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Investigación
La especialización basada en la
naturaleza de los hechos
Periodismo de
Investigación
La especialización basada en la
Naturaleza de los hechos
9 INTRODUCCIÓN
PARTE I
11 Estrategias teórico-metodológicas en el estudio de la investigación periodística. Especialidades
13 CAPITULO I
Límites y fronteras conceptuales
15 Introducción
19 2. P en P, lo que no es P de I
28 5. Campo temático
32 Bibliografía
CAPITULO II
35 Un siglo de trayectoria husmeando por zonas grises y oscuras
37 1. Periodistas en guerra
45 3. IRE
50 5. P de I en Latinoamérica
52 5.2. Perú a la orden del día en casos de corrupción y violación de derechos humanos
63 6. El P de I en Argentina
67 6.2. Walsh
93 7. El periodismo en profundidad
98 Bibliografía
CAPITULO III
101 Abordaje metodológico
115 Bibliografía
PARTE II
117 Síntesis de los casos y codificaciones
119 CAPITULO IV
Investigaciones. Historias puestas en escena
162 4. Días de furia. Historia oculta de la Argentina desde la caída de De la Rua hasta la asunción de
Duhalde
172 Bibliografía
CAPITULO V
175 Codificación abierta
208 5.3. Categorización de fuentes. Cuando me muera quiero que me toquen cumbia. Vida de pibes
chorros
211 5.4. Categorización de fuentes. Historia oculta de la Argentina desde la caída de De la Rúa hasta la
asunción de Duhalde.
219 Bibliografía
CAPITULO VI
221 Camino a la comprensión de la especialidad. Codificación axial y selectiva
252 6. Fuentes
256 Bibliografía
CAPITULO VII
257 A modo de resumen
261 Bibliografía
8 Facultad de Periodismo y Comunicación Social - UNLP
INTRODUCCION
Con este trabajo no se intenta poner en crisis una línea teórica que existe desde hace años
llevada adelante por “los clásicos” del periodismo de investigación, sino que en el horizonte de
expectativas está presente la idea de instalar un debate que apunte a la apertura de fronteras.
El trabajo consta de siete capítulos divididos en dos partes, la primera donde se expone el
marco teórico; la historia del P de I desde sus inicios con lo muckrakers, pasando por las
experiencias Norteamericanas, Latinoamericanas, Europeas y de Argentina por sobre todas
las cosas, por ser el lugar de origen de los casos a investigar. En ese apartado se hace mención y
una breve reseña a los máximos exponentes en el país y a las obras hitos.
de los casos, la intención desde los inicios del trabajo fue la de no aplicar una metodología de
análisis del discurso específica para medios, ya que los trabajos del P de I poseen
características propias que merecen técnicas específicas de análisis. Por esta razón se decidió
fundamentar cada paso analítico a través del enfoque de la “grounded theory” también
llamada TA (teorización anclada) o Teoría fundamentada, instalada en el campo científico por
los investigadores Barney Glaser y Anselm Strauss en 1967.
Las técnicas utilizadas son las de análisis comparativo y muestreo teórico con las que no se
pretendió generalizar las conclusiones obtenidas a todo el universo de investigaciones
periodísticas, sino que con la lectura en profundidad se intentó reconstruir el proceso de
investigación llevado adelante por los periodistas, para extraer categorías de análisis y así
sacar conclusiones particulares para este corpus de análisis.
La segunda parte se titula “Síntesis de los casos y codificaciones”, y consta de cuatro capítulos
dedicados exclusivamente al análisis en sus diferentes etapas: En primer lugar se ponen las
investigaciones en escena, donde se presentan síntesis de los casos, su contexto, referencias
al autor en relación a su estilo y al propio trabajo; la estructura y las técnicas y estrategias que
se presume utilizó el investigador, sin poder afirmarlas ya que el dato se obtiene del producto y
no de la palabra del propio autor.
Para culminar esta breve introducción porque no citar palabras del texto de Gabriel garcía
Márquez “El mejor oficio del mundo” (1995), de hecho la investigación se basa en una
especialidad de la profesión y apunta a generar un diálogo que intente democratizar fronteras,
además como trabajo culmine de la carrera de grado es importante tener presente algunos
aspectos que el ritmo de la vida cotidiana puede desplomar “Toda la formación debe estar
sustentada en tres pilares maestros: la certidumbre de que la investigación no es una
especialidad del oficio sino que todo el periodismo debe ser investigativo por definición, y la
conciencia de que la ética no es una condición ocasional, sino que debe acompañar siempre al
periodismo como el zumbido al moscardón”.
E s t ra t e g i a s t e ó r i c o - m e t o d o l ó g i c a s
en el estudio de la
i nve s t i g a c i ó n p e r i o d í s t i c a .
Especialidades
L í m i t e s y f r o n t e ra s
conceptuales
Néstor Scibona
Director del Diario El Cronista
Ponencia en Jornadas sobre Periodismo y
ética del diario la Nación. 1997
INTRODUCCIÓN
Reyes (pág. 12) cita los tres elementos básicos del P de I, considerados por Greene:
que la investigación sea trabajo propio del reportero y no un informe sobre un hecho
1. Gerardo Reyes es abogado y periodista colombiano, trabaja como reportero para América Latina en El Nuevo Herald, donde
investiga casos de corrupción y narcotráfico. Con el equipo de investigación de este medio ganó el Premio Pulitzer en 1999. En
2004 Reyes recibió el premio individual de periodismo internacional Maria Moors Cabot, concedido por la Universidad de
Columbia. Es autor de los libros "Don Julio Mario Santo Domingo, biografía no autorizada'' (Ediciones B, 2003), "Periodismo de
Investigación" (Editorial Trillas, México 1996), "Made in Miami" (Planeta, Bogotá 2000) y "¿Por quién votar?" (Oveja Negra,
1982). Reyes es miembro del International Consortium of Investigative Journalists.
investigado por alguien; que el tema trate de algo importante para el lector o el televidente, y
que haya quienes se empeñen en esconder esos asuntos al público. Aquí nuevamente subraya
el punto de desacuerdo entre ambas especialidades y el elemento de análisis de esta
investigación.
Desde esta perspectiva, según el autor, se tienen en cuenta aspectos históricos y sociológicos
que son públicos pero que los medios no pusieron atención en ellos; aquí se acerca a la
concepción de lo oculto a diferencia de lo ocultado intencionalmente. Reyes marca dos items
para detectar a que especialidad corresponde cada investigación, “el periodismo investigativo
se concentra en responder a la pregunta sobre quién y cuando lo hizo, el de profundidad busca
el porqué” (pág. 31).
El primer capítulo (págs 25 a 36) del libro se titula “Conceptos generales del periodismo de
2. Gustavo Martínez Pandiani es Licenciado en Ciencia Política, Abogado y obtuvo un master in Public Administration (MPA) con especialización
en comunicación política en Harvard University, actualmente es Decano de la Facultad de Ciencias de la Educación y de la Comunicación Social
de la Universidad del Salvador, donde diseñó la primera Maestría en Periodismo de Investigación (MPI) que se dicta en América latina.
Con respecto al campo de estudio amplía la concepción dada durante todo el libro, habla de
casos que a menudo se encuentran “ocultos e invisibles por su propia naturaleza”; esto engloba
casos ocultados pero también ocultos. Esta definición posee puntos en común con las
definiciones que incluyen temáticas sociales ocultas, no ocultadas y excluyentes de lo que
naturalmente se mantiene al margen de los medios, temas confinados para algunos autores, a
ser investigados por el periodismo en profundidad.
Entiende al P de I como “la búsqueda y difusión de información acerca de sucesos con valor
periodístico” (2001; pág. 1), esta característica es también compartida por el periodismo en
profundidad; continúa la definición “eventos e información que otros (individuos, grupos,
empresas, instituciones, organizaciones gubernamentales o no gubernamentales, clases
sociales o el sistema mismo en su conjunto) mantienen ocultos y quieren impedir que sean
conocidos y difundidos en un ámbito social mayor que aquel circuito de los que están
enterados. Es decir, la materia del P de I, su objeto, es la información oculta, reservada,
secreta, y sus fuentes, aquellas que están cerradas”. Para el autor “estas dos características:
información oculta con intencionalidad y fuentes cerradas, diferencian al P de I de cualquier
otro tipo de formas periodísticas, aunque sean de denuncia, pero que trabajen con
información socialmente disponible a través de fuentes abiertas”.
En Teoría y Practica, Caminos Marcet (1997. pág17), mantiene la rigidez de las fronteras
entre periodismo de investigación e investigación periodística 3 , se muestra categórico a la
hora de conceptuar ambas modalidades “una cosa es verificar los datos antes de su
publicación y otra diferente es investigar sobre ciertas informaciones que algunas personas o
instituciones desean que permanezcan ocultas”.
3. Cabe señalar que en este trabajo se utilizará el término investigación periodística como el producto del periodismo en profundidad por lo
que es posible utilizar cualquiera de los dos términos para referir al periodismo en profundidad
Evidentemente existe una contradicción en las declaraciones, si todo periodismo bien hecho
es investigativo por definición, porque es necesario marcar límites separando el periodismo de
investigación de otros modos de hacer periodismo, y porque trazar una frontera tan estricta
con las investigaciones que se incluyen en el periodismo en profundidad. Es necesario la
búsqueda de respuestas fundamentadas científicamente para evitar la utilización de
conceptos donde se producen fricciones.
Carlos Sortino, en un artículo titulado La ratonera, plantea un agregado a las definiciones con
cierto grado de originalidad, agrega al concepto de periodismo de investigación que "su trabajo
incluye el proceso de ordenar hechos diversos, que aparecen dispersos y distantes unos de
otros, señalar sus relaciones y derivar de ellas el sentido de una praxis" (2001). Desde este
punto de vista, ya no sería importante sólo el descubrimiento de información oculta/ocultada,
sino que también cobraría relevancia la relación que se pueda establecer entre datos que están
a la luz pero que, al relacionarlos, nos develan aspectos desconocidos de la problemática.
2. P en P, LO QUE NO ES P de I
especialidad ya que cada vez que se la menciona es para incluir en ella, lo que no es P de I. Los
elementos que caracterizan al P en P concuerdan con los del P de I, sólo que no
necesariamente investiga hechos ocultados con intencionalidad y que además no se basa
fundamentalmente en la utilización de fuentes cerradas 4 . A continuación se presentan
algunas definiciones pero no de carácter científico.
Explica que no solo abordan los conflictos, sino que realizan un trabajo mas abarcador, donde
se estudia incluso, las repercusiones del tema. La autora no define concretamente que clase
de periodismo realiza, ya que realiza trabajos encuadrados en lo que algunos llaman
periodismo de investigación y otros, periodismo en profundidad. Según lo expuesto en todo el
articulo, el término “profundidad” engloba la práctica realizada en ambas especialidades.
El problema que se plantea la autora está ligado al interrogante y eje de esta investigación ya
que también pone en crisis la rigidez de los límites entre especialidades y busca la posibilidad
de hallar zonas grises donde se ubiquen investigaciones que reúnen características de varias
de las especialidades. Carrobello intenta ubicar el trabajo que realiza como periodista
investigadora, y desde esta investigación científica, se intenta ubicar investigaciones
periodísticas de hechos de distinta naturaleza pero investigados con métodos que comparten
tanto el P de I como el P en P.
“Luego de elegir que vamos a tratar y quienes lo harán, se determina como se va a realizar.
Aquí entra a jugar una metodología en la obtención de datos, en relación con las fuentes de
información. Se utilizan tanto fuentes periodísticas vivas y documentales, como métodos de
investigación sociológicos, ya sean encuestas, dinámicas de grupo, análisis de contenido,
observación participante y otros. Los reportajes no sólo abordan los conflictos, sino que
desentrañan las causas y las repercusiones de cada problema” , la periodista cubana expone
como a través de una conjunción de fuentes y de técnicas de investigación se realizan
investigaciones en profundidad aptas, según su juicio, para ser incluidas en diferentes
especialidades, incluso dentro del periodismo de investigación. En ningún momento hace
mención a la naturaleza del hecho como algo ocultado con intencionalidad, sino que sus temas
de investigación surgen de un estudio de la realidad social, económica o política del país y de
hechos “calientes” del acontecer nacional.
4. Los conceptos de oculto y ocultado, como de fuentes abiertas y cerradas se desarrollarán a continuación como elementos conceptuales
específicos contenidos en las definiciones de las especialidades investigadas: periodismo de investigación y periodismo en profundidad
En el libro debate sobre el nacimiento del periodismo social, que es conceptualizado como un
periodismo que asume su responsabilidad en los procesos sociales, que reflexiona sobre su
papel en el devenir social y se preocupa por la búsqueda de soluciones. “el periodismo social
propone avanzar un paso más en el camino de la comunicación social. Por eso se propone
fuertemente la exploración de articulaciones entre los temas económicos, políticos y sociales.
Además enfatiza la necesidad de sumar nuevas fuentes que brinden una visión de la realidad
que se ajuste mejor a la realidad misma” (Cytrynblum; 2003).
Periodismo Social nació en el año 2000 como una idea del Grupo Tercer Sector, de la Fundación
Viso, de jerarquizar el eje social en los medios de comunicación, y debido al impacto y profundo
trabajo, se constituyo tres años después en asociación civil. Su impulsora, Alicia Cyntrynblum,
es periodista especializada en temas sociales y su experiencia en medios como la Revista
Tercer Sector, Diario La Nación, revista Veintitrés y otros, la llevó a sistematizar sus
conocimientos que plasmo en “Periodismo social. Una nueva disciplina”.
La autora hace hincapié en la aparición desde fines de los años ´80 de nuevos actores sociales,
como las asambleas vecinales, ONGs, piqueteros, fabricas recuperadas, entre otros, y en la
escasa o nula incorporación de estas fuentes de datos y de noticias a la agenda mediática, lo
que implica que estas temáticas permanezcan ocultas ante el público.
Desde la especialidad se considera que el mundo esta en permanente cambio y genera nuevas
respuestas que muchas veces por falta de conocimiento son ignoradas por la prensa. Para
contrarrestar esta tendencia propone nuevos instrumentos que permitan jerarquizar el eje
social en los medios de comunicación.
Poniendo en relación las temática del periodismo social con las especialidades del
periodismo, y ahondando en el nuevo genero presentado por Alicia Cytrynblum, es
posible poner en relación el concepto periodismo social con el intento de visibilizar
sectores y realidades no visibles, con el objetivo de informar dando vida pública a lo
imponente pero oculto.
Siguiendo esta línea, Heriberto Cardoso Milanés 5 (2002) sostiene que no existen
razones para afirmar que la investigación se haya convertido en un nuevo género
periodístico. El escritor propone otra definición de investigación en el marco del
periodismo que también será tenida en cuenta en el momento del análisis.
En el inicio del marco teórico, Gerardo Reyes citaba a García Márquez para refutar la
o tiene que ser investigativo por definición”, Cardoso Milanés también retoma al
celebre periodista y escritor pero para reafirmar esa posición “La investigación no es
una especialidad del oficio, sino que todo el periodismo tiene que ser investigativo
por definición”.El autor no distingue lo oculto de lo ocultado, y considera que ambos
5. Heriberto Cardoso Milanés es Doctor en Ciencias de la Comunicación Social y profesor titular e investigador por más de 30 años de la cátedra
de periodismo y Comunicación Organizacional de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Oriente, en Santiago de Cuba.
El autor puntualiza rasgos positivos del P de I y negativos, como positivos presenta los
siguientes:
! Una concepción integral y estratégica del trabajo con las fuentes de información y ulterior
presentación de los resultados.
Cardoso Milanés señala que a partir de los rasgos presentados puede separarse el P de I, de la
práctica investigativa convencional pero no considera pertinente hablar de un género
periodístico específico, sino de una actitud, métodos y acciones profesionales ante
determinados temas que por su complejidad e implicaciones deben ser objeto de una
investigación más acabada y rigurosa.
El periodista sostiene que mas allá de una definición académica se trata de una identificación
personal, “la realidad no identifica cuando corresponde tal actitud; sino que ese deslinde
incumbe al periodista. Y vale decir que para el buen periodista, toda realidad es siempre
compleja y requiere, por tanto, el máximo rigor profesional”.
A Jorge Luis Bernetti en una entrevista realizada para una tesis la de Facultad de Periodismo
de la UNLP se le consultó que es el P de I, “El P de I, que no es lo mismo que una investigación en
Ciencias sociales, es el esfuerzo deliberado, elaborado y profundo de trabajar un tema que
generalmente está poco expuesto en el debate público y que tiene serias dificultades en razón
ntos extraviados o ocultados, robados y la elaboración sistemática de esa información”
(2005).
El periodista y profesor presenta un concepto mas amplio del P de I por lo que podrían
involucrase dentro de la especialidad ciertas investigaciones que son consideradas P en P por
no pertenecer al campo de “lo ocultado” o de las fuentes cerradas. Siguiendo esta línea Susana
Viau, en una entrevista para la tesis sobre P de I presentada en el 2005 abre el concepto rígido
de P de I.
“No hay sólo un concepto, se puede investigar sin denunciar necesariamente. Se puede
investigar un tema para mostrarlo no para revelar un delito o un hecho de corrupción. Cuando
uno trata de mostrar una actividad delictiva o tráfico de influencias, busca lo mismo que la
justicia o la policía pero con métodos diferentes, porque nosotros no somos ni policías ni
jueces.” además Viau sostiene que el periodista busca lo que debería buscar la justicia y la
policía y no lo hace.
Juan Jorge Faundes (2001) en Etica y contexto del periodismo de investigación presenta,
tres áreas de investigación: área del consenso, de la discrepancia legitima y de la disidencia;
esas áreas serán tenidas en cuenta en el análisis de las investigaciones ya que limitan las
áreas de ejercicio de la investigación y se encuentran relacionadas con los conceptos de oculto
y ocultado.
Cuando el autor se refiere al área del Consenso incluye a las investigaciones que indagan y
denuncian aquellos hechos que la mayor parte del público está de acuerdo en que se
investiguen, denuncien y sancionen, pero que no cuestionan al sistema político, económico y
social, y tampoco a la estructura de jerarquías y poderes: “se trata de sacar a la luz hechos
pretendidamente natural y universalmente perversos. Por ejemplo: el narcotráfico, la trata
de blancas, el lavado de dinero, el uso de dineros y bienes públicos para beneficio privado, el
soborno, etc. Se puede sostener que investigar desde esta perspectiva es funcional al sistema
porque lo limpia de aquello que lo desprestigia” (2001; pág. 7).
Esta última zona de investigación se sustenta de las cuatro “D” según Faundes, esas cuatro D
son pautas éticas universales, que según el autor deberían ser tenidas en cuenta y evaluadas
por el periodista investigador: democracia participativa de las mayorías; desarrollo
participativo y sustentable centrado en el bienestar de las mayorías y el respeto de la
naturaleza (justicia social, vida digna, cuidado del medio ambiente y sus recursos); derechos
humanos y diversidad (reconocimiento de que se es diferente del otro y el reconocimiento de
esto).
tratan temáticas socialmente conocidas en las que existen diferencias de criterios a la hora de
juzgarlas.
Faundes (2001) en otra de sus producciones presenta la diferencia del P de I con el resto de los
tipos de periodismo basándose en la diferencia entre lo oculto y lo ocultado, en ¿Ocaso del
periodismo de investigación en Chile y América latina?, define: “por periodismo de
investigación (o investigativo) se entiende (tal como se ha definido por organizaciones
periodísticas y académicas) la búsqueda y difusión de sucesos con valor periodístico que
determinadas personas, grupos o instituciones públicas o privadas, poderes fácticos, etc.,
mantienen ocultos y procuran impedir que sean conocidos en un ámbito social mayor que el
circuito cerrado de los que están enterados. Su objeto es la información de interés social, pero
que está oculta, reservada, secreta”.
En este artículo endurece la postura con respecto a las temáticas aptas para ser analizadas,
deja muy en claro que los hechos no ocultados con intencionalidad no forman parte del P de I,
sostiene “no es periodismo de investigación (P de I) la mera denuncia originada en la
investigación de otros (policías, políticos, organismos), ni la sola interpretación
(contextualizar y buscar el sentido de los sucesos particulares). Ni el periodismo en
profundidad (investigar a fondo en fuentes abiertas). Ni el periodismo de precisión (que usa el
método científico y las técnicas de la ciencia). Ni el nuevo periodismo (el uso de las técnicas de
la ficción, particularmente de la narrativa y la novela)”.
Siguiendo los lineamientos de Faundes pero de forma más cercana a su primer artículo
retomado, Ética y contexto del periodismo de investigación, el Lic. Alfredo Torre 6 (2005), en
Un abordaje científico y sistémico del periodismo investigativo, conceptualiza al P de I y marca
las reglas básicas que debe cumplir una investigación para ser considerada como tal. Posee una
concepción formada de que es y que no es P de I, considera que el principio básico del
periodismo de investigación (P de I) consiste en transparentar sistemas a partir de la
demostración documental y/o testimonial de que alguien oculta algo y que ese algo afecta
negativamente al escenario público.
Presenta un modo diferente de abordar el objeto de estudio, a través de una teoría General de
sistemas, donde considera a las organizaciones: personas (tangibles) y las normativas
(intangibles) que regulan ciertos procedimientos como sistemas, como conjuntos de
elementos interdependientes. “Digamos que el P de I debería mostrar a los sistemas como si
fueran cajas de cristal, en las que quede establecido la absoluta transparencia de su
6. Alfredo Torre es Licenciado en Ciencias de la Comunicación con formación de posgrado en la Facultad Latinoamericana de
Ciencias Sociales (FLACSO), actualmente es titular de la cátedra “Taller de periodismo de investigación” de la UNLP.
funcionamiento y las razones que lo determinan (...) de no ser así, se verá obligado a señalar
su oscuridad u opaquez” (2005. pág. 3). Acá retoma la necesidad de denuncia de lo ocultado.
Con respecto a la especialidad P de I, marca diferentes puntos a tener en cuenta: “el hecho
del deliberado ocultamiento por parte de una o más personas, está frecuentemente asociado a
cuestiones irregulares o ilegales. También aparece el plano alegal, es decir, alentado por la
ausencia de normativa”, con respecto a este punto es factible preguntarse, si el P de I retoma
aquello ocultado con intencionalidad, ¿la alegalidad por falta de normativas es un hecho
intencionalmente producido o se estaría en una zona gris entre lo tratado por el periodismo de
investigación (tratamiento de lo ocultado) y el periodismo en profundidad o investigación
periodística (tratamiento de lo oculto)?. Este interrogante es el eje de la investigación,
incluyendo no sólo a lo alegal, sino ampliando la pregunta a hechos sociales ocultos por
diferentes causas.
Una investigación que revela un hecho oculto es por ejemplo la historia publicada por Cristian
Alarcón (2003) en Cuando me muera quiero que me toquen cumbia. A partir de la figura del
Frente Vital, un joven de 17 años acribillado por un cabo de la Bonaerense, Alarcón revela
parte de la historia argentina actual, la vida en la villa, los códigos de los marginados, los
pensamientos y causas del accionar de los pibes chorros.
Esta historia no es ocultada por un individuo u organismo, sino que permanece oculta por
diversas causas imposibles de enumerar y afirmar, no es pública por no estar presente en los
medios ya sea por ser poco redituable comercialmente, porque se trata de una historia
marginal, porque los protagonistas son personas condenadas socialmente por portación de
cara o aspecto. Las causas de no hacer público este tipo de historia merece una investigación
que excede a la tesis pero que evidentemente existen.
Son situaciones ocultas, que no se ven ni se escuchan, pero existen y son material apto de ser
investigado, en la investigación se analiza si cumplen con los requisitos para ser considerados
hechos viables para que el P de I los investigue con excepción de la intencionalidad de su
invisibilidad.
En base al análisis de los casos y el cruce que se realice de los datos, la investigación intentará
dilucidar si ambos conceptos se excluyen mutuamente y por ende generan dos clasificaciones
diferentes de la práctica periodística o si ambos se conjugan. Intentará corroborar si es posible
o no romper con las estructuras estancas de lo oculto y lo ocultado, para democratizar espacios
y ampliar fronteras de clasificación permitiendo generar una franja donde se imbriquen
temáticas de distinta naturaleza.
corroborar si las versiones coinciden con otras fuentes, para verificar su valor.
Ana Laura García Luna en la compilación realizada por Gustavo Martínez Pandiani (2004;
pág. 31) hace hincapié en la necesidad del periodista de recurrir a varias fuentes ya que el
éxito de su labor dependerá de la calidad y los recursos informativos. Esta autora retoma el
esquema de clasificación de fuentes realizado por Pepe Rodríguez (1994), presenta dos tipos
principales de fuentes: las fuentes objetivas de los hechos y las fuentes subjetivas del
investigador.
Dentro de las primeras, las vinculadas al hecho a investigar, se encuentran las fuentes
implicadas (aquellas personas que tiene algo que ver con el hecho investigado como
protagonistas, afectados o testigos) y las fuentes ajenas (personas que no tienen que ver con
el hecho directamente pero puede aportar datos de interés técnico o noticiables).
Las fuentes subjetivas, aquellas vinculadas con el periodista que investiga, se clasifican en
fuente oficiales (facilitan información institucionalizada) y fuentes oficiosas (que se dividen
en informantes y confidentes). Esta clasificación conjuntamente con la expuesta
anteriormente se utilizará para el análisis de casos en el cuerpo de la investigación.
De gran importancia es la diferenciación entre fuentes abiertas y cerradas que realizan los
autores especialistas en P de I ya que para la línea que mantiene fronteras estrictas con el
periodismo en profundidad, la utilización de una u otra es primordial para incluir una temática
o no en cada especialidad.
El autor no descarta que el periodismo investigación trabaje con fuentes abiertas, aquellas
disponibles socialmente, de acceso público y que no son ocultas u ocultadas,
“Necesariamente ha de usar todo tipo de fuentes y todo tipo de datos. Pero los datos ocultos,
el lograr la apertura de fuentes cerradas, le dan el carácter propio”.
5. CAMPO TEMÁTICO
Caminos Marcet (1997; pág. 24) detalla las características propias del P de I, señalando la
desconfianza en las fuentes oficiales como un requisito básico, ya que debe interesarle lo que
ocultan. “una amplia y extensa red de fuentes al margen de los cauces normales de la
información es el punto de partida para cualquier periodista investigador”.
El autor presenta un cuadro acerca del proceso de detección de la noticia que será expuesto a
continuación, es importante seguir la estructura ya que a través de ella se deduce la
importancia que da Pepe Rodríguez a la información ocultada. Se refiere en todo el proceso a
los filtros que deben sortearse y la palabra filtro incluye aspectos como barreras de silencio,
información infranqueable o desinformación, tres elementos en íntima relación con el
ocultamiento (Ver cuadro 1).
El autor José María Caminos Marcet (1997), sostiene que se limita el P de I a los hechos de
corrupción y a la gestión pública, pero explica que esto no debería ocurrir ya que las
posibilidades de investigación son infinitas y su campo temático ilimitado.
Con la diversificación propuesta por Marcet (1997, pág. 23) y la posible extensión de
fronteras con la creación de un área gris con temáticas; podrían acortarse las distancias entre
el periodismo de investigación y el periodismo en profundidad planteadas de forma abismal
por la línea dura del periodismo de investigación.
La profesora Montserrat Quesada, citada por Marcet (1997) establece tres grandes grupos
temáticos que pueden generar trabajo para el P de I:
! Investigaciones históricas.
! Investigaciones sobre temas actuales
! Investigaciones sobre temas históricos con repercusiones actuales
Esta gran delimitación de temas de la especialista no acota el campo de forma detallada como
para aislar temas que no puedan ser abordados por el P de I y si por el P en P.
En este trabajo se considera pertinente la utilización del proceso presentado por Pepe
Rodríguez con la singularidad de que el filtro informativo, no necesariamente debe ser
resultado de la intencionalidad de ocultamiento, sino que puede existir un filtro informativo
hacia un hecho noticiable o de posible tratamiento para el P de I pero que permanece oculto sin
ser adrede.
Los conceptos presentes en este punto se exponen como herramienta útil en el análisis
posterior de las diferentes investigaciones. La concepción que se tendrá en cuenta acerca de
que se considera hipótesis y las diferentes formas en que pueden clasificarse se tomarán del
documento titulado Hipótesis del Profesor Alfredo Torre (2000).
“La hipótesis es una tentativa de explicación mediante una suposición o conjetura verosímil
(que tiene apariencia de verdadero), destinada a ser probada por la comprobación de los
hechos (...) La función de las hipótesis en la investigación, es sugerir explicaciones a ciertos
hechos y orientar la investigación de otros. Estas explicaciones provisionales, surgen a partir
del previo conocimiento del fenómeno a indagar” (2000; pág. 1)
Las especialidades que están en foco en la tesis utilizan las hipótesis en sus investigaciones
como guía y como explicación provisional que indica una posibilidad de resolución del
problema. Estas proposiciones introducen coordinación en el análisis de los hechos sean de la
naturaleza que sean, orientan las elección de datos y guían la labor del investigador.
Los requisitos que presenta Torre para ser utilizables son: que sean conceptualmente claras;
que tengan referencia empírica, que no sean valorativas, que sean específicas es decir
comprensibles la explicación de sus implicaciones, y deben estar relacionadas con el cuerpo
teórico o cuerpo de ideas interrelacionadas alrededor de un objeto de estudio.
Con respecto a las precauciones en su uso, el profesor sostiene que debe tenerse en cuenta
incluir todas las pruebas independientemente de que ellas puedan utilizarse para comprobar o
rechazar hipótesis; se deben admitir la posibilidad de alternativas o reformulación de hipótesis
de acuerdo a la obtención de mejores datos y no se debe atar la investigación a la demostración
de la hipótesis a cualquier precio, “lo peor que a un investigador le puede suceder, es que se
enamore de su hipótesis de trabajo y sólo se detenga en aquellas cuestiones que ayuden a su
confirmación” (2000; pág. 1).
Los diferentes tipos de hipótesis presentes en una investigación periodística son los
siguientes:
! Hipótesis secundarias: pueden ser o no derivadas de las principales y dan explicación sobre
aspectos no troncales de la investigación, pero que merecen mencionarse para tener una
apreciación más ajustada de los hechos y sus relaciones. Generalmente promueven otras
investigaciones. Se presume con algún grado de certeza que existen ramificaciones u otras
personas implicadas en el hecho en cuestión (presunción anunciada pero no comprobada).
BIBLIOGRAFÍA
Alarcón, Cristian (2003). Cuando me muera quiero que me toquen cumbia. Vida de pibes de chorros.
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U n s i g l o d e t raye c t o r i a
h u s m e a n d o e n zo n a s
G r i s e s y o s c u ra s
Los periodistas a los que se refiere este apartado, los de fines de siglo XIX y principios
del XX, se hicieron famosos además de por sus investigaciones, por la respuesta del
presidente Theodor Roosevelt que ante periodistas el 14 de abril de 1906, los llamó
despectivamente muckrakers, buscadores de basura, un término que unía dos
palabras: “estiércol” (muck) y “rastrillo” (rake). “La lapicera hacía las veces de
rastrillo; removía el estiércol acumulado al pie de la escala social por las fechorías de
los distinguidos ladrones de la alta sociedad. La lapicera arremetía contra los
gobernantes, no contra quienes se resistían a ellos. Esa clase de periodismo tenía
trabajo para rato en un país al que Henry James calificaba, hace un siglo, de
gigantesco paraíso de la rapiña, invadido por todas las variedades de plantas
venenosas que engendra la pasión por el dinero” (Halimi: 2003)
Su época dorada fue la primera década del siglo XX, precisamente entre 1902 y 1912
y entre los destacados se encontraban el gran Joseph Pulitzer, quien desde el New
York World inició la cruzada contra los políticos corruptos; y David Graham Phillips,
quien desde Cosmopolitan reveló las maquinaciones corruptas en el Senado de EEUU.
La época se caracterizó por el abandono de los periodistas de la actividad exclusiva de
transcribir comunicados de empresas y fax de políticos.
El gobierno criticaba el exceso de control por parte de la prensa, pero era evidente el
aumento de casos de corrupción en la actividad política, José Luis Dader (1997: pág
31) presenta las características del contexto donde se realizaron estas
investigaciones:
Dader (1997: pág 31) desarrolla también las cualidades de los periodistas investigadores que
unidas a las características antes mencionadas forman el cóctel perfecto para el desarrollo del
P de I.
La tarea era relacionada con el amarillismo, ejemplos resonantes de la especialidad son por
ejemplo: los dieciocho artículos publicados desde 1902 y durante dos años por Ida Tarbell
sobre “La historia de Standard Oil”, que se referían a como la empresa acabo con todos sus
competidores lo que desató investigaciones sobre otras empresas, las denuncias contra el
magnate Rockefeller produjeron consecuencias serias en su imperio petrolero. Otro caso que
generó ruido salió a la luz en 1906 cuando Upton Sinclair investigó las insalubres condiciones
de trabajo en los mataderos de Chicago.
También el novelista y periodista John Steinbeck denunció en The San Francisco Examiner las
condiciones infrahumanas de los campos de inmigrantes en California; en 1905 Ray Stannard
Baker publicó una investigación en cinco entregas sobre los trusts propietarios de las
compañías ferroviarias, y en 1906 Edwin Markham, en Cosmopolitan, denunció la contratación
de niños por las grandes fábricas norteamericanas para abaratar costos.
