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Ciudad Paz-ando Bogotá, segundo semestre de 2009 Vol. 2, núm. 2: págs. 79-98
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ogotá es una ciudad que tiene nismos insuficientes para darle trámite de ma-
en medio las contradicciones de nera democrática y con arduos retos frente a
nuestra democracia, las vicisitudes la configuración de un escenario urbano que
de un mundo público frágil y las contrarieda- refleje el ideario del Estado social de derecho
des de una vida compartida que es ajena o que asume la Constitución de 1991.
cuando menos indiferente con la diferencia. Es precisamente frente a este escenario
En este universo urbano concurren los esfuer- crítico como puede leerse la decisión del
zos del país que pretende la democracia con Concejo de Bogotá que institucionalizó por
el país que no logra desatar las cadenas del medio del Acuerdo número 125 del 9 de ju-
estamentalismo y de las convicciones esta- lio de 2004 la Cátedra en Derechos Huma-
mentales, lo que se manifiesta en la incapa- nos, Deberes y Garantías y Pedagogía de la
cidad de universalizar derechos, hecho que Reconciliación, una medida que no sólo es
conduce a escenarios de marginación y con- consecuente con la situación de la ciudad y
finamiento, de exclusiones sociales, políticas con el panorama del país sino que apela a
y culturales y, en últimas, de segregaciones mandatos incorporados en la Constitución
físicas, económicas y sociales que muestran Política de 1991, en diferentes jurispruden-
a Bogotá como una ciudad altamente frag- cias nacionales y en distintas declaraciones,
mentada, incapaz de erigir una cultura públi- convenciones y tratados internacionales rela-
ca cimentada en el reconocimiento del otro cionados con la defensa, la preservación y la
y en el respeto por las diferencias. Todo ello promoción de los derechos humanos.
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específicamente las instituciones educativas gotá tiene asidero en un escenario de con-
han venido respondiendo a las disposiciones flicto y de contrariedades urbanas evidentes
del Acuerdo. En este plano, los hallazgos de en la ciudad y, ante los resultados de los pri-
los seguimientos realizados en los años 2006 meros procesos de seguimiento que mues-
y 2007 permiten inferir dos situaciones. En tran una variedad de iniciativas en la materia,
primer lugar, que unas instituciones tienen la Personería de Bogotá y el Instituto para la
una propuesta educativa en derechos hu- Pedagogía, la Paz y el Conflicto Urbano de
manos que precede y cumple con las dispo- la Universidad Distrital Francisco José de
siciones del Acuerdo, que otras se dan a la Caldas IPAZUD pusieron de manifiesto la ne-
tarea de configurar sus propias propuestas cesidad de ampliar la indagación de la edu-
a propósito de las orientaciones planteadas cación y la formación en derechos humanos
por la disposición del Concejo y que algu- restituyendo los marcos estructurales que
nas no contemplan ninguna propuesta es- definen las capacidades institucionales dis-
pecífica en la materia básicamente porque puestas para velar por estos derechos, los
la consideran inherente a la función misma marcos experienciales que permiten su dis-
que ejercen. En segundo lugar, estos proce- frute concreto en la existencia cotidiana de
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mar en una cultura pública, que sólo puede la escuela con la sociedad urbana. Sólo en
construirse, si se reconocen las capacidades esta articulación se puede afirmar una cul-
institucionales, los horizontes existenciales y tura de los derechos humanos y de la exigi-
los contextos múltiples de la ciudad y la vida bilidad de derechos. La cultura de derechos
urbana que inciden efectivamente en la afir- humanos y la exigibilidad de éstos suponen
mación de esta cultura. esclarecer lo que hace la institución educa-
Precisamente, consecuente con esto, el tiva como parte de un tejido institucional, lo
IPAZUD propuso a la Personería de Bogotá que hace la institución educativa desde su
que el seguimiento a la implementación de autonomía y lo que hace la institución educa-
la Cátedra procediera por medio de un pro- tiva como parte de la sociedad, quehaceres
yecto de investigación piloto que incorporara que aunque necesariamente conectados, no
una mirada a la cuestión de los derechos, los necesariamente se subsumen unos a otros.
