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Historia de la química

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Ilustración de un laboratorio químico del siglo XVIII.


La historia de la química abarca un periodo de tiempo muy amplio, que va desde la
prehistoria hasta el presente, y está ligada al desarrollo cultural de la humanidad
y su conocimiento de la naturaleza. Las civilizaciones antiguas ya usaban
tecnologías que demostraban su conocimiento de las transformaciones de la materia,
y algunas servirían de base a los primeros estudios de la química. Entre ellas se
cuentan la extracción de los metales de sus minas, la elaboración de aleaciones
como el bronce, la fabricación de tejidos rojos cerámica, esmaltes y vidrio, las
fermentaciones de la cerveza y del vino, la extracción de sustancias de las plantas
para usarlas como medicinas o perfumes y la transformación de las grasas en jabón.

Ni la filosofía ni la alquimia, la protociencia química, fueron capaces de explicar


verazmente la naturaleza de la materia y sus transformaciones. Sin embargo, a base
de realizar experimentos y registrar sus resultados los alquimistas establecieron
los cimientos para la química moderna. El punto de inflexión hacia la química
moderna se produjo en 1661 con la obra de Robert Boyle, The Sceptical Chymist: or
Chymico-Physical Doubts & Paradoxes (El químico escéptico: o las dudas y paradojas
quimio-físicas), donde se separa claramente la química de la alquimia, abogando por
la introducción del método científico en los experimentos químicos. Se considera
que la química alcanzó el rango de ciencia de pleno derecho con las investigaciones
de Antoine Lavoisier y su esposa Marie Anne Pierrette Paulze, en las que basó su
ley de conservación de la materia, entre otros descubrimientos que asentaron los
pilares fundamentales de la química. A partir del siglo XVIII la química adquiere
definitivamente las características de una ciencia experimental moderna. Se
desarrollaron métodos de medición más precisos que permitieron un mejor
conocimiento de los fenómenos y se desterraron creencias no demostradas.

La historia de la química se entrelaza con la historia de la física, como en la


teoría atómica y en particular con la termodinámica, desde sus inicios con el
propio Lavoisier, y especialmente a través de la obra de Willard Gibbs.1

Época del descubrimiento de los elementos químicos


H He
Li Be B C N O F Ne
Na Mg Al Si P S Cl Ar
K Ca Sc Ti V Cr Mn Fe Co Ni Cu Zn Ga
Ge As Se Br Kr
Rb Sr Y Zr Nb Mo Tc Ru Rh Pd Ag Cd In
Sn Sb Te I Xe
Cs Ba La Ce Pr Nd Pm Sm Eu Gd Tb Dy Ho Er
Tm Yb Lu Hf Ta W Re Os Ir Pt Au Hg Tl
Pb Bi Po At Rn
Fr Ra Ac Th Pa U Np Pu Am Cm Bk Cf Es Fm
Md No Lr Rf Db Sg Bh Hs Mt Ds Rg Cn Nh
Fl Mc Lv Ts Og
Clave de colores:
Antes del 1500 (13 elementos): Antigüedad y Edad Media.
1500-1800 (+21 elementos): casi todos en el Siglo de las Luces.
1800-1849 (+24 elementos): revolución científica y revolución industrial.
1850-1899 (+26 elementos): gracias a la espectroscopia.
1900-1949 (+13 elementos): gracias a la teoría cuántica antigua y la mecánica
cuántica.
1950-2000 (+17 elementos): elementos "postnucleares" (del nº at. 98 en
adelante) por técnicas de bombardeo.
2001-presente (+4 elementos): por fusión nuclear.
Índice
1 Antecedentes
1.1 Metalurgia
1.1.1 Metalurgia del bronce
1.1.2 Metalurgia del hierro
1.2 La cerámica y el vidrio
1.3 Transformaciones orgánicas de la Antigüedad
2 Teorías filosóficas de la Antigüedad Clásica
2.1 Filósofos jónicos o milesios
2.2 Primeros atomistas
3 Alquimia
3.1 La piedra filosofal y el esoterismo
3.2 Elementos y metales de la alquimia
3.3 Alquimia en el mundo islámico
3.4 Problemas de la alquimia
4 Siglos XVII y XVIII: inicios de la química
4.1 Robert Boyle
4.2 Teoría del flogisto
4.3 Descubrimientos del siglo XVIII
4.4 Antoine Lavoisier
4.5 Volta y su pila
5 Siglo XIX: resurgimiento de la teoría atómica
5.1 John Dalton
5.2 Jöns Jacob Berzelius
5.3 Davy y la electrólisis
5.4 Gay-Lussac y las leyes de los gases
5.5 Amedeo Avogadro
5.6 Inicios de la síntesis orgánica y su industria
5.7 Congreso de Karlsruhe y sus antecedentes
5.8 Espectroscopía y tubos de descarga
5.9 Kekulé y la estructura orgánica
5.10 Mendeléyev y la tabla periódica
5.11 Josiah Willard Gibbs
5.12 Van't Hoff y Arrhenius
5.13 Descubrimientos de finales del siglo XIX
5.14 Marie y Pierre Curie
6 Siglo XX: se revela la estructura del átomo
6.1 Ernest Rutherford y su modelo atómico
6.2 Modelo atómico de Bohr
6.3 Isótopos, protones, neutrones y modelo de Sommerfeld
6.4 Gilbert N. Lewis
6.5 Mecánica cuántica
6.6 Química cuántica
6.7 Mark Oliphant y el descubrimineto de la fusión nuclear
6.8 Bioquímica y biología molecular
6.9 Finales del siglo XX
7 Véase también
7.1 Historias y cronologías
7.2 Químicos eminentes
8 Notas
9 Referencias
10 Enlaces externos
Antecedentes

El fuego fue la primera reacción química controlada por los seres humanos, aunque
su naturaleza permaneció siendo un enigma durante milenios.
La humanidad aprendió a transformar la materia en beneficio de su supervivencia y
el mejoramiento de sus condiciones de vida, en los periodos prehistóricos en pleno
paleolítico y antes del último periodo glacial la humanidad descubre la primera
reacción química de importancia que controlaron los seres humanos fue el fuego. Hay
restos datados hace alrededor de 1,600 000 años que atestiguan el dominio del
fuego,2 al menos desde los tiempos del Homo erectus. Este logro se considera una de
las tecnologías más importantes de la historia. No solo proporcionaba calor y luz
para alumbrarse, servía de protección contra los animales salvajes y después para
despejar los bosques para cazar o cultivar, y además sería la base para el control
de otras reacciones químicas, como las derivadas de la cocción de los alimentos
(que facilitaron su digestión y disminuían la cantidad de microorganismos patógenos
en ellos) y más tarde de tecnologías más complejas como la cerámica, la fabricación
de ladrillos, la metalurgia, el vidrio o la destilación de perfumes, medicinas y
otras sustancias contenidas en las plantas. Aunque el fuego fuera la primera
reacción química usada de manera controlada, las culturas antiguas desconocían su
etiología. Durante milenios se consideró una fuerza misteriosa y mística capaz de
transformar unas sustancias en otras produciendo luz y calor. Al igual que se
desconocían las causas del resto de transformaciones químicas, como las
relacionadas con la metalurgia, aunque se dominaran sus técnicas.

Las primeras civilizaciones, como los egipcios y los babilónicos, concentraron un


conocimiento práctico en lo que concierne a las artes relacionadas con la
metalurgia, cerámica y tintes, sin embargo, no desarrollaron teorías complejas
sobre sus observaciones.3

Metalurgia
Artículo principal: Metalurgia
El primer metal empleado por los seres humanos fue el oro, que puede encontrarse en
forma nativa, por lo que no necesitaba transformaciones químicas para su uso. La
plata y el cobre también se pueden encontrar en forma nativa en pequeñas cantidades
(además del estaño y el hierro meteórico que aparecen en cantidades exiguas)
permitiendo un uso limitado de objetos metalísticos en las culturas antiguas.4 Las
técnicas de esta metalurgia inicial se limitaban a fundir los metales con la ayuda
del fuego para purificarlos y dar forma a los adornos o herramientas mediante
moldes o cincelado. Pero los metales nativos son escasos, y hasta que se aprendió a
extraer los metales a partir de sus minerales no se pudo generalizar el uso de los
objetos metálicos, lo que sí implicó el control de reacciones químicas.

Metalurgia del bronce


Artículos principales: Fundición y Edad del Bronce.

Mapa de la difusión de la metalúrgica del Bronce Antiguo. Cuanto más oscuro el


marrón más antigua es la producción de bronce en la región.
Algunos metales pueden obtenerse de sus menas simplemente calentando los minerales
en una pira, principalmente el estaño y el plomo, y a mayores temperaturas, en un
horno, el cobre; en un proceso de reducción conocido como fundición. Las primeras
pruebas de extracción metalúrgica proceden del yacimiento de Çatalhöyük en Anatolia
(Turquía), alrededor del año 6400 a. C.,5 y los yacimientos arqueológicos de
Majdanpek, Yarmovac y Plocnik, los tres en Serbia, datados en los milenios V y VI
a. C. También son notables las fundiciones de cobre encontradas en el yacimiento de
Belovode,6 con objetos como un hacha de cobre del 5500 a. C. perteneciente a la
cultura de Vinča.7 Se han encontrado más vestigios de los primeros usos de los
metales, datados en el III milenio a. C., en otros lugares como Palmela (Portugal),
Los Millares (España) y Stonehenge (Reino Unido).

