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Anatomía Hepática
Anatomía Hepática
El hígado es el órgano más grande del organismo, con un peso que oscila entre 1 y
1.5 kg, por lo que representa de 1.5 a 2.5% de la masa corporal magra. Su tamaño y aspecto
varían y normalmente se ajustan a la forma general del cuerpo (largo y estrecho o corto y
ancho).
Está recubierto por una túnica serosa (túnica serosa) que deriva del peritoneo y
cubre la mayor parte de la superficie del órgano. Está íntimamente adherida a la túnica
fibrosa. La túnica fibrosa (túnica areolar) se sitúa debajo del revestimiento seroso y recubre
toda la superficie del órgano. Es de difícil identificación, excepto donde la serosa está
ausente (área desnuda del hígado). En el hilio la túnica fibrosa se continúa con la cápsula
fibrosa de Glisson, en la superficie del órgano, al tejido areolar que separa los lóbulos.
Gran parte de las células del hígado son hepatocitos, que constituyen dos tercios de
la masa hepática. Las restantes son células de Kupffer (miembros del sistema
reticuloendotelial), células estrelladas (de Ito o almacenadoras de grasa), células
endoteliales y vasos sanguíneos, células de los conductillos biliares y estructuras de
soporte. Observado al microscopio de luz, el hígado aparece bien organizado en lobulillos
que son más o menos hexagonales, con las células hepáticas agrupadas en cordones
radiados entorno de una vena centrolobulillar (división menor de la vena hepática) entre los
cuales se encuentran los canalículos sanguíneos (sinusoides) y con áreas portales en la
periferia (constituida por la triada de Glisson: a./v. interlobulillar y conducto biliar
interlobulillar, rodeadas de tejido conectivo, son las ramas menores de la vena porta, de la
arteria hepática y de los ductos biliares) que dan un aspecto maculado al hígado.
La sangre que fluye por las áreas portales es distribuida a través de los sinusoides,
pasando de la zona 1 a la zona 3 de los acinos y drenando en las venas hepáticas terminales
(“venas centrales”). La bilis secretada fluye en sentido opuesto, en un patrón de
contracorriente de la zona 3 a la zona 1. Los sinusoides están tapizados por células
endoteliales únicas, las cuales tienen prominentes fenestraciones de tamaño variable, lo que
permite el flujo libre de plasma pero no de elementos celulares. Por eso, el plasma puede
ponerse en contacto directo con los hepatocitos en el espacio subendotelial de Disse (El
espacio perisinusoidal es el sitio de intercambio de materiales entre la sangre y los
hepatocitos, en el hígado).
FUNCIÓN HEPÁTICA
CIRROSIS HEPÁTICA
Sea cual sea la causa de la cirrosis, las características patológicas consisten en la aparición
de fibrosis de un grado tal que se produce una distorsión estructural y se forman nódulos de
regeneración. Esto da por resultado una disminución de la masa hepatocelular y, por tanto,
de la función, lo mismo que alteraciones en el flujo sanguíneo. La estimulación de la
fibrosis ocurre cuando se activan las células estrelladas hepáticas, lo cual conlleva la
formación de mayores cantidades de colágeno y otros compuestos de la matriz extracelular.
a. CIRROSIS HEPÁTICA
· Diagnóstico
Pruebas de laboratorio:
• Alargamiento del tiempo de protrombina y del INR: por déficit de absorción de vitamina
K y de síntesis de factores de la coagulación dependientes de ella.
• Colesterol disminuido por fallo de síntesis (excepto en las cirrosis biliares, donde estará
aumentado por déficit de eliminación).