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clusivo para ciertos sectores de la sociedad explosión de la informalidad, altos índices de
(educación, salud, comercio, recreación). inseguridad y de violencia urbana.
el pleno ejercicio de la ciudadanía. Sin em- derecho y, en la misma perspectiva, las dis-
bargo, ello no ha impedido que la localidad tintas obligaciones que se desprenden para
se vea afectada por fenómenos de discrimi- los Estados, son aquellas contenidas en las
nación que, como elementos manifiestos de disposiciones que la doctrina internacional de
una cultura de la intolerancia y la exclusión, los derechos humanos ha desarrollado fren-
han llevado a que se presenten casos recu- te a la educación como derecho. Asimismo,
rrentes de agresión a la integridad personal nuestro país debe además contemplar las
de la población LGBT y, de acoso y violencia normas y la jurisprudencia nacional en la ma-
contra los amplios grupos juveniles que tran- teria. En este sentido se encuentra que una
sitan por ella. política pública que pretenda dar garantía al
derecho a la educación, debe tener como
De la conexión marco de referencia y de acción, dichas dis-
escuela e institucionalidad posiciones que indican lo que se conoce
como el contenido y el alcance del derecho a
La conexión escuela e institucionalidad se la educación y, por tanto, son elementos que
abordó a partir de la relación política pública demarcan una ruta pero que a la vez se con-
y educación. Esta relación tiene dos grandes vierten en objetivos a alcanzar y, que conden-
tendencias de análisis: aquella que supone san lo que se ha denominado como política
que la educación es un bien transable en el pública con enfoque de derechos.
mercado y, que como tal, se revierte en polí- Es así como se encuentra que el derecho
ticas públicas con pretensiones eficientistas a la educación condensa tres dimensiones
y reguladoras y, aquella que parte de que la que se corresponden con específicas obliga-
educación es un derecho humano y, que por ciones para los Estados:
lo tanto, el Estado como su principal garante,
debe atender sus obligaciones desde la for- ▌● El derecho a la educación. Que
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mulación de políticas públicas. Desde esta contiene la dimensión propia del de-
última perspectiva, la investigación asumió recho (naturaleza y alcance normati-
que la política pública se convierte en una vo del mismo), configurado las obli-
herramienta para la exigibilidad del derecho gaciones de Accesibilidad y Asequi-
a la educación y, a la vez, en un instrumento bilidad.
idóneo para que el Estado atienda sus obli- ▌● Los derechos en la educación.
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tren la adecuada formación profesional, son condiciones socio-económicas de muchas
elementos indispensables para garantizar familias, que incluso promueven el trabajo y
que el derecho a la educación sea realmente la explotación infantil.
asequible y, en ello, han avanzado las ulti- Frente a las instituciones particulares debe
mas administraciones distritales, sin embar- indicarse que si bien la Accesibilidad esta
go, aún existen falencias que deben saldarse supeditada a la capacidad de pago de las
de manera progresiva, pero planificada. familias que optan por la educación privada,
En este mismo nivel, la asequibilidad estas no pueden restringir el acceso de per-
contempla la obligación estatal de respetar sonas que estando matriculadas no puedan
la libertad de los particulares para fundar y seguir cancelando los costos educativos, los
dirigir centros educativos, a fin de que exista agentes privados deben diferenciar las me-
una oferta amplia para que el titular de dere- didas administrativas de las académicas, si-
chos pueda escoger la que responda a sus tuaciones como la restricción de ingresar a
preferencias; sin embargo, esta obligación la institución, la no aplicación de exámenes y
no descarga al Estado de que la principal pruebas académicas, listas públicas de mo-
responsabilidad de garantizar el derecho a rosos, la no certificación de estudios, entre
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sujetos diversos y concretos, aquellos que resolución pacifica de los conflictos, entre
nutren las democracias ya no de las mayo- otras, que imponen a la escuela las deman-
rías, sino precisamente de las minorías, de la das y las tensiones sociales más amplias.
