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Instituto Tecnológico Nacional de México

Instituto tecnológico de cerro azul

Alumno: Aldahir González González

Numero de control: 20500030

Grupo:1

Carrera: Ingeniería civil

Programa de conservación de áreas verdes

Docente: Juan Rico Pérez


Unidad 1: Tesoros de la naturaleza
1.1. Conceptos y diferencias entre renovables
y no renovables
Los recursos renovables son aquellos
recursos naturales que se regeneran
en un intervalo de tiempo igual o
menor al de su consumo. Este tipo de
recursos se caracteriza por ser
fácilmente regenerable, ya sea por
procesos naturales o por acción
humana, existiendo en una cantidad
prácticamente indefinida.

Los recursos no renovables, en
cambio, son aquellos recursos
naturales cuya regeneración se da a un ritmo mucho más lento que su
consumo, por lo que su cantidad es limitada. Debido a ello, estos recursos
son agotables.

Ambos tipos de recursos son utilizados generalmente en la producción de


diferentes tipos de energía, presentando cada uno ventajas y desventajas
particulares.

Recursos renovables Recursos no renovables


Definición Son los recursos naturales Son los recursos naturales
que pueden renovarse al que no se pueden regenerar
ritmo de su consumo, al mismo ritmo que su
encontrándose en una consumo, agotándose con el
cantidad potencialmente tiempo.
ilimitada.
Características  Son de rápida  Se regeneran
regeneración. lentamente.
 Es posible que se  Su cantidad es
encuentren en gran limitada.
Recursos renovables Recursos no renovables
cantidad.  Todos estos recursos
 De fácil explotación y se encuentran en
procesamiento. nuestro planeta.

Ventajas  Son amigables con el  Generan mucha


medio ambiente. energía a costo
 Requieren mínima relativamente bajo.
intervención humana.  En caso necesario,
 Pueden llegar a ser son de fácil extracción
ilimitados. y manufactura.
 Se encuentran en
buena cantidad.

Desventajas  El costo de inversión  Causan un impacto


inicial es elevado. negativo al ambiente.
 Impredecibles.  En caso de agotarse,
 Generación de energía es imposible
es limitada con la regenerarlos.
tecnología actual.  Están disponibles en
algunas regiones y no
en otras.
 Su interdependencia
puede crear conflictos
geoeconómicos.

Ejemplos  El sol, viento, mareas,  Carbón.


energía geotérmica.  Gas natural (metano).
 Agua.  Petróleo y derivados.
 Biomasa y  Carbón mineral.
biocombustibles
(etanol).  Diferentes minerales y
metales.
 Producción
agropecuaria.  Algunos depósitos
Recursos renovables Recursos no renovables
 Algunos bosques subterráneos de agua.
madereros.

¿Qué es un recurso?

Un recurso es un elemento que se utiliza para producir, directa o


indirectamente, por lo que posee un valor de producción económico y
puede ser potencial, estar en uso o encontrarse en reservas.

Los recursos naturales son un tipo de recursos que se encuentran en


la naturaleza y que son utilizados en su estado natural o luego de ser
procesados. Estos pueden ser renovables o no renovables, lo que significa
que es posible regenerarlos o, en cambio, agotarse debido a su consumo.

Son utilizados para consumo humano, en la producción de energía, en


bienes y/o en servicios.

¿Qué son los recursos renovables?

Los recursos renovables son un tipo de recurso natural que puede ser


renovado en un intervalo de tiempo igual o menor al ritmo en el que se
consume. Este tipo de recursos no genera impactos negativos en el
ambiente, durante su uso o explotación.

Algunos de estos recursos son básicamente ilimitados, ya que se renuevan


o producen naturalmente sin intervención humana. Por ejemplo, la
radiación solar y el viento.

Otros, en cambio, son renovados en cuanto están siendo utilizados, por lo


que se mantienen en constante disponibilidad, como en el caso de los
bosques madereros y diferentes recursos agropecuarios.

Aquellos recursos que requieren que exista un proceso de producción para


obtenerlos, suponen que su consumo no sea excedido, ya que puede
afectar las reservas del mismo.
Características de los recursos renovables

 Se regeneran casi o más rápido de lo que se consumen.


 Pueden requerir o no intervención humana para su generación.
 Pueden encontrarse en cantidad ilimitada.
 Su uso y/o producción es generalmente amigable con el ambiente.
 En la mayoría de los casos, la obtención de energía a partir de estos
recursos requiere de una elevada inversión económica inicial.
 El comportamiento de algunos de estos recursos puede ser
impredecible.

Recursos energéticos renovables

La energía renovable es un tipo de energía que proviene de la naturaleza y


su uso, generalmente, no conlleva efectos negativos para el ambiente, en
comparación con varios tipos de energía no renovable.

Principales recursos energéticos renovables

La energía solar es uno de los recursos energéticos renovables de mayor


abundancia. La cantidad de energía que se puede obtener del sol para
consumo humano es ilimitada, considerando las necesidades energéticas
actuales.

La energía proveniente del viento, denominada energía eólica, se obtiene


gracias a grandes estructuras llamadas aerogeneradores, instalados en
parques eólicos en donde existen corrientes constantes de vientos fuertes.
Estas corrientes mueven turbinas que generan energía eléctrica.

La energía hidráulica es aquella que se obtiene del movimiento del agua,


generalmente de ríos. Al igual que sucede con la energía eólica, esta se
obtiene por medio de turbinas.

La energía geotérmica es una forma de energía renovable que utiliza el


calor que emana desde dentro de la Tierra, proveniente de su radiación
interna.
Otro ejemplo de energía renovable son los biocombustibles, los cuales se
caracterizan por ser producidos mediante el uso de cultivos agrícolas. Por
ejemplo, del cultivo de maíz y caña de azúcar se produce etanol.

Ventajas de los recursos energéticos renovables

Algunas ventajas de este tipo de recursos es que se encuentran en


cantidades prácticamente ilimitadas, los costos operativos son mucho
menores que los necesarios en la generación de energía no renovable,
además de que permiten que la energía pueda ser producida localmente
con los recursos disponibles.

Desventajas de los recursos energéticos renovables

Por otro lado, entre las desventajas se encuentran que el costo de la


producción de este tipo de energía es alto a corto plazo. Además, ya que
la influencia humana es mínima o nula en la producción de muchos de los
recursos en sí (como en el caso del viento), estos pueden ser
impredecibles.

Si bien es cierto que pueden ofrecer la capacidad de creación de energía a


nivel local, también limitan el tipo de energía que se puede utilizar (una
región pobre en ríos no es capaz de generar tanta energía hidroeléctrica,
por ejemplo).

Ejemplos de recursos renovables

 Sol (radiación solar).


 El agua.
 Viento y las mareas.
 Biomasa (es la materia orgánica que produce energía, sea
procesada o en estado natural) y Biocombustibles.
 Población animal para consumo humano que se mantiene en
reproducción.
 Artículos manufacturados como el papel reciclado.
 Bosques de árboles que tienen un ciclo acelerado de crecimiento
1.2 Uso racional de los recursos
Un recurso natural es un bien o servicio
proporcionado por la naturaleza sin
alteraciones por parte del ser humano.
Desde el punto de vista de la economía,
los recursos naturales son valiosos para
las sociedades humanas por contribuir a
su bienestar y a su desarrollo de manera
directa (materias primas, minerales,
alimentos) o indirecta (servicios
ecológicos).
En economía se consideran recursos todos aquellos medios que
contribuyen a la producción y distribución de los bienes y servicios usados
por los seres humanos. Los economistas entienden que varios tipos de
recursos son escasos frente a la amplitud y diversidad de los deseos
humanos, que es como explican las necesidades. Posteriormente, se
define a la economía como la ciencia que estudia las leyes que rigen la
distribución de esos recursos entre los distintos fines posibles. Bajo esta
óptica, los recursos naturales se refieren a los factores de producción
proporcionados por la naturaleza sin modificación previa realizada por el
hombre; y se diferencian de los recursos culturales y humanos en que no
son generados por el hombre (como los bienes transformados, el trabajo o
la tecnología.
Sin embargo, aunque los términos “recursos humanos” son habituales en
las Constituciones Provinciales argentinas, afirma Valls que nuestro
sistema jurídico no define lo que son y que una tipificación como la del
Anexo de la ley n° 11723 de la Provincia de Buenos Aires que los identifica
como “la totalidad de las materias primas y de los medios de producción
aprovechables en la actividad económica del hombre y procedentes de la
naturaleza” resulta muy estrecha, ya que los recursos naturales son más
que materia prima o medio de producción y el ser humano los requiere
para aprovecharlos no solo en su actividad económica.
Uso racional
El art. 41 de la Constitución Nacional consagra el estándar de “utilización o
uso racional de los recursos naturales”, pero ¿qué es el uso racional?,
podemos afirmar que es un uso responsable, sano y no dañino de los
recursos. Solo hasta 340 Ecefi 2014 hace pocos años, en todo el mundo,
se empezó a ver con claridad la importancia de usar racionalmente los
recursos naturales.
Usar racionalmente los recursos naturales implica realizar acciones para
proteger el ambiente y la biodiversidad del planeta. Hay que aprovechar
eficientemente los recursos naturales y proponer medidas para evitar
daños al medioambiente. De este modo, se pone la mira tanto en la
producción como también el consumo. Pues de nada vale racionalizar la
producción si no se racionaliza el consumo.

¿Cuándo podemos hablar de un consumo racional?


Un consumo es racional cuando tiende a hacer coincidir el
aprovechamiento efectivo de un bien consumible con su vida útil. Dicho de
otro modo, cuando los motivos por los que se deja de consumir obedecen
a la naturaleza del bien consumible (extinción o agotamiento) o a políticas
de preservación ambientales que aconsejan su no uso y no a factores
ajenos a estas circunstancias, tales como la moda.
¿Son racionales los criterios de consumo actuales?
Claramente no. La dinámica del capitalismo lleva inexorablemente a
disociar la “vida útil potencial” de un bien con su vida “útil real” (o
aprovechamiento efectivo). ¿Dejamos de usar nuestro teléfono celular,
nuestro televisor, nuestra heladera, nuestra camisa, cuando ya no funciona
(o sirve) o los cambiamos antes? Y si dejamos de usar antes nuestros
objetos. ¿Procuramos que puedan usarlos otros, de modo de alargar su
“aprovechamiento efectivo” para acercarlo a su vida potencial útil o los
sacamos de circulación, tirándolos o destruyéndolos? ¿Tomamos
conciencia en estos casos acerca de las posibilidades que restamos a los
que menos tienen de acceder a bienes todavía utilizables?
conclusión
La sustentabilidad presupone un inventario lúcido sobre lo que es valioso
para las generaciones futuras. Este inventario no debe circunscribirse a
activos o pasivos solamente materiales, tales como los recursos naturales
aprovechables por la economía; debe incluir elementos naturales y
culturales idiosincráticos que permiten identificarnos como comunidad
nacional. El desarrollo sustentable de un país no debe ser equiparado al
progreso económico o al crecimiento sostenido. Una economía pude
crecer, pero si lo hace reproduciendo o aumentando la desigualdad de la
población en término de acceso a los bienes sociales primarios (vivienda,
salud, educación, recreación, etc.) no puede hablarse de desarrollo.
Tampoco si el crecimiento económico se genera en un clima de
intolerancia política. En este contexto, la cláusula del art. 41 vincula y
condiciona el desarrollo sustentable al desarrollo humano y se relaciona
con el art. 75 inc. 19 de la C. N., que asigna al Estado la obligación de
“proveer lo conducente al desarrollo humano”, propicia el crecimiento
“armónico” de la Nación y el progreso económico “con justicia social”.
1.3 La piel de la tierra
EL SUELO: LA PIEL DE LA TIERRA
 
Al igual que la piel humana, la piel de la Tierra es una extensa superficie
de vida que realiza multitud de tareas esenciales para conservar su
bienestar. Su papel más importante es actuar como barrera protectora de
otros medios más sensibles, como los hidrológicos y los biológicos.
 
 
El conjunto de propiedades físicas, químicas y
biológicas del suelo lo hacen un sistema clave,
especialmente en la realización de funciones de
filtración, descomposición, neutralización,
regularización, almacenamiento y protección.

LA PROTECCIÓN DEL SUELO ES CLAVE


PARA NUESTRA SUPERVIVENCIA
 
Además, el suelo de los bosques ayuda a regular importantes procesos
ecosistémicos, como la absorción de nutrientes, la descomposición y la
disponibilidad de agua. Los árboles son extremadamente importantes en la
formación de los suelos. Sus raíces se entierran y fragmentan la roca
madre formando partículas de suelo más pequeñas, y sus hojas cuando
caen contribuyen a aumentar la riqueza en nutrientes del suelo. Las ramas
de los árboles amortiguan las lluvias fuertes, y sus raíces proveen una
estructura de apoyo; estos dos factores ayudan a evitar la erosión.
 
Similarmente a la Piel de las Personas, la Piel de la Tierra (el suelo) tiene
muchos enemigos. Factores externos que debemos conocer bien ya que
nos corresponde protegerla de ellos. Sus enemigos principales son: el
fuego, la salinización, la compactación, la humedad (tanto exceso como
pérdida), la erosión, la contaminación y el corte y quema.
 
