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Resumen
El paisaje sonoro ofrece una amplia perspectiva de la biodiversidad que contiene un lugar y la
forma en que los organismos están relacionados con las dinámicas de un ecosistema. Además
de ser un método no invasivo, el monitoreo acústico puede ser utilizado para indicar el grado
luminosidad, humedad, pluviosidad o temperatura, entre otros, que puedan estar afectando los
afectada en los últimos años por conflictos del suelo que han causado una gran pérdida de
biodiversidad. El análisis del paisaje sonoro en rangos de ultrasonido utilizado en este estudio
es ideal para evitar interferencia con el ruido antropogénico de la ciudad. Se registró dos veces
por mes durante cinco meses con grabadoras de bajo costo AudioMoth la actividad bioacústica
de insectos que producen ultrasonido en un bosque altoandino nativo primario de los cerros
nororientales y su relación con la pluviosidad. A partir de una regresión lineal, se observó una
relación significativa entre la pluviosidad mensual y la actividad acústica de dos de las tres
las frecuencias de muestreo para lograr una mejor aproximación de la biodiversidad acústica
de un lugar y tener en cuenta factores como la pluviosidad y hora de muestreo como factores
1
Palabras clave
Introducción
aproximación robusta de la biodiversidad de un lugar (Sueur et al., 2008; Penone et al., 2013;
Deichmann et al., 2017, 2018; Hill et al., 2018; Morris et al., 2018). Estos paisajes sonoros
pueden dar información de ecosistemas que estén amenazados o hayan sido impactados por
cambio climático (Canaday, 1996; Strattford & Stouffer, 1999; Schmidt & Balakrishnan,
2014). La mayoría del contenido bioacústico de un lugar lo conforman vertebrados (aves, ranas
y mamíferos) o insectos que suelen ser del orden Ortóptera (Gryllidae y Tettigoniidae) y
dispositivos que recolectan datos acústicos ha incrementado en los últimos años (Diwakar et
al., 2007; Sueur et al., 2008; Lopez-de-Ipina et al., 2015; Aide et al., 2017). Sin embargo, es
necesario aumentar la tasa de muestreo de los dispositivos para obtener cantos de organismos
presentes en un ecosistema (Obrist et al., 2010). Dado que parte de la información acústica
años dado que es de gran utilidad para realizar inventarios de especies y comunidades en una
región específica (Penone et al., 2013). En particular, la familia Tettigoniidae tiene una amplia
neotrópico (Elder, 1971; Libersat & Hoy, 1991; Riede, 1998; Montealegre-Z et al., 2007;
Chivers et al., 2014; Chamorro-Rengifo & Braun, 2016). Además, estos ortópteros son buenos
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indicadores de la calidad de un hábitat según su nivel de intervención (Fischer et al., 1997;
Riede, 1998).
Los ortópteros, usan la estridulación para comunicarse entre sí (Elliot & Koch, 1985; Diwakar
& Balakrishan, 2007) más específicamente, la usan como señales de agresividad, alerta sexual,
cortejo y reclutamiento (Morris, 1999). Una de las restricciones que estos organismos poseen
al producir señales acústicas son las limitaciones en la propagación del sonido dado su reducido
tamaño corporal, especialmente por el exceso de atenuación que se presenta con la cercanía al
suelo (Bennet-Clark, 1998). Es por esta presión selectiva que los ortópteros han desarrollado
diferentes estrategias para lograr una comunicación eficiente (Wiley & Richards, 1978).
