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DESARROLLAR LA PRÁCTICA
REFLEXIVA EN EL OFICIO DE ENSEÑAR.
Perrenoud, P.
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MTRO. ANTONIO ORTIZ SANDOVAL

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EDGAR ISAAC LUÉVANO HERRERA
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DESARROLLAR LA PRÁCTICA REFLEXIVA EN EL OFICIO DE ENSEÑAR.

Perrenoud, P.

Todas las profesiones son oficios, mientras que no tos los oficios son profesiones, la
actividad profesional está gobernada básicamente por unos objetivos y una ética, un
profesional reúne las competencias del creador y las del ejecutor: aísla el problema, lo
plantea, concibe y elabora una solución y asegura su aplicación. Un profesional jamás
parte de cero conserva muy presente en su mente la teoría, los métodos, la
jurisprudencia, la experiencia, las técnicas más validas y los conocimientos más
avanzados.

La competencia profesional puede entenderse como la capacidad de gestionar el


desajuste entre el trabajo prescrito y el trabajo real. Una parte importante del
profesional es la autonomía la cual nos permite hacer frente a los límites del trabajo
prescrito, cuando esté falla o no se ajusta a la realidad, la misma autonomía es
fundada en una confianza, en sus competencias y en su ética, mismos que lo llevan
asumir una responsabilidad de sus actos moralmente, civil y penal. En teoría un
profesional es quien puede saber lo que tiene que hacer y cómo hacerlo de la mejor
manera posible.

Para evolucionar hacia una mayor profesionalización del oficio, es necesario que los
enseñantes asuman riesgos y dejar de protegerse detrás del sistema, entonces a
cambio de una responsabilidad personal mayor, se dispondrían de una autonomía
más amplia.

Grandes pedagogos, han considerado al enseñante como un inventor, in investigador,


un artesano, un aventurero y que se perdería si no fuera porque reflexiona con
intensidad sobre lo que hace y aprende rápidamente de su propia experiencia.

Para formar principiantes reflexivos, la formación inicial tiene que preparar al futuro
enseñante a reflexionar sobre su práctica, centrarse en determinados temas,
establecer modelos, ejercer la capacidad de observación, de análisis, de
metacognición y de matacomunicación. El reto estriba en proporcionar a la vez
actitudes, habitus, saber hacer, en el método y en las posturas reflexivas, es
importante también crear lugares para el análisis de la práctica y de reflexión sobre la
forma de cómo pensamos. Aprender a hacer lo que no se sabe haciéndolo.

La formación inicial está dirigida a estudiantes en el aula, la formación continua se


imparte a enseñantes que trabajan, dicha formación continua se ha organizado en
primer lugar alrededor de actualizaciones de conocimientos disciplinares, de las
referencias didácticas y las habilidades tecnológicas, tiene como objetivo atenuar el
desfase entre de lo que los profesores aprendieron en su formación inicial y lo que
hoy día se puede afirmar a partir de la evolución de saberes académicos y en general
las ciencias de la educación. Pero esta formación es breve y se centra en la
información y conocimientos y no en la práctica del enseñante, pocas son las que se
centran en el análisis de los procesos y la práctica, es así como se logra reflexionar.

Hoy en día, paradójicamente, los modelos conceptúales de la practica reflexiva y de


su génesis están anclados más bien en las formas de formación inicial, en el sentido
del aprendizaje por problemas y del procedimiento clínico, el análisis de la práctica, el
trabajo sobre el habitus y el trabajo por situaciones problemas, desarrollan la práctica
reflexiva, la cual exige una postura, una identidad y un habitus especifico.

La práctica reflexiva puede extenderse, en el sentido general de la palabra, como la


reflexión de de la situación, reflexionar durante la acción consiste en preguntarse lo
que pasa o va pasar, lo que podemos hacer, cuál es la mejor táctica, qué
orientaciones, qué precauciones hay que tomar, qué riesgos existen, entonces se
podría hablar de práctica reflexionada. Reflexionar sobre la acción, es tomar la propia
acción como reflexión ya sea para compararla con un modelo prescriptivo, a lo que
habíamos podido hacer de más, toda acción es única, pero en general pertenece a
una familia de acciones del mismo tipo provocadas por situaciones parecidas, en la
medida que la acción singular se cumple, reflexionar sobre ella sólo tiene sentido a
posteriori, si es para comprender, aprender, integrar lo que ha sucedido.

La reflexión en la acción provoca a menudo la reflexión sobre la acción, porque pone


en reserva cuestione imposibles de tratar en el momento, pero que el practicante
quiere volver a analizar con más calma. La reflexión sobre la acción nos permite
anticipar y preparar al practicante, a menudo sin él advertirlo, para reflexionar más
rápido en la acción y para prever mejor la hipótesis.
En plena acción pedagógica, hay poco tiempo para meditar y se reflexiona
principalmente para guiar el siguiente paso, la reflexión en la acción es, por lo tanto,
rápida, guía un proceso de decisión, sin recurso posible a opiniones externas, sin la
posibilidad de pedir un tiempo muerto, este proceso puede llevar a la decisión de no
intervenir inmediatamente para darse tiempo de reflexionar con más tranquilidad. Una
parte importante de la reflexión en la acción permite simplemente decidir si tenemos
que actuar inmediatamente o si podemos darnos algo de tiempo para la reflexión
tranquila.

La reflexión fuera del impulso de la acción, a menudo es a la vez retrospectiva y


prospectiva, y conecta el pasado y el futuro, en particular, cuando el practicante está
realizando una actividad que se prolonga, la reflexión está dominada por la
retrospectiva cuando se produce por el resultado de una actividad o de una
interacción, o en un momento de calma, consiste en ayudar a construir un balance, a
comprender lo que ha funcionado o no o a preparar la próxima vez. La reflexión
después de la acción puede capitalizar la experiencia, e incluso transformarla en
conocimientos susceptibles de ser utilizados de nuevo en otras circunstancias.

En un primer nivel, la reflexión sobre nuestro sistema de acción cuestiona los


fundamentos racionales de la acción: la información disponible, su tratamiento, los
conocimientos y los métodos con los que nos ayudamos, es en los esquemas donde
hay que buscar los conocimientos en acto del individuo, un esquema guía la acción,
pero no impide la variación, la innovación, la diferenciación a partir de la trama
memorizada.

Un enseñante reflexivo no cesa de reflexionar a partir de que consigue arreglárselas,,


la reflexión se convierte en una forma de identidad y de satisfacción profesionales,
entrega con herramientas conceptuales y métodos, a la luz de los diferentes
conocimientos en la interacción con otros practicantes, revisa constantemente sus
objetivos, sus propuestas, sus evidencias y sus conocimientos, él mismo teoriza sus
prácticas, se plantea preguntas, intenta comprender sus fracasos, se proyecta en el
futuro; prevé una nueva forma de actuar para la próxima vez, se concentra en
objetivos más definidos y explica sus expectativas y métodos, exige una actitud y una
identidad particulares.

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