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KIER A a Magia ee Se hallan reservados todos los derechos. Sin autorizacién escrita del editor, queda prohibida la reproduccién total o parcial de esta obra por cualquier medio -mecanico, electrénico y/u otro- y su distribucién mediante alquiler o préstamo publicos. Eliphas Levi Dogma y ritual de la alta magia - 1a ed. 16a reimp. - Buenos Aires : Kier, 2007. 920 p. ; 29x16 cm. (Hécate) ISBN 978-950-17-0903-2 1. Esoterismo-Magia. CDD 133.43 Titulo original francés: Dogme et Ritue! de la Haute Magie Disefio de tapa: Graciela Goldsmiat LIBRO DE EDICION ARGENTINA ISBN 978-950-17-0903-2 Queda hecho el depésito que marca la ley 11.723 © 2007 by Editorial Kier S.A., Buenos Aires Av. Santa Fe 1260 (C1059ABT), Buenos Aires, Argentina. Tel: (54-11) 4811-0507 Fax: (54-11) 4811-3395 http://www. kier.com.ar - E-mail: info@kier.com.ar Impreso en la Argentina Printed in Argentina INTRODUCCION A través del velo de todas las alegorias hierdticas y misticas de los antiguos dogmas, a través de las tinieblas y de las bizarras pruebas de todas las iniciaciones, bajo el sello de todas las escrituras sagradas, en las ruinas de Ninive o de Tebas, sobre las carcomidas piedras de los antiguos templos y sobre Ja ennegrecida faz de las esfinges de Asitia o de Egipto, en las monstruosas 0 maravillosas pinturas que traducen para Jos creyentes las paginas sagradas de los Vedss, en los extrafios emblemas de nuestros antiguos libros de alquimia, en las ceremonias de recepcién practicadas por todas las sociedades secretas, se encuentran Jas huellas de una misma doctrina y en todas partes, cuidadosamente oculta. La filosofia oculta pa- rece, pues, haber sido la nodriza o la madrina de todas las teligiones, la palanca secreta de todas las fuerzas intelectuales, la Mave de todas las oscuridades divinas y Ja reina absoluta de Ja sociedad, en las edades en que ella estaba exclusivamente reservada a Ja educacién de los sacerdotes y de los reyes. ‘Habia rinado en “ersia con los magos, que un dia perecieron, como perecen los duefios del mundo, por haber abusado de su podeé; habia dotado a la India de las més maravillosas tradiciones y de un lujo increible de poesia, de gracia y de terror en sus emblemas; habia civilizado a Grecia mediante los cuidados de la lira de Orfeo; ocultabe los principios de todas las ciencias y de todos los progre- sos del espiritu humano, en los audaces célculos de Pitégoras; la fabula estaba Hena de sus milagros, y Ja historia, cuando trataba de juzgar ese poder descono- cido, se confundia con la fébula; derrumbaba 0 afirmaba Jos imperios por sus ordculos; hacia palidecer a los tiranos sobre su trono, y dominaba en todos los espiritus por la curiosidad o por el temor. A esta ciencia, decia la muchedumbre, nada le es imposible; manda a los elementos, sabe el lenguaje de los astros y disi- ge la marcha de las estrellas; Ja luna, a su vez, cae sangrando desde el cielo; los muertos se levantan de sus tumbas y articulan palabras fatales que ¢l viento de la noche repercute. Duefia del amot 0 del odio, Ia ciencia puede dar a su antojo, a los corazones humanos el paraiso o el infierno; dispone, a su placer, de todas Jas formas y distribuye como le place, la fealdad o la belleza; cambia, a su vez, con ta varilla de Circe, a los hombres ea brutos y a los animales en hombres; dispone también de la vida o de la muerte y puede conferir a su adepto la riqueza, por la transmutacién de los metales y la inmortalidad por su quinta esencia y sw elixir, compuesto de oro y de luz. He aqui lo que habia sido la Magia desde Zoroastro 10 furpHas Liv hasta Manés, desde Orfeo hasta Apolonio de Tyana, cuando el cristianismo posi- tivo, triunfante, al fin de los hermosos suefios y de las gigantescas aspiraciones, de