La capacidad de fabricar objetos de metal y la extensión de su uso revolucionó las


sociedades antiguas.
Al principio los metales se usaban por separado o mezclados tal como se
encontraban. Al mezclarse el cobre con estaño o arsénico intencionadamente se
consiguieron metales de mejores cualidades, las aleaciones denominadas bronces. Con
este avance tecnológico surgió la Edad del Bronce. La tecnología relacionada con el
bronce fue desarrollada en el Oriente Próximo a finales del IV milenio a. C.,8
fechándose en Asia Menor antes del 3000 a. C.; en la antigua Grecia se comenzó a
utilizar a mediados del III milenio a. C.; en Asia Central el bronce se conocía
alrededor del 2000 a. C. (en Afganistán, Turkmenistán e Irán), y poco después
llegaría a China, desarrollándose durante la dinastía Shang. La Edad del Bronce no
solo fue el periodo de mayor desarrollo de la metalurgia (en términos de expansión
y diversidad) sino que influyó en muchos otros campos al extender el uso de objetos
metálicos. La disponibilidad de herramientas y armas fabricadas con un metal más
duro y resistente permitió el desarrollo de la agricultura y los grandes ejércitos,
y se fomentaron las rutas comerciales para el intercambio tanto de los minerales
escasos como de productos terminados. A partir de la Edad del Bronce los pueblos
que consiguieron armas de aleaciones y metales más duros se impusieron a sus
vecinos.

Metalurgia del hierro


Artículo principal: Edad del Hierro e Historia de la siderurgia
La extracción del hierro de sus menas es mucho más difícil que la del cobre y el
estaño, ya que requiere un proceso de fundición más complejo, que necesita carbón
(una fuente de CO) como agente reductor y mayores temperaturas, pero a cambio se
consigue un metal más duro y tenaz que el bronce, y mucho más abundante. A
diferencia de la producción del bronce que se extendió por el Viejo Mundo a partir
de un foco ubicado en el Oriente Próximo las técnicas de fundición del hierro
podrían haberse desarrollado multipolarmente en distintas partes del mundo. Existen
restos arqueológicos con herramientas fabricadas con hierro sin níquel (prueba de
que no es de origen meteórico)910 en Anatolia alrededor del 1800 a. C.,1112 pero
también se han encontrado herramientas del periodo comprendido entre el 1800 a. C.
y 1200 a. C. en el valle del Ganges en la India,13 y en yacimientos en África
datados alrededor de 1200 a. C.141516 Las tecnologías siderúrgicas se extendieron
desde el Mediterráneo hacia el norte a partir del 1200 a. C., llegando al norte de
Europa alrededor del 600 a. C., más o menos en las mismas fechas en las que
llegaron a China.17

La mayoría de los métodos de extracción y purificación de metales usados en la


Antigüedad se describen en la obra de Plinio el Viejo, Naturalis Historia. Además
de describir las técnicas intenta explicar los métodos y hace observaciones muy
precisas sobre muchos minerales.

Además de sus usos cotidianos, los objetos de cerámica y vidrio formaron parte del
material de laboratorio desde la antigüedad. Alambique de destilación del siglo
XIII.
La cerámica y el vidrio
Artículos principales: Cerámica y Vidrio.
Además de la metalurgia el uso del fuego proporcionó a los seres humanos otras dos
importantes tecnologías derivadas de transformaciones físico-químicas, la cerámica
y el vidrio, cuyo desarrollo ha acompañado a la humanidad desde la prehistoria
hasta el laboratorio moderno. Los orígenes de la cerámica datan del Neolítico
cuando el ser humano descubrió que los recipientes hechos de arcilla, cambiaban sus
características mecánicas e incrementaban su resistencia frente al agua si eran
calentados en el fuego. Para controlar mejor el proceso se desarrollaron diferentes
tipos de hornos, y cada cultura desarrolló sus propias técnicas y formas.

En Egipto se descubrió que recubriendo la superficie con mezclas de determinados


minerales (sobre todo mezclas basadas en el feldespato y la galena) la cerámica se
cubría con una capa muy dura, menos porosa y brillante, el esmalte, cuyo color se
podía cambiar añadiendo pequeñas cantidades de otros minerales o variando las
condiciones de aireación del horno. Estas tecnologías se difundieron rápidamente.
En China se perfeccionaron las tecnologías de fabricación de las cerámicas hasta
dar con la porcelana en el siglo VII. Durante siglos China mantuvo el monopolio en
la fabricación de la porcelana, y en Europa se desconocía como fabricarla hasta el
siglo XVIII gracias a Johann Friedrich Böttger.

Relacionado con el desarrollo de la cerámica, aparece el desarrollo del vidrio a


partir del cuarzo y carbonato de sodio o carbonato de potasio. Su desarrollo
igualmente empezó en el Antiguo Egipto y fue perfeccionado por los romanos. Su
producción masiva a finales del siglo XVIII instó al gobierno francés a premiar
mediante concurso un nuevo método para la obtención del carbonato sódico ya que la
fuente habitual (las cenizas de madera) no proporcionaba cantidades suficientes
como para cubrir la creciente demanda. El ganador fue Nicolas Leblanc aunque su
proceso cayó en desuso en favor del proceso de Solvay, desarrollado medio siglo más
tarde, que impulsó enormemente el desarrollo de la industria química.

Transformaciones orgánicas de la Antigüedad


Las sociedades antiguas usaban un reducido número de transformaciones químicas
naturales como las fermentaciones del vino, la cerveza o la leche. También conocían
la transformación del alcohol en vinagre, que usaban como conservante y condimento.
Las pieles se curtían y blanqueaban sumergiéndolas en orina añeja (cuya urea se
transforma en amoniaco cuando se almacena largo tiempo) o soluciones de palomina
(que contiene ácido úrico); y también se usaba su capacidad blanqueante con las
manchas persistentes de los tejidos.18 Además tenían conocimiento del proceso de
saponificación; los primeros registros de fabricación de jabones datan de Babilonia
alrededor del 2800 a. C.19

Teorías filosóficas de la Antigüedad Clásica

Esquema con los cuatro elementos griegos clásicos:


Alchemy fire symbol.svg fuego • Alchemy earth symbol.svg tierra • Alchemy air
symbol.svg aire • Alchemy water symbol.svg agua
en relación con sus propiedades y los demás elementos.
Los filósofos intentaron racionalizar por qué las diferentes sustancias tenían
diferentes propiedades (color, dureza, olor...), estaban en diferentes estados
(fluidos o sólidos) y reaccionaban de diferente manera ante los cambios del medio,
por ejemplo frente al agua, el fuego o al ponerse en contacto con otras sustancias.
Estas observaciones les impulsaron a postular las primeras teorías sobre la química
y la naturaleza de la materia. Estas teorías filosóficas relativas a la química
pueden encontrarse en todas las civilizaciones antiguas. Un aspecto común de todas
ellas era el intento de encontrar un número reducido de elementos primarios que se
combinarían entre sí para formar todas las demás sustancias de la naturaleza.
Solían tratarse de sustancias conocidas como el agua, la tierra, la madera o el
aire/viento, y formas de energía como el fuego o la luz, además de conceptos
abstractos como el éter o el cielo. Varias civilizaciones diferentes coincidieron
en muchos de estos conceptos, incluso entre culturas sin contacto, por ejemplo los
filósofos griegos, indios, chinos y mayas consideraban que el agua, la tierra y el
fuego eran elementos primarios, aunque cada una de estas culturas incluía uno o dos
elementos diferentes más en su propio listado.

En la Grecia Clásica alrededor del 450 a. C. Empédocles afirmó que toda la materia
estaba formada por cuatro sustancias elementales: tierra, fuego, aire y agua. En
sintonía con esta creencia la escuela hipocrática sostenía que el cuerpo humano
estaba formado por cuatro humores. Posteriormente Aristóteles añadió a los cuatro
elementos clásicos el éter, la quintaesencia, razonando que el fuego, la tierra, el
aire y el agua eran sustancias terrenales y corruptibles, y que como no se
percibían cambios en las regiones celestiales, las estrellas y planetas no debían
estar formados por ellos sino por una sustancia celestial e inmutable.20 En sus
obras Física y Metafísica Aristóteles desarrolla sus conceptos duales de «sustancia
y accidente», «esencia y forma», «acto y potencia» para explicar los cambios de la
naturaleza, incluidas las transformaciones de la materia. Sus ideas sobre la
composición y transformaciones de la materia, y el resto del funcionamiento de la
naturaleza, se convirtieron el las predominantes tanto en Occidente como en Oriente
Medio, influyendo en sus culturas durante dos milenios.

Filósofos jónicos o milesios


Los filósofos jónicos o milesios surgen con una visión naturalista que consideran
la base del mundo perceptual se encuentra un principio material donde las
explicaciones debían hacer referencia a aspectos constantes de la naturaleza y de
sus procesos de transformación. Por este motivo se piensa que la pregunta de los
primeros filósofos puede haberse referido al orden de surgimiento de los elementos
naturales, más que al elemento último a partir de lo cual todo está constituido.

