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Dragón

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Para otros usos de este término, véase Dragón (desambiguación).

Un dragón alado que escupe fuego, dibujo de Friedrich Justin Bertuch, 1806.

El dragón (del latín draco, y este del griego δράκων, drákon ‘serpiente’) es un


ser mitológico que aparece de diversas formas en varias culturas de todo el
mundo, con diferentes simbolismos asociados.
Hay dos tradiciones principales sobre dragones: los dragones europeos,
derivados de las tradiciones populares europeas y de
la mitología de Grecia y Oriente Próximo, y los dragones orientales, de
origen chino, pero conocidos también en Japón, Corea y otros países asiáticos.
Las dos tradiciones surgieron probablemente de forma independiente, pero en
su desarrollo se han influido mutuamente.
La palabra aparece también en la tradición cristiana: el Apocalipsis se refiere a
Satanás como el gran dragón, la serpiente antigua. 1
El dragón, uno de los más conocidos seres mitológicos, ha sido inspiración de
diferentes relatos y poemas, algunos de los cuales han sido llevados al cine.

Índice

 1Nombre
 2Características
 3Funciones en las distintas culturas
o 3.1Oriente
 3.1.1Oriente Próximo
 3.1.2Lejano Oriente
o 3.2Europa
o 3.3Norteamérica
o 3.4Sudamérica
 4Apariciones en el imaginario moderno
 5Posibles animales que inspiraron el mito de los dragones
 6Dragones a través de la historia
 7Véase también
o 7.1Cartografía
o 7.2Heráldica
o 7.3Mitología
o 7.4Zoología
o 7.5Botánica
o 7.6Arquitectura
 8Notas y referencias
 9Bibliografía
 10Enlaces externos

Nombre[editar]
La palabra dragón deriva del griego δράκων (drákōn): «serpiente, dragón», de
la familia del verbo δέρκομαι: «mirar fijamente», que se aplica a la mirada de
las serpientes, las águilas, la Gorgona y los guerreros. Se cree, pues, que en
origen el término hace referencia al poder fascinante e hipnótico de la mirada
de la serpiente.23 Aunque aplicada en un principio a serpientes reales, pronto
se utilizó también para referirse a aquellas dotadas de características
imaginarias (enorme tamaño, capacidad de arrojar fuego por la boca o
rayos,agua, etc.) que aparecen en cuentos, leyendas y mitos.

Características[editar]
La creencia en dragones se sustenta en las diversas tradiciones sobre ellos.
Estos aparecen en muchas culturas. Se ha planteado, para darle explicación a
este fenómeno, el descubrimiento de fósiles de dinosaurios o
de pterosaurios que llevaron a esas culturas a imaginar seres parecidos. A
menudo, se ha creído que estos seres seguían vivos, generalmente en lugares
lejanos. Durante la época de Las Cruzadas, era posible encontrar en los
mercados y otros lugares de exposición de Europa «restos de dragón», que en
realidad eran restos de cocodrilos procedentes de Egipto, Arabia y de países
de Asia.

Funciones en las distintas culturas[editar]

Cuadro de Eugène Delacroix Apolo combatiendo con la serpiente Pithon.

