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El trastorno mental transitorio y sus

consecuencias en la imputabilidad, con


especial referencia al trastorno de estrés
post-traumático y la violencia doméstica
Doris Ma. Arias Madrigal
Apartado postal 2331-1002
Paseo de los Estudiantes,
San José, Costa Rica
asodeme@sol.racsa.co.cr

RESUMEN
En la atribución de responsabilidad penal, se considera la pérdida de la imputabilidad por una alteración psíquica o mental que
cause pérdida de las facultades intelectivas y volitivas. Esta pérdida suele invocarse en el caso de violencia doméstica. En este
artículo se afirma que la sola existencia de una situación de violencia doméstica por si misma no es ni una eximente ni una aten-
uante de responsabilidad penal, sino tan solo uno de los tantos elementos a valorar. Algunas veces la víctima rebasa con su
actuar el bien jurídico protegido, sin que sea aplicable al caso concreto la excepción o la aplicación de un menor reproche de
culpabilidad. En cada actuación debe valorarse la respuesta subjetiva, no solo desde el plano estrictamente biológico, sino tam-
bién en lo psicológico y social.

Palabras clave: violencia doméstica, responsabilidad, atenuantes.

ABSTRACT
In the attribution of criminal responsibility, the loss of the imputability by a psychic or mental alteration is considered when this
affects reasoning and will faculties. This loss usually is invoked in the case of domestic violence. In this article I state that the
existence of domestic violence, by itself, does not eliminate criminal responsibility and is only one of many elements to consid-
er. Sometimes the victim exceeds the legally protected interest, and in those particular cases the exception or the application of
a smaller reproach of culpability is not in order. In each case the subjective answer must be considered, not only in the biologi-
cal plane, but also regarding psychological and social considerations.

Key words: domestic violence, responsibility, attenuation.

INTRODUCCIÓN transgredir las normas penales, siendo impor-


tante determinar la atribución de responsabili-
En la sociedad “post-moderna” en que nos dad desde la óptica del Derecho penal.
ha correspondido vivir, todos de una u otra for-
ma indudablemente nos hemos visto expuestos Abordaré aquí el trastorno metal transitorio
a eventos o sucesos traumáticos que, desde el como eximente de responsabilidad penal por
punto de vista emocional, provocan un intenso inimputabilidad, con especial referencia al tras-
impacto. Sin embargo, mientras unos logran torno de estrés post-traumático. La referencia
superar lo ocurrido sin ulteriores consecuen- se hace básicamente al derecho penal de Cos-
cias, otros parecen quedarse anclados en el ta Rica. De manera breve también haré refe-
acontecimiento, modificando el resto de su vida rencia a la atenuante de emoción violenta,
en el plano biológico, psicológico y social (1). pues como veremos el problema fundamental
Estos eventos pueden llevar a una persona a de delimitación del ámbito de aplicación de la

Rev. Latinoam. de Derecho Médico y Medicina Legal 7 (2), Dic. 2002- 8(1), Jun. 2003: 141-156.
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eximente hace referencia a la intensidad de la samente determinó fue el concepto de inimpu-


perturbación y a la anulación de las capacida- tabilidad que, para nuestro estudio es de inte-
des cognitivas y volitivas. rés pues, el trastorno mental transitorio y el
trastorno de estrés post-traumático podrían dar
Finalmente me referiré a un caso concreto lugar a una estado de inimputabilidad o de im-
en el que se plantea la aplicación de la eximen- putabilidad disminuida.
te de trastorno mental transitorio, para una mu-
jer víctima de violencia doméstica por trastorno Así, la legislación penal en el artículo 42
de estrés post traumático. establece:

Es inimputable quien en el mo -
LA INIMPUTABILIDAD Y mento de la acción u omisión, no
EL DERECHO PENAL posea la capacidad de compren -
der el carácter del ilícito del hecho
En el Derecho Penal, el juicio acerca de la o de determinarse de acuerdo con
existencia o negación de la imputabilidad es esa compresión, a causa de enfer -
una cuestión medular, pues si éste se funda- medad mental, o de grave pertur -
menta en la culpabilidad (2) y como consecuen- bación de la conciencia sea ésta o
cia jurídica tiene la imposición de penas, es de- no ocasionada por el empleo acci -
terminante la existencia de la imputabilidad. dental o involuntario de bebidas
Llegándose, acertadamente a concluir que, “sin alcohólicas o de sustancias ener -
imputabilidad no podrá hablarse de culpabili - vantes.
dad ni tampoco de pena”. (3)
Un breve examen a la formulación de la
La imputabilidad se ha definido como “el inimputabilidad en nuestro Derecho nos permi-
conjunto de requisitos psicobiológicos, exigidos te concluir que se trata de una formula abierta
por la legislación penal vigente, que expresan (numerus apertus) que acoge, tanto la posibili-
que la persona tenía la capacidad de valorar y dad de existencia de una base patológica (en-
comprender la ilicitud del hecho realizado por fermedad mental), así como, el efecto psicoló-
ella y de actuar en los términos requeridos por gico o choque psíquico (grave perturbación de
el Ordenamiento jurídico”. (4) la conciencia) producido por determinados es-
tímulos que pueden hacer reaccionar al sujeto
Los requisitos y condiciones exigidos a una de una manera anormal. Lo anterior, permite
persona que ha cometido un hecho antijurídico una mejor apreciación de algunos supuestos
se estudian en la imputabilidad. Aunque doctri- en los que, el efecto psicológico puede deber-
nalmente el concepto ha sido explicado de di- se a múltiples causas, superándose la discu-
versas maneras, me inclino por la posición doc- sión de la doctrina y jurisprudencia extranjera
trinal que entiende la imputabilidad como capa- que en algunas ocasiones, requiere como pre-
cidad de culpabilidad, en la medida que es ca- supuesto inexorable la base biológica.
pacidad de imputación subjetiva, con inmediata
y personal referencia al agente y al hecho. Se De igual forma, nuestro ordenamiento en el
trata pues, de un elemento o componente del artículo 43 del Código Penal, señala que la
reproche de culpabilidad, según el cual, proce- anulación de esas capacidades puede presen-
de interrogar acerca del mal uso de la capaci- tarse parcialmente, lo que daría lugar a una im-
dad de autodeterminación en que la imputabili- putabilidad disminuida.
dad consiste.
La consecuencia jurídica tanto de aprecia-
Nuestro legislador no definió la imputabili- ción de la inimputabilidad como de la imputabi-
dad, sin embargo el concepto material puede lidad disminuida, es la aplicación de una medi-
deducirse del artículo 42 del Código Penal, in- da de seguridad y no de una pena(5). Así, para
terpretado a contrario sensu. Lo que sí expre- la atribución de responsabilidad penal y conse-