Tales de Mileto (624-547 a.C.), tenido por padre de la filosofía griega, intenta
buscar la explicación causal de los fenómenos naturales, consideró el agua como el
elemento primordial de donde se generan las entidades individuales idea que aparece
en el libro bíblico de Génesis. La sustancia material persiste, pero cambian sus
cualidades: lo húmedo, lo seco, lo frío y lo caliente. Dado que la sustancia
fundamental en sí misma no cambia, solo hay transformación y no cambio en un
sentido absoluto.21

Anaximandro de Mileto desarrolló la idea del '[Ápeiron]'(lo ilimitado) es aquello a


partir de lo cual todo se origina carece de las características de cualquiera de
las cosas individuales que de allí surgen pero es al mismo tiempo el fundamento
común para todos. El ápeiron se encuentran entremezclados lo caliente, lo frío y lo
seco, y al separarse, dan lugar al fuego, aire, agua y tierra los cuales, a su vez,
generan la naturaleza. Desarrollo el primer modelo astronómico mecánico que basa su
explicación en anillos de fuego del sol, luna y las estrellas, además planteo una
teoría sobre el origen de la vida la generación espontánea basado en el surgimiento
de lo húmedo por la acción del Sol21

Anaxímenes de Mileto consideró al aire como elemento fundamental como principio


vivo, dinámico e infinito de los cuerpos simples

Pitágoras de Samos, a partir de la observación de la relación existente entre la


altura de los sonidos y las longitudes de las cuerdas de la lira, dedujo la
proporcionalidad numérica que rige la armonía tonal. La idea de armonía musical,
aplicado a la salud es el restablecimiento de la armonía, En medicina, lo caliente
y lo frío, lo húmedo y lo seco serían considerados opuestos armónicos. Las
propiedades de los números, especialmente al combinarlos, resultaron tan
sorprendentes que los pitagóricos buscaron constantemente analogías entre los
números y las cosas, y llegaron a fundar una especie de mística numérica. Además
algunos afirmaron la existencia de 10 principios u posiciones fundamentales, entre
lo perfecto e imperfecto. La Pitagóricos cosmología pitagórica es la primera
conocida que desplaza a la Tierra del centro y la concibe como girando en torno a
un núcleo ardiente. Tratando de solucionar uno de los tres problemas de la
matemática antigua. Pitágoras encontró la demostración del teorema del cuadrado de
la hipotenusa.21

El pensamiento de Heraclito de Éfeso muestra una evolución con relación al de los


filósofos jónicos, sostenía que el fuego era el elemento primordial que simboliza
la constante evolución, incorpora la noción de devenir o flujo (teoría del fluir
universal), al que consideró una realidad básica subyacente a todas las cosas,
utilizando el término logos en una dimensión metafísica entendiéndose como
proporciones inmutables que regulan todas las tensiones entre los elementos que
generan el cambio.

La idea de que todo cambio está regulado por proporciones subyacentes es de origen
pitagórico, según Heraclito, el logos implica proporciones inmutables, de carácter
matemático, que regulan todas las tensiones entre los elementos que generan el
cambio21

Las concepciones más conocidas de Empédocles de Agrigento fue su "teoría de los


cuatro elementos" (agua, aire, tierra y fuego). A diferencia de la escuela de
milesia, no tratara de reducir a un elemento originario único, si no que afirma la
eternidad de los cuatro elementos fundamentales. Combinando el monismo estructural
y el pluralismo estructural. Por influencia de Pitágoras, la combinación de
elementos para dar lugar a las entidades materiales sigue una determinada
proporción, considerada como su esencia. Por influencia de Heráclito, postula una
teoría del cambio basada en contrarios. Los elementos (agua, aire, tierra y fuego)
se modifican por la acción de las cualidades (calor, frío, húmedo y seco).21

Anaxágoras de Clazomene profundizo las ideas de Empédocles planteando la "Teoría


del todo en todo". De acuerdo con esta teoría en vez de los cuatro elementos
fundamentales y eternos existen infinitos elementos originarios, o semillas que se
diferencian unos de otros cualitativamente, esta teoría supone la divisibilidad
infinita de la materia. Para evitar la confusión entre "cualidad" y "elemento" paso
del modelo de la mezcla basado en las proporciones (Empédocles) al de yuxtaposición
(de partes idénticas) bajo proporciones. Para explicar describe el Nous o
inteligencia como algo infinito, autónomo y autorregulado y separado de las
semillas o elementos originarios.21

Platón (427-347 a.C.) y después Aristóteles (384-322 a. C.) afirmaron la teoría de


los elementos peripatéticos desarrollada por un conocimiento intuitivo y no por
experimentación: la materia no presenta ningún atributo, pero si se le podía
infundir las cualidades o propiedades de calor, frío, sequedad y humedad. Asumiendo
que los elementos en realidad eran propiedades por las cuales los objetos eran
reconocidos y diferenciados. Por lo que adoptó el doble dualismo es decir por la
combinación de dos de estas cuatro propiedades se podrían obtener distintos tipos
de objetos:21

Agua = frío + húmedo


Aire = húmedo + caliente
Tierra = frío + seco
Fuego = seco + caliente

Demócrito fue el filósofo atomista griego más renombrado.


Primeros atomistas
Las teorías iniciales sobre el atomismo se remontan a la Antigua Grecia y la
Antigua India.22 El atomismo griego se inició con los filósofos Leucipo de Mileto y
su discípulo Demócrito alrededor del 380 a. C., que propusieron que la materia
estaba compuesta por diminutas partículas indivisibles e indestructibles,
denominadas por ello átomos (del griego ἄτομος «sin partes», «que no se dividen»).
Afirmaciones similares fueron realizadas por el filósofo indio Kanada en sus textos
de la escuela Vaisesika en un periodo cercano.22 También los jainistas de la época
tenían creencias atomistas.22

Alrededor del 300 a. C. Epicuro postuló un universo formado por átomos


indestructibles en el cual el ser humano debía alcanzar el equilibrio. El filósofo
Lucrecio trató de explicar la filosofía epicúrea al público romano en su obra del
50 a. C.,23 De rerum natura (Sobre la naturaleza de las cosas).24 En esta obra
Lucrecio presenta los principios del atomismo, las teorías sobre la naturaleza de
la mente y el alma, y explicaciones para los sentidos y el pensamiento, el
desarrollo del mundo y los fenómenos naturales.

Al contrario del concepto moderno de atomicismo, esta teoría primitiva estaba


enfocada más en la naturaleza filosófica de la naturaleza, con un interés menor por
las observaciones empíricas y sin interés por los experimentos químicos.25
Tanto los atomistas griegos y romanos como los de la India carecían de datos
empíricos que respaldaran sus creencias. Sin estas pruebas, a sus adversarios les
resultó fácil negar sus tesis. En Occidente el atomismo nunca consiguió formar
parte de la opinión mayoritaria de la época. Aristóteles se opuso a la existencia
de los átomos en el 330 a. C. y su autoridad en el pensamiento occidental hizo que
las ideas atomistas quedaran postergadas durante siglos, hasta bien entrada la Edad
Moderna.

Alquimia
Artículo principal: Alquimia

El alquimista descubriendo el fósforo (1771) de Joseph Wright.

Emblema alquímico con los cuatro elementos clásicos además de los tria prima de
Paracelso y los astros conocidos.
La alquimia (del árabe ‫[ الخيمياء‬al-khīmiyā]) es una antigua práctica protocientífica
y una disciplina filosófica que combinaba elementos de la química, la metalurgia,
la física y la medicina con la astrología, la semiología, el misticismo y el
espiritualismo. La alquimia fue practicada en Mesopotamia, el Antiguo Egipto,
Persia, la Antigua Grecia, el imperio romano, los califatos islámicos medievales y
en la India, China y Europa hasta el siglo XVIII, por una compleja diversidad de
escuelas y sistemas filosóficos que abarcaron al menos 2500 años.

La piedra filosofal y el esoterismo


La alquimia se define como la búsqueda hermética de la piedra filosofal (una
sustancia legendaria capaz de transmutar los metales en oro o de otorgar la
inmortalidad y la omnisciencia), cuyo estudio estaba impregnado de misticismo
simbólico y era muy diferente de la ciencia moderna. Los alquimistas trabajaban
para hacer transformaciones a nivel esotérico (espiritual) y exotérico
(práctico).26 Estos aspectos exotéricos protocientíficos de la alquimia fueron los
que contribuyeron a la evolución de la química en el Egipto greco-romano, la Edad
de Oro del islam y después en Europa. La alquimia y la química comparten su interés
por la composición y las propiedades de la materia, y con anterioridad al siglo
XVIII no había distinción entre ambas disciplinas.27

En el mundo helénico, la alquimia en principio proliferó en combinación con la


magia y el ocultismo como una forma de estudio de las sustancias naturales para
transmutarlas en oro y descubrir el elixir de la eterna juventud.28 La alquimia fue
descubierta y practicada ampliamente en el mundo árabe después de la conquista de
los musulmanes, y desde ahí, fue difuminándose hacia todo el mundo medieval y la
Europa Renacentista a través de las traducciones latinas.29

Una de las principales aportaciones de la alquímica fue el desarrollo del


instrumental de laboratorio. Imagen de la obra De distillatione (1608).
La alquimia aportó a la química la invención y desarrollo de gran parte del
instrumental de laboratorio. Los primeros alquimistas occidentales, que vivieron en
los primeros siglos de nuestra era, ya inventaron algunos equipamientos y procesos
usados posteriormente por la química. El baño maría, o baño de agua para calentar
controladamente, lleva el nombre de María la Judía considerada una de las
fundadoras de la alquimia. En sus obras también aparecen las primeras descripciones
del tribikos (un tipo de alambique de tres brazos) y del kerotakis (un dispositivo
para recoger vapores).30 Cleopatra la Alquimista describió los métodos de fundición
y destilación de la época, algunos le atribuyen la invención del primer
alambique.31 Cuando la disciplina se desarrolló en el mundo islámico, la
infraestructura experimental que estableció Jabir ibn Hayyan influiría en los
procedimientos de los demás alquimistas islámicos, y posteriormente en Europa
cuando se tradujeron al latín sus textos.
En su búsqueda de la piedra filosofal los alquimistas descubrieron y aprendieron a
purificar muchas sustancias químicas como el alcohol, el amoníaco, la sosa
cáustica, el vitriolo, el ácido muriático (clorhídrico), el ácido nítrico, el ácido
cítrico, el ácido acético, el ácido fórmico, el arsénico, el antimonio, el bismuto
y el fósforo, entre otras.

Elementos y metales de la alquimia


El sistema de elementos que usó la alquimia medieval fue desarrollado
principalmente por el alquimista persa Jābir ibn Hayyān y se enraizaba en la
tradición de los elementos griegos de la antigüedad clásica.32 Su sistema constaba
de los cuatro elementos de Empédocles y Aristóteles: aire, tierra, fuego y agua a
los que se añadían dos elementos filosóficos: el azufre, caracterizado por el
principio de combustibilidad, «la piedra que arde»; y el mercurio que representaba
las propiedades metálicas. Estos últimos eran considerados por los primeros
alquimistas como expresiones idealizadas de los componentes irreductibles del
universo,33 y fueron la principal contribución de la alquimia filosófica.

