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CAPÍTULO 1 LA INALIENABILIDAD,

IMPRESCRIPTIBILIDAD E
INEMBARGABII.TDAD. CARACTERÍSTICAS DE
UN RÉGIMEN DE PROTECCIÓN

La inalienabilidad, la imprescriptibilidad y la
inembargabilidad se perfilan en derecho colombiano,
como el régimen de protección por excelencia de los
bienes de uso público. Se trata de un régimen construido
en el tiempo bajo la influencia del derecho extranjero
cuyas etapas estánclaramente definidas, el Código Civil
y el Código de Procedimiento Civili Veremos
sucesivamente la inalienabilidad como fundamento del
sistema de protección y consecuencias prácticas —la
imprescriptibilidad- y la jurisdiccional -la
inembargabilidad.
1, EL FUNDAMENTO DEL REGIMEN DE PROrECCIÓN:
LA DE BIENES DE OSO PÚBLICO

Desde tiempos antiguos, los bienes de uso público han


sido considerados como inalienables. En el derecho
romano, la mayoría de bienes que ahora consideramos
de uso público eran inalienables, pero no por las mismas
razones que fundamentan su aplicación en la actualidad,
sino simplemente porque se trataba de bienes que no
podían hacer parte de ningún patrimonio, por lo que
utilizar la expresión de inalienables no tenía sentido. Sin
embargo, había ciertos bienes
que podían hacer ue parte se buscaba deun
patrimonio, protege r a pero la comunidad de
quenopodtan

vendersr prqexcesivas sobre dichos bienes,


la Edad Med i a se
En las etapas que perfilando la noción moderna de
inalienabilidad, como un sistema de protección contra la
prodigalidad gobernante. para este electo, afecto se va a
configurando la Corona, del de cual forma "va un reyes
no podían disponer; al ser dichos bienes propiedad de la
Corona -fenómeno de personalización que só lo podia
darse con el devenit de los tiempos. El rey que se
"casaba* con la Corona siguiendo la teoría del del
«Matrimonio Santo
Político" expuesta dichos bienes para
garantizar su permanencia dentro reino, evitand o
asi reducir dicho patrimonio en detrimento del
común. teniasentido,deellodependia lapermaneneià
y la seguridad de los nacientes Estados modernos.
A de todas estas disposiciones vamos a encontrar
durante siglos, dispsiciones ncrmativas y
testamentaria; que ordenaban el retorno a la Corona
más
de muchos bienes uso público, dados a los noblesde]
en virtud de los servicios prestados al Rey cn loslos
prccesos de reconquistaa.
A nivel municipal, la situación fue al bienes
de uso público fueron considerad'Oe2inta• las
dad del y se restringió cualquier poder de
Sición a favor del Concejo, que permitiera el
detrimento patrimonial de la propiedad comunal, No
trataba del mar o del aire —cuyas características ya
hemos sino de Jos ejidos y los terrenos de pastoreo,
pesar
Encontrunos numerosas disposiciones que indican
la indisponibilidad de estos bienes aunque en la realidad
hayan sido amplia•
adelantados y lascosas no
cambiaron mucho

