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Curso de Liderazgo Ministerio del Adolescente - Nivel I 3

LIDERAZGO
Ministerio del Adolescente
FICHA TÉCNICA

2014 Ministerio del Adolescente


Iglesia Adventista del Séptimo Día
Unión Sur Brasileña
João Carlos de Souza Castro 562
81520-290 Curitiba

Coordinación General: División Sudamericana


Edición: Solange Santos
Corrección ortográfica: Silvia Rocha
Diagramación: Marcos Castro
Autores de los temas:
Tema 1: Christofer William Pellini Valenço/ Helio Martins Furtado Oliveira
Tema 2: Tiago Damasceno Apolinario / Gabriela Rodrigues dos Santos
Tema 3: Christofer William Pellini Valenço
Tema 4: Daniel Meder
PRESENTACIÓN

Querido profesor:

El ministerio de un líder de adolescentes es muy especial. Podemos decir que


exige un toque de artista, pues exige sensibilidad, amor, dedicación y entrega en lo
que se está construyendo. Cada adolescente es una obra de arte inacabada en las
manos de un líder. Un arte que necesita ser trabajado para realizar la voluntad de
Dios y salvación de muchas personas.

Por lo tanto, como artista, el líder necesita invertir en sí mismo para desarrollar
su potencial, aprender técnicas nuevas, abrir los ojos a nuevas oportunidades y,
sobre todo, madurar como persona y como cristiano.

Por eso, presentamos el “Curso de Liderazgo” para líderes de adolescentes, que


le proporcionará ese crecimiento y lo ayudará a desarrollar un ministerio relevante
en su iglesia.

Nuestro deseo es que disfrute de cada aprendizaje y que use sus dones y talentos
para ayudar a finalizar esa obra en la vida de cada adolescente que Dios le confió.

¡Sea un artista de su liderazgo!

Un gran abrazo
Ministerio del adolescente
DSA

“Así, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, abundando


en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor
no es en vano”. 1 Corintios 15:58

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01 | ENTIENDA LA ADOLESCENCIA
CHRISTOFER WILLIAM PELLINI VALENÇO | HÉLIO MARTINS FURTADO OLIVEIRA

¿QUIÉNES SOMOS?
¿Hizo alguna vez una remodelación de su casa? ¿Ya pasó por la experiencia de cambiarse a
una residencia sin terminar? En algún momento de la vida, ¿tuvo que reformar toda una casa
o algunas habitaciones? ¿Le cambió los colores a las paredes y compró muebles nuevos? Los
cambios de ese tipo son comunes en la vida de todas las personas. Algunos son más drásticos,
otros menos. Otros exigen alto costo de dinero, tiempo y proyectos que parecen infinitos. ¡Hay
casos de reformas que llevan hasta una vida! Pero el hecho más importante es que el lugar don-
de vivimos está en constantes e inevitables transformaciones. Si pensamos en el momento más
dramático de modificación por el cual pasa un ser humano, nada puede representar de manera
tan completa un cambio o transformación como el que ocurre en la fase llamada adolescencia.
Vivirla equivale a hacer una mega remodelación en una residencia y vivir en ella mientras todo se
realiza. Es preparar el almuerzo mientras la pared de la cocina recibe una pintura nueva. Es quitar
el polvo de los muebles mientras se instala la puerta nueva en la sala. Equivale a ver el cambio y
el mantenimiento coexistiendo simultáneamente. La adolescencia es movimiento y cambio. Todo
sucediendo dinámicamente aquí y allí en una misma vida. Cuerpo y cabeza a un ritmo que no
siempre están acompasados, pero siempre interrelacionados.

