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Equipos Calibracion
Equipos Calibracion
INTRODUCCIÓN
Antes de la mitad del siglo XIX (época antigua) poco se conocía sobre el uso de
plaguicidas en los cultivos; sólo se utilizaba esporádicamente el azufre y algunas
sustancias de origen vegetal como la rotenona, el piretro, la nicotina, etc., en
cantidades muy reducidas, y aplicándose rudimentariamente con regadera
manual, untadas manualmente o espolvoreados con utensilios tipo “salero”. Con el
descubrimiento del “Verde de París” (acetato arsenito de cobre) en 1868, se inició
el desarrollo de los equipos para la aplicación de plaguicidas. El descubrimiento de
los compuestos órgano-sintéticos DDT, MCPA y 2,4-D en los años 40´s del siglo
XX, revolucionó la lucha contra las plagas y dio inicio el desarrollo de los equipos
de aplicación de plaguicidas. Actualmente se dispone en el mercado de equipos
de aplicación que varían desde aparatos tan sencillos como la “polvera de mano” y
la “bomba de flit”, hasta sofisticados equipos computarizados que hacen uso de
inteligencia artificial para detectar la presencia de las plagas y efectuar
tratamientos muy precisos y eficientes.
b). Atomización. Utiliza una fuerte corriente de aire producida por un ventilador (u
otro medio) para fraccionar el líquido en pequeñas gotas y transportarlo hasta el
objetivo deseado. El espectro de gotas que se forma depende de la velocidad del
aire y del fraccionamiento previo realizado por boquillas. La desventaja es que las
gotas no se pueden dirigir con precisión al objetivo, pero tienen la ventaja de una
buena penetración al interior del follaje cubriendo el haz y el envés. Se aplican
insecticidas y fungicidas en cultivos de follaje denso.
Concepto de calibración
La mayoría de los agricultores y técnicos, cuando "calibran" los equipos de
aplicación sólo calculan su gasto por hectárea, y con ello determinan cuanto
producto ponerle al depósito del equipo, se olvidan tal vez de lo más importante,
que El objetivo de una calibración, es realizar los arreglos y ajustes necesarios del
equipo de aplicación para poder “colocar el ingrediente activo en el lugar o
espacio adecuado y en cantidad suficiente, para llevar a cabo su acción biológica.
Para cumplir con ello, se deberá tomar en cuenta el problema que se desea
combatir, tipo de plaguicida empleado, desarrollo del cultivo, clima, etc.; por
ejemplo, en la aplicación de herbicidas preemergentes, se busca formar una
película uniforme sobre el terreno a manera de sello, siendo en este caso muy
importante, el adecuado traslape entre las boquillas cuando se usa un aguilón, o
bien entre una pasada y otra. El traslape incorrecto da como resultado franjas con
insuficiente cantidad de plaguicida o bien una sobredosificación del mismo, que en
el caso de herbicidas se traducen en fallas en el control o bien fitotoxicidad al
cultivo por exceso de producto.
Mezcla de aspersión
Las boquillas hidráulicas consisten en pequeños orificios por donde se hace pasar
la mezcla de aspersión a alta presión, obligando a los líquidos a fraccionarse en
pequeñas gotas. Además regulan la salida del flujo, y a medida que se incrementa
en ellas la presión, aumentan su gasto y las gotitas que producen son cada vez
más pequeñas. Existen diferentes tipos de boquillas hidráulicas en cuanto a
material de fabricación, espectro de aspersión y gasto. Cada una fue diseñada
para usos específicos. Las de cono hueco, forman nubes de pequeñas gotitas y
son capaces de cubrir el haz y envés de las ho jas; en general, se utilizan para
aplicar insecticidas y fungicidas. Las de cono lleno, forman gotas de medianas a
grandes y son utilizadas para tratar sitios específicos, por ejemplo insecticidas a la
base de los tallos y cogollos de plantas, fungicidas a la raíz, y herbicidas sobre las
hileras de los cultivos.
Boquillas de abanico
Se usan comúnmente para aplicar herbicidas. Las de abanico plano estándar con
extremos decrecientes son usadas para aplicaciones totales, tanto al suelo como
al follaje de las plantas. Siendo muy importante el traslape entre las boquillas, el
cual debe ser de un 50%. Si las boquillas están colocadas a una distancia de 50
centímetros una de otra en el aguilón, cada boquilla deberá cubrir un ancho de
banda de 75 cm. Si se asperja con mochila manual, y las hileras del cultivo están a
una distancia de 80 cm, deberá levantarse la lanza para que el cubrimiento del
abanico sea de 120 cm, procurando repartir el traslape, 20 cm a cada lado.