En Occidente el simbolismo alrededor del dragón es esencialmente el de la


lucha.4Sin embargo, la lucha entre el dragón y un héroe o un dios tiene distintos
significados. En estos míticos combates el dragón asume dos papeles: el de
devorador y el de guardián, que tienen finalmente una sola raíz: el de un ser
cósmico en espera, cuya acción implica la muerte –o el nacimiento– de un
orden universal.4
Así, en un principio, los dragones fueron devoradores de dioses –algunos mitos
se refieren a estas criaturas como la causa de los eclipses, por ejemplo–, o sus
enemigos –caso de Apofis y Pithon, enemigos del sol–. Posteriormente los
dragones fueron fuerzas a las que se les ofrecían doncellas en sacrificio. No
tardaron en concebirse como devoradores de hombres. De todos modos, ese
papel no se aleja del de guardián, que implica la espera y el mantenimiento de
un orden que preludia una reinvención del universo o el descubrimiento de un
lugar sagrado. Justamente porque son guardianes de algo sagrado, simbolizan
el puente a otro mundo o la prueba de todo héroe.
En ocasiones se distancian las actitudes tomadas en las culturas del mundo
frente a la figura del dragón y la lucha que supone, particularmente si se
compara la idea de dragón que existe en el Extremo Oriente con la
predominante en Occidente. Los dragones chinos (long), los japoneses (ryū) y
los coreanos (yong) son vistos generalmente como seres benévolos, mientras
que los europeos son en su mayoría malévolos.
Sin embargo, los dragones malévolos no están restringidos a Europa: entre
otras culturas, esta interpretación se mantiene también en la mitología persa. El
tema es complejo. Ha variado a lo largo de la historia. Como ejemplo, entre
los romanos, típicos representantes del Occidente antiguo, el dragón era
considerado un símbolo de poder y sabiduría.
Para la cultura cristiana el dragón simboliza el mal y la destrucción, Se
convierte en un animal al que hay que eliminar. Existen varios ejemplos, como
el arcángel San Miguel luchando contra un dragón, o el dragón que se revuelve
contra la lanza de San Jorge.
Entre las distintas culturas de diversos pueblos, este animal mitológico está
cargado de significación emblemática. Por tanto, no existe un solo concepto
simbólico relacionada con el dragón. Lo cierto es que existen muchos
significados emblemáticos de gran importancia referidos a esta criatura entre
los pueblos del Extremo Oriente, especialmente entre la India y China, así
como entre los japoneses y las Filipinas. En tal sentido, en los pueblos del valle
del Indo se identifica al dragón con Agni, personificación del cielo, que con sus
innumerables ojos vigila al tiempo que protege a quien le pide ayuda; es decir,
con el origen y el principio del cielo y la Tierra.
Pero donde adquiere mayor importancia el significado emblemático del dragón
es el relacionarlo con el poder de los gobernantes y emperadores de pueblos o
aldeas.5
Oriente[editar]
Oriente Próximo[editar]
En Oriente Próximo, la figura del dragón simbolizaba el mal y la ruina.
En Enuma Elish, una epopeya escrita alrededor del 2000 a. C., la
diosa Tiamat era un dragón que simbolizaba los océanos y comandaba las
hordas del mal, cuya destrucción previa era necesaria para crear un nuevo
universo ordenado.
También en la Biblia el dragón representa el mal. En la mitología persa destaca
el caso de Azi Dahaka, un dragón malévolo. En Rumanía, se habla del dragón
geta-dacio, que tenía cabeza de lobo y cola de serpiente. Esta imagen era
empleada en la guerra, ya que en la bandera de Dacia aparece un dragón.
Lejano Oriente[editar]
Véanse también: Dragón chino,  Dragón japonés,  Dragón coreano y  Dragón
vietnamita.

Estampa japonesa de un dragón.

Dragón vietnamita en Hoi An, Quang Nam.

En muchas culturas orientales los dragones eran, y en algunos cultos son


todavía, reverenciados como representantes de las fuerzas primitivas de la
naturaleza y el universo.
En Oriente, el dragón siempre se ha considerado una criatura benéfica y un
símbolo de buena fortuna.
A diferencia de sus congéneres occidentales, los dragones orientales no
escupen fuego, ni tienen alas, aunque normalmente pueden volar gracias a la
magia. Son más similares en apariencia a la Serpiente Emplumada de los mitos
de los pueblos prehispánicos de Mesoamérica.
Un dragón típico de Oriente tiene cuernos de ciervo, cabeza de caballo, cuello
de serpiente, garras de águila, orejas de toro y bigotes largos como los de los
siluros. En las leyendas chinas hay dragones que vigilan los cielos, o que traen
la lluvia, o que controlan los ríos y arroyos. En Japón, donde se les atribuye ser
entes sabios, amables y siempre dispuestos a ayudar, los dragones han sido,
durante siglos, el emblema oficial de la familia imperial.
Los dragones chinos y los japoneses simbolizan el poder espiritual supremo, el
poder terrenal y celestial, el conocimiento y la fuerza, y por lo tanto son
benévolos. El dragón es la insignia más antigua del arte de estos países.
[cita  requerida]
 Proporcionan salud y buena suerte y viven en el agua. Según las
antiguas creencias chinas, traen la lluvia para la recolección. Por eso el dragón
se convirtió en el símbolo imperial de ese país. [cita  requerida]
En el Himalaya representan la buena suerte.
Corea, como se expresó antes, también tiene dragones, de similar carácter
positivo.[cita  requerida]
Europa[editar]

La leyenda de San Jorge y el dragón, por Paolo Uccello (siglo XV).