ateteauptrstoquesesigtrie.tvnt ena2ff:ristadela
buenapartedeEosesquecnas
Fidencia seprcocppard maspr 105 impuestos. el
repatti. mientode baldios la construcción de obras
públicu y la reducción de pueblos indígenas, que por
construir ua grídaeoqveparecía adquirido desde las
Partidas reconocidoen las oostumbres del país,
En materia de inalienabilidad, encontraremos
varias constitucionalesal respecto. Debemos
precisa* previamentealestudiodelas
disposiciones,que la mayoría las Constituciones
analizadas no consagran una norma "milara la del
artículo 63 de nuestra Constitu ción vigente.
Pcrotroladoresimportanterecordarquelos
constituyentes er.conttaban frente a una situación
social colonial, que el tráfico jurídico de los
bienes rafees en nuestro pú cl Mayorazg04,
Buscando solucionar este establece como cláusula
de obligatorio cumplimiento qt.* "l"Je en el
estado bienes raíces carácterde ótewaienabies— (art.
197 de la ConstitueiOn de fórmula que repetirá
en similares términcs en las
constituciones de 1843 (att. 166), y de 1863 (art. 6)-
Pero E especial relevancia el artículo 37 de la
Constitución de 1886 promulgada después del
Código Civil y que indica temente que: "Ño habrá
Colombia bienes que no de libre enajenación ni
obligaciones Por Otto lado, las mismas cia del
ConstitucionesestablecenCongreso de la República
constantementeode la Unión
la competen
-según el caso- para enajenar 105 bienes nacionales
de su uso público.
poner éstas disposiciones surgen varios intertcgants.
El primero y más importante es el de determinar si
los bienes de uso público son enajenablts de acuerdo
con las normas constitucionales; el segundo tiene que
ver con la corstitucionalidad del Código Civil a la luz
de la Constitución de 1886, éste último nos llevará a
analizar el alcance de la inalienabilidad en la norma
civil, con una precisión mentaria: la
inalienabilidad sólo operaen la medidaen que la
afectación perdure, si el bien pierde éste destino
jurídico deviene alienable,
Desde el punto de vista Constitucional se
establece la prohibición de enajenar porciones del
territorioa potencias extranjeras, esta esquizá, la
única limitacióo que se establece alderecho delibre di
sposiciónsobrelosbienesdelterritorio', Debemos
anotar que la disposición JO que busca es evitar que
otros Estados se apropien de significativas del
territorio colombiano (bienes baldios en su mayoría)
o que se decreten tra tados en losqueciertas
provincias, pasen a estar bajo la soberanía de una
potencia extranjera. De las normas también se polige,
que para la enajenación de bienes nacionales se
requiere autorización del Congreso, 10 que puede
indicar dos cosas: la primera, una simple CXpresión
práctica de la tridivisión de las ramas del poder
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público en la que el legislativo intervendrá en todos los
tos importantes de disposición del ejecutivo
autorizándolo para hacerlo, sustenta esta posición el
establecimiento del mismo requisito previo en el caso
de contratos de obra y empréstitosh; la segunda, que el
acto del Congreso consti tuye una desafectación formal
de los bienes, según la éstosya noestarán destinados al
uso público y por lo tanto pueden ser vendidos, Ambas
interpretaciones pueden ser igualmente válidas, pero
para nosotros, y atendiendo a la visión de los bienes de
uso público que existe en la época, debe prevalecer la
segunda.
Entremos a analizar, entonces, las disposiciones del
Código Civil sobre la materia. El artículo 1866 establece
que "Pueden venderse todas las cosas corporales, o
incorporales, cuya enajenación no esté prohibida por ley",
por su parte, el artículo 1521 indica en primer numeral que
existe objeto ilícito en la enajenación Ode las cosas que no
están en el comercio". El Código Civil no nos indica cuáles
son esos bienes que no se encuentran en el comercio y por
el contrario establece todo un sistema de gestión de los
bienes de uso público, basado en las disposiciones
romanas sobre el asunto. De igual manera reconoce la
existencia de la propiedad sobre dichos bienes. Ahora, el
asunto más espinoso radica en la determinación de
aquellasenajenaciones prohibidas porla ley, perono
hemosencontrado limitación alguna distinta de
aquellaqueopera sobre ciertos bienes, como losejidales,
que se destinan exclusivamente a la vivienda de interés
social. Pero en una interpretación teleológica, se puede
afirmar
que el legislador quiso integrar en este sistema los
de uso público y volverlos inalienables, al menos
en su gran mayoría, puesto que en el derecho
romano se consideraba que losbienes en comento
eran extrapatrimoniales. Entodo caso, la
interpretación puede generar dudas en cuanto al
sentido de las palabras y de la inexistencia de una
dispoSición expresa sobre la extrapatrimonialidad
de los en nuestro derecho positivo.
Este excurso nos lleva entonces a preguntarnos
¿Si la Constitución de 1886 establecía
quenopuedenexistirbienes raíces en el territorio
que no tengan carácter de enajenables, la
inalienabilidad establecida en el Código Civil lo
tomaen inconstitucional? La pregunta no obedece
a un exceso de celo en la interpretación, por el
contrario, esta tuvo, una dimensión práctica
reconocida por los doctrinantes.
En efecto, como Jost J. GÓMEZ la disposición
constitucional buscaba exclusivamente solucionar el
problema de los mayorazgos y fue por exceso que se
estableció tal fórmula de manera tan amplia. Esta
disposiciónnunca tuvo como objetivo ser aplicada a los
bienes de uso público. En sus propiaspalabras, "(sle ha
creídoquehay contradicciónentre es ta norma y el canon
constitucional quedeclara queertColombia no habrd
bienes raíces que no sean de libre enajenación. Pero ello
no es asú Dicho canon se dirige a la propiedad privada,
porquees precisamentereacción contra las reglas
tradicionales quepermitían la inmovilización de la
propiedad privada"7.
A pesar de la claridad de la norma constitucional en nuestro
entender, la enajenabilidad absoluta de los bienes raíces debe ser
entendida con exclusióndelosbienesdeuso público, pero no por
las razones expresadas por el maestro Jost J. GOMEZ. Esta
interpretación debe ser matizada por disposiciones como el
artículo 208 de la Ley 4 de 1913 sobre Régimen Político y
MUnicipal que reza: "las vfás, puentes y acueductos públicos
nopodráit enajenarse ni reducirse eyt ningún caso"; para aplicar
esta norma se expidió el Decreto 640 de 1937 sobre restitución
de bienes de uso público, disposición similarencontramosen el
Decretos 1333 de 1986 sobre menMunicipal en el artículo 170;
para loseji dos municipales según la Ley 41 de 1948 toda venta
es nula cuando no sea con fines de construcción de vivienda
popular• Son, entodo caso,normas sectorialesqueno implicande
ninguna manera una prohibición general de venta
debienes de uso público la jurisprudencia Io entendería
de manera distinta.
La Corte SupremadeJusticia fue clara desde el
principio enconsiderarestos bienes como inalienables. En ese
sentido afirmó que: "Illos bienes de uso público IO son por su
naturaleza 2 o por el destino jurídico; se rigen por normas
legales y jurídicas especiales, encaminadas a asegurar la
cumplida satisfacción en el uso público. Son inalienables,
COPIO que estánfuera del comer, cio, e imprescriptibles,
'mientras sigan asignados a la finalidad pública y en los
términos en que lafinalidad pública Io exija'"8. Así mismo,
"[eln tanto que los de uso público estánfuera del comercio,
son imprescriptibles e inalienables, mientras en ellos subsista
ese carácter, y están regidos por un derecho excepcional,
impuestoporsupropia naturaleza (674, 678,2519)"9.
Esbastante claro que para la Corte Suprema de Justicia, los
bienes de uso público son inalienables y que éste es el criterio
que permite distinguir los bienes de uso público de los bienes
fiscales,nosiendolosprimerossusceptiblesdeladimensión
económica que acompaña atodas las propiedades.
Antesde pasar al tratamiento actual de la inalienabilidad
dejaremos en el tintero un tema que tiene que ver con
una frase en apariencia intrascendente utilizada por la
jurisprudencia:
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losbienes de uso público soninalienables .como que no