En la Edad Media en Occidente existía tradicionalmente una relación entre la


alquimia y la astrología de estilo greco-babilónico. En esa época se conocían siete
metales (que salvo el mercurio no se consideraban elementos) y también se conocían
siete astros en torno a la Tierra (puesto que imperaba el geocentrismo), por lo que
se relacionaba cada metal y sus propiedades con un astro.aLa identificación entre
ambos llegaba hasta el punto de que el símbolo del planeta también se usaba para
representar al metal. Las asociaciones eran las siguientes:

Sol Sun symbol.svg — oro;


Luna Crescent.svg — plata;
Mercurio Mercury symbol.svg — mercurio;

Venus Venus symbol.svg — cobre;


Marte Mars symbol.svg — hierro;

Júpiter Jupiter symbol.svg — estaño;


Saturno Saturn symbol.svg — plomo.b
En los últimos siglos de la edad media, en torno a 1250, Alberto Magno consiguió
aislar el arsénico, aunque sus compuestos eran ya conocidos desde la antigüedad.
Posteriormente el alquimista suizo Paracelso influido por la alquimia musulmana
amplió también a siete los elementos en su lista alternativa, añadiendo a los
cuatro tradicionales tres elementos alquímicos adicionales, denominados tría prima,
tres principios metálicos para representar las propiedades de la materia: el azufre
para la combustibilidad, el mercurio para la volatilidad y la estabilidad, y la sal
para la solidez. Razonaba que los cuatro elementos de la teoría elemental
aristotélica se manifestaban en los cuerpos como tres principios. Paracelso los
consideraba principios fundamentales y los explicaba recurriendo al ejemplo de la
madera ardiendo en el fuego. El mercurio que era el principio de la cohesión debía
irse para que la madera se descompusiera, y como era volátil se desvanecía con el
humo. El calor que se desprendía con las llamas provenía del azufre (la
combustibilidad) y las cenizas que quedaban era la sal que implicaba la solidez.34

Jābir ibn Hayyān (Geber), alquimista persa que puso los cimientos de la química con
sus experimentos.
Alquimia en el mundo islámico
En el mundo islámico se continuó la tradición clásica al traducirse al árabe las
obras de los antiguos griegos y egipcios y fueron la cultura más próspera en todos
los ámbitos científicos de la época.35 El desarrollo del método científico moderno
fue lento y progresivo, y el principio del método científico en química comenzó
entre los alquimistas musulmanes medievales, iniciado por el persa del siglo IX,
Jābir ibn Hayyān (conocido como "Geber" en Europa), que se considera uno de los
padres de la química.36373839 Él introdujo un enfoque sistemático y experimental a
la investigación científica en el laboratorio, a diferencia de los antiguos griegos
y egipcios cuyas obras se basaban en elucubraciones principalmente alegóricas y a
veces ininteligibles.40c También inventó el alambique tal como lo conocemos y de él
procede su nombre actual (al-anbiq), descubrió y analizó muchas sustancias
químicas, estableció la distinción entre ácidos y álcalis, y fabricó cientos de
medicinas.41 Además redefinió la teoría de los elementos clásicos, identificando
también como elementos al mercurio y al azufre.42

Otros renombrados eruditos musulmanes de la época como Abū al-Rayhān al-Bīrūnī,43


Avicena44 y al-Kindi criticaron y rechazaron las teorías de la alquimia,
particularmente la transmutación de los metales; y al-Tusi enunció una versión de
la conservación de la masa, al afirmar que un cuerpo material podía cambiar pero no
desaparecer.45 Al-Razi fue el primero en rechazar a la teoría aristotélica de los
cuatro elementos clásicos y marcó el camino de la química usando el laboratorio en
el sentido moderno, además de diseñar y describir más de veinte instrumentos,
algunos de los cuales siguen usándose actualmente como el crisol o la retorta de
destilación.

La alquimia del mundo islámico influyó posteriormente en Europa al ser traducidos


al latín sus textos, sobre todo a partir del siglo XII, junto a los clásicos
grecolatinos que habían desaparecido de Occidente. Por ejemplo Paracelso (1493-
1541), reformó la teoría de los cuatro elementos siguiendo sus enseñanzas, y con
solo un vago conocimiento de la química y la medicina oriental fundó un híbrido
entre alquimia y ciencia al que denominó iatroquímica.

El laboratorio del alquimista, de Giovanni Stradano (1570).


Problemas de la alquimia
Desde el punto de vista moderno, la alquimia presentaba varios problemas. En primer
lugar su objetivo no era la ampliación del conocimiento de un modo racionalista
como actualmente entendemos una ciencia, sino que su fin era encontrar materias
míticas como la piedra filosofal, y los descubrimientos experimentales se producían
de forma colateral. Además carecía de un sistema para nombrar los nuevos compuestos
que se descubrían, y su lenguaje era esotérico y vago hasta el punto que sus
términos significaban cosas diferentes para distintas personas. De hecho según The
Fontana History of Chemistry (Brock, 1992):

Archivo:The Alchemist's Experiment Takes Fire 1687 CHF fa 2000.001.276.JPG


El experimento del alquimista se incendia de Hendrick Heerschop (1626-1627).
El lenguaje de la alquimia pronto desarrolló un vocabulario técnico arcano y
reservado diseñado para ocultar información a los no iniciados. En gran medida este
lenguaje es incomprensible para nosotros hoy, aunque aparentemente los lectores del
cuento del criado del canónigo de Geoffrey Chaucer y la audiencia de El alquimista
de Ben Jonson eran capaces de interpretar lo suficiente como para reírse de ello.46
El cuento «El criado del canónigo» de los Cuentos de Canterbury (de finales del
siglo XIV) expone el lado más fraudulento de la alquimia, la pretensión de fabricar
oro a partir de materias más baratas. También Dante Alighieri, un siglo antes,
muestra su rechazo a este fraude al meter a todos los alquimistas en el infierno de
su Divina Comedia.

La alquimia tampoco disponía de un método científico lógico y consensuado para


hacer los experimentos reproducibles. De hecho muchos alquimistas incluían entre
las anotaciones de sus métodos información irrelevante como los niveles de la marea
o las fases de la Luna. La naturaleza esotérica y el vocabulario codificado de la
alquimia al parecer servían sobre todo para ocultar que en realidad no tenían
demasiadas certezas. Ya en el siglo XIV se evidenciaban las grietas en la fachada
de la alquimia, y mucha gente se mostraba escéptica. Para haber avanzado habría
necesitado un método normalizado que permitiera a otros reproducir los
experimentos, y haberlos registrado de un modo claro que permitiera exponer lo que
se sabía y lo que se desconocía.

En 1317, el papa Juan XXII de Aviñón ordenó la expulsión de todos los alquimistas
de Francia por falsificar moneda. En 1403 se aprobó una ley en Inglaterra donde se
penaba con la muerte la «multiplicación de metales». A pesar de todo la alquimia no
desapareció, ya que parte de las clases privilegiadas y la realeza seguía creyendo
que se podía descubrir la piedra filosofal y el elixir de la vida en su provecho.47
Durante el Renacimiento la alquimia exotérica siguió siendo popular en la forma de
la iatroquímica de Paracelso, mientras que la alquimia espiritual también florecía
fiel a sus raíces platónicas, herméticas y gnósticas. Así que la búsqueda de la
piedra filosofal no fue abandonada a pesar de los escasos avances de la alquimia, y
siguió siendo practicada por eruditos y médicos respetados hasta principios del
siglo XVIII. Algunos practicantes de la alquimia de inicios de la era moderna
actualmente son reconocidos por sus grandes contribuciones a la ciencia como Jan
Baptist van Helmont, Robert Boyle e Isaac Newton.

Siglos XVII y XVIII: inicios de la química

Georgius Agricola, autor de De re metallica.

Laboratorio, De re metallica (1556).


Los intentos prácticos de mejorar el refinado de las menas minerales y la
extracción de los metales a partir de ellas fue una importante fuente de
información para los químicos del siglo XVI. Entre ellos destaca Georgius Agricola
(1494-1555), que publicó la gran obra De re metallica (Sobre los metales) en 1556.
En su obra se describen los procesos de la época en minería, extracción de los
metales y metalurgia, ya muy complejos y desarrollados. Por ejemplo la obra
describe la diversidad de tipos de altos hornos usados para la fundición de las
menas minerales. Aborda el tema eliminando el misticismo que tenía asociado
anteriormente, creando una base práctica que otros pudieran desarrollar, y estimuló
el interés por los minerales y su composición. No es casual que mencione y use como
referencia en numerosas ocasiones al autor de la antigüedad Plinio el Viejo y su
obra Naturalis Historia. Se ha calificado a Agricola como el padre de la
metalurgia.48

En 1605, Francis Bacon publicó The Proficience and Advancement of Learning (La
capacidad y progreso del aprendizaje), una obra científico-filosófica que contiene
una descripción de cómo debería ser la práctica experimental que posteriormente se
conocería como el método científico.49 En 1605 Michal Sedziwój publicó el tratado
alquímico Novum Lumen Chymicum (La nueva luz de la química), que propone por
primera vez la existencia en el aire de un «alimento para la vida», que
posteriormente se reconocerá como el oxígeno (al principio aire desflogistizado).
En 1615 Jean Beguin publicó Tyrocinium Chymicum (La práctica de la química), el
primer libro de texto de química, donde aparece la primera ecuación química.50 En
1637 René Descartes publicó Discours de la méthode (El discurso del método), un
ensayo que basa la investigación científica en los cálculos matemáticos y la
desconfianza en los hechos no probados.