la escuela de Alejandria, os6 fulminar pablicamente su filosofia con su anate- ma, reduciéndola, por esta causa, a ser mas oculta y mis misteriosa que nunca. De otra parte, circulaban con respecto a los iniciados y a los adeptos, ru- mores extraios y alarmantes; esos hombres estaban rodeados por todas partes de una influencia fatal; mataban o haclan enloquecer a aquellos que se dejaban arrastrar por su meliflua elocuencia o por el prestigio de su sabiduric, Las muje- res que amaban se convertian en Estriges, sus hijos: desaparecian en los conven- ticulos nocturnos, y.se hablaba, en voz baja y temblando, de sangrientas orgias y de abominables festines. Se habian encontrado osamentas en los subterrineos de los antiguos templos; se habian escuchado alaridos durante la noche; las cosechas se malograban y los rebafios languidecian, cuando cl mago pasaba por delante de aquéllas y de éstos. Erifermedades, que desafiaban el arte de Ia medicina, hacian su aparicién en el mundo —decian— bajo las venenosas miradas de los adeptos. £n fin, un grito universal de reprobacién se eleva contra la magia, cuyo solo nombre es un crimen, y el odio del vulgo se formula por este decreto: “jAl fuego Jos magos!", como se habia dicho algunos siglos antes: “Los cristianos a los Icones”, Ahora bien, las multituaes no conspiran m4s que contra los poderes reales; no tienen Ja ciencia de lo que es verdadero, pero en cambio tienen el instinto de Jo que es fuerte, Estaba reservado al siglo xvui el reirse, a la vez, de los cristianos y de la magia, cubriendo de fango de igual modo las homilias de Juan Crisdstomo y los prestigios de Cagliostro. Sin embargo, en el fondo de Ja magia hay ciencia, como en el fondo del cristianismo hay amor,.y en los simbolos evangélicos vemos al Verbo encarnado, adorado en su infancia por tres magos a quienes guia una estrella (el ternario y el signo del microcosmo) y recibiendo de ellos el oro, el incienso y la mirra; otro temnario misterioso bajo cuyo cmblema estén contenidos alegéricamente los més elevados secretos de la cibala, EI cristianismo no debja odiar a la magia; pero la ignorancia humana siem- pre tiene miedo a lo desconocido. La ciencia se vid obligada a ocultatse para ibrarse de las apasionadas agresiones de un amor ciego; se eavolvié en nuevos jetoglificos, disimul6 sus esfuerzos y disfraz6 sus esperanzas. Entonces fué creada Ja jerga de la alquimia, continua decepcién para el vulgo, ansioso de oro, pero lengua viva para los verdaderos discipulos de Hermes. Y jcosa singular!, existen en los sagrados libros de los cristianos, obras que a Iglesia infalible no tiene Ia pretensién de comprender, ni ha tritado nunca de explicar; la profecia de Ezequiel y el Apocalipsis; dos claviculas cabalistas, reser- vadas sin duda en el cielo para que los comenten los reyes magos; libros cetrados y sellados con siete sellos para los fieles creyentes y perfectamente claros para el infiel iniciado en las ocultas ciencias. Otro libro existe atin; pero éste, aunque sea hasta cierto punto popular y se Je encuentre por todas partes, es el mas oculto y el més desconocido de todos, porque contiene la clave de todos los demis; se le ha dado publicidad, sin ser DOGMA ¥ RITUAL DE LA ALTA MAGIA i conocido por el piiblico; no se preocupen de pensar en dénde esté, porque perde- sfan mil veces el tiempo. Este libro, mAs antiguo quizis que el de Henoch, jamés hha sido traducido, y estd escrito totalmente en caracteres primitivos y en paginas sueltas como fas tabletas de los antiguos. Un distinguido sabio ha revelado su existencia, siendo de advertir que lo que le ha llamado la atencién, no ha sido precisamente el secreto, sino la antigiiedad y su singular conservacién; otro sabio, pero de un espiritu mas fantistico que juicioso, se ha