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El número 7 ofrece su poder de curación, su energía quita las anatemas, las maldiciones y las
memorias negativas profundas de orden familiar o colectivo, incluso de vidas anteriores. Lo
único que tienes que hacer es llamar a esta energía con la pureza de un niño para recibir su
sanación y liberarte de la ley del talión “ojo por ojo, diente por diente”, para devolver la
supremacía a la ley del Amor.
La séptima carta del Tarot es “El Carro” (carroza o andas), que representa la victoria del
espíritu. La voluntad victoriosa se basa en la ecuanimidad y estado de receptividad, hechos
ganados por mérito propio. Es una conquista en todos los planos de la mente, la ciencia, la
intuición. En el sentido más elevado, sugiere el gobierno del espíritu, en donde el Yo superior
es el cochero que está al mando del vehículo que conduce (su cuerpo físico).