La obra del químico neerlandés Jan Baptist van Helmont, Ortus medicinae (El origen
de la medicina) publicada póstumamente en 1648, se considera la principal obra de
transición entre la alquimia y la química, e influyó notablemente en Robert Boyle.
El libro contiene el resultado de numerosos experimentos y enuncia una versión
inicial de la ley de conservación de la masa. Baptist van Helmont, que trabajó en
el periodo inmediatamente posterior a Paracelso y su iatroquímica, indicó que
existían otras materias «insustanciales» además del aire, y acuñó para ellas el
nombre de «gas» (del griego cáos). Además de por la introducción de la palabra gas
en el vocabulario científico y ser el fundador de la química neumática,
experimentando con reacciones entre gases, Jan Baptist van Helmont también es
recordado actualmente por sus ideas sobre la generación espontánea.

En 1669 el alquimista alemán Hennig Brandt descubrió el fósforo a partir de la


orina.51 Para lograrlo destiló una mezcla de orina y arena (50 cubos). Al evaporar
la urea obtuvo un material blanco que brillaba en la oscuridad y ardía con una
llama brillante.

Robert Boyle

Robert Boyle, uno de los cofundadores de la química moderna por mejorar los métodos
experimentales que separarían la química de la alquimia.

Portada de El químico escéptico, 1661, Chemical Heritage Foundation.


Se considera que el químico inglés Robert Boyle (1627-1691) apartó definitivamente
a la química de la alquimia al mejorar su método experimental.52 Aunque su
investigación tiene sus raíces claramente en la tradición alquímica, actualmente se
reconoce a Boyle como el primer químico moderno, y por ello uno de los fundadores
de la química moderna, y uno de los pioneros del método científico experimental
moderno. Se le conoce principalmente por la ley de Boyle que presentó en 1662,53
aunque Boyle no fue su descubridor original. La ley describe la relación
inversamente proporcional que existe entre la presión y el volumen de un gas, si se
mantiene constante la temperatura en un sistema cerrado.5455

Se reconoce como un hito científico la publicación de la obra de Boyle The


Sceptical Chymist: or Chymico-Physical Doubts & Paradoxes (El químico escéptico: o
las dudas y paradojas quimio-físicas) en 1661, que se considera un pilar
fundamental del campo de la química. En la obra Boyle presenta su hipótesis de que
todos los fenómenos son el resultado de la colisión de las partículas en
movimiento. Boyle apela a los químicos para que experimenten y afirma que los
experimentos contradicen que los elementos químicos se limiten a los cuatro
elementos clásicos. También declaró que la química debería dejar de estar
subordinada a la medicina o la alquimia, y debería alzarse al estatus de ciencia
por sí misma. Destaca su defensa de la experimentación científica rigurosa. Boyle
creía que todas las teorías deberían probarse experimentalmente antes de ser
consideradas ciertas. Su obra además contiene algunas de las primeras ideas
modernas sobre átomos, moléculas y reacciones químicas, por lo que marcó el inicio
de la historia de la química moderna.

Boyle también trató de purificar las sustancias químicas para obtener reacciones
reproducibles. Fue un defensor de la filosofía mecánica propuesta por René
Descartes para explicar y cuantificar las propiedades e interacciones de las
sustancias químicas. Boyle era un atomista, pero prefería la palabra corpúsculo a
átomo. Puntualizó que la división más pequeña de la materia a la que se mantenían
las propiedades era a nivel de los corpúsculos. Además realizó numerosas
investigaciones con una bomba de aire. Observó que al sacar el aire las llamas se
extinguían y se morían los animales situados dentro, y también hacía descender los
niveles del barómetro. Boyle repitió los tres experimentos de van Helmont, y fue el
primero en usar indicadores que cambiaran de color con la acidez. Por todo ello
Boyle ayudó a asentar los pilares de la revolución química con su filosofía
corpuscular mecánica.56

Teoría del flogisto

Joseph Priestley, codescubridor del oxígeno, al que denominó «aire desflogistizado»


A finales del siglo XVII y principios de XVIII se propuso la teoría del flogisto
para intentar explicar los procesos de combustión y óxido-reducción mediante la
pérdida o transferencia, respectivamente, de un supuesto fluido denominado
flogisto.57 La teoría fue propuesta inicialmente por Johann Becher y desarrollada
por Georg Stahl, ambos químicos alemanes. Becher postuló otra reforma de la teoría
de los cuatro elementos en la que solo la tierra y el agua serían componentes de
las materias, en distintas proporciones, y el fuego y el aire serían meramente
agentes de las transformaciones. A su vez existirían tres tipos distintos de
tierras, cada una de ellas portadora de una propiedad: el aspecto vítreo, la
fluidez o volatilidad, y el carácter inflamable. Para esta última Georg Stahl acuño
el término flogisto en 1702. Toda sustancia susceptible de sufrir combustión
contendría cierta cantidad de flogisto, y el proceso de combustión consistiría
básicamente en la pérdida de dicha sustancia.

Se conocía desde la antigüedad que algunas sales metálicas podían ser transformadas
de nuevo en los metales de partida. Stahl explicó este proceso suponiendo que los
metales estaban formados por una cal y un principio inflamable carente de masa, el
flogisto, por lo que la calcinación, es decir, la formación de la cal, se podía
explicar, al igual que la combustión, como un desprendimiento de flogisto, el cual
se liberaba del metal y dejaba la cal al descubierto en las cenizas. El proceso
inverso, la reducción de la cal al metal, podía ser igualmente explicada como una
adición de flogisto. Si una sustancia rica en flogisto, como el carbón, era puesta
en contacto con una cal metálica, podía transferirle su flogisto y dar lugar a la
formación del metal.

Joseph Priestley usó la teoría del flogisto en sus experimentos de química


pneumática para explicar las transformaciones de los gases. Priestley denominó al
residuo de aire que quedaba tras un proceso de combustión «aire flogistizado» (en
realidad, una mezcla de nitrógeno y dióxido de carbono), pues pensaba que durante
la combustión dicho aire había absorbido todo el flogisto que tenía capacidad de
albergar, y por eso cesaba la combustión. Siguiendo esta línea de razonamiento,
cuando Priestley calentó la cal roja de mercurio y recogió un tipo de aire que
podía mantener más tiempo la combustión lo denominó «aire desflogistizado».
Posteriormente Lavoisier lo llamaría oxígeno.

La teoría del flogisto fue popular durante el siglo XVIII hasta que Antoine
Lavoisier la refutó en su obra Réflexions sur le phlogistique, pour servir de suite
à la théorie de la combustion et de la calcination (Reflexiones sobre el flogisto,
para formar parte de la teoría de la combustión y la calcinación) publicada en
1777. Según Stahl cualquier sólido liberaba flogisto bajo la acción del fuego,
luego tras la combustión perdería masa o la mantendría (según el flogisto tuviera
masa o no). Sin embargo, Lavoisier hizo experimentos calcinando metales y después
de la calcinación en algunos el peso del residuo (los óxidos) era mayor que el
cuerpo inicial. En estos casos el flogisto tendría un peso negativo, lo que
resultaba absurdo, y demostraba la inconsistencia de la teoría del flogisto.

Descubrimientos del siglo XVIII

Tabla de afinidades, de E. F. Geoffroy (1718). En la cabecera de cada columna una


sustancia seguida de todas con las que se puede combinar.58
En el siglo XVIII se multiplicaron los descubrimientos de nuevos elementos, gracias
al cambio en los métodos de investigación. Un hecho sin precedentes desde la
antigüedad, ya que en los dos milenios anteriores se habían descubierto solo cinco
(arsénico, antimonio, zinc,59 bismuto y fósforo). Alrededor de 1735 el químico
sueco Georg Brandt analizó un pigmento azul oscuro encontrado en la mena del cobre
descubriendo lo que posteriormente conoceríamos como cobalto. En 1748 el español
Antonio de Ulloa publicó la descripción de un nuevo metal, el platino.60 En 1751 un
discípulo de Stahl, Axel Fredrik Cronstedt, identificó en una impureza del mineral
del cobre otro nuevo metal, el níquel. A Cronstedt se le considera uno de los
fundadores de la mineralogía moderna.61 En 1766 el químico inglés Henry Cavendish
aisló el hidrógeno, al que llamó «aire inflamable». En 1773 el sueco Carl Wilhelm
Scheele descubrió el oxígeno, al que llamó «aire de fuego»,62 aunque al no publicar
inmediatamente su hallazgo dio tiempo a Joseph Priestley a publicarlo 1774, tras
haber descubierto el mismo gas independientemente al cual llamó «aire
deflogistizado».63 En 1783 los hermanos españoles Juan José y Fausto Elhuyar
consiguieron aislar el wolframio a partir del mineral wolframita.6465

En el siglo también se descubrieron destacados compuestos. En 1754 el escocés


Joseph Black aisló el dióxido de carbono, al que llamó «aire invariable».66 En 1757
el francés Louis Claude Cadet de Gassicourt, mientras investigaba los compuestos
del arsénico creó el líquido fumante de Cadet, que posteriormente se sabría que
contenía óxido de cacodilo, y por ello es considerado el primer compuesto
organometálico que se logró sintetizar.67 Y además en 1758 Joseph Black formuló el
concepto de calor latente para explicar los cambio de estado.68 En 1974, Elizabeth
Fullhame, escribió Ensayo sobre la combustión (1974), también republicado en 1810,
en donde describió el proceso de catálisis, 40 años antes de que lo acuñara Jöns
Jacob Berzelius.6970

Antoine Lavoisier
Artículo principal: Antoine Lavoisier

El primer calorímetro usado por Antoine Lavoisier y Pierre-Simon Laplace, para


determinar el calor relativo a los cambios químicos, cálculos en los que se basó
Joseph Black para descubrir el calor latente. Estos experimentos marcaron el inicio
de la termoquímica.
Aunque la investigación química se puede remontar a la antigua Babilonia, Egipto, y
especialmente a Persia y Arabia de la Edad de Oro del islam, la química floreció a
partir de la época de Antoine Lavoisier, un químico francés reconocido como el
«padre de la química moderna». En 1789 Lavoisier estableció formalmente la ley de
conservación de la materia, que en su honor también se conoce como «Ley Lomonósov-
Lavoisier».71 Para demostrarla realizó múltiples experimentos. Demostró con medidas
meticulosas que las transmutaciones no eran posibles, por ejemplo, no se
transformaba el agua en tierra, sino que el sedimento que se observa al hervir agua
procedía del contenedor; o que al quemar al aire fósforo y azufre, probó que aunque
los productos pesaban más, el peso ganado procedía del aire.

