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ESCRITURAS DE LA “7ON A” por Martin Prieto |imitaciones del regionalismo, en sus formas més gitermicas y topicas nts 491964, el escritor paraguayo Augusto Roa Bastos, residente enton- asen Buenos Aires, escribié una luminosa y esclarecedora presenta- gina La lombriz, el segundo libro de relatos de Daniel Moyano: «en 1960 Daniel Moyano se ubicaba entre los valores mas repre- gautivos de las ultimas generaciones en Ja narrativa del interior; los at,como Di Benedetto, Ardiles Gray, Manauta, Rodriguez, Codina, et, Lorenzo, Lagmanovich, J. J. Hernéndez, T. E, Martinez, Foguet otros (algunos sin obra reunida en libros todavia), han venido inten- undo una renovacién. de las formas y estructuras tradicionales y un rejuste de sus médulos.expresivos en el cuadro de: conjunto de nues- tuliteratura de imaginacion.en América. Por caminos técnicos, esté- lites y aun ideoldgicos diferentes, estos escritores ent” Gurenta afios, sin emer grupos ni escu¢ han coincidido sa Bee: apacién comtin de superar las limitaciones del regionalismo, en ks fmas mis epidérmicas 7 tépicas. Bajo el signo de un or esa ay artistica muy. se empefian en é . ingulardady teascenderlos a una dimensién més waren be ‘suma, una imagen del individuo frente asus OP lidad Ach eps, °mas completa y ‘comprometida posible con.ia et ay "encia vital y espiritual del hombre.de nv y La observacin de Roa Bastos:es elocuente € "da la existenciade un grupo'de narradores, os cit inas quienes, sin formar, como se dijo, y, . Pe ET pnenoE simultaneamente, revisar in com vitien, a oa nalismo provincial, privilegiando en sus obras ¢| ake Se ee tipos, las modalidades del habla y las costumbren i Pemnado lugar, de una determinada regiOn, pero, a su rea do en el relato singular relevancia a las elecciones com Ositivas, Ban. nen, de este modo, un producto que elude la pura relerencialidad’ = documentalismo, el pintoresquismo, el folklorismo yel costumy el mo para instalarse en la tradicién iniciada en la literatura argenting tis. Horacio Quiroga (1878-1937), el primero en dar dos vueltas de es caa la convenci6n regionalista provincial: en lugar de apostar g 7 a teratura solamente dirigida por la experiencia de su autor, Quirogs, i. clamé, para el cuento, el artificio y la invencién y, cuando ee mente es la experiencia del autor la que aparenta sustentar su ant. narrar, Quiroga demuestra que son sus elecciones.compositivas — tablemente, el punto de vista del relato y la creacién de personajes. las que, bajo la apariencia del color local, logran extraer de sus relatos, como wna partera, una verdad? ’ g Hacia 1964, fecha de la publicaci6n del trabajo de Roa Bastos, Da- niel Moyano (1930-1992), habie do “Artista“de ‘varies mo afio, Antonio Di Bene- cer la: parte mas significativa de su obra: i eu Mundo animal (1953), Za: como vemos, incluye lo cé y seguramente una de la Argentina’ en-la' segunda e wy Juan José Hernandez, tres col lecciones de Jent Roa Bastos est haciendo referencia: [rot umave pene parte de El inocente, ° 4 a los cuentas que en 4 ¢ cuantitativamente modesto : ' s En est pociones centrales del riodo, tre le an eons id \ : ei ee o de construir una ica narrativa desde ef ierior del “ enfrentindose, por un lado, a la narrativa “de Buenos Aires” | tada tanto por los narradores Protagonistas del grupo Sur i ange Luis Borges, Silvina Ocampo, Adolfo Bioy Casares, Eduardo wie Manuel Mujica Lainez, José Bianco, etcétera— COMO por sus nagonistas —David Vifias, Beatriz Guido, Andrés Rivera, Pargue Wernicke, Alfredo Varela y otros— y, por otro, a las convenciones izadas de la literatura del interior, regionalista, que reclamaba un lugar en la literatura rgentina concedido mis soma un scto de jer tia politica que literaria.