pasado treinta afios estu- diindolo, sin comprender nada mis que su indiscutible importancia, Se trata, en efecto, de una obra monumental y singular, sencilla y fuerte como la arquitectura de las pirimides, y duradera, por consiguiente, como ellas; libro que resume todas las ciencias y cuyas infinitas combinaciones pueden resolver todos los problemas: libro que habla y hace pensar; inspirador y regulador de todas fas combinaciones posibles; la obra maestra quiz4 del espirita humano, y seguramente una de las més hermosas que nos ha legado la antiguedad; clavicula universal, cayo nombre no ha sido comprendido y explicado mis que por el sabio iluminado Guillermo Pos- tel; texto Unico, cuyos primeros caracteres, tan s6lo extasiaron el espiritu religioso de San Martin, y hubieran dado la razén al sublime e infortunado Swedenborg. Este libro —ya hablaremos de él— y su explicacién matemitica y rigutosa, ser& el complemento y Ia corona de nuestro wuncienzudo trabajo. La alianza original del cristianismo y de la ciencia de los magos, si queda una vez mas bien demostrada, no serd un descubrimiento de mediana importan- cia, y no dudamod que el resultado de un estudio serio de la magia y de la cabala, conducird a los espiritus serios a la conciliacién, considerada hasta el presente como imposible, entre la ciencia y el dogma, y entre la raz6n y Ia fe ‘Ya hemgs dicho que la Iglesia, cuyo atributo especial es el depédsito de las aves, no pretende tener las del Apocalipsis 0 de las visiones de Ezequiel. Para los cristianos y en opinién suya, las claviculas cientificas y magicas de Salomén se han' perdido. Es cierto, sin embargo, que en el dominio de la inteligencia, gobernada por Ex. Verso, nada de lo que esté escrito se pierde; solamente las cosas que los hombres cesan de comprender, no existen ya para ellos, al menos como verbo. Estas cosas penetran entonces, en el dominio del enigma y del misterio. De otra parte, Ja antipatia y aun la guerra abierta de la Iglesia oficial contra todo lo que entra en el dominio de la magia, que es una especie de sacerdocio personal y emancipado, obedece a causas tan necesarias ¢ inherentes como las del sacerdocio cristiano. La Iglesia ignora lo que es 1a magia, porque debe ignorarlo todo o petecer, como lo demostraremos més tarde, La conoce menos que su mis- terioso fundador, que fué saludado en su cuna por los tres magos, es decir, por los embajadores hieraticos de las tres partes del mundo conocido y de los tres mundos analégicos de la filosoffa oculte. En la escuela de Alejandria, la magia y el cristianismo se dan casi la mano thajo los auspicios de Ammonius Saccas y de Platén, El dogma de Hermes se en- cusentra casi todo entero en Jos escritos atribuidos a Dionisio el Areopagita. Sine- si0s traza el plan de un tratado de los suefios, que hubo de ser comentado més tatde por Cardin, y compone himnos que podrian servir a Ia liturgia de la Iglesia de Swedenborg, si una Iglesia de iluminados pudiera tener una liturgia, Es tam- 12 fupaas Livi bién a esta época de abstracciones ardientes y de logomaquias apasionadas que se debe agregar el refnado filoséfico de Juliano, llamado el Apéstatz, porque en su juventud habia hecho, en contra de su voluntad, profesién de fe en el cristianis- mo. Todo el mundo sabe que Juliano tuvo la desgracia de ser un héroe de Plu- tarco, injustamente, y fué, si asi puede hablarse, el Don Quijote de la Caballeria somana; pero lo que todo el mundo no sabe, es que Juliano era un iluminado y un iniciado de primer orden; era un individuo que creia en la unidad de Dios y en cl dogma universal de Ja Trinidad; era, en una palabra, un ser qué no admi- tia del antiguo mundo mis que sus magnificos simbolos y sus muy graciosas imagenes. Juliano no era pagano, sino un gnéstico atiborrado