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Novia Que Te Vea Del Genotexto Al Endote
Novia Que Te Vea Del Genotexto Al Endote
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Publicado en: Castro, M. 2001. “Novia que te vea: del genotexto al endotexto” en Propuestas
literarias de fin de siglo. III Congreso Internacional de Literatura Latinoamericana. UAM. México, pp. 653-
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Autoridad Subsidiaridad
Sujeto: Autor Traductor
Objeto: Texto original Texto derivado
Acción: Creación Recreación
Libertad Ley
críticas a las películas que no respetaron el espíritu del texto, en el cual señalaron
basarse. El espectador espera de ellas una correspondencia plena con la obra
leída previamente. De no ser así, el receptor suele sentirse defraudado, por haber
sido traicionado el documento conocido.
La pareja traducción/traición se fundamenta más bien en los valores implicados en
la denominación “texto original” y “texto derivado”, en donde éste implica un desvío
en relación con el primero. La libertad registrada, forzosamente, en la
transmutación –en esa interpretación de signos verbales a través de signos de
otra naturaleza- deja por sentado, entonces, que el proceso registrado entre un
texto literario y uno cinematográfico no es el de una traducción, sino el de una
adaptación, la cual combina las instancias creadoras y de traducción, en un mismo
movimiento. Mediante la adaptación, la frontera trazada entre la creación y la
traducción se desvanece, al conjuntarlas.
La adaptación reconoce la imposibilidad de la equivalencia entre las imágenes y
los sonidos de un filme y lo plasmado en el texto escrito. Aun cuando haya una
voluntad de fidelidad del endotexto hacia el genotexto, aquél involucra
procedimientos de dilatación, constreñimiento o adición, no previstos en éste.
Podemos deducir, entonces, que si estudiamos puntualmente la relación entre dos
obras -en donde una sea el punto de partida de otra-, detectaremos grados
distintos de derivación. Los extremos oscilarían entre la voluntad de fidelidad
máxima hasta un ejercicio de creación, motivado por una obra primera. La
hipertextualidad estaría, de todos modos, presente en ambos casos.
¿Cuál es el grado de vinculación existente entre la novela de Rosa Nissán y la
película de Guita Schyfter? y ¿cómo influyen las derivaciones semántico-
narrativas existentes en la configuración del sentido de cada uno de los textos?
Para responder a estas preguntas centrales, objetivo de las siguientes líneas,
aplicaremos -en ambas obras- las categorías básicas de los procesos
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intertextuales: repetición, supresión, ampliación y disminución . Comparar, así, el
texto literario y el cinematográfico evitará aludir la noción de “desvío” entre el
genotexto y su endotexto. De esta forma, recuperaremos para ambas
denominaciones su intención original: el genotexto como el primer texto y el
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preparativos son relegados a un segundo plano. Son minimizados a tal grado que
no es sino hasta los últimos minutos de la película, cuando el espectador sabe de
su casamiento, de la identidad de su marido y sobre su descendencia. En cambio,
se enfatiza el crecimiento emocional de Oshinica, quien ha perdido la timidez y los
temores característicos de su niñez y su adolescencia y ha ganado, en cambio,
una gran capacidad reflexiva.
Por su parte, Rosa Nissán narra linealmente la vida de Oshi, desde el segundo
año de primaria hasta su boda, a los diecisiete años. La voz escuchada es la de
este personaje y los diálogos o transcripciones de lo que a ella le parece relevante
para su narración. Lo sucedido a lo largo de tres lustros sirve para reflejar, sobre
todo, las implicaciones de su condición de mujer judía y, específicamente,
sefaradita. La protagonista se enoja por no poder actuar como su hermano
Moshón, por su imposibilidad de seguir estudiando, por el trato recibido por las
mujeres de su comunidad. Sin embargo, la mirada de Oshi parece no cambiar a lo
largo del texto literario. Su voz, su asombro y su entusiasmo parecen ser los
mismos, incluso antes de casarse. Al preguntarle a Lalo si le va a dar el gasto y él
responderle afirmativamente, la escuchamos exclamar:
“- ¿De veras $ 200.00?, ¿y los voy a poder gastar en lo que quiera? De $ 20.00
que me dan de domingo a $ 200.00 de repente. ¡Qué padre! ¿Y no te vas a enojar
si compro cosas para hacer puras comidas de esas que nunca quiso hacer mi
mami, y que me fascinan?”. (p. 172)
De la tutela paterna, Oshi pasa a la de su pareja. El matrimonio es para ella una
forma de realizar lo hasta entonces imposible: decidir en qué empleará su dinero,
elegir sus propios vestidos, decorar a su manera su casa y marcar,
definitivamente, el distanciamiento de la tradición familiar. En la película, en
cambio, los preparativos de la boda de este personaje se suprimen.