están cotrtercto", veremos cómo el "comercio" de
derecho vado, nada tiene que ver con el "comercio" de
derecho pri lico en el que están los bienes de uso público.
púbE1 artículo 63 de la Constitución de 1991 -que ya hemos citado
en repetidas Ocasiones y citaremos de nuevo- es tacuando indica: "
[llos bienes de uso público,losparques
rtgtgrales, las tierras comunales de grupos étnicos, las tierras de
resguardo, el patrimonio arqueológico de la Nación y los demú
bienes que determine la ley, son ina liengbles, imprescriptibles e
inembargable<. La hermenéutica de este artículo, sólo sencillo en
apariencia, nos enfrenta con serios problemas conceptuales. El
primero de estos problemas tiene que ver con la aplicación del
trfptico abienes que no son propiedad de personas públicas, en
efecto, las tierras comunales, las tierras de resguardo,
elpatrimonio arqueológicoy "losotros que determine la ley", no
son forzosamente bienes de propiedad pública. En todo caso, es
claro que las dosprimeras son siempre propiedad privada,
colectiva de los grupos étnicos o indígenas. Claramente la
protección se amerita. pero implica que la inalienabilidad, la
imprescriptibilidad y la inembargabilidad no son elementos
diferenciadores de los bienes de uso público respecto a otros
bienes públicos y a los bienes privados. De esta manera, es
taninalienable una calle o un puente, como Io es la tierra de un
grupo étnico. Esta disposición permite asf mismo que la ley
determine cuáles son esos bienes —privados o públicos,- que
pueden tener éste régimen jurídico,
La disposición también nos enfrenta conunproblerna
de definición respecto de losbienes de uso público,
Esclaro que para determinar cuáles de losbienes
públicosestándestinadosa unusopúblico,
debemosrealizar unainterpretaciónen cada caso
concreto, para poder aplicar el régimen jurídico. Esto
es en especial importante si consideramos que la línea
que divide aquellos bienes destinados a un
serviciopúblico abiertoalpúblicoy
elusopúblicoresultamuchasvecestenue.
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En el primer caso e] bien será alienable y en el