Las tribus nórdicas de Europa asociaban su folclore con varios aspectos


terroríficos del dragón.[cita  requerida]
La mitología germana incluye al dragón (Nidhug o Níðhöggr) entre las fuerzas
del inframundo. Se alimenta de las raíces de Yggdrasil, el fresno sagrado que
extiende sus raíces a través de todos los mundos. Los antiguos escandinavos
(los vikingos) adornaban las proas de sus barcos esculpiéndolas en forma de
dragón. Usaban esta decoración en la creencia de que así asustarían a los
espíritus (landvættir) que vigilaban las costas a las que llegaban. También los
dragones aparecen en poemas germanos: en Beowulf, un poema
épico anglosajón, el más antiguo que se conserva. Un hombre llamado
Beowulf, que había librado a su pueblo de un monstruo mitad hombre y mitad
diablo, luego convertido en el rey, lucha contra un dragón, disputa en la que
ambos mueren. En el Cantar de los Nibelungos, un poema épico medieval
anónimo, Sigfrido mata a un dragón, llamado Fafnir, y al ungirse con
su sangre se hace inmune a todo mal.
Para los celtas, el dragón era una divinidad de los bosques, cuya fuerza podía
ser controlada y utilizada por los magos.[cita  requerida] Entre los conquistadores
celtas de Britania fue símbolo de soberanía, y durante la ocupación romana de
la isla adornó los estandartes de guerra, convirtiéndose en un símbolo
heráldico y luego militar.
En la mitología griega existen varios dragones que fueron usados por los
dioses, o eran temidos por ellos mismos. Existen en el mito antiguo el dragón
Ladon, de cien cabezas, que custodiaba el jardín de las Hespérides, además
de Tifón, Lamia, el dragón de Delfos o Pitón, Amphisbaena (dragón de dos
cabezas que nació de la sangre de Medusa cuando cayó una gota en el
desierto de Libia), basilisco y la famosa Hidra de Lerna. Entre los romanos el
dragón era considerado símbolo de poder y sabiduría. [cita  requerida]
Escultura de un dragón sobre el puente del Reino de Valencia, en Valencia (España).

Para la mitología eslava, el dragón era una de las formas que adoptaba el
dios Veles, señor del mundo subterráneo, adversario de Perún, dios del trueno.
Los cristianos heredaron la idea hebrea del dragón, que aparece en
el Apocalipsis, del apóstol Juan, y en otras tradiciones posteriores.
En el arte cristiano del Medievo simboliza el pecado. La lucha contra este sirvió
para aumentar la motivación de los reinos cristianos. 6 Al aparecer bajo los pies
de los santos y mártires representa el triunfo de la fe y de los reinos cristianos
sobre el diablo. La leyenda de san Jorge y el dragón, ilustrada en la figura de la
derecha, muestra claramente este significado. Se presentaban a menudo
también como representaciones de la apostasía, la herejía y la traición, pero
también de cólera y envidia, y presagiaban grandes calamidades. Varias veces
significaban la decadencia y la opresión, aunque sirvieron también como
símbolos para la independencia, el liderazgo y la fuerza.
Los colores a menudo determinaron el simbolismo de las cualidades de un
dragón. En la pauta del viaje del héroe, los dragones representaron el
obstáculo o el temor, y el paso necesario para volver al hogar. Como muchos
dragones se presentan también como la encarnación de la sabiduría, en esas
tradiciones matar a uno de ellos no solo daba acceso a sus riquezas, sino
también significaba que el caballero había vencido a la más astuta de las
criaturas. Otra faceta del dragón en la mitología clásica de la época
caballeresca es el dragón como guardián que custodia o
secuestra princesas en sus castillos.
En el Occidente de la actualidad es casi siempre concebido como una criatura
malvada, poderosa y cruel, estereotipo extraído tanto de las antiguas leyendas
como de las más modernas películas.

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