inclusión y el reconocimiento. Este escenario hizo relevante indagar al-
Es así como la relación derechos humanos rededor de lo que se ha denominado como
y escuela volcó su mirada hacia el contexto la visión interna de los currículos, desde don-
como un elemento transversal para observar de se encontraron de manera general cinco
qué tipo de demandas éste impone para el grandes tendencias curriculares: a) aquellas
currículo, las prácticas pedagógicas y el cli- que recurren al conflicto y a la “disciplina de
ma escolar, sobretodo cuando se pretende confianza” como elementos esenciales para
educar en derechos humanos. Al respecto, el transito del contexto; b) las que apelan a
es importante resaltar: los “valores ciudadanos” como elementos
ideales para la construcción de una mejor
1. El currículo, entendido como la ar- sociedad; c) aquellas que asumen la “forma-
quitectura que organiza las disposiciones ción integral” configurada por niveles y gra-
estatutarias, los lineamientos educacionales dos como elemento funcional para la cons-
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los sujetos como marcos que presentan al- la información como la base del proceso for-
cances de derechos y; d) aquellos que asu- mativo desde una concepción asignaturista
men a la tecnicidad como principio, dan a las e informativa; c) las prácticas pedagógicas
tecnologías el lugar central de la formación. dialógicas que asumen la construcción de
Como podrá observarse, las visiones in- conocimientos de manera polifónica y re-
ternas de los currículos muestran que las flexiva; d) las prácticas pedagógicas expe-
instituciones educativas apelan a diferentes rienciales que apelan a un sentido paidocén-
formas y recursos para incorporar al currículo trico de la construcción de conocimientos y
el tema de los derechos humanos, los cuales saberes y; e) las prácticas de la tecnicidad
pretenden y resultan consecuentes con los que se centran en la reproducción de conoci-
lineamientos nacionales; por su parte, las mientos, en el alcance de competencias y, en
visiones externas de los currículos muestran esta medida, en la estandarización del pen-
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que en las orientaciones de cada propuesta samiento. A su vez, la visión externa de las
curricular se atraviesan las distintas lecturas prácticas pedagógicas, aquella que permite
y posiciones que la institución escolar recrea establecer como se tejen vínculos específi-
sobre el tema de los derechos humanos, así cos entre la práctica pedagógica, la escuela,
88 como las creencias sobre el tipo de sujeto el sistema escolar y el Estado configurando
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nodos discursivos y conceptuales, muestra
también cinco grandes tendencias: a) unas
prácticas pedagógicas que apelan a la uni-
versalidad de los mandatos, por tanto some-
tidas a disposiciones generalizantes y a pro-
fundas tensiones y contradicciones; b) las
prácticas que direccionan la formación de
conformidad con las delegaciones estatales,
las cuales quedan reducidas al acatamiento
de normas que se traducen en conocimien-
tos normatizados; c) aquellas que conducen en el ambiente escolar las condiciones, ca-
la formación desde la autoridad del sistema pacidades y posibilidades para tramitar los
escolar, las cuales terminan curricularizando conflictos y dar vida a una red de relaciones
disposiciones y normas estatales, así como y vínculos, soportadas en la afirmación de
afirmando determinados idearios morales autonomías y de reconocimientos; b) los cli-
justificados y validados desde el manto de mas que se inclinan a la institución y, en esa
legalidad que cobija al sistema escolar; d) medida, es la fuerza y los marcos normativos
las prácticas que conducen la formación institucionales los que condensan las posi-
desde lo que autoriza el currículo, por tanto bilidades relacionales del mundo escolar; c)
adscritas y afirmadas en la autoridad y la au- los climas que se inclinan a los valores hu-
tonomía escolar como elementos legítimos manos, los cuales parten de la necesidad de
para sustentar unos determinados valores vindicar este tipo de valores porque los con-
institucionales, locales y misionales y; e) sideran los únicos mecanismos que pueden
las prácticas pedagógicas que se soportan hacer vigente cualquier disposición norma-
en la práctica misma y, que en tal sentido, tiva o reguladora y; d) aquellos climas que
se sustenta en la delegación del Estado, la se inclinan al contrato educativo, es decir, al
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autoridad del sistema escolar y la autoriza- tipo de responsabilidades que asumen los
ción del currículo para desplegarse en pro- distintos sujetos de la comunidad educativa,
cesos menos constreñidos por lineamientos responsabilidades que se encuentran direc-
institucionales, más sensibles a las vivencias tamente conectadas con las apuestas misio-
y las experiencias de los sujetos. nales de cada institución.