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cuente aplicación de una sanción penal es de- entre ellas: por una causa inmediata o eviden-
cisiva, la verificación en el autor del delito que te; por un choque psíquico exterior con concu-
no sufre de una grave alteración o anomalía rrencia de elementos poderosos que afecten
psíquica, (6) que le impida al sujeto conocer la gravemente al sujeto; por un fenómeno endó-
ilicitud del hecho o determinar sus actos confor- geno, denominado base patológica, que sin re-
me a esa comprensión. presentar una enajenación, condiciona la reac-
ción del agente hasta el extremo de incidir en el
comportamiento.
EL CONCEPTO DE TRASTORNO
MENTAL TRANSITORIO Con relativa facilidad podemos apreciar al-
gunas diferencias entre las definiciones médi-
El trastorno mental transitorio es una ma- co-forense y jurídico-penal, siendo conveniente
nifestación concreta del concepto de altera- apuntar que, el concepto jurídico por la cual me
ción o anomalía psíquica, caracterizado por inclino supera la necesaria existencia de base
su limitada duración, se trata de una inimputa- patológica, bastando para la exención de la
bilidad transitoria sin que sea exigible ni esen- responsabilidad penal, con la existencia del
cial la base patológica. La inimputabilidad que efecto psicológico, que puede derivarse de
caracteriza al trastorno mental transitorio es la cualquier anomalía o alteración psíquica al
falta de la necesaria capacidad de conocer lo tiempo de cometer la infracción penal. Quien
ilícito y de dirigir la propia conducta según ese sufre un trastorno mental transitorio no necesa-
conocimiento, es decir, que se ha de producir riamente es un enfermo mental(11). Es cierto,
una perturbación tal en la mente del sujeto que un trastorno pasajero puede proceder de
que determine una plena anormalidad en su una cierta base patológica, sin que llegue a
conocimiento de la situación o en las condicio- constituir una enfermedad mental ni una ano-
nes de su autocontrol. (7). malía o alteración psíquica duradera, suficiente
para eximir de responsabilidad por si misma,
En cuanto al concepto de trastorno mental pero no siempre es así, existen otros supues-
transitorio, su definición no es tan pacífica, tos en que se produce el efecto psicológico de
existiendo divergencias si el concepto es apre- la inimputabilidad sin base patológica, así por
hendido desde la perspectiva jurídica, o psi- ejemplo, los casos de embriaguez alcohólica o
quiátrica. Los códigos de lenguaje, desde una y de ingestión de drogas (12), que siempre se han
otra disciplina son distintos, por ejemplo en la considerado por la doctrina como modalidades
psiquiatría,(8) no cabe la alusión al trastorno del trastorno mental transitorio (13). Precisa-
mental transitorio, puesto que los trastornos mente, el artículo 42 del Código Penal, se ins-
mentales no son transitorios. cribe dentro de esta tesis y refiere que la inim-
putabilidad puede tener como causa una enfer-
La medicina forense se refiere al trastorno medad mental o el efecto psicológico, con im-
mental transitorio, como aquellos “estados de portantes consecuencias desde el punto de vis-
perturbación mental pasajeros y curables, debi - ta político criminal, ya que sirve de garantía de
dos a causas ostensibles sobre una base pato - restricción del ámbito punible consecuente con
lógica probada, cuya intensidad llega a produ - el principio de ultima ratio del Derecho penal, lo
cir la anulación del libre albedrío”. (9) que no sucede cuando el alcance de la eximen-
te se limita tan solo la aceptación de una base
Desde una perspectiva jurídica, me inclino patológica. También, observando la definición
por adoptar la definición de HOMS SANZ, (10) médico-legal, vemos que ésta se sustenta so-
que conceptúa el trastorno mental transitorio bre la base de la anulación del “libre albedrío”,
como una alteración psíquica o mental grave optándose desde la perspectiva psiquiátrica
con pérdida intensa de las facultades intelecti- por una corriente doctrinal sobre la culpabilidad
(14)
vas y volitivas, caracterizado por su brusque- , lo que ha motivado críticas, porque ambos
dad y escasa duración, que se cura sin dejar campos del conocimiento humano, deben res-
huellas, cuyas fuentes pueden ser diversas, petarse en sus espacios de actuación (15).

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Los límites al reconocimiento del trastorno Otra cualidad del trastorno mental transito-
mental transitorio vienen dados por el artículo rio que debe resaltarse, se refiere a “la intensi-
44 del Código Penal, no aceptándose la exi- dad” como elemento indispensable de esta fi-
mente cuando la perturbación haya sido provo- gura jurídica, la entidad de la alteración deter-
cada dolosamente. minará la aplicación de una eximente, de una
atenuante, o en algunos casos la inadmisibili-
El concepto de trastorno mental transitorio dad de alguna circunstancia atenuatoria. El
es una construcción jurídica, un concepto nor- trastorno mental transitorio debe tener una in-
mativo, que responde a supuestos específicos tensidad equiparable a la del enajenado o en-
desde el punto de vista legal: a los requisitos fermo mental, diferenciándose de éste, única-
psicológicos que condicionan la imputabilidad mente en cuanto a su transitoriedad, pues la
del agente, es decir a la inteligencia y la volun- persona logra su curación total y definitiva (18).
tad y ésta no es otra cosa que la capacidad de Se considera que las facultades intelectivas y
culpabilidad. volitivas son totalmente anuladas, dado que la
alteración o anomalía psíquica, determina “una
plena anormalidad en el agente tanto del cono-
REQUISITOS cimiento de la situación que le rodea como de
su autocontrol” (19).
a. Perturbación mental
La cuestión de determinar cuando un tras-
Para apreciar los efectos del trastorno torno mental transitorio tiene entidad suficiente
mental transitorio desde el punto de vista legal, -perturbación plena o parcial-, presenta proble -
es imprescindible que efectivamente se haya mas a nivel jurisprudencial y doctrinario por la
producido en el sujeto una perturbación de sus ambigüedad del concepto de intensidad. La di-
facultades mentales, no basta con la concu- ficultad es patente cuando observamos que al-
rrencia del presupuesto biológico, sino que de- gunas veces la perturbación presenta una in-
be unirse la apreciación del efecto anímico, con tensidad de síntomas lo suficientemente eleva-
lo cual es mucho más importante el efecto psi- da como para explicar que por su propia natu-
cológico que, las causas que lo pueden produ- raleza da lugar a una infracción del orden jurí-
cir, las cuales quedan abiertas a las concrecio- dico, otras veces no es así, y se presentan ca-
nes y clasificaciones del mundo de la sicología sos en que la sintomatología no es clara, en es-
y de la psiquiatría (DSMIV, CIE-10). (16) tos casos habrá de contrastarse con la natura-
leza de la causa, el tipo clínico y la personali-
Lo esencial no es el padecimiento de una de- dad del sujeto. Igualmente dificultosa es la ta-
terminada enfermedad mental, sino el efecto psi- rea de juristas y peritos (20), a cual en mi crite-
cológico, que puede deberse a múltiples causas, rio debe analizarse partiendo del respeto del
lo cual es aplicable al trastorno mental transitorio espacio de juego de cada disciplina y en esto
como manifestación concreta del concepto de al- me inclino por considerar que las ciencias so-
teración o anomalía psíquica limitada en su dura- ciales proporcionan al jurista una base empíri-
ción, frente a la situación de inimputabilidad per- ca para determinar la capacidad de querer en-
manente. Se trata de una anomalía o alteración tender y obrar (21).
psíquica con pérdida intensa de las facultades in-
telectivas y volitivas. La opinión mayoritaria de la El principal problema al valorar la entidad
doctrina coincide en aceptar este requisito en el de la perturbación radica como lo señala Men-
que no se observan diferencias respecto de lo gual (22), en que las valoraciones periciales se
exigido para otras alteraciones o anomalías psí- efectúan ex post, entonces, si se admiten como
quicas con carácter permanente, excepto en requisitos del trastorno mental transitorio aspec-
cuanto a su duración que es limitada (17). Si trata tos como la curación sin secuelas, la intensidad
del problema de la imputabilidad en términos ge- de la perturbación y el espacio temporal reduci-
nerales, la perturbación deberá afectar las facul- do, cabría preguntarse ¿cuál sería el fundamen-
tades intelectivas y volitivas del sujeto. te del perito y posteriormente el Juzgador?.

