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Es alarmante escuchar estas cifras, sin embargo es parte de una realidad que pocos
queremos ver, el fin de semana que pasó platicando con un grupo de mujeres una de
ellas me comentaba acerca del caso de una niña que falleció en manos de su madre,
ella lamentaba no haber podido hacer nada por la pequeña, sin embargo durante la
charla llegamos a la conclusión que todos y todas debemos de asumir la
responsabilidad que nos toca como sociedad para erradicar la violencia.
Para poder comenzar con esta tarea en necesario conocer en primer lugar que es la
violencia; la violencia se define como todo acto u omisión dirigido a lastimar y someter
a una persona a la voluntad de otra, esto se establece a partir de una relación de poder
de una persona hacia otra, por ejemplo papá y mamá pueden percibir que tienen poder
hacia los hijos y las hijas por la idea tradicional de “autoridad”, hay diferentes tipos de
violencia, entre algunos de estos tipos de violencia se encuentra:
A) Violencia física, es la más visible, son los pellizcos, los jalones de cabello, de
orejas, los golpes con cualquier objeto o con las manos en cualquier parte del cuerpo,
son las quemaduras por cigarro, la plancha, la parrilla, la estufa o cualquier objeto
caliente, los empujones. Este tipo de violencia deja como evidencia los moretones,
ámpula por las quemaduras, raspones, arañones y puede llegar hasta el homicidio.
B) La violencia psicológica no deja marca física aparentemente, son los gritos,
humillaciones, insultos, la indiferencia, el abandono, la sobreprotección, límites muy
rígidos o muy flexibles. Las huellas son la baja autoestima, la inseguridad, la baja talla
y peso, en niños y niñas de 2- 5 años se refleja en el lenguaje, bajo rendimiento
escolar, agresividad, timidez, entre otros.
C) Violencia sexual, son los tocamientos en el cuerpo del menor, peticiones que van
desde tocar el cuerpo del adulto, o ver material sexualmente explícito como revistas o
películas y la violación, entre otros, los síntomas son: inseguridad, dolor para defecar u
orinar, rozaduras constantes, terrores nocturnos, intolerancia al contacto físico,
enuresis que es la falta de control de esfínteres, es decir, el niño o niña que ya avisaba
para ir al baño se hace nuevamente en su ropa interior, baja autoestima, depresión.
Estos son solo algunos de los tipos de violencia que pueden vivir los menores de edad.
Es necesario que como sociedad reconozcamos este problema que nos involucra a
todos, ya que si somos indiferentes a lo que la población infantil y adolescentes viven
poco puede cambiar la situación social por la que estamos pasando, inseguridad,
violencia, por lo cual debemos apostarle a la infancia.
Es muy triste ver como hay niños y niñas que no tienen acceso a la educación, a la
salud y a lo más básico la alimentación, podríamos creer que esto solo incumbe a los
padres y madres de familia, pero es nuestra sociedad quien tiene que voltear a ver que
está pasando.
A las madres y padres de familia, a las maestras y los maestros y a todos y todas se
requiere que seamos sensibles ante la necesidad de la niñez, la cual no se limita a la
salud, alimentación y educación, la infancia tiene derecho a un hogar, a una vida
digna, a jugar y a ser felices, ¿qué tanto estamos contribuyendo para garantizar los
derechos de las niñas y los niños? para lograr garantizar estos derechos que fueron
reconocidos por la Organización de las Naciones Unidas durante la asamblea general el
20 de noviembre de 1959, es necesario desmitificar algunas ideas que tenemos acerca
de los niños y las niñas:
Algunos adultos piensan que los niños y las niñas no entienden, en realidad los niños y
las niñas entienden lo que pasa en su entorno, se dan cuenta de los problemas que
existen en el hogar.
Otra idea errónea es que es necesario educar a golpes por que los niños y niñas no
entienden, en la escuela algunos maestros y maestras usan todavía el lema: “la letra
con sangre entra”, es mentira que niños y niñas no entiendan las reglas y los límites, si
se educa con cariño será más fácil definir los límites y reglas en casa.
Una creencia más que tienen los padres es que se es dueño de los hijos, por lo cual se
llega a pensar que se puede hacer con ellos lo que se desea, los hijos e hijas no son
objetos, son seres humanos por lo que se les debe de tratar con respeto y amor.
Algunas ideas que se tienen es que los niños y niñas mienten por lo que cuando están
en riesgo los padres no lo creen e ignoran lo que el niño o la niña dicen acerca del
problema por el que pasan, me refiero en específico a que en situaciones de violencia
sexual algunos niños y niñas reportan que la persona que los cuida cuando mamá está
trabajando les toca el cuerpo o pide que los toquen a lo que los padres responden de
manera negativa, hay que recordar que las situaciones de violencia sexual ocurren
dentro del hogar por parte de un familiar, ya sea el padre biológico, padrastro, tío,
abuelo o alguien cercano a la familia.
Algunos adultos o en la mayoría piensan que los niños y niñas no saben tomar
decisiones y no tienen problemas, las niñas y niños en realidad toman decisiones y si
además se les enseña a hacerlo de manera asertiva las decisiones que tomen de
adultos serán más fáciles de tomar, además de que serán adultos seguros de sí
mismos y con una autoestima estable, por otro lado es importante mencionar que las
personas tienen problemas desde la infancia, debido a esto es poco adecuado pensar
que durante la niñez no se tienen problemas, por lo que es necesario preocuparse por
las problemáticas que se les pueden presentar a los niños y niñas.