especialmente en los trópicos, se ha llegado a la “unidad taxonómica acústica” como una nueva
aproximación para identificar las especies presentes en una zona (Grant, 2014). Esta unidad
está basada en las propiedades acústicas de un canto observadas en los espectrogramas (Grant,
este término todavía puede ser empleado para hacer comparaciones útiles en diversidad de
la eficiencia de la comunicación acústica entre animales (Halfwerk et al., 2011; Schmidt &
Balakrishnan, 2014; Slabbekoorn & Peet, 2003). El ruido del tráfico automovilístico contiene
una enorme cantidad de energía traducida a frecuencias que oscilan entre 6000-9000 Hz y este
ruido es capaz de enmascarar el canto de cortejo de algunos animales (Lampe et al., 2012). Sin
antropogénico ha demostrado ser un sistema de alerta para ecosistemas que han sido
3
En el caso particular de Bogotá́ , hay una serie de conflictos urbanos en el uso del suelo y
subsuelo que causan una importante pérdida de biodiversidad, donde además las actividades
franjas de transición urbano-rural, como lo son los cerros orientales de Bogotá. En esta área
hay dinámicas de ocupación indebida del suelo, segregación social, baja gobernabilidad y
altoandinos de los cuales se puede obtener información importante para su preservación a partir
de los estudios que analicen la biodiversidad de especies (Ramírez et al., 2008). Sin embargo,
a pesar de la importancia biológica de los cerros, no hay suficientes estudios que permitan
conocer realmente la historia natural ni la ecología de les especies que los habitan (Sánchez,
2011). Es por esto que hay grandes dificultades a la hora de establecer estrategias o planes de
Para entender mejor las dinámicas entre especies y el ecosistema, en este estudio se propone
como la precipitación (Riede, 1996; Giasson & Haddad, 2007; Poniatowski & Fartmann,
2010), la temperatura (Pires & Hoy, 1992; Hauselberger & Alford, 2005), la humedad
(Hauselberger & Alford, 2005; Goerlitz, 2018) y la intensidad lumínica (Doolan, 1981; Riede,
1996; Sueur et al., 2008; Deichmann et al., 2017) son factores limitantes en las fluctuaciones
de vocalizaciones en un ecosistema.
rangos de ultrasonido producidos por insectos con las variaciones de pluviosidad mensuales en
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los cerros nororientales de Bogotá. Para esto se realizaron grabaciones por 12 horas con dos
grabadoras AudioMoth a 500 metros aproximadamente de una avenida principal durante horas
de la noche y la madrugada, donde hay una mayor dominancia de los cantos de insectos (Baker
et al., 2017). Esto con el objetivo de analizar el impacto que tiene la precipitación mensual en
Materiales y métodos
Lugar de muestreo
74°01'12.9"W). Esta quebrada proviene del páramo de Chingaza y se encuentra ubicada en los
cerros nororientales de Bogotá, Colombia (Figura 1). El lugar cuenta con un bosque alto
andino primario y cerca de 200 especies diferentes de plantas, en su mayoría especies nativas
(Medellín & Franco, 2009). En el sitio de muestreo se delimitaron dos estaciones para la toma
de datos con una distancia de 50 metros entre sí para poder comparar la información acústica
del sitio.
Grabaciones
bajo costo AudioMoth (Hill et al., 2018). Este dispositivo permite registrar en una tarjeta micro-
SD sonidos sin comprimir desde frecuencias audibles hasta ultrasónicas con tasas de muestreo
entre 8,000 y 384,000 Hz (Hill et al., 2018). En cada estación de muestreo se instaló un
dispositivo con una tasa de muestreo de 384.000 Hz, programado para grabar en formato WAV
los primeros 2 minutos de cada hora por 12 horas (17:00 - 5:00). Este procedimiento se realizó
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cada 15 días para obtener dos datos por mes, empezando en diciembre de 2018 y terminando
en abril de 2019.
Para complementar los datos acústicos registrados con los dispositivos AudioMoth, se utilizó
medio de un cable auxiliar a una grabadora MP3 (Transcend MP330) con una tasa de muestreo
de 32,000 Hz. Con este sistema se tomaron en cada estación grabaciones de un minuto de
duración a ocho direcciones diferentes (separados cada 45º) hasta completar 360º de dirección.
Al igual que el primer método de muestreo acústico, esto se realizó cada 15 días por los mismos
cinco meses.