La centralidad del título en la novela se mantiene a lo largo de la obra. “Novia que
te vea” es el deseo enunciado a todas las mujeres judías desde corta edad. A lo
largo de toda la narración, se evidencia la ansiedad de Oshi por anticipar la
manera como ella cumplirá con su destino, tantas veces anunciado:
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Llevo muchos años y muchísimos cuadros haciendo y haciendo; mira qué linda va
quedando mi colcha con esta orilla a gancho; es para nuestra cama.” (p. 175)
debido a que no sabe cortar las bulemas de espinaca con queso. Oshi mira
fascinada el laboriosísimo platillo, intenta ayudar e inquiere con gran curiosidad
cuál es el siguiente paso. Sin embargo, es su tía quien describe el proceso. En la
novela, la joven conoce todos los detalles:
“¡Qué alboroto! Se están preparando comidas de fiesta; mi mamá le habló a mi tía
de Monterrey para que le ayude a hacer lo que mi abuelita preparaba en Turquía
para estas ocasiones. Las famosas bulemas de espinaca con queso; las dos han
invadido la mesa extendiendo la masa: tiene que ser delgada como una hoja;
luego le ponen el relleno, las enrollan como viboritas y las acomodan enroscadas
en cacerolas redondas. El edificio entero huele a horno; hasta en los balcones
sacaron a secar la espinaca cruda y rebanada (...).” (p. 105).
Rifke es un personaje de la película ampliado. Combina algunas características de
la amiga de la infancia de Oshi, Dorí, así como las de un personaje incidental de la
novela, Rebeca Cohen. En el texto cinematográfico se registra una inversión
singular en los nombres. Así, Oshinica –como se llama en todo el filme- alterna su
nombre hebreo con el de Eugenia, en la novela. En ésta, sin embargo, no aparece
Rifke, sólo Rebeca. En cambio, en la película sí hay una alternancia de nombres.
Sobre todo, cuando el personaje se encuentra en los ambientes externos a la
comunidad judía.
Esta mezcla aparece también en la figura de Lalo. Pues éste es el joven
comunista, ajeno a la comunidad ashkenazí, de quien se enamora y, finalmente,
se casa Rifke. En la novela, es el nombre del esposo de Oshi, quien es paisano,
pero “sólo mitad árabe” y está muy distanciado de las costumbres judías: no baila
Horas, pero va al California Dancing Club; come lo mismo carnero y ejotes que
arroz envuelto en hojas de parra; nunca había ido al Deportivo Israelita y decide
culminar la fiesta de su boda con mariachi.
Es interesante observar cómo la alternancia de los nombres judíos y ladinos del
filme contrasta con el tratamiento del personaje de Lalo. Éste, en la novela, se
presenta como un individuo que ha relajado sus tradiciones judías, motivado –
incluso- por serlo tan sólo por parte de una rama familiar. Tal pareciera que
Schyfter enfatiza el vaivén y las dudas a las que se ven sometidas las jóvenes,
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mira asombrado y absorto el entorno de la posada, por un lado; y por el otro, los
niños morenos aplauden, mientras el de los ojos vendados sigue dándole a la
piñata. Aunque el niño no es invitado a participar de la fiesta, no puede ignorarla.
Él ha comenzado a formar parte de México y lo mexicano, subrayado por un plano
de conjunto que incluye niños mexicanos, familia Mataraso y, al fondo, la puerta
de la casa de los Calderón, que se abre de par en par para recibirlos 14. De esta
manera se establece la entrada de la familia Mataraso a México.
Las protagonistas, ya adultas, aparecen a cuadro, por primera vez, después de la
secuencia anterior. La presentación de la abuela en el pasado da pie a la imagen
de las jóvenes. La foto fija de la anciana –personaje añadido en la versión de
Schyfter-, inserta en el álbum fotográfico, es el vínculo –nuevamente- entre el
tiempo pretérito y el presente. Oshi expresa el gran amor que sentía por la abuela.
Rifke, por su parte, se lamenta de no haber conocido a la suya como tampoco al
abuelo. Sostiene en la película:
creía que no tenía historia, que había brotado de la nada, como un hongo [...] Yo
quería pertenecer. Decir „nosotros esto‟, „nosotros lo otro‟. „Nosotros‟. Creía que
podía elegir entre lo judío y lo demás. Pero no puedes elegir. No estás aquí, no
estás allá. No estás. Punto.
