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Análisis Jurisprudencial
Análisis Jurisprudencial
HECHOS:
Como primer hecho se tiene que El día 26 de abril de 2001, el señor Luis Eugenio
Polanco Alvarado llegó a la finca conocida con el nombre de `La Granja´, en el
sector de La Gaira, Departamento del Magdalena.
La intención del señor Polanco era principalmente ayudar a su primo, salome rico,
en las labores que el señor desempeñaba en la finca.
Los dos salen en búsqueda de animales para cazar, el señor salome rico no continua
en la actividad de caza porque a la finca llega el señor Álvaro Ceballos angarita
quien en ese momento era el jefe del señor rico y se retira del lugar.
Al volver de su ausencia encuentra a su primo muerto al parecer por el efecto de la
electricidad que generan la cerca de la finca.
Se menciona que la cerca no tenía ningún tipo de señal que advirtiera que se
encontraba con flujo de voltaje.
El accidente ocurre a las doce del medio día.
El joven de veintiún años, había acabado de prestar el servicio militar y tenía la
intención de seguir la carrera en el ejército, con el propósito no sólo de mantenerse
sino de ayudar a su padre y a su hija.
Que tampoco da claridad lo dicho por Julio Carbonó Díaz granados, vecino del
lugar en que sucedieron los hechos puesto que no presenció el accidente y únicamente
conoce lo que le contaron atinente a que en la finca de Aura Hernández “se había
electrocutado un muchacho”.
Consideraciones de la corte:
La legitimación en la causa por activa
El Juez segundo Civil del circuito de Tunja condeno a la sociedad conyugal formada por los demandados, al
pago de la suma de $10.440.00 por el valor de la alimentación y hospedaje suministrados por el actor.
El Tribunal Superior de Tunja, revocó en todas sus partes la sentencia del juzgado y en su lugar los absolvió
de las peticiones de la demanda, según providencia de 17 de noviembre de 1964.
Consideraciones de la Corte
No existe prueba que demuestre la relación jurídica establecida entre Ernestina y su hermano por medio de la
cual este se comprometió a darle alimentos y hospedaje tanto a ella como a sus hijos, por lo tanto para
determinar la relación jurídica es necesario tener en cuenta las circunstancias que rodearon el caso, la
conducta de las partes y la intención que movió al actor.
Los deberes morales no son coercibles porque no son obligaciones en sentido jurídico, en los deberes
morales no existe ni un acreedor, ni un deudor, ni un objeto determinado.
En el intermedio de los deberes morales y las obligaciones civiles, se encuentran las obligaciones naturales
que a diferencia de los deberes morales si tienen sujetos y objeto determinado como las obligaciones civiles,
por eso se dice que son obligaciones civiles desvirtuadas, porque no poseen acción para exigir su
cumplimiento, pero si excepción para retener el pago una vez efectuado, por eso autores como Ripert opinan
que la obligación natural no se reconoce más que en el momento en que muere con la ejecución voluntaria
porque es en la constatación de su muerte en donde se encuentra la prueba de su vida.
La enumeración que hace el Código Civil sobre las obligaciones naturales en su art. 1527 no es taxativa, pero
si bien el marco que otorga el código para configurar nuevos eventos de obligaciones naturales es amplio,
estos se tienen que desarrollar dentro del marco de la ley, no se pueden desarrollar por el criterio del juez.
La Corte entonces considera que los deberes de conciencia no se pueden elevar al nivel de obligaciones
naturales.
Pero la corte lo que realiza es unificar la doctrina en lo referente a las obligaciones naturales , y desvirtúa las
pretensiones del actor en razón de las deficiencias probatorias en los hechos acreditados por el autor. Por lo
tanto lo que realiza la Corte es decir que este deber de conciencia si se puede elevar a una obligación civil por
las circunstancias que rodean al caso, más sin embargo por las deficiencias probatorias del actor no se le
puede reconocer la condena que este exige.