Como puede observarse, esta variedad
3. Finalmente, se hizo necesario ob- de climas escolares muestra que las insti-
servar cuales son las consecuencias de las tuciones educativas crean distintas formas,
distintas inspiraciones curriculares y de las medios y recursos cuyo fin es la promoción
prácticas pedagógicas para la configuración de relaciones, de convivencia y de trámite de
de climas escolares, es decir, frente a la vi- conflictos que, de entrada pueden parecer
vencia cotidiana de los derechos humanos similares en todas las instituciones educati-
en los distintos lugares del universo escolar. vas, sin embargo, la diversidad de mecanis-
Ello condujo a establecer las siguientes ten- mos a los que las instituciones se inclinan,
dencias: a) aquellos climas escolares que se hacen que ellos tengan desarrollos, impac-
inclinan al ambiente, es decir que encuentran tos y consecuencias divergentes en la vida
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los imperativos de las normas que hay que política escolar suponga al mismo tiempo un
cumplir o a los valores que hay que respetar, desestímulo sobre la política misma3.
lo que ciertamente desconoce otros marcos El sistema escolar igualmente le ofrece
de acción, como los que pueden proponer los otros matices a la sensibilidad hacia lo pú-
mecanismos alternativos de expresión y aso- blico. Un sistema escolar soportado en unas
ciación surgidos de los propios estudiantes o brechas sociales profundas que se han rever-
como los que disponen a éstos para una ac- tido a la distinción a veces abrumadora entre
titud de exigibilidad de derechos. El sistema lo público y lo privado genera “presencias
escolar se presenta formador de ciudadanos, distintas de las diferencias”. En primer lugar,
pero cuando estos ciudadanos ejercen algu- es evidente que el sistema escolar tiene an-
ticipadas “diferencias distintas” en virtud de
la condición económica y social: por un lado
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a varios esquemas: a esquemas de forma- culturas juveniles y las denominadas “tribus
ción exclusiva de hombres o de mujeres urbanas”. De entrada habría que señalar que
(que en apariencia disolverían la cuestión), a cada uno de estos grupos tiene fuertes arrai-
esquemas de educación separada o de co- gos en determinadas localidades urbanas,
educación (que en apariencia lo resolverían en ciertos sectores de encuentro y desen-
a la manera de un enfoque diferencial) o a cuentro, en los espacios donde concurren
esquemas de educación mixta o compartida en virtud de sus consumos, de sus entornos
(que en apariencia lo resolverían a la manera de socialización o de sus espacios de expre-
de un enfoque integrador). sión. No obstante, la naturaleza misma de
En tercer lugar, el sistema escolar también estas culturas juveniles y de estas “tribus ur-
tiene “diferencias distintas” en relación con banas” las pone en situaciones distintas con
las diversidades étnicas y culturales. En unos relación al sistema escolar: en unos casos
casos el sistema escolar se enfrenta a los de- son una expresión subsidiaria de la identidad
safíos de la diferencia que supone la presen- propiamente estudiantil, sujetables a unos
cia voluntaria de estudiantes de diferentes ordenamientos explícitos o implícitos, even-
nacionalidades o culturas: en estos casos tualmente tramitables dentro de las usanzas
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res casos, en admitirlas pero con un esfuer- to mejores condiciones para la educación, la
zo de integración dentro de los lineamientos ciencia y la cultura. No obstante, estos usos
institucionales. también entrañan desafíos: el correo electró-
De cualquier manera, el sistema escolar nico es objeto de usos y abusos tanto de los
tiende a desconocer a estos grupos o a reco- propios usuarios como de agentes de inter-
nocerlos únicamente cuando en torno a ellos ceptación ilegales; la búsqueda de informa-
se organizan determinadas expresiones con- ción está expuesta ante todo al plagio, asun-
tradictorias, conflictivas o aún violentas. De to que compromete de manera especial a las
hecho, la presencia de estos grupos permite comunidades de colegios y universidades; la