* Un trastorno de jerarquia; el vanguardista en la provincia ; ovum ee : i Ts habré sido menor, en ese movimiento, ¢} lugar que ocu- eoomadian ‘ooupaglos jévenes.escritores en sus de igen y, de hecho, su propia dupice de “el vanguardista en 1992), en La lombriz,incluye. “Pi narra la relacién entre el joven ; min que los alfefiiques de cafia”, encierra a su vez el nudo de un con- flicto que cada uno de estos escritores, Y de un modo diferente cada vez, supo resolver en favor de una literatura tan comprometida con sus particularidades compositivas, retoricas, como expresivas de una circunstancia que es también un lugar. En ese sentido, esta respuesta tiene un caricter critico tanto més valioso cuanto que da lugar a tex- tos de primer orden. Entre la gran cindad y el interior: Daniel Moyano Daniel Moyano, de un'modo programatico, decidié tematizar la relacién entre la gran ciudad y el interior variando la problemitica del desarraigo y la marginaci6n! Moyano intenta dar testimonio y ejercer una critica sobre ciertos aspectoside la realidad, sin reproducir am- bientes, ni hacer paisajismo, renunciando también al pintoresquismo yal reflejo de las jergas provincianas; rasgos caracteristicos de la lite- ratura tradicional del interior.” 048)" El caso de‘Moyano es emblemitico porque la parte més intensa y acabada de su.obra—laque valde La lombriz a El oscuro (1968)— es aquella, justamente, en la que no sélo'tematiza sino que investiga —en la creacin de'sus personajes, én'sus particularidades psicolégicas— el de- sequilibrio y el desajuste ‘politico'y ‘econémico del pais que est, entre otras ‘base del prejuiciovacerca de la literatura regionalista **E] oscuro” hace referencia explicita al ori- ipal:y:c6mo uno y otro —oscuridad negro— marcan no sdlo su con- precisavalgunos asuntos plan- 10 pero, ademés, recibe un tra- | prosa muy elaborada que, ign’ en la: obraidel portefio Ger e“Cabecita negra”, de 1962. camente: toman un’ fendmeno oe asentado en los sdlidos cimientog. ba adel 70, despues de i ae Fa ms de relatos EI estuche de cocodil (1974 0% 6 abandonar cl pais. Durante el exilio en E del igre (1981) y, ms tarde, Libro de naps : es goles de vimbal (1989); eatos tres libros ifieren no y precedentes, tanto en que concierne a los s wdelos Pe bt trad Sopdet sspet0, Maria Teresa Gramuglio sefialé que estos sree comodamente cerca de la denominacién de realismo De este modo, “los momentos de extraiiamiento y ' coavenciones de verosimilitud”, que en sus selaros an {aban un singular desvio del canon realista, s¢ convierten shora en sistema rector. El cambio no es si pensamos que, justamente, dinterés de las primeras obras de Moyano radicabs en el modoen que s habia mantenido al margen de las ione: o- fantisticas y del proyecto realista, tanto de la literatura de Becnoe Ai- res como de las de aquellos paises lati i jencaee sole cn potica como fa del rela migico, un vehicalo decisivo expresion y de escritura. nets En cuanto al mundo representado , Moyano ¥i pcs dl derag a expat memset eae primeros escritores rentinos que tematiza, desde une perspects ua degoric,elealio al que fueron condenados ses de srpesines Por la dictadura militar de 1976. 