Antoine Lavoisier (1743-1794).


Repitiendo los experimentos de Priestley demostró que el aire estaba compuesto de
dos partes (no era un elemento), y una de ellas se combinaba con los metales para
formar las cales. En Considérations Générales sur la Nature des Acides (1778)
demostró que la parte del aire responsable de la combustión también era la fuente
de la acidez en disoluciones. Al año siguiente nombró a esta parte oxígeno (del
griego formador de ácidos), y a la otra azote (sin vida). Por ello se considera a
Lavoisier el descubridor del oxígeno junto a Preistley y Scheele. También observó
que el «aire inflamable» descubierto por Cavendish al combinarlo con oxígeno
producía una condensación, como informó Priestley, que parecía ser agua (luego
tampoco el agua era un elemento), por ello denominó a este gas hidrógeno (del
griego «formador de agua»).

Como se indicó en el apartado anterior, en Reflexions sur le Phlogistique (1783)


Lavoisier refutó la teoría del flogisto para la combustión. En Rusia Mikhail
Lomonosov independientemente llegó a conclusiones similares sobre la conservación
de la materia y el flogisto. Además Lomonosov anticipó la teoría cinética de los
gases, al considerar que el calor provenía de una forma de movimiento.

Lavoisier trabajó con Claude Louis Berthollet y otros para idear un sistema de
nomenclatura química que fue la base del sistema moderno de nombrar compuestos
químicos. En su Methods of Chemical Nomenclature (1787), Lavoisier inventó la forma
de nombrar y clasificar compuestos que se usa principalmente en la actualidad, que
incluye nombres como ácido sulfúrico, sulfatos y sulfitos. En 1785 Berthollet
determinó la composición elemental del amoniaco. Ese mismo año Berthollet fue el
primero en usar el gas cloro como blanqueante comercial, y en 1789 fue el primero
en fabricar lejía al burbujear gas a través de una solución de carbonato de sodio,
consiguiendo una solución de hipoclorito sódico. También estudió y fue el primero
en producir otro fuerte oxidante y blanqueante de cloro, el clorato de potasio
(KClO3), conocido como sal de Berthollet. Berthollet también es conocido por sus
contribuciones a la teoría del equilibrio químico a través del mecanismo de
reacción reversible.

La obra de Lavoisier Traité Élémentaire de Chimie (Tratado elemental de química,


1789) fue el primer libro de texto de la química moderna, y presentaba un punto de
vista unificado de las nuevas teorías químicas, contenía una declaración clara de
la ley de conservación de la masa, y negaba la existencia del flogisto. Además
presentaba una lista de elementos, o sustancias que no podían descomponerse, que
incluía al oxígeno, el nitrógeno, el hidrógeno, el fósforo, el mercurio, el zinc y
el azufre. Sin embargo, en su lista también se incluía la luz y el calórico, que él
creía que eran sustancias materiales. En la obra Lavoisier remarcó que la
observación era la base de su química, afirmando que:

He intentado (...) llegar a la verdad reuniendo hechos, para suprimir en lo posible


el razonamiento, que a menudo es el responsable de engañarnos, para seguir en lo
posible la luz de la observación y del experimento.

Instrumental del laboratorio de Lavoisier.

Retrato de Antoine Lavoisier y Marie-Anne Pierrette Paulze, por Jacques-Louis


David.
Lavoisier demostró que los organismos vivos descomponían y recomponían el aire
atmosférico de la misma forma que lo hacía una llama. Junto a Pierre-Simon Laplace,
Lavoisier usó un calorímetro para estimar el calor por unidad de dióxido de carbono
producido en una combustión. Y descubrió unas medias similares para las llamas y
los animales, lo que indicaba que los animales producían energía por medio de un
tipo de combustión. Además descubrió que el diamante era una forma cristalina del
carbón.

Sin embargo como es lógico, en su obra no todo fueron aciertos. Lavoisier no creía
en el atomismo y pensaba que la existencia real de los átomos era filosóficamente
imposible. Lavoisier creía en la teoría de los radicales y pensaba que los
radicales funcionaban como un solo grupo que se combinaría con el oxígeno en las
reacciones. Creía que todos los ácidos contenían oxígeno. A pesar de ello, la labor
de Lavoisier fue fundamental para la ciencia química. Al impulso que se produjo en
la investigación basado en su ley de conservación de la masa, su teoría sobre la
combustión mediante el oxígeno, además de la teoría corpuscular mecánica, se conoce
como revolución química. Tras su obra la química adquirió una naturaleza
estrictamente cuantitativa, lo que permitiría hacer predicciones fiables. Su
contribución a la revolución química fue el resultado principalmente de su esfuerzo
consciente de encajar todos sus experimentos en el marco de una sola teoría.
Estableció de forma consistente el uso del equilibrio químico, usó el
descubrimiento del oxígeno para refutar la teoría del flojisto y desarrolló un
nuevo sistema de nomenclatura química. Lamentablemente su brillantez y autoridad
científica no evitaron que Lavoisier fuera decapitado durante la Revolución
francesa. Luego de su muerte, su esposa Marie-Anne Pierrette Paulze, conocida como
«madre de la química moderna»,72 se dedicó a reunir los apuntes y resultados de su
esposo, los ordenó y editó ella misma y en 1803 los publicó bajo el título de
Memorias de la química. 73

Pila voltaica en el museo Tempio Voltiano (Templo de Volta) de Como.


Volta y su pila
Artículos principales: Historia de la pila y Alessandro Volta.
El físico italiano Alessandro Volta fue uno de los pioneros en los estudios sobre
la electricidad. En 1775 Volta perfeccionó y popularizó el electróforo, un
dispositivo con dos discos metálicos separados por un conductor húmedo, pero unidos
con un circuito exterior, capaz de producir electricidad estática. En 1794 Volta
revisó los estudios sobre la «electricidad animal». En 1780 Luigi Galvani había
observado que al poner en contacto dos metales diferentes con el músculo de una
rana se originaba la aparición de corriente eléctrica. A Volta le interesó la idea
y comenzó a experimentar con metales únicamente, y llegó a la conclusión de que el
tejido muscular animal no era necesario para producir la corriente eléctrica. Este
hallazgo suscitó una fuerte controversia entre los partidarios de la electricidad
animal y los defensores de la electricidad metálica, pero la demostración,
realizada en 1800, del funcionamiento de la primera pila eléctrica certificó la
victoria del bando favorable a las tesis de Volta.74

Su pila voltaica de 1800 consistía en un apilamiento de varios pares de discos de


cobre y zinc alternados (electrodos) separados por una capa de tela o cartón
empapada en salmuera (electrolito) para incrementar la conductividad.75 Cuando se
conectaba la parte superior y la inferior con un cable separados, y perdía poca
carga con el tiempo cuando no se la utiliza, con lo que Volta consiguió la primera
batería eléctrica para producir electricidad. Por ello se considera a Volta el
fundador de la electroquímica.76 A partir de entonces se usarán las pilas voltaicas
(o galvánicas) en el estudio las reacciones redox y sus productos. Además
Alessandro Volta entre 1776 y 1778 se dedicó al estudio de la química de los gases
y fue el descubridor del metano.

Siglo XIX: resurgimiento de la teoría atómica


Artículos principales: Teoría atómica y Leyes estequiométricas.
Tras haber estado aparcado el atomismo desde la antigüedad y únicamente esbozado en
los modelos mecánicos corpusculares, la teoría atómica es retomada por John Dalton,
quien postuló que los átomos eran partículas indivisibles que permanecen
inalteradas en los compuestos, a partir de lo cual se pudieron establecer las leyes
estequiométricas, base de la actual estequiometría.

A lo largo del siglo XIX la química estuvo dividida entre los seguidores y
detractores de la teoría atómica de Dalton, como Wilhelm Ostwald y Ernst Mach. Los
impulsores más decididos de la teoría atómica inicial fueron Amedeo Avogadro,
Ludwig Boltzmann, entre otros, que consiguieron grandes avances en la comprensión
del comportamiento de los gases. La disputa sobre la existencia de los átomos se
zanjaría definitivamente con la explicación del efecto browniano por Albert
Einstein en 1905 y los respectivos experimentos de Jean Perrin. Muchos fueron los
investigadores que trabajaron bajo la hipótesis atómica. Svante Arrhenius intuyó en
parte la estructura interna de los átomos proponiendo su teoría de la ionización en
las disoluciones. Aunque su verdadera estructura no se vislumbraría hasta
principios del siglo XX, a partir de los trabajos de Ernest Rutherford, seguidos
por el modelo atómico de Bohr.

John Dalton
Artículos principales: John Dalton y Teoría atómica de Dalton.

Ilustración con elementos y compuestos según A New System of Chemical Philosophy de


John Dalton (1808).
En 1803 el científico inglés John Dalton propuso la ley de Dalton, que relaciona
las presiones parciales de los componentes de una mezcla de gases con la presión
total de la mezcla.77 El concepto fue descubierto en 1801, y también se conoce como
ley de las presiones parciales.