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Científicamente, lo único que podrán primero el ción penal completa, señalándose que debe ser
perito y luego el juzgador es aproximarse a manifiestamente perceptible y perturbar siem-
aquella situación, basándose para ello en los pre las funciones intelectuales y volitivas (24).
antecedentes del caso, pero nunca tendrán ac-
ceso a la concreta situación del sujeto. Induda- La etiología de la perturbación puede ser
blemente desde el punto de vista procesal se múltiple, nos limitaremos únicamente a señalar-
plantea algunas cuestiones como el valor de las: 1°. Una reacción vivencial o ambiental se
los aportes técnicos que proporciona el perito. exige que los motivos sean auténticamente po-
El concepto de inimputabilidad es un concepto derosos y no se limiten a una simple alteración
normativo, de forma tal que el perito aportará al emocional típica de toda reacción violencia o
Juez un criterio técnico acerca de la sintomato- agresiva. Que puede a su vez estar determina-
logía del sujeto, pero será el Juzgador quien do por provocación de la víctima, por causas ex-
ajustándose a los principios de la sana crítica traordinarias y por reacción pasional; 2°. Por la
racional, el que en último caso se pronuncie acción de drogas o sustancias tóxicas en este
acerca de la imputabilidad del sujeto. El perito caso por reacción químico biológica en el orga-
contribuirá comprobando el estado biológico, nismo se puede anular la inteligencia, voluntad
su valoración es totalmente distinta de la jurídi - y entendimiento del sujeto activo. Aquí se distin-
ca, que se refiere a la capacidad de compren- guen diversos fenómenos que producen las
der y comportarse de acuerdo con ella. El Juez drogas como son las alucinaciones, la excita-
debe considerar la opinión pericial, en un pri- ción, la depresión, la sedación; 3°. Las patolo-
mer momento, por este un criterio científico, gías mentales pueden desencadenar trastorno
pero la determinación sobre la capacidad de mental transitorio, cuando su duración es esca-
culpabilidad del autor es un criterio estricta- sa, alucinaciones, delirios y descontrol psico-
mente jurídico y ha de basarse en las reglas de motriz son algunas de las manifestaciones.
la sana crítica racional, pues la capacidad de
comprensión y de comportarse de acuerdo con Existen otras situaciones en las cuales un
ella, no se puede fundamentar exclusivamente individuo normal ante ciertos estímulos reaccio-
en consideraciones científicas y debe ser valo- na de modo anómalo, no todas ellas son cons-
rada en cada caso concreto, atendiendo a una titutivas de trastorno mental transitorio, las dis-
interacción multifactorial. En ese sentido, las tinciones son sutiles y se refieren al aspecto
aportaciones de Muñoz, mantienen vigencia cuantitativo del efecto psicológico -intensidad o
cuando concluye con claridad que, “no hay por - grado de la perturbación. Así, por ejemplo ocu-
que limitar el efecto psicológico a los efectos o rre con la psicosis reactiva breve que es una
alteraciones de la inteligencia o de la voluntad; grave perturbación mental que tiene una dura-
al contrario, tanto los trastornos de otros secto - ción comprendida entre horas y dos semanas,
res del psiquismo como cualquier otro factor, comenzando de forma repentina.
incluso biográfico, que incida en los procesos
de socialización deben y pueden ser tenidos c. Momento de apreciación
presentes al hacer el correspondiente juicio
acerca de la imputabilidad o capacidad de cul - También como elemento del trastorno
pabilidad del individuo que haya infringido las mental transitorio, tenemos que la inimputabili-
normas penales” (23). dad se ha de producir al momento de la comi-
sión del delito, esto es, de la realización del
b. Intensidad de la perturbación comportamiento típico, ni antes ni después.

La intensidad de la perturbación debe ser d. Duración


equiparable a la del enajenado, diferenciándose
de la enajenación únicamente en cuanto a su Finalmente, otro aspecto a considerar es el
transitoriedad. Cuando el efecto psicológico es relativo a la brusquedad y escasa duración, ge-
pleno, afectando las funciones cerebrales, ma- neralmente las líneas de diferencia se trazan
yoritariamente por la doctrina se acepta la exen- frente a la enfermedad mental. La característica

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de corta duración implica la imprevisibilidad del den externo u objetivo que a la que se denomi-
acontecimiento, que sustrae al agente de res- na siguiendo la doctrina, como la causa eficien-
ponsabilidad al no contar con ello en momento te e idónea que provoque ese estado de altera-
alguno. Este requisito temporal parece perder ción psíquica; el otro elemento, de orden subje-
relevancia, en la formulación de nuestro artícu - tivo, se requiere que el sujeto se encuentre
lo 42 del Código penal, puesto que, tanto la en- emocionado, alterado síquicamente, de forma
fermedad mental, como las anomalías y altera - violenta, grave, que se trate de un verdadero
ciones psíquicas se equiparan frente al caso impulso desordenadamente afectivo, capaz de
concreto, puesto que la exigencia es sobre el hacerlo perder el control de sí mismo y hacerlo
efecto psicológico, que anula la capacidad de realizar un acto que en circunstancias norma-
comprensión o de determinarse de acuerdo les no hubiere hecho (27). El concepto jurídico
con esa comprensión. de emoción violenta engloba el estado emocio-
nal fugaz -el arrebato-, sinónimo de emoción y
Aunque sea escasa la duración del trastor- el persistente -obcecación-, significativo de pa-
no mental transitorio, desde el punto de vista sión. La jurisprudencia en el Derecho compara-
pericial aparecen generalmente otras manifes- do español, acepta otros requisitos para el es-
taciones patológicas, pues como lo señala Gis- tado pasional tales como: la existencia de un
bert, “es prácticamente imposible que la dura- estímulo que provoque la alteración psíquica,
ción del trastorno, aunque pasajero, sea tan re- la afectación notable de la capacidad cognitiva
ducida que no haya dado algunas pruebas de y volitiva, la existencia de la provocación por
su existencia (25)”. parte de la víctima de esa reacción pasional y
que no transcurra un tiempo excesivo entre la
vivencia que produce la reacción y la propia
LOS ESTADOS PASIONALES O EMOCIÓN reacción pasional (28).
VIOLENTA Y LAS DIFERENCIAS CON EL
TRASTORNO MENTAL TRANSITORIO La consecuencia jurídica en nuestro Dere-
cho positivo es la atenuación de la pena prin-
Cuando tratamos de deslindar si una per- cipal, en unos casos expresamente señalados
sona es capaz de responder por su actuación arts., 29, 127, 149 y 113 inc. 1°, pues a dife-
ante el ordenamiento jurídico y de delimitar rencia de lo que ocurre en otros ordenamien-
cual debe ser la respuesta de éste, una espe- tos, nuestro Código Penal no contempla un
cial mención merecen los estados emotivos o catálogo de atenuantes y agravantes de apli-
pasionales, que se catalogan en nuestro medio cación a todos los tipos penales, sino para fi-
como emoción violenta y en otras legislaciones guras determinadas. Tampoco se distingue en
como arrebato u obcecación. Nuestra jurispru- cuanto a los estados emocionales, el concep-
dencia en forma reiterada ha señalado que, la to jurídico de emoción violenta engloba el es-
emoción violenta es “una conmoción impulsiva tado emocional fugaz -el arrebato-, sinónimo
en el ánimo del autor, causada por una ofensa de emoción y el persistente -obcecación-, sig-
a sus sentimientos que proviene muchas veces nificativo de pasión.
de la propia víctima, que relajando el pleno go -
bierno de sus frenos inhibitorios, lo conduce a La distinción entre la emoción violenta y el
la realización de la acción. Para tales efectos trastorno mental transitorio no es tarea fácil, la
no es suficiente el estado de emoción, sino que doctrina observa algunas diferencias desde el
es imprescindible que tenga un grado tal que, punto de vista legal y psicológico (29). Así, se
por su violencia, arrastre al autor. Ello no signi - indica que desde la perspectiva jurídico-penal,
fica que tal estado prive al autor de la concien - en los estados pasionales hay una menor im-
cia de la criminalidad de su conducta o de la di - putabilidad que se fundamenta en la gradua-
rección de ella, pues no se trata de un caso de ción del “desvalor” del injusto penal (acción
inimputabilidad, sino de una situación de menor antijurídica) (30), que no exime de responsabi-
responsabilidad criminal” (26). Requiriéndose el lidad penal y que se sustenta en el reproche
concurso de dos elementos básicos uno de or- de poder actuar de un modo distinto (31). En el