de las alegorfas del politeismo griego, y que tenia la desgracia de encontrar menos sonoro el nombre de Jesucristo que el de Orfeo. Como emperador pagé sus gustas de colegio como filésofo y como retérico, y, después que se hubo dado a si mismo el placer de expirar como Epaminonda, con frases de Catén, tuvo de Ja opinién publica, ya toda cristians, anatemas por oracién fiinebre y un epiteto infamante por altima celebridad. Pasemos por alto las pequefieces del Bajo Imperio y Meguemos a la Edad Media... Tomad ese libro, leed en Ja séptima pigina y sentaos después sobre el Manto que yo voy a extender y con una de cuyas puntas nos taparemos los ojos. . . ‘Vuestra cabeza da vueltas, no es eso, y os parece asi como si Ja tierra huyera de yuestros pics? Mantencos firmes y no miréis... £1 vértigo cesa, hemos Iegado. Levantaos y abrid los ojos; pero guardaos bien de hacer signo alguno y de pro- nunciar palabra cristiana alguna. Estamos en un paisaje de Salvator Rosa. Es un desierto que reposa después de haberse desencadenado en él una tormenta, La luna no resplandece en el cielo. Pero, jno veis oscilar las estrellas por entre los matorrales? {No escuchdis a vuestro alrededor el revoloteo de gigantescos pa- jaros que, al pasar, parece que murmuraran palabras catraiias? Aproximémonos silenciosamente a la encrucijada. Una ronca y fanebre trompeta se deja ofr; una infinidad de antorchas se iluminan por todas partes. Una numerosa asamblea se congrega alrededor de un circulo que esti vacio; miran y esperan, De pronto, todos los concurrentes se prosternan y murmuran: jHelo ahi, helo ahi! jEs él! Un principe con cabeza de macho cabrio llega contonedndose, sube sobre su tro- no, se inclina y presenta a Ja asamblea un rostro humano, al que todo el mundo acude, cirio negro en mano, a ofrecerle un saludo y un ésculo; Iuego se endereza, lanza una catcajada estridente y distribuye a sus fieles oro, instrucciones secretas, medicinas ocultas y venenos. Mientras tanto se encienden fuegos; ahi arden hele- chos y lefia de aliso, mezclados con osamentas humanas y’ grasas de ajusticiados. Dmuidesas coronadas de apio silvestre y de verbena, sactifican con hoces de oro nifios sustrafdos al bautismo y preparan horribles dgapes. Las mesas se ponen; Jos hombres enmascarados se colocan al lado de Jas mujeres scmidesnudas, y co- mienza la bacanal. Nada falta alli, excepto la sal, que es el simbolo de la sabi- durfa y de la inmortalidad. Corre el vinp a torrentes, dejando manchas semejantes a. la sangre; comien. zan las conversaciones y las caricias obscenas; toda la concurrencia estd borracha de vino, de lujuria y de canciones deshonestas. Todo el mundo se levanta en desorden y se forman los cotros infernales... Llegan entonces todos los mons- DOGMA Y RITUAL DE LA ALTA MAGIA 13 truos de la leyenda, todos ‘los fantasmas de las pesadillas; sapos enormes tocan Ja flauta al revés, y soplan, y soplan, apretando las ances con sus patas; escaraba- jos cojitrancos sc mezclan en la danza; cangrejos hacen sonar las castafuclas; Cocodrilos tocan guitarras en sus escamas; Megan elefantes y mamutes vestidos de Cupico y Jevantan las patas como si danzaran,.. Luego los corros se deshacen y sé dispersan... Cada danzante se leva a su pareja despeinada. ..Las limparas y Jos fuegos se apagan, perdiéndose el humo entre las sombras... Aqui, alli y acull4 se escuchan gritos, carcajadas, blasfemias y estertores... Vamos, despertaos, y no hagiis el signo de la cuz. Yo os he transportado y estdis en yuestro lecho, ‘es encontrais un tanto fatigados, un poco si ¢s, no es magullados, a causa del viaje y de la mala noche; pero habéis visto una cosa de la que todo el mundo habla sin conocerla. Est4is iniciados en tertibles secretos como del antro de Tro- fonio, ;Habéis asistido al