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Capítulo 1 La Inalienabilidad
Capítulo 1 La Inalienabilidad
IMPRESCRIPTIBILIDAD E
INEMBARGABII.TDAD. CARACTERÍSTICAS DE
UN RÉGIMEN DE PROTECCIÓN
La inalienabilidad, la imprescriptibilidad y la
inembargabilidad se perfilan en derecho colombiano,
como el régimen de protección por excelencia de los
bienes de uso público. Se trata de un régimen construido
en el tiempo bajo la influencia del derecho extranjero
cuyas etapas estánclaramente definidas, el Código Civil
y el Código de Procedimiento Civili Veremos
sucesivamente la inalienabilidad como fundamento del
sistema de protección y consecuencias prácticas —la
imprescriptibilidad- y la jurisdiccional -la
inembargabilidad.
1, EL FUNDAMENTO DEL REGIMEN DE PROrECCIÓN:
LA DE BIENES DE OSO PÚBLICO
ateteauptrstoquesesigtrie.tvnt ena2ff:ristadela
buenapartedeEosesquecnas
Fidencia seprcocppard maspr 105 impuestos. el
repatti. mientode baldios la construcción de obras
públicu y la reducción de pueblos indígenas, que por
construir ua grídaeoqveparecía adquirido desde las
Partidas reconocidoen las oostumbres del país,
En materia de inalienabilidad, encontraremos
varias constitucionalesal respecto. Debemos
precisa* previamentealestudiodelas
disposiciones,que la mayoría las Constituciones
analizadas no consagran una norma "milara la del
artículo 63 de nuestra Constitu ción vigente.
Pcrotroladoresimportanterecordarquelos
constituyentes er.conttaban frente a una situación
social colonial, que el tráfico jurídico de los
bienes rafees en nuestro pú cl Mayorazg04,
Buscando solucionar este establece como cláusula
de obligatorio cumplimiento qt.* "l"Je en el
estado bienes raíces carácterde ótewaienabies— (art.
197 de la ConstitueiOn de fórmula que repetirá
en similares términcs en las
constituciones de 1843 (att. 166), y de 1863 (art. 6)-
Pero E especial relevancia el artículo 37 de la
Constitución de 1886 promulgada después del
Código Civil y que indica temente que: "Ño habrá
Colombia bienes que no de libre enajenación ni
obligaciones Por Otto lado, las mismas cia del
ConstitucionesestablecenCongreso de la República
constantementeode la Unión
la competen
-según el caso- para enajenar 105 bienes nacionales
de su uso público.
poner éstas disposiciones surgen varios intertcgants.
El primero y más importante es el de determinar si
los bienes de uso público son enajenablts de acuerdo
con las normas constitucionales; el segundo tiene que
ver con la corstitucionalidad del Código Civil a la luz
de la Constitución de 1886, éste último nos llevará a
analizar el alcance de la inalienabilidad en la norma
civil, con una precisión mentaria: la
inalienabilidad sólo operaen la medidaen que la
afectación perdure, si el bien pierde éste destino
jurídico deviene alienable,
Desde el punto de vista Constitucional se
establece la prohibición de enajenar porciones del
territorioa potencias extranjeras, esta esquizá, la
única limitacióo que se establece alderecho delibre di
sposiciónsobrelosbienesdelterritorio', Debemos
anotar que la disposición JO que busca es evitar que
otros Estados se apropien de significativas del
territorio colombiano (bienes baldios en su mayoría)
o que se decreten tra tados en losqueciertas
provincias, pasen a estar bajo la soberanía de una
potencia extranjera. De las normas también se polige,
que para la enajenación de bienes nacionales se
requiere autorización del Congreso, 10 que puede
indicar dos cosas: la primera, una simple CXpresión
práctica de la tridivisión de las ramas del poder
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público en la que el legislativo intervendrá en todos los
tos importantes de disposición del ejecutivo
autorizándolo para hacerlo, sustenta esta posición el
establecimiento del mismo requisito previo en el caso
de contratos de obra y empréstitosh; la segunda, que el
acto del Congreso consti tuye una desafectación formal
de los bienes, según la éstosya noestarán destinados al
uso público y por lo tanto pueden ser vendidos, Ambas
interpretaciones pueden ser igualmente válidas, pero
para nosotros, y atendiendo a la visión de los bienes de
uso público que existe en la época, debe prevalecer la
segunda.