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trastorno mental transitorio hay una causa de rándose que su frecuencia es mayor que otros
inimputabilidad, el juicio de reproche que se ci- trastornos de ansiedad, siendo su prevalencia-
menta sobre un juicio de peligrosidad y por tan- vida según algunos estudios alrededor del 8%
to da lugar a una eximente de culpabilidad. en la población general (36), entretanto, otros
También se señala que, la emoción violenta estudios igualmente serios señalan una magni-
permite valorar la alteración de la imputabilidad tud epidemiológica mayor, indicando que alre-
del agente ocasionada por una causa o estímu- dedor del 30% de la población general se ve
lo poderoso al momento de la comisión del de- expuesta a un acontecimiento capaz de desen-
lito, como son los disturbios emocionales que cadenar este trastorno, pero tan solo del 10 al
puede experimentar el sujeto, con efectos me- 20% lo desarrollan (37).
nores debido a la intensidad emotiva o pasional
normativamente exigida (32), que en el caso del El concepto de trastorno de estrés post-
trastorno mental transitorio (33). traumático fue descrito por primera vez en
1980 en la clasificación internacional DSM-III, a
El elemento diferenciador de un estado de partir de entonces se han realizado investiga-
trastorno mental transitorio y de emoción vio- ciones de campo y se ha desarrollado una pro-
lenta es la intensidad o grado de la perturba- fusa literatura, lo que a contribuido significativa-
ción, es decir, que la diferencia la marca el as- mente a la discusión actual sobre el tema. Sin
pecto cuantitativo del efecto psicológico, siendo embargo, persisten lagunas para la compren-
que en el proceso de valoración hay un amplio sión de la naturaleza de esta enfermedad y de
espacio de juego para la subjetividad y arbitra- su tratamiento. Las clasificaciones internacio-
riedad al apreciar el quantum de la perturba- nales DSM-IV y CIE-10, muestran algunas dife-
ción, por más que exista una tendencia a ob- rencias sobre los criterios diagnósticos de este
servar la existencia de elementos objetivos y trastorno, las cuales no son significativas des-
subjetivos. El trastorno mental transitorio no de el punto de vista clínico, pero sí, desde el
deja de suponer un tipo de emoción violenta de punto de vista epidemiológico. Pese a la exis-
gran intensidad que anula o perturba grave- tencia de dificultades para el establecimiento
mente el entendimiento, dicho de otra forma, el del diagnóstico del trastorno de estrés post-
trastorno mental transitorio es un arrebato que traumático, el concepto incluye dos elementos
posee una gran carga emotiva capaz de anular definitorios, un elemento objetivo: el estímulo
la responsabilidad criminal (34). traumático y un elemento subjetivo: la forma o
el modo como el paciente interpreta el estímu-
lo traumático. A consecuencia, de este elemen-
EL TRASTORNO DE ESTRÉS to subjetivo, ante el mismo acontecimiento no
POST-TRAUMÁTICO todas las personas desarrollan el trastorno, si-
no que existen diferencias que individualizan la
El trastorno de estrés post-traumático es respuesta. Los problemas de conceptualiza-
una creación de nuestro tiempo o, como lo in- ción de cada uno de estos elementos no son
dica Summerfield, las reacciones post-trau- sencillos. En la actualidad existen importantes
máticas hunden sus raíces en las fuerzas so- lagunas de comprensión de la naturaleza de
cio-políticas en un momento determinado de este fenómeno y de su tratamiento. Los prime-
la historia (35). ros criterios para determinar el acontecimiento
traumático están contenidos en el DSM-III-R,
Aunque las investigaciones iniciales sobre mostrándose una evolución en las clasificacio-
trastorno de estrés post-traumático se centra- nes actuales en las que el evento traumático se
ron en dos acontecimientos fundamentales: la precisa aún más. Entre las clasificaciones inter-
descripción psicopatológica de las mujeres víc- nacionales (DSM-IV y CIE-10) existen diferen-
timas de una violación y el retorno de los vete- cias de conceptualización del evento traumáti-
ranos de guerra de Vietnam. Los estudios se co, de ahí, la importancia a la valoración del se-
conoce en la actualidad, que puede ser experi- gundo elemento, es decir, el modo como el su-
mentado por la población en general, conside- jeto interpreta el evento traumático (38).

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El trastorno de estrés post-traumático pue- para cualquier ser humano y ser vivido con un
de constituir un trastorno mental transitorio, miedo intenso, terror y desamparo. El evento
cuando la esfera cognoscitiva y volitiva del au- traumático posee una entidad tal que supone
tor del hechos delictivo es afectada gravemen- gran estrés y puede incluir entre otros: altera-
te. El origen de este trastorno es un suceso ex- ciones en la percepción de sí mismo; alteracio -
traordinariamente traumático, como la pérdida nes en las relaciones con otros, como aisla-
de un ser querido o el conocimiento de una en- miento y retiro, falta de confianza persistente,
fermedad muy grave, que afecta de forma muy fracasos repetitivos para poder protegerse; al-
intensa la capacidad cognoscitiva del sujeto. teraciones en el sentido y significado de la vida
Las clasificaciones internacionales muestran tales como pérdida de la fe y sentimiento de de-
algunas diferencias entre las modalidades del sesperación y desilusión (40).
trastorno, mientras la DSM IV diferencia entre
agudo y crónico y especifica si el inicio es de- La conceptualización del acontecimiento
morado. La CIE-10 no muestra diferenciación traumático refiere que éste tiene un elemento
entre el trastorno agudo y crónico, pero sí con- común el estrés, el cual a su vez incluye cuatro
templa el de inicio moderado. elementos: La presencia de un suceso estre-
sante; ese acontecimiento es capaz de modifi-
Desde el punto de vista de la doctrina pe- car el equilibrio psicológico y fisiológico del or-
nal, un autor describe tres modalidades de tras- ganismo; el equilibrio se manifiesta por un esta-
torno de estrés post-traumático: trastorno por do de activación marcada con consecuencias
estrés agudo, dura hasta seis meses y señala neuropsicológicas, cognoscitivas y emocionales
que éste es el supuesto que mejor encajaría en para el individuo, al final estos cambios dificul-
el trastorno mental transitorio; el trastorno cró- tan la adaptación del individuo. Aceptándose
nico que dura más de seis meses, por lo que lo que aunque el acontecimiento traumático pueda
correcto sería incluirlo en la figura de enajena- objetivarse, la respuesta individual depende de
ción mental y el trastorno por ansiedad atípico cómo el sujeto percibe el evento estresante (41).
(39)
. Sin embargo, visto el estado de la discu-
sión científica acerca de los problemas para es-
tablecer un criterio diagnóstico del trastorno de PERSPECTIVA DEL GÉNERO: UN CASO
estrés post-traumático, estimo que no pueden CONCRETO DE VIOLENCIA
realizarse desde el punto de vista jurídico-pe- INTRAFAMILIAR Y LA NO APLICACIÓN DEL
nal, conclusiones a priori de reconocimiento de TRASTORNO MENTAL TRANSITORIO
una exención de responsabilidad cuando el
diagnóstico es agudo, deberán valorarse las Si bien, a nivel doctrinal, se plantea la po-
circunstancias concretas y la anulación de la sibilidad de que frente al supuesto del trastor-
capacidad de comprensión y determinación. no de estrés post-traumático pueda apreciar-
se la eximente de trastorno mental transitorio,
En la 10ª, revisión de la clasificación inter- en nuestro país, los primeros casos de valora-
nacional de las enfermedades, trastornos men- ción judicial del trastorno de estrés post-trau-
tales y del comportamiento (CIE-10), se refiere mático se dan con ocasión de los delitos de
al trastorno de estrés post traumático como un abuso sexual.
acontecimiento traumático, “de naturaleza ex -
cepcionalmente amenazadora o catastrófica En esta investigación presento un caso de
que podría causar profundo “disconfort” en ca - trastorno de estrés post-traumático, en donde
si todo el mundo y en el Manual diagnóstico y la valoración se realiza a una autora de delito y
estadístico de los trastornos mentales, se le no a una víctima en el sentido que nuestro Có-
describe como, la experimentación de un acon- digo procesal, es decir, como titular de bien ju-
tecimiento traumático una amenaza de muerte rídico protegido que ha sido lesionado o pues-
o agresión física para él o para los demás. to en peligro. A su vez, veremos como esta mu-
También se ha indicado que el acontecimiento jer está inmersa en el ciclo de la violencia do-
traumático debe ser marcadamente estresante méstica (42). El caso, no solo es reciente, sino