También se deben mencionar los casos de Joseph Pulitzer que arremetió contra la corrupción
de los políticos, de Jacob Riis que desenmascaró escándalos inmobiliarios en Nueva York y de
David Grahan Phillips que denunció actividades irregulares en el Senado norteamericano.
Thomas Lawson investigó abusos en Wall Street, Ray Stannard Baker en 1905 manejos ilegales
e irregularidades en empresas de trenes, Edwin Markham publicó en 1906 artículos en
Cosmopolitan sobre la explotación infantil en campos de algodón al amparo del gobierno,
donde no se exigía el fin de esta ilegalidad por miedo a que las fábricas se fueran del país.
Como integrantes de la era de los muckrakers pueden mencionarse los textos de Jack London
sobre El pueblo del abismo, y de George Kibbe Turner sobre prostitución que eran titulados
“Las hijas de los pobres: una historia sencilla del desarrollo de nueva York como centro mundial
de la trata de blancas con el apoyo de la municipalidad” (Halimi: 2003).
Una vez terminada la década de oro y con la llegada de la guerra mundial, los periodistas
estadounidenses debieron apoyar al sistema y fueron progresivamente abandonando la tarea
de los muckrakers para dedicarse a un periodismo institucional bastante alejado de la
denuncia.
Según Dader las empresas periodísticas se inclinaron hacia una prensa más oficialista como
consecuencia del descenso de la competencia ya que muchos periódicos cerraron, a que la
sensación de existencia de actos de corrupción disminuyó debido a las medidas tomadas por
Roosevelt, y a que se condenó a la actividad, al acusar a los periodistas de llevar adelante
investigaciones realizadas con información filtrada por interesados en obtener rédito
comercial y político, “las causas y debilidades por las que la actividad de la investigación
aminoró hacia 1910, fueron el predominio de las motivaciones comerciales y político
partidistas por encima de las de responsabilidad y reforma social; la falta de trascendencia de
las investigaciones debido al carácter local de la prensa, el pago de sobornos, la compra de
medios por grandes grupos financieros y la retirada de publicidad, para disuadir y acallar a la
prensa; y la falta de interés de los lectores” (1997: pág 33).
Ida Tarbell, aficionada a la caza mayor de corruptos, fue una muckraker que removió sin asco
la basura y ofreció a los lectores de la prestigiosa revista McClure's información imposible de
refutar.
Ida desde niña había guardado en su memoria los recuerdos de una época no muy feliz de su
infancia, imágenes de grúas gigantes, torres de extracción, oleoductos, campamentos y
pueblos fundados alrededor de pozos petroleros, esas imágenes son las que la impulsarían a
investigar. Reyes relata su historia “Su infancia transcurrió en medio del bullicioso epicentro
de la bonanza petrolera, una estampida social que arrasó con los valores provinciales de la
zona para sacar el combustible que puso en marcha la máquina del capitalismo industrial de
principios de siglo” (1996; pág 38)
En un principio el crecimiento era absoluto, hasta que en 1872 los días de bonanza acabaron,
la empresa privada que controlaba el transporte comenzó a aumentar las tarifas a los
productores independientes de crudo, y a otorgar descuentos a Souther Improvement
Company, la firma que tenía el monopolio virtual, así comenzó la Guerra del petróleo, los
productores independientes exigían la intervención del gobierno, ya que esos beneficios
estaban penados por la ley.
Su primer paso fue rastrear documentos que formaran parte de investigaciones oficiales en
la que la empresa hubiera estado involucrada desde su fundación en 1870, su primer sorpresa
fue que los archivos de la justicia habían desaparecido.
La suerte cambió para Ida y para el desenlace de la investigación, el escritor Mark Twain era
amigo de Henry Rogers, un alto directivo de la Standard, gracias al contacto del escritor la
periodista accedió a la entrevista, los empresarios querían saber que se traía entre manos.
Según relata Gerardo Reyes (1996) el influyente ejecutivo ofreció toda su colaboración y
autorizó a la reportera para que fuera a su oficina a consultar documentos y estadísticas,
tarea en la que invirtió dos años. Así conoció las reglas del juego del monopolio petrolero, la
Standard Oil estaba obsesionada por la competencia, aunque las empresas fueran pequeñas
y sin fuerza.
En noviembre de 1902 Ida publicó su primer artículo, en medio de una crisis laboral para el
país; un mes después llegó al público el segundo informe, allí reveló “el origen de la Standard,
los nombres de los socios fundadores, el capital de creación, y señaló a John Rockefeller como
la fuerza oculta tras la South Improvement y el cerebro de los descuentos ferroviarios que
arruinaron a los independientes” (Reyes; 1996, pág 42).
La revista McClure´s planeaba tres entregas pero ante la respuesta de los lectores entregó
19 informes que luego fueron compilados en un libro. El material era revisado
minuciosamente por abogados y economistas, y reescrito varias veces hasta que tomara la
forma adecuada.
40 Facultad de Periodismo y Comunicación Social - UNLP
Casos resonantes
La información publicable no cesaba, incluso un empleado que se había dado cuenta de que su
labor en la empresa era quemar documentos secretos suministrados por los ferrocarriles a la
Standard sobre cargamentos de sus competidores, acercó los documentos a Ida. La periodista
volvió a entrevistarse con Rogers, esta vez indignada le hizo saber que tenía pruebas de que la
práctica ilegal continuaba, el directivo negó todo.
Más tarde publicó un libro en el que reunía bajo el título Historia de la Standard Oil Company,
las entregas de la revista más sesenta y cuatro apéndices documentales de calidad con
información no pública. En 1905 publicó también una biografía terrible de Rockefeller, en la que
lo representaba como un hombre sin escrúpulos, preocupado tan solo de ganar más y más
dinero, este libro generó críticas a la autora. Tras largos procesos, en 1911, un juez dictaminó
la disolución de la Standard Oil, dividiéndola en otras compañías. Ida había concretado sus
inquietudes periodísticas, literarias y personales.
En la década del ´60, con la ebullición y los movimientos de protesta por la Guerra de Vietnam
resurgió la actividad con los "nuevos muckrakers", menos activistas y entusiastas que sus
predecesores, y más profesionales, cultos y con técnicas más refinadas (Secanella, 1996).
Dader (1997) caracteriza a la nueva camada de periodistas que trabajó durante los ´70, uno
de los puntos que señala es la contrastación de la información por varias fuentes, un mínimo de
tres y desvinculadas entre si, también les atribuye un estilo menos moralizante y mas
objetivo. La temática se centro en actividades administrativas y gubernamentales, sin
involucrar a empresarios por la fuerza de los anunciantes en las publicaciones, los temas de
carácter social y económicos aparecían cuando eran resultado de un hecho político.
Es importante mencionar a dos periodistas que trabajaron con éxito en la época recortada por
Dader, Joe McGinnis, quien desnudó los entretelones de la campaña presidencial de Nixon en
un libro titulado Como se vende un Presidente; y Jack Anderson, que reveló la tendencia
propaquistaní de Estados Unidos en el conflicto India - Paquistan, en 1972 publicó lo hablado
en tres reuniones secretas en la Casa Blanca durante el conflicto, los textos fueron titulados
“Anderson´s Papers”.
Otro trabajo que recibió el mismo premio que Seymour Hersch en 1972, fue la serie de notas
del redactor del New York Times, Neil Sheehan tituladas “Los papeles del Pentágono”
publicadas en 1971, sobre los fracasos del gobierno estadounidense en el conflicto
vietnamita, desde la presidencia de Harry Truman hasta la de John Fitzgerald Kennedy.
Evidentemente la Guerra de Vietnam tuvo excesivos puntos oscuros porque fue carne de
cañón para los periodistas investigadores y con excelentes resultados.
Con respecto a este caso existen controversias, y son las que competen a este trabajo de
tesis, Bob Greene miembro fundador del IRE (Investigative Reporters and Editors)
organización a la que se dedican varios párrafos más adelante, sostiene que todo trabajo
considerado periodismo de investigación debe resultar de la labor del periodista y no de
trabajo hechos por otro y retomados por este, por esta definición no considera P de I a la
investigación de Hersch sino que la toma como filtración periodística pasando a formar filas
de las investigaciones en profundidad.
Greene sostiene que el merito estuvo en poseer una buena fuente y redactar la información
de manera comprensible y atractiva, no en investigar. Resulta que el informe “Los papeles del
Pentágono” esta basado en un estudio preparado por el Departamento de Estado bajo
estrictas normas de confidencialidad titulado“Historia del proceso de toma de decisiones de
estados Unidos en la política hacia Vietnam, 1945-1967”, Reyes en Periodismo de
Investigación (1996) relata la historia detalladamente, las mas de 7000 páginas llegaron a
manos del periodista que se alojó en una habitación del Hotel Milton de Nueva York donde con
colaboración de otros periodistas clasificaron y analizaron las páginas durante varios días.
El especialista cita a Stanford J. Ungar, reportero del The Washington Post en el momento de
publicación de la investigación que da una opinión acerca de lo publicado sin otorgar méritos a
la labor de Neil Sheehan, “La revelación de los papeles del Pentágono fue, desde todo punto de
vista, un gran acontecimiento en el periodismo. Era un
estudio compilado por el propio gobierno y que llegó a
manos de la prensa, seguramente a través de una falla de
seguridad sin precedentes, un estudio que sacó a la luz
mas de 20 años de decisiones políticas y que reveló al
pueblo estadounidense que había sido engañado los "nuevos
sistemáticamente por sus dirigentes y nombrados” muckrakers",
(1997; pág 25). menos activistas
Evidentemente el New York Times fue una pieza fuerte y entusiastas que
en el periodismo de investigación de la época, a esta sus predecesores,
prestigiosa investigación puede sumarse los no menos y más
resonantes casos de espionaje ilegal de la CIA a más de profesionales,
10 mil americanos, los bombardeos secretos a Camboya
cultos y con
en la etapa de Nixon como presidente, y la participación
de Henry Kissinger en la escucha ilegal de técnicas más
comunicaciones de sus funcionarios de confianza. refinadas
(Secanella,
El The Washington Post fue pionero en denuncias
resonantes en la opinión pública, incluso antes que el 1996).
New York Times; desde 1959 y durante diez años, Miriam
Ottenberg sacó a la luz fraudes de consumo para luego
convertirse en asesora del Congreso Estadounidense en
la sanción de leyes que regularan la actividad.
de trabajo de Robert Woodward y Carl Bernstein, periodistas del The Washington Post,
culminaron con la renuncia del presidente Richard Nixon. Como señala Secanella (1996: pág
45), "para los periodistas de investigación, el asunto Watergate supuso una revalorización del
nuevo estilo de informar".
El 17 de junio de 1972 estalló el escándalo, el edificio Watergate era la sede donde funcionaba
el Partido Demócrata, en la madrugada de ese día cinco hombres fueron detenidos por intento
de robo, pero el verdadero objetivo de los señores había sido instalar equipos de espionaje.
Una vez iniciado el juicio por robo, a uno de los detenidos se le pregunto cual era su profesión,
anticomunista fue la respuesta lo que despertó dudas en el periodista Bob Woodward. Al volver
a la redacción comenzó una serie de interrogatorios a posibles testigos que lo llevarían a
culminar una investigación, todo esto con la ayuda de Carl Berstein.
Una de las claves del escándalo fueron grabaciones de conversaciones en la oficina del
Presidente desde un año antes a la explosión del caso, desde 1971; el procesado Alexander P.
Butterfield informó de las cintas en un mal momento político, eran tiempos de campaña
electoral. Entre los detenidos se encontraba el jefe del servicio de seguridad del comité de
reelección del presidente Richard Nixon, una ficha importante, por lo que la investigación
permaneció cajoneada por un tiempo. Cuando el caso parecía estar en el olvido Bob Woodward
y Carl Bernstein revelaron detalles del hecho y acusaron al Presidente de congelar las
investigaciones.
que entregar las cintas. Se constato la desaparición de algunas conversaciones, las que
justificó con un descuido de la secretaria, con borrones involuntarios. Pese a las
desapariciones se escucho una discusión del encubrimiento hecha en junio de 1972, incluso
mucho antes de lo informado por Dean.
The Whasington Post recibió el Pulitzer por “servicio público”, los periodistas quedaron
resentidos por no ser reconocido su trabajo, sino el del medio. Los investigadores habían
avanzado en las indagaciones guiados por un personaje: Garganta Profunda, que luego de
treinta y tres años confesó haber entregado la información, era el ex directivo del FBI Mark
Felt que en una entrevista publicada por la revista Vanity Fair declaró “Yo soy el tipo al que le
decían Garganta Profunda”, frase que sirvió de titulo a la entrevista y recorrió el mundo como
una gran revelación. Hasta ese momento los periodistas mantuvieron en secreto su identidad,
protegiendo de esta forma a la fuente que los había llevado al éxito profesional.
Bolles moribundo alcanzó a decir algunas palabras que dieron la pista para seguir a los
criminales, Gerardo Reyes las cita en su libro Periodismo de investigación, “Por fin me
Un siglo de trayectoria husmeando en zonas grises y oscuras
Bolles murió once días después y el asesinato generó la movilización de los colegas de
todo el país, que no culminó con un simple homenaje. Periodistas de diferentes estados
viajaron a Arizona convocados por la recién creada Investigative Reporters and Editors
(IRE). En una entrevista con Reyes, Steve Weinberg, ex director del IRE se refiere al
hecho “Esperaban probar que aunque usted mate a un reportero, no puede matar su
trabajo” (1996; pág 68).
Los reporteros continuaron la labor de Bolles y al año siguiente publicaron “El proyecto
Arizona”, un libro de 23 capítulos donde detallaban y analizaban el rol de los políticos y
hombres de negocios en hechos fraudulentos y relacionados al narcotráfico.
Los 50 reporteros miembros del IRE, se instalaron en el mismo hotel donde había
muerto Bolles, según narra Reyes bajo la dirección de Bob Greene, editor investigador
del Newsday, organizaron un archivo de 40 000 nombres de personas, instituciones y
negocios de Arizona, su objetivo no era buscar a los culpables del asesinato sino
terminar el trabajo de Bolles, era una respuesta razonable a su muerte.
La investigación les llevó seis meses logrando documentar los nexos del Senador
Goldwater con la mafia de los juegos de Las Vegas y trampas tributarias del Gobernador
del Estado que había anunciado una campaña anticorrupción; también publicaron
perfiles de los zares del fraude en la región.
Finalmente el asesino fue detenido pero nunca se supo quien había sido el autor
intelectual del hecho. Gracias a este suceso y a la rigurosidad en la investigación, la
organización ganó respeto en los Estados Unidos y según expone Gerardo Reyes (1996)
para el año de la publicación de su libro, ya eran 3700 los miembros del IRE, incluyendo
La organización lleva adelante actividades anuales que permiten a los periodistas ponerse al
día sobre las últimas y mejores estrategias para la obtención de información, no se
embanderan casos particulares sino modos de hacer el trabajo de la manera más eficaz
posible. Estos encuentros se complementa con la publicación de The IRE Journal, la revista de
la organización, donde los periodistas publican sus experiencias, problemas comunes,
reseñas de libros importantes, entre otras cosas de interés para el P de I.
También el IRE edita The Reporter´s Handbook, una especie de manual para el periodista
investigador con nuevas fuentes y accesos a bases de datos, además de 100 trabajos
seleccionados de los realizados por sus miembros. El IRE tiene su sede en la Facultad de
Periodismo de la Universidad de Missouri en Columbia donde ofrece una base de datos con
9000 informes de investigación.
En Gran Bretaña por ejemplo desde 1911 está en vigencia la Ley de Secretos Oficiales, que
recorta considerablemente la actividad periodística, si en el país se hubiera producido un caso
similar al Watergate no hubiera prosperado como lo hizo en EE.UU porque el acta de secretos
oficiales lo hubiera impedido.
Otra causa que afecta a la especialidad en este país es la institucionalización del “Lobby
informativo” de grupos de periodistas cercanos al poder que garantizan el off the record. Pocos
medios realizan investigaciones que comprometan la libre realización de irregularidades, el
Times, el Guardian, el Sunday Observer y el Sunday Times, publican trabajos ateniéndose a la
Alemania es único país europeo cuya legislación protege el secreto profesional de los
periodistas de forma explícita mediante una Ley sancionada en 1975 sobre el derecho
a negar las fuentes de información; en Holanda los periodistas cuentan con las mismas
ventajas legislativas además de la Declaración de principios de la conducta de
periodistas aprobada a mitad del siglo XX por la Asociación de Periodistas Holandeses.
En Francia las libertades son otras, la legislación protege al periodista que puede
publicar amparándose en el secreto profesional. En 1985 Le Monde publicó artículos
donde demostraba la intervención directa de los servicios secretos franceses en el
hundimiento de un barco de Greenpeace, la noticia generó tal conmoción que peligró
la continuidad en la Presidencia de la República de Francois Miterrand, los periodistas
investigadores fueron citados por la Justicia para declarar y revelar sus fuentes pero
se ampararon en el secreto profesional y aún hoy conservan el secreto.
La investigación fue iniciada en 1983 por Diario 16, el medio trataba de unir cabos
desatados que habían dejado otros medios que trataban el tema a través de la
cobertura de los casos. El hecho estuvo en la tapa del diario el 24 de agosto de 1987 cuando
Ricardo Arqués y Melchor Miralles dieron a conocer la implicancia del gobierno socialista en el
GAL. Ese día la primicia fue el descubrimiento por parte de los periodistas de un escondite en la
frontera vascofrancesa, con documentación y armamento de la organización. El archivo
permitió dar a conocer la relación entre el GAL y la desaparición de dos militantes de la ETA, y
también identificar a algunos de los mercenarios.
Todo comenzó cuando un informante les dio el nombre de dos policías relacionados con la
organización y a pedido de alguien que se mantuvo en el anonimato los guió hasta el escondite,
allí encontraron los nombres de los refugiados miembros de la ETA, fotografías idénticas a las
de los ficheros policiales y armas. Los periodistas además de este acercamiento a los hechos,
también obtuvieron información de la Guardia Civil, de jueces, Registros Mercantiles y de
empresas constructoras que brindaron información.
A fines del año del descubrimiento se dictó la orden de captura de Amedo y al año siguiente se
produjeron los primeros procesamientos a miembros del GAL. Finalmente los dos policías
fueron condenados a 108 años de cárcel por los delitos de inducción al asesinato, asociación
ilícita, falsificación de DNI y uso de nombres falsos.
También en Diario 16 fue publicado el caso Roldán, en 1993 los periodistas José Macca, José
María Irujo y Jesús Mendoza afirmaron que el entonces director de la Guardia Civil española,
Luis Roldán, había adquirido en forma irregular propiedades por un total de 400 millones de
pesetas desde su acceso al cargo Siete años antes.
El funcionario cuando inició su carrera política como concejal socialista había declarado como
único patrimonio un departamento en la capital aragonesa, y mientras permaneció en el cargo
ganó alrededor de 400.000 pesetas.
La investigación también reveló asociaciones ilícitas de las que formó parte, títulos académicos
falsos, la adjudicación a dedo de proyectos de construcción de obras y manejo oscuro de fondos
reservados.
El caso ocupó las primeras planas de los diarios hasta 1995 provocando el cese en sus funciones
de Roldán, de un Ministro del Interior, de dos personas con altos cargos en el Gobierno de
Navarra y de diecisiete generales, asesores, agentes secretos y altos cargos de la Guardia Civil.
Luis Roldán fue enjuiciado por malversación de fondos públicos, fraude, delito contra la
Hacienda Pública y falsificación de documentos públicos. Una Comisión Parlamentaria creada
para investigar el caso accedió a las cuentas del imputado en el Banco de España comprobando
lo difundido por los periodistas.
En 1994 los investigadores de Diario 16 publicaron que el ex jefe de la Guardia Civil se había
fugado de España vía Portugal y que desde ese país había adquirido pasajes de avión a
diferentes países de Sudamérica para que la policía le perdiera el rastro, además revelaron que
el señor había utilizado un documento falso para huir a Siria donde se ocultó hasta que fue
detenido en 1995.
La investigación completa fue publicada en un libro titulado Roldán, un botín a la sombra del
tricornio que dio a los periodistas la satisfacción de ganar el Premio Ortega y Gasset de
Periodismo.
5. EL P de I en LATINOAMÉRICA
Sus investigaciones las realizó desde El Nuevo Herald donde trabaja actualmente siguiendo
pistas de los escándalos de corrupción en América Latina con impacto en Miami y en The Miami
Herald, donde participó en el equipo ganador del Pulitzer a la mejor investigación “Votos
sucios, la competencia por la alcaldía de Miami”, que puso al descubierto irregularidades en
las elecciones de la ciudad en 1998, como compra de votos, falsificación de sufragios de
fallecidos y criminales.
Entre los casos de renombre investigados por Reyes se puede mencionar una serie de
artículos publicados en El Tiempo en 1986, allí denunciaba que uno de los directivos de la filial
de la empresa sueca Ericsson en Bogotá, pagó 378 millones de pesos a varios funcionarios de
los gobiernos de Colombia, Bolivia, Venezuela y Perú que ocupaban cargos importantes en el
Ministerio de Comunicaciones, en Inravisiòn (Instituto Nacional de Radio y televisión) y en la
Empresa de Teléfonos de Bogotá. Estos funcionarios adjudicaron contratos millonarios de
líneas telefónicas a la empresa.
Los sobornos fueron girados desde Ciudad de Panamá por el alto directivo de la Ericsson,
Hernando Pryor Valencia, y consignados en cuentas en el exterior que tenían los beneficiarios.
Gerardo Reyes, dio a conocer los nombres de los principales responsables y describió de qué
manera "trabajaban".
“Conocí la información de los sobornos luego de haber publicado los aburridos detalles de
una batalla jurídica en el Consejo de Estado entre la firma sueca y su competencia en
Colombia” relata Reyes en una entrevista otorgada a Daniel Santoro para su libro Técnicas de
investigación (2004). Una fuente que leyó los artículos lo llamó a los pocos días de publicarlo
y le explico en detalle el litigio administrativo que se había formado a raíz de la adjudicación de
un contrato millonario de líneas telefónicas.
comprobantes bancarios y copias de cheques a nombre de los funcionarios que de una u otra
manera habían participado en las licitaciones. Para completar la dicha, en una entrevista
previa a la publicación, el directivo de la Ericsson en Colombia, Hernando Pryor, admitió que la
firma que aparecía en los documentos que autorizaban los pagos era la suya y que los había
hecho por 'órdenes superiores'", a los pocos días huyó del país.
Aunque las pruebas presentadas no fueron rebatidas por los implicados, los procesos
penales, disciplinarios y fiscales no llegaron a ningún lado porque los delitos o violaciones a las
normas legales en su mayoría habían prescripto. El 15 de junio de 1987 la Jueza penal del
Circuito de Bogotá, decretó el sobreseimiento definitivo del proceso a favor de los 15
implicados.
Reyes relata para Santoro el caso Samitier, la historia de cómo un cantante de salsa murió
luego de haberse realizado una cirugía estética que había incluido liposucción de papada y
engrosamiento de su miembro. La investigación fue publicada en 1992 en El Nuevo Herald y
The Miami Herald, y allí se hacía responsable de la mala praxis al médico Ricardo Samitier,
llamado doctor Lips por sus inyecciones de silicona en los labios, también era conocido como “el
creador del engrosamiento circunferencial del pene” (Santoro; 2004, pág 90).
Junto a una colega Reyes reconstruyó el antes y el después de la cirugía, logrando establecer
que no se le había practicado ningún estudio previo a pesar de que el paciente tenía un
marcapasos y estaba bajo tratamiento anticoagulante. El cantante fue operado en una clínica
particular para ser trasladado a un hospital de emergencia cuando ya no había nada que hacer
por su vida. La investigación tuvo repercusiones, en 1994 el doctor Samitier fue condenado a
cinco años de cárcel por homicidio sin premeditación.
Siguiendo con la línea de diarios mencionados, en El Nuevo Herald en el año 2001, se publicó
una serie de artículos sobre como el Gobierno Colombiano encubrió la crisis de un banco,
teniendo un trato preferencial y evitando una demanda como correspondía igual que había
ocurrido con otro banco en su misma situación.
Además de obviar esto no cobró una garantía para recuperar 140 millones de dólares de
pérdidas al momento de su quiebra a fines de los ´90, la mayor parte del dinero que perdió el
gobierno en manos del banco eran de impuestos. La denuncia generó un escándalo en el
Congreso y algunos de los funcionarios implicados fueron sancionados.
El tercer trabajo que considera en importancia lo realizó sobre funcionarios del Estado
colombiano que no alcanzaban a ejecutar sus presupuestos y se los transferían a cooperativas
y organismos de cooperación internacional, que usaban sus recursos a libre albedrío y
contrataban sin investigación y evaluación previa obras y servicios públicos.
El caso de la British American Tabacco fue publicado en el año 2000 en la revista Nota, para
María Teresa varios Documentos ingleses se convirtieron en la llave que explicaba la razón por
la cual la Phillip Morris invertía en pauta publicitaria una cantidad superior a la de las ventas
que reportaba su filial colombiana, que no vendía más del 5% del consumo nacional de
cigarrillos en Colombia.
Los orígenes de la investigación datan en abril del año 2000 cuando se inició una serie de
reclamos judiciales a la multinacional tabacalera Phillip Morris, que estuvo seguida de
acciones judiciales en contra de su colega, la British American Tobacco, BAT. Al tiempo que el
gobierno de Canadá instauró una demanda contra la BAT por promover el contrabando en la
frontera con los Estados Unidos, acciones similares se iniciaron contra ésta en Australia,
Inglaterra y los Estados Unidos.
De acuerdo con los documentos de ambas empresas que habían permanecido durante
décadas en un depósito público de Londres, las tabacaleras habían diseñado estrategias de
mercadeo que tenían como fundamento el contrabando, que les permitía obviar las leyes cada
vez más estrictas contra el consumo de tabaco (Ipys; 2007). La investigación se inició con el
descubrimiento de una norma que obliga a las empresas, que tuvieran aportes significativos
de capital británico, a enviar las actas de sus juntas directivas a un depósito de documentos en
Londres.
En Perú uno de los exponentes de mayor renombre es Ricardo Uceda, fue Director del
Semanario Si y Jefe de la unidad de investigación del diario El Comercio, en ambos medios
dirigió investigaciones de gran importancia sobre corrupción y violaciones de derechos
humanos.
En una entrevista con Daniel Santoro (2004) menciona las principales investigaciones donde
intervino: los crímenes del servicio de inteligencia del ejército 1983-1993; la falsificación de
un millón de firmas para inscribir a Alberto Fujimori en las elecciones fraudulentas del año 2000
investigado por el equipo de El Comercio; y las matanzas del grupo Colina, publicadas en una
serie de notas en el semanario Si durante 1992 y 1993 donde fue redactor y director del medio.
Sobre el último caso, relata que descubrieron que los diez desaparecidos de La Cantuta fueron
asesinados y se presentaron pruebas judiciales mediante dos hallazgos de los cuerpos.
También revelaron que los asesinatos fueron cometidos por un grupo de militares protegidos
por el gobierno, al cual la misma revista le había atribuido la matanza de 16 personas en Barrios
Altos en Lima en el año 1991.
Asesinato y desaparición de 9 estudiantes y un profesor de la Universidad Enrique Guzmán y Valle – “La Cantuta”, cuyos
cuerpos fueron calcinados y enterrados en una fosa clandestina
funcionario y un general del ejército que se habían exiliado denunciaron los mismo que el
semanario.
A raíz de esto hubo una comisión investigadora en el Congreso, pero no se avanzaba por la
ausencia de los cuerpos. El equipo de periodistas de Si hizo su primer descubrimiento de fosas
en 1993 y las consecuencias fueron graves para el director del semanario acusado de cómplice
de terroristas, los restos eran irreconocibles por lo que se intentó negar la evidencia pero hubo
un segundo hallazgo de Si a fines de ese año dando un aporte importante a la resolución del
caso.
Para la investigación contaron con dos periodistas a tiempo completo y con la asesoría de
fuentes técnicas: un antropólogo, varios forenses y un equipo de abogados. El trabajo duró
doce meses y el especialista asegura no haber comprado información para llegar al desenlace.
La investigación trajo consecuencias, si bien el caso fue derivado al fuero militar y los
culpables absueltos por una Ley de Amnistía, descendió diez puntos la popularidad de
Fujimori en los sondeos de opinión pública.
El periodista asegura que desde el año 2000 no hay grandes investigaciones periodísticas ya
que los temas que están relacionados con la corrupción de Fujimori y Montesinos fueron
absorbidas por el Poder Judicial desplazando al periodismo y dejando baches sin investigar; y
los grandes temas sobre violaciones a los derechos humanos fueron tratados por la Comisión
de la Verdad y no hubo producción periodística sobre la temática.
Un millón de firmas para Fujimori publicada en El Comercio, sacó a la luz como en el año 2000
el partido que formó parte de la Alianza Perú 2000 se inscribió fraudulentamente falsificando
mas de un millón de firmas. El operativo de falsificación fue descripto en detalle, identificando
los dirigentes de la operación.
Hacia fines de enero de ese año, un joven que prefirió permanecer en el anonimato, llamó al
diario para ofrecer información sobre la propaganda urbana de Fujimori, las paredes de la
ciudad de Lima estaban totalmente cubiertas con el lema “Perú País con futuro” difundido con
recursos del Estado.
No conocía la cifra exacta, pero un cálculo rápido indicaba que, si la información era correcta,
se había adulterado más de un millón de firmas. La ley exige a cada partido que acredite
600.000 adherentes para postular a un candidato. Cuando la periodista le comentó el caso a
Para esta instancia los periodistas habían aunado trabajo con Santiago Pardo de Canal N
(principal canal de noticias perteneciente al consorcio de El comercio) y con Pablo O`Brien del
Semanario Somos, “La alianza con Canal N fue un avance estratégico pues, aparte de que
Pardo traía cámaras y micrófonos que podían disimularse y transmitir desde 100 metros, la
difusión simultánea del informe por la televisión iba a aumentar su impacto.
El director del diario, Alejo Miró Quesada, que superviso la investigación y los escritos
pretendía testimonios e información totalmente verificada, por ello un día antes de la
publicación del informe 15 periodistas consultaron a 15 falsificadores si habían trabajado para
el fraude, todos respondieron que no menos uno. Para el momento de la publicación la fuente
se hallaba en Costa Rica con sus hermanos, una de ellas había declarado abiertamente haber
participado por lo que corría riesgo.
La prensa oficialista con el apoyo del gobierno refutó la información publicada, pero a cada
replica el medio correspondía con una prueba: declaraciones Filmaciones, diálogos grabados
y documentos. El gobierno de Fujimori a la vez acusaba a Carlos Rodríguez de asesino, ladrón,
homosexual y drogadicto, su identidad había sido revelada por la Fiscalía.
El caso dio un vuelco cuando una abogada de 23 años decidió contra su experiencia como
falsificadora de firmas, los hermanos Rodríguez volvieron a Perú con intenciones de declarar.
El Presidente beneficiado por las falsificaciones callo a la prensa oficialista y desautorizó
cualquier maniobra judicial contra El Comercio.
En Villa Coca se publicó que Reynaldo Rodríguez López dirigía una red de
La investigación fue realizada por Gustavo Gorriti con la colaboración de Laura Puertas y
José González, fue el mayor escándalo político y policial durante el gobierno de Fernando
Belaúnde, la fiscalía obtuvo información valiosa de la publicación de Caretas para
incriminar a los miembros de la red. Con el tiempo los implicados fueron juzgados y
sentenciados.
La otra investigación mencionada, fue realizada por Gustavo Gorriti que publicó como el
Estado Peruano combatió a Sendero Luminoso entre 1980 y 1983, también qué pensaba
y como se organizó el grupo para hacer la guerra y como se tomaron decisiones para que
el Ejército ingresara a combatir a Sendero Luminoso en Ayacucho.
En La República, la compra de los MIG, publicada también en 1998 tuvo eco en la opinión
pública, allí se expuso que en 1996 se compraron 18 aviones modelo MIG 29 y 18 Sukhoi-
25 más equipos a proveedores privados, no de Estado a Estado; el modo que se realizó la
compra no permitía garantizar el mantenimiento de los aviones, además existieron pago
de comisiones a quienes realizaban los contactos.
Los orígenes de la investigación se ubican tras la guerra del Cenepa cuando fuentes de la
Fuerza Aérea Peruana informaron a Ángel Páez, periodista de La República, de un plan
de compra de aviones de guerra, involucrando a personas comprometidas en el tráfico de
armas de Argentina a Ecuador, caso investigado por el periodista Daniel Santoro.
Luego de la publicación se frenó la operación de compra de armas, sin embargo fue solo
temporal. Montesinos fue condenado por la opinión pública como artífice del manejo
El viaje continúa por América Latina, Daniel Santoro entrevista para su libro Técnicas de
investigación (2004) a Gerardo Albarran de Alba, periodista de larga trayectoria en medios
Mexicanos.
El trabajo fue realizado con alumnos del curso de posgrado en periodismo de investigación
impartido por la revista Proceso en la Universidad Iberoamericana, como Cátedra UNESCO de
comunicación y donde el era coordinador. La encuesta y análisis realizado “perfiló con dos
años de anticipación la dilapidación del capital político de Fox, cuyo nivel de aceptación en su
gestión se ha derrumbado a la mitad de su período constitucional y acrece ya de cualquier
margen de maniobra para negociar con una oposición que cada vez ve más cercano el
momento de desplazarlo por completo de poder” (Santoro; 2004, pág 222).