A estos efectos, se añaden la deforestación, la agricultura intensiva, la
ganadería incontrolada y el uso inadecuado de fertilizantes y pesticidas
químicos. Todos estos factores influyen en su salud, pudiéndole causar
incluso la desertificación.
Para evitar esta desertificación, la vegetación en general y los bosques en
particular constituyen elementos esenciales para la vida y la salud de
nuestro Planeta, pero, sobre todo, para garantizar su bienestar y
consiguientemente el nuestro. Al mismo tiempo, resultan indispensables la
coordinación de medidas locales y políticas internacionales que
promuevan la sostenibilidad de los servicios de estos ecosistemas.
 
Por otra parte, del mismo modo que la piel de cada persona está adaptada
a las condiciones climatológicas de su entorno para protegerse de las
adversidades propias del lugar, la piel de Tierra se adapta a las
condiciones locales y, a través de su masa forestal se protege de distintas
acciones. Por ejemplo:
 Los bosques costeros evitan la erosión en las costas y son una
barrera contra la acción del oleaje y las penetraciones del mar.
 
 Los bosques de galería, que crecen a lo largo de los cauces de los
ríos, controlan las crecidas.
 
 Los bosques de las laderas montañosas limitan la erosión, los
derrumbes y los deslizamientos.
 
 Los bosques de montaña controlan la erosión y la crecida de los
ríos, pues reducen la velocidad del escurrimiento de las aguas de
lluvia hacia los valles y llanuras.
1.4 Nuestra huella en el suelo

¿Qué es?
La huella ecológica también se
llama mochila ecológica. Es el
efecto que tienen nuestros hábitos y
costumbres en el medio
ambiente; así podemos definir si
una actividad es sostenible o
no. Mide el terreno que necesitamos
para producir y para asimilar los
desechos que esa actividad
genera. Es difícil conocer nuestra
huella; pero sí podemos saber cómo
reducirla. 
Todas las fases de producción generan huella. Podemos diferenciar
entre cuatro tipos de huellas: la de suelo, la hídrica, la de carbono y la
de materiales, que sirven para calcular la extensión de terreno, el
consumo de agua, las emisiones de gases de efecto invernadero la
cantidad de materiales que intervienen en todas las fases de
producción.
Nos comemos el planeta: Consumimos más recursos y producimos más
residuos que la biocapacidad del planeta de asimilarlos. La humanidad
está consumiendo una cantidad de recursos naturales equivalente a 1,6
planetas. De seguir así, en 2020 se necesitarían 1,75 planetas, y 2,5
planetas en 2050. 
La utilización del terreno:
La huella de suelo refleja la cantidad de terreno que hace falta para
producir una materia prima. Las huellas muestran la cantidad total de
recursos consumidos, sin entrar a juzgar cómo se usan estos. El
verdadero efecto de la huella de suelo depende de la índole del terreno,
de cómo se emplee y de si existen otros usos simultáneos. En el caso
del cultivo de soja, más del 90% de su producción ocurre en solo seis
países: Brasil, Estados Unidos, Argentina, China, India y Paraguay.
Algunos de estos países dedican más del 80% de sus suelos a
producirla, para lo que se han deforestado zonas rurales que antes se
dedicaban a la ganadería intensiva. Este 'boom' en el cultivo de la soja
se debe al aumento de la demanda. Cerca del 75% de la producción
mundial de soja se destina al pienso para animales criados a nivel
industrial.
El uso del agua
La huella hídrica indica el agua dulce que se utiliza para producir los
bienes y servicios que consumimos. También se llama 'agua virtual' y
se puede dividir en tres partes:
 La huella hídrica azul es el volumen de agua de superficie o
subterránea que se introduce en producto y se devuelve al medio
ambiente.
 La huella verde es el volumen de agua de precipitación que se
evapora en el proceso productivo o incorporada en un producto.
 La huella gris es el volumen de agua contaminada en los
procesos y que posteriormente es necesario diluir para eliminar la
toxicidad.

En nuestras actividades
cotidianas utilizamos más
cantidad de agua de la que
imaginamos. La principal
huella hídrica es la que deja
el sector de la alimentación.
Conocer nuestra huella hídrica
sirve para concienciarnos sobre
un uso eficiente.
La extracción de las materias primas
La huella de materiales nos indica el peso de los materiales extraídos
del medio, incluyendo la mena en minería para la extracción
de metales. Es decir, mide la cantidad de materias primas necesarias
para fabricar algún producto o realizar alguna acción. También
contempla la superficie consumida y la vegetación y arboleda afectada. 

Las emisiones de CO2


La huella de carbono es la cantidad
de emisiones de gases de efecto
invernadero que produce el ser
humano al fabricar un producto o
realizar sus actividades diarias. 
La huella de carbono de cada uno
depende del consumo y del tipo de
hábitos que realicemos día a día.
Cambiará en función del consumo
de energía en el hogar, en el transporte (cuánto consume el coche,
cuántos km realizamos, si se utiliza transporte público, si se va en bici,
etc.) y en los hábitos de consumo o residuos (si consumimos alimentos
ecológicos o de producción cercana, envasados, si reciclamos...).
La ganadería es uno de los emisores de gases de efecto invernadero
más importantes, ya que el gas metano que emite es 23 veces más
potente que el CO2. Prácticamente todo lo que usamos, comemos y
hacemos a lo largo del día produce CO2. La solución más urgente
es reducir el consumo en general, reutilizar, reciclar y pensar en las
alternativas a todo aquello que compramos y a nuestros hábitos de
consumo.
El impacto ambiental en nuestros ámbitos de consumo
De la huella ecológica se deriva la huella social. Es el impacto que
tiene una actividad económica sobre las personas que viven y trabajan
en un entorno social, económico y medioambiental. Es decir, las
empresas que son respetuosas con los productores locales y apuestan
por el comercio justo dejan un impacto social más positivo que otras
empresas cuyos trabajadores están en condiciones precarias o de
explotación laboral. En un enfoque macro, esta huella condiciona el
nivel de educación, salud y el desarrollo de las sociedades. Por ello,
esta huella nos da las claves para repensar los modelos de producción
actuales y avanzar hacia sistemas sostenibles.

Unidad 2: Nuestros niveles ambientales


2.1 Instituciones ambientales
Políticas públicas y gestión gubernamental de la administración 2000-
2006
Dependencias encargadas de la gestión ambiental
Como cabeza de sector, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos
Naturales es la encargada de fomentar la protección y conservación de los
ecosistemas y de los recursos naturales, así como favorecer su
aprovechamiento en términos del desarrollo sostenible. La dependencia
cuenta con tres subsecretarías: de Planeación y Política Ambiental, de
Gestión para la Protección Ambiental, y de Fomento y Normatividad
Ambiental. Además, cuenta con el apoyo de seis órganos
desconcentrados: delegaciones federales, coordinaciones regionales, la
Comisión Nacional del Agua (CNA), el Instituto Nacional de Ecología (INE),
la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), y la
Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP); y dos
órganos descentralizados: el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua
(IMTA) y la Comisión Nacional Forestal (Conafor).
La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales
(Semarnat) establece como su misión incorporar criterios e instrumentos
que aseguren la protección, la conservación y el aprovechamiento de los
recursos naturales, así como conformar una política ambiental integral e
incluyente. Para ello se propone promover el desarrollo sustentable,
evaluar la política ambiental, conservar los ecosistemas y la biodiversidad
del país, detener la pérdida del capital natural y la contaminación,
establecer mecanismos de vigilancia para el cumplimiento de la legislación
ambiental, y preservar las aguas nacionales.
La Comisión Nacional del Agua (CNA) tiene sus antecedentes en la
Comisión Nacional de Irrigación creada en 1926, en la Secretaría de
Recursos Hidráulicos (1946) y en la Secretaría de Agricultura y Recursos
Hidráulicos (1976), y tiene el encargo proteger y administrar el correcto uso
del agua, con la colaboración de la sociedad. A la dependencia le
corresponde la gestión del suministro del agua potable, del servicio de
alcantarillado y el tratamiento de aguas residuales. El recurso natural del
agua, además de vital para la población, es uno de los principales insumos
de la actividad económica en sectores como la agricultura, la producción
de energía o la industria.
El organismo público que tiene la responsabilidad de realizar la
investigación y generar información científica y técnica sobre problemas
ambientales es el Instituto Nacional de Ecología (INE). El Instituto se
encarga, además, de impulsar la protección ambiental y promover el uso
sustentable de los recursos naturales. El INE desarrolla proyectos de
cooperación científica para atender la problemática ambiental del país, así
como la conservación y restauración del medio ambiente.
La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) es el
organismo desconcentrado encargado de vigilar el cumplimiento de la
normatividad ambiental. Cuenta con cuatro subprocuradurías: de Recursos
Naturales, de Auditoría Ambiental, de Inspección Industrial, y la Jurídica,
quienes supervisan y evalúan el cumplimiento de las normas aplicables a
la prevención y control de la contaminación ambiental, a la restauración de
los recursos naturales, a la preservación y protección de la flora y fauna,
así como de sus ecosistemas, la zona federal marítimo-terrestre, y las
áreas naturales protegidas. Además, la Profepa establece políticas y
lineamientos administrativos para reducir el impacto ambiental, atiende
denuncias por incumplimiento de las disposiciones ambientales y brinda
asesoría en asuntos de protección y defensa del ambiente, la vida silvestre
y los recursos naturales. Asimismo, cuenta con delegaciones estatales en
las 32 entidades de la República.
La Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP) es la
dependencia encargada de la administración de los fragmentos terrestres
o acuáticos del territorio nacional, en donde el ambiente original de los
ecosistemas no ha sido alterado significativamente por la actividad del
hombre y que producen beneficios ecológicos. Estas áreas están sujetas a
regímenes especiales de protección, conservación, restauración y se crean
mediante un decreto presidencial. Las actividades que pueden llevarse a
cabo en ellas se establecen en la Ley General del Equilibrio Ecológico y
Protección al Ambiente y en los programas de ordenamiento ecológico
El Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA) se encarga de
desarrollar la tecnología y capacitar recursos humanos para asegurar el
aprovechamiento, manejo y conservación del agua, con la finalidad de
contribuir al desarrollo sostenible. Dentro de sus funciones brinda servicios
especializados de laboratorio, de asesoría técnica, de elaboración de
normas, de información, y de aseguramiento de calidad a los sectores
privado y social del país; además, en coordinación con la Secretaría de
Educación Pública, imparte estudios de posgrado en las áreas afines al
Instituto. Cuenta con 14 laboratorios especializados, un centro de
capacitación y un área de educación ambiental.
Por último, la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR) es la dependencia
descentralizada encargada de impulsar las actividades productivas, de
conservación y restauración en materia forestal, así como de participar en
la formulación de los planes y programas de la política de desarrollo
forestal sostenible. Además, fomenta la exportación de productos
forestales y asesora a organizaciones de productores.
Política de Medio Ambiente

La protección y el cuidado del ambiente se presentan como prioridades de


la administración del presidente Vicente Fox en la declaración de la Visión
de México en el Plan Nacional de Desarrollo 2001-2006, en la que
proyecta que para el 2025 el país será una nación estable, competitiva,
desarrollada y en equilibrio con el medio ambiente. Este documento
menciona que, en los procesos de evolución industrial, de urbanización y
de dotación de servicios, el interés económico se ha antepuesto al cuidado
de los recursos naturales, cuando el proceso de desarrollo debe de
preservar el medio ambiente, reconstruir los sistemas ecológicos, y
procurar la armonía entre las personas y el entorno; por ello, para esta
administración la sustentabilidad se estableció como uno de los cuatro
criterios centrales para el desarrollo de la nación.
Así, la política ambiental forma parte de la actual política social y
económica. En este sentido, el quinto eje rector de la política social,
desarrollo en armonía con la naturaleza, establece que el gobierno creará
conciencia entre bienestar y medio ambiente, y fomentará un mayor
conocimiento sobre el deterioro del medio ambiente que provocan algunas
prácticas sociales y productivas. Las estrategias de este eje buscan
orientar las políticas de crecimiento poblacional de acuerdo con modelos
sustentables de ocupación y aprovechamiento del suelo; crear una cultura
ecológica que considere al tema ambiental en la toma de
decisiones; fomentar procesos productivos y de consumo sustentables;
proteger y conservar los ecosistemas del país y su diversidad biológica; 
disminuir la contaminación del agua, aire y suelo; revertir la erosión del
suelo e incrementar la reforestación.
Por otro lado, el Plan Nacional de Desarrollo menciona que el crecimiento
económico se logrará con el uso racional y la protección de los recursos
naturales, así como con el respeto al medio ambiente. En esta materia, la
administración del presidente Vicente Fox busca equilibrar la expansión
económica y la reducción de la pobreza con la protección al medio
ambiente, lo cual implica respetar y aprovechar la biodiversidad,
incrementar el capital natural y consolidar una cultura ambiental. El Plan
establece que, para asegurar un desarrollo sustentable, la gestión federal
promoverá una cultura de respeto al medio ambiente, reglamentará el uso
y la explotación de acuíferos, instrumentará políticas de respeto al medio
ambiente en las empresas paraestatales, incorporará nuevas áreas
naturales para su protección y conservación, promoverá alternativas
económicas para pobladores de áreas protegidas, y disminuirá la
degradación de los ecosistemas.
De  esta forma, el quinto eje rector de la política económica radica en crear
las condiciones para un desarrollo sustentable, y sus estrategias consisten
en promover el uso eficiente de los recursos naturales, especialmente del
agua y la energía, descentralizar la gestión ambiental, favorecer la
investigación y la innovación para desarrollar e implementar tecnologías
limpias en los procesos productivos, mejorar el desempeño ambiental de la
administración federal, educar y capacitar a la población para la protección
del ambiente y el adecuado uso de los recursos naturales, y mitigar las
emisiones de gases de efecto invernadero.
Por su parte, el Programa Nacional de Medio Ambiente y Recursos
Naturales está basado en seis pilares: integralidad, compromiso de todos
los sectores económicos, nueva gestión ambiental, valoración de los
recursos naturales apego a la legalidad y combate a la impunidad
ambiental, y participación social y rendición de cuentas.
El eje de integralidad pretende establecer el manejo de cuencas
hidrológicas tomando en consideración las interrelaciones que existen
entre el agua, el aire, el suelo, los recursos forestales y los componentes
de la diversidad biológica; el compromiso con los sectores de la economía
tiene la intención de que las secretarías e instituciones del gobierno federal
que son responsables de los distintos sectores de la economía promuevan
el desarrollo sustentable en sus actividades y programas; el nuevo enfoque
de la gestión ambiental consiste en cambiar la política de protección y
conservación ambiental por el de detener, revertir y restaurar la
degradación de los ecosistemas; la valoración de los recursos naturales
busca que los usuarios de los recursos naturales y los servicios
ambientales reconozcan su valor económico y social; el apego a la
legalidad y combate a la impunidad ambiental menciona que la ley se
aplicará sin excepciones para lograr un combatir al crimen ambiental y la
impunidad; y por último, el principio de participación social y rendición de
cuentas aspira a que la ciudadanía pueda conocer el estado del medio
ambiente en el que vive y evaluar la gestión federal del sector ambiental.
Programas y proyectos sectoriales
Para lograr los objetivos, la Semarnat ha establecido 17 programas que
responden a los seis pilares de la política ambiental de la gestión 2001-
2006: cuatro programas estratégicos, dos cruzadas nacionales, cuatro
programas regionales y multisectoriales, tres programas especiales y
cuatro programas de carácter sectorial e institucional. En la tabla 1 se
describe el objetivo de cada uno de ellos y el área responsable de su
ejecución.

