Guardado Con Autorrecuperación de Psicofarmacos Antipsicoticos

También podría gustarte

Está en la página 1de 2

El primer antipsicótico: la clorpromazina.

La clorpromazina, el primer antipsicótico de utilización mundial fue sintetizada por Charpentier,


en 1950, como derivado de la prometazina, una fenotiazina antihistamínica con marcada acción
sedante que se estaba utilizando como medicamento potenciador de la anestesia. Pronto pudo
apreciarse que esta nueva molécula ejercía un efecto netamente distinto al de la prometazina,
induciendo un estado de desaferentización sensorial, de indiferencia afectiva y de inhibición de
la función motora espontánea, acciones por las cuales se categorizó como agente ataráctico o
neuroléptico y que propiciaron su utilización en los enfermos psiquiátricos. Inicialmente se creyó
que su única utilidad a este respecto consistía en atenuar los estados de agitación, catalogándola
como tranquilizante mayor, denominación que todavía se aplica ocasionalmente a este tipo de
fármacos, pero en poco tiempo pudo comprobarse que la clorpromazina poseía un efecto
beneficioso específico en el tratamiento de los pacientes psicóticos que trascendía una acción
meramente sedante, introduciéndose por ello el termino fármaco de antipsicótico.

Es un sedante, junto con la acción antipsicótica, ejerce efectos autonómicos relevantes,


fundamentalmente de carácter anticolinérgico, bloqueante adrenérgico y antihistamínico H1, lo
que origina la aparición de diversos efectos indeseables (siendo la sedación el más destacable
entre los mismos) que dificultan o incluso en algunos casos impiden llegar a establecer dosis
antipsicóticas plenamente efectivas, por lo que durante largo tiempo han sido considerados como
de eficacia relativamente baja.

Referencia: Pita, E. y Manzanares, J. Fármacos Antipsicóticos. Revista. Asociación Española de


Neuropsiquiatría Vol. XII, Suplemento 1, 1992.

BUSCAR IMÁGEN

1
2

También podría gustarte