a distintas instancias, incluidos el gobierno conversación vía chat y las redes sociales se
distrital, los medios de comunicación masi- han convertido en instrumentos que exponen
va y las propias directivas académicas, una a niños, adolescentes y jóvenes a diferentes
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economía de argumentos frente a situacio- estructuras criminales, entre ellas a las de-
nes conflictivas de la escuela, de las localida- dicadas a la trata, la explotación y el abuso
des y aún de la propia ciudad. No obstante, de menores. En este sentido, las tecnologías
esta misma economía de argumentos impide se han convertido en medios de conexión de
92 que el sistema escolar reconozca que el as- los menores de edad con unos nuevos hori-
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zontes de la cultura pública, que por un lado convertido en medios que amenazan la pri-
amplían las posibilidades sociales pero que, vacidad, que exponen al escarnio público y
por otro, significan nuevas formas de exposi- que instauran presiones entre los sujetos y
ción y de afectación de derechos. los grupos que son, de cualquier manera,
Una mención aparte merecen las redes atentados a derechos fundamentales, más
sociales en Internet, con un crecimiento es- cuando ellos complementan o profundizan
pectacular en América Latina y en Colom- prácticas de acoso laboral sobre los docen-
bia en los últimos años. Estas redes se han tes (mobbing) o de maltrato entre pares de
convertido en los medios para la creación de escuela (bullying).
unas nuevas comunidades donde predomi- En síntesis, el sistema escolar como uni-
nan adolescentes y jóvenes que, en algunos dad de referencia que permite ampliar los
casos, promueven diferentes vindicaciones y puntos de contacto entre escuela y cultura
movilizan ciertos discursos políticos. De he- pública, pone en evidencia una serie de si-
cho, algunos de los escenarios más encendi- tuaciones problemáticas que no necesaria-
dos en medio de la polarización política que mente están presentes o que no se hacen vi-
se vive en algunos de los países de la región, sibles en la especificidad de cada institución
entre ellos Colombia, son precisamente los educativa. De la misma manera, el sistema
foros habilitados por los diferentes medios escolar como unidad de referencia muestra
electrónicos y las redes sociales virtuales. que el tránsito entre culturas escolares demo-
Paradójicamente, “las virtudes de la virtuali- cráticas y cultura pública ciudadana está pla-
dad” no han redundado en la construcción gado de diferentes obstáculos, algunos que
de unas comunidades más informadas, re- son de la órbita específica de la escuela pero
flexivas y tolerantes sino que, por el contrario, otros que son competencia de diferentes po-
han favorecido la aparición de unas opinio- líticas públicas y que, como tales, requieren
nes masivas plagadas de estereotipos y es- una intervención a escalas más amplias. De
tigmatizaciones, en no pocas oportunidades cualquier manera, es evidente que las sensi-
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con un auténtico lenguaje de sicaresca que bilidades hacia lo público tienen en medio el
en mucho recuerda al país de bipartidismo hecho de que las diferencias (derivadas de la
sectario que fuera responsable de las violen- condición económica y social), las diversida-
cias de los años cuarenta y cincuenta. des (derivadas de los géneros, de las etnici-
Una de las referencias recurridas para la dades o de las culturas), las multiplicidades
construcción de estas comunidades virtuales (derivadas de las culturas juveniles) o las co-
son precisamente las instituciones educati- nectividades (derivadas de los accesos y los
vas: a propósito de la institución educativa usos de las tecnologías) no están a la misma
se generan comunidades virtuales de afir- distancia para todos los agentes del sistema
mación de pertenencias, de generación de escolar ni entrañan de cualquier manera lo
lealtades, de preservación de tradiciones, mismo. En consecuencia, es evidente que
de promoción de la vida escolar pero, igual- el conjunto del sistema escolar, por estas
mente, campañas diversas de señalamien- “distancias diferentes”, ponga en evidencia