Tabla 1. Programas sectoriales e institucionales de la Semarnat.

Programa Descripción Institución


responsable
Programas estratégicos
Programa para Busca disminuir la Semarnat
detener y revertir la contaminación del
Programa Descripción Institución
responsable
contaminación de los agua, aire y suelo Subsecretaría de
sistemas que para lograr un Gestión y
sostienen la vida desarrollo sustentable, Protección
(aire, agua y suelos). con la participación Ambiental
corresponsable de la
sociedad.
Programa para Pretende conservar y Semarnat
detener y revertir la aumentar el capital
pérdida de capital natural con el que
natural. cuenta el país,
principalmente los
recursos forestales, el
suelo, el agua, los
recursos marinos y
costeros y la
biodiversidad.
Programa para Propone conservar la Semarnat
conservar los diversidad genética,
ecosistemas y la las especies y
biodiversidad. comunidades, y los
ecosistemas y sus
procesos ecológicos
de manera tal que las
generaciones futuras
puedan seguir
contando con los
bienes y servicios que
proporcionan.
Programa para Intenta que las Semarnat
promover el dependencias del Subsecretaría de
desarrollo sustentable gobierno federal Planeación y
en el gobierno fomenten la Política Ambiental
federal. incorporación de la
variable ambiental en
la toma de decisiones
Programa Descripción Institución
responsable
políticas, económicas
y sociales en todos los
órdenes de gobierno,
sectores económicos
y sociedad.
Cruzadas Nacionales
Cruzada por los Tiene como objetivo Semarnat
Bosques y el Agua. lograr una alianza Oficina del
entre sociedad y secretario
gobierno, a fin de
enfrentar el deterioro
de los recursos
forestales e hídricos.
Por su importancia, el
presidente de la
República, Vicente
Fox, declaró el
binomio agua-
bosques, como asunto
de seguridad nacional.
Cruzada por un La cruzada lleva a Semarnat
México Limpio. cabo una serie de Subsecretaría de
acciones para que los Fomento y
diferentes sectores Normatividad
productivos, niveles Ambiental
de gobierno y otros
grupos sociales,
participen de manera
corresponsable para
lograr una gestión
integral de residuos.
Programas regionales y multisectoriales
Programa Frontera Procura mejorar la Semarnat
Norte. gestión ambiental
Programa Descripción Institución
responsable
integral regional, a Unidad
nivel nacional y Coordinadora de
binacional, así como Asuntos
la promoción del Internacionales
desarrollo sustentable
en la Frontera Norte
para mejorar la
calidad de vida de los
habitantes de la
región.
Programa Estratégico Promueve la Semarnat
para el Sur-Sureste. planeación y el Subsecretaría de
monitoreo territorial de Planeación y
la región Sur-Sureste Política Ambiental
para contribuir al
desarrollo sustentable
de la región y
establece un
programa de
seguimiento de los
programas de
ordenamiento
ecológico.
Programa del Mar de Pretende el desarrollo Semarnat
Cortés. sustentable del Golfo Subsecretaría de
de California a través Planeación y
de un esquema de Política Ambiental
planeación regional e
integral promoviendo
el balance entre el
desarrollo de las
actividades
económicas y la
protección de la
naturaleza en la
Programa Descripción Institución
responsable
región.
Corredor Biológico Impulsa el uso Comisión Nacional
Mesoamericano. sustentable de la para el
agrobiodiversidad Conocimiento y Uso
mediante un aumento de la Biodiversidad
en la viabilidad
económica de la
economía rural maya
diversificada y
ecológicamente
sustentable.
Programas especiales
Programa para los Busca mejorar la Semarnat
Pueblos Indígenas. calidad de vida de los Unidad
pueblos indígenas, a Coordinadora de
través de acciones Participación Social
que incidan en el y Transparencia
manejo y
aprovechamiento
sustentable de los
recursos naturales y la
biodiversidad
existentes en sus
territorios, rescatando
sus conocimientos y
respetando su
propiedad intelectual.
Programa de Equidad Incorpora la Semarnat
de Género, Medio perspectiva de género Unidad
Ambiente y en la política Coordinadora de
Sustentabilidad. ambiental, mediante Participación Social
mecanismos de y Transparencia
participación que
promueven la equidad
Programa Descripción Institución
responsable
entre las mujeres y los
hombres, en relación
al acceso, uso,
manejo, conservación
y aprovechamiento
sustentable de los
recursos naturales.
Programa Ambiental Adhiere a los jóvenes Centro de
para la Juventud. en los procesos de Educación y
gestión ambiental, Capacitación para
como promotores de el Desarrollo
la toma de conciencia Sustentable
ambiental y
protagonistas en la
realización de
acciones para
preservar y mejorar el
medio ambiente y su
calidad de vida.
Programas de carácter sectorial e institucional
Programa Nacional Busca administrar y Comisión Nacional
Hidráulico 2001-2006. preservar las aguas del Agua
nacionales para lograr
el uso sustentable del
recurso.
Programa Nacional Impulsa las Comisión Nacional
Forestal 2001-2006. actividades Forestal
productivas, de
conservación y
restauración en
materia forestal, así
como de participar en
la formulación de los
planes y programas
Programa Descripción Institución
responsable
de la política de
desarrollo forestal
sostenible
Programa de Intenta parar la Procuraduría
Procuración de destrucción de los Federal de
Justicia Ambiental recursos naturales, Protección al
2001-2006. disminuir el deterioro Ambiente
ambiental e impartir
justicia ambiental para
erradicar corrupción y
vacíos de autoridad.
Programa de Trabajo Procura la Comisión Nacional
de la Comisión conservación del de Áreas
Nacional de Áreas patrimonio natural a Protegidas
Naturales Protegidas través de las Áreas
2001-2006. Naturales Protegidas y
los programas de
desarrollo sustentable
en regiones
prioritarias para la
conservación.
2.2 Nuestra participación
2.2.1 En nuestro entorno
La participación ciudadana se
erige como una consecuencia
del principio democrático, y se
apoya en el derecho a la
información relativa a los
proyectos ambientales que son
susceptibles de causar una
lesión a los recursos naturales
y al medio ambiente, y en la
garantía de una efectiva
participación en la toma de
decisiones. Por tanto, no es
suficiente con brindar información sobre un proyecto determinado para
satisfacer este postulado, sino que es necesario, además, darle un papel
eminentemente trascendente a la sociedad civil y especialmente a la
población afectada en la toma de decisiones. Para ello, se debe tener en
consideración que esta participación debe ser efectiva, en el sentido que
los criterios manifestados deberán ser considerados al momento de
adoptar una decisión, por parte de la Administración Pública.
Si bien el ordenamiento jurídico del medio ambiente es el ámbito en que
probablemente se constata el mayor desarrollo normativo de las técnicas,
cauces o instrumentos de participación ciudadana en las actividades de la
administración (6), la problemática ambiental en nuestro país precisa de
una nueva conceptualización a la luz de la democracia participativa, que le
permita vincular los instrumentos del derecho ambiental con las figuras de
la participación ciudadana para aspirar a la sustentabilidad y protección de
los derechos de las generaciones presentes y futuras, en virtud de un
mayor compromiso y toma de conciencia por parte de la sociedad civil.

La materia ambiental es una de las grandes conquistas de los últimos


tiempos. Somos testigos de los cambios producidos y las búsquedas
realizadas desde distintos sectores: científico, jurídico, económico y social.
Frente a esta problemática, el derecho ha tratado de protegerla a través de
la legislación. Sin legislación es imposible el cumplimiento y el
ordenamiento ambiental, pero también es necesario que los mismos
encuentren en la justicia aplicación y sanción. De ahí que la tarea
jurisdiccional cobre altísima importancia. En este contexto, no podemos
dejar de advertir que somos testigos de un viraje en el que se gesta una
nueva época donde vislumbramos la utilización de nuevos principios junto
con los de antaño. Principios y valores que se suman y refuerzan el bloque
de derechos humanos, en el caso, de tercera y cuarta generación.

Los procesos de democratización política, así como las crecientes


demandas de la ciudadanía, obligaron a construir un nuevo escenario para
el diseño y la aplicación de las políticas públicas. El objetivo buscado con
estos cambios fue el de profundizar la democracia mediante la apertura de
nuevos canales de participación política. Las propuestas de estos nuevos
diseños tienden a lograr modos más eficaces en la definición de los
ambientes deseables y posibles. Desde el derecho y la legislación
ambiental, para que la conservación y protección del ambiente se concrete
en derechos y obligaciones para todos, para que los distintos sectores
asuman a través de sus entidades las tareas y responsabilidades que les
corresponden en la protección del medio ambiente. En este sentido, y
como ya se ha señalado, lograr una participación activa y responsable por
parte de la ciudadanía en aras de la protección del medio ambiente, es uno
de los ejes principales, pues tiene como función complementar la legalidad
porque es ésta la principal fuente de legitimación de la Administración
Pública.

El principio democrático y la participación ciudadana exigen la apertura al


diálogo multisectorial entre distintos operadores jurídicos de un sistema
normativo, resultando, por un lado, la legitimación del régimen y, por otro,
a eficacia del mismo. El diálogo interinstitucional, generado muchas veces
por el mecanismo de control recíproco, al que se suma la canalización de
la opinión pública y otros grupos de presión, no sólo permiten una
limitación al ejercicio del poder, sino que también posibilitan el acercarse a
respuestas más eficientes por parte del ordenamiento jurídico, ya que los
distintos componentes de una sociedad se ven representados en la toma
de decisiones.

En este sentido, cabe señalar, que el derecho a la participación ciudadana


ha sido reconocido con la incorporación de diversos tratados
internacionales con jerarquía constitucional en el artículo 75 CN, inc. 22, y
garantizado en nuestra Constitución Nacional en los artículos
1, 33, 41 y 42. Las constituciones más modernas de los países
democráticos contienen herramientas institucionales y jurídicas cuyo
objetivo es la inclusión de la ciudadanía en el proceso de toma de
decisiones y el control de las políticas, más allá del voto. Esto es el
corolario del tránsito de la democracia representativa a la democracia
representativa y participativa.

El acceso a la información pública en materia ambiental constituye un


presupuesto necesario para la efectiva participación ciudadana, la que
adquiere de este modo un rol protagónico en el ejercicio del control social.
La demanda por una mayor transparencia y rendición de cuentas en la
gestión pública, así como la necesidad de involucrarse en la toma de
decisiones de políticas públicas, permite ejercer de modo informado el
derecho humano a un ambiente sano. El concepto de este derecho
emerge como un factor esencial en la discusión de los problemas públicos
y se acerca a la idea de "buen gobierno" como proceso articulador de las
decisiones públicas en un sistema democrático representativo y
participativo. Entendiendo por "buen gobierno", la construcción de políticas
públicas mediante mecanismos de consenso de los que participan el
sector público, los actores privados, las organizaciones de la sociedad civil
y, en definitiva, la ciudadanía toda.

El gran reto de nuestros días consiste en lograr un mayor compromiso por


parte de la sociedad civil, a través de una participación activa, oportuna y
efectiva en las grandes cuestiones ambientales que tiene nuestro país a
resolver, mediante el flujo de ideas, de debates públicos, de información
veraz, y no que la misma constituya una mera formalidad que muchas
veces termina frustrando las expectativas de los participantes y
deslegitimando el sistema, Pero para la consecución de este objetivo es
imprescindible que la educación, principalmente y en todos sus niveles,
estimule la acción transformadora.