Entremos a analizar, entonces, las disposiciones del
Código Civil sobre la materia. El artículo 1866 establece
que "Pueden venderse todas las cosas corporales, o
incorporales, cuya enajenación no esté prohibida por ley",
por su parte, el artículo 1521 indica en primer numeral que
existe objeto ilícito en la enajenación Ode las cosas que no
están en el comercio". El Código Civil no nos indica cuáles
son esos bienes que no se encuentran en el comercio y por
el contrario establece todo un sistema de gestión de los
bienes de uso público, basado en las disposiciones
romanas sobre el asunto. De igual manera reconoce la
existencia de la propiedad sobre dichos bienes. Ahora, el
asunto más espinoso radica en la determinación de
aquellasenajenaciones prohibidas porla ley, perono
hemosencontrado limitación alguna distinta de
aquellaqueopera sobre ciertos bienes, como losejidales,
que se destinan exclusivamente a la vivienda de interés
social. Pero en una interpretación teleológica, se puede
afirmar
que el legislador quiso integrar en este sistema los
de uso público y volverlos inalienables, al menos
en su gran mayoría, puesto que en el derecho
romano se consideraba que losbienes en comento
eran extrapatrimoniales. Entodo caso, la
interpretación puede generar dudas en cuanto al
sentido de las palabras y de la inexistencia de una
dispoSición expresa sobre la extrapatrimonialidad
de los en nuestro derecho positivo.
Este excurso nos lleva entonces a preguntarnos
¿Si la Constitución de 1886 establecía
quenopuedenexistirbienes raíces en el territorio
que no tengan carácter de enajenables, la
inalienabilidad establecida en el Código Civil lo
tomaen inconstitucional? La pregunta no obedece
a un exceso de celo en la interpretación, por el
contrario, esta tuvo, una dimensión práctica
reconocida por los doctrinantes.
En efecto, como Jost J. GÓMEZ la disposición
constitucional buscaba exclusivamente solucionar el
problema de los mayorazgos y fue por exceso que se
estableció tal fórmula de manera tan amplia. Esta
disposiciónnunca tuvo como objetivo ser aplicada a los
bienes de uso público. En sus propiaspalabras, "(sle ha
creídoquehay contradicciónentre es ta norma y el canon
constitucional quedeclara queertColombia no habrd
bienes raíces que no sean de libre enajenación. Pero ello
no es asú Dicho canon se dirige a la propiedad privada,
porquees precisamentereacción contra las reglas
tradicionales quepermitían la inmovilización de la
propiedad privada"7.
A pesar de la claridad de la norma constitucional en nuestro
entender, la enajenabilidad absoluta de los bienes raíces debe ser
entendida con exclusióndelosbienesdeuso público, pero no por
las razones expresadas por el maestro Jost J. GOMEZ. Esta
interpretación debe ser matizada por disposiciones como el
artículo 208 de la Ley 4 de 1913 sobre Régimen Político y
MUnicipal que reza: "las vfás, puentes y acueductos públicos
nopodráit enajenarse ni reducirse eyt ningún caso"; para aplicar
esta norma se expidió el Decreto 640 de 1937 sobre restitución
de bienes de uso público, disposición similarencontramosen el
Decretos 1333 de 1986 sobre menMunicipal en el artículo 170;
para loseji dos municipales según la Ley 41 de 1948 toda venta
es nula cuando no sea con fines de construcción de vivienda
popular• Son, entodo caso,normas sectorialesqueno implicande
ninguna manera una prohibición general de venta
debienes de uso público la jurisprudencia Io entendería
de manera distinta.
La Corte SupremadeJusticia fue clara desde el
principio enconsiderarestos bienes como inalienables. En ese
sentido afirmó que: "Illos bienes de uso público IO son por su
naturaleza 2 o por el destino jurídico; se rigen por normas
legales y jurídicas especiales, encaminadas a asegurar la
cumplida satisfacción en el uso público. Son inalienables,
COPIO que estánfuera del comer, cio, e imprescriptibles,
'mientras sigan asignados a la finalidad pública y en los
términos en que lafinalidad pública Io exija'"8. Así mismo,
"[eln tanto que los de uso público estánfuera del comercio,
son imprescriptibles e inalienables, mientras en ellos subsista
ese carácter, y están regidos por un derecho excepcional,
impuestoporsupropia naturaleza (674, 678,2519)"9.
Esbastante claro que para la Corte Suprema de Justicia, los
bienes de uso público son inalienables y que éste es el criterio
que permite distinguir los bienes de uso público de los bienes
fiscales,nosiendolosprimerossusceptiblesdeladimensión
económica que acompaña atodas las propiedades.
Antesde pasar al tratamiento actual de la inalienabilidad
dejaremos en el tintero un tema que tiene que ver con
una frase en apariencia intrascendente utilizada por la
jurisprudencia:
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