EL SER HUMANO
Todos estamos en esta categoría de seres humanos, con la creencia de haber sido creados
por Dios y con la oportunidad de hacer lo mejor para nosotros y para los que nos rodean, si lo
queremos. Desde la infancia hasta la vejez aprendemos sobre lo que ocurre a nuestro alrededor,
formamos nuestros conceptos y nuestras formas de actuar y pensar, a partir de nuestras expe-
riencias y relacionamientos estamos expuestos a situaciones y circunstancias que formarán parte
de nosotros, en mayor o menor grado.
Todos nosotros como seres humanos tenemos una jerarquía de necesidades que deben ser
suplidas, ya sea por nosotros o por otros para poder vivir, desarrollarnos y crecer. Tenemos nece-
sidades que van de las situaciones más simples de cada día hasta las de realización.
¿Ya se dio cuenta de que existe un orden de prioridades en las necesidades de su vida?
De acuerdo con el psicólogo cristiano norteamericano, Mc Graw Phillip, Dios creó a cada per-
sona con todo lo que necesita para desempeñar su papel con éxito. Para que haya bienestar y
crecimiento, el ser humano posee una jerarquía de necesidades a suplir desde su nacimiento. Él
ilustra esas necesidades como si fueran peldaños de una escalera que debemos subir a lo largo
de nuestra vida.
Lo interesante de esa escalera es que hasta que una necesidad básica sea satisfecha, no nos
sentimos motivados a satisfacer la que sigue. Eso quiere decir que solo sentiremos necesidad
de subir al próximo escalón cuando la necesidad actual está suplida. Por eso, es tan importante
comprender que los motivos que nos inducen a elegir ciertas cosas, en detrimento de otras, tiene
relación directa con esas necesidades. ¿Vamos a conocer entonces esa escalera?

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SATISFACCIÓN ESPIRITUAL

SATISFACCIÓN INTELECTUAL

AUTOEXPRESIÓN
AUTOESTIMA
AMOR
SEGURIDAD
SUPERVIVENCIA
1º. ESCALÓN: SUPERVIVENCIA
Ese es el más básico de todos los instintos y fue con esa fuerza poderosa que llegamos al
mundo.
Si no hubiéramos luchado bastante para salir del vientre materno no estaríamos hoy aquí.
Cuando nacemos somos totalmente vulnerables. Esa es una fase en la cual necesitamos recibir
cuidados y protección de nuestros padres para nuestro bienestar. Sin embargo, si en el transcurso
de ese período nos sentimos reprimidos y condicionados a tomar decisiones por miedo, miedo
de sufrir, miedo de desagradar a los padres, miedo de pasar hambre, miedo de expresar nuestra
opinión, pasaremos la toda la vida tomando decisiones teniendo en cuenta cualquier cosa que
amenace nuestra sobrevivencia. Necesitamos suplir las necesidades más básicas, de agua, de
alimento, de cubrir nuestra desnudez. Emocionalmente hablando, nos detenemos en ese primer
escalón por creer que nuestra sobrevivencia está siendo amenazada.

2º. ESCALÓN: SEGURIDAD


Cuando la necesidad de sobrevivencia está atendida, la próxima que puede motivar la elecci-
ón es la necesidad de seguridad emocional y física.
La principal necesidad emocional de todas las personas es la de aceptación. La aceptación
produce un sentimiento de valorización que acentúa la importancia del individuo dentro de un
grupo. Es fundamental sentirse aceptado por la manera de ser. Pero, cuando actuamos y decimos
lo que pensamos y notamos que no somos bien aceptados, corremos el riesgo de, en el deseo de
obtener la aceptación de los demás, cambiar nuestro esquema de comportamiento.

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Si en esa fase sucede algo que nos haga sentir que no somos importantes o capaces, podemos
quedar parados en ese escalón y tomaremos decisiones considerando solo la seguridad, ya sea
emocional, financiera o física. Si la base de la seguridad no está afirmada, definirá, así como la
base de la sobrevivencia, todas nuestras motivaciones y acciones posteriores.

3º. ESCALÓN: AMOR


A medida que crecemos, si no estamos convencidos de que somos amados, pasaremos toda
la vida buscando amor.
Necesitamos ser tocados, abrazados y estar plenamente convencidos de que lo que sentimos
y hacemos merece atención. Necesitamos sentir que somos amados. Si estamos privados de esto
desde muy temprano, aún antes de tener el vocabulario adecuado para describir esa privación
estaremos impulsados a buscar el amor afuera. Ese impulso puede ser fuerte al punto de domi-
nar nuestro modo de pensar, nuestras motivaciones y, como consecuencia, nuestras elecciones a
través de la vida. Es estar emocionalmente parados en ese escalón.
Las relaciones afectivas saludables son, de manera comprobada, el “remedio” más eficaz para
el bienestar físico, mental y emocional de todos los seres humanos, independientemente de la
edad que las personas tengan.
Así como los demás escalones, el amor, en cualquier tipo de relacionamiento, es fundamen-
tal para nuestras motivaciones. No somos seres creados para vivir solos. Construir o reconstruir
nuestras relaciones es fundamental para nuestro crecimiento.