148
Doris Ma. Arias Madrigal / Trastorno mental transitorio y sus consecuencias en la imputabilidad

presenta aristas que merecen, en mi criterio, al- tos de la aplicación de la eximente de trastorno
gunas breves reflexiones, entre ellas: el su- mental transitorio, aunque sí de la atenuante
puesto de hecho hace referencia a la violencia por emoción violenta.
doméstica, que se considera en algunos casos
como evento traumático o estresante para el La violencia familiar no es un problema
diagnóstico de trastorno de estrés post-traumá- nuevo, aunque en las ultimas décadas se ha al-
tico. Por otro lado, tenemos que la apreciación canzado algún grado de concienciación sobre
del trastorno mental transitorio incide sobre la el fenómeno. Muchos autores y ciertamente
culpabilidad y en la eventual responsabilidad desde diferentes posiciones ideológicas se re-
criminal como hemos esbozado líneas atrás. fieren a la etiología de la violencia intrafamiliar,
(44)
Finalmente, se valora el aspecto de la intensi- pero, aunque las causas sean varias o se le
dad del efecto psicológico, para decantarse por aprecie como un fenómeno unidireccional o
la aplicación de un estado pasional, en el que multidireccional(45), indudablemente nuestra
se aplica la atenuante de emoción violenta. sociedad al igual que el resto de países de La-
tinoamérica y el Caribe, el dato sensible de la
Resumen del caso realidad nos hace patente que la violencia in-
trafamiliar, está anclada en nuestra sociedad.
El caso refiere a una mujer que tiene una
relación amorosa y de convivencia de hecho La violencia doméstica se ha definido en
con un sujeto por varios meses, el sujeto la nuestro Derecho, por la Ley N° 7586, Ley con-
agrede en forma psicológica, de manera pa- tra la violencia doméstica, artículo 2 inc. a),
ralela y cuando aún la relación no ha termi- como:
nado, el sujeto establece otra relación con
una joven que trabaja en el mismo lugar que “la acción u omisión, directa o indi -
él. Un día, después de finalizar el trabajo, el recta, ejercida contra un pariente
sujeto invita a la joven a un “bar” (cantina), al por consanguinidad, afinidad o
que acostumbraba llegar con su mujer y se adopción hasta el tercer grado in -
encuentra que ésta se le adelantó y ya está clusive, por vínculo jurídico o de
en el “bar”, por lo que la pareja al llegar a la hecho o por una relación de guar -
puerta del “bar” decide devolverse, momento da, tutela o curatela y que produz -
en que la mujer alcanza a la pareja y le dis- ca como consecuencia el menos -
para a ambos, dando muerte a la joven e hi- cabo de la integridad física, se -
riendo gravemente al hombre. De seguido, la xual, psicológica o patrimonial. El
mujer abandona el lugar, trasladándose has- vínculo por afinidad subsistirá aún
ta otra provincia, donde se entrega a las au- cuando haya finalizado la relación
toridades tres días después (43). que lo originó.”

Argumentación de una eximente de En igual sentido, el artículo 2, inciso a) de


culpabilidad por trastorno mental la Convención Interamericana para prevenir,
transitorio fundamentado en la existencia sancionar y erradicar la violencia contra la mu-
de violencia intrafamiliar jer (Convención Belem do Pará) señala que se
entenderá que violencia contra la mujer incluye
En el análisis del caso se planteó la discu- la violencia física, sexual y psicológica “que
sión, acerca de la aplicación de existencia de tenga lugar dentro de la familia o unidad do -
un trastorno de estrés post-traumático, consi- méstica o en cualquier relación interpersonal
derando que la mujer, la autora, era víctima de ya sea que el agresor comparta o haya com -
violencia doméstica, lo cual efectivamente se partido el mismo domicilio que la víctima”. (46)
acreditó. Sin embargo, se estimo, que el even-
to estresante no tuvo suficiente entidad para La literatura científica describe que la vio-
anular totalmente las capacidades de compre- lencia doméstica puede generar un trastorno de
sión y de determinación de la voluntad, supues- estrés post-traumático, (47) sin embargo, para

149
Rev. Latinoamericana de Derecho Médico y Médicina Legal

que un evento estresante muestre la connota- En el caso que se estudia se rechazó la


ción de trastorno mental transitorio, dependerá eximente considerándose, tanto los criterios
de la respuesta individual, de cómo el sujeto in- definitorios del estrés post-traumático, como
terpreta el hecho, y de si se produce el efecto aquellos requisitos que se han establecido pa-
psicológico que anule su capacidad de com- ra el reconocimiento del trastorno mental tran-
prender el carácter ilícito del mismo y de deter- sitorio, que como indicamos, atiende a la per-
minarse de acuerdo con esa voluntad. La psi- turbación mental, a la intensidad de la pertur-
quiatría muestra cada vez un mayor interés por bación, al momento de apreciación del trastor-
llegar a conocer este elemento subjetivo, del no, a su duración. Aún cuando la persona pue-
cual dependerá un mejor diagnóstico. Dividién- de estar inmersa en un ciclo de violencia intra-
dose las opiniones, pues mientras para el sec- familiar, no procede la aplicación automática
tor minoritario, el estrés post-traumático es una de una eximente de responsabilidad penal, ha-
reacción normal a un suceso anormal, trayendo brá que observar el caso concreto frente a los
como consecuencia que el trauma estresante requisitos de reconocimiento de la eximente,
causa el trastorno y que éste le puede ocurrir a pues podría ocurrir, como se apreció en la sen-
cualquiera; para un grupo cada vez mayor, el tencia de comentario, que la intensidad del
desarrollo del trastorno depende no solo de la efecto psicológico sea menor, en cuyo caso, se
gravedad del elemento objetivo, sino que, la ex- prevé la aplicación de una atenuación de la
periencia de cada individuo es igualmente im- conducta por emoción violenta. El estado emo-
portante evidenciando que el trastorno de es- cional no es excusa por si mismo, aunque pue-
trés post-traumático es una “«reacción anormal de ser el punto de partida en el análisis de to-
ante un suceso normal», que incluye la comple - da la situación objetiva. No basta pues, un es-
ja interacción multifactorial entre factores bioló - tado emocionado se requiere una afectación
gicos, psicológicos y sociales”. (48) de las facultades mentales, pero que no llega
a ser total, pues de ser así, el autor sería inim-
Desde la perspectiva del Derecho penal, putable. Las emociones y las pasiones son
en la valoración concreta de la eximente habrá aceptables como función fisiológica de los se-
de tomar en consideración tanto el elemento res humanos, aunque subjetivamente cada
objetivo, como el elemento subjetivo del tras- uno responde de manera distinta ante los estí-
torno de estés post-traumático, lo cual no se mulos, por esta razón, el evento que produce
aleja de la tendencia psiquiátrica en crecimien- la acción típica, debe ser próximo a la causa
to, que muestra la complejidad multifactorial del productora y debe tener una entidad tal, que
trastorno. En todo caso como afirmamos líneas un hombre medio colocado en una situación
atrás, la capacidad de comprensión y de com- del autor, se conduciría de la misma manera
(49)
portarse de acuerdo con ella, valorará todo el , a la vez que la causa determinante debe
entorno, tanto los factores biológicos y los psi- proceder de la víctima y no de un tercero alle-
co-sociales a la luz de las reglas de la sana crí- gado a la víctima.
tica racional.
La disminución de la imputabilidad que co-
Aplicación de la atenuante de mo consecuencia de la alteración sufrida expe-
emoción violenta y no del rimenta el culpable, equivale a ponderar la na-
trastorno mental transitorio turaleza especialmente subjetiva de la misma,
al caso concreto como corresponde al juego de las emociones y
pasiones. (50)
Aunque es posible admitir el trastorno
mental transitorio por reacción pasional, puede
rechazarse la eximente por diversos motivos CONCLUSIONES
como: la falta de perturbación suficiente, simple
estado de excitación, indignación producida por Las ideas fundamentales que quería desta-
injurias o extremada duración del trastorno, car con esta investigación se centran en los si-
que lo convierta, no en un estado crónico. guientes aspectos:

