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INTRODUCCIÓN
Poco después de la conquista de "Alto Perú" por los españoles en los años 1530, el
descubrimiento de la excepcional riqueza del Cerro Rico de Potosí, convirtió a Bolivia
en el mayor productor mundial de plata durante más de dos siglos. A principios de los
años 1900, se descubrieron los grandes depósitos de estaño, metal que reemplazó a la
plata como el metal más valioso para la economía del país, lo que continuó hasta el
colapso del mercado del estaño en 1985.
Durante el siglo XX, la minería fue la industria más importante del país, produciendo
gran parte de antimonio, bismuto, plomo, plata, estaño, wólfram y zinc del mundo.
Bolivia está actualmente clasificado como el tercer mayor productor mundial de
antimonio, cuarto en estaño y zinc, y el sexto en wólfram. Adicionalmente, se estima
que los salares del Altiplano Sur contienen> 50% de los recursos de litio del mundo.
Por último, Bolivia tiene grandes recursos de oro, platino, paladio, tantalio, cromo,
níquel, cadmio, indio, bismuto, potasio, boro, hierro, gas natural y petróleo. Estos
recursos poco explorados y subdesarrollados en Bolivia constituyen actualmente en uno
de los objetivos más favorables para un grupo excepcionalmente amplio de minerales
(Arce-Burgoa, 2007, 2009).
Las rocas del Escudo Precámbrico en el extremo oriental Bolivia, definen la parte
suroeste del cratón Amazónico, cubriendo un área aproximada de 200.000 km2, o 18%
del territorio de Bolivia (Fig. 1). Las unidades litológicas corresponden principalmente
rocas metasedimentarias de alto-grado y meta-ígneas del Proterozoico Medio, las
cuales se encuentran extensivamente cubiertas por lateritas del Terciario y yacimientos
de cuencas aluvionales del Cuaternario. Trabajos previos se han referido como el
Cratón de Guaporé, aunque Santos et al. (2008) sugiere que éstos no serían
basamento del cratón, sino que podrían representar uninlier pequeño en el orógeno
Sunsás de edad ca. 1.45-1.10 Ga, formado a lo largo del margen cratónico. Los
principales eventos tectónicos en el orógeno están datados en 1465-1420, 1370-1320 y
1180-1110 Ma. El tectonismo Brasiliano (ca. 600-500 Ma), sólo afectó levemente al
orógeno (Litherland et al., 1986, 1989).
Las llanuras Chaco-Benianas se encuentran en la parte central del país (Fig. 1) y cubren
el 40% de Bolivia. La topografía está dominada por los humedales de la cuenca
sudoeste del Amazonas, que se encuentran por debajo de 250 m de altitud, con pocos
relieves y afloramientos. Estas extensas llanuras son parte de la cuenca de antepaís de
los Andes Centrales, e incluyen 1 a 3 km de sedimentos aluviales de antepaís del
Cenozoico hacia el Oeste y la acumulación menos espesa sobre un amplio
“arqueamiento marginal” (forebulge) hacia el Este (Horton y DeCelles, 1997). Los
mismos suprayacen a sedimentitas terciarias de estratos-rojos con espesores mayores
a 6 km, cubriendo el basamento cristalino Precámbrico al Este y a rocas sedimentarias
paleozoicas y mesozoicas al Oeste.
La Zona Subandina (Fig. 1) consiste de una delgada zona interna de una faja plegada y
escurrida paralela al orógeno, la cual está parcialmente cubierta por sedimentos
provenientes de la parte occidental de la cuenca activa de antepaís. Se caracteriza por
su tendencia norte-sur, y por serranías estrechas que alcanzan elevaciones entre 500 y
2.000 m.
Los tipos de rocas en esta provincia incluye rocas marinas siliciclásticas paleozoicas y
rocas sedimentarias continentales mesozoicas y terciarias. La Cordillera Oriental (Fig.
1), o solevantamiento por sobre escurrimiento de la faja andina, incluye secuencias
poli-deformadas de lutitas, limolitas, areniscas, pizarras y cuarcitas del Ordovícico al
Reciente.
