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Las estrategias, técnicas y actividades que el docente debe cumplir para alcanzar los más

altos estándares de calidad, en términos de enseñanza, además de ser un instrumento didáctico,

se lo conoce como currículum. Ahora bien, en la actualidad existe la disyuntiva en el por qué se

eligen ciertos contenidos y temas para el proceso de enseñanza y por qué se excluyen otros. Para

Simbaña (s.f.), “(..) el currículum no solo es la respuesta de lo que quieren lograr las

instituciones educativas, sino que ayuda a crear un clima agradable, propicio, flexible, que

permita a los docentes y estudiantes desarrollar el pensamiento creativo, para lograr los

objetivos propuestos”.

El siglo XXI presupone un reto social, cultural y educativo, sin embargo, la educación se

ha visto privada de realizar cambios y adecuarse a las nuevas realidades. Aún se mantiene la

visión y aplicación de un currículum tradicional, misma que elimina la naturaleza política de la

enseñanza, da por sentado que únicamente aquellos expertos en administración, son capaces de

definir qué, cómo y cuáles serán los objetivos de la institución escolar, siendo éste quien define

la finalidad de la educación.

El currículum tradicional no plantea cuestiones sobre la naturaleza de la verdad, no aporta

una base racional para la criticidad. Por otro lado, la denominada teoría del currículum oculto,

teoría que contradice el currículum tradicional, “(…) afirma que la escuela reproduce la cultura

dominante en sus formas de lenguaje, sus relaciones sociales, sus experiencias vitales y sus

modos de razonamiento” (Simbaña, s.f.). De este modo, la educación no debería ser vista

técnicamente, sino que debe incluir aquellos aspectos sociales y culturales que subyacen de la

vida cotidiana.

El año pasado, la educación se vio envuelta en un inesperado cambio, el confinamiento

por la pandemia del SARS CO2, obligó al sistema educativo a replantearse los objetivos,
estrategias, es decir un cambio total del currículum, mismo que ya necesitaba cambios y/o

ajustes. El nuevo currículum debió adecuarse a la nueva realidad que la emergencia sanitaria

planteó, ratificándose así que la educación no puede desligarse de los cambios en lo tecnológico,

social, cultural, científico y social.

“Esta emergencia ha constituido un escenario para propiciar verdaderos procesos de

renovación y transformaciones que insistentemente la academia y la sociedad habían reclamado

en pro de un salto hacia un paradigma con nuevas formas didácticas, metodológicas y

pedagógicas que demanda la sociedad del siglo XX1 (…)”. (Simbaña, s.f.).

La gestión curricular es un proceso que además de determinar las mediadas a tomar por

parte del docente y la influencia que tienen en los conocimientos impartidos en los estudiantes,

también tiene la capacidad de articular aquellos recursos que tiene disponible para lograr los

objetivos que se plantearon. A pesar que el papel protagónico recae en el docente, queda de

manifiesto que, si bien es cierto el profesorado debe desarrollar en los estudiantes actitudes y

capacidades como la autocrítica y la capacidad de resolver problemas; las autoridades

institucionales y los padres de familia juegan un papel sumamente importante y por qué no, son

los reales protagonistas en la educación, debido que son uno de los obstáculos principales para

que el estudiante se vuelva conformista y no se desarrolle como se amerita.

Los esfuerzos del docente por introducir conocimientos, criticidad, cuestionamientos,

quedan invalidados cuando tanto padres de familia y autoridades, no promueven en el estudiante

lo impartido en clases y por el hecho de no hacerse “problema”, generan que los estudiantes no

estén aptos para un buen desenvolvimiento social, cultural y educativo. Es por eso que es

necesario articular estos tres actores, desarrollar un currículum actualizado, incluyendo lo social

y cultural para que la educación se adapte a las necesidades del siglo XXI.
Con el objeto de analizar los procesos curriculares se realizó en trabajo investigativo, que

tiene como finalidad: “la integralidad curricular para la enseñanza de las ciencias naturales, a

partir de procesos de deconstrucción en el ejercicio docente”. (Naranjo y Garay, 2020). Dentro

del análisis de los resultados se logra evidenciar que el profesorado, al momento de impartir

clases no enseña un pensamiento total en la explicación de las Ciencias Naturales, así mismo se

evidencia la ausencia de un currículum con integralidad. Naranjo y Garay (2020) destacan que:

“(…) la distribución académica se aplica por conveniencia de los profesores, y el criterio es por

su campo disciplinar, por eso existen profesores de Física, Química, Biología y no de Ciencias

Naturales”. (p. 45). De este modo, se demuestra que existen falencias a la hora de comprender la

naturaleza de las ciencias, tanto epistemológicamente como social y culturalmente, siendo

limitada la comprensión de la ciencia.

Es importante recalcar que para aprender y enseñar ciencias debe de existir una relación

constante y sobre todo permanente con lo cultural y social. Así mismo, la selección de los

contenidos a impartir no se articula con la vida cotidiana de los estudiantes, aun se utilizan

estrategias pedagógicas tradicionales, donde el estudiante es un ente pasivo que solo recepta

información y es incapaz de autocuestionarse.

En definitiva, es relevante desarrollar un modelo curricular que este basado en la

integralidad, donde se articule las realidades de los estudiantes y la enseñanza de las ciencias

naturales, de manera que puedan ser capaces de resolver situaciones de su entorno social y

cultural. Es necesario un cambio en el pensamiento y en la pedagogía, un currículum que permita

el desarrollo de la ciencia y no se dedique a únicamente enseñar conocimientos estándares, que

en la actualidad, ya no funciona.
Referencia:
Simbaña, H., (s.f). La construcción histórica del currículo de las Ciencias Naturales.

Naranjo, C., Garay, J., (2020). Procesos curriculares desde la deconstrucción en la enseñanza de
las ciencias. Revista boletín REDIPE. 9(10), 39-54.

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