150
Doris Ma. Arias Madrigal / Trastorno mental transitorio y sus consecuencias en la imputabilidad

En la atribución de responsabilidad penal, valorarse cada respuesta subjetiva frente a los


la imputabilidad tiene un papel central, entendi- hechos concretos.
da como capacidad de culpabilidad, es decir,
como capacidad de imputación subjetiva con En consecuencia, la sola existencia de una
inmediata y personal referencia al agente y al situación de violencia doméstica por si misma
hecho. La pérdida de la imputabilidad por una no es ni una eximente ni una atenuante de res-
alteración psíquica o mental, con pérdida de las ponsabilidad penal, sino tan solo uno de los
facultades intelectivas y volitivas caracterizada tantos elementos a valorar. Aunque personal-
por su brusquedad y escasa duración, da lugar mente me inclino por considerar que la violen-
a una eximente por inimputabilidad en aplica- cia intrafamiliar reproduce la violencia estructu-
ción del trastorno mental transitorio. ral de género (51), algunas veces la víctima re-
basa con su actuar el bien jurídico protegido,
Partiendo de la consideración de la que la sin que sea aplicable al caso concreto la excep-
alteración psíquica o mental puede obedecer ción o la aplicación de un mero reproche de cul-
no solo a causas biológicas sino a eventos exó- pabilidad. Si bien la violencia doméstica puede
genos, se admite que el trastorno de estrés ser un evento estresante, deberá valorarse en
post-traumático pueda llegar a considerarse un cada actuación la respuesta subjetiva, no solo
trastorno mental transitorio. desde el plano estrictamente biológico, sino
multifactorialmente, es decir, en el plano psico-
En la actualidad existen muchos eventos lógico y social, debido a que la imputabilidad se
que de una u otra forma causan estrés, pero no refiere a la atribución subjetiva con inmediata y
todos ellos dan lugar a un trastorno de estrés personal referencia al agente y al hecho.
post-traumático. Aunque la conceptualización
del trastorno de estrés post-traumático esta en
proceso de definición, existe acuerdo en que se BIBLIOGRAFÍA Y NOTAS
da la conjugación de dos elementos: un ele-
mento objetivo: el estímulo traumático y un ele- 1. Sobre ello, Calcedo Barba, Alfredo, en:
mento subjetivo: la forma o el modo como el Bobes García, Julio/Bousoño García, Ma-
paciente interpreta el estímulo traumático. A nuel/Calcedo Barba, Alfredo/González
consecuencia, de este elemento subjetivo, an- García-Portilla, María-Paz: Trastorno de
te el mismo acontecimiento no todas las perso- estrés post traumático, 2000, p.1
nas desarrollan el trastorno, sino que existen
diferencias que individualizan la respuesta. 2. Muy interesante resulta la discusión actual
acerca del fundamento de la culpabilidad,
En la ponderación del elemento subjetivo en aunque sigue siendo mayoritaria, la con-
que la imputabilidad consiste será determinante cepción normativa, según la cual la culpabi-
partir de que el concepto de imputabilidad/inim- lidad es la reprochabilidad del hecho al au-
putabilidad es un concepto normativo, en el cual tor. Sobre ello, Hassemer, Winfried: ¿Alter-
la valoración pericial aportará un elemento bioló- nativas al principio de culpabilidad?, Revis-
gico a valorar por el Juez. Éste, analizando el ta de la Asociación de Ciencias Penales de
efecto psicológico y social, a través de las reglas Costa Rica, 1990, n°3. Sobre la culpabili-
de la sana crítica racional, determinará la capa- dad se han desarrollado distintas concep-
cidad de conocer lo ilícito y de dirigir la propia ciones unas basadas en el libre albedrío,
conducta según ese conocimiento. otras en la capacidad de ser motivado por
la norma (motivabilidad). Algunos sectores
Un elemento definitorio fundamental para doctrinales, ciertamente desde diferentes
determinar si se aplica una eximente o ate- puntos de vista, propugnan sustituir la cate-
nuante es la intensidad de la perturbación, sin goría por otros criterios, tales como la pro-
embargo, no puede establecerse un numerus porcionalidad o la motivabilidad. También
clausus de casos en que procede la aprecia- hay otro sector doctrinal que se inclina por
ción de la eximente o de la atenuante, deberá considerar la culpabilidad una característica

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Rev. Latinoamericana de Derecho Médico y Médicina Legal

del autor en relación con el hecho y mas re- establecer un diagnóstico diferencial entre
cientemente discute la posibilidad de susti- la enfermedad mental y el trastorno mental
tuir la categoría por las de necesidad y me- transitorio, sobre todo en relación con su
recimiento de pena. Por todos, vd., alcance sobre la inteligencia y voluntad.
Carbonel, Juan Carlos: Sobre la imputabili-
dad en Derecho penal español, Cuadernos 9. Gisbert Calabuig, Juan Antonio: Medicina
de Derecho Judicial, versión digital. legal y toxicología, 1998, p.923.

3. Cobo del Rosal, Manuel y Vives Antón, To- 10. Homs Sanz de la Garza Joaquim: Trastor-
más: Derecho penal, parte general, 1999, no mental transitorio y drogas que inciden
p. 581 en la imputabilidad, 1996, p. 174.