El Altiplano es una serie de cuencas intermontanas continentales las cuales tienen una
longitud combinada aproximada de 850 km, un ancho promedio de 130 km, y cubren
un área aproximada de 110.000 km2. Forman una altiplanicie con elevaciones entre
3.600 y 4.100 m (Fig. 1). Geomorfológicamente, esta provincia consiste de una extensa
planicie interrumpida por cadenas montañosas aisladas. Un acortamiento de la corteza,
una rápida subsidencia y simultáneamente una sedimentación de 15 kilómetros, se
produjo durante la orogenia andina (Richter et al., en USGS y GEOBOL, 1992). El
relleno de cuenca fue dominada por la erosión de la Cordillera Occidental durante el
Eoceno Superior-Oligoceno, aunque un acortamiento durante el Neógeno en la
Cordillera Oriental y Subandino derivó en una posterior dominio de sedimentos más
jóvenes provenientes del este (Horton et al., 2002). La Cordillera Occidental consiste en
una cadena montañosa volcánica de 750 km de longitud y 40 km de ancho medio, con
una superficie de unos 30.000 km2 (Fig. 1). En Perú y Chile está dominada por flujos y
rocas piroclásticas del Jurásico Superior-Cretácico Inferior y secuencias marinas de
areniscas y limolitas.
Sobre las rocas marinas se depositó una cantidad menor de sedimentos continentales
del Cretácico Superior y simultáneamente a lo largo de largo de las costas adyacentes
de Perú y Chile se emplazaron grandes plutones granitoides, muchos de los cuales
están asociados con grandes yacimientos de cobre porfídico. En Bolivia, esta provincia
está dominada por estrato-volcanes andesíticos a dacíticos, formado a partir de aprox.
28 Ma, que definen el estrecho y principal arco magmático moderno de los Andes
Centrales.
Bolivia forma parte de tres importantes provincias metalogénicas de América del Sur: el
Escudo Precámbrico, la Llanura Chaco-Beniana, y los Andes Centrales. Los terrenos
precámbricos han sido muy poco explorados, aunque contienen grandes recursos
potenciales no descubiertos de minerales; por su parte las Llanuras Chaco-Benianas
han sido y son centros de extracción de oro aluvial; y los Andes Centrales hospedan la
mayoría de los principales depósitos vetiformes metalíferos conocidos en Bolivia.
Las dataciones que varían entre 1,0 y 0,8 Ga para la faja aurífera (Geraldes et al.,
1997) son coetáneas con el tectonismo Sunsás e indicarían un evento metalogénico
regional. El yacimiento de Don Mario de 31 t Au y otros prospectos similares de Au-Ag-
Cu se encuentran hospedados en rocas neíscas del Escudo Precámbrico. Don Mario, que
también incluye Pb, Zn, W y Bi, fue explotado por óxidos de cobre a principios de 1700
(Arce-Burgoa, 2007). Las vetas y stockworks estarían sobrepuestos por un skarn
enriquecido en magnetita.
Estas ocurrencias auríferas fueron identificadas como de estilo IOCG, sin embargo la
presencia de sistemas de tipo skarn de Fe-Cu-Au requiere de una información geológica
más detallada. Los yacimientos diseminados de sulfuros polimetálicos masivos de Cu-
Pb-Zn se encuentran asociados con cuencas de rift neoproterozoicas en la parte
meridional del Precámbrico boliviano, especialmente en la cuenca de Tucavaca de 650
× 55 kilometros. Una mineralización diseminada de Cu-Pb-Zn y vetas de cuarzo-
baritina-galena, se presentan generalmente localizadas a lo largo de los contactos
litológicos, tanto en las secuencias de rocas clásticas oxidadas como en las unidades de
lutitas negras reducidas, podrían ser indicativos de depósitos SEDEX, aun no
descubiertos. En la parte norte de la cuenca de Tucavaca se presentan zonas
enriquecidas con Pb-Zn hospedadas en dolomitas ferruginosas y arrecifes
estromatolíticos, lo que indica una potencial mineralización de estilo Mississippi Valley
(MVT).