Sabbat! De deseat ¢s que no os volvais locos y que os mantengéis en un saludable temor de la justicia y a una distancia respetuosa de Ta Iglesia y de sus hogueras. @Qutréis ver ahora alguna cosa menos fantistica, més real, y verdaderamente mis terrible? Pues os haré asistir al suplicio de Santiago de Molay y de sus cém- plices, 0 de sus hermanos en mattitio... Pero, no os engafitis y no confundais al culpable con el inocente. ;Han adorado realmente los templarios a. Baphomet, o han dado un humillante abrazo a Ja faz posterior del macho cabrio de Mendés? Qué era, pues, esa asociacién secreta y poderosa que ha puesto en peligro a la Iglesia y al Estado y la cual exterminaron sin ofrla? No juzguéis a la ligera; son culpables de un gran crimen, han dejado ver a los profanos el santuario de la antigua iniciacién; han recogido para repattirlo entre si, y hacerse los duefies del mundo, los frutos de la ciencia del bien y del mal. El decreto que los condena se remonta més alld que el mismo tribunal del Papa o de Felipe el Hermoso. “El dia que comas de este fruto, morirds', habia dicho el mismo Dios, segan vemos en el Génesis. Qué ha ocurtido en el mundo y por qué los sacerdotes y los reyes han tem- blado? ¢Qué poder secreto amenaza las tierras y las coronas? He ahi algunos Jocos: que corren de pais en pais y que ocultan, segin dicen, la piedra.filosofal, bajo sus harapos y su miseria. Pueden cambiar la tierra en oro, y sin embargo jcarecen de pan y de asilo! Su frente esti cefiida por una aureola de gloria y por un feflejo de ignominia, El uno ha encontrado la ciencia universal y no sabe cémo morir para escapar a las torturas de su triunfo: es el mallorquino Raymundo Lulio. El otto cura con remedios fantisticos las enfermedades imaginarias y ofrece un formal mentis al proverbio que comprueba la ineficacia de un cauterio en una pierna de madera; es el maravilloso Paracelso, siempre ebrio y: siempre licido como los hétoes de Rabelais. Aqui es Guillermo Postel, que escribe ingenuamente @ los Padres del Concilio de Trento que ha encontrado Ja doctrina absoluta, oculta desde el comienzo del mundo y que anhela comunicarsela a ellos cuanto antes. El Concilio no se conmueve por el loco'y ni aun se digna condenarle y pasa a cxa- minar cuestiones tan graves como la gracia eficaz y la gracia suficiente. Aquel que vemos morir pobre y abandonado es Comelio Agrippa, el menos mago de todos, y a.quien el vulgo se obstina en considerarle como el mayor hechicero del mundo, porque eta a veces satirico y mistificador. ¢Qué secreto se han Ilevado todos esos 14 fupHas Lévr hombres a sus tumbas? ¢Por qué se los admira sin haberlos conocido? ¢Por qué se los condené sin escucharlos? gPor qué cstn iniciados en esas terribles ciencias ocultas de las que Ia Iglesia y la sociedad tienen miedo? ¢Por qué saben ellos lo que los demis hombres ignoran? ;Por qué disimulan ellos lo que todo el mundo arde en saber? ¢Por qué estén investidos de un poder terrible y desconocido? ;Las ciencias ocultas! jLa magia! He aqui dos palabras que os dicen todo y que aun pueden hacernos pensar mas, De omni re scibili et quibusdam aliis. Qué es, por tauw, la magia? ¢Cudl era el poder de esos hombres tan perse- guidos y tan fieros? ¢Por qué si eran tan fuertes no han vencido a sus enemigos? ¢Por qué si eran tan insensatos y tan débiles se les dispensaba el honor de temer- los? ¢Existe una magia, existe verdaderamente una ciencia oculta que sea cierta- mente un poder y que opere prodigios capaces de competir con los milagros de Jas religiones ‘autorizadas? A estas preguntas principales responderemos con una palabra y con un libro. El libro serd la justificacién de la palabra y esta palabra es: si, ha existido y existe todavia una magia poderosa y real; si, todo cuanto las leyendas