4º. ESCALÓN: AUTOESTIMA


Después de satisfacer las necesidades de sobrevivencia, de seguridad y de amor, la próxima
necesidad que sentiremos será la de autoestima, o sea como me siento en relación a mí mismo,
a mis cosas, a mis necesidades y limitaciones. Sin colocarme ni arriba ni debajo de otros, esa es la
verdadera autoestima saludable. Para que esa estima sea alta necesitamos saber quiénes somos,
qué nos gusta, qué hacemos mejor, en fin, conocernos y aceptarnos como somos. Los que por
algún motivo no crecieron en un ambiente agradable y dudan de los sentimientos de los padres
tienen grandes chances de tener problemas con la autoestima.
Cuanto más baja sea la autoestima definida internamente, más vulnerable quedará la persona
a las influencias externas. Es decir, que si no estamos satisfechos por dentro, seremos afectados
por lo que viene de afuera. Si la persona no se ama, no se acepta, no cree en ella misma, intentará
encontrar a alguien que lo haga.
Es en el período de esos cuatro escalones que estructuramos lo que serán los fundamentos
de nuestra personalidad.

5º. ESCALÓN: AUTOEXPRESIÓN


Cuando sentimos que nuestra vida está segura, que somos aceptados por los demás y confia-
mos en nuestro valor, nuestras necesidades se hacen más complejas. Vayamos al escalón de la
necesidad de autoexpresión.
Ese es el deseo de dejar nuestra marca en el mundo. La necesidad de expresar los talentos
que son exclusivamente nuestros. Podemos sentir que necesitamos enseñar, capacitar, proyectar,
dibujar, escribir o pintar.
Necesitamos mostrar quiénes somos y lo que somos capaces de hacer. En esa fase, algunas

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personas renuncian a todo para realizar el gran sueño.
La autenticidad solamente puede suceder de manera plena si las demás necesidades están
afirmadas y bien fundamentadas.

6º. ESCALÓN: SATISFACCIÓN INTELECTUAL


En este escalón la persona siente la necesidad de encontrar respuestas que motivan las elec-
ciones: adquisición de conocimiento, tanto general como específico, y búsqueda de la explicación
para interrogantes profundos.
Esa es una fase importante, pero no podemos quedarnos parados en ella. La búsqueda exa-
gerada de respuestas puede ser elusiva, desagradable y destructiva, principalmente para los fa-
miliares. No quiero decir con esto que necesitamos marcar un día para dejar de estudiar, pues
tenemos que estudiar toda la vida. Sin embargo, la búsqueda de conocimiento no debe impedir
avances profesionales y tampoco amenazar la seguridad financiera de la familia.
Satisfacernos intelectualmente es saber que aprendemos cada momento, de formas diversas.
Todos los que forman parte de nuestra vida, pueden enseñarnos. Pero tenemos que saber que el
estudio es fundamental para nuestro crecimiento. Cuánto más estudio, más aprendo y descubro
cosas que no sabía y salgo de la ignorancia.

7º. ESCALÓN: SATISFACCIÓN ESPIRITUAL


Este nivel de funcionamiento trasciende las preocupaciones de la vida diaria, pues en él po-
demos hacer elecciones que tienen como objetivo tratar con alguien o algo que percibimos como
mucho mayor que nosotros mismos.
Hacemos elecciones que muestran que percibimos que las necesidades materiales y del ego
pueden ser solo momentáneas, además de que son siempre transitorias. Es fácil entender por
qué esas elecciones raramente se tornan en el foco de nuestra vida. ¿Cómo vamos a entender
las cosas espirituales y el propósito de Dios para nosotros, si nuestras necesidades más básicas
no fueron suplidas? Pero, personas concentradas profundamente en la búsqueda espiritual tras-
cendieron la preocupación por el hecho de que las otras necesidades habían sido satisfechas, o
no, y están en efecto maduras en su modo de hacer elecciones. Algunas personas logran eso de
manera muy consciente, aun con corta edad.

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EL ADOLESCENTE
1. NECESIDADES PERSONALES
Adolescencia viene de la palabra adolecer del Latín adolescere (crecer), que se refiere al perí-
odo compuesto por cambios físicos, psicológicos y sociales que los seres humanos pasan normal-
mente en el período comprendido entre los 10 años y los 20 años. Es en esa fase donde sucede
la pubertad, cuando la mente madura y la forma como nos vemos a nosotros mismos y al mundo
se modifican.
Podemos comparar la adolescencia con la reforma de una casa, mientras una familia vive
dentro de ella. Solo quien ya pasó por esa experiencia puede saber cuán difícil, agotador y desor-
denado es ese momento. La adolescencia es exactamente eso: un cambio detrás del otro, de un
individuo que tenía su identidad definida como niño, con todo un mundo modelado para eso, y
que ahora no pertenece completamente ni al mundo infantil, ni al mundo adulto.