John Dalton es reconocido tanto por sus obras sobre el atomismo, las presiones
parciales de los gases, y la percepción del color (daltonismo).
Pero la principal contribución de Dalton a la química fue una nueva teoría atómica
en 1803, donde afirmaba que toda la materia está formada por pequeñas partículas
indivisibles denominadas átomos. En 1808 Dalton publicó por primera vez A New
System of Chemical Philosophy (Un nuevo sistema de filosofía química, 1808-1827),
en la que desarrollaba la primera descripción moderna de una teoría atómica. En
esta obra identificaba los elementos químicos como un tipo de partículas, y rechaza
la teoría de afinidades químicas defendida por Étienne François Geoffroy e Isaac
Newton, entre otros. Dalton explicó su teoría formulando una serie de enunciados
simples:78

La materia está formada por partículas muy pequeñas llamadas átomos, que son
indivisibles y no se pueden destruir.
Los átomos de un mismo elemento son iguales entre sí, tienen la misma masa y
propiedades. Los átomos de diferentes elementos tienen masas diferentes.
Los átomos permanecen sin división, aun cuando se combinen en las reacciones
químicas.
Los compuestos químicos se forman al unirse átomos de dos o más elementos
distintos.
Los átomos, al combinarse para formar compuestos guardan relaciones simples.
Los átomos de elementos diferentes se pueden combinar en proporciones distintas y
formar más de un compuesto.
A pesar de su utilidad y gran aceptación durante todo el siglo XIX, la teoría
atómica de Dalton tenía imprecisiones (los dos primeros enunciados no son del todo
ciertos) y presentaba muchas lagunas: no aclaraba nada sobre la estructura del
átomo, ni explicaba las propiedades de los elementos, ni cuáles eran las causas de
que se unieran para formar compuestos.

Además de definir átomos, elementos y compuestos, Dalton infirió las proporciones


de algunos elementos en sus compuestos, partiendo de los pesos de sus reactivos,
por medio del peso atómico relativo usando al hidrógeno como unidad de masa en la
comparación con los demás elementos. Siguiendo las tesis de Jeremias Benjamin
Richter (conocido por acuñar el término estequiometría), propuso que cuando los
elementos químicos se combinaban para dar más de un compuesto se unen en distintas
proporciones fijas y enteras. Esto se conoce como la Ley de las proporciones
múltiples y fue incluida en su obra New System of Chemical Philosophy. La ley de
las proporciones múltiples es una de las leyes básicas de la estequiometría y uno
de los pilares de su teoría atómica. Curiosamente a pesar de la importancia de
incluir la idea de átomos como entidades físicas reales en A New System of Chemical
Philosophy, y la creación de un sistema de símbolos químicos para ellos, esta obra
dedica casi todo su texto a la teoría calórica en lugar de al atomismo.

Por otro lado fue el químico francés Joseph Proust quien propuso la Ley de
proporciones definidas, que afirma que los elementos siempre se combinan para
formar un determinado compuesto lo hacen en proporciones de números enteros y
sencillos, basándose en varios experimentos realizados entre 1797 y 1804.79 La ley
de proporciones múltiples y la de proporciones definidas son la base de la
estequiometría. Estas dos leyes por sí mismas no prueban la existencia de los
átomos, pero son difíciles de explicar sin asumir que los compuestos se forman por
la combinación de átomos en proporciones constantes.

Jöns Jacob Berzelius

Jöns Jacob Berzelius, el químico que desarrolló el método moderno de notación de


fórmulas químicas.
Artículo principal: Jöns Jacob Berzelius
Un químico sueco discípulo de Dalton, Jöns Jacob Berzelius, se embarcó en un
programa sistemático de mediciones cuantitativas precisas de las sustancias
químicas, asegurándose de su pureza. A partir de las cuales en 1828 recopiló una
tabla de pesos atómicos relativos, donde al oxígeno se le asignaba el 100, y que
incluía todos los elementos conocidos en la época. Este trabajo proporcionó pruebas
a favor de la teoría atómica de Dalton: que los compuestos químicos inorgánicos
estaban formados por átomos combinados en proporciones de números enteros.
Determinó la composición elemental exacta de gran número de sustancias. Sus
resultados confirmaron la ley de proporciones definidas de Proust. En sus pesos usó
como patrón al oxígeno, asignándole el valor exacto de 100, y a partir de él midió
el peso de 43 elementos. Al descubrir que los pesos atómicos no eran múltiplos
exactos del peso del hidrógeno Berzelius descartó la hipótesis de Prout, que
suponía que los elementos estaban formados por átomos de hidrógeno.

Para simplificar los experimentos en su extensa determinación de pesos atómicos


introdujo el sistema de símbolos químicos y notación, que publicó en su obra de
1808 Lärbok i Kemien (Manual de química), en la que los nombres de los elementos
fueron abreviados con una o dos letras de las iniciales de sus nombres en latín.
Este sistema de notación, en el que los elementos se expresan mediante símbolos
simples y sus proporciones se indican con números, básicamente es el mismo que se
usa actualmente. La única diferencia es que en lugar de poner los números en el
subíndice como actualmente (ej: H2O), Berzelius usaba superíndices (H2O).

Se acredita a Berzelius el descubrimiento de los elementos silicio, selenio, torio


y cerio. Además los discípulos que trabajaban en el laboratorio de Berzelius
identificaron el litio y redescubrieron el vanadio (descubierto originalmente por
Andrés Manuel del Río en 1801 y luego descartado al creerlo cromo). Berzelius
desarrolló la teoría de los radicales para la combinación química, que mantenía que
las reacciones se producen mediante grupos estables de átomos denominados radicales
que se intercambian entre las moléculas. Creía que las sales son compuestos de un
ácido y una base, y descubrió que los aniones de los ácidos eran atraídos por los
electrodos positivos (el ánodo), mientras que los cationes de una base eran
atraídos por el electrodo negativo (el cátodo). Berzelius no creía en la teoría del
vitalismo, en su lugar pensaba que había una fuerza reguladora que producía la
organización de los tejidos de los organismos. Además se atribuye a Berzelius la
creación de los términos químicos "catálisis", "polímero", "isómero" y "alótropo",
aunque sus definiciones originales difieren considerablemente de las actuales. Por
ejemplo el término "polímero" que acuñó en 1833 describía compuestos orgánicos que
compartían la misma fórmula empírica pero tenían distinto peso molecular, el mayor
era polímero del más pequeño, como la glucosa (C6H12O6, de la que se desconocía su
estructura) y el formaldehído (CH2O). Por todo ello Berzelius es reconocido como
uno de los padres de la química moderna, junto a Lavoisier, Boyle y Dalton.

Davy y la electrólisis

Humphry Davy, descubridor de varios alcalinos, alcalinotérreos y las propiedades de


varios halógenos mediante la electrólisis.
Artículo principal: Humphry Davy
El químico inglés Humphry Davy fue un pionero en el campo de la electrólisis (que
consiste en usar la electricidad en una célula electrolítica donde se producen
reacciones de óxido-reducción para separar los compuestos allí contenidos) para
aislar varios elementos nuevos. Davy descompuso por electrolisis varias sales
fundidas y consiguió descubrir el sodio y el potasio. El potasio fue el primer
metal aislado mediante electrólisis, a partir la potasa cáustica (KOH). Antes del
siglo XIX se desconocían las diferencias entre las sales de sodio y potasio. El
sodio fue aislado el mismo año a partir de la sosa cáustica fundida (NaOH). Cuando
Davy se enteró que Berzelius y Pontin preparaban una amalgama (amalgama de calcio)
mediante la electrólisis de la cal en mercurio, lo intentó él. Davy consiguió
descubrir el calcio en 1808 con la electrólis de la cal en óxido de mercurio.8081
Siguió trabajando con la electrólisis durante toda su vida, en 1808, aisló el
magnesio, el estroncio y el bario.8283

Davy también experimentó inhalando gases. Este procedimiento experimental casi


resulta fatal en varias ocasiones, pero condujo a descubrir los inusuales efectos
del óxido nitroso, que llevarían a conocerlo como gas de la risa. En 1774 el
químico sueco Carl Wilhelm Scheele descubrió el cloro y lo denominó «ácido
desflogistizado marino» pensando erróneamente que contenía oxígeno. Scheele observó
varias propiedades del gas de cloro, como su efecto blanqueante sobre el tornasol,
y su efecto mortal sobre los insectos, su color verde amarillento y su olor similar
al del agua regia. Sin embargo, Scheele no pudo publicar sus hallazgos a tiempo. En
1810 Humphry Davy le dio al cloro su nombre actual (derivado de la palabra griega
χλωρός (khloros) «verde amarillento») insistiendo en que se trataba de un
elemento.84 Además demostró que no se podía obtener oxígeno a partir de la
sustancia conocida como ácido oximuriático (una solución de HCl). Este
descubrimiento rebatió la definición de ácido de Lavoisier que los consideraba
compuestos de oxígeno.

El yodo fue descubierto por el químico francés Bernard Courtois en 1811.8586


Courtois dio muestras a sus amigos, Charles Bernard Desormes (1777-1862) y Nicolas
Clément (1779-1841), para que continuaran la investigación. También le dio algo de
sustancia a Joseph Louis Gay-Lussac y al físico André-Marie Ampère. El 6 de
diciembre de 1813, Gay-Lussac anunció que se trataba o bien de un nuevo elemento, o
bien de un compuesto de oxígeno.878889 Además fue Gay-Lussac quien sugirió el
nombre del yodo, a partir de la palabra griega ιώδες (iodes) para el violeta (por
el color del vapor de yodo).8587 A su vez Ampère dio parte de su muestra a Humphry
Davy. Davy hizo algunos experimentos con la sustancia y se dio cuenta de sus
similitudes con el cloro.90 Davy mandó una carta el 10 de diciembre a la Royal
Society of London donde afirmaba que había identificado un nuevo elemento.91 Lo que
desató las discusiones entre Davy y Gay-Lussac sobre quién había identificado
primero al yodo como elemento, aunque ambos reconocían a Courtois como el primero
en aislarlo.