Otras dos investigaciones que merecen un espacio en la historia del P de I de este país fueron
publicadas en formato libro: Parte de guerra. Tlatelolco 1968, en el año 1999 por Julio Scherer
García y Carlos Monsivais donde se revelaban los archivos del General Marcelino García
Barragán, Secretario de la Defensa Nacional durante el conflicto estudiantil del 2 de octubre
de 1968 que terminó en una masacre en la Plaza de las Tres Culturas de la ciudad de México y
también en detenciones arbitrarias, torturas, desapariciones y asesinatos de cientos de
personas a manos de militares.
La otra investigación publicada también en un libro en el año 2000 se tituló El Tigre: Emilio
Azcarraga y su imperio Televisa, fue realizada por Claudia Fernández y Andrew Pasman. El
trabajo devela el papel de los medios en México a través de la evolución de los negocios
mediáticos de Azcárraga, sus relaciones con el poder prisita y el deliberado manejo de
programación sin contenido educativo durante décadas de monopolio privado.
De los trabajos publicados en los medios gráficos pueden mencionarse en el diario Proceso:
Fobaproa que a través de varios reportajes exhibió acuerdos secretos y la corrupción en torno
al rescate bancario en México que derivó en la absorción del gobierno de las deudas de
diferentes instituciones financieras, incluso generados por créditos ilegales,. Otro caso es el
titulados Amigos de Fox, donde se documento triangulaciones ilegales de recursos privados y
extranjeros que sirvieron para financiar la campaña electoral a la presidencia de Fox.
Una investigación que generó polémicas en el 2001 fue titulada por el Diario Milenio:
Presidencia compra toallas de 4.025 pesos, Anabel Hernández divulgó el derroche de recursos
para comprar muebles y utensilios domésticos a precios sobrevaluados para amueblar la casa
del Presidente Vicente Fox, quien durante su campaña había prometido tener un gobierno
austero y dejar atrás 70 años de despilfarro, entre las compras existieron toallas de 4 mil a 25
mil pesos.
El Presidente mandó a remodelar la residencia oficial utilizada generalmente por la familia del
Presidente de turno, a raíz de esto se presentó un presupuesto que luego fue investigado por el
diario dando paso a la publicación de las cifras incoherentes con una política de austeridad.
Tlat e lo l co 196 8
En el número siguiente La nación Domingo publicó los nombres más protegidos del grupo
entre los que figura la esposa de un alto general de la Fuerza Aérea Chilena, y la lista que los
agentes comprometidos intentaron hacer llegar a una mesa de diálogo entre el mundo civil y
militar, instancia generada para dar respuesta sobre el paradero de los detenidos
desaparecidos bajo el régimen dictatorial de Augusto Pinochet.
Pese a esto los medios comenzaron a perder el miedo a publicar develaciones sobre hechos
de corrupción, lavado de dinero y malversación de fondos en el seno del gobierno. Pamela
López de Santa María Fernández define la función del P de I en su país “el periodismo de
investigación crea una opinión pública más atenta, más agresiva, más vigilante a la gestión de
sus elegidos. A través de una prensa de calidad, esta opinión pública será capaz de analizar la
realidad desde otra perspectiva, logrando un análisis y un
pronóstico de los acontecimientos a suceder pero, sobre todo,
la investigación periodística eficaz logrará que los ciudadanos
depositen su confianza en la prensa, que hará la tarea de
fiscalizar al poder y de actuar como un ente activo en la entrega
de la información”.
Para terminar el recorrido por las investigaciones y los investigadores mas importantes de
Latinoamérica es de gran importancia mencionar al brasileño Marcelo Beraba que ha logrado
valiosas experiencias en el campo del P de I en su país.
Entre los trabajos de la especialidad que más lo marcaron menciona el caso Mano blanca,
desde finales de 1979 hasta 1982 ocurrieron decenas de asesinatos en la periferia de Río de
Janeiro, en menos de tres meses hubo 230 homicidios atribuidos a Mano Blanca, una especie
de justiciero.
En esos años en Baixada Fulmínense y otras regiones similares operaban varios escuadrones
de la muerte formados por policías y ex policías pagados por comerciantes o por el crimen
organizado. Estos escuadrones simularon ser Mano Blanca, un justiciero al que nadie conocía y
al que le atribuían las muertes. Los crímenes comenzaron a ocupar espacios en los diarios y la
simpatía de la población que creía que sólo mataba bandidos.
En 1980 el periodista Telmo Wambier y Marcelo Beraba, ambos reporteros del diario O Globo
comenzaron a indagar en el perfil de los muertos para mostrar quienes eran asesinados y por
qué, estudiaban también el lugar donde se encontraban los cuerpos para establecer si mano
Blanca era un hombre o varios.
Los periodistas escogieron el municipio donde había mas muertos y pasaron semanas leyendo
informes policiales, buscaron estadísticas de asesinatos de años anteriores y generaron las
propias. El relevamiento demostró que la mayoría de los muertos eran trabajadores de
diferentes barrios que habían sido asaltados o confundidos con asaltantes y sus muertes
habían sido atribuidas al justiciero para obstaculizar la investigación.
Desde principios de la década de ´80 cuando se investigó al supuesto Mano blanco por los
periodistas de O Globo, el periodismo de investigación creció positivamente y con ciertas
libertades en Brasil, Folha de Sao Paulo por ejemplo en 1986 titulo una investigación Brasil
prepara un lugar de testeo nuclear, información negada por el gobierno de entonces pero luego
admitida durante la presidencia de Fernando Collor de Mello en 1990. Con esa publicación
comenzó a desmoronarse el programa nuclear debido al descontento social.
Este mismo diario publicó en 1987, La licitación de la ferrovía Norte-Sur fue una farsa, aunque
se había llamado a licitación pública para construir la mas importante ferrovía de la región
norte de Brasil la competencia tenía un ganador predeterminado. El medio publicó la
información por anticipado en clave en un pequeño anuncio de los clasificados, con esto quería
demostrar que la licitación era un fraude.
En el 2002 Amaury Ribeyro Jr. publicó en la Revista Istoé como la cúpula de la División
Antinarcóticos de Paraguay se habría vendido por 650 mil dólares para apoyar a una banda de
narcotraficantes brasileros, traicionando a otra banda paraguaya. En su investigación expuso
acerca del acceso libre a drogas y del mercado de armas de guerra sin control ni restricción en
la frontera paraguaya con complicidad policial.
6. EL P de I EN ARGENTINA
El término periodismo de denuncia genera algunas controversias y abre el debate sobre que
es el P de I y que no, quedan claras algunas posturas expuestas anteriormente como la de
Gerardo Reyes (1996) donde se considera que el P de I tiene enemigos y ellos son las malas y
erróneas formas de realizar investigaciones.
Este autor tiene una visión particular sobre la especialidad y además de no considerarla P de I,
la nombra de forma peyorativa: denunciología. Sobre esta forma de hacer periodismo
considera: “Es el caso de muchos reporteros que viven exclusivamente de las denuncias ajenas
y posan como periodistas investigadores; su trabajo se limita a poner la grabadora en boca de
quién mas grita y más acusa, no importa lo que grite y a quien acuse. Lo importante es el hacer
eco. Por esto no puede llamarse periodismo investigativo” (Reyes; 1996, pág. 36).
Reyes retoma el término del periodismo venezolano “se le conoce como denunciología, que es
el hábito de publicar denuncias que casi siempre tienen su origen en acusaciones apresuradas
de sectores de la sociedad en pugna” (1996; pág. 37). En este apartado de la tesis no se
considerará este rotulo de la misma manera que el especialista, sino que al ser un espacio
dedicado a la historia y no a la evaluación se tomarán como valederos otros conceptos de la
denuncia en el periodismo de investigación, como los que proponen Martín Malharro y Diana
López Gijsberts en El periodismo de denuncia y de investigación en Argentina (1999).
Estos autores consideran a la denuncia como un antecedente válido del P de I, “la prensa ha
realizado denuncias sobre irregularidades e ilícitos desde su aparición, con distintos matices e
intencionalidades (...) si bien la prensa argentina viene practicando la denuncia desde sus
albores no ocurrió lo mismo con la tarea de investigar. Este periodismo, surge en nuestro país
en 1957, cuando el periodista Rodolfo Walsh publica Operación Masacre” (1999; pág. 22), aquí
En aquella década la prensa apoyaba el accionar político del oficialismo debido a la ayuda
económica recibida a través de subsidios y anuncios oficiales y a que los logros obtenidos en la
Independencia habían generado un apoyo unánime de la sociedad. Por esto fueron aislados
los casos publicados donde se realizaban críticas, por ejemplo La Gazeta y El Americano en
1813 realizaron críticas y de alguna manera denuncias acerca de los castigos físicos en las
escuelas; también El Censor cuatro años después publicó notas sobre el pésimo estado de los
hospitales en la ciudad de Buenos Aires, y El Americano sobre el funcionamiento corrupto del
Instituto de Medicina. Según Malharro y Gijsberts son casos aislados que no permiten hablar
de periodismo de denuncia.
En la década del ´20, explican los autores tuvo lugar el periodismo de denuncia de
barricada, con un tinte panfletario donde los periodistas se alejaron de sus antiguos
objetivos para abocarse al conflicto entre Unitarios y Federales y tomar partido de algún
bando criticando y denunciando el accionar del otro. La denuncia pasó en esta época, a manos
de periodistas que se expresaban a través de obras literarias.
Desde mediados de la década del ´70 y en los ´80 precisamente, la literatura y el periodismo
se separaron, aunque no eternamente ya que hoy el “nuevo periodismo” utiliza herramientas
de la literatura para el relato de los hechos. Esta ruptura estaba marcada por el fin de las luchas
intestinas y por el orden político e institucional. En esos años aparecieron los grandes diarios,
el salario para la profesión y autores literarios que enfocaron sus escritos a otras temáticas
lejanas a la denuncia de los conflictos y sucesos políticos.
Comenzando los ´90, precisamente en 1892 Roberto Payró denunció y describió en detalle la
ola de violencia y corrupción en la que estaban inmersos los pueblos del interior de la Provincia
de Buenos Aires, el periodista fue enviado por el diario La Nación a territorios dominados por
caudillos para que transmitiera su experiencia, y así lo hizo en artículos titulados “En los
dominios platenses”. Cinco años mas tarde Fray Mocho realizó y publicó un trabajo similar “Un
viaje al país de los matreros” que hablaba de pobladores del Delta.
Los grandes diarios de la época fueron La Nación y La Prensa, considerados grandes diarios
por el número de tirada y por los lectores a los que se dirigían: las clases altas y la dirigencia.
Estos medios no se destacaron por realizar periodismo de denuncia, generalmente
publicaron información proveniente de fuentes oficiales, pero pueden señalarse dos artículos
importantes de la especialidad.
Una de las notas se tituló Los falsos y verdaderos mendigos de Buenos Aires y fue publicada
por La Nación el 12 de febrero de 1922, en el artículo se exponían cifras oficiales otorgadas por
la Policía sobre la mendicidad, acompañadas de un testimonio de un mendigo profesional
donde relataba el arte de mendigar, beneficios y estrategias; y posteriormente denunciaba la
existencia de un mendigo que poseía 28 mil pesos en el banco (Malharro - Gijsberts; 1999: pág.
54).
En 1913, Natalio Felix Botana Millares, un militante del Partido Blanco uruguayo, llegó a
Buenos Aires exiliado y fundó lo que más tarde sería un éxito, el diario Crítica. Carlos Ulanovsky
en Paren las rotativas (1997), el libro que recorre la historia del periodismo gráfico Argentino,
considera que el medio revolucionó la manera de hacer periodismo en el país, y citando al
periodista Andrés Bufali sostiene “Estrenó títulos de tapa que eran verdaderos punchs al
hígado, fotos enormes para las costumbres de la época y epígrafes más que elocuentes (...)
Con su estilo ágil y conciso (...) Una mezcla de denuncia seria con el sensacionalismo extremo”
(1997; pág. 30).
Critica se abocó a denunciar la explotación obrera haciéndose eco de los problemas del
sector, este tipo de denuncias se venían realizando desde la prensa obrera surgida con la
llegada de la inmigración y su incorporación al circuito laboral. Los temas mas recurrentes de
denuncias fueron: la explotación, las malas condiciones laborales y de vida de los
trabajadores amparadas por la legislación vigente.
Durante la Década Infame (1930-1943) el periodismo de denuncia tuvo suficiente letra para
sus publicaciones, por ejemplo José Luis Torres que escribía en diarios de derecha denunció
gran cantidad de hechos de corrupción en relación a problemas típicos de la época como la
venta a mitad de precio de tierras públicas que habían servido de base al Colegio Militar de la
Nación. Las tierras fueron compradas por un señor relacionado al Ejército, que luego las
vendió al doble del precio que las adquirió para repartir la diferencia entre un Oficial del
Ejército y un político que apoyo la maniobra.
Durante el gobierno del Presidente Juan Domingo Perón las denuncias se acallaron,
Ulanovsky retomando palabras del libro Perón y los medios de comunicación de Pablo Sirven,
explica “la prensa no debe ponerse en contra del Gobierno sugiriendo cambios o
transformaciones fundamentales en las más altas esferas del poder; porque de ese modo
también ataca indirectamente a la libertad de expresión auspiciada por el partido” (1997; pág.
82). Evidentemente el concepto de libertad de expresión manejado por el General Perón dista
mucho de parecerse al que sostienen los especialistas del actual P de I o al de quienes desde
principios del siglo XIX ejercen el periodismo de denuncia.
Las estrategias de Perón para el control de las denuncias según el autor de Paren las rotativas
fueron suspensiones y clausuras a diarios y revistas opositores, creación de oficinas de prensa
que filtraban la información a publicar, acoso legislativo a empresas, creciente influencia y
protagonismo en la Subsecretaría de Informaciones, compra y neutralización de editoriales e
instauración de una cadena de diarios y revistas en apoyo al gobierno, entre otras medidas.
Cuando Perón fue derrocado en 1955 manejaba una cadena de medios: la sociedad ALEA
integrada por La Razón, Democracia, El Laborista, La Época y Noticias Gráficas, además de
cinco diarios del interior. También contaba con medios adeptos como los pertenecientes a la
Editorial Haynes, Crítica y El líder. (1997; pág. 83). Los diarios que mantenían su
distanciamiento al gobierno eran Clarín, la Nación y La Prensa, estos medios no aceptaban
como única opción publicar noticias provenientes de fuentes oficiales.
6.2. WALSH
Rodolfo Walsh nació en 1927 en la localidad de Choele-Choel, Provincia de Río negro. Desde
joven comenzó a trabajar en el mundo de la escritura donde tuvo experiencias con el género
policial, periodístico y testimonial, fue escritor, periodista, traductor y asesor de colecciones.
Durante unos años estudió en una escuela religiosa de Capilla del Señor y estuvo pupilo en el
Instituto Faghi de Moreno creado para huérfanos e hijos de irlandeses pobres. Los docentes,
monjas y curas le indicaron el camino hacia grandes escritores de la lengua inglesa:
Hemingway, Melville y Faulkner.
Terminó el bachillerato en Buenos Aires e inició sus estudios de filosofía que abandonó para
comenzar a incursionar en múltiples oficios, fue lavacopas, limpiavidrios, comerciante de
antigüedades y criptógrafo, entre otras actividades. A los 17 años comenzó a trabajar en la
Editorial Hachette como traductor de cuentos policiales y como redactor de pruebas, allí
comenzó su fascinación por el género. A los 20 comenzó a publicar sus textos periodísticos.
Sus primeros trabajos los realizó en las revistas Leoplàn y Vea y Lea. Directivos del diario La
Nación lo llamaron para trabajar en la redacción pero se negó ya que consideraba al medio
como exponente de ideas de la oligarquía nacional.
En 1950 se casó con Elina Tejerían y tuvieron dos hijas: María Victoria, asesinada en un
combate con las Fuerzas Armadas en 1976 y Patricia actual dirigente política. En 1953 publicó
su primer libro de cuentos Variaciones en rojo, para luego dedicarse a investigar por casualidad
un caso que lo consagró como el pionero del periodismo de investigación en argentina:
Operación Masacre.
Walsh partió a Cuba, antes de eso publicó El caso Satanowsky, donde evidenció que personal
de la SIDE asesinó al abogado Marcos Satanowsky debido a diferentes intereses en relación a la
propiedad del diario La razón. En la investigación identifica a los culpables.
En La Habana acompañado por su segunda esposa Estela Blanchard fundó la agencia Prensa
Latina junto con su colega argentino Jorge Massetti, con Rogelio García Lupo y Gabriel García
Márquez. Como Jefe del Departamento de Informaciones se propuso no ser más un
espectador de los sucesos, y de hecho no lo venía haciendo desde la publicación de Operación
Masacre.
En aquel país logró descubrir importantes datos para el gobierno cubano, Viviana Guadalupe
Cuevas en una monografía realizada sobre Operación Masacre cita a García Márquez “Fue
Rodolfo Walsh quién descubrió que los estados Unidos estaban entrenando exiliados cubanos
en Guatemala para invadir Cuba por Playa Girón en abril de 1961. Walsh era en esa época el
Jefe de Servicios Especiales de Prensa Latina, en la Oficina Central de La Habana. Su
compatriota, Jorge Ricardo Masetti, había instalado una sala especial de teletipos para captar
y luego analizar en juntas de redacción el material informativo de las agencias rivales”.
“Una noche, por un accidente mecánico, Massetti se encontró en su oficina con un rollo de
teletipo que no tenía noticias sino un mensaje largo en clave muy intrincado (...) , Rodolfo
Walsh se empeñó en descifrar el mensaje con al ayuda de unos manuales de criptografía
recreativa, lo consiguió al cabo de muchas noches insomnes, sin haberlo hecho nunca y sin
ningún entrenamiento en la materia, y lo que encontró dentro no sólo fue una noticia
sensacional para un periodista militante, sino una información providencial para el gobierno
revolucionario de Cuba ...” continúa relatando el escritor en el artículo retomado por la
autora: Rodolfo Walsh, el hombre que se adelantó a la CIA, publicado en la Revista colombiana
Alternativa.
En el primer aniversario del Golpe militar envía a las redacciones de los diarios una carta que
nadie publica: Carta abierta de un escritor a la Junta Militar. Al día siguiente después del
mediodía mientras caminaba por la calle fue asesinado. Minutos antes se había despedido de su
esposa, Lilia Ferreira, en la estación de Constitución, iba disfrazado de jubilado y con una
cédula con nombre falso que decía Norberto Freire, era el mismo documento que utilizó durante
su investigación sobre los fusilamientos de civiles en los basurales de José León Suárez.
Walsh fue asesinado por un grupo de tareas de la ESMA comandado por el Oficial García
Velazco. Sobrevivientes que compartieron tiempo de desaparecidos con el, le acercaron a su
hija Patricia una versión de sus últimos momentos de vida; según esos testimonios el
periodista debía ser tacleado por el oficial de marina y ex rugbier Alfredo Astíz, quien falló, lo
que generó una confusión y un subcomisario al que llamaban “220” por el voltaje de su picana,
empezó a disparar errando tiros. Esto permitió que Walsh gatillara su revolver 22, hirió a uno
de sus agresores, igualmente su muerte fue inevitable.
“Hasta 1956 Walsh fue un testigo silencioso. Este estado se rompe una calurosa noche de
verano cuando alguien le informa que ´hay un fusilado que está vivo´. A partir de ese
momento todo se precipita: ´es la historia la que me viene a buscar´, dirá más tarde”
(Malharro - Gijsberts; 1999, pág 150).
A las 23.30 horas del 9 de junio de 1956, la policía de la Provincia de Buenos Aires allana una
casa en la localidad de Florida y detiene a un grupo de civiles que suponen implicados en la
rebelión militar del General Juan José Valle contra el gobierno de facto del General Pedro
Eugenio Aramburu. En la madrugada del día siguiente, esas personas son supuestamente
fusiladas en un basural de José León Suárez, en cumplimiento de la Ley Marcial que se
promulga y difunde por radio después de que fueran arrestados.
El saldo: cinco muertos. Sus nombres: Nicolás Carranza, Francisco Garibotti, Carlos Alberto
Lizaso, Mario Brión y Vicente Damían Rodríguez. “La primera noticia sobre los fusilamientos
clandestinos de junio de 1956 me llegó en forma casual, a fines de ese año, en un café de La
Plata donde jugaba ajedrez” (1957; pág 17), relata Walsh en el prólogo. Le dicen: “Hay un
fusilado que vive”, así se decidió a ir al encuentro de Juan Carlos Livraga sin saber que lo atraía
de la historia, “Pero después sé. Miro esa cara, el agujero en la mejilla, el agujero más grande
en la garganta, la boca quebrada y los ojos opacos donde se ha quedado flotando una sombra
de muerte. Me siento insultado” (1957; pág 19).
Recopilando información sobre lo ocurrido se entera de que son mas los sobrevivientes y
busca a quienes viven para contar lo ocurrido: Horacio Di Chiano, Miguel Angel Giunta, Rogelio
Díaz, Norberto Gavino, Julio Troxler y Reinaldo Benavídez. Siete personas que contactara con
una mezcla de orgullo profesional y de tristeza.
Para contar las vidas y los últimos pasos de los protagonistas, narrar lo sucedido la noche de
los asesinatos y mostrar el expediente judicial que se genera posteriormente, el autor elegirá
una forma llana de escritura con un certero equilibrio entre lo novelado y lo testimonial. Se
sabrán detalles íntimos, algunos intuidos, otros obsesivamente buscados. Por ejemplo que a
Carranza “se le hacía un nudo en la garganta” cada vez que miraba a su hija de 11 años que,
seis meses antes, había sido secuestrada por la policía para preguntarle si su padre era un
delincuente.
Utiliza recursos sencillos, datos sutiles para afirmar la veracidad de lo narrado. De esta
manera la matanza será reconstruida, más que nada, con los últimos diálogos y pensamientos
de los hombres que sobreviven y las conclusiones a las que Walsh llega después de cada
entrevista o búsqueda.
La única investigación judicial que se realizó por la denuncia de Juan Carlos Livraga no
prosperó: Desiderio A. Fernández Suárez, el Jefe de la Policía que dio la orden de fusilar a los
prisioneros, movió influencias para que la causa pasara a la justicia militar y quedara
cajoneada. El Juez castrense no encontró delitos en el accionar de ningún funcionario policial,
menos aún del Jefe de la fuerza.
Cuando los asesinatos ocurrieron, los diarios que Walsh llamaba irónicamente “serios” no
registraron nada, no existía nota publicada sobre el hecho. No fue sino hasta el 23 de diciembre
de 1956, en que Leónidas Barletta publicó en su periódico Propósitos la denuncia del
sobreviviente. Hoy se sabe que esa iniciativa fue del autor.
“Esta es la historia que escribo en caliente y de un tirón, para que no me ganen de mano, pero
que después se me va arrugando día a día en un bolsillo porque la paseo por todo Buenos Aires y
nadie me la quiere publicar, y casi ni enterarse” (1957; pág 18), escribe el periodista. Al final y
desde el 15 de enero y hasta el 30 de marzo de 1957, el autor publica una serie de notas en el
periódico Revolución Nacional. Después, del 27 de mayo al 29 de junio del mismo año, publica
nueve artículos más en la revista Mayoría de los hermanos Tulio y Bruno Jacovella. La primera
edición del libro aparecerá unos meses después en Ediciones Sigla propiedad del dirigente
nacionalista Marcelo Sánchez Sorondo, con el subtítulo: “Un proceso que no ha sido
clausurado”.
El objetivo de la investigación fue demostrar que las personas detenidas el 9 de junio de 1956
y posteriormente fusilados, fueron privados de su libertad y les fue aplicada la Ley Marcial en
horas previas a su dictamen y sin juicio previo. La Hipótesis planteada por Walsh fue que las
personas detenidas en Florida, habían sido llevadas de modo ilegal, ya que fueron arrestadas
a las 23: 00 horas del 9 de junio y la Ley Marcial fue declarada a partir de las 00:32 del 10 de ese
mes.
A pesar de que no se haya juzgado a los culpables por el hecho cometido se publicaron varias
ediciones del libro, alrededor de cuarenta artículos, se presentó un proyecto en el Congreso e
innumerables alternativas menores; todos estos puntos sirvieron para plantear la pregunta a
cinco gobiernos sucesivos, de ¿por qué no se castiga a los culpables?.
La respuesta fue siempre el silencio, la clase que esos gobiernos representan, aceptó aquel
asesinato como propio y no estuvo dispuesto a castigarse a si misma, tampoco los gobiernos
sucesivos que dieron muestra de lucha por los derechos humanos en varios otros sucesos,
aplicaron justicia.
Carlos Ulanovsky en Paren las rotativas publica un apartado relatando diferentes casos de
violencia hacia periodistas que denunciaron casos de corrupción, por ejemplo “el periodista
Hugo Ezequiel Lezama es agredido a puñetazos, patadas, cachiporrazos y puñaladas por una
banda de contrabandistas marplatenses que él había denunciado en una serie de notas en La
Prensa” (1997; pág. 148).
El autor sostiene que desde 1956 existió una renovación generacional y retoma una cita del
semanario Usted, para caracterizar la situación “ciertos poderes que operaban y operan desde
las sombras descubrieron entonces que la tranquilidad y la impunidad se estaban terminando
en la Argentina: ya no sería suficiente sobornar a la policía, a los legisladores o a los ministros.
También sería necesario tapar las bocas de ciertos testigos” (1997; op. Cit).
El caso más grave que presenta Ulanovsky es el de Jorge Luis Gallo que fue asesinado a golpes
luego de investigar para Noticias Gráficas el submundo del turf; pero también fueron
resonantes los casos del director del vespertino Correo de la tarde, Francisco Manrique,
víctima de un intento de soborno por veinte millones de pesos por haber denunciado
irregularidades en la construcción de casas en Río Turbio, y de Horacio Gómez de Radio
Rivadavia y Luis González O´Donell, de Prensa Latina procesados y encarcelados luego de que
denunciaran un negocio de armas de los militares.
Santiago Pinetta fue golpeado por anticipar un planteo militar y Armando Alonso Piñeiro
desmayado a patadas en pleno centro de Buenos Aires luego de publicar información de sus
investigaciones.
En los ´70 pese a la censura, varios periodistas investigaron hasta las últimas
consecuencias; desde la revista Panorama Tomás Eloy Martínez cubrió con enviados
especiales los hechos ocurridos en la cárcel de Trelew, del 15 al 22 de agosto de 1972 treinta
guerrilleros se fugaron y tomaron el aeropuerto de la ciudad, sólo seis lograron escapar hacia
Chile y el resto fue detenido. A la redacción llegó una nueva información luego del cierre de la
revista, los militares habían reprimido la fuga resultando dieciséis guerrilleros muertos y tres
heridos.
Eloy Martínez como director del semanario postergó la edición a la espera de nueva
información verificada. Finalmente la nota se publicó titulada “la Sangre de los argentinos”, la
editorial presionada por la Marina, forzó el desplazamiento del director. El periodista no se
quedó en el molde y siguió viajando a Trelew para investigar en profundidad lo ocurrido,
tiempo después publicó lo obtenido en la investigación en el libro La pasión según Trelew.
Eso no fue lo único que molestó en los momentos previos al golpe militar, un mes después de
aquel suplemento publicaron en tapa y con la firma del encargado de la sección política,
Heriberto Kahn, los vínculos entre López Rega y la Triple A, confirmados gracias a diferentes
datos aportados por fuentes militares.
El mismo día del golpe al sistema constitucional, La Junta lanzó el comunicado N° 19 dirigido a
la prensa y a sus trabajadores: periodistas, editores, directores de medios, “Será reprimido
con reclusión de hasta diez años el que por cualquier medio difundiere, divulgare o propagare
comunicados o imágenes con el propósito de perturbar, perjudicar o desprestigiar la actividad
de las Fuerzas Armadas, de seguridad o policiales”.
A este documento se sumaron otros divulgados por la Secretaría de Prensa y Difusión a donde
hacían mención al reflejo de valores cristianos en las publicaciones, al combate contra el vicio y
la irresponsabilidad, la defensa familiar y el honor, a la eliminación de términos procaces y de
opiniones de personas no especializadas, entre otros.
Cada responsable de un medio debía enviar los escritos a una oficina ubicada en la Casa de
Gobierno donde se controlaba si se publicaban ideas subversivas o información que
desprestigiara al gobierno, allí autorizaban o no la publicación. También existió como órgano de
censura el Servicio Gratuito de Lectura Previa, con oficinas en la Casa Rosada, donde las
publicaciones partidarias e independientes eran sacadas de circulación o recortadas.
Fue una época dura para la prensa como también para el resto
de la sociedad inmersa en pánico; decenas de periodistas
fueron secuestrados, asesinados o desaparecidos, muchos se
exiliaron firmes en sus convicciones de informar libremente y
por eso trabajaron desde la distancia. El terror hacia la prensa
se ejercía desde antes del golpe militar, durante el gobierno de
la viuda del General una organización parapolicial de derecha
que persiguió a los “subversivos” hizo también su tarea con los
periodistas.
represión político-social montado por el gobierno militar, forzosamente habrá que mencionar
a los periodistas argentinos. No fue a causa de la casualidad o por error que es tan alta la
cantidad de víctimas en proporción a los profesionales que integran el sector: además de
afectar con este ataque el vasto campo de la cultura, siempre vista con recelo por las
dictaduras, es evidente que se apuntó a silenciar un grupo social de gran importancia para
evitar de raíz todo tipo de cuestionamiento público” (op. Cit.) esta explicación da la CONADEP
acerca del porque el número de víctimas fue tan elevado en relación a la cantidad de
trabajadores del sector.
Una de las innumerables víctimas fue Jacobo Timerman, el 15 de abril de 1977 fue
secuestrado y estuvo cautivo durante dos años y medio sufriendo interrogatorios
acompañados de torturas. Había sido detenido en la madrugada del 15 de abril de 1977. Esa
noche varios autos de la policía irrumpieron en la casa del subdirector Enrique Jara, el
matrimonio no estaba en la casa pero si su hija de nueve años y su suegra, esperaron a que
Jara y su mujer llegaran para llevarlo al domicilio de Timerman.
El editor y toda su familia estaban durmiendo. Sin violencia, un oficial militar le explicó que lo
detenía por la investigación sobre el caso de David Graiver, un financista que hacía pocos
meses se había estrellado con su avión cerca de Acapulco. “Según Camps explicó años
después, la orden de detención contra Timerman había sido dada a media mañana del 13 de
abril por el General Guillermo Suárez Mason, jefe del poderoso primer cuerpo de ejército, pero
ninguna de las comisiones que salió a buscarla pudo encontrarlo” (Ruiz; 2002).
Durante los días próximos a su detención las autoridades militares negaron la detención, por
lo que sus familiares ante la desesperación presentaron recursos de Habeas Corpus. Ruiz cita
el testimonio de Jara acerca de sus pensamientos en esos momentos “Hasta mi secuestro yo
me consideré un hombre valiente. Hoy pienso que en realidad yo no conocía el miedo. De
manera magistral lo dice Borges: la muerte es algo que le ocurre a los demás. A mi no me va a
tocar. El hecho de ser periodista significa que a mí no me va a tocar. Es una salsa que tiene un
ingrediente de ignorancia, otro de soberbia, otra de ingenuidad, y también uno pensaba, para
tranquilizar mi conciencia con respecto a mi familia, que si algo pasa yo voy a poder explicarle
al coronel, al comandante revolucionario, que yo soy un hombre honesto, este hombre, al que
no le presumo mala fe, va a entender que soy un hombre honesto, y me iba a dar la razón. Es un
shock, adicional al voltaje de 220, a alguna patada, y algún simulacro de fusilamiento. Es un
shock descubrir los límites de esa supuesta valentía..."
La Opinión sufriría otro golpe, un ex periodista del medio seria secuestrado días después, se
traba de Enrique Raab que en el momento del secuestro estaba preparando una publicación
llamada El Ciudadano impulsada por la guerrilla. Raab había sido amenazado por críticas a la
Triple A.
Jara y Timerman fueron llevados a una Comisaría platense donde fueron interrogados en el
despacho del Director General de Investigaciones, Comisario Miguel Etchecolatz, donde
estaba el Coronel Camps. Mientras esto ocurría el paradero de los periodistas era desconocido,
su familia y los colegas del diario comenzaron a moverse para que las autoridades reconocieran
la detención, fue así que el periodista que cubría economía se contactó con el Ministro de
Economía Martínez de Hoz y este con el Presidente, la preocupación del Ministro venía por las
repercusiones que podía tener el secuestro en los judíos de Nueva York y por consiguiente en
las negociaciones económicas con Estados Unidos.
Las autoridades militares admitieron haber detenido a Timerman pero no a Jara, por lo que el
diario se concentró en informar que los dos periodistas habían sido detenidos en el mismo
operativo por lo que también debían blanquear la situación de Jara; el segundo objetivo de La
Opinión fue reflejar el impacto que causaron esas dos detenciones en los medios y agencias de
noticias del país y del exterior.
tanto Timerman era trasladado por varios lugares de detención, la mayoría clandestinos
hasta que el 17 de abril de 1978 le otorgaron el beneficio del arresto domiciliario. Recién
Un siglo de trayectoria husmeando en zonas grises y oscuras
En los años ´90 el P de I fue la vedette del periodismo, la cantidad de casos de corrupción
y la impunidad con que los protegidos del poder cometían ilegalidades, generaron que la
sociedad demandara acciones al cuarto poder. De ahí el renombre de algunos periodistas
que se desenvolvieron en la especialidad con cierta comodidad y con investigaciones que
dieron que hablar.
la prensa; para eso es necesario crear una cultura, una tradición que no existe, que sí hay en
otros países” (Santoro, 2005).