3 ea Juan José Hernandez mantiene, por lo cients eel inocente (1965) ¥ La soi oe sem de maticas con el primer Moyano, La basqued pertee “atacion absolutamente opuesto al de aquél. la «Maria Teresa Gramuglio “Ts asinine oa a aes ‘ePame de Vas Abe ¥, N° 15, bors AS Mo os cién formal'es dominante: “Corregir”, dijoven y . : mi una tortura inseparable del placer dlelescsibie ‘Con evita, “ay rosaptiene algo de obsesivory esconde.un anhelo, di Ola Pasign Paty sible.” Este anhelo'es’evidente'en el cuento “La fae ecci6y Fae fiesta en\particular en el trabajo sobre personajes ase se mae tes. como el de “La sefiorita Estrella”, loque'sugiere ae WVapan. cel escritor modernista:Atilio Chiéppori’(1880-1947) qe on coq siglo XX. Ese-rasgo'pone a Hernandez en franca’ sintonis TINCIDios de ticas promovidas y desarrolladas desde la revista ; ur, sobies Pog. Ii de Silvina Ocampo (1903-1993), dé quien se diferencig c°%° °°" bientacién t6rriday provinciand, ‘muy funcional a'la trae 2 cuentos ya las caracteristicas-de'sus personajes. soi 9, @ de sus 2 En Otro verano, un'libroide poemaside 1966, :esctibe Hers «A < ees A , € Hernandez: ‘A-veces la ciudad /-es una mancha /-con'rumores, con ojos / de mas lascivas /'y‘pr6jimos'borrosos.’/ Estaies lascondicién / h a me digo: /‘el'diacon'su‘carie, la caida. / Pero'de la‘provincia / Ilega la salvacin’/-y soy raptado/- porielicolor:desunos'limones / a la luz, color,a'laalegria.” No'es frecuente que’ Hernandez tematice o expli- ‘cite en su obra la tensién entre Buenos ‘Aires y’el interior en la figura del desarraigado provinciano viviendo en la gran‘ciudad. Sin embar- go, este poema, de:marcado corte’ autobiografico, merece ser leido, también, como un arte pottica: El lugariexcéntrico quereclama la poe- sia de Hernéndez —que circularia’ por’ fuera tanto del vanguardismo como de la poesia social, los:dos caminos centrales de la poesia de los afios sesenta— es’ también aplicable:a'su obra’ narrativa,’aungue 10 esté alejada de, sino cercada por las convenciones desrealizantes de una literatura de pretensidn'universalista y por la‘aparentemente con” tradictoria creacién de un universo propio :yprovinciano, donde abundan las imagenes del paisaje regional tucumano, todo lo cual con- tribuye, notablemente, a afirmar’al‘autor-en'su’medio, alimentando una poética original, generada por el‘complejo ‘sistema de distancia” miento critico respecto de ese campo referencial.”” i Aepenni Una escritura de altisimo voltaje poético: Antonio Di Benedetto . es Ciertamente, la obra de Antonio Di Benedetto no S© oe Zama, ni Zama concentra todas sus virtudes de narrador. Bas * Juan José Hernénder, op. cit e «ant 96 Véase Juan José Hernandez, Otro verano, Buenos Aires, Sudamerio™ 350 robarlo, EI silenciero, Los suicida wh pa Caballo enel salitral (1981), Pero ne theunos de joe ‘obras tiene el cardcter ional de Z. Qa deer nalidad tenga su fundamento ¢n lo paradigmiai a cs rsoni¢ principal, don Diego de Zane pe te trigico ae ‘cura de altisimo voltaje pottico que exhibe Dj también en la oto pierda nada de narratividad y, al mismo enedetto sin que Ls anise verbal caer en un sentido estricto, Zama no es una novela hi . ni el afin de verosimilitud propio del maiden om inverpretativa del pasado; el hecho de estar dividids en tes grandes Mines tivladas "AB 1790", “ABO 1794" y "Abo 1799° y de snare Fin en la ciudad de Asuncién en la época de la colonia, se vincala sélo tangencialmente con las obras clisicas del género." Pero tampo- coes una novela poética, ya que pese a que no cede més espacios que Jos minimamente necesarios a la