Rifke expresa su pesar por haberse sentido “diferente y separada de los demás
por ser diferente”. La problemática del personaje ashkenazí data desde su época
infantil, cuando sus padres optan por inscribirla en el colegio Americano para que
aprenda inglés, en el lugar de acudir a algún colegio hebreo. Sin embargo, la
decisión de integrarse a la cultura mexicana, sin dejar de ser judía, la aparta de la
perspectiva anglosajona (no se vuelve a hablar de la importancia del inglés en la
película), comenzar a aprender náhuatl, estudiar antropología y, finalmente,
casarse profundamente enamorada de un mexicano católico. En el desenlace del
texto cinematográfico, cuenta cómo la condición puesta por Rifke a Lalo fue la de
educar a sus hijos dentro de la tradición judía.
Por su lado, en su deseo de ser distinta, de poder llevar a cabo las acciones
permitidas para los varones de su comunidad, Oshi expresa, en la novela, su
desagrado hacia las mujeres judías. Su inconformidad se dirige hacia los valores y
las costumbres que separan a unas de otros:
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capital mexicana es una metáfora del sincretismo cultural que irán experimentando
las protagonistas, conforme avanza la trama del filme.
Dice María Zambrano:
Camina el refugiado entre escombros. Y en ellos, entre ellos, los escombros de la
historia. La Patria es una categoría histórica, no así la tierra ni el lugar. La Patria
es lugar de historia, tierra donde una historia fue sembrada un día.15
de una cultura que coexiste con otras distintas y, sobre todo, con una
dominante. Si Nissán le concede un espacio relevante a las acciones que
giran en torno de las condiciones de la mujer, dentro de una sociedad
específica, Schyfter procura abarcar más espacios, una mayor temporalidad y
un número creciente de grupos culturales: mestizos, judíos ashkenazís y
sefaraditas, indígenas. Todos ellos pertenecientes a diferentes grupos
socioeconómicos.
Esta diferencia incidirá también en la presentación del contexto. Nissán obvia
aspectos pertenecientes al contexto sociopolítico de Oshi. Shyfter, en cambio,
ve facilitada su labor de presentar acontecimientos propios de cada época
(Segunda Guerra Mundial, reminisencias del periodo cardenista, creación del
Estado de Israel, florecimiento de las células comunistas entre los jóvenes,
etc.), al duplicar el punto de vista y permitir que cada joven se relacione con
algún aspecto histórico vivido por los miembros de sus familias.
e) Repite, en líneas generales, la constitución de la familia de Oshi, su origen y
algunos personajes secundarios. Pero el elemento que es, quizás, el más
importante en su repetición es el título. Después de haber aplicado tantas
transformaciones al texto original, Schyfter bien pudo haber optado por
cambiar también el nombre de su película. Sin embargo, éste permanece. La
decisión de sostener como punto de partida una antigua expresión ladina
indica el deseo de insertar la obra en un entorno multicultural. No apunta a
convocar únicamente a un lector judío o conocedor, sino a invitar a un público
heterogéneo a que se dé cita para presenciar una historia en donde convergen
tradiciones múltiples. La sala de cine, así, se convierte en otro hipertexto.
NOTAS:
1
En Sucesos distantes (México, 1997), es la gasa de un telón teatral la que aparece en primer
término. La cámara subjetiva va abriendo sus pliegues y aparta las cortinas hasta encontrar a los
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Rosa Nissán, Novia que te vea, 5ª reimp., Planeta, México, 1996. Cada vez que citemos de esta
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Al referirnos a la intertextualidad, adoptamos la definición formulada por el autor de Palimpsestos:
“relación de copresencia entre dos o más textos, es decir, eidéticamente y frecuentemente, como la
segundo grado, Taurus, Madrid, 1989, p. 10. La hipertextualidad, por su parte, es el vínculo entre
un texto B y un texto previo A, injertado “de una manera que no es la del comentario”. Ob. cit., p.
14.
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Roman Jakobson, “Los aspectos lingüísticos de la traducción”, Ensayos de lingüística general,
literatura al cine” en José María Fernández Cardoso (coord.). Figuración y narración, Universidad
Rosa Nissán”, Mujeres latinoamericanas del siglo XX. Historia y cultura, Tomo I, UAM/Casa de las
oscuridad de las calles a la luz de la fiesta; la ascensión a la casa de los Calderón, cuya luz interior
convierten “en una representación simbólica de todos los exilios del pueblo judío a lo largo de la
historia”. Cfr. Jan Menell, 1999, “Novia que te vea de Guita Schyfter: la adaptación fílmica como