LA REFORMA
La adolescencia es la reforma de la estructura y de conceptos por los cuales todos los indivi-
duos pasarán. Si comparamos la reforma de la adolescencia con la reforma de una casa, podemos
entender que la reforma será más o menos complicada, dependiendo de cómo fue construida la
base anterior. Eso quiere decir que si las situaciones de la infancia fueron bien trabajadas y cons-
truidas, la reforma en la adolescencia será más natural y tranquila.
Lo que queremos resaltar es que independiente de cómo fue hecha esa construcción, si bien
formada o no, quedará así y no existe la posibilidad de tirar todo abajo y recomenzar. El adoles-
cente tiene que reconstruir, remodelar, cambiar, sin poder eliminar todo, y solo hacer eso, porque
él es una casa en reforma, así como usted ya lo fue un día.
La máxima es que el adolescente no puede salir de él mismo para que el cambio se produzca.

INCONSTANTES, INCOHERENTES. “ABORRECENTES”


Como padre, como profesor, o como alguien que participa de alguna actividad que integra
adolescentes, usted ya debe haberse deparado con esas palabras al hablar sobre adolescentes.
La última de ellas (los “aborrecentes”) comúnmente es usada hasta de manera peyorativa para
hablar sobre ellos. Pero, ¿sabemos el por qué? En esta idea de compararnos a nosotros mismos
y, por consecuencia, a los adolescentes con una casa en reforma mientras se vive en ella, el ado-
lescente vive en estos constantes cambios que están sucediendo dentro y fuera de él. Ellos lo
inducen a ser profundamente crítico con todo lo que falta en él. Las ideas están en conflicto, pues
el adolescente está en conflicto consigo mismo, de manera que él no combina su mente con su
cuerpo en transformación. Las formas nuevas y divertidas de pensar, las formas adecuadas o ina-
decuadas de comportarse, y todavía al mismo tiempo que exige de los otros una postura justa y
correcta, no sabe por sí solo mantener la opinión propia, que a veces cambia varias veces por día
en direcciones no solo opuestas, sino muchas veces sin sentido. El adolescente buscará en otro
lo que le falta. Él, que está incoherente, buscará coherencia. Él, que está inconstante cambiando
de idea todo el tiempo, busca seguridad en la constancia de quien se está reflejando, que será el
profesor, el coordinador, el padre. “Al final de cuentas, busca, aunque sin percibirlo, usar como
modelos a los que están a su alrededor”.

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LO INMEDIATO
Los adolescentes quieren todo para ahora. Si fuera divertido, mejor. Quieren romper las re-
glas, el formalismo, las estructuras que no tienen sentido para ellos. Eso nos hace saber que las
tareas a largo plazo o que necesitan de un tiempo de paciencia mayor solo pueden ser conciliadas
con situaciones que los lleven del ahora al después. Un ejemplo de eso es estar con adolescentes
en un programa de salida para hacer evangelismo. Lo que demanda de una preparación anterior,
a veces, de algunos sábados de capacitación, que pueden ser aliados con algunas pequeñas ac-
ciones inmediatas capaces de mantener al adolescente motivado. El ahora para el adolescente es
algo esencial y un imperativo. Como profesor de adolescentes, saber esa verdad es fundamental
para su trabajo, pero recuerde que el adolescente también debe aprender que la espera tiene
ventajas. Por lo tanto, sepa asociar sus actividades entre el ahora y el después.

INTERÉS GENUINO Y ESPONTANEIDAD


En el trabajo con adolescentes, no puede haber espacio para el fingimiento. Ellos son especialis-
tas en descubrir si al profesor le gusta trabajar con ellos o no, y al notar eso, copiarán el modelo que
están observando. Hipocresía enseña hipocresía. Los adolescentes van a amar a quien está interesa-
do en ellos y en las necesidades de ellos. Ellos son los mayores compañeros, y cuanto más interesado,
espontáneo y verdadero es el profesor, más responderán ellos y querrán quedar cerca de él.