to, de estereotipación y de estigmatización sensibilidades distintas hacia lo público. El
tanto de docentes como de estudiantes. De problema de estas sensibilidades distintas
este modo, las comunidades virtuales se han es que, en un medio caracterizado por un
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miembros y, por medio de éste, a ella misma. recibe; finalmente, en cuarto lugar, pautas
En segundo lugar, esta convicción en la edu- que quedan suscritas sobre el sobreentendi-
cación como inversión particular no obstante do entre lo delegado y lo legado donde nadie
no desdice de ella como inversión colectiva, cree estar entregando ni recibiendo nada. De
pues supone que de cualquier manera ella esta manera, se generan relaciones entre fa-
generará determinados vínculos en tiempo milia y escuela que en unos casos terminan
presente mientras simultáneamente permiti- pretendiendo que la familia sea el modelo
rá vincular a los hijos con unos entornos so- para la escuela y la sociedad y que en otros
ciales específicos en tiempo futuro. En tercer terminan aspirando a que la escuela sea el
lugar, la educación revestida como inversión modelo para la familia y la sociedad. Como
particular y colectiva implica, por un lado, lo muestran distintas versiones, cada una de
delegar unos patrones de crianza imbuidos estas pautas y pretensiones no son desco-
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en valores, creencias y prácticas familiares y, nocidas en las relaciones entre familia y sis-
al mismo tiempo, asumir el legado de unos tema escolar en nuestro medio, con el hecho
patrones de formación imbuidos en valores, adicional de que ellas tienden a tener fuer-
creencias y prácticas definidos por la insti- tes correspondencias con las condiciones
94 tución, por el sistema escolar o de manera económicas y sociales: de las instituciones
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renuncie a la estructura inicial de los actos
de delegación y legación: emergencias que
cambian los límites de las competencias de
la familia o de la escuela pero que de cual-
quier manera no implican la redefinición o
la resignificación de los actos para ambas
o para una de ellas. Cuando esto último su-
cede, las aperturas de uno de los sistemas
con matrícula de alto costo donde la escue- pueden terminar convirtiéndose en obstácu-
la es socia o cuando menos subsidiaria de los para el otro, lo que finalmente promueve
la educación familiar, a las instituciones con miradas contradictorias sobre los efectos del
matrícula de bajo costo donde la escuela pa- mundo público: para unos sus presencias
reciera sentirse obligada a formar a la familia son indispensables, para otros simplemente
misma. problemáticas (como en el caso de cualquie-
No obstante, este esquema general de ra de las múltiples diferencias abordadas en
pautas está expuesto a las transformacio- el aparte anterior).
nes tanto de los sistemas familiares como De cualquier manera, las transformacio-
del propio sistema escolar, suscitadas entre nes en los sistemas acarrean articulaciones
otras razones por la presencia de un mundo distintas entre relaciones y actos introducien-
público que, siendo diferente de estos siste- do complejidades a la definición de los mo-
mas, es al mismo tiempo generador de dife- dos de convivencia y de conflicto. En una pri-
rencias en ellos y entre ellos al introducir de mera articulación, la convivencia y el conflicto
manera permanente la presencia del extraño se definen suponiendo la coordinación entre
y de la extrañeza. En determinado momen- las relaciones establecidas y los términos de
to las transformaciones suscitadas por el los actos de delegación y de legación: los
mundo público sobre la familia y la escuela conflictos, por ejemplo, se presentan como
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pueden quebrar las relaciones de corres- desajustes reconocibles de las correspon-
pondencia, primacía o sobreentendimiento dencias, de las primacías o de los desenten-
y, con ello, controvertir y reacomodar la es- dimientos que se pueden resolver con la ma-
tructura inicial de los actos de delegación y jestad de la familia, con la soberanía de la es-
legación: emergencias que llevan a la familia cuela o con la acción solidaria de una y otra.