Con respecto a las presiones que reciben los grandes medios para obviar ciertos temas en las
agendas de investigación, Santoro (2005) explica que hay posiciones editoriales de algunos
medios, pero que además la situación financiera es difícil y los medios tiene muchas deudas lo
que les ha quitado independencia.
“Uno espera que tenga un impacto lo que investiga -sostiene Santoro- un impacto judicial,
político; pero a veces no pasa nada y eso a veces puede crear frustración, llevar a preguntarse
para qué dediqué tres meses de mi vida a seguir un tema si ni siquiera se abrió una causa
judicial. Podemos escribir una excelente nota de investigación sin ninguna repercusión”, el
periodista expresó esto al referirse a la década infame de fines de siglo XX, “ante jueces y
fiscales que habían sido cooptados por el gobierno de Menem y esta es mi opinión personal la
sociedad civil empujó a los periodistas a llenar el espacio que los fiscales no querían ocupar”.
Durante los 12 años que residió en México continuó su carrera como periodista ejerciendo como
editor y corresponsal de varios medios latinoamericanos, en 1984 publicó Recuerdo de la muerte
galardonado cuatro años después con el premio Rodolfo Walsh a la mejor narración testimonial de
tema criminal por la International Crime Writers Association, vendió 170.000 ejemplares y fue
traducido a varios idiomas. En 1997 escribió El Presidente que no fue premiado por los libreros
argentinos y por la Facultad de Periodismo de la Universidad Nacional de La Plata, y en 1999 Don
Alfredo.
Los periodistas citados y otros cientos han recibido amenazas y diferentes tipos de intimidaciones
a causa de las investigaciones periodísticas que llevaron adelante. Además de generar satisfacción
en ellos por su labor como profesionales, ayudaron para que la opinión pública les diera el ok como
informantes legitimados.
Hernán López Echagüe, considerado uno de los periodistas mas destacados en investigación de la
Argentina plasmó en su propia obra la investigación llevada adelante como profesional y lo duro que
fue vivir a partir de ello. En Gajes del oficio, relata como sufrió dos atentados de manos de grupos de
choque vinculados con el poder político, en esa ocasión el Presidente de la Nación, Carlos Menem, lo
calificó como riesgos de la profesión periodística, “gajes del oficio”.
Parece paradójico, quienes deben velar por la seguridad de los ciudadanos esta vez atacaban a un
periodista que informaba acerca de la utilización de patotas por parte de dirigentes políticos para
La asociación civil y sin fines de lucro surgió como respuesta a las crecientes amenazas, y
forman parte de ella periodistas de renombre como Jorge Lanata, Horacio Verbitsky, Fernán
Saguier, Hermenegildo Sabat, Magdalena Ruiz Guiñazú, Joaquín Morales Sola, Tomás Eloy
Martínez y Nelson Castro, entre otros. “Periodistas” publica Informes titulados Ataques a la
Prensa, acerca de los sucesos vinculados a la libertad de expresión y a la censura.
La intromisión en el correo electrónico del periodista terminó en una causa judicial donde los
abogados defensores de los acusados intentaron usar esas comunicaciones "off the record"
entre Santoro y el Juez de la causa Daniel Rafecas, para lograr correr de ese expediente
original al citado Magistrado.
El caso fue expuesto por FOPEA (Foro de Periodismo Argentino) y sostienen que es el primer
hecho expuesto de una serie de revelaciones que advierten sobre tareas de inteligencia a 15
periodistas que realizan tareas de investigación.
Don Alfredo
El libro describió la trayectoria de Yabrán desde que comenzó como aprendiz de panadero en la
década del ´60 hasta la consolidación de su imperio formado por decenas de empresas (no
reconocidas como suyas) y una fortuna que en 1998 se estimaba en 5 mil millones de dólares.
El trabajo de Bonasso revela de qué manera formó Yabrán su custodia de 700 hombres
armados, entre los que figuraban personajes de escasa reputación en los ámbitos policiales y
ex integrantes de los grupos de tareas que actuaron ilegalmente durante la dictadura
secuestrando, torturando y asesinando gente. Entre ellos se destacaban Gregorio Ríos
(posteriormente involucrado en el asesinato del fotógrafo Cabezas), Miguel Donda Tigel,
Víctor Hugo Dinamarca y Ángel Laurenzano. Esos hombres le brindaron documentos con
información confidencial sobre 1.200.000 argentinos y le armaron un aparato de inteligencia
y contrainteligencia, que se dedicaba a analizar y espiar a la competencia y a controlar a los
gerentes y testaferros que trabajaban para Yabrán.
Su vínculo con los militares había surgido en 1975 cuando Yabrán se relacionó con los
servicios de inteligencia de la Aeronáutica. Esta relación inicial se amplió con sus negociados
posteriores, entre los que presumiblemente figuran las maniobras para sacar del país el
producto del saqueo de las propiedades y los bienes materiales de las personas secuestradas
y desaparecidas. Este hecho le valió la acusación de haber sido el “testaferro del botín de
guerra” de los militares.
Bonasso no relacionó directamente a Yabrán con el lavado de dinero, la venta ilegal de armas,
el tráfico de drogas y el contrabando de mercancías, pero lo señala como la persona que
regulaba la entrada, salida y circulación de mercancías por el territorio argentino, una especie
de cobro de peaje por la protección de los delitos gracias al control de los aeropuertos, el
servicio de embarque pre y post aéreo y la circulación sin requisas policiales ni interrupciones a
través de sus correos privados.
El trabajo del periodista aportó información para demostrar qué papel le tocó jugar a la CIA y
el Departamento de Estado Norteamericano en el desprestigio y posterior quiebre económico
del Grupo Yabrán, y en la reconversión de sus empresas a través del Exxel Group, fondo de
inversión manejado en su mayor parte por capitales estadounidenses. En dicha operación fue
clave el papel jugado por Terence Todman, ex embajador de ese país en la Argentina y actual
asesor de empresas con inversiones en el país.
El libro pone en duda que haya sido el empresario quien ordenó el asesinato de Cabezas. Los
orígenes de la investigación se remontan a un año antes del suicidio de Alfredo Yabrán,
Editorial Planeta le propuso al periodista Miguel Bonasso escribir la biografía del empresario;
por aquel entonces la situación procesal de Yabrán se complicaba cada vez más debido a las
pruebas que la Justicia de la provincia de Buenos Aires iba consiguiendo en relación con el
asesinato del fotógrafo José Luis Cabezas. En ese momento Bonasso se negó.
millones de dólares en tan poco tiempo?, ¿Fue el testaferro del “botín de guerra” de los
militares que ocuparon el poder en 1976?, ¿Era el cajero de la corrupción política que
implicaba a funcionarios del gobierno de su amigo, el presidente Menem?, ¿Por qué lo
persiguieron el Ministro de Economía Domingo Cavallo y el gobernador de la Provincia de
Buenos Aires, Eduardo Duhalde?, ¿Qué lugar ocupa su debacle personal en la declinación del
menemismo?, ¿Qué papel jugó el Departamento de Estado norteamericano en su caída?,
¿Ordenó realmente el asesinato de José Luis Cabezas o fue víctima de una conspiración urdida
en los sótanos del poder?, ¿Se suicidó, lo mataron o fraguó su muerte para escapar del país?”
(IPYS; 2005)
Para poder organizar mejor el trabajo y cumplir con los plazos de entrega pautados con la
editorial, el investigador dividió las funciones entre sus colaboradores: uno debía encargarse
de la causa Cabezas (en la que estaban directamente implicados ex policías de la provincia de
Buenos Aires ligados al jefe de los custodios de Yabrán, Gregorio Ríos, quien se encontraba
preso a disposición del juez José Luis Macchi ); otro tenía que reconstruir los entretelones que
llevaron a Yabrán al suicidio: la historia de su familia y las conexiones y los negocios del
empresario en su tierra de origen, la provincia de Entre Ríos. Los otros dos lo ayudarían en la
búsqueda y organización de los materiales, documentos y textos que tenían alguna relación
con el nombre de Yabrán, sus empresas, socios, colaboradores y enemigos.
Utilizó fuentes confidenciales como ex enemigos del empresario, figuras políticas, miembros
de los servicios de inteligencia, personas cercanas a Yabrán y sus familiares y también se valió
de fuentes documentales como fotocopias de los expedientes del caso Cabezas,
documentación judicial sobre el suicidio, multitud de recortes periodísticos de los últimos 6
años, los informes que el ex ministro de Economía Domingo Cavallo había presentado ante la
Comisión Antimafias de la Cámara de Diputados y documentación reservada proveniente de
organismos nacionales e internacionales. Esta de más dejar en claro la utilización de
innumerables fuentes abiertas.
“Una de las particularidades que tuvo la investigación, fue que la mayoría de las fuentes que
aceptaron ser entrevistadas no quisieron que sus testimonios fueran grabados ni sus nombres
citados en el libro debido al miedo que seguía provocando el nombre de Yabrán, aun después
de muerto. En algunos de los casos, se trata de testimonios clave, por lo que opta denominar a
sus fuentes como “gargantas profundas”, describiéndolos sucintamente para no dejarlos en
evidencia” (IPYS; 2005).
a sus colaboradores, los custodios de las empresas de Yabrán se encargaron de presionar para
que la investigación se abandone y las bocas quedaran cerradas, y se realizaron campañas de
prensa que intentaron desviar la atención de la opinión pública, “en concreto sólo un hecho
asustó a Bonasso: cuando se encontraba junto a Daniel Enz y el médico Ricardo Paiva en un
auto recorriendo los alrededores de la estancia donde se había suicidado Yabrán, una
camioneta intentó embestirlos y luego los persiguió hasta un pueblo cercano (IPYS; 2005).
Otros hechos curiosos pero no inexplicables se sucedieron antes de la publicación del libro,
por ejemplo una persona que relató detalles sobre los movimientos de Yabrán fue
salvajemente golpeada por un grupo de individuos, y de la imprenta de la editorial,
desaparecieron dos pruebas del libro 15 días antes de su salida. Bonasso se enteró que gente
vinculada a la SIDE (Servicio de Inteligencia del Estado) le ofreció el borrador del libro al
entonces gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Eduardo Duhalde, a cambio de 30 mil
dólares pero el político ya lo tenía en su poder.
Finalmente un mensaje intimidatorio le dejó en claro que se había metido donde debía si es
que realmente amaba la profesión, luego de haber declarado el 11 de enero de 2000 en el
Juzgado Federal de la ciudad de Dolores en la causa por el asesinato de José Luis Cabezas, al
abrir la puerta de su auto para emprender
el regreso hacia Buenos Aires, Bonasso
notó que su vehículo había sido abierto con
una ganzúa y que no le habían robado nada
de su interior, inmediatamente efectuó una
denuncia policial.
del asesinato de Cabezas, por la tenebrosa red de seguridad e inteligencia que había montado
con represores de la última dictadura militar.
El libro reconstruye la historia del proyecto “Cóndor II” de la Fuerza Aérea Argentina, que
transcurre desde su nacimiento luego de la Guerra de Malvinas, hasta su desmantelación
durante la primera presidencia de Carlos Menem.
Santoro describe el proyecto investigado “el Cóndor II, mas que un misil fue un ámbito para
dirimir ambiciones, codicia y renuncia al desarrollo tecnológico”, sostiene además, que es la
historia de un proyecto tecnológico militar que fue como un espejo donde se reflejaron las
debilidades de la administración alfonsinista, las contradicciones internas del gobierno
menemista y la falta de acuerdos mínimos entre los partidos políticos mayoritarios que no
permitieron darle continuidad o tomar medidas consensuadas imprescindibles en una
iniciativa estratégica de tales características.
El autor realiza un análisis del desarrollo del llamado “Plan de desarrollo de la Fuerza Aérea”,
de los objetivos de la Fuerza en investigación, acerca de la preocupación que generó en las
potencias (Estados unidos y Gran Bretaña) y en Israel e Irán, la posible creación de un misil de
mediano alcance, y la utilización y adquisición de tecnología misilística por países
subdesarrollados como la Argentina. La mayor preocupación evidentemente estaba
concentrada desde Gran Bretaña por la cercanía del conflicto de Malvinas.
Se menciona a Egipto e Irak como inversores pero también como posibles compradores de la
tecnología producto de la investigación Argentina. La relación con Egipto era oficial, no así los
vínculos con Irak; en esto giró gran parte del debate político internacional tendiente a la
desmantelación y destrucción del Cóndor II.
En el libro se exponen las causas que llevaron al fracaso del proyecto, por un lado el
crecimiento continuo de las presiones internacionales por la sospecha de una posible
utilización militar del producto en la Argentina y la venta de elementos del Cóndor por medio de
la triangulación a través de Egipto a Irak, precisamente no con fines civiles, también revela los
cambios ocurridos en la política argentina durante los diez años que duró el proyecto entre
ellos, el cambio de Presidente. Por otro lado se plantean causas referentes al funcionamiento
institucional de la Fuerza Aérea, las internas en el organismo fue uno de los obstáculos para el
desarrollo del proyecto.
Entre las consecuencias expuestas por Santoro, una de las mas importantes es la pérdida de
la inversión realizada hasta el momento en las partes del Condor no reciclables, como también,
la no mantención de las instalaciones en Falda del Carmen equipada con equipos de alta
tecnología habilitados para desarrollar proyectos espaciales, esto implicó que la Argentina
siguiera dependiendo de terceras naciones o agencias espaciales para por ejemplo, colocar un
satélite en el espacio.
Para entender la excelente investigación de Santoro y luego poder ubicarla dentro de alguna
de las especialidades estudiadas en la tesis o en el área gris entre ambas se realiza
excepcionalmente, un análisis un poco más exhausto del libro, mas allá de presentar sólo la
síntesis del mismo y un acercamiento al tema, se aplican algunos de los conceptos que luego
son utilizados en el análisis de casos con la muestra que tiene validez en el análisis científico.
El objetivo del autor se presenta claramente: demostrar que la desmantelación del misil
significó cerrar una puerta al progreso tecnológico autónomo del país; evidenciar la
dependencia internacional (países desarrollados) en la toma de decisiones políticas internas y
externas y exponer el porque, las causas ocultadas, de la desmantelación del proyecto.
con ese ocultamiento. Desde este punto de vista, Operación Cóndor II intenta encontrar
razones de explicación para prácticas políticas relacionadas con el desarrollo y
particularmente, la desmantelación del misil, que habían permanecido ocultadas por motivos
de conveniencia política.
Por un lado, Santoro remarca la necesidad de tomar decisiones políticas propias, ajenas a las
presiones internacionales, y por el otro, defiende el desarrollo de tecnologías propias que
Con respecto a las áreas de investigación que Faundes (2001) propone en Ética y contexto del
periodismo de investigación, Operación Cóndor II se ubicaría en el plano de la discrepancia
legítima, porque Santoro se posiciona en un lugar desde el que es posible plantear posiciones
alternativas sin poner en riesgo la estabilidad del sistema. En este caso, las diferentes
posturas en torno al desarme misilístico creaban un campo de debate donde tenían espacio las
más diversas posturas, desde los defensores del desarrollo armamentista hasta los grupos a
favor de un desarme completo.
En cuanto a los posibles riesgos jurídicos que se pueden asumir al publicar esta investigación,
Santoro es cauteloso al respetar la atribución de los dichos publicados sólo en el caso en que
estos sean oficiales y comprobables. Respeta la confidencialidad de las fuentes "off the record"
y plantea en el campo de las suposiciones o inferencias aquellas cuestiones de difícil o
improbable demostración, como las contradicciones entre Crespo y Cavallo en cuanto a los
millones invertidos en el proyecto 3 .
La única objeción, desde el punto de vista legal y con respecto a lo explicado antes, es la
reproducción de diálogos de manera textual sin citar la fuente (por ejemplo los de las
reuniones privadas entre Cavallo, Erman González y Di Tella). En este caso, Santoro confió en
la importancia de la fuente para reproducir los diálogos sin temores a futuras acciones legales
en su contra.
Este relato cubrió necesidades sociales y políticas como la de saber lo ocurrido con un
proyecto que hubiera significado avances y desarrollo para el país; expone varias campanas de
la problemática, cada lector sacará sus conclusiones.
3. Crespo afirmaba que se habían gastado sólo 2 millones de dólares, mientras Cavallo afirmaba que el gasto había sido de entre 200 y 400
millones. Santoro supone que el dato esgrimido por Cavallo podría haber procedido del brigadier Antonietti, quien tenía una pelea interna con
Crespo.
Facultad de Periodismo y Comunicación Social - UNLP 89
Casos resonantes
El mismo carácter tuvo el Decreto firmado por Carlos Menem poniéndole punto final al
proyecto, también se nutre de informes de inteligencia, aún cuando es difícil determinar
si Santoro tuvo acceso a los informes o sólo a fuentes de confianza que le comentaron el
contenido de los mismos; utiliza non papers, que son comunicados no oficiales
intercambiados entre Argentina y Gran Bretaña por medio de países intermediarios
(como Brasil o Suiza), mientras estuvieron interrumpidas las relaciones diplomáticas
como consecuencia de la Guerra de Malvinas.
Con respecto a las fuentes testimoniales es posible deducir que existieron contactos del
autor con personas vinculadas al poder militar y político, reproduce los dichos y
conversaciones informales, de ambos ámbitos con precisión. Las referencias a este tipo
de fuentes responden al “off the record”. En la mayoría de los casos no especifica el origen
de la información y en algunos casos no es preciso, sino que generaliza con frases como
“fuentes militares” o “según voceros de las Fuerzas armadas”.
Este tipo de recurso puede conspirar en algunos casos contra la credibilidad del relato,
sin embargo, el relato de la fuente (de cualquier tipo) cobra importancia si organiza una
trama cuyo argumento es comprobable empíricamente. En Cóndor II, la falta de cita no
quita credibilidad a la investigación, porque se cruzan testimonios y declaraciones
oficiales con documentos.
Ve r b i t s k y e m p e z ó l a i n ve s t i g a c i ó n l a m i s m a
noche del 20 de junio, consultó documentos
oficiales, recogió testimonios de los dos
bandos enfrentados y los cotejó con fuentes
públicas y con materiales de los servicios de
informaciones.
Ta m b i é n s e p l a n t e ó p r o b a r q u e l o s t i r o t e o s
más prolongados se entablaron por error entre
grupos del mismo bando ubicados en el palco y
en el Hogar Escuela, y tomaron la columna
agredida entre dos fuegos; trata de
documentar que los tiradores ubicados sobre
tarimas en los árboles también respondían a la
Ve r b i t s k y r e l a t a e l p l a n p o l i c i a l p a ra e l r e g r e s o
seguridad del acto; que no hubo combate y que
de Perón, la policía ordenaba el transito de
los masacradores lograron su propósito
personas, aseguraban la circulación de
( Ve r b i t s k y ; 1 9 8 5 ; p á g . 1 4 ) . Pa ra e l a u t o r E z e i z a
vehículos, velaban por la seguridad del público, y
contiene el germen del gobierno de Isabel y
se ocupaban del vallado en Ezeiza para proteger el
López Rega, la AAA y el genocidio ejercido desde
p a l c o . Ta m b i é n d e d i c a d i f e r e n t e s a p a r t a d o s p a r a
1976.
dejar en evidencia los antecedentes de quienes
La clase trabajadora confiaba en que con el estuvieron comprometidos con la masacre: el
retorno del General regresaría una política Te n i e n t e C o r o n e l O s i n d e , e l B r i g a d i e r F a u t a r i o ,
antioligárquica y antiimperialista y por eso se José Rucci,entre otros.
movilizó pero no libremente “la masacre de
López Rega había facilitado que Osinde
Ezeiza es también un escalón fundamental en la
a s u m i e r a c o m o S e c r e t a r i o d e D e p o r t e y Tu r i s m o ,
aplicación de crecientes cuotas de terror
c a r g o n o h e c h o a l a m e d i d a d e u n Te n i e n t e C o r o n e l
c o n t r a l a m o v i l i z a c i ó n p o p u l a r, q u e d e s b o r d a b a
de Inteligencia. Desde allí, con estrecha relación
todos los esquemas y rompía todas las
con Rucci, Osinde organizó la custodia de López
tentativas de sometimiento” (1985; pág 10).
Rega y el operativo del 20 de junio. Pero no fue el
7. EL PERIODISMO EN PROFUNDIDAD
Otro aspecto de la actualidad comunicacional es que los lectores se informan a través de los
medios que ofrecen inmediatez, como la radio, la televisión e internet, pero acuden a los
medios gráficos que otorgan profundidad en la noticia, las investigaciones e informes en
profundidad son el punto fuerte de este tipo de medios que varias veces escucharon
pronosticar la muerte del diario en papel.
En la nota se presenta una visita al Instituto Aráoz Alfaro ubicado en la localidad de Abasto
donde, en el momento de publicación, vivían 58 adolescentes de entre 15 y 18 años, todos ellos
privados de libertad por causas judiciales severas como homicidio y robo calificado .
La investigación revela como el Instituto que funciona como penitenciaría, da los primeros
pasos para convertirse en un proyecto socio educativo terapéutico que reinserte a los menores
y no los empuje a la reincidencia al delito.
El instituto posee diferentes niveles en el edificio donde se dividen las tareas a realizar por los
chicos y con los chicos, el en primer nivel hay dos pabellones con capacidad para 25 internos
con personal de seguridad que lo acompaña y le brinda atención primaria elemental, atención
psicológica y de un asistente social, para luego incorporarlo a la actividad formal y no formal
en la escuela y los talleres de artesanías.
En el segundo nivel realizan actividades en contacto con el exterior del instituto y allí es
donde ocurren los casos de fugas, allí se busca ver que grado de probabilidad existe de que el
adolescente construya un proyecto de vida y tome conciencia de su situación personal y
familiar, que es generalmente la que lo llevó a delinquir.
En una tercer parte de la nota, titulada Cartas, se presenta una actividad se socialización de
los chicos que consiste en un intercambio de correspondencia, dibujos y golosinas, entre otras
cosas, con alumnos de un colegio ubicado en un barrio privado, la intermediación se realizó a
través de un docente que enseñaba en ambas instituciones. Las experiencias tan distintas se
unen en algunos puntos, son jóvenes.
El suplemento Zona del diario Clarín semanalmente publica investigaciones en sus páginas:
las industrias culturales como cuestión de Estado; muertes de argentinos ligados al poder
político; la pobreza y su historia en el país; la crisis en el Conurbano Bonaerense; las divisiones
económicas entre norte y sur en la Capital Federal, los secretos del Estado en relación a leyes,
decretos, resoluciones y ordenanzas; la Argentina como puente para el robo de material
arqueológico Latinoamericano. Estos son algunos de los múltiples temas publicados en el
Según los números presentados por Getino, la industria cultural facturó de manera
similar a la de las industrias alimenticias y de bebidas, y un poco menos que la de la
construcción que cerró su año en 13, 8 millones; a la vez las actividades en cuestión
aportaron 175 mil empleos entre formales y no formales.
Con la lectura del informe también es posible informarse acerca de las organizaciones
en Argentina que luchan por la diversidad cultural, independientes y en red con otros
Estados del mundo por ejemplo a través de la coalición bautizada “Foro para la Defensa
de las Industrias Culturales”; y también ponerse al día acerca de los proyectos que
reconoce el Estado como asignaturas pendientes como la Ley del Libro , la de Mecenazgo
y la de radiodifusión.
La estructura de la nota publicada se basa en los hechos puntuales que ocurrieron cada
día de la semana y los tejes y manejes alrededor de ellos, por ejemplo el viernes 16 de
marzo los hechos son los siguientes: La bolsa cae un 2 por ciento y el riesgo país trepa a
los 852 puntos; López Murphy anuncia un plan de ajuste, minutos antes De la Rúa había
hablado al país para darle su apoyo; se produce la renuncia de tres Ministros, dos de ellos
radicales, y de dos viceministros, además el Frepaso retira del Gobierno a todos sus
funcionarios de primera línea.
Una vez detallados los sucesos mas importantes los periodistas a cargo de la
investigación, Gerardo young, Lucas guagnini y Alberto Amato, reconstruyen lo ocurrido
y exponen los diálogos de los implicados como De la Rúa, López Murphy, Federico Storani,
Para cerrar la batería de ejemplos del Suplemento de Clarín, en Otra caldera en La Pampa
Matilde Sánchez expone lo que investigó en una localidad del interior Bonaerense, una grave
crisis de seguridad con asaltos violentos que enfrenta a los vecinos de Tres Arroyos con las
autoridades Policiales y de la Justicia. Los productores agrarios y ganaderos optaron por
armarse y patrullar sus campos de noche a falta de seguridad brindada por el Estado.
Las víctimas aseguran saber quienes son sus víctimarios, ubican donde viven, como se
mueven para cometer los delitos pero las autoridades aseguran que son delincuentes de otras
localidades con apoyo logístico desde el interior de Tres Arroyos.
“El mundo cambió. ¿el periodismo cambió?” es una de las preguntas que se hace la
organización Periodismo Social y trata de ofrecer una nueva herramienta para el periodismo
actual que permita jerarquizar los problemas sociales en la agenda mediática a través de la
investigación en profundidad de temas como la defensa de los derechos de la niñez y la
adolescencia, la violencia de género y la pobreza, entre otros.
El periodismo social no se realiza en los medios desde que su nombre fue divulgado por Alicia
Cyntrynblum en el año 2000, se investigaban hechos sociales desde mucho antes pero no con el
rotulo que hoy lo identifica.
En el sitio web de la organización se exponen las diferentes áreas temáticas en las que
investiga Periodismo Social: Niñez y adolescencia, pobreza y desigualdad, discapacidad e
inclusión, responsabilidad social empresaria, género y sexismo, participación ciudadana,
derechos humanos, economía social, desarrollo sustentable, salud y pueblos originarios.
En este último tópico, por ejemplo, se presenta una investigación que detalla quienes forman
parte de los pueblos originarios, y como no existe consenso sobre el significado del término
“pueblos indígenas”, se basa en la definición que ofrece el Convenio 169 de la Organización
Internacional del Trabajo (OIT) en su artículo 1.1.b: “[son] considerados indígenas por el
hecho de descender de poblaciones que habitaban en el país o en una región geográfica a la que
pertenece el país en la época de la conquista o la colonización o del establecimiento de las
actuales fronteras estatales y que, cualquiera que sea su situación jurídica, conservan todas
sus propias instituciones sociales, económicas, culturales y políticas o parte de ellas."
Cada una de las investigaciones ahonda en la problemática y además de ser tratada por
periodistas también se recurre a especialistas que brindan asesoramiento para que la difusión
de información no sea tergiversada.
BIBLIOGRAFÍA
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Abordaje
metodológico
C. Wright Mills
Del apéndice “Sobre artesanía intelectual”,
en La imaginación sociológica
Madrid, Fondo de Cultura Económica, 1993
1. ESTRATEGIA METODOLÓGICA Y TEORÍA
Abordaje metodológico
El proyecto se llevó adelante mediante una estrategia metodológica enmarcada en el
Paradigma Hermenéutico, “la teoría hermenéutica se va a centrar en la
identificación de las reglas que subyacen, siguen y gobiernan los fenómenos sociales.
Lo que busca son patrones de intercambio, que son el resultado de compartir
significados e interpretaciones sobre la realidad”, de esta forma caracteriza Gloria
Pérez Serrano (1990) a la teoría que se constituye por reflexión.
Con respecto a la lógica cualitativa adoptada, María Teresa Sirvent, en Cuadro comparativo
entre lógicas según dimensiones del diseño de investigación, presenta un cuadro
comparativo incluyendo la lógica cuantitativa. Se extrajeron de este texto las principales
características de la lógica que compete al trabajo:
! Función de la teoría: Orienta el trabajo con el propósito de generar teoría a partir del
objeto abordado, se busca generar nuevos conceptos y relaciones consistentes con las
manifestaciones observadas o los objetos abordados. Generalmente se comienza con teorías
conocidas y se intenta abrirlas.
Cabe señalar como punto importante en la descripción de las técnicas utilizadas que la
investigación no fue diseñada siguiendo un único método de abordaje del problema; un
aporte importante lo realiza la teoría fundamentada, de la que se desarrollan sus puntos
básicos en los párrafos siguientes -pero la investigación no se limita a los lineamientos de esta
teoría-.
Las técnicas más importantes utilizadas para el análisis de las investigaciones serán el
análisis comparativo y el muestreo teórico. Existen limitaciones en este tipo de
investigaciones que son tenidas en cuenta desde el comienzo de la investigación, con el
análisis no se pretende generalizar ni extender a todo el universo los hallazgos obtenidos. Las
técnicas fueron elegidas por la necesidad de acotar el campo de estudio y de prescindir de
Se realiza un análisis de los casos seleccionados para lograr Las técnicas más
reconstruir el proceso de investigación llevado adelante por importantes
los periodistas, en relación a los conceptos de lo oculto y lo utilizadas para el
ocultado y a la naturaleza de las fuentes utilizadas en la análisis de las
investigación. El análisis se efectúa cotejando datos que se investigaciones
refieren a un mismo aspecto, y evaluando la fiabilidad de cada serán el análisis
información. comparativo y el
La construcción del corpus a analizar se realiza de acuerdo al
muestreo teórico
sustento teórico de la propuesta teórico-metodológica
denominada “muestreo teórico”, de Glaser y Strauss
(1967). Esta lógica permite generar categorías de análisis
significativas, para el análisis del discurso. Consiste en la
recolección de datos para generar teoría específica, por la cual el analista paralelamente
selecciona, codifica y analiza su información, para luego decidir qué información es pertinente
para desarrollar su teoría. Este proceso de recolección de información está controlado por la
teoría emergente.
Según esta teoría, las decisiones iniciales no están basadas sobre una estructura teórica
preconcebida, el investigador en el proceso de construcción del muestreo, será guiado por las
propias necesidades, tal como señalan los autores citados, la construcción será guiada por
brechas emergentes en su teoría y por preguntas de investigación sugeridas por respuestas
anteriores.
El muestreo teórico y el método comparativo constante son las dos estrategias utilizadas por el
enfoque de la “grounded theory”, también llamada TA (teorización anclada) o Teoría
fundamentada. Esta línea teórica práctica se refiere a generar teoría a partir de un corpus de
datos; el investigador toma casos diferentes en conjunto, en los que las variables actúan como
una unidad que produce respuestas, los casos son comparados para ver donde puede
encontrarse la clave de las diferencias.
La teorización anclada fue desarrollada por los investigadores Barney Glaser y Anselm Strauss
en 1967, en su libro “The discovery of grounded theory” presentaron una propuesta
metodológica que pretendía romper con los dogmas de la perspectiva lógica deductiva de
investigación. Según el Magíster en Antropología y Desarrollo Emilie Raymond (2005) “al modelo
positivista, reprochan su especulación teórica y la debilidad de su referencia a la realidad,
mientras destacan la falta de rigor y la insignificancia teórica de la corriente empiricista de la
sociología”.
En un contexto de auge del pospositivismo, Glaser y Strauss intentaron formalizar los métodos
cualitativos, en la búsqueda de hacer una investigación tan sólida como su contrapartida sta de
cuantitativa. Ana Lía Kornblit (2004: pág. 49) cita a Denzin y Lincoln, dos investigadores que
ubican los orígenes de la teoría fundamentada en la llamada fase modernista de los métodos
cualitativos, que se extendió desde la posguerra hasta los años 70, fase que estos autores
consideran la edad dorada del análisis cualitativo riguroso.
Este enfoque no constituye un método o una técnica específica, sino que es más bien un estilo
de hacer análisis cualitativo que incluye una serie de herramientas metodológicas distintivas,
como las especificadas anteriormente: muestreo teórico y la realización de comparaciones
constantes. Siguiendo lo señalado por Raymon (2005), Ana Lía Kornblit (2004) sostiene que
esta teoría no se restringe a tipos de datos, líneas de investigación o intereses teóricos
determinados sino que puede aplicarse a diversos problemas, siempre y cuando éstos
admitan un análisis social de tipo cualitativo.
El método de la grounded theory consiste en leer una base de datos textual y etiquetar
variables (categorías, conceptos y propiedades) y sus relaciones; la habilidad para percibir
variables, reconocer qué es importante en los datos y darle su significado, se conoce como
sensibilidad teórica y está afectada por un número de circunstancias y aspectos,
incluyendo la lectura de la literatura teórica y/o empírica y el uso de técnicas diseñadas para
intensificar la sensibilidad (Iñiguez y Muñoz: 2004).
En su texto de 1967, Glaser y Strauss consideran como ideas teóricas básicas tanto las
categorías y sus propiedades, como las hipótesis. Las categorías permiten codificar los
incidentes (hechos o acontecimientos particulares y significativos) que aparecen en el
material relevado por el investigador; las propiedades se refieren a las características más
concretas de algo (idea, persona, acontecimiento, relación) susceptibles de ser
conceptualizadas.
Las categorías, definidas según determinadas propiedades, son producto del proceso de
dimensionalización que hace el investigador. Este proceso consiste en generar distinciones
que se plasman en dimensiones y subdimensiones (Kornblit; pág. 50). Las categorías
engloban información diversa, pero con cierta afinidad o denominador común; éstas y las
propiedades no tiene un carácter meramente clasificatorio, ya que son relevantes para la
elaboración de la teoría que se está generando.
A partir de mediados de los 80 y durante los años 90, algunos autores reformularon
parcialmente el conjunto de términos básicos de la teoría e introdujeron nuevos términos,
como los conceptos y proposiciones.