2. NECESIDADES DEL GRUPO


El grupo para el adolescente es como la necesidad que tenemos de agua para sobrevivir. Pue-
de parecer extremista, pero es exactamente eso. El grupo es algo que busca. Los adolescentes
buscan adolescentes que son parecidos a ellos, con gustos, ideas y estructuras similares. Ellos se
comparan en diversos aspectos y buscan aprobación de sus ideas, gustos y acciones.
No es exagerado decir que la entrada en un grupo es un acontecimiento inevitable al pasar de
la infancia al mundo adulto. Es parte del proceso de elaboración de la identidad. Cuando llega la
pubertad, el adolescente no se contenta más con la red protectora de la familia y busca afuera de
casa otras referencias para formarse como sujeto. Es por eso que en esa hora los amigos crecen
en importancia. Por medio de ellos, el joven ejercita papeles sociales, se identifica con comporta-
mientos y valores y busca seguridad para luchar contra la angustia de la soledad típica de la fase.
Por eso es importante la integración de los adolescentes al grupo del cual forma parte. Ser recha-
zado es algo que traerá al adolescente consecuencias que no solo serán razón de sufrimiento en
el presente sino también en el futuro.
Recuerde que es especialmente en esta edad que se presenta el bullying o maltrato en su for-
ma más cruel, y por lo tanto, debe ser identificado y trabajado para el bien tanto de los involucra-
dos directos, como del resto del grupo que está incluido indirectamente. Una relación abierta con
los adolescentes, miembros del grupo, traerá rapidez en solucionar los problemas que surgirán
entre ellos, y que muchas veces deben ser orientados y trabajados por un adulto.

SEXUALIDAD
La sexualidad es parte de nuestra vida diaria, y eso no es diferente con el adolescente. Asun-
tos como enamorar, tranzar, masturbación, pornografía, cambios en el cuerpo de las niñas, cam-
bios en el cuerpo de los varones, son discutidos por los adolescentes en forma de bromas, y por
la curiosidad ellos pueden exponerse a situaciones como la pornografía y sexting (sacarse fotos a
sí mismos en ropas íntimas o desnudos y mandarlas vía mensajes de texto o por Internet).

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Esta práctica está llevando a los adolescentes a exposiciones inadecuadas y peligrosas, ya que
esas fotos pueden ser usadas por personas mal intencionadas como pederastas y pedófilos. Mu-
chos adolescentes expuestos de esa manera pueden desarrollar una serie de trastornos mentales
y de comportamiento. A su vez, tales trastornos pueden inducirlos a actitudes de ira, tristeza y
desesperanza, conduciéndolos inclusive a tentativas de suicidio.
La sexualidad debe ser tratada de manera abierta para que el adolescente pueda preguntar
con libertad de expresión sobre sus dudas o curiosidades. Los adolescentes mayores normal-
mente buscarán respuestas por sí solos, y muchas veces encuentran en los amigos y en Internet
respuestas a sus preguntas que no serán benéficas, ni tampoco adecuadas para ellos.
Los padres, profesores, pastores, deben abordar a los adolescentes de manera clara, genuina,
y sin quitarles la inocencia, alertándolos sobre los problemas que pueden derivar de la expresión
impulsiva e inadecuada de la sexualidad. Deben resaltar que la práctica inadecuada puede traer
diversas culpas y miedos que afectarán directamente al adolescente y al grupo a corto, mediano
y largo plazo.