a extender más delegaciones a los mecanis- En la escuela esta articulación ha quedado a
mos escolares (dándole juego por ejemplo salvo bajo los controles de la disciplina y la
a la orientación educativa) o que llevan a la conducta, los reglamentos escolares y más
escuela a extender más su legado sobre la recientemente los manuales de convivencia.
familia (como en el caso de las denominadas En una segunda articulación, la convivencia
escuelas de padres). Pero igualmente estas y el conflicto se definen allí donde los cam-
transformaciones pueden quebrar las rela- bios en las relaciones no tienen correlatos en
ciones de correspondencia, primacía o so- los actos de delegación y de legación: los
breentendimiento sin que esto suponga que conflictos, por ejemplo, se presentan como
los sistemas o alguno de ellos en particular, desajustes extraños, porque estando inmer-
ante todo aquel más “extraño a la extrañeza”, sos en las relaciones no tienen salida en los
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que tienden a suponer que estas cuestiones inminencia de las diversidades, de los grupa-
se atienden únicamente ajustando los com- lismos, de las tecnologías, de las emancipa-
portamientos a las expectativas de familia y ciones como fenómeno propio de décadas
escuela dentro de los términos de los actos recientes, tienen como correlato la familia y
96 de delegación y legación. Estas lecturas de la escuela surgidas dos siglos atrás.
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En este sentido, las emergencias de las
diferencias han devenido en situaciones crí-
ticas ante todo porque ellas se instalan con
relativa fluidez en el mundo de las relaciones
sin que estén correspondidas en el mundo
de los actos: la ampliación de las tensiones
inherentes al advenimiento de tantos extra-
ños y de tantas extrañezas que requieren una
mirada desde la ética y la política tiene como
contraparte la perseverancia de unos actos
fundados en la rigidez de unas semejanzas
y familiaridades ancladas poderosamente
a unos discursos morales que, en nuestro
medio, no son extraños a fuertes estamenta-
lismos, a marcadas segregaciones y a unas
traumáticas movilidades sociales, que tanto la del pensamiento educativo y pedagógico de
familia como la escuela reproducen aún con los últimos veinte años, esto amerita una pro-
la más buena fe (como cuando se decide a funda reflexión, pues mientras sus discursos
formar a unos desde la premisa de la libertad sacaron por la puerta delantera a las ciencias
para la autonomía y a otros desde la premisa de la educación, entre ellas a la psicología,
de los valores para la integración). De hecho, las instituciones están entrando por la puerta
llega el momento en que la convivencia y el trasera auténticas medidas de terapeutiza-
conflicto se pretenden resolver ajustando re- ción, medicalización y judicialización escolar:
laciones y actos, en independencia de que la niños, jóvenes y adolescentes convertidos en
arbitrariedad de este ajuste termine socavan- pacientes, diagnosticados con distintos sín-
do las posibilidades innovadoras de las rela- dromes, sometidos a diferentes medicacio-
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ciones o termine erosionando la legitimidad nes y, en algunos contextos, particularmente
de los actos mismos. Esto al final conduce los más pobres, convertidos en objetos de
a dos situaciones: por un lado, a que entre vigilancia policial inmediata4.
familia y escuela se afiance la creencia en Ante esto, tanto la interfase familia y es-
la utilidad de la estable vida en semejanza, cuela como su participación en la cultura
que confina la diferencia a una extrañeza ma- pública están cada vez más expuestas a la
nifiesta en signos disidentes, los cuales no presencia de unos sistemas de ayuda que se
tienen otra lectura distinta a síntomas cuan- convierten en una de las mediaciones frente
do no a abiertas patologías individuales; por a distintos fenómenos o situaciones propias
otro lado, a que otros sistemas, como las so- de la convivencia y del conflicto escolar.
ciedades de pares, se revistan como lugares
para la diferenciación, aún cuando estos mis-
mos terminen confinados en grupos homo-
4 Estas medidas efectivamente empiezan a generar de-
géneos no necesariamente recognoscibles bates, más en el campo de la psicología, la psiquiatría, la
entre sí. Para la escuela colombiana, sobre medicina y el derecho, menos en el propio campo de la
todo la que ha surgido de las inspiraciones educación y la pedagogía. 97
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