Adicionalmente, la faja ferro-manganesífera de Mutún-Tucavaca, de, aproximadamente
230×30 km de extensión y de orientación al noroeste, hospeda las menas
sedimentarias de Fe-Mn más grandes de Bolivia (Fig. 1). Estos BIF de tipo Rapitan
incluyen los depósitos de El Mutún, Cerro Rojo y Cerro Colorado-Murciélago que se
encuentran localizados engrabens dentro la cuenca de Tucavaca. La faja de esquistos
verdes de Guarayos, a lo largo del borde occidental de la provincia hospeda ocurrencias
de Cu-Au-Ag-Zn de estilo VMS principalmente en rocas de la Formación La Pastora, lo
cual está expuesta a lo largo de una zona 20 kilómetros de longitud. Cuerpos masivos a
laminados de pirita-calcopirita ± galena-esfalerita se encuentran hospedados en riolita
y rocas metasedimentarias de una secuencia mesoproterozoica volcánica bimodal,
como ocurre en el depósito de Miguela (Arce-Burgoa, 2009).
Los grandes ríos Madera, Madre de Dios, Beni, y Mamoré y sus numerosos afluentes
drenan en las laderas nor-orientales de los Andes Centrales que contienen abundantes
yacimientos de oro orogénico del Paleozoico (véase más adelante), y transectan luego
la parte septentrional de la llanura Chaco-Beniana. Varios de estos sistemas fluviales
contienen cantidades excepcionales de oro en placeres (Fig. 1), que definen la llamada
Cuenca Aurífera Amazónica. Los depósitos de oro en placeres tiene una ley promedio de
aproximadamente 0,5 g/m3 Au, aunque las concentraciones en algunas localidades
suelen sobrepasar los 4 g/m 3 (Heuschmidt y Miranda, 1995). La producción histórica
de estos placeres se ha estimado en >1.200 t de Au (Arce-Burgoa, 2009), por lo que se
trata de depósitos de oro tipo placer de clase mundial. La mayor parte de este oro se
recupera de la Formación Cangalli del Terciario Superior, el cual fue retrabajado en
canales fluviales modernos. Estos depósitos aluvionales contienen aun importantes
recursos, por ejemplo, en las cabeceras del río Alto Madidi, una serie de gruesos
conglomerados puede contener 54 millones de m3 de material con una ley de 0,05
g/m3 Au.
A lo largo de la Cordillera Oriental se presentan tres fajas distintivas que hospedan más
de 500 yacimientos conocidos y ocurrencias de Au ± Sb orogénico (Fig. 2, Tistl, 1985;
Lehrberger, 1992). Estos incluyen (1) una faja al noroeste-oeste, desde cerca de La
Paz, pasando la franja Oruro-Challapata, al distrito de Amayapampa, (2) una faja de
dirección norte-sur desde los distritos de Caracota-Carma al distrito de Candelaria en la
frontera con Argentina; y (3) una faja de rumbo al noroeste desde el distrito de
Apolobamba, cerca de la frontera con Perú, a través de los distritos de Aucapata-Yani y
Cajuata-Los Machos, y el distrito de Cocapata-El Molino. La linearidad de estas tres
fajas es consistente con las mayores estructuras corticales de los Andes Centrales, las
dos primeras fajas siguen el límite entre el Altiplano y la Cordillera Oriental, mientras
que la última faja es la única que se encuentra al centro de la mitad septentrional de la
Cordillera Oriental boliviana.
La mayoría de estos depósitos han sido y están siendo explotados a pequeña escala
desde la época precolonial hasta la actual, aunque la futura mina Amayapampa (16 t de
oro) constituiría una operación de mediana escala con un posible contenido de oro en
todo el distrito que podría alcanzar 80 t Au. Otros recursos de oro importantes son los
depósitos de El Molino (15,5 t Au), Iroco (Kori Chaca, de 32 t de oro en el distrito de
Oruro, que se encuentran en operación en uno de los tajos abiertos más recientes en
Bolivia), Carma (24 t de oro), y San Bernardino (73 Au t). Adicionalmente, algunos de
estos depósitos fueron la principal fuente de oro en los numerosos depósitos de placer
de la zona subandina y de la Llanura Chaco-Beniana (Arce-Burgoa, 2007). La mayoría
de los depósitos de oro han presentado leyes promedio de 1 a 3 g / t Au, que son
relativamente bajas para filones de oro orogénico. En consecuencia, estos sistemas de
vetas epizonales son mucho más propensos de ser prospectivos como sistemas masivos
de baja ley, similares a las menas enriquecidas en antimonio de Donlin Creek en
Alaska, en lugar de las minas subterráneas de alta ley.
CONCLUSIONES
AGRADECIMIENTOS
REFERENCIAS
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