3. FASES Y CARACTERÍSTICAS
Existen muchos temas que hablan sobre adolescentes. En todos ellos encontraremos particu-
laridades y similitudes. Pero todos hablan de la misma fase y pueden ser utilizados para tener una
idea de las principales características que son parte de la adolescencia. Es de suma importancia
recordar que las edades sugeridas en cada fase, son solo aproximaciones, pues cada desarrollo
tiene su tiempo diferente, debido a las variables tanto genéticas como ambientales. Por lo tanto
la madurez de sus adolescentes puede variar.
Uno de esos escritos es el de Guillermo Carvajal, un psiquiatra estudioso de la adolescencia,
que propone que la adolescencia tiene tres períodos distintos, ellos son: Adolescencia Puberal,
Adolescencia Nuclear y Adolescencia Juvenil.
Adolescencia Puberal (aproximadamente de los 9 años hasta los 12 años). Como el mismo
nombre ya lo dice, esta fase ocurre cercana al inicio de la pubertad, y tiene como características
de identificación: distanciamiento de los padres, aislamiento, dificultad de comunicación con los
padres, comportamiento emocional alterado, explosivo, malhumorado, es dormilón, se encierra
en el baño o en su cuarto por períodos de tiempo largos, responde con respuestas monosílabas,
como: bien, mal, sí, no, normal, por momentos sabe hacer todas las cosas, por momentos se
comporta como un bebé, y comienza a surgir la idea de la imperfección de los padres (su fragili-
dad y sus errores) con algunas posturas que pueden venir de palabras y expresiones de desapro-
bación, soborno, bromas en relación al comportamiento de los padres y de los demás adultos que
tengan posición de autoridad.
Algunas características de esta fase son:
ƒƒ La mente en esta edad aprende rápidamente, prácticamente cualquier tipo de cosa, sean
juegos, actividades físicas u otras.
ƒƒ La autonomía ya los lleva a investigar lo que les interesa y posiblemente en algunos mo-
mentos hasta tengan dificultad de trabajar en grupo, les gusta conversar, escuchar histo-
rias, y principalmente reír aunque sea el momento inadecuado. Por el propio desarrollo
y por la energía que tienen, al estar en grupo, jugando, serán desordenados y bulliciosos,
tal como una clase de Escuela Sabática de los intermediarios. Y si algunos de los jovenci-
tos están en la fase inicial de la adolescencia, el comportamiento puede mostrar fases de
adolescentes, pero eso no significa que deban estar en la clase de los juveniles, cada caso
debe tratarse individualmente.

12 Curso de Liderazgo Ministerio del Adolescente - Nivel I


ƒƒ Los héroes, sean cuales fueran, tienen un papel importante en esta fase, inclusive por el
alejamiento que los adolescentes hacen de los padres. Busca referencias que sean impor-
tantes para él. Los héroes pueden ser esos de las películas, artistas, o también una perso-
na cercana al adolescente con quien se identifique y la considere como una persona de
confianza. De cierta forma, un profesor de adolescentes puede ser un “héroe” para ellos.
ƒƒ Normalmente en esta edad, no hay un interés muy acentuado por el sexo opuesto, a pesar
de haber variaciones en adolescentes que ya están interesados en el noviazgo, en ena-
morar, como también interesados en asuntos relacionados a la sexualidad. Pero en regla
general no son la mayoría. Es importante saber que el asunto de la sexualidad es parte del
día a día del adolescente, y no tratarlo de manera objetiva demuestra cierta ingenuidad
por parte de quien trabaja con ellos. Es muy importante estar atentos a ese aspecto.

Adolescencia Nuclear (aproximadamente de los 13 a los 17 años). Esencialmente es el centro


de la adolescencia. El grupo es el punto de mayor interés. Es en él que las rivalidades, el miedo
de ser rechazado, las competiciones con otros adolescentes, la alternativa del liderazgo y aproxi-
mación de los amigos, principalmente del mismo sexo, hacen de colegas amigos inseparables y
otorgan al adolescente la seguridad de que pertenecen a un grupo. La necesidad de ser diferente
con actitudes, aun contra las reglas, con la ropa, cabello, lenguaje, gestos, muchas veces los usan
para llamar la atención, ya sea por la excentricidad o por la crítica a los adultos. Es aquí que las
pandillas pueden llegar a ser un punto de referencia para los adolescentes. La oposición a las
reglas es evidente, aunque sea solo para oponerse a la idea de la autoridad. Los encuentros con
el sexo opuesto normalmente se hacen en grupo y las relaciones amorosas como noviazgos, si es
que surgen, tienden a ser rápidos y pasajeros. Descalificar el pasado, ridiculizar la experiencia de
los demás, son acontecimientos comunes.
La moda toma una importancia irracional. Se sigue al líder del grupo, lo que por el carácter
impulsivo del adolescente puede ponerlo en peligro, dudas, enfermedad, en buscar drogas, pro-
miscuidad, agresiones. La desobediencia a las autoridades institucionales como la policía, por
ejemplo, sucede a nuestro alrededor. A su vez, es el momento de la originalidad, la creatividad,
la exigencia de normas justas y flexibles, la lucha contra el comportamiento hipócrita, la búsque-
da de lo auténtico, de felicidad desbordante, energía para ejecutar diversas cosas y apertura de
nuevas posibilidades.
Algunas características de esta fase son:
ƒƒ El grupo es más importante que lo individual. La pregunta que se escucha del adolescente
es: “¿quién estará?” o “cuántos adolescentes habrá allí”. Ellos se comunican entre sí para
saber quién asistirá a cierto lugar, muchas veces no le dan importancia a la programación.
Si el grupo va, el adolescente también querrá estar. Es importante que el grupo tenga un
carácter espiritual adecuado, pues el adolescente será leal al grupo y no necesariamente a
los principios. El grupo es más importante que el individuo para el adolescente.
ƒƒ Es en esa fase que el desarrollo físico presenta más cambios, por ejemplo, en el crecimien-
to, lo que deja al adolescente desproporcionado y “desconcertado”. Muchos presentarán
rápidos cambios de tamaño, sin que el comportamiento lo acompañe. Recuerde ver a
cada adolescente como individuo, sin exponerlo al ridículo. Normalmente las niñas tienen
el crecimiento más acentuado al inicio de esta fase y los varones están un poco menos
desarrollados. Pero los varones crecerán más y por más tiempo. Usted podrá oír algunas
quejas sobre esto.
ƒƒ Las críticas a la sociedad, a los adultos, a la iglesia, pueden surgir de forma ácida, ruda
y muchas veces inadecuada. Pero tienen originalidad y sagacidad de sobra para hacer