dicen es cierto; aqui, Gnica y contrariamente a lo que ocurre generalmente, las exageracio- nes populares no estaban sdlo cerca de Ia verdad sino muy por debajo de ella. ‘Si, existe un secreto formidable caya revelacién ya ha transtornado el mundo, como Jo atestiguan Jas tradiciones de Egipto, resumidas simbdlicamente por Moi- sés, en el comienzo del Génesis, Ese secreto constituye la ciencia fatal del bien y del mal y su resultado, cuando se divulga, es la muerte. Moisés lo representa bajo la figura de un arbol que estd en ef centro del paraiso terrenal, y cerca del arbol de la vida con el cual hasta comparte las raices; los cuatro misteriosos, toman su manantial al pie de este arbol que esti guardado por la espalda flameante y por Jas cuatro formas de la esfinge biblica, el querubin de Ezequiel... Aqui debo detenerme y hasta temo haber dicho demasiado. Si, existe un dogma ‘nico, universal, imperecedero, fuerte como la razén suptema, sencillo como todo lo que es grande, inteligible como todo Jo que es universalmente y absolutamente verdadero, y ese dogma ha sido el padre de todos los demis. Si, existe una ciencia que confiere al hombre prerrogativas, en apariencia sobrehumanas, helas aqui tales y como las he hallado enumeradas en un manus- crito hebreo del siglo xvi. He aqui ahora cudles son los privilegios y los poderes del que tiene en su mano derecha las claviculas de Salomén, y, en la izquierda, la rama florida det almendro: N Aleph.—Ve a Dios cara a cara, sin morir, y conversa familiarmente con Ios siete genios que mandan a toda la milicia celeste. 3 Beth—Bsté por encima de todas las aflicciones y de todos los temores. 3 Ghimel.—Reina en todo el cielo y se hace servir por todo el infierno, “| Daleth—Dispone de su salud y de su vida y puede disponer de Jas de Jos dems. 71 He.—No puede ser sorprendido ni por el infortunio, ni agobiado por los. desastres, ni vencido por sus enemigos. DOGMA ¥ RITUAL DE LA ALTA MAGIA. 16 | Vau.—Sabe !a razén del pasado, del presente y del porvenir. } Dzain.—Tiene el secreto de la resurreccién de los muertos y Ia lave de Ja inmortalidad, Estos son los siete grandes privilegios. He aqui ahora los que vienen después: Mi Cheth._—Tener 1a medicina universal. % Teth—Encontrar la piedra filosofal. % Jod.—-Conocer tas Ieyes del movimiento continuo y poder demostrar la cuadratura del circulo, 2 Copb.—Cambiar en oro, no solamente todos los metales sino también Ja misma tierra, y aun las inmundicias de Ia misma. 5 Lamed—Domar a los animales més feroces y saber pronunciar palabras que entumecen y encantan las serpientes. 13 Mem.—Poseer el atte notorio que da la ciencia universal. } Nun—Hablar sabiamente sobre todas es cosas sin preparacién y sin estudio, He aqui, por ultimo, los siete menores poderes del mago. D Samech—Conocer a primera vista el fondo del alma de los hombres y Jos misterios del corazén de las mujeres. Forzar, cuando le plazca, a la naturaleza y revelarse. Prever todos los acontecimientos futuros que no dependan de ur libre albedrio superior, o de una causa inapercibida. ‘8 Tsade.—Prestar en el acto a todo el mundo los consuelos mis eficaces y Jos consejos més saludables. "| Resch—Dominar el amor y el odio. W Schin.—Tener el secreto de las riquezas; ser siempre. el amo y no el es- davo, Saber gozar aun en Ja pobreza y no caer ounca ni en la abyeccién ni en Ja miseria, D) Thau.