga, a menos que se
haya fijado un plazo para esperar.   

Es importante destacar esta característica de nuestra legislación nacional, por


cuanto existen otras legislaciones en que la sola oferta constituye una declaración
obligatoria para celebrar un acto o contrato. Ello es lo que ocurre a modo de
ejemplo  en las legislaciones Alemana y Suiza. Recordemos que en estos
párrafos  nos referimos a los contratos electrónicos celebrados en el ámbito 
nacional, ya que respecto de los contratos  a escala internacional se pueden
producir problemas, por ejemplo: si la oferta enviada por un italiano vía Internet  a
una chileno lo obliga o no. Este es un problema al cual no se puede dar   respuesta
concreta.

La doctrina Clásica se manifiesta en lo dispuesto en el artículo 99 del Código


mercantil que dispone: "El proponente puede arrepentirse en el tiempo medio
entre el envío de la propuesta y la aceptación, salvo que al hacerla se hubiere
comprometido a esperar contestación o a no disponer del objeto del contrato, sino
después de desechada o de transcurrido un determinado plazo.  
El arrepentimiento no se presume. "  

Nuestro Código ha establecido el pago de indemnizaciones en el caso de que se


produzca la retractación tempestiva de la oferta y ordena pagar al aceptante los
gastos en que se hubiere incurrido  y los daños y perjuicios que hubiere sufrido,
pudiendo en todo caso eximirse del  pago de la obligación de indemnizar si cumple
el contrato ofrecido .   

Sin embargo, a  pesar de lo expresado el oferente quedará obligado cuando  se


hubiere comprometido a esperar contestación o a no disponer del objeto del
contrato, sino después de desechada o después de un plazo.  

II. - CADUCIDAD: se define como la pérdida de vigencia de la oferta con ocasión


de la muerte o incapacidad legal de una persona.  

Respecto de esta causal,  diremos que en materia de contratación electrónica son


muchas las personas jurídicas que participan en este tipo de convenciones por lo
que difícilmente se podrá aplicar esta causal, que se refiere a personas
naturales.   

b) La aceptación debe ser oportuna  

Para que la aceptación sea oportuna debe ser otorgada dentro del plazo legal o
del plazo voluntario.  

I.- Plazo Legal: En este caso se debe distinguir si la oferta ha sido verbal o escrita.
Si es verbal la aceptación debe darse en el acto de ser conocida.  

Si la oferta es escrita nuevamente se debe distinguir si la persona a quien va


dirigida se encuentra en el mismo lugar del proponente o no.  

a) Personas que se encuentran en un mismo lugar: En esta situación la oferta


debe ser  aceptada o rechazada en un plazo de veinticuatro horas. (Primera parte
del artículo 98 inciso primero). 

No vemos en  principio mayores inconvenientes para aplicar esta norma a la


contratación electrónica, en especial a las ofertas que se envían vía E-mail. Sin
embargo, discutimos su aplicabilidad respecto de aquellas ofertas electrónicas que
se encuentran en páginas WEB, ya que son ofertas que no se envían al aceptante,
es el aceptante "el que llega hasta ellas".  

A su vez, las veinticuatro horas ¿se cuentan desde que el aceptante ha recibido su
correo en la casilla que le asignó el servidor o desde que "bajó" el mensaje a su
computador y se lea? (también se puede dar el caso de que se reciban los
mensajes desde la casilla y no se lean).  
Por nuestra parte creemos que el plazo se cuenta desde que el computador recibe
el mensaje y no desde que llega a la casilla electrónica. En todo caso es una
cuestión de hecho que queda en manos de los tribunales de la instancia. Ello nos
lleva al problema de la validez del documento electrónico.  

b) Personas que se encuentran en distintos lugares: En este caso el inciso primero


del artículo 98 en su parte final dispone que en este caso la propuesta deberá ser
aceptada "a vuelta de correo". 

Creemos que a pesar de amplios términos de la expresión es prácticamente


inaplicable en la contratación electrónica ya que la norma tuvo su origen en la
dificultad para comunicarse en el siglo pasado y la demora que se producía, pero
en la contratación electrónica si una persona se encuentra en una misma ciudad o
si la otra se encuentra en Punta Arenas o en Iquique, la velocidad a que viajan los
mensajes es prácticamente similar, por lo que no se justifica esta diferencia en la
materia objeto de este capítulo. Es válido sostener que estamos ante un vació
legislativo que debe ser llenado por las sentencias de nuestros tribunales, creando
una interpretación que logre armonizar esta norma con la realidad de la
contratación en la sociedad de información(Artículo 170 Nº5  del Código de
Procedimiento Civil, artículo 10 del Código Orgánico de Tribunales, etc.).   

En síntesis, se hace necesario o modificar el Código de Comercio para adecuarse


a la nueva realidad de la era informática o se requiere dictar una legislación
especial que regule esta materia.  

II.- Plazo Voluntario: En este caso no existen inconvenientes, ya que se estará al


plazo establecido por el proponente.  

a) La aceptación debe ser pura y simple  


Hemos tratado este tema con anterioridad. Nuestro Código de Comercio en los
artículo 101y 102 regulan este requisito de la aceptación. Consiste en no poder
introducirle ninguna modificación a la propuesta, ya que si esto se produce, no hay
formación del consentimiento. 

Este requisito constituye una clara manifestación que nuestro Código recogió la
teoría clásica o teoría del espejo a la que ya hemos hecho alusión en forma
previa.   

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