Para obtener el promedio de precipitación mensual de los meses en estudio (diciembre del 2018
hasta abril del 2019) se recopilaron datos obtenidos de la Corporación Autónoma Regional
(CAR) de la estación meteorológica Torca (código 2120077) actualmente activa y más cercana
al sitio de muestreo. Además, se recopilaron datos de la misma estación desde 1970 para
compararlos con los del período muestreado y verificar si corresponden a los de un año normal
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Análisis de datos
del canto (temporal) y su frecuencia fundamental (espectral) (Morris, 1999). Para los análisis
sílabas se utilizó el programa Lab-Chart Pro 8.0. Finalmente, para el análisis de los audios
archivo en Audacity 2.2.1 para exportar el archivo a formato WAV y luego ser analizado
Análisis estadísticos
Teniendo en cuenta que el enfoque principal del estudio es medir el posible efecto de factores
número de veces que se observaba una unidad taxonómica acústica determinada en las 12 horas
Para cuantificar la actividad bioacústica se utilizó Lab-Chart Pro 8.0 donde se hizo un conteo
del número de sílabas producidas en el tiempo total de grabación para las unidades taxonómicas
acústicas o cantos B y C. Luego, para estos mismos cantos se multiplicó el número total de
sílabas por la duración promedio de cada sílaba. Esto no se hizo para el canto A ya que este
presentaba una frase de canto continua. Finalmente, para las tres unidades taxonómicas
resultado de multiplicó por cien para cada mes. Las fórmulas utilizadas para cuantificar la
Se tomó como pluviosidad mensual el promedio de pluviosidad obtenido en cada mes por la
estación meteorológica de Torca. Se realizó una regresión lineal con ambas variables (actividad
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bioacústica y pluviosidad) para cada canto ya que otros estudios utilizan este análisis para
A los datos de pluviosidad obtenidos desde 1970 se les sacó el promedio mensual y se realizó
una densidad de probabilidad. Esto se hizo para visibilizar la diferencia entre los datos
de los datos, por esto se utilizó la prueba no paramétrica de Kruskal-Wallis para analizar la
varianza de los datos que no presentaron una distribución normal del canto B. Además, para
este mismo canto, se aplicó la prueba no paramétrica U de Mann-Whitney para encontrar las
reportadas diferencias de actividad entre horas (Riede 1997, 1998; Sueur et al., 2008; Franklin
et al., 2009; Gasc et al., 2013). Todas las pruebas estadísticas para este estudio se realizaron
Resultados
Para el área de estudio en los cerros nororientales de Bogotá y durante el tiempo de muestreo
(diciembre del 2018 hasta abril del 2019) se registró la presencia de tres unidades taxonómicas
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Descripción de las unidades taxonómicas acústicas registradas
Canto A
Se denominó canto A al canto producido por el insecto del orden Orthoptera, Familia
aproximadamente (Figura 2). Este canto tiene espectralmente una frecuencia media de 22,000
Hz y temporalmente una duración promedio de 4,96 segundos y una desviación estándar alta
de 4,354 (Figura 3A). Esta unidad taxonómica acústica presenta variaciones temporales de su
canto donde el canto más corto fue de 0,088 segundos (chirps) y el más largo fue de 11,22
segundos.
La actividad bioacústica de este canto se cuantificó a partir del tiempo de duración de canto y
(1)
Canto B
temporalmente por la producción de sílabas con una duración promedio de 0,00396 segundos
(Figura 3B). Para calcular el porcentaje de actividad bioacústica fue necesario multiplicar la
duración media de cada sílaba con el número de sílabas presentes en la grabación y el producto
(2)
Canto C
temporalmente este canto se compone de frases con tres sílabas. La duración promedio de una
sílaba es de 0,196 segundos (Figura 3C). Al igual que el Canto B, para calcular el porcentaje
de actividad bioacústica fue necesario multiplicar la duración media de cada sílaba con el
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número de sílabas presentes en la grabación y el producto obtenido se dividió sobre el tiempo
total de grabación.
(3)
que sean insectos pertenecientes a las familias Tettigoniidae o Cicadidae ya que la forma de su
canto en los análisis espectrales y temporales coinciden con los parámetros de los cantos que
Pluviosidad mensual
Se obtuvieron los datos históricos de la estación meteorológica Torca desde 1970 para cada
mes y con ellos se realizó un promedio de la pluviosidad sin tener en cuenta las celdas vacías
de algunos meses donde no se registraron datos. Con estos valores promedios de pluviosidad
mensual de los diferentes años se hizo una gráfica con la cantidad de valores promedio de
La pluviosidad media para el mes de diciembre de 2018 fue de 0,18 mm3 durante la época de
muestreo. Este valor fue menor al promedio (2,09 mm3) y estuvo más cercano al valor mínimo
(0,096 mm3) de los años anteriores. En el mes de enero de 2019 se obtuvo una pluviosidad
media de 1,0 mm3, también estuvo por debajo del promedio (2,16 mm3). El promedio de febrero
de 2019 fue de 2,9 mm3, este valor estuvo cercano tanto a la mediana (2,73 mm3) como al
promedio (2.95 mm3) de años anteriores. Para marzo de 2019 se tuvo un promedio de 3,5 mm3
y también se observa una gran cercanía a los valores de la mediana (3,56 mm3) y el promedio
(3,44 mm3) de años pasados. Finalmente, el promedio para el mes de abril de 2019 fue de 8,51
mm3 que está más cercano al valor máximo (11,01 mm3) que al promedio total (4,73 mm3)
(Figura 4A).