Los conceptos incluyen interpretación pero son menos abstractos que las categorías, son las
unidades básicas de análisis que surgen de la conceptualización del dato desarrollada por la
teoría (Kornblit: 2004). Las teorías no pueden ser construidas con datos puros, o crudos, es
decir, tal como fueron obtenidos, sino que deben ser tomados como indicadores potenciales del
fenómeno que se pretende estudiar (Kornblit; pág. 50). Las categorías son más abstractas que
los conceptos que representan, pero surgen de un proceso similar de análisis comparativo que
permite destacar similitudes y diferencias, actúan como piedras angulares para el desarrollo y
la integración de la teoría.
Igual que las hipótesis, las proposiciones indican relaciones generalizadas entre una
categoría y sus conceptos, y entre categorías; el cambio terminológico se produjo debido a que
algunos autores consideran más adecuado hablar de proposiciones acerca de relaciones
conceptuales que de hipótesis que requieren relaciones medibles (Kornblit; pág. 50).
La teoría que enmarca la investigación postula que el investigador debe suspender sus
percepciones preconcebidas, el número de casos carece de importancia, lo destacado es el
potencial de cada caso para ayudar al investigador en el desarrollo de comprensiones teóricas
sobre el objeto de estudio. La conformación de la muestra estará dada por el criterio de
saturación teórica, este consiste en la aplicación del método comparativo constante
(MCC) hasta que el cruce de datos no genere nueva información ni aporte a la categorización,
ese es el punto de saturación y donde corresponde continuar con la siguiente etapa.
! Desarrollar categorías de codificación. Crear una lista de todos los temas, conceptos,
interpretaciones, tipologías y proposiciones identificados y producidos durante el análisis
inicial.
! Ubicar los datos sobrantes para ver si encajan en las categorías o hay que crear otras
nuevas.
!Refinar el análisis.
Codificación axial: Es el proceso de integración de las categorías y sus propiedades en base
a relaciones causales, ajustan elementos en base a un paradigma de relaciones genéricas
entre condiciones, interacciones, estrategias, tácticas y consecuencias. Tanto esta
codificación como la descripta anteriormente tienden a realizarse en las primeras etapas de
la investigación (Kornblit; pág. 52).
Según Ana Lía Kornblit (2004) esta etapa juega un rol , mientas
Abordaje metodológico
explicación y la comprensión de un fenómeno con el mínimo de conceptos y
formulaciones) y el alcance en la aplicabilidad de la teoría en una amplia gama de
situaciones, mientas conserva una fuerte correspondencia entre teoría y datos.
Escritura de la teoría: Se realiza a partir del material codificado, las notas analíticas
correspondientes y la integración de categorías y propiedades. Para esta instancia es de
utilidad la escritura de memos a medida que avanza la investigación, las reflexiones aquí
escritas proporcionan el contenido que se esconde tras las categorías, las cuales se
convierten en los temas principales de la teoría posteriormente presentada en artículos
o libros (Glaser y Staruss: 1967).
producción: 3.705; de este total cuatro editoriales no publicaron libros de posible análisis en
esta investigación (Emece, De los cuatro vientos, Lumen y Paidos). Las cinco restantes
publicaron entre 1131 (Dunken) y 159 (Norma) libros, pero sólo un porcentaje de ellas son
obras de autores argentinos, y un porcentaje aún menor de periodistas. Estas dos últimas
características pertenecen a un nuevo recorte.
Del total de 38.619 obras publicadas y registradas en la Cámara Argentina del Libro desde el
1 de enero de 2002 y el 31 de diciembre de 2004, 3.705 obras fueron publicadas durante el
periodo señalado por las nueve editoriales de mayor tirada:
14
12
10 Sudamericana
Planeta
8
Alfaguara y Aguilar
6 Norma
4
2
0
Con esta selección se conforma el corpus para luego aplicar el método descripto
anteriormente: método comparativo constante y muestreo teórico, que permite la
construcción de categorías mediante la saturación teórica y codificación de datos. La
construcción resulta de un proceso progresivo y secuencial de ampliación o reducción de la
muestra según las categorías teóricas que van emergiendo. A continuación se caracteriza la
técnica del muestreo teórico que será aplicada de este punto de la selección de casos en
adelante.
Las decisiones iniciales acerca de la selección de la muestra como se expuso no están basadas
en una estructura teórica preconcebida, el resto estará controlado por la teoría emergente.
Aquí juega un rol fundamental la sensibilidad teórica en continuo desarrollo, mas allá de las
decisiones concernientes a la recolección inicial de datos, la recolección adicional no puede
anticiparse a la teoría emergente de estos datos.
La pregunta básica del muestreo teórico es como el investigador selecciona los múltiples
casos a analizar, Ana Lía Kornblit (2004; pág. 55) cita a Glaser y Strauss quienes exponen que
al ser infinitas las posibilidades de comparaciones múltiples, los grupos deben ser elegidos de
acuerdo con el criterio teórico del investigador. Ellos proponen los criterios de propósito
teórico (cual es el propósito de la investigación) y de relevancia (que capacidad tiene para
promover el desarrollo de categorías emergentes).
relevante y sistemático sobre la recolección de datos que permite que ésta sea abundante y
tenga sentido.
4. PROCESO DE ABORDAJE
Las comparaciones internas permiten poner al desnudo como a pesar de que cada
investigación está realizada por una misma persona o un equipo, pueden tener valoraciones
y prácticas distintas que influyan en las conclusiones de la investigación, por ejemplo una
parte de la investigación puede basarse en hechos ocultos y otra en ocultados. Esto revela la
importancia de cruzar constantemente el trabajo macro y micro investigativo.
El inicio del abordaje del corpus se realiza en base a pautas determinadas pero no acabadas,
las fases especificadas fueron completándose con la codificación surgida del estudio de
casos.
En primer lugar se establecerá la ficha técnica y la siguiente estructura en el marco del relato
de cada uno de los casos:
! Determinar en que área propuesta por Faundes (2001) para entender al periodismo de
investigación, pueden ubicarse cada uno de los casos. Se focalizara en las siguiente variables:
temática investigada, que se cuestiona a partir de lo investigado (casos particulares,
instituciones, sistemas, entre otros), para que se investiga, determinar el porque del inicio de
la investigación. Las áreas donde deberán encuadrarse son las siguientes:
- Área de la disidencia.
! Tipos de fuentes utilizadas: cerradas y abiertas, según los conceptos de Faundes (2001) y
el rol en relación al objetivo de investigación.
! Pruebas presentadas para que el trabajo sea considerado una investigación periodística o
periodismo de investigación: Ruptura de la norma. Prueba indiciaria.
- Principal
- Secundarias.
Se muestra fértil de cara a los propósitos de la investigación, esto significa que no todas las
categorías ni propiedades tienen importancia para la explicación buscada, pero que aún no se
identifican cuales de ellas las tienen. Es probable que aún en esta instancia, no hayan surgido
todas las categorías y propiedades relevantes y que sea necesario incluir otro grupo de
investigaciones.
Este proceso se realizó hasta llegar al punto de saturación de las investigaciones, donde el
abordaje de nuevos trabajos no otorgaban ni nutrían de nuevas propiedades a las categorías.
Los datos se captan y sistematizan constantemente con al lectura de los trabajos periodísticos
y esto aporta a mejorar los instrumentos de captación (sensibilidad teórica).
De cientos de páginas que componen las investigaciones se pasa a una situación que explica
más económicamente pero con mayor profundidad, los elementos planteados en el inicio; la
existencia o no de diferencias extremas entre P de I y el P en P, en base a categorías y
propiedades extraídas de discursos de estas especialidades.
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Editorial Norma. Buenos Aires. 131 p.
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B u e n o s A i r e s . 2 4 6 P.
Carlos sabino
Del libro “El proceso de investigación”,
Caracas, Panapo, 1992
CAPITULO IV
I nve s t i g a c i o n e s .
Historias puestas en escena
“ Pe n s a b a e n l a v i e j a n o r m a d e l o f i c i o
que indica que cuando una
entrevista deja de ser una propuesta que
el otro acepta o rechaza, y se transforma en una
larga seducción y negociación,
resulta evidente que en la mezquindad
de esas palabras se esconden los secretos...”
Cristian Alarcón
Del libro “Cuando me muera quiero
que me toquen cumbia”,
Buenos Aires, Grupo Editorial Norma, 2003
1. CARTONEROS. RECUPERADORES DE DESECHOS Y CAUSAS PERDIDAS
1. Cartoneros. Recuperadores de desechos y causas perdidas fue realizado por Eduardo Anguita con la colaboración de Gustavo
García Carrano, Luciana Mantero y Mariela Pugliese Lacorte, y publicada por el grupo editorial Norma en el año 2003.
Anguita relata la historia de Monzón desde su niñez y a la vez la formación de la Villa del Bajo
Flores desde 1955 hasta la actualidad, con personas que huían de sus lugares de residencia por
la falta de trabajo. También saca a la luz la actividad de los legisladores en relación a la
recuperación de basura y el poco apoyo que desde el gobierno se otorga a la gran franja de
desocupados que eligen una actividad lejana a la de delinquir.
En el siguiente capítulo titulado “Daniel, del colectivo al Tren Blanco”, el protagonista recorre
la historia de la organización del Tren: las gestiones con la empresa Trenes de Buenos Aires, las
reglamentaciones internas, la creación de una guardería para evitar que los menores viajen en
el tren, el circuito con los intermediarios, las formas un poco complicadas de escapar de los
aprietes policiales y de los punteros políticos.
Daniel relata con precisión su primer día como cartonero y también como se dio cuenta de que
no sería un ave de paso el día que compró una carreta de buena calidad para hacer su trabajo.
Desde el 2002 es delegado de los Cartoneros de Colegiales y se muestra en desacuerdo cuando
se menciona que realizan una actividad informal ya que el Tren Blanco tiene organización
estricta, los 350 usuarios provienen de la Cárcova y Curita, dos villas miseria cercanas a la
estación de José León Suárez.
El liderazgo del protagonista creció en el 2001, en plena crisis, cuando los cartoneros tuvieron
problemas con el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires porque funcionarios y policías
reprimían la actividad. Sólo la prensa se solidarizó con el sector ya que la mayoría de los
funcionarios argumentaban que la actividad no era compatible con la de las empresas
recolectoras de residuos, la basura les pertenecía.
Para completar los testimonios de la lucha cartonera, Eduardo Anguita entrevista a Lidia
Quinteros, delegada del Barrio la Cárcova y a varios de los Asambleístas, cada uno relata los
aprietes que sufrían de la policía y como con la lucha y el apoyo de un funcionario en particular
lograron organizarse y sortear esos problemas.
El capítulo III titulado “El renacer de Carlos” expone por supuesto la vida de Carlos y su familia
en torno a la recuperación de residuos pero también hace hincapié en los operativos policiales
con varias irregularidades y malos tratos: pedido de coimas, detención de los carros,
desparramo de lo recolectado, acusaciones de robo y de supuestas infracciones.
Las historias difieren en lo personal, pero no en el manoseo constante que reciben de parte de la
policía y de algunos sectores políticos. El autor contextualiza cada historia relatando el
surgimiento de la villa o el barrio donde vive cada familia, se nutre de fuentes testimoniales,
técnicas y documentales como informes del Indec, investigaciones realizadas por periodistas,
historias de vida, opiniones de voces autorizadas como antropólogos y sociólogos, y trabajo de
campo en primer lugar, ya que la observación es su fiel informante.
El relato muestra como caminar por las calles, dio a Sara varias cosas además de materiales
reciclables, entre ellas un sentido de organización y respeto por la gente con la que mantiene
contacto diario cada vez que toca su puerta y por sus compañeros. El galpón de la cooperativa se
convirtió en una opción de vida para muchos, y el trabajo con dedicación logró que funcionara
como Pyme.
Cada historia está relacionada a algún proyecto o plan de gobierno, o a una lucha por la
aplicación de medidas en apoyo a la organización de los cartoneros. El autor contextualiza cada
aspecto mencionado, incluso rastrea la historia de cada proyecto, de los políticos involucrados y
de los Ministerios que sirven como marco institucional.
El autor incluye al finalizar su libro, la historia de una familia ciruja escrita por Francisco
Suárez, el apartado se titula “Historias arriba del carro” y es fruto de notas de campo como las
llaman los antropólogos y sociólogos. En otro apartado suma direcciones y teléfonos de
urgencia que considera indispensables para los cartoneros y sus familias; información útil
acerca de la Ley de recuperadores y el Programa de recuperadores Urbanos impulsado por la
Secretaría de Medio Ambiente. También explica que hacer ante eventuales detenciones
policiales sumando información sobre servicios de asociaciones defensoras de derechos
humanos y civiles, que cuentan con guardia permanente de abogados.
La investigación contribuye a sacar a la luz facetas del nuevo tejido social a través de
experiencias personales, apunta a generar vínculos sin prejuicios y con fundamentos sólidos
de identificación.
La profesión de la que hoy se sienten orgullosos miles de cartoneros en todo el país tiene un
origen centenario, pero la irrupción reciente en el paisaje urbano y en los medios de
comunicación hizo de esta una fuente de controversias.
La actividad de los cartoneros atravesó diferentes períodos, ligados a los gobiernos de turno y
su gestión con respecto a los residuos, y a las diferentes crisis económicas y sociales que a lo
largo del siglo XX no han podido superarse y se han profundizado en diferente aspectos pero
sobre todo en lo social.
A mediados de los años 70 se creó el CEAMSE (Cinturón Ecológico del Área Metropolitana
Sociedad del Estado), que organizó y puso en marcha el método de relleno sanitario y dejó de
lado la incineración de los residuos o al menos se intentó que ello dejara de ocurrir.
Acompañando esta política de saneamiento ambiental se implemento otra que, como explica
Anguita, “comprendía la exclusión social de vastos sectores sociales a partir de la prohibición
del cirujeo, de la erradicación de barrios marginales y de la transferencia del aumento de los
costos de la recolección a los municipios y a los vecinos” (2003: pág. 14).
Los cartoneros eran visibles pero comenzaron a imponer su presencia mas fuerte a partir de
la crisis del 2001 y de los años anteriores que desembocaron en ella, cuando muchas personas
veían en la recolección de residuos la única manera de ganarse el pan sin caer en la
delincuencia.
Las quejas de los vecinos de clase media y alta se hicieron más pronunciadas y con ello la
repercusión en los medios, que tuvieron una influencia decisiva en cuanto a la constitución
simbólica de estos trabajadores que tendieron a ser tomados como icono de un momento
histórico singular.
Hasta el 2001 los cartoneros aún no constituían un tema por derecho propio, sólo Página/12
había publicado notas esporádicas sin dar continuidad al tema y tratándolo con cifras a modo
informativo. La Licenciada en Sociología Grisel Adissi en su investigación El fenómeno
“cartoneros” en los medios gráficos porteños. La construcción de un nuevo sujeto/objeto
histórico, realiza un seguimiento del tema en los medios y sostiene que es Página/12 quien dará
comienzo a una línea que sostendrá en el tiempo, “en la cual los cartoneros o cirujas son vistos
como un sector misérrimo y sufriente, víctima de la violencia social, y del cual preocupa recoger
sus relatos personales”.
del 2002 los medios comienzan a publicar acerca de algo que caracterizaron como un
fenómeno inquietante.
Los cartoneros chocan constantemente con dificultades, uno de los problemas son
los cortes al revisar las bolsas; como solución el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires
reparte folletos promocionando una campaña de recolección diferenciada, pero los
vecinos que muestran buena voluntad no consiguen las bolsas verdes exclusivas para
papeles y cartones así que los riesgos siguen acechado a los cartoneros y a los niños
cartoneros por sobre todo.
Según el periodista para llegar a esas cifras deben darse varias condiciones, una de
ellas es que no llueva, otra la negociación de la zona de recolección con otros
cartoneros donde podrá estar tranquilo de que nadie recolectará el material en sus
manzanas; también es importante la confianza que irá ganando entre los comerciantes y
porteros de la zona que al reconocerlo le separarán los materiales. Para los que viven lejos de
las estaciones es más complicado ya que en el circuito intervienen también, los camioneros
que se quedan un 20 por ciento del material y les gestionan las ventas.
El siguiente piso lo ocupa la Cooperativa Tren Blanco, un grupo de ex cartoneros que vieron las
pérdidas que causaban los acopiadores y decidieron organizarse pagando mejores precios en
sus barrios. Más arriba se encuentra Etilplast, una cooperativa por encima en la escala
productiva que no compra directamente a los cartoneros pero si a los acopiadores. “El plástico
es procesado (molido, lavado, agrumado y, más adelante, extrudado) y se vende directamente
al último eslabón de la cadena para que haga broches de ropa, cajas de CD o perchas. Esta
cooperativa empezó hace tres años limpiando y seleccionando los frascos de champú que le
entregaba gratis una fábrica cercana”.
De esta manea se intentan solucionar dos problemas, por un lado las toneladas de basura que
se generan a diario y resulta complicado ubicarlas sin generar un colapso ambiental y por otro,
satisfacer necesidades humanas materiales, ante la ausencia de políticas públicas que
solucionen de modo definitivo el problema de la desocupación.
El autor recibió diferentes reconocimientos por su labor periodística, en la edición 2003 del
Congreso realizado por la entidad académica Latin American Studies Association fue
reconocido por su “trayectoria en los medios”.
Para referirse al estilo de hacer periodismo de este autor es posible acercarse a diferentes
ideas que en algún momento de su carrera puso sobre la mesa, aquí se citan algunos retazos de
su pensamiento y de su forma de hacer periodismo.
“Debo confesar que poseo una predisposición casi natural al non fiction” (Centeno;
2001)
“Lo que yo te puedo decir es que a la gente le interesa saber cuando se cometen
delitos con un bien como el de la información pública. Y lo que yo estoy denunciando es
una serie de delitos, a los que trato de interpretar y dar explicación” 2 . (Straccia; s.d)
“Me identifico mucho con el. Hace poco, un crítico dijo que mi narrativa estaba hecha
con la mejor esencia de Rodolfo Walsh y eso me produjo una especie de impacto. Como
sabes, tuve la suerte de haber escrito con Martín Caparrós una trilogía de dos mil
páginas sobre la historia de los años setenta y, quizás por eso, por la temática y el
impacto que produjo hace cinco años en Argentina; muchos dijeron que retomábamos
cierto espíritu de Walsh. La verdad es que hace poco me contaba un colega que Walsh
era un erudito, cosa que yo no soy. El fue un hombre distinto. A fines de los 76 planteó
muy descarnadamente lo que eran los campos de concentración en Argentina; y nadie
2. La cita que marca esta referencia y la siguiente, fueron extraídas de una entrevista realizada por Jairo Straccia para la Revista Segundo Enfoque
acerca del libro de Eduardo Anguita Grandes Hermanos. Alianzas y negocios ocultos de los dueños de la información”, un libro que revela la
dinámica de poder de los multimedios en la Argentina y que es caracterizado como P de I. En la entrevista, el autor de cartoneros, expone sus ideas
acerca de los medios, los periodistas, la comunicación y su rol; lo expresado deja al desnudo el pensamiento del autor acerca de la profesión desde
la cual escribe el libro analizado en el trabajo de tesis.
En el presente apartado se expondrán las tácticas y estrategias que los autores referentes del
P de I presentan como requisitos a cumplir para que una investigación sea considerada P de I y
luego se verificará si Anguita en la investigación desarrollada los tiene en cuenta.
Gerardo Reyes (1996: pág. 54) marca cuatro características básicas en el trabajo de los
grupos de investigación: tiempo, especialidad, orientación, y autocontrol. Con respecto
al tiempo habla de la necesidad y la posibilidad de planear, ampliar y verificar un plan de
trabajo; sobre la especialidad sostiene que el periodista investigador adquiere un dominio más
profundo y variado de la información; con respecto a la orientación se refiere al sentido
práctico y ágil en la búsqueda de documentos y en el conocimiento de instrumentos jurídicos
para obtenerlos, y acerca del autocontrol hace mención al control de calidad para garantizar
que el material a publicar esta libre de imprecisiones y riesgos legales.
Anguita cumple a rajatabla con los cuatro elementos, con respecto al tiempo el autor no
realiza la investigación para la publicación en una sección diaria de un medio gráfico por lo que
dedica el tiempo necesario que le consume realizar un trabajo de campo; el autor recorre las
calles con los protagonistas, visita varias veces a las familias en sus hogares, viaja en el tren
blanco, e incluso contextualiza cada barrio, cada zona y los procesos que llevaron a la
organización de los grupos de cartoneros en cooperativas.
El acceso a recortes de prensa (1996: pág. 59) es una de las características generalizadas
en el P de I, Anguita se nutre de textos publicados en Clarín, La Nación, Página/12, La Prensa,
Hecho en Buenos Aires, Noticias, El País, Veintitrés y Todo es Historia, de estos obtiene datos
para la contextualización, así como también información acerca de los cartoneros que son los
protagonistas de su historia pero también de investigaciones de algunos de los medios
mencionados.
El acceso a legislación con las herramientas mínimas para entender y el dominio de las
normas de derecho de acceso a los documentos públicos (1996: pág. 62), es otra
herramienta utilizada por el autor de Cartoneros, accede al Registro de la Comisión Municipal
de la Vivienda de la Ciudad de Buenos Aires realizado en el año 1996, a planos municipales de
territorios ocupados por Villas, a la Ley de Recuperadores 992 sancionada en el año 2003;
también utiliza informes de estudios e investigaciones de organizaciones no
gubernamentales (1996: pág. 62), los textos e informes utilizados son detallados en el
siguiente capítulo donde se realiza un análisis exhaustivo de las fuentes.
Anguita utiliza citas textuales, Reyes (1996: pág. 204) con respecto a este punto
sostiene que hay vivo un debate sobre si es ético corregir frases gramaticalmente
incorrectas dadas por el entrevistado, el autor aconseja sacrificar el estilo pero
mantener las frases tal cual se expresaron para evitar futuros juicios o denuncias.
Finalmente Reyes (1996: pág. 214) sostiene que todo periodista de investigación
debe ser preciso, coherente, conciso, concreto y claro, para evitar que al no
destilar el volumen de información recaudada, la denuncia o hecho protagónico quede
sepultado por temas secundarios que no reflejan el trabajo exhaustivo del periodista.
Pandiani también marca la utilización de hipótesis que guíen la investigación (2004: pág.
48), sostiene que su función es sugerir explicaciones a ciertos hechos, explicaciones
provisionales que surjan a partir del previo conocimiento del fenómeno a indagar. Expone los
requisitos para ser utilizables. Que sean conceptualmente claras, que tengan referencia
empírica, que sean no-valorativas, que tengan especificidad y que estén relacionadas con un
cuerpo teórico o cuerpo de ideas interrelacionadas alrededor de un objeto de estudio.
En este caso Anguita no transita las historias a raíz de hipótesis a probar, sino que parte de un
hecho existente oculto para algunos sectores sociales, pero no ocultado, por eso la no
necesidad de verificar hipótesis o de utilizarlas como eje.
La consulta a fuentes especializadas (2004: pág. 54) es remarcada por el especialista como
requisito, el análisis de fuentes se realiza en el siguiente capítulo de la investigación pero está
claramente expuesto que el autor utiliza este tipo de fuentes, consulta a ambientalistas,
periodistas especializados en temas sociales, economistas, antropólogos, asistentes sociales,
abogados, entre otros profesionales.
En relación a las fuentes utilizadas Pandiani expone como características propias el análisis y
comprobación de datos y la realización de entrevistas a los principales implicados
(2004: pág. 55), también la publicación de documentos probatorios. Sumando
características Daniel Santoro (2004: pág. 71) se refiere a la utilización del off the record
remarcando el respeto a los acuerdos que caracterizan a esta modalidad.
La palabra en cuestión fue elegida por el autor como título de su libro, en una entrevista
realizada por Lautaro Ortiz para la Revista Sudestada, Anguita explica que al elegir esa
palabra como título tuvo presente obras claves como Villa miseria también es América de
Bernardo Verbitsky, quien le enseñó a llamar las cosas por su nombre y a dejar de lado
eufemismos. “Puesto que en los últimos tres años los cartoneros ocuparon las páginas de los
diarios primero por la criminalización de la pobreza y, segundo, por el fenómeno del
empobrecimiento de la clase media- creo que esa palabra identifica al oficio que desde
siempre llevaron adelante botelleros, cirujas o carreros” ( Ortiz; s.d).
Anguita recuerda como surgieron sus primeros cuestionamientos sobre la situación de los
cartoneros "En un seminario sobre el tema conocí durante todo el día a muchos cartoneros
que me comentaban su problemática. Mi sentido de narrador dijo ´aquí hay historias de
vida´, narraciones que además estaban alimentadas por la expresividad de los propios
trabajadores, que son muy elocuentes. Me costó comprender por qué esas historias estaban
en silencio y no era precisamente por pudor, sino porque esas
voces no encontraban canales donde expresarse. Ahí mismo
L a p a l a b ra gesté la idea de un libro, a partir de una mirada narrativa. En toda
“cartonero” historia siempre hay un debe y un haber para el escritor, y yo
da cuenta de sentía que la visión de ellos estaba próxima a la mía” (Asamblea
Permanente de Cs. Soc. ;2004).
un modo de
vida, de una El autor entiende el libro como una narrativa de la
m a n e ra d e desesperación que necesariamente Necesita un compromiso con
subsistencia el autor “si no te desesperas, no podes contar la verdad. Eso
de un sector mismo nos enseñó Rodolfo Walsh" (Ibidem).
social...
Anguita rescata la forma en que los cartoneros consideran su
actividad y la visión que tienen de ella no sólo como medio de
subsistencia, sino como integrantes de una clase con conciencia
de ser parte de ella. El hallazgo fue comprender hasta que punto
los cartoneros protagonistas de su investigación, tienen en claro
cuál es su lugar dentro del sistema, teniendo en cuenta que n:
forman parte de un fenómeno de identidad post industrial y que son un eslabón de un sistema
que no resuelve la fragmentación social. Otro aspecto que descubrió el autor es que tienen una
segunda causa importante para cartonear, “la segunda causa que recuperan, es el trabajo.
Porque recuperar quiere decir también: modificar, luchar para no dejar las cosas como están”
(Ortiz; s.d).
En la entrevista realizada por Lautaro Ortiz, Anguita expresa como los cartoneros pusieron en
jaque intereses económicos pactados entre el gobierno y diferentes sectores privados,
cuestionaron el sistema y pusieron sobre la mesa de discusión dos temas candentes: el
vencimiento de los contratos de licitación para la recolección de basura, que habían caducado
y el gobierno había prorrogado sin asamblea ni consulta a las instituciones de participación
popular; y el vencimiento del contrato del CEAMSE con las consecuencias de la saturación de la
capacidad de aplicar el método de relleno sanitario.
2. Cuando me muera quiero que me toquen cumbia, Vida de pibes chorros; es una investigación realizada por el Lic. Cristian Alarcón con la
colaboración en la investigación periodística de Silvina Seijas. El autor palpo los hechos durante dos años, para luego escribir el libro que fue
publicado en el año 2003 por el grupo editorial Norma.
El autor estructura su obra en nueve capítulos, en el primero de ellos relata la muerte del
“santo” a través de las voces de su novia María; de Laura y Mauro, dos de sus amigos más
cercanos; de Sabina, la madre del Frente; Chaías, que acompañó a Alarcón a recorrer el largo
viaje de la reconstrucción; Matilde, confidente del Frente y cómplice al darle refugio cada vez
que se encontraba en aprietos por un robo, es también la madre de los mejores amigos de
Víctor: Javier, Manuel Simón, quienes serán luego los protagonistas de varios hechos
delictivos relatados por ellos mismos para el libro. Esta narración también se nutre del relato
de Luis, el compañero de robo de Víctor el día de su muerte.
“Lo subieron al carro fúnebre. Hasta ahí llegó la compostura. Una salva caótica de balas hacia
el cielo despidió a Víctor Manuel “El Frente” Vital. Y esos disparos comenzaron a transformar
su muerte en una consagración, su ausencia en una posible salvación” (2003: pág. 43). Esa
imagen descripta resulto sorprendente como otras tantas.
La villa fue en un principio para Alarcón un territorio mínimo, acotado, para luego de dos años
convertirse en un territorio cotidiano, “el extrañamiento del foráneo al conocer los personajes
y el lugar, el lenguaje, los códigos al comienzo incomprensibles, la dureza de los primeros
diálogos, fue mutando en cierta cotidianeidad, en la pertenencia que se siente cuando se
camina una cuadra y se cruzan saludos con los vecinos, se comenta con alguno el tiempo, se
pregunta por dónde andarán los pibes, siempre tan difíciles de ubicar, sin horario alguno...”
(2003: pág. 45).
En el segundo capítulo relata la historia de Sabina, la madre de Víctor, quién trabajaba como
vigiladora privada para que no le falte nada a sus hijos, una contradicción “la madre vigilante y
el hijo chorro”. También cuenta la historia de Manuel, uno de los hijos de Matilde y uno de los
mejores amigos de Víctor, auque no pudo tener desde un principio su testimonio porque
estaba preso. Las anécdotas que le relato Sabina sobre esa relación hizo que Alarcón se
mantuviera pendiente de alguna salida transitoria de Manuel, como también de una visita
autorizada al Instituto Almafuerte donde se encontraba su hermano Simón.
El autor cuenta a través de la historia del Frente la vida de varios pibes chorros y con ello
obtiene además de información particular de cada uno y sus familiares, códigos e información
precisa de una clase social particular: el robo como actividad cotidiana; la violencia en público
de las parejas y en privado, donde un tiro como venganza a un novio mujeriego es moneda
corriente; las bolsitas de pegamento de mano en mano junto a la cerveza a cualquier hora del
día; las entradas y salidas a la cárcel e institutos de menores como un paseo de domingo.
En todos los capítulos el escritor dedica párrafos a los elementos que cada entrevistado
marcaba para la canonización del Frente: su generosidad con lo obtenido en los robos y el
respeto que imponía como enemigo de la policía y villero conservador de viejos códigos
inquebrantables para quienes tenían honor. Recoge los testimonios que sin dudar aseguran
una vida antes y una después de la muerte de Víctor.
El negocio de la droga está presente en el relato pero también el consumo diario. Alarcón
cuenta la experiencia de entrevistar a Chaías, un amigo del Frente, en la tumba que le rinde
honores, describe la imagen del joven con una bolsita de pegamento en sus manos, pero
también relata que Chaías jamás aspiraba pegamento cuando estaba con sus hijos.
Las relaciones entre los transas (vendedores de drogas), los consumidores y la policía vivía en
tensión, algunos capítulos narran el odio hacia los transas y las muertes que eso trae
aparejado, no sólo porque son la trampa para los pibes condenados a la adicción, sino por la
protección policial con la que cuentan.
En el capítulo III Cristian Alarcón reúne a las tres ex novias del Frente que relatan anécdotas,
desde las chiquilinadas hasta la habilidad para salir airoso cuando dos de sus mujeres se
cruzaban. “Yo creo que puede ser una presencia especial, alguien capaz de aparecerse, o de
cuidarte, de ser alguien superior por la manera superior que tenía de ser en la vida. El, aunque
ladrón, siempre tuvo un corazón groso” expresaba Paola, quien aún sueña con su amor.
El siguiente apartado está dedicado a Simón, amigo de Víctor y experto en asaltos y fugas, el
autor lo entrevisto en un instituto de máxima seguridad donde estaba recluido desde hacía dos
años. Los funcionarios de los institutos donde había permanecido mucho tiempo Simón
también aportaron a esta narración, todos se sorprendían de la buena conducta y de cómo se
introducía en la lectura de algún libro del Che, muy tranquilo como si su estadía fuera algo
pasajero y que no le preocupara.
La historia de Matilde y sus hijos ocupa el siguiente capítulo y varios párrafos más de los
siguientes, lo que ocurre es que además de su relación con El Frente, durante la investigación
un accidente hace participe a Cristian Alarcón de la historia. El día anterior a la entrevista con
Simón un llamado telefónico de Sabina puso al tanto a Cristian de lo que había ocurrido, Daniel
el más pequeño de sus hijos y el único que no delinquía sino que se dedicaba a cartonear, volvía
en el tren blanco cuando se asomó por una de las ventanas sin vidrios y la cabeza le estalló
contra una viga de hierro.
Esta historia es relatada por uno de los entrevistados en el libro de Anguita, Cartoneros.
Recuperadores de desechos y causas perdidas. La agonía de Daniel y la espera hizo que el autor
se conectara con otros personajes de la villa, con quienes rezaban y realizaban ritos para que el
niño se recuperara. Algunos llevaron ofrendas a la tumba de Víctor otros llevaron elementos
para las ceremonias de la Mai umbanda del barrio, Marga.
Alarcón en el trabajo de campo que formó parte de la investigación palpo la importancia que la
religión tiene para los habitantes de la Villa, en una de las ceremonias realizadas para pedir por
la salud de Daniel termino siendo protagonista; Marga poseída por el espíritu de “la Africana” le
preguntó si tenía algún problema, el autor no supo que contestar pero la Mai le dijo que quizás
existían personas que querían hacerle daño así que le dio una lista con todo lo que necesitaba
para hacer el trabajo de limpieza y protección contra supuestos enemigos.
En el libro también están presentes las historias de los enemigos de Víctor, y con ello el relato
de la organización para acabar con aquellos pibitos, como Brian y la banda de los sapitos, que
endemoniados por el efecto de días de pastillas de Rohipnol, de aspirar pegamento y de
consumir alcohol asaltaban hasta a sus propios vecinos y disparaban como si tuvieran en la
mano un revolver de cebitas.