Además de profundizar el conocimiento sobre las cuestiones ambientales y


las mejores tecnologías, debe impulse el cambio de conducta y la
construcción de nuevos valores éticos, menos antropocéntricos. La
educación ambiental es, sobre todo, una pedagogía de acción. No alcanza
con ser más consciente de los problemas ambientales, sino volverse
también más activo, responsable, crítico y participativo. En otras palabras,
el comportamiento de los ciudadanos con relación al medio ambiente es
indisociable del ejercicio de la ciudadanía. Y tanto la participación
ciudadana como la educación ambiental son dos grandes desafíos del
siglo XXI.

Algunos autores encuentran dificultades para definir el derecho a un


ambiente sano y equilibrado como un derecho humano, por ser ése un
derecho de características eminentemente sociales. Esto es porque la
noción de derechos humanos históricamente se ha desarrollado desde un
punto de vista antropocéntrico, considerando los derechos humanos como
derechos subjetivos personales, sin tener en cuenta el aspecto social o
colectivo que indefectiblemente debe ser tenido en cuenta cuando
hablamos de la tutela al ambiente. Lorenzetti nos dice que debe ser
aclarada la diferencia entre el derecho a un ambiente adecuado que tienen
las personas (visión antropocéntrica) y la tutela del ambiente, que se
concentra en el bien colectivo (noción geocéntrica). Esta visión parte, en
cambio, de la tutela al ambiente como bien colectivo y ha surgido en una
etapa más reciente de elaboración doctrinaria de los derechos humanos.
La visión social de este derecho surge dentro de los llamados derechos
humanos de tercera generación.

El segundo párrafo del mandato constitucional impone a los poderes


públicos el deber de asegurar la satisfacción del derecho descripto en el
primer párrafo, a través de políticas e instrumentos de gestión y protección.
En este párrafo, también se incluye la protección al patrimonio natural y
cultural, a la diversidad biológica, y a la información y educación
ambientales. Por su parte, el tercer párrafo establece la competencia de la
Nación para el dictado de las normas que contengan los presupuestos
mínimos de protección ambiental, y el de las provincias, para el dictado de
las normas necesarias para complementarlas sin alterar las jurisdicciones
locales. Finalmente, el último párrafo del artículo 41 CN establece la
prohibición de ingresar al territorio nacional residuos actual o
potencialmente peligrosos y radiactivos. En este aspecto, el carácter
complejo y multifacético que tienen las cuestiones relativas al medio
ambiente determina precisamente que afecte a los más variados sectores
del ordenamiento jurídico y provoque una correlativa complejidad en el
reparto de las competencias entre el Estado Nacional y las provincias. Por
esto mismo, la materia ambiental da lugar a unas competencias, tanto
nacionales como provinciales, con un carácter transversal por incidir en
otras materias incluidas también en el esquema constitucional de
competencias.

Respecto al tema de la participación ciudadana, la reforma constitucional


de 1994 fue clave, pues con ella se incorporaron en forma expresa en la
Constitución mecanismos de democracia participativa. Estos mecanismos
se encuentran previstos en los artículos 39 -iniciativa popular- y 40 -
consulta popular-, y cuya adopción, difusión o perfeccionamiento pueden
incidir favorablemente en la problemática ambiental. Asimismo, con la
reforma se produjo la recepción de los tratados internacionales de
derechos humanos que prevén el derecho de la participación ciudadana en
la dirección de los asuntos públicos. Ahora bien, en materia ambiental y a
partir de la sanción de la Ley 25.675 -Ley General del Ambiente-, la
participación ciudadana no resulta una opción para las autoridades sino
una obligación expresamente contemplada en la ley.
En efecto, entre los objetivos allí plasmados que debe cumplir la política
ambiental nacional, se encuentra la de fomentar la participación social en
los procesos de toma de decisión, reconociendo el derecho que tiene toda
persona a opinar en los procedimientos administrativos que se vinculen
con la preservación y protección del ambiente, y establece el deber de las
autoridades de institucionalizar procedimientos de consultas o audiencias
públicas como instancias obligatorias para la autorización de actividades
que puedan ocasionar efectos significativos y negativos sobre el ambiente.

Por su parte, el Decreto 1172/03 tuvo como objetivo fundamental regular el


acceso a la información pública en el ámbito del Poder Ejecutivo Nacional,
y de cuatro mecanismos que aseguren la participación de la sociedad en
los procesos decisorios de la Administración:

a) las audiencias públicas.

b) la publicidad de gestión de intereses o "lobby".

c) la elaboración participativa de normas.

d) las reuniones abiertas de los entes reguladores de servicios públicos.


Desde esta óptica, es importante dejar sentado que la participación
ciudadana se da a través de mecanismos de participación activa y de
carácter consultivo. Esto implica una administración subalterna, porque la
fuente de legitimación es la ley, lo cual significa que no se puede legitimar
una decisión ciudadana, aunque se adoptase unánimemente como
prevalente a la ley, porque se podría privilegiar a determinados grupos en
perjuicios de otros, siendo contrario a lo buscado precisamente en la
participación ciudadana.

En lo que a la temática ambiental respecta y dentro de los principales


objetivos del constituyente en torno a la protección del ambiente
enumerados en el artículo 41 CN, se prevé promover, fomentar, asegurar y
organizar la educación, información y participación en materia ambiental.
Así, el derecho de acceso a la información ambiental constituye un
derecho sustantivo de titularidad colectiva, que está estrechamente ligado
a la participación como instrumento destinado a aumentar la eficiencia de
la política ambiental. En tal sentido, se consideró necesaria la existencia
de un mecanismo legal para efectivizarlo, lo que dio lugar a la sanción de
la Ley 25.831 de Acceso a la Información Pública Ambiental. De esta
manera se estableció la obligación por parte de las autoridades de otorgar
la información necesaria, a fin de que los ciudadanos puedan ejercer
efectivamente la función de control del cumplimiento de los presupuestos
ambientales mínimos de protección ambiental a los que la propia norma
fundamental hace referencia.

Dicha ley define la información ambiental de dos maneras. Por un lado, de


manera genérica, como toda información relacionada con el ambiente, los
recursos naturales o culturales y el desarrollo sustentable y, por el otro, en
forma particular, hace referencia al estado del ambiente o sus
componentes, así como actividades y obras que los afecten o puedan
afectarlos significativamente. Con relación a la Ley 25.675 (LGA), la
información ambiental es considerada también como objetivo de la política
ambiental, como instrumento de gestión de los recursos naturales y como
una de las obligaciones de la autoridad de aplicación. Finalmente, en
septiembre de 2016, el Congreso Nacional sancionó la Ley 27.275 de
Acceso a la Información Pública, estableciendo que la misma entraría en
vigencia a partir del 29 de septiembre de 2017, rigiendo hasta ese
entonces en el tema las disposiciones del Decreto 1172/03. Dicha ley
incluye como sujetos obligados a brindar información pública a los tres
poderes del Estado, al Ministerio Público Fiscal de la Nación, al Ministerio
Público de la Defensa y al Consejo de la Magistratura, entre otros, lo cual
denota un ámbito de aplicación amplísimo.

Frente a la rigidez de los partidos políticos en sus estructuras organizativas


y su no respuesta como tradicionales estructuras de participación política,
la ciudadanía ha reclamado mayor flexibilidad social, política y jurídica, y
mayor protagonismo en la vida política. Las nuevas formas de
organización y participación ciudadana parecen más adecuadas para
responder a la fragmentación de la sociedad y de su heterogeneidad de
intereses. Sin embargo, al analizar la participación de la ciudadanía en el
sistema de gestión ambiental vemos como se desmitifica el papel de los
procesos de participación en cuanto a la resolución de los conflictos
ambientales. Si no se superan las limitaciones normativas del enfoque
consultivo y se promueven procesos participativos más completos, la
participación carece de contenido, ya que el mero proceso de información
y consulta no conlleva a una gestión más acorde a los intereses de los
ciudadanos y más respetuosa con el medioambiente.
A pesar de ello, nos encontramos con una realidad social en la que existen
numerosos mecanismos de participación, aunque no se encuentra una
correlación con la participación real. Está claro que la mera consagración
normativa de las diversas formas de participación ciudadana no modificará
ipso facto los actuales problemas que causan un grave deterioro del medio
ambiente en nuestro país, los cuales fueron señalados al comienzo de este
trabajo, pues no hay derecho que sobreviva a la indiferencia de sus
beneficiarios.

Por esta razón, se requiere de una ciudadanía activa, a la altura de las


circunstancias y dispuesta a asumir la responsabilidad y el compromiso
que implica el involucrarse directamente en el seguimiento del diseño,
gestión y control del propio destino colectivo. Por su parte, las autoridades
de los distintos niveles de la Administración deberán incorporar el cambio
cultural que implica el someterse permanentemente al escrutinio de la
opinión pública, sin adoptar conductas que entorpezcan o dificulten el
proceso. Es menester transformar la resignación en acción positiva porque
no son leyes o instrumentos protectores de los bienes públicos lo que falta,
sino acciones concretas que los tornen efectivos y una nueva conciencia
ciudadana que deje de mirar a un lado y se apropie de sus derechos.

Ahora bien, la importancia del este trabajo radica en el hecho de que la


temática ambiental implica un cambio en la lógica jurídica clásica y una
mutación axiológica desde el punto de vista del derecho en general. El
cambio está expresado a través de los llamados principios del derecho
ambiental. Los principios generales de derecho, los principios como ideas
rectoras, son la base misma de la disciplina y del régimen jurídico. Es el
principio la idea rectora, la idea directriz, la línea de orientación, la razón
de justificación, la pauta de valoración que da coherencia y unidad al
sistema. El derecho ambiental está constituido por principios y el que lo
diferencia del resto de las disciplinas clásicas es el denominado principio
precautorio.

El principio precautorio es un cambio de la lógica jurídica clásica pues


parte de la base de la "no certeza", duda o incertidumbre. Cuando se habla
de daño se parte del concepto de "certeza", el daño ambiental en cambio,
es muchas veces incierto, impersonal, indiferenciado y en ocasiones se
presenta como un daño futuro e incierto. Ello ha llevado al operador
jurídico a innovar, a aplicar lo mismo, pero de manera diferente, y en esa
búsqueda de adaptación para dar respuesta a un problema nuevo, a
nuevos derechos, derechos de incidencia colectiva como son los derechos
ambientales, surge de entre los principios del derecho ambiental el
principio precautorio. Y esto no es ni más ni menos que el ejercicio activo
de la duda como lo denomina la Ley de Biodiversidad de Costa Rica de
1998.

Este principio opera sobre el riesgo del desarrollo, el riesgo de la demora,


produce una inversión en la carga de la prueba. Es un nuevo fundamento
de la responsabilidad por daño, es la frontera más ancha del derecho
ambiental y del derecho en general. En ese caso la duda opera a favor de
la prevención o de la precaución, en el sentido de que hay que adoptar
medidas tendientes a evitar o impedir la degradación del medio ambiente.

En la Declaración Ministerial de Bergen sobre Desarrollo Sostenible de


1990 de la Comunidad Económica Europea, se dice que con el objetivo de
lograr un desarrollo sustentable, las políticas deben basarse en el principio
de precaución. Las medidas ambientales deben anticipar, prevenir y atacar
las causas del deterioro ambiental cuando existan amenazas de daño
grave e irreversible. La falta de certeza científica no debe utilizarse como
razón para posponer medidas destinadas a prevenir el deterioro del
medioambiente. La Declaración de Río de 1992 lo denomina criterio de
precaución. La diferencia de denominación entre criterio, enfoque y
principio no es caprichosa. Quienes hablan de criterio de precaución le
restan potencialidad al principio de precaución.

Es decir, quienes ven en la precaución un criterio, ven una aproximación,


un enfoque, una recomendación, una directiva dirigida fundamentalmente
al funcionario público, quien debe tener en cuenta medidas de
obstaculización más fuertes que las contenidas en el principio precautorio.
En cambio, no ven en él una norma jurídica.

En dicha Declaración aparece como criterio de precaución y dice que


cuando hubiera peligro o daño grave o irreversible, la falta de certeza
científica absoluta no deberá utilizarse como argumento para postergar la
adopción de medidas eficaces en función de costos para impedir la
degradación del medio ambiente. En este sentido, la Declaración de la
UNESCO dice que cuando la actividad humana pueda conducir a un daño
moralmente inaceptable que es científicamente plausible pero incierto,
diversas medidas pueden ser tomadas para evitar o disminuir la posibilidad
de este daño.

A su vez la Ley 25.675 -LGA- en nuestro país, es más amplia. Dice que
frente al peligro de daño grave e irreversible, la falta de certeza científica o
ausencia de información, no deberá utilizarse como razón para postergar
la adopción de medidas eficaces en función de los costos para impedir la
degradación del medio ambiente. El principio precautorio es el principio
básico, esencial del derecho ambiental. Dicho principio, al igual que el de
prevención opera sobre las causas y las fuentes de los problemas de
manera integral, holística, totalizadora. La diferencia es que el principio de
prevención se encarga del riesgo sabido, conocido, verificado,
comprobado, real, en tanto que el de precaución interviene sobre el riesgo
hipotético, sospechado, el posible. Lo que pasa es que la prevención no
escapa de la lógica jurídica clásica, la cual se basa en el concepto de
certeza. Es decir, que la prevención opera sobre el riesgo cierto, en tanto
que la precaución lo hace sobre el riesgo incierto. Esto implica un cambio
en la lógica jurídica clásica. El principio precautorio es tan importante hoy
que no solamente es un principio básico, por ejemplo, en la Unión
Europea, sino que también Francia lo incorporó en 2005 a través de la
llamada "Carta del Medio Ambiente" a su constitución política.