· Tratamiento
Diversos estudios clínicos y series de casos han demostrado que los pacientes con
hepatopatía descompensada pueden compensarse con el tratamiento antiviral orientado
contra la hepatitis B. Los fármacos disponibles en la actualidad son lamivudina, adefovir,
telbivudina, entecavir y tenofovir. También se puede utilizar interferón α para tratar la
hepatitis B, pero no debe administrarse en cirróticos. El tratamiento de individuos con
cirrosis causada por hepatitis C es un poco más difícil, porque no suele ser fácil tratar los
efectos secundarios del interferón pegilado y la ribavirina. Las citopenias que limitan las
dosis (de plaquetas, leucocitos y eritrocitos) o los efectos secundarios graves pueden
obligar a suspender el tratamiento. No obstante, si los pacientes pueden tolerar el
tratamiento y éste tiene éxito, el beneficio es mayor y se reduce la evolución de la
enfermedad.
Estudios recientes han demostrado que si las plaquetas se encuentran en cifras inferiores a
100 000, la albúmina es <3.5 g/100 mL y la calificación Model for EndStage Liver Disease
(MELD) es >10, el riesgo de complicaciones por tratamiento antiviral con interferón es
significativo. La aprobación reciente de antivirales de acción directa (DAA, Direct Acting
Antivirals) ha llevado a mejor eficacia del tratamiento con regímenes que son seguros y
bien tolerados.
Otros tratamientos que se han utilizado son la pentoxifilina oral, que disminuye la
producción del factor de necrosis tumoral α (TNF-α) y otras citocinas proinflamatorias. A
diferencia de los glucocorticoides, que se acompañan de complicaciones, la pentoxifilina es
relativamente fácil de administrar y tiene escasos efectos secundarios. Se han intentado
diversos tratamientos nutricionales con alimentación parenteral o enteral; sin embargo, no
está claro si alguna de estas modalidades ha mejorado en grado importante la
supervivencia. En estudios recientes se han utilizado inhibidores del TNF-α administrados
por vía parenteral, como infliximab o etanercept. Los primeros resultados no han
demostrado efectos secundarios; no obstante, no se observó mejoría en la supervivencia. Se
han utilizado esteroides anabólicos, propiltiouracilo, antioxidantes, colquicina y
penicilamina pero no muestran alguna ventaja clara y no se recomiendan.
La cirrosis biliar tiene características patológicas que son diferentes de la cirrosis alcohólica
o de la cirrosis poshepatítica y, sin embargo, las manifestaciones de la hepatopatía terminal
son las mismas. La hepatopatía colestásica es resultado de lesiones necroinflamatorias,
procesos congénitos o metabólicos o compresión externa de las vías biliares. Por
consiguiente, dos categorías reflejan los sitios anatómicos de la retención anormal de bilis:
intrahepática y extrahepática. Es importante la distinción por razones terapéuticas
evidentes. La obstrucción extrahepática se beneficia de la descompresión quirúrgica o
endoscópica de las vías biliares, en tanto que los procesos colestásicos intrahepáticos no
mejorarán con estas intervenciones y necesitan una estrategia diferente.
· Diagnóstico
En la cirrosis biliar primaria habrá de considerarse en los pacientes con anomalías crónicas
en las enzimas hepáticas colestáticas. A menudo se presenta en mujeres de mediana edad.
Los estudios de anticuerpos antimitocondriales (AMA) son negativos y habrá de recordarse
que hasta en 10% de los sujetos con PBC son negativos los AMA. La biopsia hepática es
muy importante en estos enfermos con cirrosis biliar primaria negativa para AMA. En los
que son negativos para AMA con enzimas hepáticas colestáticas se descartará colangitis
esclerosante primaria por medio de una colangiografía.
Se presenta prurito en cerca de 50% de los enfermos al momento del diagnóstico y llega a
ser debilitante. Puede ser intermitente y por lo general es muy molesto por las noches. En
algunos casos, el prurito aparece hacia el término del embarazo y hay casos a los que se les
ha diagnosticado colestasis gestacional más que cirrosis biliar primaria. El prurito que se
presenta antes de la aparición de la ictericia indica enfermedad grave y un pronóstico
desfavorable.