Durante sus visitas a la villa, aunque suene extraño, los pibes chorros que rendían honores a
Víctor trataron de hacer justicia y avanzaron sobre Brian y sus amigos, “Yo miraba desde la
retaguardia absoluta de la lucha. Había quedado medio agachado, en una posición poco
elegante, refugiado tras las cortinas y las persianas, mirando por la rendija,
amariconadamente escondido, pero sujeto a la vida, al fin y al cabo” (2003: pág. 143) relata
el autor.
Brian daba vueltas el revolver 32 en un dedo provocando a los vecinos, mientras los sapitos
vigilaban a sus espaldas cubriéndolo con armas, hubo tiros y nadie llamaba a la policía. “Se
había ampliado el campo de acción de los favores del Frente. Siempre invocado para defender
a los pequeños ladrones de la policía, ahora manejaba las balas de los propios”. Esta escena
muestra lo cotidiano de la villa y como se hace justicia donde la justicia sólo existe para
culparlos o matarlos como ocurrió con el héroe de San Fernando.
En el capítulo VII Alarcón relata su contacto con Roberto Sánchez, un respetado vecino que
le entrego una lista con lo nombres de los caídos en la villa y los alrededores. Pupi como
también lo conocen en el barrio, le mostró recortes de diarios de secciones policiales con
imágenes de cuerpos tirados en el asfalto, casi todos de niños. Una de las fotografías muestra
la comparsa “Los Cometas de San Fernando”, de los treinta chicos que sonríen con sus levitas
fucsia, sólo quince quedan vivos, de los muertos está el registro de Pupi entregado al autor
para que hiciera con ello lo que pudiera para no olvidarlos, de los vivos una gran parte están
presos, otros conviven con balas en su cuerpo.
El libro se cierra con dos entrevistas fuertes, a Mauro y Nadia su esposa, Mauro es portador
de HIV y contagió a su esposa alegando no conocer que poseía el virus en su cuerpo; ambos
relatan la historia del Frente y la propia tratando de despejar el mito de todos aquellos que se
hacían pasar por amigos. Para terminar Alarcón relata el funeral de Daniel, como
investigador y como parte de ese grupo humano con códigos muy diferentes a los de la clase
media.
Fotografía: elortiba.com
El 6 de febrero de 1999 dos móviles policiales entraron en la Villa San Francisco siguiendo los
pasos de Victor, Luis y Coqui; en el móvil 12179 iban el Sargento Héctor Eusebio Sosa y los
cabos Gabriel Arroyo y Juan Gómez, en el otro, el que llevaba el número 12129 iban Ricardo
Rodríguez y Jorgelina Masón.
Los tres jóvenes de 17 años se escabulleron entre los pasillos de la Villa hasta esconderse en
el rancho de Inés Vera, habían asaltado una mueblería que tenía vigilancia privada y por eso la
Policía había llegado tan rápido para perseguirlos.
Coqui había quedado rezagado, por eso sólo Víctor y Luis tuvieron oportunidad de no ser
vistos por unos minutos más. Víctor se escondió bajo la mesa y desde allí escuchó como los
móviles estacionaron justo en frente del rancho; Luis caminó hacia la mesa sigilosamente lo
que demostró a Victor que la Policía ya estaba adentro y el miedo que lo invadía tenía razón de
ser.
Tres efectivos con las pistolas en las manos ingresaron al rancho, una mujer y dos hombres;
Héctor Sosa, apodado el Paraguayo, pateó la mesa y según las declaraciones de Luis, Víctor
gritó ¡no disparen! ¡nos entregamos!. Víctor intentó tapar el primer disparo con su mano,
obviamente fue inútil, el balazo le destrozó la cara entrando por su frente, cuatro balazos más
terminaron lo que ya con el primer tiro, tenía fin. Luis con un balazo que le rozó la cabeza se
hizo el muerto tratando de que su cuerpo cayera afuera de la casilla para que no le dieran un
último tiro de gracia.
El cuerpo de Victor fue entregado a sus familiares después de tres días y fue enterrado en el
cementerio de San Fernando en un ataúd envuelto en las banderas de Boca y Tigre. Dos
micros y un camión con acoplado trasladaron a quienes querían acompañar los restos que
como despedida realizaron varios tiros al aire.
Desde ese día la tumba del Frente se colmó de ofrendas, presentes, pedidos y también
agradecimientos, las chicas del barrio le piden por su historia de amor y los pibes chorros le
ofrecen cerveza para que las balas de la policía no los alcance. También se tejieron historias
de fe alrededor del mito del Frente, por ejemplo Juan Manuel Mansilla, un joven de 15 años,
asegura que el Frente le curó sus afecciones cardíacas a cambio de sus rezos.
Hugo Presman en la página de investigaciones Rodolfo Walsh, publicó una nota acerca de la
historia y agrega datos alarmantes acerca de la situación del presente de la juventud
argentina; citando una encuesta del sociólogo Artemio López de la consultora Equis publica
que el 27% de los adolescentes argentinos se encuentran desocupados, siendo 830.000 los
jóvenes menores de 24 años que buscan trabajo y no lo consiguen.
En la franja de los 18 y los 20 años Presman asegura que la exclusión laboral es aún más
marcada, el desempleo ronda en el 40%, y de los que tienen trabajo, 7 de cada 10 están en
negro, siendo 1.200.000 los trabajadores jóvenes en negro con un salario promedio de $300.
Además de las cifras sobre el empleo, hay otras no menos alarmantes, 550.000 chicos de
La mayor cantidad de los jóvenes conocidos como pibes chorros nacieron en la década del
´80 y llegaron a la adolescencia en plena década menemista, otros nacieron en los ´90. En
ambas décadas las clases sociales sufrieron cambios importantes, la brecha entre ricos y
pobres aumentó de manera impresionante, los pobres no lograban salir de la situación en la
que se encontraban como ocurría antes de los ´70 cuando ser pobre significaba una transición
a una mejor posición social, hacia la clase media.
Esta franja de jóvenes sin ocupación específica toman como referencia y espacio la calle, con
todo lo que esto implica, “imposibilitados ya de incorporar los valores tradicionales (porque
han perdido sus sentidos y sus referencias) muchos jóvenes comienzan a generar nuevos
sistemas de creencias, vida y cultura. Dado ese estado de cosas ante la falta de proyectos a
largo plazo- la violencia empieza a ser vista como una expresión de coraje” (Presman; 2006).
Presman (2006) concluye su trabajo con la idea de que quienes en los 90 llegaron a
convertirse en pibes chorros, tienen como rasgo compartido, entre otras cosas, haber sufrido
desde su infancia desestructuración y privaciones.
Las letras de la cumbia villera transmiten imágenes claras de la vida diaria en la villa; refleja
los códigos, la geografía, el alcohol, la droga, la falta de futuro proyectado, la imposibilidad de
insertarse en la sociedad a través de un trabajo digno y remunerado de manera tal que les
permita vivir cómodamente, como aún no conocen.
El Frente se escondió en la casa de Inés Vera, ella forma parte de esas generaciones con
carencias profundas, pero posee códigos propios y comunes al lugar donde vive. Recibe las
armas que le tiran los chicos en sus fugas y las esconde detrás de un ropero, con eso ayuda a
que el tiempo de detención sea mucho menor por no portar armas. Como protege a cada pibe
chorro, el 6 de febrero de 1999 le dio una mano a Víctor, pero no fue suficiente.
Sabía que en su territorio contaba con una red de protección y eso se lo había ganado con las
actitudes tomadas después de cada robo y con la preservación de ciertos códigos de respeto
ante sus vecinos. En Cuando me muera quiero que me toquen cumbia, Alarcón expone que
cosas hicieron que Victor ganara la confianza en vida y la santificación luego de morir.
Luego del entierro las remeras con su cara se multiplicaron en la villa y en cada pedido de
justicia, familiares, amigos, vecinos y familiares de otras víctimas de gatillo fácil acompañan
a su gente y a la imagen presente de Víctor cada vez que ellos lo necesitan, por ejemplo
festejan los cumpleaños de Víctor con chocolatadas para los pibes humildes del barrio San
Francisco.
En las líneas siguientes se expone porque la utilización del término “gatillo fácil” y el porque
del pedido de justicia del entorno de Víctor. El 10 de mayo de 2005 comenzó el juicio oral y
público al único acusado de su muerte, aunque no estaba acreditada la materialidad de los
hechos.
El acusado llegaba a los tribunales custodiado y el edificio siempre estaba vallado con
uniformados con cascos, escudos, palos y armas, sólo se permitía la entrada de ocho
personas al recinto pese a ser audiencia pública, y jamás se permitió a los medios de
comunicación registrar el juicio, ni siquiera el día de lectura del fallo.
Los familiares acompañados por organismos de defensa de los derechos humanos y amigos
se concentraron frente a la entrada de la casa de Sosa para realizarle un escrache, igualmente
los costos del grave error cometido por el ex policía fueron pocos.
García Márquez. Ese mismo año recibió el Premio TEA en el rubro diarios. Es uno de los co--
fundadores de la Asociación Miguel Bru. Desde el año 2003 es editor de la Revista TXT.
El autor referenciado da una vuelta de tuerca a lo que se conoce como P de I, lo que le otorga
un estilo particular a la hora de investigar; el P de I se caracteriza por tomar personajes
públicos que no necesitan presentación, y desnudar aspectos desconocidos por el lector; la
propuesta de Alarcón es diferente, es un corrimiento del estilo y de las propuestas que
desbordaron el mercado editorial.
Cuando me muera quiero que me toquen cumbia no encuadra en el registro exacto del
clásico P de I, el corrimiento se nota en quien es el protagonista de la historia, no se trata de un
famoso sino de un ladrón con reconocimiento en el ambiente policial por las entradas y salidas
a las comisarías, y en su barrio por las diferentes actitudes tomadas desde su lugar de líder.
Aquí hay rasgos del estilo propio de Alarcón, de su elección y búsqueda de temas de
investigación. Algunos autores y periodistas realizan un paralelo con Rodolfo Walsh, esto
también habla de la forma de hacer periodismo, “Cuando me muero...actualiza una serie
literaria que aunque fiel a su tradición, parece ir modificando sus protagonistas década tras
década, en paralelo a la historia Argentina reciente” (Korn; s d).
La comparación hecha por Guillermo Korn alude a la elección del término “acribillado”, que
remite a otro concepto fuerte en el género non fiction: fusilado. Acribillado abre el libro de
Alarcón y hace 50 años “fusilado” abría Operación Masacre. El disparador utilizado por Walsh
para el trabajo que marcó un antes y un después en el P de I en el país, “Hay un fusilado que
vive” es retomado en la historia analizada donde existe un acribillado santificado.
Como parte de un estilo propio el investigador rompe las normas del periodismo que apelan a
la objetividad y a la distancia con las fuentes y con el hecho; se entromete en las vidas de
quienes luego contarán la historia que busca.
Al igual que se realizó con Eduardo Anguita, para hacer referencia al estilo de hacer
periodismo de este autor se citan algunas ideas expuestas en entrevistas realizadas por
diversos medios.
“Me manejo con la verdad con absolutamente todas las personas que entrevisto,
sea el asesino más asesino de todos. No hay fórmula que no pase por los caminos
de la dignidad, la entereza, la franqueza para poder salir vivo de cualquier
situación. Cuando considero que es imposible acceder por las buenas a un
entrevistado, como en el caso del “Negro sombra”, ni siquiera me gasto.” (Richter
y Belforte; s.d)
“Hay que tener cierta práctica en detectar las zonas de peligro, no exponerse
inútilmente, no vincularse con las fuentes más de lo necesario. Aunque, de alguna
manera, la relación termina siendo afectiva, porque la empatía genera afecto y es
“Cada vez que tuve que intervenir por ellos, lo hice: por sus condiciones de
detención, por posibles torturas o por amenazas dentro de la cárcel (...) pero
siempre tuve clara la diferencia: si bien podía tener una relación amistosa, un
vínculo afectivo con los chicos, no me creo la película de que era su amigo. Tengo
tres o cuatro amigos, como todo el mundo, pero no lo son mis fuentes ni los
personajes de mis historias. Soy incapaz de sostener semejante carga porque
además es verdaderamente utópico” (Barrera; s.d.)
“Cuando entraba a los temas de exclusión con los que trabajaba, lo que
prevalecía era el interés del otro más allá de la nota. Una ética en la que, si voy a
contra una historia que puede significar algún perjuicio moral, o incluso hasta de
dignidad del protagonista de la historia, es preferible no contarla. Allí empiezan a
jugar los valores que uno tiene para contar siempre la verdad, pero entendiendo
las lógicas culturales de aquellos que protagonizan nuestros relatos” (Barrera;
s.d.)
“La Argentina es el país con mejores periodistas del continente y está entre los
mejores del mundo. La forma en que escriben, su acercamiento a la literatura, la
formación universitaria de los que pasaron por la academia, el mundo que han
caminado, su condición de seres de clase media que han tenido acceso a
determinadas informaciones...” (Barrera; s.d.)
El apartado reúne las decisiones con respecto a las tácticas y estrategias de investigación
elegidas por Alarcón para llevar adelante su trabajo, al igual que se realizó con la obra de
Eduardo Anguita, en el punto 1.4, aquí se trasladan las características propuestas por
diferentes especialistas del P de I y se corrobora que aspectos eligió el autor para poner en
Gerardo Reyes (1996; pág 54) presenta cuatro características necesarias en el trabajo de
cada equipo de investigación: tiempo, especialidad, orientación y autocontrol. Al igual
que Anguita, Alarcón cumple con los cuatro puntos estrictamente, con respecto al tiempo
pudo llevar adelante un plan de investigación u hoja de ruta aunque en declaraciones citadas
en este capítulo asegura que debió cambiar la estructura del libro varias veces debido a que
alguna fuente estaba detenida y no podía acceder a ella o al fallecimiento de algún
protagonista. Esto significa que su plan tuvo fronteras laxas.
El trabajo de campo durante tres años le otorgó el título de especialista, el autor tiene un
dominio profundo y variado del tema, incluso no sólo publicó este libro sino que también ha
escrito trabajos acerca de el accionar de la Policía Bonaerense y de la criminalización de la
protesta, entre otros.
Otra característica es el acceso a recortes de prensa (1996: 59), en este caso Alarcón no
utilizó recortes de prensa para contextualizar su trabajo aunque la ausencia no se nota ya que
no hubieran aportado datos de interés a la investigación.
Alarcón accede a las declaraciones del acusado por el asesinato de Víctor, el ex policía Sosa,
durante el desenvolvimiento de la causa judicial. Como se presenta en el contexto de la
historia los medios no tuvieron acceso al Juicio Oral, ni tampoco a este tipo de documentos a
los que si accedió el autor por la cercanía a sus familiares y a la causa.
códigos y la organización para delinquir no son hechos ocultos en el barrio donde se llevó
adelante la investigación.
Con respecto al surgimiento de la investigación, Reyes (1996; pág 74) sostiene que
debe ser a través de pistas entregadas por un interesado o por la mera observación del
periodista de alguna irregularidad. En este caso, el autor de la investigación es quien la
impulsa a raíz de un pedido del medio gráfico donde trabajaba cubriendo temas relacionados
a la sociedad.
La primer punta fue acercarse a ver que rol jugaban los chicos en los negocios ilegales de la
Policía Bonaerense, por esto se acercó a COREPI donde le hablaron del caso del Frente, desde
ahí partió para acercarse a la villa sin buscar algo preciso, sin un objetivo bien definido.
Alarcón utiliza citas textuales (Reyes; pág 204) pero protege sus fuentes al no utilizar
nombres reales, debido a la posibilidad de la toma de medidas por parte de la Policía, por lo
relatado para el libro. Este punto es aclarado al inicio de la obra.
Otro requisito para el autor que viene guiando el análisis es contextualizar el hecho
investigado (Reyes; pág 207), en el libro no faltan detalles que contextualicen el hecho en
si, la muerte del Frente, ni tampoco las historias que se tejen en el barrio San Francisco. El
autor no evita dar detalles de acciones comunes para los vecinos del lugar pero consideradas
delitos para la sociedad y el sistema, las descripciones surgen de testimonios de los
protagonistas y del propio trabajo de campo.
Especificar la norma violada es otro elemento importante señalado por Gerardo Reyes,
en el libro se exponen infinidad de normas violadas pero no como tal, sino que se relatan
como parte del día a día de un barrio de familias carenciadas de San Fernando. El hecho eje de
la investigación es un delito cometido por la Policía Bonaerense, el derecho a la vida violado
íntegramente, pero la investigación sólo se refiere al mito que surge a raíz de ese asesinato.
Para culminar con las características retomadas de Reyes, se coteja si Alarcón es preciso,
coherente, conciso y claro, como según el especialista, debe ser todo periodista de
investigación para evitar que el hecho protagónico quede sepultado por temas secundarios al
no destilar correctamente la información a publicar.
Al igual que Anguita, Cristian Alarcón reúne las cuatro características, es preciso y concreto
Como guía puede considerarse “la existencia de un mito alrededor de la figura de Víctor
Vital, acribillado por un Policía Bonaerense cuando estaba dispuesto a entregarse”, pero
no posee la fuerza de una hipótesis a probar durante el libro.
La vida y muerte de Víctor Vital fue el disparador de la investigación periodística que realizó
Cristian Alarcón pero no sólo para bucear en la miseria y el delito; para el autor el mito lo
condujo a la realidad de los pobres, una realidad envuelta de varios puntos a tener en cuenta a
la hora de emitir un juicio: valores, códigos diferentes, necesidades, elecciones.
“Nunca pretendí hacer una investigación periodística clásica, tampoco una investigación de
corte sociológico. Necesitaba sí tener los datos, los detalles y un grosor de personajes tal que
me permitiera contar una buena historia” (Montes; 2003) explica Alarcón en una entrevista
realizada por Rodolfo Montes para el Diario La Capital.
La historia trata de un tema que roza lo místico y lo religioso, el autor se proclama agnóstico y
asegura que pasa siempre las cosas por un tamiz intelectual inevitablemente, pero también
se considera respetuoso de las creencias populares “El Frente Vital me enseñó a rescatar
cosas hasta de mi historia familiar y a descubrir por qué es necesario creer en algún santo en
determinado momento. Cuando estoy en un aprieto suelo decir, medio en serio, medio en
broma: San Frente Vital, salvame.” (Ibidem).
El acercamiento a los personajes fue un obstáculo importante que debió sortear, una de sus
estrategias fue tomar contacto a través de los lazos mas cercanos a la figura que iba a retratar,
el Frente Vital, se acercó a su familia, amigos, enemigos. Sostiene que llegó a la villa San
Francisco de San Fernando buscando un mito, y este lo llevó a la realidad trágica que viven los
pobres en la Argentina, “el mito del frente Vital lo conocí por quienes lo sobrevivieron,
descubrí sus modos violentos y también su solidaridad”.
El autor relata que tuvo que cambiar parte de su libro varias veces ya que la historia que iba
escribiendo sufría modificaciones, algunas de las causas eran que los protagonistas se
morían o resultaban presos.
Esa historia que mutó, cuando logró ser un todo, cuando se convirtió en una historia cerrada
en la mayor cantidad de aspectos posibles, fue entregada por el autor a quienes fueron
protagonistas de las crónicas.
Alarcón había realizado un pacto de confianza con quienes brindaron testimonio y con
quienes le abrieron las puertas del barrio, “les prometí un asado y lo hicimos en la casa quinta
de la madre del Frente que vive en Don Torcuato. Nos emborrachamos muchísimo, bailamos
toda la tarde; fue como una ceremonia, y a las siete de la tarde, cuando estábamos todos
quebrados, les entregué un libro y lloramos todos” (Barrera, s.d.)
El pacto consistía en que tendrían un mes para cuestionar lo que quisieran sin que el autor se
comprometiera a cambiar todo lo que le pidieran, con esta cláusula corría el riesgo de romper
vínculos, pero les dijo que si por lo escrito en algún pasaje, alguien se sentía ofendido o se
había equivocado en algún dato, el lo iba a investigar y si era un error lo cambiaría. También
tenía claro que si lo escrito era verdad no iba a modificarlo.
De esta forma considera Alarcón que se generaron complicidades y una demanda para que
fuera cada vez mas seguido a la villa, no cree que los pibes lo consideraban como un pesado
que los iba a entrevistar, sino como un cómplice con quien tenían un proyecto.
3. El PALACIO Y LA CALLE
El Toba relata como se movían los motociclistas de la Policía y la brigada montada, también
como de tres vehículos sin identificación policial bajaban nueve hombres de civil, apoyaban e
las Itakas sobre los autos y disparaban a mansalva. Mientras observaba y vivía la batalla
campal en lo que se había convertido el Obelisco, vio morir a un hombre mayor y salvó de que
la policía se llevara y rematara a un joven de rastas con un balazo en la nuca.
La mayor cantidad de espacios en esta parte está dedicada al palacio: a la caída inminente de
De la Rua; al Plan A de la provincia de Buenos Aires que apuntaba a salvar al Banco Provincia, a
evitar el default, y a disponer de la suficiente capacidad de lobby para arrancarle al gobierno
nacional los fondos necesarios que aseguraran la gobernabilidad provincial, y al estratégico
Plan B de Duhalde, de jugar a cambiar sus decisiones acerca de una posible postulación a la
presidencia.
También dentro de este tópico, Bonasso trata al poder detrás del trono y las especulaciones
que cada funcionario hacía pensando en la posible caída de su jefe. Esta primer parte no deja
de lado los asesinatos cometidos en la calle durante las protestas, en el capítulo 11
enmarcado en “El Palacio en la calle” presenta minuciosamente el accionar de las fuerzas
policiales en la represión y en la atención de los heridos con balas de plomo.
Bonasso detalla como fueron organizados los saqueos en varios puntos del país, aunque
también existieron de manera espontánea debido a la onda expansiva que generaban las
noticias, varias fuentes le aseguraron que bandas de drogas impulsadas desde La Plata
hicieron el trabajo sucio de arrear a la gente, romper persianas y robarse los productos mas
caros.
También pone foco en la reacción de la Presidencia ante estas situaciones y de las fuerzas de
seguridad que mantuvieron la pasividad durante mucho tiempo dejando que los comercios
fueran arrasados.
Dos capítulos exponen los partes de guerra, los recibidos por los funcionarios, los dados a los
medios y los que realmente ocurrieron; las informaciones variaban: los horarios exactos, el
número de muertos y heridos, los datos que ofrecían los fotógrafos y los que llegaban a los
jueces de turno, las grabaciones de los móviles de la policía que delataban la existencia de
brigadas civiles encargadas de liberar las plazas y calles.
La Tercer y última parte del libro está dedicada a los cambios de Presidente en el corto lapso
desde la renuncia de De la Rua hasta la asunción de Duhalde. Seis de los ocho capítulos tratan
de la situación en el palacio, sobre como llegó al poder quien se había instalado en el mando de
San Luis desde la llegada de la democracia, dieciocho años antes, y como tras siete días de
festejo y de toma de decisiones propagandísticas tuvo que fugarse para ser recibido con una
fiesta en su provincia.
El autor deja claro el complot entre Eduardo Duhalde y Raúl Alfonsín, entre el radicalismo y el
justicialismo, que efectivamente conspiraron contra De la Rua, por ejemplo con la
organización de los saqueos por parte de militantes justicialistas que recibían ordenes de
generar descontrol.
El periodista sostiene que los conspiradores usaron la gesta porque tenían los medios que el
pueblo no tiene, pero que la calle no está derrotada, está latente y ha demostrado que en
cualquier momento pueden juntarse un millón de personas para pedir un cambio profundo.
El libro en sí presenta su propio contexto, los hechos que se tratan son parte de la situación
económica, social y política del país por lo que presentar datos concretos de lo ocurrido el 19 y
20 de diciembre sonaría redundante, por esta causa no se profundizará en este punto.
Los resultados mostraron el crecimiento de la oposición, el peronismo había ganado con gran
diferencia en casi todo el país lo que pronosticaba el futuro derrumbe de la Alianza, obtuvo la
victoria en 16 provincias y pasó a controlar las dos Cámaras del Congreso Nacional.
El gobierno había quedado aislado, casi sin poder tomar decisiones que no fueran pactadas
por la oposición y el gabinete que el Presidente había designado estaba en la cuerda floja,
entre ellos Domingo Felipe Cavallo. El ausentismo electoral de 6.297.163 personas marcó un
record y había que sumar los 3.921.761 votos en blanco y nulos, además de otros 150.000
sufragios entre recurridos e impugnados.
El caos se adueñaba del país, con los ajustes, la presión de la gente en la calle subía a la par
del riesgo país. El 19 de diciembre el clima social alcanzó el punto de ebullición, desde la noche
anterior se habían saqueado supermercados en Moreno, El Palomar, San Martín, José C Paz,
Tres de febrero y Tigre. Los saqueos se extendían al interior del país, Entre Ríos, Córdoba,
Corrientes, Chaco y Tucumán tenían además, cortes de rutas y piquetes.
El Presidente no era ajeno a la situación, había pedido la renuncia de todos sus Ministros pero
sin hacerlo público porque la siguiente iba a ser la de el. Desde la mañana el estallido social se
había vuelto incontenible y el mapa de violencia cubría el país, pero De la Rúa declaraba en los
medios “No hay que alarmarse, porque la situación está controlada”.
En Santa Fe había 5 muertos, en Tucumán los detenidos llegaban a 400 y Córdoba capital
había amanecido con la Municipalidad sitiada por trabajadores; los heridos en las provincias
superaban los 300.
Los primeros muertos llegaron por j usticieros que ante la ausencia policial tomaron las
armas y ejercieron justicia por mano propia. Los funcionarios bonaerenses se negaban a dar
información sobre la cantidad de muertos, heridos y comercios saqueados, decían responder
a una orden.
A las siete de la tarde de aquel miércoles mientras toda la Argentina era un campo de batalla,
el Gobierno Nacional dispuso el Estado de Sitio. El Presidente al anunciarlo acusó a grupos
enemigos del orden y la República, e hizo un llamamiento para distinguir a los necesitados de
los violentos. Fernando de la Rúa pidió a los medios de comunicación que las imágenes e
información que se difundiera fueran “veraces, objetivas y oportunas” y advertía que no
debían “atentar contra la seguridad nacional”.
Cuando De la Rúa terminó su discurso, la gente empezó a salir masivamente a los balcones,
terrazas, plazas y calles, llevaban tapas de ollas y cucharones; a la medianoche colmaron
Plaza de Mayo y las escalinatas del Congreso, mientras el ruido a latas sonaba en casi todas
las ciudades del país. No había habido convocatoria, el sonido era ensordecedor y un solo
grito retumbaba en las calles ¡Que se vayan todos!.
Las quejas de la población eran recurrentes: protestaban porque los ahorros les habían
quedado atrapados en los bancos, contra la corrupción política, por la situación económica,
porque sus hijos habían tenido que irse del país para poder trabajar.
A la 1:50 del jueves 20 en Plaza de Mayo la policía había comenzado la represión con gases
lacrimógenos, en la plaza había mujeres embarazadas, ancianos y niños. Muchos
manifestantes pasaron la noche allí, a las 9:30 las Madres de Plaza de Mayo iban llegando para
iniciar su ronda alrededor de la pirámide. Encabezadas por Hebe de Bonafinni y envueltas con
sus pañuelos blancos avanzaron hacia el monumento rodeado de policías. Los efectivos a
caballo rompieron la columna con lanza gases. Con esta imagen comenzaba la represión.
El saldo pudo saberse con el correr de las horas mientras las imágenes de tv insistían en
mostrar a la policía llevándose detenidas a mujeres que arrastraban de los pelos, a jóvenes
apaleados a bastonazos y a camarógrafos y periodistas golpeados como si fueran
delincuentes.
A las 16:15 De la Rúa ofrecía su último discurso, invocando al peronismo su apoyo, aunque el
diputado Humberto Roggero había hablado en nombre del peronismo asegurando que no
integrarían un gobierno de unidad nacional. Minutos después De la Rúa redactó su renuncia y a
las ocho menos 10 un helicóptero le facilitó la retirada de la Casa de Gobierno.
El viernes 21 fue el ultimo día de gestión, sólo firmó la derogación el Estado de Sitio y aseguró
que no sabía quien había dado la orden de reprimir. Tras la expulsión de De la Rúa, la Argentina
conoció a cuatro Presidentes en ocho días: Puerta, Adolfo Rodríguez Saa también obligado a
renunciar por los cacerolazos luego de siete días de mandato, Eduardo Camaño y Eduardo
Duhalde que permaneció en el cargo hasta las elecciones del 2003.
Miguel Bonasso caracterizó al país que obligó a renunciar a De la Rúa como “un país estallado,
sacudido por la crisis, por sus cacerolas, saqueos, protestas y muertes (...) la hecatombe del
20 de diciembre precedida por el corralito y todo lo que sabemos, ese proceso es no manos
cruel que el proceso de la dictadura militar, lo que pasa es que las victimas y los combates son
silenciosos. La figura del desocupado es un desaparecido social” explicaba Bonasso.
Los primeros meses de 1973 fue Secretario de Prensa del Frente Justicialista de Liberación,
luego asesor de Héctor Cámpora durante su breve presidencia; al año siguiente fundó y dirigió
el diario Noticias, mas tarde clausurado por orden de López Rega.
Luego del golpe de 1976 debió permanecer en la clandestinidad porque estaba en las listas
negras de los grupos de tareas de la dictadura, recién en 1977 pudo salir del país y se dirigió a
Roma para integrar el Consejo Superior del Movimiento Peronista Montonero. Dos años
después rompió con la cúpula del movimiento pero continuó militando en la izquierda
peronista.
En 1984 publicó Recuerdo de la muerte, una novela basada en hechos reales ocurridos en la
ESMA, que vendió doscientos mil ejemplares y se convirtió en un clásico que lo hizo acreedor
del Premio “Rodolfo Walsh” a la mejor narración testimonial de tema criminal que otorga la
Asociación Internacional de Escritores Policíacos (AIEP) entregado en Gijón, España.
En 1990 escribió su primera novela de ficción sobre el exilio: La memoria donde ardía, y en
1997, El Presidente que no fue, una biografía de Héctor Cámpora. Ese mismo año realizó la
investigación y el guión para el documental de Evita La tumba sin paz, que dirigió Tristán
Bauer y produjo Ana de Skalon para Chanel Tour de Londres.
En 1999 publicó Don Alfredo, la biografía de Alfredo yabrán y su relación con el asesinato de
José Luis Cabezas, que le valió nuevamente en el año 2000 el premio “Rodolfo Walsh”
entregado en España. Ese año también escribió Diario de un clandestino que en febrero del
2002 recibió el premio honorífico “José María Arguedas” de narrativa que otorga la Casa de las
Américas. Sus investigaciones y artículos aparecen regularmente en el diario Página/12, y es
corresponsal del diario mexicano Milenio.
La firma de Miguel Bonasso es garantía de hechos corroborados, pero también algunos de sus
libros como Don Alfredo, son criticados por el exceso de datos que llevan a perder al lector en
una salsa de nombres y detalles que obligan a releer varias partes.
Aquí se transcriben algunas declaraciones que el periodista dio a diferentes medios y que
expresan parte de su ideología en relación al periodismo y la práctica de este.
“Creo que la realidad te da sorpresas, como decía Rodolfo Walsh, y hay que
dejarse guiar por los hechos. Nuestra realidad es muy pródiga,
desgraciadamente muchas veces, en situaciones novelescas y te llevan
inexorablemente si eres fiel a eso. Yo lo que he tratado es de dejarme
sorprender siempre, no estar con preconceptos” (Hernández-Lorenzo; 2003)
“He tenido maestros, los muchachos de la nueva generación ahora, entre los
asesinados y los exiliados, se les quebró una cadena, que hay que
recomponer. Yo tenía a Rodolfo como referencia, era un faro” (Valiño; 2005)
“Creo que si haces no ficción tienes que jugar con reglas. Lo cual no significa
que no puedas cometer una pequeña trasgresión que en mi caso he cometido”
(Hernández-Lorenzo; 2003)
El autor accede a recortes de prensa (1996; pág 59) para tomar citas que apoyan los
hechos que relata, sirven a la contextualización, punto remarcado por Reyes además de la
especificación de antecedentes cronológicos de los hechos más importantes, de
quienes son y de donde vienen las personas de las que se habla (1996; pág 208).
El material presentado posee coherencia cronológica así como también se exponen los
antecedentes de cada político de quien se habla y de cada protagonista de “la calle”, a que se
dedicaba, su relación o no con la política y la militancia, etc.
El acceso a legislación con las herramientas mínimas para entender de que se trata el
documento y el dominio de las normas de derecho de acceso a los documentos públicos
(1996; pág 62), es otra herramienta utilizada por Bonasso aunque el acceso a este tipo de
material es garantizado por los innumerables contactos personales que posee el investigador,
esta facilidad es remarcada constantemente por el autor en sus libros y en entrevistas
realizadas por diversos medios.
Reyes plantea confrontar a las personas que quieren ocultar información y luego de
la publicación encarar sus reacciones, esto es realizado por el autor, logró entrevistarse
con cada protagonista del palacio que generalmente son fuentes cerradas por ser individuos
de carácter público que ocultan informaciones, salvo con Domingo Cavallo, ausencia
marcada por Bonasso pese a haber accedido a su equipo de trabajo.