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observaciones que pueden ser pertinentes, verdaderas y que, si son bien filtradas y escu-
chadas, pueden traer cambios para mejor, algo que la mente adulta tal vez no alcance con
tanta facilidad. Escuche las críticas de los adolescentes. Pueden decir verdades que están
pasando desapercibidas frente a usted. Enseñe de manera adecuada a reivindicar sus de-
rechos asumiendo los deberes que vienen en conjunto.
ƒƒ El desarrollo de la sexualidad está en su apogeo, y por eso, además de orientación justa y
adecuada, el adolescente buscará a alguien que lo entienda y le diga qué hacer. Es al inicio
de esta fase, alrededor de los 13/14 años que los adolescentes hacen las preguntas sobre
si puede o no enamorarse y cuál es la edad para ponerse de novios, y quién tiene la opor-
tunidad de escucharlos no debe juzgar y sí orientar. La frase “¿por qué quieres saber eso?”
puede cambiarse por “¿qué quieres saber?”.
ƒƒ Buscan su autonomía en ganar su propio dinero, en conjunto de apoyar la libertad de cada
uno, en expresarse.
ƒƒ La misma lealtad al grupo puede ser trasladada a alguna actividad relacionada a ese gru-
po. Si el grupo es constructivo, puede ser un medio importante para el adolescente y para
el foco de ese grupo. Un ejemplo de eso es el Proyecto Caleb, que forma grupos de jóve-
nes y adolescentes, con objetivos claros, y por las diversas ediciones llegan a ser referencia
y excelentes oportunidades de crecimiento.

Adolescencia juvenil (aproximadamente de los 17 a los 20 años). Este momento es el más


cercano a la vida adulta, el grupo deja de ser el centro y comienza el proceso individual. La re-
beldía disminuye y las actividades del modo de vida adulto comienzan a formar parte integrante
de sus actividades, como la terminación de los estudios, la búsqueda de facultad, de empleo, y
la búsqueda por el respeto de la sociedad. Es el momento en que, si están dispuestos a ser parte
de las actividades, se incluirán para hacer la diferencia y ser vistos como adultos, realidad para la
cual se preparan. En esa edad los adolescentes en el contexto de la iglesia ya deben estar dentro
de la clase de los jóvenes. Pero muchos todavía quieren quedarse en la clase de los juveniles,
muchas veces por el contexto de la iglesia local. El trabajo de liderazgo para los que quieren que-
darse en la clase de los juveniles debe ser el objetivo del coordinador y del profesor, como tam-
bién trabajar directamente con el Ministerio Joven de la iglesia para la integración sana de esos
adolescentes-jóvenes con los jóvenes, para que no haya una brecha, y con eso perder a muchos
adolescentes que no se sienten integrados en la iglesia, y cambian de iglesia en la mejor de las
hipótesis, o abandonan muchas veces la fe.

¿QUÉ NO LES GUSTA A LOS ADOLESCENTES?