prosa informativa, en frases de slcan- ce descriptivo, no cae en un lirismo convencional, de modo que la nurracion no decae nunca, tal como sucede en las novelas denomina- das “poéticas” en la tradicién modernista que va desde El dmpel de le sombra (1926), de Leopoldo Lugones, hasta Una sombra sucha Camila O'Gorman (1975), de Enrique Molina. ee _ Noes, tampoco, aunque asi ha sido leida, una novela existencia- lista a cuya convencién mis estrictamente Los suicide nies una novela de tesis, en la Iinea naturalista, ya ‘no prewende desarrollar ni ilustrar una doctrina filoséfica. Sin cabergo, @ Geno que cl idcario existencialista, en la dimensién del compromiso, ee mo fuera expuesto por Jean-Paul Sartre, subyace en Is conmrucesia % personaje principal, don Diego de Zama. eee i Zama convoca, por lo tanto, una serie de convenciones, ¢ : mnismo tiempo, toma distancia criticamente, en el acto mismo Os ‘niculacién narrativa, Ese doble movimiento, es la causa, quizds "En una entrevi ice 1Di Benedetna: *Canado sn tina Ep med eet ea ai {70 ser humano podia quedarse solo, Stones annie i wl odo ada mi ou st Som uedara como un texto aislado y no de que q hecho retest 3 fien a la os an 8Benting — de los debates at vidido por los historiadores inet no de iodo ha sido 0 Manuel Mujica Lainez, Adolf Biot " t ee q = Ee ques ae [ propiciaban la practicad a ee tre au fulio Corta: ‘orcizar las PresiOnes politions { el primer J odo de ex a PRES Policy {stica como un i resente era, notoriament e eronisn del presente —yel ¥Sabato, Bernardo se hyo Rogér ph a, ida n . = que, —— realista, ao eg mead con, las, Rae si bien ha sido un texto; tica* Por by ih literatura sipentina 3 oe des pathy scordé con el cambio en’los P i m0 en el caso de Di Benedetto, debi 1° Patticipaba de las tendenci, i bacon Vida literari *tBEntino, g g, Jala convenciones del'realismo coi a : mo por P « aondicion® fait quienes, por el inc jo evaluaban desde las convenciones de lectura tinea ‘ns. contra tir de la propuesta de Rayuela." Como séialé Mari, ot 1H fio enun trabajo sobre este autor, la fecha, el Gordie de su primer libro (1960, Santa’Fe, En Ja zona), son ditoe . anto en'relacién:con la litetatura argentina como 'res- ie desu propia obra. Con la publicacién de este libro, Saer se colo- a una zona diferente, fuera de las‘herencias mentionadas, y lo ha- més, desde lo que el autoren'un relato de La mayor pe “Discusién acerca del término Don ee I'm, un espacio geografico y literario que implica no s6lo un referen- tp, sino también el espacio imaginario' que articula la mayorfa'de sus rdatos. “Zona del puerto” y “Mas al'centro” son los titulos que llevan cada una de las dos partes en que seidivide el libro: En En lazona, Saer 10 s6lo presenta, ademés, algunos de los personajes que luego van a seguir apareciendo en‘sus relatos\futuros, sino (que inaugura’una esce+ ma recurrente y central: “esas anti-fiestas desmadejadas y pobres don- de nadie parece divertirse”, alrededor’ de las'cuales ‘se organizan ex- tensas conversaciones intelectuales ¢ ingeniosas que van.a desarrollar- se después en La vnelta completa, Cicatrices -y Nadie nada ‘nunca."* aot gh gigi na tery "Tan inasimilable result6 el proyecto, que'en 1967-y a propésito dela publica «iin de La onelta completa, cocribiS Oscar O. Barros en la revista El esarabujo de «ro (N° 75, Buenos Aires, 1967): “Por momentos pareciera que ese detallismo fuera saturl a los personajes (teniendo en cuenta que se ha dicho que sus vidas no tienen ‘atid y por lo tanto, no queda otra cosa que, por ejemplo, ocuparse del arreglo del mado de la corbata, del tamario de una aceituna, ajustando al vértice del angosto Cue de le camisa, confeccionada con una tela suave'del color semicjante al del {f ocurre que de mantenerse cuando es evidente que no le 6 Qs suacertado empleo, y resulta un elemento perjudicial y mal concebido (...)