Las boquillas de abanico plano uniforme deben emplearse para hacer aplicaciones
dirigidas entre las hileras del cultivo, de productos no selectivos; o bien, sobre la
hilera de los cultivos cuando se va a realizar o ya se realizó una escarda. Son
señaladas con las mismas siglas que las boquillas de abanico plano estándar, sólo
que traen además la letra "E" (even), que significa “uniforme”, por ejemplo son
muy comunes las boquilla 8003E, 9503E, 11004E, etc. Los primeros números
indican el ángulo del espectro de aspersión, y los dos últimos el gasto en galones
por minuto. Existen ángulos de aspersión de 40°, 65°, 80°, 95°, 110° y 150°. Los
gastos van de 0.067, 0.1, 0.2, 0.3, 0.4, hasta 1.0 galón por minuto. En las boquillas
de abanico plano estándar, plano uniforme, fuera de centro y doble abanico, la
señalización del gasto está dado a 40 libras por pulgada cuadrada. La boquilla
8002, indica que asperja un gasto de 0.2 galones por minuto, con un ángulo de
80°, cuando es operada a 40 PSI. Frecuentemente en los folletos de los
fabricantes la presión viene indicada en “bares”, por lo que es necesario realizar
las transformaciones pertinentes (1 bar = 14.22 PSI).
Tamaño agota
La cobertura del objetivo se incrementa también al fraccionar más las gotas
asperjadas, por ejemplo, al dividir una gota de 1.0 mm de diámetro y formar gotas
con un diámetro de la mitad de la original (0.50 mm), se producirán ocho gotas (2
X 2 X 2 = 8); si en vez de ello, se requieren gotas sólo de la tercera parte (0.333
mm) de la gota inicial, se podrá obtener 27 gotas (3 X 3 X 3 = 33 = 27); hora bien,
si se divide la gota a la décima parte (0.10 mm = 100 micras), de ella saldrán
1,000 gotas (10 X 10 X 10). Los tres casos antes expuestos son posibles, ya que
las gotas de aspersión pueden variar desde 2,000 micras (2.0 mm) en el caso de
aspersiones que saturan el follaje, hasta 50 micras (0.050 mm) en las aplicaciones
de ultrabajo volumen.
Concentración y dosis
Cuando se efectúan aplicaciones de plaguicidas, se debe tomar en cuenta los
siguientes principios: a) Solamente el producto plaguicida tiene acción biológica; b)
El agua empleada en la mezcla de aspersión, sólo sirve como vehículo; y c) Lo
más importante de la aplicación, es colocar la cantidad necesaria del plaguicida
sobre el objetivo. En base a lo anterior, cabe preguntarnos lo siguiente antes de
cada aplicación: ¿Las recomendaciones de aplicación de los plaguicidas deben
hacerse en litros de producto comercial por superficie de cultivo (L/ha) o manejar
una determinada concentración en mililitros de plaguicida por litro de agua (ml/l,
g/l, ppm, etc.)?. Los dos tipos de recomendaciones pueden tener validez, pero
ambas también pueden ser erróneas. En aplicaciones al suelo lo más correcto es
recomendar L/ha de plaguicida, no importa la cantidad de agua con que se
aplique; la dosis variará con el tipo de textura del suelo; los suelos arcillosos
requerirán mayor cantidad de producto, mientras que en los arenosos se
necesitarán menores cantidades para lograr similares controles.
Para hacer compatibles las dos indicaciones (ml/l y L/ha), puede hacerse lo
siguiente: con un equipo que sature el follaje (100% de cobertura) deberá
calcularse el volumen de aplicación por hectárea de éste, luego multiplicarlo por la
concentración recomendada del herbicida, para obtener así, la dosis por hectárea.
Por ejemplo, si para un determinado tamaño de maleza se recomienda una
concentración efectiva de 5 ml de plaguicida por litro de agua con una aspersión a
punto de saturación y, suponiendo que el equipo gaste para ello 300 l/ha de
aspersión; al usar otro equipo que no sature y sólo gaste 100 l/ha, se deberá
poner una concentración tres veces mayor (15 ml/L de agua), para que la cantidad
de herbicida sobre el objetivo sea igual en ambos casos (1.5 l/ha).
