La vivienda es un elemento importante en el desarrollo de la vida y en el proceso de salud de un
individuo. Aún dentro de este concepto se puede evidenciar que generalmente no todas las personas viven en un alojamiento con todas las características correctas para este desarrollo completo de bienestar. Desde la falla en el sistema de agua potable, el sistema de alcantarillado, la disposición de los servicios básicos que debe tener una vivienda; todo esto influye negativamente y en gran manera en la salud de un individuo. En el ámbito de incidencia con respecto a la adquisición de enfermedades a través del ambiente del hogar, se ha observado que existen mayores casos las personas de sexo femenino de bajo ingreso económico; esto se explica porque con mayor porcentaje las mujeres suelen pasar la mayor cantidad de tiempo dentro del hogar. Existen otros factores como el hacinamiento, que es algo muy común de tratar en la actualidad en especial en los países con sobre población, en donde se da de forma más factible la transmisión de diferentes enfermedades afectándose entre ellos mismos y posteriormente a la sociedad en general. Si a la presencia del hacinamiento se le adiciona la escasa presencia de buenos materiales de construcción, fallas en el diseño o alteraciones a nivel de la construcción de la vivienda nos traerá como resultado mayor incidencia de lesiones y percances de los miembros de la familia; y aunque esto no demuestre signos grabes en la tasa de mortalidad, sí evidencia alteraciones en el ritmo de vida de las personas. Muy aparte del entorno doméstico en el que se desenvuelva la vida de alguien, así mismo va a formar parte dentro de esta clasificación el entorno laboral en el que se manifieste el sujeto. Teniendo en cuenta el tipo de oficio que desempeñe la persona y la calidad o condiciones a las que diariamente se encuentre expuesto en el ambiente laboral.