segundo, di. cha posibilidad estáexcluidapor
disposición constitucional. Por otro lado, es necesario
tener en cuenta que al hablar de "uso público", según
la solución actualmente aceptada no se quiere decir
que el bien deba ser efectivamente utilizado directa e
irrestrictamente por el público; sinoqueéste tenga la
potencialidad deserpuesto a su disposición. De Io
contrario, no se podría entender la licencia de
utilización privativa de los bienes deuso público, esto
esparticularmente importante para la gestión del
espectro electromagnéticow, en el que el Estado, por
razones de interés general, se arroga el poder de
decidir quiénes pueden utilizar dicho bien limitado,
excluyendo a los demás.
Sobre el contenido, la Corte Constitucional y el
Consejo de Estado han sido constantes en afirmar, bajo
las mismas premisas, lo expresado por la Corte
SupremadeJusticia, pero han confundido un poco sus
alcances. Veamos, En la T-566 de 1992 se dijo que
"Inalienables: significa que no se pueden negociar, esfo
es, vender, donar, permutar, etc."; más adelante,
encontramos que los bienes de uso público "son bienes
que se encuentranfueradel comercio ya que nopueden ser
materia de actosjurídicos queimpliquen tradición
opérdida delafinalidaddel bien"ll. Porotro lado se dijo
que estos bienes son "entendidos' por la legislación
colombiana como inalienables, imprescriptibles' e
inembargables (artículo 63 de la C.R), lo cual implica
que en virtud de su esencia son inapropiables, pues están
destinados al
163
público y cualquier acto de comercio podría el fin

de todas las prerrogativas del derecho


"[llos bienes de uso público son inalienables, es decir,
pueden negociar por hallarsefuera del comercio en
consideración a la utilidad que prestan en beneficio
común, por Io que, no puede celebrarse sobre ellos acto
jurídico alguno. Illa inajenabilidad significa que no se
puede transferir el dominio de los bienes públicos a
persona alguna"". En otras ha considerado características
en vez de tres, "como bienes de uso público, son
inenajenables, inalienables, imprescriptibles e
De la recensión de la jurisprudencia, encontramoscierta
coincidencia en los elementos de la discusión,
bástenos preguntar si el hecho de que un bien sea
inalienable implica, como IO ha dicho la
jurisprudencia -en la mayoría de los casos sin
matices—, que sobre ellos no pueda recaer acto
jurídico alguno'5. La respuesta debe ser negativa y Io
veremos con detenimiento en el último acápite de este
ensayo. Sin embargo, Io cierto es que la única
limitación que puede aceptarse bajo la idea de
inalienabilidad, son los actos traslaticios de dominio,
los actos de gestión no pueden entenderse incluidos en
la definición puesto que ello implicaría que las
personaspúblicastendríanbienes de "manos muertas"
yse incumpliría laobligación constitucional de
protección de dichos bienes, generando detrimento del
patrimonio público. La inalienabilidaddebeentenderse
en sentido dinámico, aceptando que la propiedad de
los bienes de uso público puede desmembrarse y
generar, eventualmente, derechos reales de tipo
administrativo que
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puedan permitir una mejor financiación de los proyectos de


infraestructura. De la misma manera, se debe atender la
finalidad de la protección que es el mantenimiento de la
intangibilidad de los patrimonios públicos, lo que Sólo se
logrará si sepermitendiversos tipos decontratossobre éstos
bienes, negocios jurídicos que no implicarán transferencia del
dominio—tráfico jurídico-público—, pues son dos cosas
distintas la disposición y la venta de un bien.
2. LA IMPRESCRIPTIBILIDAD, CONSECUENCIA PRÁCTICA DE
LA INALIENABILIDAD