Dicho principio, al menos en Argentina, viene siendo aplicado de manera


activa por la jurisprudencia nacional y provincial, ha convulsionado la
doctrina judicial en nuestro país y es el principio de punta del derecho
ambiental. Esto no significa que esta jurisprudencia se agote en los
principios precautorios y de prevención. Hay otros igualmente importantes
como por ejemplo el principio de sustentabilidad. El derecho ambiental
produce una metamorfosis, "un cambio copernicano" tan profundo en
todos los institutos clásicos del derecho que, por ejemplo, desde el punto
de vista de la empresa genera nuevos conflictos.

El derecho ambiental es un derecho de goce, de disfrute y afectación


solidaria. Por tanto, rompe con los moldes del derecho clásico, el cual está
pensado para proteger situaciones y derechos individuales. Por ello, los
operadores jurídicos deben predicar la necesidad de accionar, redefinir,
reformular, aplicar lo mismo, pero de manera diferente, teniendo en claro
que el derecho ambiental se nutre de reglas, técnicas, principios y
procedimientos propios. En la medida en que no se sepa transmitir con
toda energía esta nueva etapa de la cultura jurídica, estará en juego la
salud de la comunidad, la calidad de vida, la vida misma, la suerte de la
generación presente y de las generaciones futuras. Aparece aquí un
derecho humano de cuarta generación en cuanto a derecho
intergeneracional, un nuevo sujeto de derecho colectivo que son las
generaciones futuras, y esto que parece un enunciado meramente
académico, teórico, no lo es, es absolutamente práctico y aplicable por la
justicia. Y es aquí donde cobra nuevamente gran importancia la
participación ciudadana como gestora y motora de este nuevo proceso,
pero donde tanto el derecho al acceso a la información pública ambiental
como la educación ambiental, constituyen el factor primordial en el
resultado de dicho proceso.

CONCLUSIÓN.

Los procesos de democratización política, así como las crecientes


demandas de la ciudadanía, obligaron a construir un nuevo escenario para
el diseño y aplicación de las políticas públicas. El objetivo buscado con
estos cambios fue el de profundizar la democracia mediante la apertura de
nuevos canales de participación ciudadana. El desarrollo de herramientas
de participación y control ciudadano combinó la necesidad de profundizar
la democracia representativa con un mayor crecimiento de las capacidades
estatales. Desde este enfoque, la participación ciudadana constituye un
capital social invalorable, que puede contribuir junto con las autoridades, a
mejorar la calidad de vida de la población.

Sin embargo, vemos como muchas veces la participación de la sociedad


civil en el sistema de la gestión ambiental, se desdibuja el papel en los
procesos de participación en cuanto a la resolución de los conflictos
ambientales. Si no se superan las limitaciones normativas del enfoque
consultivo y se promueven procesos participativos más completos, la
participación carece de contenido, por cuanto el mero proceso de
información y consulta no conlleva a una gestión más acorde con los
intereses de los ciudadanos y más respetuosa con el medio ambiente.

2.2.2 Contra la contaminación


Nuestro abordaje de las luchas contra la
contaminación es político-institucional y
tiene como punto de partida nuestra
participación, junto a nuestros con
ciudadanos, en los procesos concretos
de movilización ciudadana -por fuera de
las instituciones de representación-
desde los cuales se reclama a las
institución es democráticas por el
reconocimiento y garantía de la vida, la salud y el ambiente como
derechos. En los últimos 10 años en Argentina y ante el avance de
proyectos mega mineros, la agricultura transgénica, el desmonte del
bosque nativo, las luchas ciudadanas trabajando en red con otras luchas
en países vecinos, develan los específicos problemas de las instituciones
de la república para cumplir los compromisos constitucionales. Por otro
lado, hacen reflexivo el concepto de democracia como autoorganización y
auto legislación de la ciudadanía, recuperando los aportes de la
imaginación y la práctica ambiental para hacer frente al conflicto y la
complejidad, construyendo solidaridades reales e instituciones en el
espacio público y estatal.

Ante las dificultades de las luchas para sostener y profundizar la


autoorganización y resistir la ofensiva disciplinadora y represiva del
sistema político estatal y paraestatal, consideramos oportuno contribuir con
desarrollos teóricos de la teoría democrática contemporánea que
reformulan el concepto de ciudadanía y de soberanía popular desde las
luchas ecológicas, feministas e indígenas en los últimos 40 años.
Entendemos que el cuestionamiento al contenido liberal y homogeneizante
de dichos conceptos, solapa y obstruye su rol clave en la recreación de un
sentido de la democracia que haga justicia con los afectados.

Nuestro punto de partida de investigación son las concretas experiencias


de luchas ciudadanas en situaciones de contaminación que tienen lugar en
Argentina en la actualidad. Las mismas conforman redes provinciales
(Paren de Fumigar, Asambleas Despierta), nacionales e internacionales
(Unión de Asambleas Ciudadanas). Como investigadores, entendemos
nuestra práctica como una contribución a un sentido de justicia que
comprende a los afectados, los derechos y al ambiente, y se
institucionaliza en el espacio público ciudadano y/o estatal generando
garantías1. Posicionarnos en estas luchas persigue el objetivo de no
constituirnos en extranjeros de los conflictos de nuestra época,
esforzándonos para contribuir con las prácticas políticas defensivas y
también prefiguradoras de una sociedad justa.

¿Qué cuestiones se ponen en juego cuando en el espacio público se


invocan derechos? En primer lugar, identificamos una práctica política
ciudadana de interpelación a una asociación política sobre el sentido de
justicia instituido, un reclamo de razón, de pertenencia, que pone en jaque
la trama de discursos y prácticas que se arrogan la definición de la
situación. Relevamos para ello documentos periodísticos y los generados
desde las luchas y realizamos conversaciones con los protagonistas. En
segundo lugar, el reclamo plantea la exigencia de un pronunciamiento.
Que se diga una palabra que haga justicia forma parte del juego del
lenguaje. Las instituciones, los funcionarios deben implementar algunos
procedimientos, deben contribuir a reducir la incertidumbre, resolver el
conflicto, reparar en lo posible el daño, en estos casos: individual, colectivo
y al ambiente. Realizamos para identificar estas respuestas entrevistas a
las autoridades de las instituciones interpeladas, análisis de documentos
oficiales, entre otros. La aproximación pretende una reconstrucción de los
acontecimientos que dé cuenta de los sentidos en disputa, las tensiones y,
fundamentalmente, visibilice los problemas y las innovaciones que se
desencadenan a partir de la acción ciudadana.

Problemas de las instituciones de la república

Los reclamos por derechos en situaciones de contaminación con efectos


sobre la salud de la ciudadanía y el ambiente interpelan a los Poderes
Públicos de la república, al lenguaje instituido por la Constitución y las
leyes. Sistematizamos entonces los problemas visualizados en base a la
actuación del Poder Legislativo, Ejecutivo y Judicial.

Existen dificultades para que el Poder Legislativo ejerza el poder de policía


legislativo (Ferrajoli 2000), es decir limite el ejercicio de los derechos
individuales en pos de la salud pública y el interés general demandados
desde las luchas. Especialmente este problema se evidencia Argentina en
relación a la legislación nacional claramente pro-minera vigente desde los
90. También en la ausencia de legislación nacional que fije presupuestos
mínimos para la regulación del uso de agrotóxicos2, así como la
desactualización de los parámetros y marcos normativos para el control de
la calidad del agua, entre los más destacables.
Esta dificultad es tanto ideológica, luego de años de neoliberalismo, como
política-institucional. La conformación y el funcionamiento de este poder
del estado evidencia el pasaje de un sesgo sistemático del sistema
representativo a favor de los intereses empresarios, a su misma
conformación por empresarios y agentes de las empresas, pasaje del que
da cuenta el concepto de capital-parlamentarismo (Negri 2000). Ello ha
dado lugar a acciones ciudadanas que invocando “conflicto de interés”,
solicitan la inhabilitación de representantes en el tratamiento de leyes
donde están directamente involucrados por ser ellos mismos empresarios
de los agronegocios. Tal el caso de sucedido en la provincia de Santa Fé
en relación al pedido de tratamiento legislativo de la reforma provincial de
la ley de productos fitosanitarios propuesta por la ciudadanía. La misma
pretende, entre otros puntos, la prohibición de las fumigaciones áreas y la
generación de zonas de resguardo que protejan a las poblaciones,
escuelas rurales y cursos de agua (Manessi 2012).
Otro de los problemas a enfrentar tiene que ver con las nuevas
modalidades de la gobernabilidad capitalista. Si bien la legislación
ambiental de los 80, 90 y hasta mediados de la primera década de este
siglo instituía medidas de comando y control sobre las actividades
contaminantes, la nueva legislación promueve distintas modalidades de
des-responsabilización del estado y privatización del control en manos de
las mismas empresas, promoviendo una retirada de la temática ambiental
de la esfera política por declaraciones “ambientalmente responsables” de
las empresas (Acselrad 2012). También en este sentido sucede la
institucionalización de políticas proactivas para la introducción de
tecnologías limpias con financiamiento público (Carrizo y Berger 2010) y
mecanismos de mercado, supuestamente capaces de dar un tratamiento
técnicamente adecuado a los procesos de producción contaminantes
mediante la puesta en valor de los servicios ambientales.

En lo que respecta al Poder Ejecutivo, destacamos la ineficiencia de sus


estructuras institucionales para ejercer la fuerza de ley -el poder de policía
administrativo- para que funcionen como una trama de acciones
garantizadoras de los derechos. Desmanteladas las estructuras tras las
privatizaciones y mercantilizados los propios laboratorios aún estatales, la
realización de controles y análisis es un déficit recurrente.

Otro problema es la preeminencia de criterios políticos por sobre criterios


técnicos y jurídicos en las decisiones. Ello conlleva la superfluidad de las
actuaciones precautorias y/o preventivas previstas que involucran al
conocimiento técnico, como es el caso de los informes de impacto
ambiental y la participación ciudadana. En lo que respecta a los criterios
político-institucionales, el absoluto desconocimiento del federalismo, como
es el caso del Ejecutivo avanzando por sobre competencias provinciales
y/o locales aprobando proyectos de inversión. Tal el caso de la firma de
convenios en donde se ceden territorios a empresas para la producción
agropecuaria transgénica sin consulta a municipios y comunidades
indígenas (Sodero Nievas 2012).
Finalmente, subrayamos un problema con efectos paralizantes de la
acción política de la ciudadanía, la intervención disuasiva del Poder
Ejecutivo sobre la defensa ecológica ejercida por la ciudadanía. La
activación de “procedimientos clientelares” (distribución selectiva de planes
sociales en territorio en lugar de reconocimiento e indemnización por el
daño, ejercicio de violencia, entre otras), la denegación de identidad y/o
razonabilidad, la criminalización de la protesta, la persecución y represión,
estatal y para estatal (Machado 2012). Estas son prácticas habituales y en
aumento en los cotidianos de las luchas. Los efectos de estas prácticas
refuerzan relaciones de dominación. Intentan sistemáticamente desactivar
las potencias que se componen en las luchas en situaciones de
contaminación, haciendo de ellas un problema público. Para nosotros lo
relevante es la tematización de la defensa de la vida y las formas de vida
afectadas y/o amenazadas por el avance extractivista sobre el territorio y
sobre relaciones sociales, despojando derechos y privatizando y
contaminando bienes comunes.
En lo que respecta a las dificultades del Poder Judicial, señalamos como
principal la distancia de la ciudadanía de la institución, el lenguaje y
funcionamiento de la administración de justicia. También la desigual
actuación de los principios ambientales por parte de las distintas
jurisdicciones, provincias e incluso funcionarios.
Identificar estos problemas nos permitió lograr una nueva comprensión de
la situación y de nuestra posición como investigadores. Las luchan invocan
un sentido de justicia, una serie de principios y procedimientos
republicanos para la defensa de la vida, las formas de vida y el ambiente,
pero estos mecanismos no están siendo eficaces. Complicidad estructural,
corrupción, complejidad de los sistemas a desarrollar y sostener (de salud,
de control, judicial, etc.), son factores que se suman y generan crecientes
exigencias a la acción política y al ejercicio de la autodeterminación
individual y pública sobre su presente y futuro.

De los problemas a las alternativas en situaciones de contaminación

Hacer conscientes las reglas interactivas de los acontecimientos, examinar


los presupuestos de la organización institucional y su inefectividad
respecto al reconocimiento y ejercicio de derechos, nos lleva como
ciudadanos y como investigadores a preguntarnos por las posibilidades de
recuperar su sentido fundante o desarrollar capacidades para su
transformación. La desactivación de un trabajo de juridificación de la
soberanía popular y de principios de justicia ambiental complejo- tanto a
nivel intelectual como político-institucional- promueve la reflexión e invoca
la creatividad respecto a formas de articulación alternativas entre ejercicio
de derechos, representación, ley y justicia.

Una primera línea de reflexiones tiene que ver con que las luchas ponen
en evidencia los límites del monopolio de la representación por los partidos
políticos y replantean como mínimo la necesidad de actualizar cuestiones
de reconocimiento y representación de grupos sistemáticamente excluidos.
¿Cómo resolver las asimetrías presentes en las estructuras de
representación, fundamentalmente para que sea escuchada la voz de los
afectados?, ¿Desde el aprendizaje democrático podemos contribuir a la
creación de nuevas mutualidades e instituciones para hacer frente a las
nuevas y viejas desigualdades que se acumulan con la creciente
mercantilización de los bienes comunes?