—Agregaremos nosotros a estos tres septenarios que el sabio go- bierna a los dementes, aplaca Jas tempestades, cura las enfermedades con el tacto y tesucita los muertos. Estas son las cosas que Salomén sellé con su triple sello. Los iniciados saben y basta, En cuanto a los demds, que rian, que crean, que duden, que amenacen 0 que tengan miedo, ¢qué importa a la ciencia y qué a nosotros? Tales son, efectivamente, los resultados de la filosofia oculta, y estamos en condiciones de no tener una acusacién de Jocura o una sospecha de charlatanismo al afirmar que todos estos privilegios son reales. Esto es lo que todo nuestro trabajo, acerca de Ia filosoffa oculta, tendré que demostrar. . La piedra filosofal, la medicina universal, la transmutacién de los meteles, Ja cuadratura del circulo y el secreto del movimiento continuo. no son, pues, nt 16 furpuas Livi mistiffcaciones de la ciencia, ni ensuefios de la locura; son términos que es preciso comprender en iu verdadero sentido, y que manifiestan todos los diferentes usos de un mismo secreto, los diferentes caracteres de una misma operacién que se de- fine de una manera més general, Ilamindola Gnicamente la gran obra. Existe asimismo en la naturaleza una fuerza mucho més poderosa, siquiera sea en otra forma que el vapor, y por medio de Ja cual, un solo hombre que pu- diera apoderarse de ella y supiera ditigirla, trastornacia y cambiaria la faz del mundo. Esta fuerza era conocida por los antiguos, y consiste en un agente univer- sal cuya Jey suprema es el equilibrio y cuya direccién tiende inmediatamente al gran arcano de la magia transcendental. Por medio de la direccién de ese agente, se puede cambiar el orden de las estaciones; producir en la noche fenémenos inhe- rentes al dia, corresponder en un instante de uno a otro confin del mundo; ver, como Apolonio, lo que ocurria al otro extremo de Ia tierra; dar a la palabra un éxito y una repercusién universal. Este agente, que apenas se revela ante el tacto de los discipulos de Mesmer, es precisamente lo que Jos adeptos de la Edad Media Iamaban la materia primera de la gran obra. Los gnésticos hacian {gneo el cuerpo del Espiritu Santo, y a él era a quien adoraban en los sitios secretos del sabbat 0 del templo, bajo la jetoglifica figura de Baphomet 0 del macho cabrio de André- gino de Mendés. Todo esto quedaré demostrado. Tales son los sectetos deta filosofia oculta; tal se nos aparece !a magia en la historia, vedmosla ahora, en los libros y en Las obras, en las iniciaciones y en Jos ritos. La clave de todas las alegorias migicas se encuentra en las Hojas que hemos sefialado y creemos son obra de Hermes. Alrededor de este libro, que se puede Ilamar la clave de la béveda de todo el edificio de las ciencias ocultas, vierien a establecerse numerosas leyendas que son, o Ia tradicién parcial, 0 el comentario sin cesar renovado bajo mil distintas formas. Algunas veces, esas ingeniosas fé- bulas se agrupan armoniosamente y forman una gran epopeya que caracteriza una época, sin que la muchedumbre pueda explicar cémo ni por qué. Asi es como la fabulosa historia del Vellocino de Oro, resume, velindolos, los dogmas herméticos y magicos de Orfeo, y si nos remontamos a las poestas misteriosas de Grecia, ‘veremos cémo los Santuarios de Egipto y !a India nos espantan hasta cierto punto con su lujo y nos dejan absortos ante la acumulacién de sus riquezas; luego llega mos a la Thebaida, esta aterradora sintesis de todo el dogma presente, pasado y futuro, esa fibula, por decitlo asf, infinita, que toca, como el dios Orfeo, a las dos extremidades del ciclo de Ja vida humana, jCosa extrafia! Las siete puertas de TTebas, defendidas y atacadas por sicte jefes que han jurado sobre Ja sangre de una victima, tienen el mismo sentido que los siete sellos del libro sagrado expli- cado por siete genios, y atacado por un monstruo de siete cabezas, después de haber sido abierto por un cordero vivo ¢ inmolado en el libro alegérico de San Juan. El origen misterioso de Edipo, que se encuentra suspendido como um fruto sangrando sobre un arbol del Cytheron, recuerda los simbolos de Moisés y los relatos del Génesis. Lucha contra su padre y le mata sin conocerle; espantosa