Los bienes de uso público son imprescriptibles, el artículo


2519 del Código Civil establece sin ambigüedades que:
"Los bienes de uso público no se prescriben en ningún
caso". Esta norma de antigua inspiración, se basa en el
derecho español de los tiempos coloniales, ¡que sostenía el
mismo principio!'. Y esto se puede entender sin necesidad
de llevar muy lejos el razonamiento si nos atenemos a dos
razones: la primera indica que si un bien es inalienable, la
consecuencia jurídica directa es que sobre él una persona
diferente al propietario no puede hacerse dueño, ni siquiera
por el paso del tiempo; la segunda nos lleva a un problema
de practicidad, los bienes de uso público implican
justamente el uso por parte del público, la norma tiene
como finalidad evitar que ese uso se convierta en posesión,
este argumento puede llevarse un poco más lejos cuando
consideramos que las personas públicas tienen bienes de
uso público que les cuesta mucho trabajo proteger contra la
ocupación de los particulares.
166
De esta manera, el administrador en relación con
ellos nunca será algo más que una simple ocupante.
A esta norma se le sumó una disposición modificar
sustancialmente públicos en general, y no sólo de los
bienes de uso Público.

El artículo 407 del Código establece que no


procederá la declaratoria de pertenencia " bienes
imprescriptibles o de propiedad de las entidades de
derecho público", Según la norma todos los bienes de
públicas son imprescriptibles,
La disposición en comento fue demandada por
inconstitucional en dos ocasiones, una bajo la vigencia de
la Constitución de 1886 y otra bajo la Constitución de
1991, en ambas ocasiones fue declarada exequible con un
argumento similar, la protección del patrimonio público. En
1978 la Sala Plena de la Corte Suprema de Justicia
consideró que la norma era constitucional por cuanto
"ambas clases de bienes estatales forman parte del mismo
patrimonio y solo tienen algunas diferencias de régimen
legal, en razón del distinto modo de utilización. pero, a la
postre, por ser bienes de la hacienda pública tienen un
régimen de derecho público, aunque tengan modos
especiales de administración" , se trata de propiedades que
se encuentran destinadas a una finalidad de servicio
público, interés general que difiere de la idea de función
social de la propiedad que se aplica sobre las propiedades
privadas. Lo interesante de la disposición es que reconoce
la especialidad de todas las propiedades públicas y no sólo
de los bienes de uso público, así se desvirtúa por completo la
idea —de corriente uso— que sobre los bienes fiscales existe
un derecho de propiedad "privada", la propiedad siempre es de
derecho público, y ello implica un régimen especial
que no sólo pasa por las características del bien, sino
por la particularidad de la persona, de ello da cuenta
el especial de contratación y las normas
presupuestales.
El artículo 407 cpc fue demandado también bajo la
vigencia de la Constitución de 1991, El razonamiento de
la Corte Constitucional en la C-530 de 1996 retoma, en lo
dicho por la Corte Suprema de Justicia en 19%3ert amplía
el razonamiento en los siguientes términos: "No quebranta
la igualdad, porque quien posee bien fiscal, sin su dueño,
no está en la misma situación en que estarla si el fuera de
propiedad de un particular, En la medida en que se impide
que los particulares se apropien de los bienes fiscales, se
asegura o garantiza la capacidad fiscal para atender las
necesidades la comunidad", Se trata entonces del
reconocimiento de importancia y de la especialidad de los
bienes fiscales para el logro de los fines estatales.
No es el espacio para desarrollar en profundidad una
teoría de los bienes fiscales. Sin embargo, lo que es
interesante resaltar es que la idea de imprescriptibilidad,
derivada en un principio de la prohibición de enajenar,
adquirió nuestro derecho vida propia al aplicarse de la
misma manera a propiedades destinadas efectivamente a
un uso por parte de los ciudadanos y aquellas que no
tienen destinación alguna. Podríamos quizá aventurarnos
a dar argumentos que expliquen esta garantía.
Lo primero será decir que mientras la inalienabilidad
se configura como una prohibición —sentido negativo-,
imprescriptibilidad es una garantía —sentido positivo—
de que los bienes públicos se encuentran protegidos contra
la usurpación de los particulares o aún de otras entidades
públicas Esta dualidad implica que el legislador —con las
limitaciones constitucionales— tiene la competencia de
decidir en qué casos otorga la limitación y la garantía, o la
garantía solamente, pero si otorga la limitación —
inalienabilidad—, la garantía —la imprescriptibilidad—
se deduce de manera lógica y necesaria.
167