Los desarrollos de la teoría política contemporánea en torno al concepto


de justicia vienen contribuyendo a una ampliación de su definición: de la
justicia como redistribución a la justicia como reconocimiento y también
como representación. En este sentido, una justicia democrática promueve
una ampliación de la participación, otorgando centralidad al principio de
intervención de los afectados. El análisis crítico de los procesos de
participación real permite visualizar la despotenciación de la participación
de los afectados, su dilución en mesas o espacios con otros actores
tecnocráticos y corporativos o neocorporativos, cuando no su directa
exclusión de los espacios generados a tal fin. La propuesta para que esta
participación sea efectiva, sostiene que son los afectados los que deben
participar en la definición de los marcos de referencia del espacio político
donde sus demandas pueden ser examinadas y resueltas. Por caso, en la
definición de los niveles admitidos de contaminación, las luchas develan
que éstos se deciden en organismos internacionales, más cerca de los
lobbies de las corporaciones transnacionales que de las estructuras
representativas de la ciudadanía y la vida concreta de los afectados. La
posibilidad de enmarcar las situaciones desde estas experiencias puede
modificar la escala local a la que generalmente se confina la participación y
abrir otras posibilidades a la acción, como de hecho está sucediendo en
las redes de afectados a nivel nacional y transnacional.
Otra línea de reflexión tiene como base los procesos de elaboración de ley
por colectivos ciudadanos. La realización de proyectos de ley o de reforma
a las leyes existentes tienen como objetivo regular o mejorar la regulación
y el control sobre los procesos contaminantes, apelando al ejercicio del
poder de policía legislativo. A nivel nacional se destaca en este sentido la
ley de bosques y la ley de glaciares, ambas surgidas de la iniciativa
ciudadana. En los casos provinciales se destacan desde la elaboración de
leyes que prohíben la minería a gran escala con uso de sustancias tóxicas
(Sede 2012), y proyectos de ley que establecen límites a las fumigaciones
con agrotóxicos, entre otras; en los casos municipales, ordenanzas que
declaran municipios no tóxicos, regulación del uso de suelo con criterios
ambientales, etc.

También suceden intentos de legislación que no llegan a ser procesados


por las legislaturas o son directamente adversos, en tanto se dirigen a
derogar la legislación alcanzada por las luchas populares. Es en estos
casos cuando se organizan desde la ciudadanía instancias de deliberación
que se autodenominan Parlamentos. Tal el caso del Parlamento de los
Pueblos (de la zona norte de Argentina) y el Parlamento Medioambiental
de la Patagonia en alerta por minería y represas (con participación de
ciudadanos de Chile y Argentina). Son estas experiencias las que anticipan
otra institucionalidad ante la incapacidad de la vigente para articular una
voluntad y decisiones colectivas que defiendan derechos y bienes
comunes.

Finalmente nos interesa presentar una línea de reflexión que problematiza


los procedimientos instituidos de la administración de justicia por utilizar el
lenguaje de la conmensurabilidad. El resarcimiento y la recomposición
tienen un costo. La crítica académica y su contribución a la configuración
de otra justicia frente a la ineficacia de la instituida, ¿debe abandonar ese
lenguaje o debe ampliarlo? En el arco de posiciones prevalece el planteo
de modo antinómico.
Una justicia basada en la conmensurabilidad sería más de lo mismo;
mientras que sostener el lenguaje de la inconmensurabilidad apostaría a
una más radical resolución del conflicto. Pero creemos legítimo
preguntarnos: ¿qué acontece con lo dañado mientras esa enunciación
cobra actualidad?, ¿Cuál es el destino de los reclamos de justicia
concretos que se juegan en un vivir cotidiano? Desde estos interrogantes y
desde la realidad de las vidas que merecen ser vividas a pesar de la
enfermedad y el dolor, nos inclinamos por una posición inclusiva. La
efectiva realización de la justicia reclama tanto la expedita resolución de
los conflictos en el lenguaje instituido y el consecuente resarcimiento,
como la construcción de un nuevo lenguaje que exprese una mutualidad
comprensiva de la complejidad de los problemas ambientales. En este
contexto, descalificar una resolución dentro del paradigma de la
conmensurabilidad poco contribuye a una resolución emancipadora.
Consideramos que tiene un efecto de desplazamiento de la crítica hacia un
campo de debate académico en el que la práctica intelectual se aleja de
los concretos problemas con los que se enfrentan los reclamos de justicia.
Las líneas de reflexión señaladas desde concretos contextos
intersubjetivos nos vinculan tanto teórica como prácticamente con la
imaginación verde y democrática. En este sentido creemos que la
investigación puede cooperar a la apropiación reflexiva de principios,
pensamientos, instituciones del ambientalismo crítico, así como a la
apelación a la democracia como autodeterminación, a fin de profundizar el
pasaje de la autodefensa a la recreación de la democracia.

2.2.3 Uso y manejo de los residuos


Cuando un individuo tira una botella de plástico, dicho envase puede
descomponerse y generar contaminación ambiental, o ser reciclado a
través de un tratamiento que permite volver a aprovechar el material.

¿Qué son los residuos?

Los residuos se definen en la Ley


General para la Prevención y Gestión
Integral de los Residuos (LGPGIR)
como aquellos materiales o productos
cuyo propietario o poseedor desecha y
que se encuentran en estado sólido o
semisólido, líquido o gaseoso y que se
contienen en recipientes o depósitos;
pueden ser susceptibles de ser
valorizados o requieren sujetarse a tratamiento o disposición final
conforme a lo dispuesto en la misma Ley (DOF, 2003).

Definición de residuos

La palabra residuo describe al material que pierde utilidad tras haber


cumplido con su misión o servido para realizar un determinado trabajo. Por
lo tanto, el concepto de residuo se emplea como sinónimo de basura, es
decir, por hacer referencia a los desechos que el hombre ha producido.

Clasificación de residuos

En función de sus características y orígenes, se les clasifica en tres


grandes grupos: residuos sólidos urbanos (RSU), residuos de manejo
especial (RME) y residuos peligrosos (RP).
Residuos sólidos urbanos (RSU)

Los residuos sólidos urbanos son los que se generan en las casas
habitación como resultado de la eliminación de los materiales que se
utilizan en las actividades domésticas (p. e., de los productos de consumo
y sus envases, embalajes o empaques) o los que provienen también de
cualquier otra actividad que se desarrolla dentro de los establecimientos o
en la vía pública, con características domiciliarias, y los resultantes de las
vías y lugares públicos siempre que no sean considerados como residuos
de otra índole.

Residuos de manejo especial (RME)

Los Residuos de Manejo Especial (RME) están definidos en la Ley General


para la Prevención y Gestión Integral de Residuos (LGPGIR) como
aquéllos generados en los procesos productivos que no reúnen las
características para ser considerados residuos sólidos urbanos o
peligrosos, o que son producidos por grandes generadores de residuos
sólidos urbanos.

Residuos peligrosos (RP)

La gran diversidad de sustancias químicas que existe en la actualidad, si


bien es cierto que ha servido para mejorar significativamente el nivel de
vida de la población, también ha ejercido una presión importante sobre
el medio ambiente y la salud humana (ver el Recuadro Las sustancias
químicas en números ).

Una vez finalizada la vida útil de muchos de los productos que se fabrican
a partir de estas sustancias o que las contienen, se convierten
en desechos que ponen en riesgo la salud de las personas o pueden
causar daños al medio ambiente.
Entre estos desechos se encuentran los residuos peligrosos, definidos
como aquellos que poseen alguna de las características CRETIB que les
confieren peligrosidad, así como los envases, recipientes, embalajes y
suelos que hayan sido contaminados, según lo establece la Ley General
para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos. La norma oficial
mexicana NOM-052-SEMARNAT-2005 establece las características, el
procedimiento de identificación, clasificación y los listados de los residuos
peligrosos.

Otra forma de clasificarlos es por su composición y se pueden clasificar


como residuos orgánicos, residuos inorgánicos y residuos inorgánicos no
reciclables.

Residuos orgánicos

Los residuos orgánicos son aquellos que están compuestos


por desechos de origen biológico.

Residuos inorgánicos

Los residuos inorgánicos son aquellos que no tienen origen biológico sino
industrial o artificial.

Residuos peligrosos (inorgánicos no reciclables)

Los residuos peligrosos son sustancias químicas de tipo corrosivo, ácidos


o basura radioactiva son algunas de las basuras que se incluyen en esta
tipología y que deben ser tratadas con especial cuidado pues pueden
poner en serio peligro la salud de los ciudadanos.

Tipos de residuos
Para poder disponer de los tipos de residuos eficazmente es importante
distinguir los distintos tipos de residuos que hay. Es muy distinto el residuo
industrial que el agrícola o que el doméstico y también son totalmente
diferentes los residuos gaseosos o líquidos que los sólidos, o los
radiactivos y los que no lo son. Las emisiones de gases y líquidos las
hemos analizado en los capítulos correspondientes a la contaminación del
aire y las aguas.

Los otros tipos de residuos, que se estudiarán con detalle en las páginas
siguientes, son:

Residuos sólidos urbanos

Los que componen la basura doméstica.

Residuos industriales

Dentro de los residuos que genera la industria es conveniente diferenciar


entre:

1. Inertes.- Que son escombros y materiales similares, en general,


no peligrosos para el medio ambiente, aunque algunos
procedentes de la minería pueden contener elementos tóxicos.
2. Similares a residuos sólidos urbanos.- Restos de comedores,
oficinas, etc.

Residuos peligrosos

Que por su composición química u otras características requieren


tratamiento especial
Residuos agrarios

Son los que proceden de la agricultura, la ganadería, la pesca, las


explotaciones forestales o la industria alimenticia.

Residuos médicos y de laboratorios

Restos del trabajo clínico, médico o material de investigación.

Residuos radiactivos

Materiales que emiten radiactividad o compuestos de metales pesados.

Manejo, gestión y tratamiento de residuos

Cómo manejar los residuos


La gestión de residuos es sencillamente el proceso de tratamiento de
dichos residuos. Realmente, la norma ISO 14001 no establece los pasos
concretos respecto al tratamiento de los residuos. De manera que cada
organización puede acercarse a ella de acuerdo a sus necesidades. No
obstante, existen un conjunto de pasos comunes en el proceso:

Evaluar los residuos


Para poder manejar correctamente los residuos, la organización necesita
determinar si se trata de un residuo peligroso o no. Y si el manejo de
dichos residuos, en particular, está regulado por la legislación. Este paso
es conocido como clasificación o categorización de residuos.

Almacenar los residuos


En función del tipo de residuos, habrá diferentes requisitos en relación a
las instalaciones de almacenamiento de los mismos. Los residuos pueden
encontrarse en forma sólida o líquida, por lo que es importante
almacenarlos en función de sus características. Los residuos peligrosos
deben almacenarse en un recipiente resistente, a prueba de fugas, etc.
Los diferentes tipos de residuos pueden requerir distintos tipos de
contenedores de almacenamiento. El recipiente debe estar marcado con
las palabras “residuos peligrosos” y una descripción clara de los
contenidos. Además de indicar la fecha en la que los residuos se depositan
por primera vez en el contenedor. Los contenedores deben ser
almacenados sobre una superficie impermeable con suficiente espacio en
los pasillos para poder realizar inspecciones semanales.
Para el almacenamiento al aire libre existen una serie de requisitos
adicionales. Estos son:

 Controlar el acceso a los contenedores.


 Proteger los contenedores de los elementos externos.
 Almacenar los residuos líquidos en una superficie curva e
impermeable para prevenir fugas accidentales.

Etiquetar los residuos


Los residuos no peligrosos no tienen por qué estar marcados de alguna
manera especial. Por otro lado, el etiquetado de los residuos peligrosos a
menudo se prescribe en la ley. En la mayoría de los países, la
organización debe obtener una licencia para generar incluso algunos tipos
de residuos peligrosos. La etiqueta para los contenedores de residuos
peligrosos debe contener la siguiente información:

 Advertencia: Residuos Peligrosos.


 Información sobre la persona encargada de almacenar el
residuo: nombre, dirección, teléfono, fecha de almacenamiento y
nombre y apellidos de la persona responsable.
 Características físicas de los residuos: polvo, sustancias sólidas,
viscosas, pastas, lodos, sustancia líquida, sustancias gaseosas, etc.

Transporte y disposición de los residuos


La organización es responsable de los residuos peligrosos de manera
vitalicia. Con el objetivo de garantizar que los residuos peligrosos se
transportan y se desechan correctamente, se debe elegir un transportista
que cumpla los siguientes requisitos:

 Estar en posesión de un número de identificación de residuos


peligrosos.
 Estar autorizado como transportista de residuos peligrosos.
 Cumplir con los requisitos específicos de formación.
 Poseer el seguro de responsabilidad adecuado.
 Tener actualizadas las credenciales del vehículo de transporte.
 Transportar los residuos a una instalación para residuos peligrosos.

Plan de emergencias
El manejo de residuos peligrosos deja espacio para las situaciones de
emergencia causadas por la mala gestión de los residuos o cualquier otra
causa. Planificar las emergencias de la siguiente forma:

 Mantener la fuga y el equipo de respuesta ante emergencias en una


zona accesible.
 Capacitar a los trabajadores en los procedimientos de respuesta ante
emergencias correspondientes a su puesto de trabajo.

Capacitar al personal
La capacitación de todos los trabajadores que desempeñan un papel en el
manejo, almacenamiento o en otra forma de gestión de residuos peligrosos
es un paso necesario para garantizar el cumplimiento de las normas de
residuos peligrosos. El personal debe estar familiarizado con los peligros
de cada uno de los residuos, procedimientos de seguridad y requisitos de
cumplimiento.
Para cada uno de los trabajadores que hayan de intervenir en cualquier
segmento del sistema de gestión de residuos, es necesario proporcionar
una formación y condiciones de trabajo adecuadas. La capacitación debe
incluir una introducción a:

 Procedimientos básicos para la gestión de residuos.