4. Ibid., p. 576. 11. Anteriormente era útil la distinción entre el


trastorno mental transitorio y la enferme-
5. En la misión preventiva del Derecho penal, dad mental, debido sobre todo a que se
la pena fijada de acuerdo con la culpabili- hablaba de enajenación mental, término
dad, solo cumple un papel limitado, pues que llevaba a confusiones, se consideraba
existen otros supuestos de actuación del que la anulación de las facultades menta-
ordenamiento jurídico-penal, así en caso les era definitoria del trastorno mental tran-
de inimputabilidad o inimputabilidad dismi- sitorio, que se equipara a la enfermedad
nuida, se aplican las medidas de seguri- mental diferenciándose tan sólo por su
dad. Los presupuestos de imposición de transitoriedad.
penas y medidas de seguridad son diver-
sos, en el primer caso, el juicio es de cul- 12. Algunas legislaciones como la española
pabilidad, en el segundo caso, el juicio es en el Código Penal de 1995 separan la re-
de peligrosidad. En tanto las penas están ferencia del trastorno mental transitorio de
sometidas al principio de culpabilidad, las los supuestos de intoxicación plena y sín-
medidas de seguridad están sometidas al drome de abstinencia. Sobre ello, Mir
principio de proporcionalidad. Ampliamen- Puig, Santiago: Derecho penal, parte ge-
te, Romeo Casbona, Carlos María: Peli- neral, 1996, p. 595.
grosidad y Derecho penal preventivo,
1986, p. 20 y ss. 13. La doctrina y alguna jurisprudencia extran-
jera razona restringiendo la fórmula de la
6. Algunos autores hablan de enajenación inimputabilidad, apreciando en algunos ca-
mental, termino de la doctrina italiana que sos de psicopatías graves y de drogadictos
es el concepto normativizado de la enfer- en síndrome de abstinencia no una exen-
medad mental, sobre ello, Serrano- ción plena, sino tan solo una inimputabili-
Piedecasas, José Ramón: «Doctrina del dad disminuida o una atenuante. Vd., en
Tribunal Supremo sobre los trastornos de igual sentido, Carbonell, en: Carbonell
personalidad», Revista Actualidad Aranza- Mateu, Juan Carlos/Gómez Colomer, Juan
di, n.° 141, 1994, p. 2. Luis/Mengual I Lull, Joan B: Enfermedad
mental y delito, 1987, 51; Sentencia del Tri-
7. Mir Puig, Santiago: Derecho penal, parte bunal Supremo Español 29-febrero-
general, 1996, 592. 1988(A1338). La jurisprudencia de la Sala
III, se ha manifestado en igual sentido, vd.,
8. Desde el punto de vista psiquiátrico se pre- v. 681-F, 13 -diciembre- 1991.
sentan dificultades para establecer con
precisión el concepto de «trastorno men- 14. Vd., nota 2.
tal», lo que se agrava aún más en el caso
del trastorno mental transitorio. Para la 15. Así, y en ese sentido, Mengual, en:
psiquiatría resulta particularmente difícil Carbonell Mateu, Juan Carlos/Gómez

152
Doris Ma. Arias Madrigal / Trastorno mental transitorio y sus consecuencias en la imputabilidad

Colomer, Juan Luis/Mengual I Lull, Joan B: penales y los peritos médico, sobre todo
Enfermedad mental y delito, 1987, 292. los psiquiatras, tiene raíces hondas”.

16. Para Muñoz Conde, Francisco/García Arán, 21. En igual sentido, Carbonel, Juan Carlos:
Mercedes: Derecho penal. Parte General, Sobre la imputabilidad en Derecho penal
1996, 385-387, existen algunas limitaciones español, Cuadernos de Derecho Judicial,
al criterio estrictamente psicológico, ya que versión digital.
toman en cuenta únicamente las facultades
intelectivas y volitivas y su incidencia en el 22. Mengual, en: Carbonell Mateu, Juan Car-
actuar humano y dejan de lado una amplia los/Gómez Colomer, Juan Luis/Mengual I
gama de facultades psíquicas que pueden Lull, Joan B: Enfermedad mental y delito,
incidir en el comportamiento humano sin 1987, p. 286 y 298.
por ello alterar la inteligencia o voluntad, por
ej. las alteraciones en la percepción que 23. Muñoz Conde, Francisco: Teoría General
se presentan en los supuestos de sordo- del delito, 1984, p. 148
mudez, ceguera, estados crepusculares,
que inciden en la conciencia de la realidad 24. Por todos, cfr., Homs Sanz de la Garza,
y no necesariamente tiene que darse un Joaquim: Trastorno mental transitorio y
trastorno intelectivo o volitivo. Idéntica si- drogas que inciden en la imputabilidad,
tuación se aprecia en otros supuestos, co- 1996, p. 174
mo son las alteraciones de la memoria, de
la afectividad, del pensamiento o de la mis- 25. Gisbert Calabuig, Juan Antonio: Medicina
ma motivación, partiendo del hecho de que legal y toxicología, 1998, p. 927,
tanto la psiquiatría como la psicología han
demostrado que las alteraciones de otras 26. Así y en ese sentido, cfr., Sala III, v. 172-f,
importantes facultades psíquicas pueden 20-diciembre- 1983; 194-f, 24 -julio-1987;
influir en la imputabilidad de un sujeto. 571-96, 4-octubre-1996.

17. Por todos, Cobo del Rosal, Manuel y Vives 27. No se ha reconocido la atenuante cuando
Antón, Tomás: Derecho penal, parte gene- de las circunstancias de modo, tiempo y lu-
ral, 1999, 537. gar en que sucedieron los hechos “no se
constata una causa eficiente que pudiera
18. Aun que sea escasa la duración del trastor- generar en el imputado una emoción de ca -
no mental transitorio, desde el punto de rácter violento, sino una causa fútil (a sa -
vista pericial aparecen generalmente otras ber, el acoso y las recriminaciones justas o
manifestaciones patológicas, pues como lo injustas que hizo el ofendido al encartado,
señala Gisbert Calabuig, Juan Antonio: en un evidente y alto grado de intoxicación
Medicina legal y toxicología, 1998, p. 927, alcohólica) que no es suficiente para moti -
“ya que es prácticamente imposible que la var y hacer comprensible una emoción de
duración del trastorno, aunque pasajero, esa índole.” Sala III, v. 681-F, 13 -diciem-
sea tan reducida que no haya dado algu - bre- 1991; en igual sentido, v. 154-F, 8- ma-
nas pruebas de su existencia”. yo-1992.

19. Homes Sanz de la Garza, Joaquim: Tras- 28. Así y en ese sentido cfr., Homs Sanz de la
torno mental transitorio y drogas que inci- Garza, Joaquim: Trastorno mental transi-
den en la imputabilidad, 1996, p. 592. torio y drogas que inciden en la imputabili-
dad, 1996, p. 60. Ampliamente sobre la
20. En particular, Dorado Montero, Pedro: Los doctrina jurisprudencial acerca del arreba-
peritos médicos y la justicia criminal, 1905, to, vd., Carmona Salgado, Concha: La cir-
p. 17, aludía: “la hostilidad con que se mi- cunstancia atenuante de arrebato y obce-
ran recíproca y habitualmente los jueces cación, 1983, p. 14 y ss.