Lo segundo tiene que ver con la noción de servicio público


"nuestros argumentos adquirirán más contundencia
cundo analicemos lo relativo a la inembargabilidad.
El Código de procedimiento Civil estableció la
imprescriptibilidad para todos los bienes públicos a
partir de una concepción según la cual todos los
bienes públicos, directa o indirectamente, encuentran
destinados a una finalidad de servicio público„ El
Código Civil había obviado cualquier referencia al
público pero con el tiempo la legislación fue
incluyendo ésta idea en la legislación, testigo de esto
es el Código Fiscal y las normas sobre régimen
municipal El objetivo de la norma era consagrar
legalmente la idea de una propiedad pública distinta
en sus finalidades de la propiedad privada,
3. LA INEMBARGABIUDAD, CLTIMO ESLABON
DE JURISDICCIONAL

Los bienes de uso público son inembargables Otra


adición del Código de Procedimiento CiviI al
régimen de protección. De esta manera según el
artículo 684:

Además de los bienes inembargables de conformidad


con leyes especiales, no podrán embargarse:

I. Los de uso público.

2. Los destinados a un servicio público cuando éste se


preste directamente por un departamento. una
intendencia, una comisaría, un distrito especial, un
municipio o un establedmiento público, o pormedio de
concesionariode éstos; Froes embargable hasta la
tercerapartede los ingresosdel respectivo servicio, sin
que el total de embargos que se decreten exceda de
dicho porcentaje,
Tenemos entonces, que tan tolosbienes deusopúblico, como
los destinados a un servicio público prestado
inembargables,directamente por una persona de derecho
público son
168

Sobre este punto no tenemos mucho que agregar, Sólo que


la misma definición de servicio público puede llevar a
confusión, ¿Qué es servicio público? Es la pregunta que
los administrativistas se han hecho desde que la noción
fue adoptada como piedra angular de este sistema
jurídico. Y las cosas se complican aún más, cuando la
jurisprudencia nos indica que los bienes fiscales siempre
se encuentran destinados a un servicio público, ¿quiere
esto decirque todos los bienes públicos son
inembargables?
La respuesta debe ser negativa, pero la noción de
servicio público es ambigua y de tratamiento diferenciado
en nuestra legislación18. La solución, por ejemplo, no
puede ser encontrada en la Ley 142 de 1994 puesto que
ella se refiere exclusivamente a servicios públicos
domiciliarios, evidentemente éstos se encuentran
protegidos contra todo embargo en la medida en que sean
propiedad de una persona pública, pero no son los únicos.
Sin embargo, el artículo nos da algunas pistas de análisis,
para indicar que se trata de prestación de servicios
públicos, no de actividad de servicio público.
Bajo esta lógica, el edificio del Concejo Municipal, un
Colegio Público o el palacio de justicia podrían ser
embargados porque no se trata de servicios públicos de
carácter económico sino social, en todo caso su destinación
a un uso público tampoco tiene la claridad que se podría
desear. La confusión se centra en la necesidad de
protección de ciertos bienes destinados a un servicio
público, pero que por la construcción de nuestro sistema de
bienes públicos se encuentran por fuera de la esfera del
régimen jurídico; en
169

para terminar con este punto, permítasenos


observación. Para nosotros, la instauración de la
inembargabilidad genérica de los bienes públicos—
y no sólo de los bienes de uso público- es una
consecuencia del régimen jurídico de la persona
pública. Basamos esta afirmación en que la
Administración no puede ser sujeto pasivo de una
ejecución como lo puede ser un particular, mientras
que éste último puede negarse a cumplir una
obligación dineraria y aún rebelarse contra una
sentencia judicial, una persona pública no puede
obviar su cumplimiento. LOS
procesosejecutivoscontralaAdministración se
pueden resumir, desde este punto de vista, a un
problema presupuestal. Ello no Obsta para que se
puedan utilizar 105 derechos reales administrativos
como objeto de garantías reales para financiar obras
púbhcas, sólo quelaejecuciónde las mismas será
especial y limitada a la posiciónjurfdica en
determinados contratos, teniendo en cuentala
destinación del bien.
Una vez visto el tríptico que constituye el régimen
de protección legal de losbienesde
usopúblicodebemosentrar a analizar el sistema
administrativo que permite hacerlo efectivo así como
la manera en que se puede excluir ciertos bienes de la
calidad de uso público: la desafectacich

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