 Riesgos humanos y ambientales.
 Medidas de precaución en la gestión de residuos.
 Responsabilidades y autoridades.
En el proceso de implementación de un sistema de gestión de residuos, la
formación debe ser realizada por profesionales que han trabajado en la
creación del plan de gestión de residuos.
Mantener registros
El objetivo es llevar registros para proporcionar evidencias de que los
residuos se almacenan de acuerdo con los procedimientos. Los registros
habituales de almacenamiento están orientados al tipo y la cantidad de los
residuos generados. Posteriormente, los registros de los residuos son
enviados a una organización autorizada.

Software ISO 14001


Con la intención de gestionar y supervisar de una manera fácil, sencilla y
eficaz el desarrollo del Sistema de Gestión Ambiental bajo la norma ISO
14001, las empresas hacen uso, entre otras herramientas, del Software
ISOTools Excellence, el cual permite y facilita el control del sistema
garantizando la obtención de óptimos beneficios.

Unidad 3. Programa de reforestación


3.1 Técnicas de reforestación
¿Qué es la reforestación y cuáles son sus causas?
Para entender la palabra reforestación basta leer su concepto: consiste en
sustituir los árboles cortados por una nueva generación de ellos. Esto se
realiza con diversos fines:
 restauración del área tras una cosecha de madera comercial
 compensación tras usar terreno virgen para realizar actividades
humanas
 rejuvenecer bosques con ejemplares envejecidos
 regeneración de un área tras una catástrofe natural
 mantenimiento del equilibrio del ecosistema y la biodiversidad
 proporcionar un hábitat a diferentes comunidades, etc.

Las mejores prácticas de reforestación recomiendan la plantación


inmediata una vez que se ha talado o destruido un bosque. Las empresas
de tala de árboles deben restablecer el equilibrio plantando nuevos árboles
después de la tala, según la normativa gubernamental de muchos países.
¿Por qué es importante la reforestación?
La importancia de la reforestación se explica por el papel que desempeñan
los árboles en nuestro planeta. Los nuevos bosques ayudan a prevenir
la erosión del suelo o la desertificación y son importantes para proteger los
edificios y campos del viento. Los árboles a lo largo de las riberas de los
ríos o las costas fortifican y estabilizan la zona. Los bosques son hábitats
naturales para especies únicas, que en algunos casos no pueden
desarrollarse en ningún otro lugar. Por eso es importante la reforestación
no sólo para regenerar las zonas degradadas o destruidas, también para
rejuvenecer la cubierta arbórea.
La reforestación de árboles se aplica para restaurar los bosques destruidos
tras desastres naturales como incendios, inundaciones, terremotos, etc.
También se utiliza la reforestación de bosques en lugares que han estado
sujetos a intervenciones artificiales como minería, arqueología o
construcción. Por tanto, la reforestación es un método eficaz para hacer
frente a la deforestación y mejorar la situación ecológica.
Consideraciones generales
Aunque desforestar es muy fácil y productivo, la reforestación en un
proceso complicado, lento, lleno de escollos y en muchas ocasiones
conducen al fracaso, no obstante, si no se intenta, jamás se logrará.  En
este proceso intervienen muchos factores que deben ser considerados
a la hora de escoger los tipos y variedades de árboles a sembrar.
Algunos de estos factores son:

Clima: El clima es un factor decisivo en la selección del tipo de árbol,


evidentemente no podrán sembrarse árboles de zonas tropicales en
climas fríos porque inevitablemente perecerán, en las heladas.

Régimen de lluvias: Cada árbol está adaptado para vivir entre ciertos


límites de humedad y si son sembrados en zonas de régimen diferente
pueden perecer o desarrollarse muy pobremente.
Naturaleza del terreno: Aunque hay especies arbóreas que se adaptan
a cualquier terreno, otras solo se desarrollan en determinados tipos, por
ejemplo, calcáreos, arcillosos etc.
Altura: En general, cada especie de árbol puede vivir con éxito hasta
cierta altura sobre el nivel del mar, sembrados a altitudes mayores
puede hacer que no sobreviva.
Exposición solar: Este factor es muy importante, muchas veces el
fracaso en la reforestación de áreas en las que se han invertido
recursos y tiempo no han tenido éxito, porque las plántulas sembradas
han estado sometidas a demasiada sombra producto de la competencia
de otras especies de reproducción natural y más rápido crecimiento, o a
excesivo sol en las etapas tempranas de su vida.
Árboles concomitantes: Algunas especies de árboles deben ser
dominantes en el medio donde viven, por lo que es importante que las
otras especies concomitantes sean de talla menor.
Densidad de la población: Es sumamente importante utilizar una
distancia adecuada entre los árboles sembrados para que entre ellos no
compitan por el sol y los nutrientes de manera que perjudiquen su
crecimiento. Es común sembrar las plántulas pequeñas a una densidad
elevada y luego ir haciendo aclareos sistemáticos para garantizar la
distancia adecuada según el crecimiento. En algunos casos la siembra
de ciertos árboles debe hacerse de manera esporádica e intercalada
con otros tipos de árboles para evitar el surgimiento y proliferación de
enfermedades producidas por insectos, virus, u hongos.
Profundidad del suelo: Cada especie tiene sus requerimientos de
profundidad del suelo en dependencia de su sistema radicular, si se
siembran en suelos con menores profundidades el crecimiento será
pobre.

Fertilidad: Este aspecto es sumamente importante, hay especies que


se adaptan a suelos pobre y erosionados, pero otras solo crecerán en
suelos fértiles.
Inestabilidad climática: Aunque en promedio, las lluvias de una zona
sean adecuadas para la supervivencia y desarrollo de cierta especie de
árboles, siempre existe la posibilidad de años especialmente secos que
pueden matar las plantas, especialmente cuando aún son jóvenes. La
posibilidad de contar con riego alternativo durante las etapas tempranas
de desarrollo puede resolver este problema, pero desgraciadamente los
costos del sistema lo hacen económicamente insostenible para las
grandes y medianas plantaciones.

Surgimiento inesperado de plagas: En ciertos casos, plagas de


insectos u hongos cuya población estaba equilibrada en la zona,
pueden verse favorecidas por la variedad del árbol sembrado, y
comienza una reproducción desmedida que puede afectar notablemente
la plantación. El uso de pesticidas puede resolver la situación.
Lo mismo puede suceder con algunas enfermedades virales cuya
solución en muchos casos se limita a cortar sin excepción grandes
áreas aledañas al brote para evitar su propagación.
Métodos De Reforestación
La reforestación ambiental se lleva a
cabo de dos maneras, natural o
artificial. El proceso de reforestación
natural se basa en el enraizamiento de
semillas y brotes de árboles cercanos
sin ayuda humana; sin embargo, es
lenta e insuficiente y debe ser
complementada con otras técnicas
cuando la sustitución de árboles implica
participación humana.
La reforestación es una operación rutinaria en las explotaciones forestales.
Su enfoque óptimo combina la reforestación con la deforestación cuando
se cortan los bosques de forma que se ayuda a establecer otros nuevos.
Existen dos opciones de clasificación de las técnicas de reforestación, en
función de la edad de los árboles coexistentes:
Árboles de edad uniforme: se retira el sotobosque maduro para dejar
que crezca el nuevo
Árboles de distinta edad: los árboles viejos y los más jóvenes crecen
juntos.
Ambas se usan en Estados Unidos. La elección de cada método de
reforestación depende de si la especie puede crecer al abrigo de otras o
no y las peculiaridades climáticas de cada región. Así es como la
deforestación da lugar a nuevas masas arbóreas cuando los árboles
maduros que quedan promueven nuevas generaciones proporcionando
semillas, hábitat para la fauna, refugio contra luz solar excesiva o viento,
etc.
Métodos De Envejecimiento Desigual
El sistema de reforestación de envejecimiento desigual sugiere la tala de
un grupo de árboles o árboles sueltos, proporcionando espacio para los
nuevos.
El tamaño de la superficie de los cortes de grupo difiere en la anchura y
puede alcanzar dos alturas de árboles maduros. La anchura depende de la
cantidad de luz que requiera las especie. Píceas, arces, robles, la cicuta y
el cedro rojo toleran la sombra y basta con una abertura pequeña; los
robles, el pino taeda y el abeto de Douglas necesitan más luz y, en
consecuencia, más espacio. La selección de grupos abarca toda la
extensión del bosque.
La técnica de reforestación de un solo árbol elige árboles separados de
todos los tamaños y los corta uniformemente a lo largo del terreno.
Dado que la apertura es muy estrecha, el método sólo es adecuado
para especies que toleran la sombra (por ejemplo, la cicuta o el arce
azucarero). Es también aplicable en zonas heladas o secas.

Métodos De Envejecimiento Uniforme


El sistema de reforestación de envejecimiento uniforme se utiliza para
proporcionar suficiente luz solar a los árboles jóvenes. Incluye técnicas
como la tala rasa, árbol semillero y tala de regeneración bajo cubierta.
La tala rasa es la completa eliminación de árboles maduros para dejar que
crezcan los nuevos. Sin embargo, algunos árboles pueden conservarse
como refugio para la fauna o como riberas de amortiguación. Se trata de
un método de reforestación muy popular para regenerar álamos, árboles
de las tulipas, abedules papiríferos, abetos de Douglas, robles rojos y
blancos, pinos de Labrador, etc.
La reforestación se realiza mediante siembra natural o directa, germinación
o plantación. En algunos casos, puede reforzarse con material mejorado
genéticamente.
La técnica de árbol semillero implica dejar varios árboles maduros para dar
semillas (6-15 por acre). Normalmente, se cortan después de que las
plántulas arraiguen o se dejan para la vida silvestre o por estética.
Este tipo de reforestación puede combinarse con la plantación si la
siembra natural no es suficiente. La reforestación con semillas es buena
para algunas especies de pinos y robles.
La tala de regeneración bajo cubierta incluye el cultivo de árboles jóvenes
con árboles maduros que proporcionen refugio. El método contiene tres
etapas:
 Tala preparatoria para una mejor producción de semillas
 Tala de establecimiento para suministrar semillas
 Tala de eliminación de los árboles maduros para erradicar la
competencia.
 Este método se utiliza para el arce azucarero y algunos tipos de
roble y pino.

Beneficios De La Reforestación
Las ventajas de la reforestación son diversas, siendo las más importantes:
Reforestación Para Mitigar El Cambio Climático
La liberación excesiva de carbono es uno de los principales problemas del
calentamiento global y es aquí donde la reforestación combate el cambio
climático. ¿Cómo afecta la reforestación al ciclo del carbono? En el
proceso de fotosíntesis, los árboles absorben carbono y lo convierten en
nutrientes necesarios para su desarrollo. Cuanto más joven es el
bosque, más carbono puede almacenar. La madera secada en horno tiene
un 50% de carbono, lo que significa que la capacidad de los árboles para
acumular carbono es impresionante. Además, gran parte de este se
almacena en los suelos forestales. Por ello, la reforestación es una
práctica importante para eliminar el cambio climático.
Mejora De La Calidad Del Aire
La fotosíntesis explica otro de los beneficios de la reforestación, ya que las
plantas no sólo absorben el carbono, sino que también liberan oxígeno.
Por esta razón, los bosques son conocidos como los pulmones de nuestro
planeta. En consecuencia, cuantos más bosques tengamos, más puro será
el aire que respiramos. Además, la reforestación es eficaz para evitar las
tormentas de polvo, lo que contribuye a la pureza del aire.
Mejora De La Biodiversidad
La variedad de ecosistemas dentro de los bosques es inmensa y uno de
los más ricos se encuentra en los bosques tropicales. En particular, las
selvas amazónicas cuentan con miles de especies de árboles y otras
50.000 plantas, además de abundante fauna.
Restauración Del Hábitat Natural
Las talas de bosques privan a la fauna de su hábitat natural y algunas
especies sólo existen en zonas aisladas. No solo afecta a la fauna,
también a las plantas, por eso la reforestación de especies nativas es
esencial para preservar su población y su existencia.