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Relación entre la pluviosidad media mensual y la actividad bioacústica
Se encontró una relación directa y significativa (R2 de 0,86 y 0,97 con valores-P de 0,022 y
0,0015) entre el porcentaje de actividad bioacústica para los cantos A y B respectivamente con
incrementos en la pluviosidad mensual (Figura 4B). Por el contrario, para el caso del canto C
Horas con mayor actividad bioacústica para las unidades taxonómicas acústicas
registradas
Dado que los datos de actividad bioacústica del canto B en función de la hora de muestreo para
cada mes no tuvieron una distribución normal (valor-P < 2,2 e-16), se realizó la prueba no
valor-P < 0,05 indicando que hay diferencias significativas por hora entre cada mes. Luego,
un valor-P < 0,05 entre las horas 20:00 y 2:00 indicando que la especie productora del canto B
tienen una mayor actividad bioacústica durante ese rango de horas (Figura 4C). Para los cantos
en las grabaciones y esto implicaba tener muy pocos datos para poder realizar un análisis
estadístico preciso.
Discusión
el área de la quebrada Aguanica en los cerros nororientales de Bogotá (Figura 3). Para dos de
esas unidades taxonómicas acústicas se encontró una relación positiva entre la actividad
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medir parámetros ambientales para analizar las fluctuaciones de las unidades taxonómicas
acústicas obtenidas en un paisaje acústico. Así mismo, se recomienda tener en cuenta las horas
de muestro ya que los resultados muestran un pico de actividad bioacústica para el canto B en
un inervarlo de seis horas durante la noche y madrugada (Figura 4C). Este resultado fue
esperado ya que hay estudios que han registrado una mayor actividad en el canto de insectos
en horas de mayor oscuridad durante la noche lejanas al amanecer y al atardecer (Riede, 1997;
Doolan, 1981; Webber et al., 2003; Sueur et al., 2008; Obrist et al., 2010; Penone et al., 2013;
Grant, 2014). Además, aquellos organismos que presentan cantos nocturnos suelen tener picos
de actividad en uno o más intervalos de tiempo durante la noche (Riede, 1997, 1998; Sueur et
diversidad acústica, se debe tener en cuenta usar una tasa de muestreo que permita registrar
aquellos animales que puedan estar cantando en rangos de ultrasonido (Diwakar et al., 2007;
Obrist et al., 2010). Se debe tener en cuenta además que el paisaje sonoro provee información
De las tres unidades taxonómicas acústicas reportadas sólo el canto A pudo ser identificada
(Figura 2). Esta subfamilia es conocida por tener especies que cantan en ultrasonido en el
no haber podido capturar a dos de los tres insectos que produjeron cantos en ultrasonido en los
taxonómicas acústicas” ya que tienen diferentes parámetros acústicos como la frecuencia media
12
y las tasas de pulsos o sílabas que sugieren pertenecer a la familia Tettigoniidae (Riede, 1998;
Grant, 2014).
