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De los inicios de una niñez errónea.

Provengo del sur del país, nací en una comunidad donde el machismo, el sexismo y

el patriarcado, eran cosas habituales. Fue muy común ver como se denigraba a la mujer. Fui

espectador del machismo y de cómo destruía hogares y familias enteras. En ocasiones, los

efectos eran irreparables. Y con esas costumbres y prácticas fui criado.

En el contexto de una vida permeada con las prácticas machistas, sexistas y patriarcales; uno

se desarrolla con la normalidad errónea. Más al pasar los años, aprender y entender más el

cómo se deben hacer las cosas; pude darme cuenta, de que lo que para mí era normal, en

realidad de normal, no tenía nada. Poco a poco voy descubriendo más del cómo deberían ser

las cosas y realizando cambios adecuados al deber ser social, personal y equitativo.

Permítanme compartir algunos hábitos que considero podrán ayudar tanto a mujeres y

hombres, que estén en busca de esta mejora. Ya que los primeros pasos son cruciales, para

no mal interpretar las verdaderas enseñanzas de una vida con equidad y paridad de género.

Debemos informarnos de aquellas fuentes verídicas y confiables cómo, por ejemplo, autoras

y autores que hasta el día de hoy son influencia. Materias como las que se cursan en las

universidades cómo lo es -Competencias comunicativas con enfoque de género- por nombrar

una de tantas.

En conclusión, debemos prestar más atención en generaciones que, a veces parecen perdidas

en el tradicionalismo. Fomentar el acceso a los materiales de valor, para el aprendizaje.

Prestar más atención en las cosas que se fomentan día a día, cuestionando y buscando lo

correcto. Recordando que “El conocimiento es poder” (Sir. Francis Bacon 1561-1626).

Javier Lucas Martinez Mejia 206835.

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