profecia de la emancipacién ciega de Ia razén sin la ciencia; después Mega en- frente de la esfinge. jLa esfinge! El simbolo dé los simbolos, el enigma eterno para el vulgo, el pedestal de pranito de la ciencia de los sabios, el monstruo de- aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. DOGMA ¥ RITUAL DE LA ALTA MAGIA 19 secreto de la gran obra o de la piedra filosofal, 0 el movimiento continuo, o 1a cuadratura del circulo, o Ia medicina universal, f6rmulas que los salvaba con frecuencia de la persecucién y del odio hacindolos tildar de locura, férmulas que manifestaban, cada una de por si, una de las fases del gran secreto magico, como lo demostraremos més tarde. Fsta ausencia de epopeyas dura hasta nuestra novela de la Rosa; pero, el simbolo de la rose, que manifiesta también el sentido misterioso y magico del poema del Dante, esté tomada de la alta Cabala y ya es tiempo de que abordemos este inmenso manantial oculto de la filosofia universal. La Biblia, con todas las alegorias que encierta, no manifiesta sino de una manera incompleta y velada, la ciencia religiosa de los Hebreos. El libro de que hemos hablado y cuyos caracteres hieréticos explicaremos, el libro que Guillermo Postel denomina El Génesis de Henoch, existia seguramente antes de Moisés y de los profetas, cuyo dogma, idéntico en el fondo al de los antiguos egipcios, tenia también su exoterismo y sus velos. Cuando Moisés hablaba al pueblo, dice alegéricamente el libro sagrado, colocaba un velo sobre su rostro y se quitaba ese velo para hablar con Dios; tal es la causa de esos pretendidos absusdos de la Biblia, que tanto han ¢jercitado el verbo satirico de Voltaire. Los libros no estaban esctitos mis que para recordar la tradicién, y se escribian en simbolos ininteligibles para los profanos. El Pentateuco y las poesias de los profetas no eran, ademés. més que libros clementales, sea de dogma, sca de moral, sea de liturgia, la verdadera filosofia secreta y tradicional no fué esctita sino mas tarde, bajo velos menos transparentes atin. Asi es como nacié una segunda Biblia des- conocida, 0 mas bien incomprendida por. los cristianos; un relato —dicen— de absurdos (y aqui los creyentes confundidos en una misma ignorancia, hablan como los incrédulos); un monumento, digamos nosotros, que reine todo lo que el genio filoséfico y el religiosy han podido hacer o imaginar de sublime; tesoro rodeado de espinas y diariamente oculto en una piedra bruta y obscura. Nues- tros lectores ya habran adivinado que quiero hablar del Talmud. jExtrafio destino el de los judios! jLos chivos emisarios, los mirtires y sal- vadores del mundo! jFamilia movediza, corajuda y dura; que las persecuciones han siempre conservado intacta, porque aun no ha cumplido su misién! Nues- tras tradiciones apostélicas, zno dicen que después de Ja declinacién de la fe en los gentiles, la salvacién debe venir todavia de la casa de Jacob, y entonces el judio crucificado que han adorado Jos cristianos pondré el imperio del mundo en manos de Dios, su padre? Se siente uno extasiado de admiracién el penetrar en el santuario de la cébala, a la vista de un dogma tan légico, tan seacillo y, al mismo tiempo, tan absoluto. La unién necesatia de las ideas y de los signos, la consagracién de las realidades mds fundamentales por los caracteres primitivos, la trinidad de las palabras, de las letras y de los nimeros; una filosofia sencilla como el alfabeto, profunda e infinita como el Verbo; teoremas mis completos y lumi- nosos que los de Pitgoras; una teologia que se resume contando por los dedos; un infinito que puede caber en el hueco de Ja mano de un nifio; diez cifras y veintidés letras, un cudrado y un circulo; he aqui todos Jos elementos de Ja

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