Con respecto a las reacciones, el autor ha recibido amenazas y también algunas de sus
fuentes como el Toba. La reacción del investigador fue intimar al Gobierno a que investigue a
quienes en un Falcon avisaron al Toba que aún existen vestigios de la dictadura, porque sino
realizaría una denuncia a nivel internacional, en una conferencia que tenía prevista luego de
la publicación del libro.
Desde el exterior en una charla con su esposa y amigos exiliados sobre los sucesos que
observaban por los medios, decidió investigar y escribir el libro.
Bonasso explica claramente la norma violada (1996; pág 212), el pacto entre el
Radicalismo y el Justicialismo para derrocar a De la Rúa y repartir los cargos en el poder entre
ambos partidos es una de las irregularidades, entre tantas tras cometidas por ejemplo en “la
calle” en la represión de manifestantes.
Aunque el análisis de fuentes se realiza en otro capítulo es importante exponer que el autor
utiliza variedad de fuentes: técnicas, testimoniales y documentales; abiertas y cerradas;
oficiales y oficiosas.
Para finalizar por las características propuestas por Reyes, el autor es preciso, coherente,
conciso, concreto y claro, la narración es perfectamente clara y comprensible aunque la
gran cantidad de datos y detalles a veces lleva a la relectura de algunas partes.
Las características expuestas por Gustavo Martínez Pandiani también son ampliamente
cumplidas por Miguel Bonasso, como ya se expuso contrasta la información obtenida
(2004; pág 28) no se limita a ser un mero receptor de información sino que las declaraciones
de cada entrevistado son contrastadas con el resto de las fuentes y los documentos.
Con respecto a la existencia de hipótesis que guíen la investigación (2004; pág 48)
Bonasso sostiene que no partió de la hipótesis del complot de partidos hacia el delaruismo;
pero si tenía la sospecha por el bagaje de conocimientos sobre los sucesos políticos,
igualmente esperó a la corroboración de esa hipótesis mental para afirmar la existencia de un
acuerdo de provocar la caída de Fernando de la Rua.
Utiliza fuentes especializadas, son expuestas en detalle en el capítulo dedicado a las fuentes,
igual que la publicación de documentos probatorios y la publicación de información
respetando la intencionalidad de anonimato de la fuente.
El 28 de diciembre del 2001 Bonasso viajó a México para el nacimiento de su primera nieta,
desde allí siguió por internet lo que ocurría en la Argentina vacía de poder institucionalizado.
En una charla con amigos argentinos exiliados surgió la idea de escribir el libro, en su plan
original contendría los primeros meses de la gestión duhaldista pero consideró más
importante continuar escribiendo sobre las dos bandas: el palacio y la calle, y dejar el resto
para otra ocasión o libro.
“Yo me sentí un poco protagonista, también, junto con la gente la noche del 19. Y en México
me dije que había que hacer una buena crónica con todo lo que había pasado. Entonces
comencé una investigación a fondo y hablé con todos los protagonistas, incluso con Fernando
De la Rúa” (Brienza; s.d.) es claro que logró entrevistar a quien se propuso porque el libro
contiene infinidad de fuentes. Sólo una entrevista le quedó pendiente, con Domingo Cavallo
por su negativa, pero logró ser atendido por su gente.
4. Dias de furia. Historia oculta de la Argentina desde la caída de De la Rúa hasta la asunción de Duhalde, fue escrito por Jorge Camarasa con la
colaboración de Patricia Veltri y publicado por la editorial Sudamericana en el año 2002, meses después de ocurridos los hechos que el autor relata
y documenta.
Ningún banco en el mundo podía resistir esos retiros por lo que el Ministro de Economía
decidió implementar lo que pasaría a la historia como 'el corralito'. El autor expone detalles del
sistema de retiro de dinero, los perjudicados y beneficiados con la medida y declaraciones de
quienes habían tomado las decisiones que generarían malestar generalizado y la salida de la
clase media a la calle. toma de decisiones por parte del Gobierno
Reacción civil ante la inoperancia en la
de De la Rúa
En el siguiente capítulo, Cita en Caritas, el investigador relata una reunión de pesos pesados
realizada el miércoles 19 en la Central de Caritas en el barrio de San Telmo, donde se reunieron
un grupo representativo del empresariado, de los sindicatos, de la política, y representantes
de las ONG más importantes, los grandes ausentes eran el gobernador de Buenos Aires Carlos
Ruckauf y el Presidente Fernando de la Rúa, que no habían sido invitados.
Según el relato de Camarasa, el Presidente no se habría quedado con las ganas y aparecería
sorpresivamente en la reunión, paralelamente a esta discusión y desde la noche anterior, las
principales ciudades del país estallaban y los saqueos se multiplicaban. De la Rua continuaba
sosteniendo la necesidad de mantener la confianza en las medidas tomadas por el gobierno,
declaraba a la prensa que la situación estaba controlada como si no estuviera al tanto de lo
que ocurría en la calle, incluso algunos de sus funcionarios como Ramón Mestre, pregunto a
los periodistas de que saqueos le hablaban, ya que el no estaba enterado de nada.
En el capítulo IV titulado Es el pasado que vuelve, relata lo que sería, según Camarasa, el día
más furioso de los días de furia, “desde la mañana el estallido social se había vuelto
incontenible, y el mapa de violencia comenzaba a cubrir el país (...) En el interior los heridos
se contaban por centenares y una psicosis colectiva comenzaba a empañar la realidad: se
decía que columnas de desocupados avanzaban sobre los countries y barrios privados de
alrededor de Buenos Aires y que una batalla de pobres contra ricos era inminente” (2002:
pág. 32).
El autor describe situaciones de saqueo, como el ícono del día de furia que habría sido el
comerciante Jian Shi llorando desconsolado en la vereda de su negocio derrumbado, y el
accionar de la Policía ante los desbordes, en algunos lugares intentaba desalojar con gases
lacrimógenos a los manifestantes y vecinos que intentaban saquear supermercados y en
otros lugares observaba sin intervenir.
En barrios del Conurbano los saqueadores acordaban con los dueños de supermercados el
reparto de comida y la Policía actuaba como mediador, pero ante los propietarios y empleados
que se resistían las medidas de los vecinos eran destructoras, el empresario Alfredo Coto fue
uno de los mas damnificados.
El investigador relata como a punto de terminar el discurso, la gente empezaba a salir a los
balcones y a las calles llevando cucharones, tapas de ollas, cacerolas, entre otras cosas y como
en cuestión de una hora colmarían la Plaza de Mayo y las escalinatas del Congreso. “Hacía calor
en Buenos Aires y la espontaneidad de la movilización se advertía en pequeños detalles. La
gente caminaba hacia Plaza de Mayo con lo puesto y no llevaban carteles con consigna o
identificaciones partidarias (...) desafiantes al Estado de Sitio del que nadie se acordaba”
(2002: pág. 57). El autor asegura que no había habido convocatoria y que hasta los canales de
televisión habían sido tomados por sorpresa, sólo el Programa Después de Hora de Daniel
Hadad por América, mostraba imágenes y con cobertura deficiente.
Pasada la medianoche Hadad anunciaba la renuncia de Domingo Cavallo, “El grupo mas
numeroso de manifestantes no se conformaba con el sacrificio del Ministro de Economía y
pedían que se fueran todos” (2002: pág. 61). Como los manifestantes no se desconcentraban
La Guardia de Infantería comenzaba a desplegarse para pasada la 1:30 de la madrugada
comenzar a reprimir.
El anuncio de la renuncia dado por Hadad había sido erróneo, según el autor el Ministro seguía
atornillado a su cargo y el Presidente lo defendía con uñas y dientes, pero al día siguiente el
gobierno debió ofrecer ese sacrificio, era el posible milagro que podía mantenerlos a flote.
En el capítulo VIII se relata La batalla de Plaza de Mayo, como se titula el mismo; el jueves 20
el personal policial sin relevo estaba al borde del colapso, esta vez eran las Madres de Plaza de
Mayo las reprimidas, la gente las aplaudía y alentaba “¡Madres de la Plaza / el pueblo las
abraza!” (2002: pág. 75), efectivos a caballo las envistieron y rompieron la columna que
avanzaba, junto con los gases lacrimógenos revivieron los peores años de la dictadura.
En el capítulo IX titulado El último muerto, Camarasa describe las últimas 24 horas del
Presidente en el cargo: su decisión de censurar las imágenes en la prensa y la negativa de sus
hombres de confianza de ordenar la medida, el discurso por cadena nacional transfiriendo la
responsabilidad al peronismo, la negativa de ese sector de integrar un gobierno de unidad
nacional; la redacción de su renuncia e incluso la huída en helicóptero a las 19:56 del jueves
20 de diciembre mientras la gente cantaba el himno como señal de triunfo.
Ramón Puerta fue el sucesor de De la Rúa, pero no duró en el cargo más de dos días, según
describe el autor en el capítulo Bajo la protección del Cristo de la Quebrada, las figuras del
peronismo discutían si designar un presidente provisional que llamara a elecciones o si
debían apoyar a alguien que completara el mandato vacante hasta el 2003.
Camarasa no puntualiza como obtiene algunas de las citas que utiliza, pero si saca jugo a las
declaraciones de algunos políticos que dejan entrever cosas no dichas, también toma
declaraciones captadas por periodistas de diferentes medios, “El sábado al mediodía, un
exultante Rodríguez Saá, carpetas y papeles bajo el brazo, pasó por delante de los periodistas
ubicados en el Salón de los Bustos de la Casa de Gobierno y les prometió: -Voy hasta el
Congreso para volver como Presidente designado.” (2002: pág. 113).
“Vengo a cumplir con el mandato constitucional que acaba de otorgarme esta Honorable
Asamblea Legislativa para desempeñar la función de Presidente de la Nación (...) en uno de
los contextos más difíciles y dramáticos, pero también más profundos y transformadores que
le ha tocado vivir a nuestra Argentina” (2002: pág. 119) transcribe Camarasa tomando
algunos párrafos del discurso del Presidente, que ovacionado mostraba una sonrisa pintada.
pone de manifiesto los acuerdos de los desconfiados ante el propósito del Adolfo.
Las desconfianzas marcaron rumbos y los cacerolazos del día 28 anunciaban una nueva
renuncia concretada el domingo 30, “Según la revista Noticias se decía que Adolfo Rodríguez
Saá había ganado una promoción de 7 días y 7 noches en Buenos Aires, con todo incluido, y
que en ese tiempo no dejaría nada sin usar: la Casa Rosada, el Congreso, la Quinta de Olivos,
el helicóptero oficial, el Tango 03 que había prometido vender, y hasta la residencia veraniega
de Chapadmalal” (2002: pág. 141) cita Camarasa al medio que hacía circular la realidad a
través de un chiste.
Desde el capítulo XIV Camarasa presenta las negociaciones para la asunción de un nuevo
Jefe de Estado, como Puerta no accedió a asumir nuevamente la presidencia alegando un
vacío de poder del que no podría hacerse cargo y a problemas de salud, y como negoció con
Eduardo Camaño para que este lo hiciera, también como ambos pactaron con Eduardo
Duhalde su inmediata toma del poder legitimada por la Asamblea Legislativa.
Segundo día de furia y represión. La imagen
habla por si misma
Para contextualizar este hecho, el autor realiza un reconto de la historia política de Duhalde,
y su resurgimiento como posible líder. En el capítulo XV titulado Siempre listo, aludiendo al
mentor de la “mejor policía del mundo” o también la llamada “maldita policía”, relata la muerte
política de Carlos Menem con el arresto domiciliario que sellaba su certificado de defunción, y
como esto le abrió las puertas a quien sería el Presidente de la transición.
“Desde la renuncia de Rodríguez Saá a las 23.09 del domingo hasta la jura de Camaño como
Presidente Provisional a las 17.45 del lunes, el país quedó técnicamente acéfalo y al borde de
la anarquía” (2002: pág. 167), para solucionar el vaciamiento institucional la Jueza Servini de
Cubría, que estaba otra vez de turno como el jueves 20 de diciembre, intimó a Saá para que
volviera a sus funciones, orden que el Puntano no acepto.
Mientras tanto las negociaciones y acuerdos de Duhalde cerraban y son expuestos en Días de
furia en los últimos capítulos, para culminar con la descripción de la jura como Presidente el
martes 1° de enero de 2002 y con la cita de algunos párrafos de su discurso. Para el autor que
consideró estos meses relatados como días de furia, los días realmente furiosos estarían por
llegar, la sociedad continuaba exigiendo un cambio de rumbo político para que se modificara el
rumbo.
4.1. CONTEXTO
El tema tratado en Días de furia es el mismo que el abordado por Bonasso en El Palacio y la
calle, sólo que desde un enfoque diferente y con la utilización de otras herramientas para
adquirir la información, los autores cuentan con diferentes fuentes para enriquecer su
trabajo. Por esto es absurdo realizar el contexto del hecho en los abordajes que se hace de
cada investigación individualmente ya que se estaría redundando en la información
presentada.
4.2. EL AUTOR
Publicó la novela La Ola en 1984, y la crónica El Juicio, un año después donde reconstruyó el
procesamiento de los jerarcas de la dictadura militar de 1976-1983. Además ha escrito dos
libros dedicados a la migración nazifascista hacia América Latina después de la Segunda
Guerra Mundial.
Acerca del estilo del autor es complejo rastrear entrevistas o declaraciones del mismo, así
como también contactarse con el ya que la información publicada sobre su actual lugar de
trabajo, Diario La Nación, no es correcta y no se encuentran en la web mas datos al respecto.
Jorge Camarasa cumple con la mayor cantidad de los requisitos presentados por los
especialistas seleccionados para guiar este apartado. No especifica el tiempo de
investigación, pero si la realización de 24 entrevistas y la consulta de innumerables
documentos y recortes de prensa, por lo que el trabajo no se realizó en los tiempos del
periodismo diario, que es la gran separación propuesta por Reyes.
La orientación habla del sentido práctico a la hora de buscar documentos, este trabajo se
basa en la realización de entrevistas y en la contextualización con informes de la prensa en el
momento del hecho, también en la obtención de discursos e informes de diferentes
organismos y consultoras por lo que no se pone en debate la orientación del periodista así
como tampoco el autocontrol ya que los hechos presentados se encuentran documentados.
Con respecto al surgimiento de la investigación, donde Reyes considera que debe ser a
través de pistas entregadas por un interesado o por la mera observación del periodista de una
irregularidad, no puede corroborarse cual es el inicio ya que en el libro el autor no menciona
La sucesión de hechos investigados son contextualizados, así como también especifica los
antecedentes cronológicamente de los hechos y los protagonistas (1996; pág 208), la
investigación es el relato cronológico de los días de furia a fines del 2001, también Camarasa
relata retrospectivamente aspectos de los políticos en la mira del trabajo.
El autor explica sencillamente la norma violada como lo exige Reyes, por ejemplo cuando
habla de la organización de los saqueadores así como también cuando explica la disposición de
las Fuerzas policiales para reprimir no con las armas correspondientes, sino con balas de
plomo, provocando muertes y heridos de gravedad.
Un punto a marcar es la ausencia de datos acerca de cómo se obtienen los diálogos que utiliza
como cita textual ya que son conversaciones entre personas del poder en momentos de crisis o
en reuniones a puertas cerradas. Quizás mantener la fuente en el anonimato fue su intención
pero la ausencia total de datos al respecto puede generar dudas de la validez de esas
transcripciones.
El siguiente especialista que servirá como guía es Gustavo Martínez Pandiani, con respecto a
lo que sostiene sobre contrastar la información obtenida, “nunca se limita a ser el mero
receptor de una información que le viene desde afuera” (2004; pág 28). Camarasa obtiene
información de los recortes de prensa y contrasta esa información con entrevistas a los
protagonistas, sumando a esto las declaraciones de fuentes anónimas para el lector.
Con respecto a la consulta de fuentes especializadas (2004; pág 54) el autor hace uso de
ellas por ejemplo al entrevistas a periodistas especializados en política, a consultores
Por último cabe mencionar a otro especialista e investigador, Daniel Santoro (2004; pág 71)
quien se refiere a la utilización del off the record, esta herramienta es muy utilizada por
Camarasa pero se hará un análisis de esto en el capítulo dedicado al abordaje de las fuentes.
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Codificación
abierta
Codificación abierta
Para la descripción del fenómeno hallado en el texto y el fenómeno que constituye el
texto en si, es necesario realizar una organización de sus rasgos, para esto se procede
a la realización de la codificación abierta, que permite identificar, nombrar,
categorizar y describir.
! Denominación de la fuente
! Fuentes primarias
! Fuentes secundarias
! Fuentes testimoniales
! Fuentes documentales
! Fuentes técnicas
! Fuentes objetivas de los hechos
! Fuentes implicadas y ajenas a los hechos
! Fuentes subjetivas del investigador
! Fuentes oficiales
! Fuentes oficiosas
! Fuentes cerradas
! Fuentes abiertas
! Catalogación de la Cámara Argentina del Libro
Discrepancia legítima
! P de I
! P en P
! PS
! P de P
! Tiempo y profundidad
! Especialidad
! Orientación
! Autocontrol
! Acceso a recortes de prensa
! Acceso a legislación
! Dominio de las normas de derecho de acceso a los documentos públicos
! Utilización de informes e investigaciones de organizaciones no gubernamentales
! Confrontación con las personas que ocultan información
! Origen y fundamento
! Utilización de citas textuales
! Contextualización del hecho investigado
! Especificación de normas violadas
A continuación se realiza un refinamiento del listado expuesto y se presentan los cuadros que
contienen las categorizaciones.
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Camino a la comprensión
de la especialidad.
C o d i f i c a c i ó n a x i a l y s e l e c t i va
14
12 10 P de I
10
P en P
8
6 4 P de P
4 PS
2 1
0
0
P de I P en P P de P PS
Gráfico Nº 1
1. Los conceptos completos de cada especialista se encuentran en el capítulo I titulado Límites y Fronteras Conceptuales.
En el transcurso del trabajo intenta desmitificar la imagen del cartonero como persona sin
interés de progreso y mostrar como existen redes de crecimiento y organización generadas por
las propias personas en situación de crisis. Al finalizar el libro ofrece direcciones de lugares a
donde acudir en relación a la temática y a las historias narradas.
Entre los diez autores que ofrecen elementos para categorizar esta investigación como P en P,
se encuentra Gerardo Reyes, este autor es rígido a la hora de definir la especialidad.
Caracteriza al P de I como determinado por dos factores: tiempo y profundidad; si fuera por
estos dos conceptos esta investigación sería considerada P de I ya que es resultado de un
proceso largo de investigación, no se trata de una crónica realizada para un tema temporal sino
que tiene vigencia atemporalmente y posee profundidad investigativa.
Reyes no apuntala al P de I solo con sus dos características sino que cita a otros especialistas
como Robert Greene que sostiene que la investigación debe ser el trabajo propio de un
reportero, instancia cumplida por Eduardo Anguita al igual que el ítems de que sea de interés
para el lector; también señala la necesidad de que exista quienes se empeñen en esconder el
asunto investigado, este punto no es cumplido y es lo que determinará que Cartoneros.
Recuperadores de desechos y causas perdidas, sea considerado P en P.
El autor de Periodismo de Investigación (Reyes; 1996) retoma a García Márquez pero no para
apoyar el corte estricto que hace entre especialidades, ya que el colombiano sostiene que todo
periodismo debe ser investigativo por definición, según esta definición Anguita habría
realizado P de I.
Gerardo Reyes conceptualiza al P en P como una especialidad que aborda los hechos de una
perspectiva menos detectivesca y según esta caracterización, la investigación sobre los
cartoneros tendría este rotulo.
Reyes sostiene que el hecho debe estar rodeado de historias, crisis, intereses que responden
al porque del hecho investigado, la investigación abordada en este caso, está compuesta de
historias de vida de personas con una crisis y en busca de soluciones, donde se cruzan
intereses como: en los protagonistas necesidades básicas insatisfechas o satisfechas en un
porcentaje pequeño, deseos de prosperidad, aspiraciones de salir de la actividad que les
parece digna pero no merecida; todos estos intereses se entrelazan con los de la policía que
cumplen ordenes de políticos de controlar el tránsito de los cartoneros, el de acopiadores y
revendedores, el de las empresas de transporte, el de políticos en campaña o en gestión que
apuntan hacia otros temas, el de los vecinos de los barrios en los que se cartonea, entre otros
actores mencionados en el libro.
Gustavo Martínez Pandiani, Ana Laura García Luna y Ana Clara Parodi también caracterizarían
a la investigación como P en P, a continuación se enumeran las principales características que
estos autores reúnen en Periodismo de investigación: fuentes, técnicas e informes (2004).
Hasta esta instancia se estaría en presencia de una investigación en los parámetros del P de I. El
ítem que este trabajo no cumple es el de una verdad ocultada con intencionalidad, se trata de un
hecho oculto o invisibilizado pero no con una intencionalidad manifiesta, por esta característica
considerada requisito, esta investigación sería catalogada por la autora como P en P.
Ana Laura García Luna cita a la profesora Montserrat Quesada, esta autora amplia el concepto de
P de I por lo que se podría incluir a Cartoneros en la especialidad; presenta tres grupos temáticos:
Investigaciones Históricas, Investigaciones sobre temas actuales que reúnen los trabajos
periodísticos sobre hechos recientes e Investigaciones sobre temas históricos con repercusiones
actuales.
Con respecto a la definición de Ana Clara Parodi, el trabajo de Eduardo Anguita sería considerado
P de I. Esta autora se refiere a la especialidad como el “perro guardián” del sistema democrático,
pero amplía en campo temático de investigación ya que se refiere a casos que a menudo se
encuentran ocultos e invisibles por su propia naturaleza y no por una intencionalidad definida de
ser ocultados.
Los cinco autores restantes, según quienes Cartoneros. Recuperadores de desechos y causas
perdidas, pertenecería al P en P son: Juan Jorge Faundes, Caminos Marcet, Daniel Santoro,
Según los conceptos rígidos de Caminos Marcet esta investigación sería considerada P en P:
este autor mantiene las fronteras entre ambas especialidades y sostiene que “una cosa es
verificar los datos antes de su publicación y otra diferente es investigar sobre ciertas
informaciones que algunas personas o instituciones desean que permanezcan ocultas”
(Caminos Marcet; 1997, pág. 17), aquí es complicado definir que ocurre con Cartoneros ya
que no se verifican solamente los datos sino que se investigan, pero no es un hecho ocultado el
que se indaga.
Marcet apunta a la especialidad como investigación hacia los poderes públicos y aquí lo que se
realiza es un recorrido por las vidas de individuos surcados por los poderes públicos, como la
de todo ciudadano, pero con la particularidad de que las decisiones políticas tomadas desde
décadas atrás los afectó perjudicialmente hasta el punto de tener que dedicarse al cirujeo para
sobrevivir.
2) Se realiza superando obstáculos que presente algún poder interesado en mantener oculta
la información, punto no cumplido por la investigación analizada. 3) Los temas deben
interesar a la opinión pública y dejar de lado la vida privada de las personas, esta investigación
se basa en la vida privada de las personas, en relación a una situación pública, pero no cumple
con el segundo punto considerado primordial por lo que según estas definiciones se ubica a la
investigación de Anguita dentro del concepto de P de P.
Alfredo Torre también hace una distinción entre especialidades, considera que el principio
básico del periodismo de investigación (P de I) consiste en transparentar sistemas a partir de la
demostración documental y/o testimonial de que alguien oculta algo y que ese algo afecta
negativamente al escenario público. En base a esta definición no puede considerarse a
Cartoneros como una investigación del P de I.
En relación a esto planteado, Torre abre un espacio de aceptación de la duda sobre donde
encuadrar una investigación, y sostiene que puede tratarse de un mix de las especialidades
mencionadas: P de I, IP (o P en P) y P de P.
Para culminar con quienes consideraron esta investigación como P en P, cabe mencionar a
Pepe Rodríguez que expone la forma de detectar hechos investigables, sostiene que el proceso
se origina en el campo de la realidad “que podemos imaginar como una especie de gran
almacén en el que están todos los hechos pasados y con expectativas de concreción futura”
(Rodríguez; 1994, pág.51).
También considera que todo hecho puede ser detectable si se dan una serie de procesos
comunicativos apropiados que lo aproximen hasta el periodista, el autor sostiene que si
rascamos lo suficiente en cualquier persona se encuentran hechos que se han intentado
ocultar. Con esa idea subraya la importancia del hecho ocultado para que una investigación sea
considerada P de I.
El autor presenta un cuadro acerca del proceso de detección de la noticia que se aplica en éste
trabajo, no sólo a la detección de la noticia sino al primer tramo de la investigación porque se
considera útil para determinar además de la naturaleza del hecho el primer enfoque que se
realiza de este.
Con la aplicación a cada investigación propuesta como caso de análisis, a través de la eben
Ese proceso voluntario tuvo raíces en el segundo nivel informativo presentado por
Rodríguez, ya que se trata del ámbito privado, las historias relatadas son hechos íntimos,
familiares pero no reservados ya que cada protagonista realiza su actividad de cartonero a la
vista de la sociedad toda, en este nivel también se incorporan las historias personales acerca
de los por qué de su llegada a esa situación económica.
También puede ubicarse en el primer nivel informativo, es decir el público, ya que retoma
información de diferente procedencia con el punto común de haberse difundido públicamente
como por ejemplo un informe de la Organización Internacional del Trabajo acerca del trabajo
femenino y el abuso de poder en ámbitos laborales.
Una vez focalizado el hecho se requieren canales informativos que actúen como fuentes, el
autor del cuadro aplicado presenta variedad de canales: publicaciones especializadas, de
interés general, institucionales, actos privados, y confidencias.
Anguita utiliza como canales fuentes institucionales, como información brindada por la
Central de Trabajadores argentinos y la Agencia Nacional por los Derechos de la Infancia,
entre otros; confidencias de los protagonistas: de los padres de familia como Francisco
Monzón y Daniel Palacios por nombrar algunos, de las esposas e hijos. También utiliza
información recabada en trabajos de campo acerca de los actos privados de las familias
cartoneras.
Este proceso es llevado adelante para detectar la noticia: la existencia de un gran número de
personas dedicadas al cartoneo como medio de subsistencia, y organizadas en cooperativas
que les propician una mejor calidad de vida y los proveen de servicios de transporte,
educación, alimentación adecuada, de actividades recreativas, etc. La noticia podría
enfocarse desde la ausencia del sistema público en la solución de los problemas sociales y
económicos de las familias por debajo de la línea de pobreza, pero el autor decide luego de la
detección de la noticia enfocar su proceso de investigación hacia las historias de vida de los
Gráfico
Cuadro Nº1.2.
Esquema
Esquema Proceso
Proceso
dede
detección
detección
dede
una
una
noticia
noticia
Pepe Rodríguez
Aplicado (1994)
a Cartoneros.
individuos.
Codificación axial y selectiva
Al igual que con la definición de Carrobello, con la expuesta por Heriberto Cardoso
Milanés también puede considerarse a Cartoneros una investigación del P de I. El
autor sostiene que no existen razones para afirmar que la investigación se haya
convertido en un nuevo género periodístico y retoma, como lo hace Reyes (2006), a
García Márquez “la investigación no es una especialidad del oficio, sino que todo el
periodismo tiene que ser investigativo por definición”.
Continuando con la recuperación de conceptos de especialistas que otorgan pautas para una
clasificación de las investigaciones, El palacio y la calle. Crónicas de insurgentes y
conspiradores, se consideraría por los quince teóricos como P de I. (Ver Gráfico 3).
Todos los especialistas, quienes son más rígidos a la hora de la clasificación y quienes
presentan fronteras mas laxas, presentan propiedades distintivas que pueden aplicarse
perfectamente a la investigación en cuestión.
Con respecto a los requisitos expuestos por Reyes, El palacio y la calle, se realizó durante un
lapso prolongado de tiempo, no es un tema perteneciente a la agenda diaria de un medio, sino
que tiene vigencia atemporalmente y es producto de meses de trabajo, además posee
profundidad investigativa palpable en la diversidad de fuentes y datos detallados que presenta
Bonasso para evitar dejar puntas sin anudar.
Gráfico Nº 3
Acerca de la necesidad de que exista alguien o una institución que se empeñe en esconder el
hecho, esto ocurre en varios aspectos ya que no es un solo hecho el investigado sino que el
trabajo se desarrolla en dos frentes conectados, El Palacio obstinado por esconder decisiones
como la orden de reprimir y por no sacar a la luz acuerdos entre diferentes partidos políticos
sobre la repartición de cargos públicos; y La Calle donde por el contrario los protagonistas
exigen que lo ocurrido se haga público y se tomen las medidas judiciales pertinentes.
Miguel Bonasso abordó los hechos de manera detectivesca y se concentró en responder a las
preguntas sobre quienes protagonizaron los hechos y cuando ocurrieron, esto es planteado
por Reyes como característico del P de I a diferencia del P en P que busca los porque.
Según los textos compilados por Gustavo Martínez Pandiani, esta investigación también
sería considerada P de I, ya que la narración está en íntima relación con la denuncia, cuestiona
irregularidades de los diferentes gobiernos de turno al enfrentar la crisis institucional, se trata
de un hecho de interés público y posee correlato judicial.
Ana Laura García Luna en el libro de Pandiani sostiene la necesidad de que la investigación
sea producto de un trabajo realizado por el propio investigador, en este caso Miguel Bonasso
es espectador de los hechos y cree en la necesidad de dejar una historia escrita acerca de lo
ocurrido, la historia que relata no es sólo una descripción sino que busca y contrasta datos, no
limitándose a ser un mero recepcionista de informaciones.
Los datos que obtiene y luego publica no se tratan de puras anécdotas, sino que hace
hincapié en la revelación de hechos no públicos, y que algunos actores están interesados en
mantener ocultos.
La profesora Montserrat Quesada retomada por García Luna presenta tres áreas temáticas
de investigación, al igual que la primera investigación analizada, El Palacio y La Calle, se
encuentra abarcada en el segundo grupo: “Investigaciones sobre temas actuales que reúnen
los trabajo periodísticos sobre hechos recientes”, se trata de una investigación actual sobre
hechos no considerados históricos debido al poco tiempo transcurrido desde que ocurrieron,
que aún siguen vigente porque las heridas de la crisis siguen abiertas y las cicatrices a la vista.
Ana Clara Parodi se refiere a la especialidad, como ya se expuso en el análisis anterior, como
perro guardián del sistema democrático y también amplia su definición a hechos ocultos e
invisibles por su propia naturaleza, no acotando el P de I a los sucesos ocultos.
Teniendo en cuenta la definición expuesta de este autor párrafos anteriores puede empo,
Siguiendo esta última propiedad, según los conceptos de Marcet, la investigación anterior era
considerada rotundamente P en P, a diferencia del trabajo de Bonasso que verifica hechos y
también investiga hechos ocultados.
Este especialista apunta a las investigaciones que tienen en foco a los poderes públicos, la
crónica analizada apunta al sistema en crisis en ese momento, a las decisiones de la cúpula del
gobierno y a la sociedad movilizada haciendo ejercer su poder de destituir un Presidente si este
no cumple con sus funciones.
Con respecto a la definición que ofrece Daniel Santoro en Técnicas de investigación (2004)
esta investigación cumple con las tres propiedades básicas del P de I: la realiza el periodista y
no sólo levanta información judicial, de la policía o de particulares interesados; se realiza
superando obstáculos de quienes no desean dar a conocer la información, y es un tema que
interesa a la opinión pública dejando de lado la vida privada de las personas. Este punto es
sustancial en la investigación en cuestión ya que se trata de hechos donde la ciudadanía fue
participe como víctima en la mayoría de los hechos.
Siguiendo con los especialistas Alfredo Torre se refiere a un principio básico del P de I, la
acción de transparentar situaciones ocultadas que afecten negativamente al escenario
público, a través de la demostración testimonial y documental. En base a esta definición
también puede considerarse la investigación de Bonasso como P de I, publica documentos
fotográficos de la presencia de automóviles oficiales liberando zonas para los saqueos y de la
Policía reprimiendo a manifestantes, y judiciales acerca de quienes estuvieron a cargo de los
operativos de seguridad.
También se vale de las entrevistas para corroborar los datos que pretende publicar, da la
oportunidad a cada protagonista de que ofrezca su visión de lo ocurrido, de hecho al único
funcionario que no puede entrevistar por su negativa a hablar es Domingo Cavallo, aunque
accede a personas de su entorno.
Igual que Carrobello, Cardozo Milanés amplia el concepto retomando la definición de Gabriel
García Márquez ya citada varias veces en este trabajo de tesis. El autor sostiene que no se trata
de un nuevo género sino de profundidad en el tratamiento del objeto, de combinación de
El hecho investigado forma parte del campo de la realidad social, política y económica y
necesitó del filtro informativo para acceder al canal de información que luego lo expuso
socialmente, como se detallo anteriormente Rodríguez imagina ese campo como una especie
de gran almacén en el que están todos los hechos pasados y con expectativas de concreción
futura.
El filtro puede ser personal, donde ciertos individuos intentan evitar la divulgación, o
institucional donde una entidad bajo la aparente función de informar, hace todo lo contrario. En
este caso se trató de un filtro institucional ya que se trataba de acciones ocultas del gobierno
que fueron sacadas a la luz tergiversadas.
La realidad ocurrida logró pasar el filtro informativo debido a la labor del investigador para
formar parte de un proceso comunicador. Este proceso se desarrollo de manera voluntaria e
involuntaria alternativamente, por un lado existieron personas que deseaban otorgar
información para su publicación y por otro el traspaso de contenido se realizó sin una
intencionalidad clara de informar sino con el objetivo de dar información errónea que
permitiera esconder la verídica.