ha registrado que sus cantos atraen vertebrados depredadores indeseados (Morris & Beier,
1982; Morris et al., 1989; Symes et al., 2016). Aún se desconoce la especie correspondiente al
taxonómica porque en dado caso de no encontrar reportes previos para los cerros nororientales
en este trabajo para identificar nuevas especies y la necesidad de hacer estos análisis para
(Walker, 1964; Obrist et al., 2010; Gasc et al., 2013; Grant, 2014; Deichmann et al., 2017;
necesario tener en cuenta para futuros estudios la composición vegetal regional y los diferentes
tipos de intervenciones antropogénicas en las áreas de estudio ya que estos pueden ser factores
Para Colombia el IDEAM indicó que habría una sequía por el fenómeno del Niño en el último
trimestre del 2018 y el primer trimestre del 2019 (IDEAM, 2018); sin embargo, los promedios
de pluviosidad mensual registrados en este trabajo estuvieron dentro de los rangos normales de
las probabilidades de distribución excepto para el mes de abril donde el promedio obtenido
estuvo desplazado hacia valores mayores de pluviosidad en la gráfica (Figura 4A). Esto indica
que los datos obtenidos durante las fechas de muestreo fueron similares a los de un año
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promedio y por esto mismo se puede asegurar que la actividad bioacústica registrada aquí
Es bien sabido que los factores meteorológicos tienen efectos directos e indirectos sobre la
bioacústica de un lugar ya que de ellos dependen las dinámicas y la ecología de los organismos
(Wiley & Richards, 1978; Riede, 1993; Piña-Covarrubias et al., 2018). Teniendo en cuenta
esto, para este trabajo se escogió la pluviosidad mensual como variable para relacionar la
cuenta para estudios con la actividad bioacústica de ortópteros, es una variable que está
directamente relacionada con la humedad y la temperatura (Chiu et al., 1990). Estos últimos
factores han sido estudiados en bioacústica tanto para insectos como para vertebrados y se ha
encontrado evidencia de estar correlacionadas con el paisaje acústico de un lugar (Pires & Hoy,
1992; Riede, 1998; Lemckert, 2001; Hauselberger & Alford, 2005; Goerlitz, 2018).
La relación directa entre el aumento de lluvias entre los meses de marzo y abril y la actividad
bioacústica de los cantos A y B (figura 4B) podría ser explicada por la relación directa que hay
entre la pluviosidad y su efecto en la productividad primaria del bosque durante las temporadas
de lluvia en el trópico (Sims & Singh, 1978; Sala et al., 1988; Pandey & Singh, 1992). Al
poblacionales de insectos herbívoros (Janzen, 1973; Bigger, 1976; Wolda 1978; Tanaka &
Tanaka, 1982). Esta es una posible razón para explicar el comportamiento de las fluctuaciones
en los cantos dependiendo de la lluvia, no porque el ciclo de vida y reproductivo de los insectos
esté estrechamente relacionado con la humedad, como sí sucede con anfibios (Díaz-Paniagua,
Aunque tampoco se observa una relación negativa evidente (Figura 4B). Para mejorar los
análisis en este caso y complementar los encontrados para los cantos A y B, se recomienda
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muestrear por un año completo donde se tengan dos estaciones de lluvia y dos estaciones secas.
Es posible entonces que el canto C se presente con mayor actividad en épocas secas como
sucedió en diciembre y, al vivir en simpatría con una especie que canta en frecuencias muy
similares, como es el caso del canto B, se puede obtener como consecuencia un espaciamiento
Agradecimientos
proceso de hacer esta tesis. A mi director de tesis, Jorge Molina por introducirme al fascinante
mundo de la bioacústica, los insectos, el ultrasonido y por su constante guía en este proceso. A
colectado y a Klaus Riede por su ayuda con la diferenciación de cantos en ultrasonido. También
quisiera agradecer a Juana Díaz, César Quintana, Lucas Barrientos y Ángela Linares por su
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Figura 1. Sitio de muestreo cerca de la quebrada Aguanica en los cerros
localización aproximada del sitio de muestreo. Obtenida de Mapas app. B. Foto aérea
del sitio de muestreo. Fotografía tomada por Martin A. Boergmann enero de 2019.
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Figura 2. Individuo macho perteneciente a la unidad taxonómica acústica o canto A
individuo completo.
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Figura 3. Oscilograma y espectrograma de las tres unidades taxonómicas acústicas en
media de 22000 Hz. B. Canto B con frecuencia media de 35700 Hz. La flecha roja indica una
sílaba con duración media de 0,00396 s. C. Canto C con frecuencia media de 33000 Hz. La
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Figura 4. Pluviosidad y porcentaje de actividad bioacústica mensual de las unidades
enero de 1970 hasta noviembre de 2018. Las líneas verticales rojas indican los promedios de
pluviosidad mensuales que se obtuvieron en los meses específicos en los que se llevó a cabo
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