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LAS IDEAS POLITICAS DE BARALT CUALQUIER REVISION sincera que se intente en nuestra historia tendria ‘que comenzar por insistit en sefalar Ja a cado como oligarcas y reaccionarios a muchos cos de Ia més avanzada doctrina. Porque esta deformacién de nuestra tt lectual nos demuestra, o bien que apenas comenzamos a estudiarla det en los documentos y no a base de leyendas, o que las pasiones pol desteuido Ja patria, en lo espiritual, en forma mucho més grave de lo que Ic 6s, en ese sentido, particularmente interesante. R fs espafiol que Jos mismos espafioles, més runo, creeriase que Baralt puso empeiio en anticuarse, asi entendimiento como de estilo, al cambiar de patria”. Y por ser también Fortoul un pensador eminente, ese juicio nos deja perplejos, porque la verdad es que est diametralmence sen los es critos politicos de Desde luego, es de sus ideas liberales, desde Ia timos trabajos doctrinarios que publics en fide. igeos que enfrent6, condenae en xt le Venezuela situaciones tan apasionantes como Ia del afio. 1826, fo atinrative: HALE IHS, PLANO sigue en los conceptos de fesis, antitesis 7 x1 mismo modo que la raxén’, ones", puntos ambos vidamente ‘La sociedad, —escribe Baralt— del establecida y procede conforme a un aguaje de la escuela se ama antinomias; y estas antinomias son tan eset ciales al movimiento y a la idad como que, sin exageraé puede decirse que los into aqui como alld Ba- legado a sospechar que su su Historia, ico aquel antago- 6 coando le a una ie ncipios, « 1a ma- a, elogia la obra de Baralt en las dos fuerzas cen- 10 de haber estimulado su publicacién. Y si en i! fi cs accién contratia y simulténea”. jo en 1857 del catgo de Director de la Gaceta, i fa de la sociedad; pleta satisfaccién medida que permite 1 el tiempo en que la co: siempre encuen- sectatio, ¥, como hemos insinuado, tampoco sostenian su constancia ene- les previas con los del campo antagénico, sino que, por Jo contratio, esa inque presentan tan atract ida ejemplar, me di 10 que se aventuré les de Ia época, y i adivino en el lector, debo comenzar inmediata- et fragmento que copiaré no se refiere todavia léctica en Ia teoria de Hegel, y aunque en ‘elementos que me parecen extrafios a ella, y no cita al contra tas instituciones y las a y al establecimient genéndo es que no ha la un dia realidad dejé de conver a? Puede darse una cadena de protestas memente eslabonada que la que forma Ia. cronol atto mil afios a esta patte? No ha abolido la sociedad derecho y sucesivamente, la ueopi irealizables por justindose a escala muy €1 resultado de tamafia oposicién entre 10 tradicio- 20, es Hlevar de la mano a la sociedad a wn icismo 0 término medio, el cual subsiste 1a lo juzga de nuevo embarazoso, y lo expulse vencedora hoy para ser vencida mafiana’ ntal de Hegel, construye que Baralt nos da, es que adopta Ja progreso resulta de una serie de destrucciones, y no retrocede ue considera como la final ital de I Para ‘Nunca ya se vio libre de esta influencia y sus elementos per- de hoy. De Hegel artanca su amor por un ina, La proxima ex: sujeto a todas las s existia, Después de esto, su ansia n el socialismo francés, y de los fran- como el método normal del avance dificultades de 1a censura, como de conocimientos lo puso en contacto rendi6 a considerar la rev weciones “de hecho" a que se podia Hegar, encontramos otro parrafo fmido: “No basta —dice— que a los sacudimientos revolucionarios su: ides y ruinas para decidir que las ideas representadas por una revolucién deben deshacerse, Si valiera el argumento de la dificil y por lo comin sangrienta aplicacién de al estado social de Jas naciones, jeura de Jas sociedades modernas, hab Ia razén y ea a excomunién del buen sen Debo hacer constar que en algunos paternidad de la argumentacién que expone y da a entender que sélo trans. cuando dice: "Para todo lo que sigue relativo al una manifestacién reciente de Proudhon ques, ou philosopbie de le or cuenta propia, no hon es, como aficma Mr. Guizot Jo que piensa y lo que quiere, est mendada autoridad en solicitud de una de mis exacta que las hasta ahora m: adversatios de esta escuela. Por manera que, gos de una de tantas baterias Moderadas, haremos a los lectores de buena fe el servi m del socialismo, mejor y e propaladas por los di -mativamente y a su antojo, y que y poseedor de un sistema tedrico o segundo que conforme al estado peculiar y a la toma ese partido formas y caricter diferentes, sin ymogénen y consecuente: Io tercero, que tiende a cons- camina a absorber el interés puramente politico en el jas cuestiones: lo quinto, que, por consecuenci de su indole que econémica, y més reformadora que contro- jo In bandera de la repiblica democritica encuentso la guerra umbién en su constitucién hallo el despotismo revolucionario. ..”, izot. Al admitir, pues, Baralt, sin escandalizarse ni condenaelo, 10 modificaria y completarfa el sistema democritico, creo que ‘su aparente comedimiento, hasta ei punto més radical que era fo anterior. En 1848 Marx, que acababa de publicar con Engels el Comunista, fue llamado a Paris por el Gobierno provisional, pero sranaas tenia de que la revolucién no retrocederia, que ia para it a trabajar en Ia propia Alemania. Lo ci 1e para 1849 ya estaba perseguido por toda la poli y silo encontrs refugio en Inglaterra cuanto al género de reaccién que imperaba en Espafia, oigamos al “Enirando en materia sin més prembulo, diremos que para jnarios espafioles (2) todas las revoluciones son insurrecciones mere- le exterminio a fuego y sangre. Lo uno: Jo otro que la democracia mo que la demagogia. Y lo tercero, que toda idea liberal €s una Uista’. ‘Giternos textualmente las autorizadas palabras de los Ministros de la jlo Modeado © Doccinasio espaol ors pith entooces, pure y simplemente Brrale dice que minguno fue mus ls que el “en difsmat lo que ao

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