El proceso se realizó en los tres niveles informativos, por un lado público ya que Bonasso
accedió a información difundida de manera oficial que dejaba muchos huecos, por lo que lo
empujó a buscar el discurso alternativo conseguido en el segundo nivel: privado.
Este nivel es integrado por comunicaciones transmitidas a nivel particular dentro de un grupo
de receptores reducidos que en principio no tienen la intencionalidad de informar
públicamente, pero donde no existen prohibiciones de hacerlo, en este caso el autor publicó
conversaciones de funcionarios realizadas en el ámbito privado de su vivienda, en su despacho
a puertas cerradas o en los pasillos de la Casa de Gobierno. Aquí debió respetar reglas del
anonimato de quienes ofrecían información.
Gráfico
Cuadro Nº1.4.
2.
Esquema
Esquema Proceso
Proceso dede
detección
detección dede
una
una
noticia
noticia
PepeaRodríguez
Aplicado
Aplicado El a
Palacio(1994)
Cartoneros.
y la Calle
Estos niveles conforman los canales informativos por donde corren las descripciones de los
hechos que luego servirán para generar una investigación si el periodista considera que es
información de necesaria publicación para la opinión pública.
Bonasso obtiene datos por canales diversos entre ellos los que cubren necesidades
informativas pero no otorgan elementos inéditos, siguiendo el cuadro de Rodríguez serían
institucionales (comunicados de prensa), publicaciones de interés general de donde el
investigador levanta información publicada en la prensa, actos públicos (discurso del
Presidente Fernando de la Rúa informando la instauración del Estado de Sitio, declaraciones
del vocero presidencial, Baylac, acerca de renuncia de Ministros), de este canal surge
información fructífera ya que no sólo se detectan datos sino que también gestos, movimientos
detrás de escena, entre otros.
También obtiene información de actos privados, que presentan selectividad entre emisores y
receptores, los ejemplos claros son las reuniones con acceso limitado desarrolladas en la Casa
de Gobierno para decidir si se instauraba el estado de Sitio o se aceptaba la renuncia de
Cavallo, si se reprimía en la calle con ayuda de las Fuerzas Armadas o si el Presidente
renunciaba a su cargo.
Otro canal utilizado son las confidencias, que pueden provenir de un confidente habitual o no
del periodista y de una vía institucional o privada, que enmarcado en un compromiso de
mantener la fuente en el anonimato entrega información confidencial. Un ejemplo es a quien
Bonasso llama “Garganta Policial” que otorga información acerca de los operativos de
seguridad.
Una vez obtenida la información por estos canales se procede al análisis del contenido, el
contexto y la veracidad. Se trata de valorar el paquete informativo en función de su posible
calidad y coherencia, así como también de estudiar el momento y las circunstancias en que se
desarrollaron los hechos.
En esta investigación el cuadro no se aplicó sólo a la detección de la noticia sino a los primeros
pasos de la investigación por lo que la conclusión es que al dar positivo el triple análisis,
Bonasso realizó la investigación dentro de los parámetros propuestos para que la
investigación sea considerada P de I.
Continuando con el análisis de los casos que conforman el corpus, es importante destacar que
en la aplicación de los conceptos de los especialistas existe coincidencias en la categorización
de la primer investigación analizada, Cartoneros, y Cuando me muera quiero que me
toquen cumbia, el trabajo realizado por Cristian Alarcón.
Gráfico Nº 5
Los conceptos que enmarcan a la investigación como P de I, serían los propuestos por
Gabriel García Márquez que considera que toda práctica periodística es investigativa
por definición, los establecidos por la profesora Montserrat Quesada, ya que el trabajo
se enmarca en el segundo grupo temático propuesto por los casos que ocurren
permanentemente.
Los otros dos especialistas son Caridad Carrobello y Cardoso Milanés, la periodista no
hace hincapié en la intencionalidad del ocultamiento del hecho sino que sostiene que
deben ser investigaciones sobre temas actuales que reúnen los trabajos periodísticos
sobre hechos recientes, tratar de un caso en particular que actúa de ejemplo de otros.
Este caso se trata de un hecho caliente no del acontecer nacional pero si de la Capital
Federal y sus alrededores que actúa de ejemplo de otros tantos casos de abusos
policiales por lo que el tratamiento en profundidad y divulgación, lo proyectan a un
espacio mayor del que ocupa el barrio donde mataron a Víctor.
Cardoso Milanés reafirma la postura de García Márquez, el autor no distingue entre lo oculto
y lo ocultado por lo que hechos de ambas naturalezas pueden ser considerados
investigaciones de la especialidad, “supone o es el resultado del empleo combinado de
métodos y técnicas rigurosas de indagación en la búsqueda de datos y, por supuesto, de un
consumo de tiempo y otros recursos superior a la media del reportaje convencional” (2002;
pag 1). En base a esta definición la historia del Frente relatada por Alarcón puede incluirse en
el P de I.
La presentación del libro y las críticas realizadas en los medios a Cuando me muera quiero
que me toquen cumbia, generó que el nombre del Frente se instale en los medios por lo
menos por un corto período y se informe acerca de la situación del Juicio de quienes lo
asesinaron. La escasa información mediática previa a la publicación fue utilizada como
fuente en esta investigación para la contextualización del hecho.
A continuación se exponen los puntos del P de I expuestos como requisitos por los restantes
especialistas y no cumplidos por la investigación analizada. En primer lugar el hecho puntual
investigado es la existencia de un mito alrededor de la muerte de un joven asesinado, este
hecho no es ocultado con intencionalidad pero si varios de los hechos que salen a la luz
alrededor de este eje como los manejos de los tranzas en la villa de San Fernando.
Esto significa que evaluando el eje central del libro y no siendo un hecho ocultado, no sería
considerado por Reyes, Greene, Martínez Pandiani, García Luna, Parodi, Faundes, Marcet,
Santoro, Torre y Rodríguez como P de I. Esta sería la única falencia de la investigación ya que
el resto de las características son ampliamente cumplidas.
El hecho posee interés público y también correlato judicial como expone Pandiani; también
es impulsado por el propio periodista pese a que se acercó a los primeros datos cumpliendo
las tareas de un periodista de redacción. Con respecto a las fuentes utilizadas, aunque sea
analizado en el siguiente apartado, puede especificarse que Alarcón utiliza variedad de
fuentes incluyendo “cerradas” que para algunos autores su presencia en un trabajo implica la
pertenencia al campo del P de I.
Para culminar con el análisis propio de esta investigación se aplicará el cuadro de detección
de la noticia de Pepe Rodríguez, dejando de lado los conceptos en relación al filtro ado
Gráfico
Cuadro Nº1.6.
2.
Esquema
EsquemaProceso
Proceso
dededetección
detección
dede
una
una
noticia
noticia
Pepe
Aplicado a CuandoAplicado Rodríguez
me muera (1994)
a Cartoneros.
quiero que me toquen cumbia
informativo necesario en toda investigación, como fue expuesto con el análisis de la primer
investigación, es pertinente afirmar que el hecho investigado pertenece a al campo de la
realidad.
El tercer nivel también tuvo presencia ya que ocurrieron situaciones de carácter reservado
donde no existía la intención de mostrarlas ni publicarlas como las mencionadas
anteriormente en referencia al proceso involuntario. Un ejemplo de esto es el tiroteo
presenciado por Alarcón entre dos banditas del barrio y la impunidad con que se movían para
esconder armas y drogas ante la llegada de la Policía al lugar.
Estos dos niveles poseen canales informativos en este caso hay presentes en la
investigación actos privados, que presentan selectividad entre emisores y receptores,
Alarcón debió ganarse un lugar en el barrio para que los allegados al Frente aceptaran ser
entrevistados y confidencias, donde el periodista fue participe de rumores pero también de
informaciones concretas y hechos acerca de la venta de droga en la villa por ejemplo.
Los canales fueron reducidos y está en íntima relación al número de fuentes utilizadas,
luego se procede al análisis del contexto, contenido y veracidad de la información obtenida lo
que permite siguiendo estrictamente lo propuesto por Rodríguez, la detección de la noticia y
el avance de la investigación teniendo en cuenta la aplicabilidad del cuadro a los primeros
pasos investigativos.
La detección de la noticia la llevó a cabo una vez que había comenzado el rastreo de
información: la existencia de un mito por la muerte de un joven que condiciona el accionar de
la gente de su barrio. Alrededor de la noticia surgen otras como los diferentes delitos que se
cometen a diario y son relevados en el trabajo de campo por Alarcón.
El punto que hace que esta investigación sea considerada por los especialistas P en P es la no
intencionalidad de ocultar un hecho, en este caso los días de furia entre la caída de De la Rúa y
la asunción de Eduardo Duhalde.
Jorge Camarasa devela algunos puntos no publicados en los medios en el momento de los
14
12
10 9
8 6
6
4
2 0 0
0
P de I P en P P de P PS
Gráfico Nº 7
Lo expuesto no se trata de un hecho puntual que se trato de ocultar sino de una batería de
hechos contextualizados por el autor en Días de furia.
Hay algunos puntos que los especialistas exigen para ser catalogado un trabajo como P de I
que no puede definirse en esta investigación ya que en el libro el autor no especifica el origen
del trabajo, si fue impulsado por el mismo o recibió información procesada de afuera, también
el tiempo que le llevó realizar la investigación.
Con respecto a los puntos presentados por Reyes el factor tiempo no puede definirse pero si la
profundidad ya que el autor presenta detalles de los hechos y cada uno de ellos
contextualizados, así como también se expone información que excede a los hechos sobre los
protagonistas o funcionarios nombrados, por ejemplo sus antecedentes en la política.
Este trabajo es considerado por los conceptos de Reyes como P en P ya que Camarasa busca
los porque de los hechos presentados y porque aborda los hechos de una manera menos
detectivesca al no develar hechos ocultados con intencionalidad.
Pandiani habla del interés público y del correlato judicial, el primer punto es ampliamente
cumplido ya que el público también fue protagonista de los hechos, y el segundo en parte ya
que el hecho no tiene correlato judicial debido a la escritura del libro sino por el
desenvolvimiento de los hechos en si, los Jueces de turno iniciaron causas por la represión en
García Luna en el libro compilado por Pandiani presenta dos características que considera
básicas, por un lado este trabajo no cumple con la intencionalidad de ocultar como ya se expresó
y por otro es imposible definir si la investigación es impulsada por el propio periodista por lo que
categorizada como P de I.
Siguiendo las tres áreas temáticas presentadas por Montserrat Quesada, podría ubicarse a
Días de furia en investigaciones sobre temas actuales que reúnen los trabajos periodísticos
sobre hechos recientes, la cuatro investigaciones analizadas pueden ubicarse en el segundo
tema propuesto por la especialista.
Continuando con las definiciones, en la categorización que hace Ana Clara Parodi se encuentra
la diferencia con la investigación anterior, el trabajo puede ser considerado P de I, según la
autora, porque actuaría como pero guardían de la democracia sacando a la luz un caso que se
encuentra invisible simplemente porque tiene aristas tratadas a puertas cerradas en un
despacho presidencial por ejemplo, no con la intencionalidad de ocultarlas sino porque las
discusiones que llevan al Presidente a tomar algunas decisiones se realizan en privado.
Caminos Marcet sostiene que “una cosa es verificar los datos antes de su publicación y otra
diferente es investigar sobre ciertas informaciones que algunas personas o instituciones
desean que permanezcan ocultas” (1997. pág. 17), el autor de Días de Furia no verifica sólo
datos sino que los genera por ejemplo con entrevistas, aquí vuelve a aparecer el factor del
ocultamiento de la información ya especificado anteriormente.
Este especialista relaciona la especialidad con la investigación de los poderes públicos, esto se
lleva adelante en el trabajo de hechos se basa en los sucesos que ocurrieron desde la caída de un
Presidente, y la sucesión de varios personajes hasta la asunción de Duhalde.
El tercer punto es que los temas deben interesar a la opinión pública y dejar de lado la vida
privada de las personas, esta investigación interesa como ya se expuso al lector ya que se trata
de situaciones que afectaron a toda la población argentina en distintos puntos.
También es considerada P en P por Alfredo Torre que considera como principio el transparentar
sistemas a partir de la demostración documental y/o testimonial de que alguien oculta algo y
que ese algo afecta negativamente al escenario público. En base a esta definición la
investigación de Camarasa no puede considerarse P de I.
Gráfico
Cuadro Nº1.8.
2.
Esquema
Esquema Proceso
Procesodede
detección
detección dede
una
una
noticia
noticia
PepeaRodríguez
Aplicado
Aplicado (1994)
ElaPalacio
Cartoneros.
y la calle
Torre abre un espacio de duda sobre como encuadrar una investigación y sostiene que puede
tratarse de un complemento de las diferentes categorías presentadas.
Este proceso se realizó en los dos primeros niveles: público y privado, en el primero ya que la
mayor cantidad de información surge de los medios de comunicación, conferencias de prensa
y discursos de los funcionarios, y en el privado porque publica información recabada tras
entrevistas dadas especialmente para la investigación.
Los canales informativos utilizados son: publicaciones de interés general como Clarín,
Página/12, etc; publicaciones especializadas (Análisis del Centro de Estudios de Opinión
Pública); actos públicos e institucionales como el anuncio del Fondo Monetario Internacional
acerca del recorte del crédito a la Argentina o el último discurso de De la Rúa como Presidente,
donde intentaba transferir la responsabilidad al peronismo.
También hay información recabada a través de los canales actos privados y confidencias, los
ejemplos de ambos son las entrevistas realizadas para la investigación; todo esto no en
relación a la detección de la noticia sino a la investigación en si.
Luego se procede al análisis que consta de: abordaje del contenido, del contexto y un análisis
de la veracidad; este procedimiento es realizado por Camarasa y las técnicas que utiliza para el
análisis son las siguientes: trabajo de campo para recolección de experiencias e información
de carácter privado y público; entrevistas que se detallan en el siguiente análisis, e
indagaciones en material periodístico para la contextualización.
Este proceso es propuesto por Pepe Rodríguez para detectar la noticia: la situación de crisis
en que se encontraba el país llevó a la gente a salir a la calle a exigir un cambio y a los
funcionarios a renunciar sucesivamente a sus cargos incluso a la Presidencia ante la
disconformidad del pueblo.
Sólo uno de los trabajos analizados es catalogado por la cámara que nuclea a todos los trabajos
publicados en formato libro, como “investigación”, si se ingresa esa categoría en la búsqueda
avanzada que ofrece la Cámara Argentina del Libro, Días de furia será la única que aparecerá en
el listado.
Las restantes investigaciones, consideradas como tal pese a que se concluya que son P de I o P
en P, son rotuladas como: “cambios sociales” a Cartoneros, “narrativa argentina” a Cuando me
muera quiero que me toquen cumbia y “conflictos sociales” a El Palacio y la calle.
Las editoriales unifican un poco mas el criterio en la catalogación, tres trabajos son rotulados
por sus respectivas editoriales como “actualidad”, salvo el trabajo de Alarcón que se identifica
como “ciencias humanas y sociales” y dentro de esa gran categoría en “antropología”; ninguna
de las editoriales las incluye en un apartado llamado “investigaciones”.
En las contratapas de los trabajos también hay rasgos que indican como cada editorial
considera al producto que publica, en la de Cuando me muera quiero que me toquen cumbia hay
dos características: estilo de crónica y non fiction, dos rasgos propios del periodismo.
“A partir de la figura y el mito del Frente Vital, este libro revela una parte de la historia
argentina actual, teñida de violencia y traición, pero también de solidaridades y convicciones.
Con prosa vertiginosa pero certera, en la mejor tradición de la crónica y el non fiction, Cristian
Alarcón se sumerge de un modo inquietante en la villa, acompañando a los pibes chorros, para
intentar comprender la esquizofrenia de una sociedad que a un mismo tiempo juzga y santifica a
sus protagonistas” (Alarcón; 2003, contratapa).
Este trabajo aunque claramente “revela una historia actual” no fue incluido como los demás en
actualidad, sino que fue catalogado por el método aplicado por el autor que se acerca al trabajo
de campo del antropólogo aunque no haya sido realizado de manera sistemática.
“con este nuevo libro, Eduardo Anguita suma una obra imprescindible a su destacada labor
como periodista y narrador. Conjuga el rigor de la investigación con el placer de la palabra bien
escrita...” (Anguita; 2003, contratapa). Estas palabras utiliza la Editorial Norma para describir
el contenido de Cartoneros, es el único de los trabajos donde se especifica que se trata de una
investigación.
En la contratapa de El palacio y la calle hay presente términos que indican que este trabajo
además de ser una investigación se trata de P de I, si se considera el concepto de la especialidad
más rígido, “Miguel Bonasso reconstruye la historia pública y secreta del arrebato de pasiones y
poder, de pulsiones e intereses, que estalló en diciembre del 2001. El Palacio y la calle revela el
complejo entramado de insurrección ciudadana y conspiración palaciega que llevó a la crisis de
los cacerolazos y los saqueos, la caída de Fernando de la Rúa ...” (Bonasso; 2002, contratapa).
Igual que en la investigación recién catalogada, en Días de furia se identifican términos que
podrían indicar que se trataría de P de I, “Días de Furia, en suma, es un relato febril que
compone el retablo entero de semanas, sacando a la luz información desconocida sobre los
saqueos y las intrigas palaciegas y mostrando la determinación inédita de una sociedad
hastiada que exigió un cambio de rumbo para que cambie el país” (Camarasa; 2002,
contratapa).
Con respecto a la catalogación que hace la editorial en su stock, este libro no se encuentra
en los listados de la Editorial Sudamericana por lo que no puede ubicarse en una categoría
definida mas allá de lo que se especifica en su contratapa.
Por último se expone el encuadre que realiza cada autor de su trabajo, Eduardo Anguita
entiende su trabajo como una narrativa de la desesperación que necesariamente implica un
compromiso del propio autor, el compromiso esta presente previo a la realización del libro ya
que el trabajo surge de una actividad de militancia social que realizaba el periodista desde
hacia años, esto se especifica cuando se aborda el origen de la investigación. La opinión con
respecto a que trabajo realizó se encuentra en la introducción de Cartoneros.
Miguel Bonasso sostiene que el trabajo se trata de una crónica, "me dije que había que hacer
una buena crónica con todo lo que había pasado" sostiene en el Epílogo, aquí remarca su
labor periodística, la de trasladar un enfoque particular de los hechos al papel para ser
publicado.
La opinión de Jorge Camarasa con respecto a su trabajo está ausente, esto ocurre como ya
se explicó en el capítulo anterior, porque no hay presente en los medios entrevistas
realizadas al autor sobre su trabajo, tampoco lo expone en su propio libro, y se trató de
ubicarlo para realizarle esta y otras preguntas personalmente, pero no es accesible a ser
entrevistado.
El desarrollo de estas categorías: catalogación por editorial, autor y Cámara del libro,
permite observar si hay un criterio uniforme con respecto al rotulo que puede darse a cada
trabajo ya sea a nivel comercial como a nivel personal en el trabajo realizado por el
periodista, y si esto aporta a la categorización en alguna de las especialidades en cuestión en
esta tesis. La unificación de un criterio entre editoriales y el organismo que nuclea las
publicaciones permitiría al lector una búsqueda coherente a sus necesidades.
3. ORIGEN Y FIN
El origen de las cuatro investigaciones varía ya que cada periodista se vio empujado a
realizar el trabajo movilizado por diferentes causas, los autores especifican en su libro el
porqué de la investigación con excepción de Camarasa que no menciona en sus páginas que
lo llevó a investigar.
El fin lo tuvo constantemente presente y fue lo que guió su trabajo, esto lo expresa en las
primeras páginas de su libro, explicando que intentaba difundir la actividad de los
recuperadores para contribuir a su integración: "Mi intima aspiración es que este texto sirva
para no ignorar al de al lado" 2 .
Claramente sus fines se relacionan con la esencia del P S (periodismo social), la realización de
notas o la producción de material periodístico con una finalidad específica, realizar un aporte al
ámbito social.
El trabajo realizado por Bonasso también surgió de una inquietud personal pero no con el
objeto de generar un producto que brindara un servicio de carácter social, sino con la intención
de informar la ebullición que desde mediados de diciembre observaba en las calles y de dar a
conocer la trastienda política a través del relato que construyó con el aporte de sus contactos
en su ámbito.
El 28 de diciembre del 2001, el escritor viajó a México para el nacimiento de su primera nieta,
desde allí siguió por internet lo que ocurría en la Argentina vacía de poder institucionalizado,
en una charla con amigos argentinos exiliados surgió la idea de escribir el libro que en su plan
original contendría los primeros meses de la gestión duhaldista pero consideró más
importante continuar escribiendo sobre las dos bandas: el palacio y la calle, y dejar el resto
para otra ocasión o libro 3 .
Los objetivos del autor como ya se expuso, fueron difundir la situación que llevó al político del
PJ que perdió las elecciones en 1999 a reemplazar a quien las había ganado, mostrar como
fueron elegidos diferentes personajes de manera legal pero ilegítima para completar el
período trunco de Fernando de la Rúa, esencialmente su fin fue reconstruir los hechos a través
de dos bandas: el palacio (el poder político) y la calle (la sociedad toda) y las relaciones íntimas
entre ambas.
Acerca del trabajo de Camarasa no puede exponerse el origen y fundamento porque el autor
no menciona este aspecto en ningún apartado del libro, en la contratapa puede identificarse el
objetivo, difundir las situaciones que llevaron a la renuncia a Fernando De la Rúa y los hechos
que rodearon a las sucesivas presidencias hasta la asunción de Eduardo Duhalde: la represión
en Plaza de Mayo, las disputas en el interior del peronismo, los cacerolazos, las movilizaciones
de la clase media, el papel de Carlos Ruckauf en el desencadenamiento y en el final de la crisis,
las lagrimas de los dueños de supermercados, el breve mandato de Adolfo Rodríguez Saá, los
pormenores en la familia De la Rúa.
2. Puede complementarse lo expuesto con información dada en el capítulo IV “Historias puestas en escena” específicamente en el punto 1.5,
donde se narra la experiencia a raíz de opiniones del investigador.
3. En relación a los orígenes de esta investigación también puede consultarse el capítulo IV punto 3.5, donde se recuperan citas de Bonasso
acerca de su obra
La investigación de Cristian Alarcón a diferencia de las tres anteriores surge del trabajo diario
del periodista en un medio gráfico, desde su trabajo en Página/12 comenzó a investigar en el
rubro Sociedad considerando que el terreno era un poco virgen, por lo que se inclinó a trabajar
sobre menores, a investigar el rol que estaban jugando los chicos en los negocios ilegales de la
policía bonaerense.
Así se contactó con COREPI, una organización de defensa de los Derechos Humanos donde le
hablaron de la existencia del caso del Frente, se acercó a la villa San Francisco no buscando algo
preciso, sino que fue descubriendo las historias a medida que transcurría el tiempo haciendo un
trabajo de campo de carácter periodístico primero y luego con herramientas de la antropología
lo que le otorgó un entramado de relaciones digno de narrar y difundir.
"Esta historia intenta marcar, contar ese final y el comienzo de una era en la que ya no habrá un
pibe chorro al que poder acudir cuando se busca protección ante el escarmiento del aparato
policial, o de los traidores que asolan como el hambre, la vida cotidiana de la villa" (Prólogo).
Esas son las palabras de Alarcón con respecto a su objetivo, que estuvo claro desde un inicio, no
le interesaba denunciar ilegalidades, lo que le permitió relatar historias más allá de ver, oír y
palpar actividades delictivas constantes que formaba parte del contexto pero no de la esencia
del trabajo.
Los orígenes varían según las experiencias de los autores y también los fines, pueden
identificarse dos pequeños grupos, quienes escribieron para informar actos de corrupción y
quienes trabajaron con otro fin que fue el de contar historias con un carácter social que
predominaba sobre el de la denuncia política.
Este aspecto es clave a la hora de definir la especialidad a la que cada investigación pertenece y
otorga la posibilidad de generar una zona gris ya que mas allá del carácter social de dos de las
investigaciones hay elementos que pertenecen a la zona de la ilegalidad aunque sean
enunciados sin la intención clara de denunciar.
La naturaleza de los hechos refiere al carácter de cada hecho oculto u ocultado, que da origen a
una investigación en la profesión periodismo, se trate de P de I, P en P o alguna de las otras
especialidades mencionadas en el trabajo.
Al referir a un hecho oculto u ocultado puede dar la sensación de estar hablando de una misma
característica, la ausencia; este vacío de información existe pero difiere en un punto crucial, la
intencionalidad de existencia de silencios o la existencia de este por factores específicos que
van más allá de la intención de alguien de ocultar el hecho.
Como se expuso en el primer capítulo, hay varios autores que consideran la intencionalidad del
vacío de información como un factor clave para definir que investigación es incluida dentro del P
de I, para otros no es determinante pero si sostienen la necesidad de que exista información
oculta.
La investigación que da origen a Cartoneros, parte de un hecho oculto por diferentes causas
que no necesariamente implican un grado de corrupción y la existencia de alguien que se
encuentra fuera de la legalidad y por ello decide ocultarlo.
Otro aspecto a marcar es que a pesar de ser algo público, con los testimonios se sacan a la luz
procedimientos que no son de público conocimiento, Anguita explica como le costó
comprender por qué esas historias estaban en silencio y arribó a la conclusión de que no era
precisamente por pudor, sino porque esas voces no encontraban canales donde expresarse.
Aquí estamos hablando de un hecho oculto por la falta de canales abiertos a estos
protagonistas.
Es una situación visible para los miles de habitantes de las villas donde el mito del Frente
Vital es vox populi; el hecho en si, el asesinato, intentó ser ocultado por la Policía pero no
resultó así debido al interés de los vecinos por saber que ocurría en el momento de la muerte
de Víctor. Aquí por lo tanto se está frente a un hecho oculto, de interés y pertinencia pública.
Los conceptos expuestos en este apartado y que aportan al análisis de las investigaciones se
relacionan con el tratamiento de lo oculto y lo ocultado expuesto anteriormente, para retomar
la teoría de Faundes se hace mención a sus conceptos pese a ya haber sido expuestos en el
capítulo I.
En principio el autor propone tres áreas de investigación donde se intentará encuadrar a cada
trabajo analizado, por un lado área del consenso, de la discrepancia legítima y de la disidencia.
(Ver Gráfico N° 9).
Con respecto a este tema hay diversidad de opiniones entre los políticos, la clase media de la
Capital Federal, los vecinos y quienes trabajan individualmente o en cooperativas para la
recolección y por ello es complicado generar consenso sobre todo cuando existe ausencia de
información sobre el tema.
Aplicando los tres trabajos a la matriz ética de las 4 D se menciona que Días de Furia y El
Palacio y la calle se ubica dentro de Democracia participativa de las mayorías, ya que se acerca
a brindar al posibilidad a la mayoría, al pueblo, de entender qué accionar llevaron adelante
quienes fueron elegidos democráticamente y quienes deben representar los intereses de los
ciudadanos.
En cambio Cuando me muera quiero que me toquen cumbia puede ubicarse en Derechos
humanos y en Diversidad, esto ocurre porque el tema tratado da a conocer información sobre la
ÁREA DE LA DISIDENCIA
violación a una expresión generalizada de consenso acerca del derecho de todo ciudadano a la
vida, ya sea delincuente o no donde los primeros obtienen una pena acorde a lo realizado pero
en ningún momento pierde el derecho a la vida.
Éticamente también se ubica en la Diversidad ya que pone al descubierto una forma de vida
diferente para algunos pero común a muchos que se encuentran bajo la línea de pobreza y
viviendo en asentamientos.
Poder ubicar a cada uno de los trabajos en un área permite tildar a las investigaciones como P
de I aunque sea basando sólo la inclusión a la especialidad, en algunos aspectos y obviando
otros como los conceptos de oculto y ocultado.
6. FUENTES
El alimento de todo trabajo investigativo son las fuentes de información, los elementos que
brindan datos y permiten al periodista construir el relato de situaciones diversas.
En el capítulo I se exponen las diversas especies de fuentes y se retomará para este análisis lo
allí expuesto pero realizando una salvedad, Milva Benitez y Carlos Sortino (s.d) en Las fuentes
del relato sostienen que las fuentes de información no deben confundirse con los productores
de información como las agencias de noticias, medios y oficinas de prensa públicas o privadas,
a las que no podrían considerar fuentes porque ya difunden información procesada, lo que
implica el abordaje previo de distintas fuentes.
Los autores sostienen que estos productores sólo son útiles como pistas que conducen a un
tema de investigación, en este trabajo no se retomará esta diferenciación y se considerarán
fuentes los productos que los autores mencionan, por tratarse de insumos de importancia
utilizados en las investigaciones trabajadas no sólo como contexto sino como complemento
informativo de los datos obtenidos por otras fuentes.
Con respecto a las fuentes primarias y secundarias, se considera que toda investigación se
nutre de ambas, por lo que esa división de fuentes no otorga información valiosa para la
categorización en especialidades, las fuentes primarias otorgan información de mayor
importancia para el hecho investigado y podrían en otra investigación aportar la misma
información pero ser consideradas secundarias, por lo que no se tuvieron en cuenta para la
clasificación, con esto se intenta especificar que no forman parte de la codificación selectiva.
La mayor parte de las fuentes son ajenas a los hechos, esto es una regularidad en las cuatro
investigaciones analizadas, esto significa que la información es otorgada por personas que
no tienen algo que ver con el hecho investigado directamente pero igualmente aportan datos
de interés técnico y noticiable.
Con respecto a las fuentes subjetivas del investigador, la mayor cantidad son oficiales en
Cartoneros y en Días de furia, en cambio en las otras investigaciones la mayor cantidad de
fuentes son oficiosas, dividiéndose ellas en informantes y confidentes. Cristian Alarcón
Gran importancia tiene la diferenciación entre fuentes abiertas y cerradas ya que hay autores
que basan la diferenciación entre P de I y P en P según la utilización de las mismas; por ejemplo
Faundes (2001) en Ética y contexto del periodismo de Investigación sostiene que es necesario
la utilización de todo tipo de fuentes pero los datos ocultos a los que se accede abriendo
fuentes cerradas, le dan carácter propio al periodismo de investigación.
Cuando me muera quiero que me toquen cumbia utiliza un 88,5 % de fuentes cerradas,
entrevista a personas a las que no es fácil acceder debido al lugar donde viven, la Villa San
Fernando, donde existen códigos propios y herméticos.
Las otras tres investigaciones utilizan mayormente fuentes abiertas pero en relación al
caudal, por ejemplo El palacio y la calle se nutre de 199 fuentes, el número de fuentes cerradas
es importante. Tomando estrictamente la definición de Faundes en relación a las fuentes, las
cuatro investigaciones podrían incluirse en el P de I. Esta diferenciación de fuentes se utilizó
en la codificación selectiva.
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A modo de resúmen
A modo de resumen
Las conclusiones que se desprenden del análisis están expuestas en el capítulo
anterior en lo que concierne a las investigaciones individuales y en su relación con las
demás que conforman el corpus. En este apartado se realiza un cierre con respecto a
posibles reformulaciones de las fronteras entre las especialidades puestas en
discusión.
Con el objetivo de ser concisos economizando palabras, puede afirmarse que existen
diversidad de criterios para catalogar las investigaciones pero en base a los conceptos
seleccionados como relevantes, las cuatro investigaciones abordadas podrían ser
consideradas P de I si se democratizaran fronteras permitiendo la existencia de zonas
grises no excluyentes de la especialidad, donde algunos casos cumplieran con un
porcentaje importante de los requisitos para ser incluidos en el P de I.
Los cuatro casos que conforman la muestra poseen características en común, a las
cuatro sólo las diferencia la naturaleza del hecho, si es una situación ocultada por
alguien con intencionalidad o si es un hecho invisible por diferentes causas que
exceden a la intencionalidad de alguien de ocultarlo.
Los puntos en que las investigaciones difieren giran en torno al ocultamiento, por ejemplo
Cartoneros, Días de Furia y Cuando me muera quiero que me toquen cumbia, no parten de un
hecho ocultado pero si oculto por diferentes causas como la ausencia en los medios de
información acerca de la actividad de los cartoneros como consecuencia de la situación
económica, social y política, y de las actividades que rodean a este trabajo (como lo considera
cada persona que se gana la vida de esta forma) que no sólo involucran a la gente que camina
cientos de cuadras con un carro, y que tampoco sólo se basan en el cirujeo específicamente.
El caso que presenta Alarcón tampoco gira en torno a un hecho ocultado, sino a la existencia
de un mito, que sí está rodeado de irregularidades y de hechos ocultados como el negocio de la
droga, los transas y el circuito de las armas utilizadas para robar, entre otros temas.
A raíz de esta característica las tres investigaciones no se confrontan a personas que quieren
ocultar la información y algunas de ellas no publican documentos probatorios.
Se considera al P de I como una práctica que se diferencia del periodismo diario por sus
métodos de investigación (combinación de métodos de diferentes disciplinas: sociología,
antropología, etc) y por las acciones y decisiones tomadas por el periodista investigador ante
determinados temas, que por su complejidad y pertinencia pública deben ser abordados de
una manera más acabada y rigurosa, lo que implica mayor utilización de recursos que superan
al rastreo de información tradicional y un mayor tiempo de dedicación.
Con las conclusiones no se intenta poner en crisis las teorías del P de I pero si abrir una
discusión al respecto acerca de la posibilidad de democratizar fronteras, sin excluir sin
fundamentos acabados.
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