· Tratamiento
La evolución clínica de los pacientes con cirrosis avanzada a menudo se complica por el
número de secuelas importantes relacionadas con la enfermedad, sea cual sea la causa
fundamental de la hepatopatía. Estas incluyen hipertensión portal y sus consecuencias de
hemorragia por varices gastroesofágicas, esplenomegalia, ascitis, encefalopatía hepática,
peritonitis bacteriana espontánea, síndrome hepatorrenal y carcinoma hepatocelular.
Esplenomegalia, Fibrinólisis
hiperesplenismo
Ascitis Trombocitopenia
Osteoporosis
Osteomalacia
Anemia
Hemólisis
Trombocitopenia
Neutropenia
HIPERTENSIÓN PORTAL
Se define como la elevación del gradiente de presión venosa hepática a >5 mmHg. La
hipertensión portal es causada por una combinación de dos procesos hemodinámicos que
ocurren en forma simultánea:
1)Aumento en la resistencia intrahepática al paso del flujo sanguíneo a través del hígado
como consecuencia de cirrosis y nódulos regenerativos.
El tercer mecanismo consiste en un aumento del flujo sanguíneo portal ocasionado por
un aumento de la vasodilatación arterial mesentérica.
· Esplenomegalia
Casi 33% de los pacientes con cirrosis tiene varices y 33% de los sujetos con varices
presentan hemorragia. La hemorragia es una complicación que pone en peligro la vida. El
riesgo hemorrágico se relaciona con: tamaño y localización de las varices, grado de
hipertensión portal (presión portal>12 mmHg) y gravedad de la cirrosis, por ejemplo por
clasificación de Child-Pugh.
1. La EVL debe repetirse hasta que se logre la oclusión de todas las varices.
4. La intervención para derivación porto sistémica se usa con menos frecuencia con el
advenimiento de la TIPS; puede considerarse en pacientes con buena función de síntesis
hepática.
En pacientes con alto riesgo de hemorragia por varices, considérese profilaxis con EVL o
bloqueadores β no selectivos o ambos.
· Varices gastroesofágicas
· Ascitis
COLESTASIS:
Recuento anatómico de las vías biliares:
Vesícula biliar: es un saco musculo membranoso en forma de pera envuelto por músculo
liso y esa musculatura es lo que le permite contraerse y llevar todo el contenido de bilis
que posee al duodeno. La vesícula almacena y concentra la bilis, además no es un
órgano indispensable para la vida.
2. Cuerpo: porción más larga, que al final se estrecha pero antes de estrecharse se
encuentra una prolongación llamada saco de Hartman o infundíbulo para luego formar el
cuello
Todo lo que es la parte final del cuerpo, el cuello y el principio del conducto cístico tiene
forma de S denominándose sifón.
· Pared anterior abdominal: la punta del fondo de la vesícula se relaciona con la pared
anterolateral del abdomen
· Superior: estrechamente relacionada con el hígado con la cara del lóbulo inferior derecho
del hígado
· Inferior: con la segunda porción del colon transverso y parte del epiplón mayor
Vías biliares:
· Conducto hepático común: al unirse con el conducto cístico forma al conducto colédoco
· Conducto colédoco: mide de 4 a 8 cm y tiene 4 porciones: 1- supraduodenal, 2-
retroduodenal, 3- retropancreático o intrapancreática y 4- intraduodenal o terminal que
recibe al conducto pancreático principal y perforan el duodeno desembocando en la
carúncula duodenal mayor, ambos conducto forman una dilatación llamada ampolla de
váter. Es el que finalmente lleva la bilis a la segunda porción del duodeno. Importante que
el colédoco forma parte de la triada portal junto con la vena porta y con la arteria hepática
propia.