153
Rev. Latinoamericana de Derecho Médico y Médicina Legal

29. Desde la perspectiva psiquiátrica se obser- albedrío y sumiendo al sujeto en total in-
van también diferencias, sobre ello, am- consciencia, aunque por escaso tiempo,
pliamente cfr., Carmona Salgado, Concha: mientras que el último consiste en una
La circunstancia atenuante de arrebato y ofuscación más o menos rápida y momen-
obcecación, 1983, p. 56-57 y 68; Agudelo tánea, más en el arrebato y menos en la
Betancur, Nodier: Emoción violenta e inim- ofuscación, debida a móviles pasionales o
putabilidad penal, 1984, passim. emotivos, que afectan a la inteligencia y a
la voluntad sin llegar a anularlas». STS 10-
30. Aunque algunas posiciones de la doctrina octubre-1996 (A8239).
sostienen que la antijuricidad no es gra-
duable y en consecuencia sostienen que la 34. Así y en ese sentido, Homes Sanz de la
antijuricidad existe o no existe. Otros auto- Garza, Joaquim: Trastorno mental transi-
res (Noll, Luzón), en sentido contrario, opi- torio y drogas que inciden en la imputabi-
nan que el injusto, el hecho antijurídico y su lidad, 1996, p.184. La jurisprudencia del
devalor es graduable, pues puede ser ma- Tribunal Supremo español sigue como cri-
yor o menor. Así, dentro de los tipos de in- terio de distinción la intensidad de la per-
justo en su parte positiva se admiten distin- turbación así ha indicado: «El criterio de
tos tipos de gravedad, la cual puede obser- la distinción, entre la eximente incompleta
varse desde el punto de vista objetivo o y el arrebato u obcecación, hay que bus -
subjetivo. Por ejemplo, desde el punto de carlo en el criterio de la mayor o menor in -
vista objetivo, dentro del mismo delito y tensidad del efecto que la causa exógena,
también por la intensidad de la lesión, el emoción o pasión, haya producido en la
modo de ejecución o las circunstancias por mente del sujeto, de tal forma que será
la intensidad de la lesión, el modo de eje- aplicable la primera, cuando los efectos
cución o las circunstancias, la distinta gra- sean más intensos y, por tanto, ocasio -
vedad puede dar lugar a tipos básicos, nando en quien la padece una transitoria
sub-tipos agravados o cualificados, al mis- pérdida del comprender y del querer, o de
mo tipo pero con agravantes o atenuantes alguna de ellas, muy superiores a las nor -
objetivas. Luzón Peña, Diego Manuel: Cur- males de las situaciones pasionales ».
so de Derecho Penal, Parte General I, Vd., entre otras, STS 10-octubre-1996
1996, p. 343 (A8239); STS 24-setiembre-1996
(A6753); STS 22-abril-1997 (A3612); STS
31. En igual sentido, observando en la emo- 6-mayo-1997 (A3629).
ción violenta una situación de menor res-
ponsabilidad criminal, cfr., Sala III, v. 571- 35. Summerfield, Derek: Conflict and health:
96, 4-octubre-1996. War and mental health: a brief overview,
British Medical Journal, vol. 321, 22 de ju-
32. Cfr., Cobo del Rosal, Manuel/Vives Antón, lio 2000, p. 232-235. Http/www. bmj.com.
Tomás: Derecho Penal. Parte Gene-
ral,1999, p. 879. 36. En ese sentido, cfr., Jimenez Trvino, L. y
otros, en: Bobes García, Julio/Bousoño
33. En este sentido, una jurisprudencia del Tri- García, Manuel/Calcedo Barba, Alfredo-
bunal Supremo español resulta paradigmá- /González García-Portilla, María-Paz:
tica para la distinción entre trastorno men- Trastorno de estrés post traumático, 2000,
tal transitorio y la emoción violenta «La dis- p. 32.
tinción entre el trastorno mental transitorio
y el arrebato u obcecación, es de fácil solu- 37. Bobes García, Julio, en: Bobes García, Ju-
ción si nos referimos a la eximente comple- lio/Bousoño García, Manuel/Calcedo
ta, pues el primero constituye una reacción Barba, Alfredo/González García-Portilla,
vivencial anómala, que perturba totalmente María-Paz: Trastorno de estrés post trau-
las facultades psíquicas, privando de libre mático, 2000, p. 95.

154
Doris Ma. Arias Madrigal / Trastorno mental transitorio y sus consecuencias en la imputabilidad

38. Con especial referencia al perito forense, y el respiro lleno de calma y cariño. Sin que
con una propuesta de solución al problema pueda determinarse el tiempo y la intensi-
de la indefinición del criterio diagnóstico, dad de cada fase.
que se cimenta en la búsqueda de marca-
dores objetivos, cfr., Arboleda-Florez, Ju- 43. Voto 786-01, Tribunal Superior II Circuito
lio, Prólogo, en: Bobes García, Julio- Judicial, S.J., 12-noviembre-2001.
/Bousoño García, Manuel/Calcedo Barba,
Alfredo/González García-Portilla, María- 44. Los estudios se dividen en tres grandes gru-
Paz: Trastorno de estrés post traumático, pos: el modelo psiquiátrico, el modelo psico-
2000, IX. social, el modelo socio-cultural. Ampliamente
sobre ello, Grosman/Mesterman/Adamo: Vio-
39. Así, y en ese sentido, Homs Sanz de la lencia en la familia. La relación de pareja. As-
Garza, Joaquim: Trastorno mental, 1996, pectos sociales, psicológicos y jurídicos,
p.107 1992, pp. 31-46.

40. Sobre ello, Sharratt, Sara. La teoría del 45. Sobre los enfoques unidireccionales y mul-
trauma y la violencia doméstica. Una vi- tidireccionales, cfr., Bialikamien, Silvia-
sión contemporánea, 1992, p. 32 /Chacón, Fernando: Sujetos afectados por
la violencia intrafamiliar, en: Camacho Var-
41. En ese sentido, Ramos vicente, Y, y otros, gas, Eva (Comp.): El Derecho a la no Vio-
en: Bobes García, Julio/Bousoño García, lencia, Antología, 1999, p.135.
Manuel/Calcedo Barba, Alfredo/González
García-Portilla, María-Paz: Trastorno de 46. Convención aprobada por Ley N° 7499 de
estrés post traumático, 2000, p. 109. 28 de junio de 1995.

42. Los enfoque circulares o cíclicos de la vio- 47. Sobre ello, Jiménez Treviño, L y otros, en:
lencia doméstica aluden a las relaciones Bobes García, Julio/Bousoño García, Ma-
de modo que las consecuencias siempre nuel/Calcedo Barba, Alfredo/González
retornan al punto de partida como causas García- Portilla, María-Paz: Trastorno de
iniciando un nuevo ciclo. La sociedad y la estrés post traumático, 2000, 25 y ss;
familia conforman un conjunto social y par- Ramos Vicente , Y, y otros, en: Bobes
ticipan activamente en la creación de García, op.cit. 111; Sharratt, Sara. La teo-
creencias, valores y pautas sociales. Así, ría del trauma y la violencia doméstica.
como las familias son definidas por la cul- Una visión contemporánea,1992, p. 32
tura en que viven, así son a su vez parte de
sus cambios y transformaciones a través 48. Así, Ramos Vicente , Y, y otros, en: Bobes
de la acción de sus miembros. En ese sen- García, Julio/Bousoño García, Manuel-
tido, Grosman/Mesterman/Adamo: Violen- /Calcedo Barba, Alfredo/Gonz;alez García-
cia en la familia. La relación de pareja. As- Portilla, María-Paz: Trastorno de estrés
pectos sociales, psicológicos y jurídicos, post traumático, 2000, 110.
1992, p.47. Sobre el ciclo de la violencia
doméstica, fundamental, Walker, Leonore: 49. Mayoritariamente la doctrina se decanta por
La Teoría del ciclo de la violencia, en: Ca- reconocer en la emoción violenta los siguien-
macho Vargas, Eva (Comp.): El Derecho a tes requisitos: La existencia de estímulos
la no Violencia, Antología, 1999, 71 y ss. que produzcan una perturbación mental en
En el ciclo de la agresión es posible definir el autor; que esta se haya producido por un
tres fases, las cuales varían en tiempo e in- estado pasional de furor o cólera o de ofus-
tensidad, para la misma pareja y entre las cación, que disminuya la inteligencia o la vo-
diferentes parejas. Estas fases son: 1) la luntad; que los estímulos tengan un carácter
fase de aumento de la tensión; 2) la explo- externo a la víctima, es decir, que han de
sión o el incidente agudo de agresión; y 3) provenir directamente de la víctima. Sobre

155
Rev. Latinoamericana de Derecho Médico y Médicina Legal

ello, ampliamente, Carmona Salgado, Con- 51. En igual sentido, Carmona Salgado, Con-
cha: La circunstancia atenuante de arreba- cha: La circunstancia atenuante de arreba-
to y obcecación, 1983, p. 13. También se to y obcecación, 1983, p. 57
establece como requisito “que los estímulos
no sean repudiados por la norma socio-cul - 52. Fundamental, Arroyo Vargas; Roxana: La
tural que rige la convivencia del ente so - violencia contra la mujer como producto de
cial”, así, Gisbert Calabuig, Juan Antonio: una violencia estructural de género, ILA-
Medicina legal y toxicología, 1998, p. 934. NUD, 2002, passim.

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