Mantenimiento De La Calidad Y El Ciclo Del Agua


Los árboles almacenan el agua de lluvia absorbiéndola con sus hojas y
raíces. Asimismo, liberan humedad en la atmósfera mediante la
transpiración; también ayudan a mantener un nivel de agua suficiente en
las masas de agua locales. Como los árboles retienen la humedad y
reducen las escorrentías, la reforestación también mejora la infiltración del
agua y su calidad.
Enriquecimiento De La Fertilidad Del Suelo
La reforestación contribuye a la salud del suelo por varias razones:
Es hábitat para los microorganismos del suelo que participan en la
descomposición, potenciando su fertilidad.
Las hojas y ramas caídas forman materia orgánica.
Los sistemas de raíces fuertes mantienen la tierra en su sitio y evitan la
erosión y los desprendimientos.
Al reducir las escorrentías, los árboles conservan los nutrientes en el
suelo.
Prevención De Inundaciones
Los árboles hacen de barrera para las corrientes de agua durante las
inundaciones o los aguaceros. Al reducir la velocidad de las corrientes,
mejoran la absorción del agua. Como impide inundaciones, la reforestación
mitiga daños y pérdidas causadas por estas.
Inversión De La Desertificación
Los suelos desnudos son propensos a la erosión hídrica e eólica, que
conduce a la desertificación. La reforestación aborda el problema de dos
maneras: con las raíces de los árboles y con la cubierta vegetal del suelo
del bosque.
Gestión De La Reforestación
Los efectos de la reforestación son más que evidentes con una gestión
adecuada. Por tanto, es importante desarrollar un buen plan de
reforestación, dependiendo de cuál sea el propósito de dicha reforestación
(restauración después de deforestación ilegal, cosecha, incendios
forestales, etc.).
Al haber diferentes propósitos, los mejores árboles para la reforestación
también serán diferentes. Algunas especies son las que más carbono
absorben, otras son las de más rápido crecimiento, otras se adaptan mejor
al ecosistema. No hay una respuesta universal a esta pregunta.
Otro punto de discusión es si la reforestación puede o no restaurar el
ecosistema anterior del bosque. Esto depende de la especie. Un solo tipo
de árbol dará lugar a un bosque de monocultivo, mientras que múltiples
especies aumentarán la biodiversidad. Los bosques de monocultivo son
más susceptibles a las enfermedades de los árboles y otras condiciones
desfavorables, mientras que los de policultivo tienen más posibilidades de
sobrevivir. Además, las cortas o las quemas controladas resultan ser un
medio eficaz para acelerar la restauración natural y la diversificación del
ecosistema.
La gestión y monitorización de la reforestación es más fácil con
la observación remota, especialmente en lugares de difícil acceso. Con las
imágenes por satélite de EOS Data Analytics, los silvicultores
pueden monitorizar el progreso de la reforestación, descubrir a tiempo si
las cosas van mal y reaccionar adecuadamente. Con observación remota
de baja resolución y resolución media se pueden detectar cambios 1-2
años después de la plantación de árboles, mientras que con la de alta
resolución se puede obtener información mucho antes.
EOSDA ofrece monitorización por satélite de los bosques jóvenes tras la
reforestación para identificar las zonas con un dosel insalubre, de modo
que los silvicultores puedan tomar medidas para salvar esos árboles.
Además, la detección de cambios ayuda a determinar la pérdida de
bosque en estas zonas. Por ejemplo, los valores bajos del NDVI indican
problemas. No pueden identificar la causa exacta, pero invitan a explorar y
analizar la zona. Una disminución de los valores del NDVI puede ser el
resultado de talas de bosque, deforestación ilegal, incendios forestales,
daños causados por huracanes, uso excesivo de productos químicos o
infestación de plagas. Los valores bajos del índice también pueden ser una
señal de sequías o sequedad en el ambiente.
Para analizar la cubierta forestal puede utilizar nuestro producto
final, LandViewer, y el gran número de combinaciones de bandas
disponibles, o solicitar una solución personalizada. Con LandViewer,
actualmente puede detectar el área deforestada para restaurar el bosque
cortado.
Otro de los indicadores positivos de la reforestación y cómo se está
recuperando un bosque es la cobertura del suelo alrededor de los
árboles. EOSDA puede ayudar a diferenciar el dosel del bosque de la
vegetación del suelo y evaluar la calidad de cada uno.
3.2 Cultivando un jardín
¿Qué es un jardín?
Es un espacio de terreno abierto
delimitado o sin delimitar con el
objetivo de obtener con la recreación,
descanso y placer. Es consciente,
intencional y tiene como objetivo
principal complementar a la
arquitectura circundante. Es casi una
ciencia, donde se involucran varios
factores. Es el arte de transformar con
algún propósi to los elementos naturales exteriores, con la finalidad de
hacer cambios tanto exteriores como interiores.
Estilo de Jardines
Hay básicamente dos estilos, formales e informales, y muchos diseñadores
utilizan combinación de los dos. Se debe tener conocimiento claro de
ambos para no interferir en el diseño, con formas que no contrasten.
Formales: básicamente utilizan formas geométricas, círculos, cuadrados
elipses, estas conforman los elementos horizontales, utilizándolos en la
grama, pavimento, arriates. Superficies planas. Deben de tener una
orientación norte o sur, así se logra un crecimiento homogéneo en ambos
lados, los elementos verticales colocarse equidistantes, con figuras como
conos, esferas, pirámides de piedra o de plantas podadas, la simetría se
obtiene colocando estas especies en parejas. Son adaptables a cualquier
tipo de terreno.
Informales: Esta cercano a un bosque, y se convierte más en paisajista
que fluye hacia el exterior, aquí la naturaleza tiene el control. A este jardín
no se le aplica la influencia de materiales hechos por el hombre, son más
rústicos, se adaptan muy bien a terrenos irregulares o con mucha
inclinación.

Elementos que determinan el diseño de un jardín


Clima: es determinante para el diseño de un jardín, ya que nos indica que
el clima cambia, según el lugar, rangos de temperatura, precipitación
pluvial, humedad relativa, velocidad del viento y su dirección, soleamiento.
El microclima es caluroso, ya que indica que la capa de aire que se
encuentra a pocos pies sobre el nivel del mar (s.n.m).
Topografía: Con este aspecto se determina el diseño del jardín, ya que en
ella influyen la vista, la orientación y ubicación de elementos constructivos.
Se define también con ella, los caminos. Lo contrario sucede con una
topografía plana en ella hay diversidad, hay libertad de posibilidades, no
hay limitantes que marquen hasta donde se puede llegar.
Tierra: Su tipo será determinante para el diseño y plantación del jardín, ya
que dependerá de la acidez o alcalinidad lo que indique que es lo que más
conviene sembrar.
Diseño o proceso de Diseño:
Puede ser tan gratificante como ver ya el jardín terminado. Se inicia desde
el momento que se visita el terreno, la forma, se inician las posibilidades
de lo que puede llegar a ser.
Existen tres pasos que se debe completar para concluir que es lo más
conveniente para ese lugar. Análisis, Evaluación y Síntesis.
Análisis: se evalúa el terreno, se recolecta información sobre nuestro
diseño, se toma en cuenta el clima, topografía, plantas existentes,
construcciones del entorno, caminos, determinar que plantas se podrán
usar, pero sobre todo que es lo que el dueño del jardín quiere y que uso le
piensa dar.
Evaluación: Se ordenan las prioridades, transmitiendo que es lo más
importante en ese momento y que puede quedar para después, en otras
palabras, planificar para hacerlo por etapas.
Síntesis: Con la recolección de toda la información y con ella completa se
inicia el proceso de diseño del jardín.

Puntos Focales:
Es el punto específico donde se quiere llamar la atención dicho de otra
forma el punto donde nuestra vista llega primero y da la mejor impresión.
Métodos de cultivo
Elegir las plantas adecuadas para tu entorno.
como sucede con cualquier tipo de jardín, una planta no estará sana y en
óptimas condiciones si no está bien adaptada al suelo y al clima local.
Selecciona, por lo tanto, las especies y variedades correspondientes.

Apostar por las asociaciones de plantas


Los vegetales cultivados interactúan entre sí de manera favorable o
desfavorable, por lo tanto, te recomendamos poner juntas las plantas que
sean beneficiosas las unas con las otras. Por ejemplo, planta apio cerca de
las coles, o las zanahorias con las cebollas. Sin embargo, algunas plantas
no se llevan bien, como, por ejemplo, las coles y las fresas.

Las plantas silvestres pueden tener también una acción favorable sobre los


cultivos, como el tanaceto o barbotine, o la caléndula que alejan los
insectos.

Otras plantas, por el contrario, atraen a las plagas, dañando los cultivos: la
capuchina tiene un gran poder de atracción sobre los pulgones.

Practicar la rotación de cultivos

La rotación de cultivos es la alternancia, a lo largo de las estaciones, de


diferentes especies vegetales sobre una misma parcela (no se cultiva
nunca la misma planta antes de 4 o 5 años). Este procedimiento evita la
pérdida de sustratos del suelo y evita también la aparición de
enfermedades o plagas.

Mantener la fertilidad del suelo

Conserva la fertilidad mediante la aportación de compost y el acolchado.


Un aporte de compost en el otoño es suficiente para proporcionar los
nutrientes indispensables para las hortalizas o las plantas ornamentales.
No seas demasiado generoso, ya que el exceso de abono favorecerá la
aparición de enfermedades. Se aconseja aportar alrededor de 3 a 4 Kg de
compost por m² de superficie, sobre un suelo medianamente fértil.

Utilizar insecticidas y fungicidas naturales


Pulveriza y rocía tus plantas con preparados vegetales: purín de ortiga y
cola de caballo para prevenir las enfermedades.
Otras formas de cultivar
Con el fin de preservar mejor nuestros recursos y actuar de acuerdo con el
equilibrio natural, la llamada jardinería bio se propone como una
alternativa de desarrollo sostenible y responsable donde el respeto del
medio ambiente es el objetivo número uno.

Iniciarse en un jardín bio se traduce en gestos simples al alcance de


cualquiera. Reciclar un residuo debe ser un comportamiento integrado e
involuntario y no un acto razonado u obligado. Nada como usar el sentido
común.

Desde la perspectiva de mejorar las cosechas y siembras, los más


entusiastas no dudarán en organizar sus cultivos según las fases lunares.
Si plantas o siembras teniendo en cuenta estas fases destacadas en un
calendario lunar, las hortalizas y frutas serán más abundantes y de mejor
calidad. Al menos, eso es lo que manifiestan quienes lo han probado.

3.3 Elaboración de composta


Los desechos caseros de alimentos,
jardinería y embalaje dan la
oportunidad de g enerar composta de
alta calidad, lo cual contribuye a
mejorar el ambiente al retirar esos
residuos del circuito de la
contaminación de suelos, aguas y
atmósfera y enriquecer los cultivos.
Este abono orgánico se genera mediante la degradación microbiana
controlada que se desencadena al colocar capas de materia orgánica
alternadas, airearlas y someter la mezcla a un proceso de descomposición
natural que la mineraliza.

Son materiales idóneos para hacer composta: cáscaras de huevo, restos


de verduras y frutas, residuos de origen animal --huesos, piel, carne y
sangre—; follaje, tallos frescos y hojas secas, además de abonos verdes.

No se utilice vidrio, metal, alambre, plástico, caucho, cenizas frescas,


fibras sintéticas y frutos con espinas; unos no son biodegradables y otros
pueden dañar las manos.

Los trozos de madera deben ser aproximadamente de 1.3 cm, y de 5 cm.


si es papel o restos de alimentos. Partículas más pequeñas permiten mejor
contacto y fermentaciones más rápidas y homogéneas, pero demasiado
pequeñas se compactan e impiden una adecuada aireación.

Adecua la cama de composta. Puede ser un hoyo cavado en el suelo, una


bolsa o bote de plástico, un depósito de cemento, malla de alambre, acero
inoxidable o madera, y procede:

1.    Coloca una capa de paja de 30 cm de altura a lo largo de la cama  y


encima restos de jardinería, viruta o aserrín, desechos de hortalizas.
Humedece profusamente.

2.    Agrega una capa de 15 cm. de restos de comida o de jardinería.


Humedece.
3.    Añade una capa de entre 5 y 10 cm de estiércol desmenuzado y
humedece.

4.    Alterna otras capas iguales a las anteriores.

5.    Evita que la composta se seque para evitar invasión de ácaros,


hormigas u otros animales, o que se moje en exceso porque proliferan los
hongos y despide mal olor.

6.    Voltea la composta a los 15 días y luego cada semana. Cuida que la


temperatura se mantenga entre los 50 y 60 oC. Si no aumentó el calor,
voltea nuevamente y agrega tierra, agua, estiércol o residuos verdes.
Mantén un equilibrio entre material verde y seco. Adiciona tierra para que
los microorganismos aceleren el proceso.

7.    Una vez lista la composta, almacena en costales y guárdalos en un


lugar seco hasta que los utilices para fertilizar tu huerto casero o tus
macetas.

Referencias:
https://www.diferenciador.com/recursos-renovables-y-no-
renovables/#:~:text=Los%20recursos%20renovables%20son
%20aquellos,menor%20al%20de%20su%20consumo.&text=Los
%20recursos%20no%20renovables%2C%20en,que%20su%20cantidad
%20es%20limitada.
https://ria.utn.edu.ar/bitstream/handle/20.500.12272/4128/Sottano
%20Recursos%20ECEFI%202014.pdf?
sequence=1&isAllowed=y#:~:text=Usar%20racionalmente%20los
%20recursos%20naturales%20implica%20realizar%20acciones%20para
%20proteger,producci%C3%B3n%20como%20tambi%C3%A9n%20el
%20consumo.
https://www.ashestolife.es/la-piel-de-la-tierra/
http://www.rtve.es/las-claves/huella-ecologica-2018-05-30/
http://archivos.diputados.gob.mx/Centros_Estudio/Cesop/Eje_tematico/3_
mambiente.htm
https://journals.openedition.org/polis/9877
https://www.responsabilidadsocial.net/residuos-que-son-definicion-
clasificacion-manejo-y-
ejemplos/#Manejo_gestion_y_tratamiento_de_residuos
https://www.nueva-iso-14001.com/2016/11/7-pasos-manejo-residuos-iso-
14001/
https://eos.com/es/blog/reforestacion/
http://www.sabelotodo.org/agricultura/arboles/reforestacion.html
http://biblioteca.usac.edu.gt/tesis/02/02_3324.pdf
https://www.manomano.es/consejos/como-cultivar-un-jardin-bio-6747
https://www.gob.mx/semarnat/articulos/composta-casera-mejora-plantas-y-
suelos-a-costos-economicos-con-materiales-accesibles?idiom=es

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