· Vesícula biliar: está irrigada por la arteria cística que proviene de la arteria hepática
derecha que deriva de la arteria hepática propia que a su vez deriva de la arteria hepática
común que deriva del tronco celiaca y que deriva de la aorta abdominal
Drenaje veneso:
· Vena cística
Inervación:
· Simpático: por el plexo celíaco que ayuda a formar el plexo hepático es la que lleva la
inervación simpática
Parasimpático: por los troncos vagales (indica la contracción para expulsión de las vías
biliares)
Que son vías biliares: La vía biliar es un conjunto de ductos intra y extrahepáticos
por los que discurre la bilis producida en el hígado hasta desembocar en la
segunda porción del duodeno.
CIRCULACIÓN ENTEROHEPÁTICA
Las sales biliares vertidas al duodeno con la bilis se absorben en un 90-85% en el íleon por
cotransporte con sodio, van vía porta al hígado y de allí vuelven al intestino con la bilis,
recirculando varias veces al día, El 5-10% restante pasa al colon y por acción bacteriana se
desconjugan y deshidroxilan y se convierten en ácidos biliares secundarios. Los ácidos biliares
secundarios vuelven al hígado para conjugarse y volver con la bilis al intestino, lo que no se
absorbe se pierde por heces.
REGULACIÓN NEUROHUMORAL
FISIOPATOLOGÍA DE LA COLESTASIS
CLASIFICACIÓN
Etiología: las causas más frecuentes son la cirrosis biliar primaria y la colestasis asociada
a drogas (estrógenos, esteroides anabólicos, eritromicina, paracetamol, carbamazepina,
clopidogrel). Entre otras causas se encuentran:
Etiología: la causa más frecuente es una obstrucción de la vía biliar, asociada a cálculos
(la presencia de cálculos más un consumo alto de grasas estimula la secreción de
colecistoquinina, un potente constrictor de la vesícula, lo que ocasiona la migración del
cálculo a las vías biliares, obstruyéndolas), además de colestasis extrahepáticas por
neoplasias de páncreas y de la vía biliar y las obstrucciones de origen parasitario. Otras
causas son:
COLESTASIS
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
Esteatorrea, que se define como la pérdida >10 g de grasa fecal por día, luego de
una ingesta de 70 g/d (10). Este fenómeno es secundario a una concentración
inadecuada de bilis posprandial en el intestino delgado, lo que genera una
malabsorción de grasas y vitaminas liposolubles que usualmente ayudan en la
absorción de estos elementos. La esteatorrea puede acompañarse de pérdida de
peso, así como de la presencia de acropaquía o dedos hipocráticos.
DIAGNÓSTICO
Estudios complementarios
De laboratorio:
- Transaminasas: Pueden variar en dependencia de la causa, estar normales,
ligeramente aumentadas o muy aumentadas, como es el caso de las colestasis
aguda por enclavamiento de un cálculo en el colédoco, aunque de forma
transitoria, con la disminución marcada en las 24 o 48 horas.
Estudios imagenológicos:
TRATAMIENTO
De igual modo, en afectados por cirrosis biliar primaria se han probado los
esteroides e inmunodepresores; sin embargo, el ácido ursodeoxicólico ha
demostrado un efecto beneficioso sobre los tejidos y algunos parámetros clínico-
analíticos, con pocos efectos secundarios, por lo que es el tratamiento más
utilizado, y también se aconseja su empleo en pacientes con colangitis
esclerosante o con ductopenia idiopática del adulto. 38-42 En todos ellos se indica
el trasplante hepático como alternativa eficaz. Si existen complicaciones
asociadas, el tratamiento incluye la prevención y corrección del prurito, de la
enfermedad ósea metabólica, la malabsorción, la deficiencia de vitaminas
liposolubles, la hipercolesterolemia y los xantomas.
El prurito leve puede eliminarse con la colestiramina (de 4 a 16 gramos diarios por
vía oral); esta resina de intercambio aniónico toma las sales biliares intestinales e
inespecíficamente las sustancias pruritógenas que son eliminadas con las heces,
con la interrupción de su circulación enterohepática.
La osteopenia debe ser tratada con ejercicio regular, exposición moderada a la
luz solar, ingestión de alimentos ricos en calcio y eliminación del hábito de fumar