-Es sash {ie rclato se deiene, se hace moroso y pesado, obligando ademis al lector a limi- ticjtd0 €xPuesto sin posibilidad de participacién activa.” Es notable que = mn Pen ava” a aque refine Barros remit diresaments a Reyuel, er tat: #t0 68 notable también que cuando se publicé Raywela, y tambi a besahiertt Paate oro (N° 20, Buenos Aires, 1963), Liliana Heker'sostuvo a\° eee on hg encuentro desencontrado e irrepetible de ‘Horacio Olivera y La Mews suid, “dha Ui de las nouvelles més importantes de nuestrs Tieratura’ Peo om cue” {© all”, la misceldnea aleatoria hidiea y participativa WY J oprafia”. Fnhyytt®S mis tarde a Saer, es, segtin Heker, cuatro afios anh P1969), sosturo (ca prt™ sintonfa, Ricardo Rey Beckford, publicada ya Cicatrice vipa, 1970) que “Casi nat pedia de la literatura argentina, Buenos Aires, ude a ‘de la narrati- "toda | ‘ imilable a ciertas 2 reafen 4 obra de Saer resulta facilmente asimilable @ ar —a partir de I: Pes Sontemporinea” y que *Saer no ha logrado toda rT Py un estilo ona &3Y PrOpSsitos seftalados en su obra— i weal y propio" Suey, pata Teresa io, en Juan By sa Gramuglio, “El lugar de Saer Mevos Aires, Catia, 198. ! José Saer por Juan Jost . de:los procedimientos, de o - fescalesGramu io destacaelcervanting del ly, digresi6n, Ja devestilos y nivel todentrg i vod mis tarde van a dar. sus mejores frutos ato real, La mayor, El.entenado y Glosa; se insitidan ¢, ¢ Ladefinida poética de Juan José Saer, cuya | modo de narraci6n personal y.reconociblesde oienie ate podicacoeamnf tat -en'su obra poética; sostiene Juan L, 18 ae tc trate sensorial; anda rraincans bead fone = roceso escondido,el :paisaje, como, emt me sn some sanou Fo se expe : pueden esablecerparetéscos con Jabra de Hugs Gash incl el primer Francisco Urondo (1930-1976) unin 2) ¢ ese restate deo que podia enotivarela , ) nidos todos, Tradicionalmente considerados, aquellos escritores ahh Rie ae contrario puede serel de Mane ss ueden sido situados conmiserativamente,. ‘Quienes no eats ignorar lo'que ocurria fuera'de ecole oe lismo, tradicionalismo; provincianismoo localismo: Este modo de ver recluy6 a muchos e importantes escrito i que gran parte de ellos prefirié | de, conflictos simbélicos ni comunicativos;con su en qe inte- resa aqui es destacar;-en cambio, el gestorde ruptura‘de los considerados en este capitulo, quienes, precisamente, ydlesde sus tex tos mismos, incluso desde los mis secretos ¢ intimos repliegues de s8 escritura, se levantan contra la “siesta provinciana”, recuperan ¢l ee rente que potencian por la via de una intensificacion. postica y des fian los cédigos de la canonizacién »en_ curso, Son obras cuyo valor reside en s{ mismas, en su proyeccién significante, pero de la que hay que excluir el ingrediente eritico que las’conecta con s tos que afectan a la cultura toda del pais, pifcisee se a y Roa Bastos, en el comentario que inicia este trabajo, a otros escritores —Alberto Foguet 0 el primer: Tomis Eloy entre ellos—, en los que se advierte una potencia'de critica y Fespecto del regionalismo tradicional cotejable con los ¢a80s ars trollados. 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