2. Posición del aguilón y sus boquillas. Todas las boquillas deben de estar a la
misma distancia una de otra en el aguilón, ser del mismo gasto y ángulo de
aspersión; y estar con la misma dirección respecto al aguilón, apróximadamente
con un ángulo de 10º respecto de éste. No deben de existir fugas de agua, ni
chocar entre si la aspersión de las boquillas, tampoco deben impactarse las gotas
con piezas del mismo equipo. El aguilón debe quedar horizontal a la superficie del
terreno, para ello las boquillas deberán de estar a la misma altura sobre el suelo.
Primero se nivela la sección central del aguilón ajustando los brazos del
enganche, y enseguida se mide la altura en la parte central. Posteriormente se
mide la altura en los extremos del aguilón, y su altura se ajusta por medio de los
tirantes.
6. Gasto por hectárea. Existen varias formas de calcular el gasto por hectárea de
cualquier equipo, una de ellas, consiste en medir el gasto que se tiene al asperjar
sobre una pequeña superficie y luego extrapolarlo a toda la hectárea; su
desventaja estriba, en que es difícil efectuar los ajustes del equipo para que se
asperje una cantidad predeterminada (ensayo y error). Los pasos a seguir pueden
ser los siguientes:
ü Llenar el tanque con agua.
ü Ajustar la presión del equipo dentro del rango recomendado para las boquillas
empleadas.
ü Seleccionar una velocidad de marcha que pueda ser mantenida fácilmente de
acuerdo a las condiciones del terreno.
ü Asperjar sobre una superficie conocida.
ü Determinar el volumen de agua utilizado.
ü Calcular la tasa de aplicación (l/ha).
Otra forma, consiste en cuantificar las variables que determinan el gasto por
hectárea (gasto por boquilla, velocidad de aplicación y ancho de franja tratada) y
calcular matemáticamente los ajustes que tengan que ser efectuados sin recurrir al
método de ensayo y error. Con las ecuaciones siguientes se determina el gasto
por hectárea:
Para medir el gasto por minuto de una boquilla o de todo el aguilón, en una
probeta graduada se recoge el gasto de 15, 30 ó 60 segundos (si se carece de
una probeta graduada, se mide el tiempo que tarda en llenarse un recipiente de
capacidad conocida) y se determina el gasto por minuto. Si alguna boquilla del
aguilón presenta un gasto mayor o menor a un 10% de la media de todas las
boquillas, deberá revisarse, puede estar deteriorada o tapada. Otra manera de
determinar el gasto por minuto de todo el equipo, es colocando una cantidad
conocida de liquido en el depósito del equipo y medir el tiempo que tarda en
vaciarlo asperjando.
Regla de 7.2 km/h __ 252 L/ha 7.2 km/h __ 200 l/ha X = 9.08
km/h
tres inv. ¿X km/h?__ 200 l/ha ¿X km/h?__ 252 L/ha
Otro ejemplo:
Se pone en el depósito una cierta cantidad de agua, por ejemplo 200 litros. Se
asperja sobre una superficie de dimensiones conocidas, por ejemplo 100 m de
largo, por el ancho de franja que cubre el aguilón (15 boquillas a 0.50 m = 7.5 m) y
se determina el tiempo utilizado en asperjarla, por ejemplo 75 segundos; luego se
mide el volumen utilizado en esa superficie, midiendo el sobrante o rellenando el
deposito, por ejemplo, se emplearon 20 litros en la aspersión. Luego se efectúan
los cálculos respectivos.
Superficie a tratar por cada deposito = 600 L / 266.7 L/ha = 2.249 has.
Herbicida por cada carga de 600 L = 2.249 X 2.0 L = 4.5 L de herbicida.
Coadyuvante por cada carga de 600 L = 600 L X 0.25/100 = 1.5 L de coadyuvante.
Cantidad de agua = (600 L de mezcla total) – (4.5 L de Herbicida) – (1.5 L de
coadyuv.)
= 594 L de
agua
Loren, E.B. 1979. New Pesticide Application Equipment and Techniques. Plant
Disease, Vol.: 65 No. 1 University of Illinois, U.S.A.