Consideramos las necesidades y características de la adolescencia, pero además, no podríamos
dejar de resaltar algunas actitudes, personas y situaciones que a los adolescentes no les gusta.
ƒƒ El hermano menor
ƒƒ Que estén detrás de él corrigiéndolo
ƒƒ Que tenga que dar informes
ƒƒ Que le llamen la atención en público o ante sus amigos
ƒƒ Quedar fuera del grupo
ƒƒ Las injusticias
ƒƒ La hipocresía

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PILARES IMPORTANTES PARA EL TRABAJO CON ADOLESCENTES

AUTENTICIDAD

ACEPTACIÓN
GRUPO

CONCLUSIÓN
¿Ya se ha detenido a observar el funcionamiento de una escuela pública de una región de
escasos recursos? ¿Ya se detuvo a prestar atención al papel que la hora de la comida tiene para
la institución y sus alumnos? Imagine por algunos instantes una realidad como esta y trate de
recordar algún momento de su vida en el que usted se sintió realmente con hambre. Algunos por
sentir un poco de hambre ya manifiestan fácilmente enojo e impaciencia. Hay otros que tienen
más dominio propio. Pero una cosa es segura: estar con hambre de verdad limita cualquier otra
actividad para la cual tengamos que dedicar esfuerzos. En una escuela, ¿cree que el aprendizaje
es fácil o difícil con el estómago que “ronca” de hambre? Tal vez algunos de nosotros ya nos haya-
mos sentido con un cansancio tan intenso que hasta el hambre quedó a un lado a cambio de una
cama calentita. O en otros casos, un buen baño puede quedar a un lado en uno de esos días fríos
y perezosos en que dormir es la prioridad máxima Después de todo, ¿de qué estamos hablan-
do? Nada más que de prioridades. De jerarquía en las prioridades. Aunque no nos detengamos
a pensar, en todo lo que hacemos diariamente estamos estableciendo prioridades, siempre de
acuerdo con una estructura llena de variables que muchas veces son difíciles de descifrar. Pero
hay algunas cosas lo suficiente obvias para percibirlas, analizarlas y considerarlas.
Cada ser humano es único. Por lo tanto, cada uno de nosotros posee una jerarquía peculiar
de necesidades. A veces podemos tener algunas coincidencias con personas con quienes nos
identificamos en un grupo de amigos, en la convivencia o el trabajo. Pero cada uno es peculiar y
único. Además de tener jerarquías de prioridades peculiares, tenemos que considerar el factor
de relatividad, ya que lo que es prioridad para uno puede no serlo para el otro. Y además, somos
extremadamente dinámicos y todo puede cambiar en muy poco tiempo. Así es el ser humano.
Vivimos en transformación.

Curso de Liderazgo Ministerio del Adolescente - Nivel I 15


Cuando pensamos en los adolescentes, las aplicaciones en relación a la jerarquía de nece-
sidades no son diferentes de las que tiene un adulto común. Lo que cambia decisivamente es
el ritmo, el equilibrio, la naturaleza de las transformaciones en la vida del adolescente. Todo
eso parece algo difícil de controlar y comprender, ¿no es cierto? Pero, en la práctica, lo que
más importa en el perfil de un educador de adolescentes es su interés en conocer cuáles son
las necesidades reales de los adolescentes. ¿Cambian rápido? Sí, pero es posible seguirles el
ritmo si tan solo tenemos una valoración genuina y espontánea por esos niños y niñas llenos
de vida y contenidos interesantísimos.
Todo aquel que busca trabajar con verdadero empeño en conocer a los adolescentes percibirá
cómo funcionan y lo que les gusta. A partir de ese punto, tratar con ellos se hace más fácil. Ser
un ejemplo para ellos se hace posible. Se establece un canal abierto y limpio de comunicación
cuando tratamos con atención y cuidado la jerarquía de las necesidades del adolescente.
¿Será de provecho contar la historia de la salida del pueblo de Israel de Egipto y hacer apli-
caciones sobe la obediencia si nuestros adolescentes llegaron angustiados el sábado de mañana
debido a discusiones y conflictos en su casa? Este es un mero ejemplo. Vale realmente la pena
prestar atención al adolescente y sus necesidades más básicas, más evidentes. Créalo: todo ado-
lescente sabe dar mucho valor a un educador que verdaderamente se esmera por conocer cuáles
son sus necesidades reales. Tenerlos como compañeros en la trayectoria del aprendizaje y disci-
pulado depende totalmente de eso. Podemos tener que administrar muchas casas en cambios
o reforma al mismo tiempo. Sin embargo, una obra bien acabada es algo agradable de ver en las
casas y todavía más en las criaturas de Dios.

Caravajal, Guillermo. Tornar-se adolescente: A aventura de uma metamorfose [Transformarse en adolescente: La


aventura de una metamorfosis]. Sao Paulo. Cortez, 1998

16 Curso de Liderazgo Ministerio del Adolescente - Nivel I

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