Gay-Lussac y las leyes de los gases

Joseph Louis Gay-Lussac afirmó que la relación entre los volúmenes de los gases
reactivos los de los productos puede expresarse por números sencillos y enteros.
Artículos principales: Joseph Louis Gay-Lussac y Ley de Gay-Lussac.
El químico francés Joseph Louis Gay-Lussac compartía con Lavoisier el interés por
el estudio cuantitativo de las propiedades de los gases. Desde su primer periodo de
investigación 1801-1802, manifestó que todos los gases se expandían
proporcionalmente al aumentar la temperatura. A esta conclusión generalmente se la
denomina ley de Charles, ya que Gay-Lussac le concedió el crédito del
descubrimiento a Jacques Charles, por haber llegado casi a sus mismas conclusiones
en la década de 1780 aunque no las había publicado.92 Esta ley también fue
descubierta independientemente por John Dalton alrededor de 1801, aunque la
descripción de Dalton es menos meticulosa que la de Gay-Lussac.9394 En 1804 Gay-
Lussac hizo varios arriesgados ascensos en globo aerostático de hidrógeno hasta
alturas por encima 7000 metros sobre el nivel del mar que le permitieron investigar
otros aspectos de los gases, una proeza que nadie más realizó en los 50 años
siguientes. Tomó medidas de la presión, la temperatura, la humedad y muestras de
aire, que más tarde analizó químicamente, además de realizar mediciones magnéticas
a varias altitudes.

En 1808 Gay-Lussac anunció lo que probablemente fue su mayor logro: a partir de


experimentos propios y de otros dedujo que los gases a volumen fijo mantienen
constante la relación entre su presión y la temperatura. Y que los volúmenes de los
posibles productos de una reacción entre gases además están en proporción sencilla
con los volúmenes de los reactivos. En otras palabras que los gases bajo las mismas
condiciones de presión y temperatura reaccionan con otros en proporciones de
volumen de números enteros y pequeños. Estas conclusiones se plasmarían en la ley
de Gay-Lussac y la Ley de los volúmenes de combinación.
Gay-Lussac también participó junto a su colega profesor en la École Polytechnique,
Louis Jacques Thénard, en las primeras investigaciones electroquímicas, y analizó
los elementos descubiertos por este medio. Entre sus logros en este campo destaca
el descubrimiento del boro, por la descomposición del ácido bórico usando potasio
fundido. Ambos investigadores formaron parte de los debates de la época para
modificar la definición de los ácidos e impulsar el análisis de los compuestos
orgánicos para descubrir su contenido en oxígeno e hidrógeno.

Amedeo Avogadro

Amedeo Avogadro postuló que en las mismas condiciones de presión y temperatura,


volúmenes iguales de dos gases tenían el mismo número de moléculas.
Artículos principales: Amedeo Avogadro y Ley de Avogadro.
Tras la publicación de la teoría atómica de Dalton en 1808, algunas de sus ideas
centrales fueron rápidamente adoptadas por la mayoría de los químicos. Sin embargo
durante medio siglo permaneció la incertidumbre de cómo se configuraría la teoría
atómica y se aplicaría a las situaciones concretas. Por ejemplo con los datos
empíricos disponibles hasta el momento varios químicos de distintos países
desarrollaron diversos sistemas de pesos atómicos incompatibles. El físico italiano
Amedeo Avogadro (1776-1856) publicó en 1811 una obra que mostraba una salida a esta
difícil situación. Presentó la hipótesis de que los volúmenes iguales de cualquier
gas, a la misma temperatura y presión, contenían el mismo número de moléculas; por
lo cual la relación entre los pesos moleculares de dos gases era la misma
proporción que la que había entre sus densidades, en las mismas condiciones de
presión y temperatura. Además Avogadro razonó que los gases corrientes no estaban
formados por átomos solitarios sino por moléculas que contenían dos o más átomos
(que era el origen de los distintos pesos atómicos registrados). Así Avogadro fue
capaz de resolver el problema con el que se habían topado Dalton y otros cuando
Gay-Lussac reportó que por encima del los 100 °C el volumen del vapor de agua era
dos veces el volumen del oxígeno usado para formarla. Según Avogadro la molécula de
oxígeno se dividía en dos átomos para formar el agua.

La hipótesis de Avogadro fue ignorada durante medio siglo tras haber sido publicada
por primera vez. Se han citado muchas razones para este desinterés, incluidos
algunos problemas teóricos como el dualismo propuesto por Jöns Jacob Berzelius que
consideraba que los compuestos se mantenían juntos por la atracción de las cargas
positivas y negativas, lo que haría incompatible la existencia de moléculas
formadas por dos átomos eléctricamente similares, como el caso del oxígeno. Además
existía la barrera de que muchos químicos eran reacios a adoptar métodos físicos
(como las determinaciones de densidad del vapor) para resolver sus problemas. Sin
embargo, a mediados de siglo las figuras más prominentes empezaron a considerar
intolerable la diversidad caótica de sistemas de pesos atómicos y fórmulas de
compuestos en competencia, que proliferaron a causa de la incertidumbre. Además
empezaron a acumularse pruebas puramente químicas que indicaban que lo afirmado por
Avogadro podría ser cierto después de todo. A mediados de siglo, químicos más
jóvenes como Alexander Williamson en Inglaterra, Charles Gerhardt y Charles-Adolphe
Wurtz en Francia y August Kekulé en Alemania, empezaron a proponer la reforma de la
química teórica para que se ajustara a la teoría de Avogadro.

Inicios de la síntesis orgánica y su industria


Artículos principales: Vitalismo, Friedrich Wöhler y Síntesis orgánica.
Después de que se comprendieran los principios de la combustión, se apoderó de la
química otro debate de gran importancia: el vitalismo, la distinción esencial entre
la materia orgánica y la inorgánica. Esta teoría asumía que la materia orgánica
solo podría ser producida por los seres vivos, atribuyendo este hecho a una vis
vitalis (fuerza vital) inherente a la propia vida. En 1827 William Prout clasificó
las biomoléculas en tres grupos: carbohidratos, proteínas y lípidos. Pero el debate
del vitalismo se zanjó cuando Friedrich Wöhler descubrió accidentalmente en 1828
cómo se podía sintetizar la urea a partir de cianato de amonio, demostrando que la
materia orgánica podía crearse de manera química a partir de reactivos inorgánicos.
A pesar de ello se mantiene vigente la clasificación en química orgánica e
inorgánica, ocupándose la primera esencialmente de los compuestos del carbono y la
segunda de los compuestos de los demás elementos.

La urea fue la primera molécula orgánica que se logró sintetizar a partir de


precursores inorgánicos.
Clave de colores:
carbono • oxígeno
nitrógeno • hidrógeno
Anteriormente Friedrich Wöhler y Justus von Liebig realizaron en 1825 el primer
descubrimiento confirmado y explicado de isómeros, aunque el término fuera acuñado
antes por Berzelius. Trabajando con ácido ciánico y ácido fulmínico, dedujeron
correctamente que la isomería era la consecuencia de la diferente colocación de los
mismos átomos en la estructura molecular. Además en 1832 Friedrich Wöhler y Justus
von Liebig descubrieron y explicaron los grupos funcionales y los radicales en la
química orgánica, además de sintetizar por primera vez el benzaldehído.

Por su parte Justus von Liebig realizó investigaciones que contribuyeron de forma
crucial en la agricultura y la bioquímica y trabajó en la organización de la
química orgánica. Liebig es considerado el padre de la industria de los
fertilizantes por su descubrimiento de que el nitrógeno es un nutriente esencial
para las plantas, y la formulación de la ley del mínimo que indica la influencia
individual de cada nutriente en las cosechas.

Alfred Nobel que se enriqueció con el descubrimiento de la dinamita a su muerte


donó la mayor parte de su fortuna para los Premios Nobel.
Los últimos defensores del vitalismo negaban la cualidad de sustancia orgánica a un
producto de desecho como la urea. Pero en 1847 Hermann Kolbe consiguió sintetizar
otra sustancia orgánica, el ácido acético, a partir de fuentes totalmente
inorgánicas, quedando refutado sin lugar a dudas el vitalismo. La síntesis de la
urea abrió el camino para las síntesis orgánica de cientos de productos. Ya en 1838
Alexandre Wosrerenski obtuvo la quinona a partir de la quinina. El desarrollo de la
química orgánica en la segunda mitad del siglo XIX estuvo impulsado inicialmente
por la búsqueda de nuevos colorantes o tintes sintéticos. Hasta la época solo se
podía teñir mediante productos naturales como la cochinilla que resultaban muy
caros. El descubrimiento de la anilina por Runge y la primera síntesis de un
colorante artificial realizada por Perkin abrió grandes posibilidades comerciales.
En 1856, William Henry Perkin, con 18 años, desafiado por su profesor August
Wilhelm von Hofmann intentaba sintetizar, usando como precursor alquitrán de hulla,
la quinina, el medicamento contra la malaria, que hasta entonces era escasa por ser
un producto natural. En uno de los intentos Perkin oxidó anilina usando dicromato
potásico, las impurezas de toluidina reaccionaron con la anilina produciendo un
precipitado negro, lo que parecía indicar una síntesis fallida. Al limpiar el
matraz con alcohol, Perkin notó que la solución se volvía morada, a causa de un
subproducto que resultaría ser el primer colorante sintético, la malveína o malva
de Perkin. Este descubrimiento originaría la industria de los tintes sintéticos,
una de las primeras industrias químicas de éxito. En 1865 Adolf von Baeyer empezó a
fabricar el añil, el tinte de los pantalones vaqueros, hasta entonces obtenido del
índigo, un hito en la industria de la química orgánica que revolucionó la industria
de los tintes.

Otra importante industria de compuestos orgánicos en la época fue la de los


explosivos. En 1847, el químico italiano Ascanio Sobrero descubrió la
nitroglicerina, que revolucionaría la minería, pero que resultaba extremadamente
peligrosa. El químico sueco Alfred Nobel descubrió que cuando la nitroglicerina era
absorbida por una sustancia inerte como la tierra de diatomeas, resultaba más
segura y manejable; y patentó esta mezcla en 1867 con el nombre de dinamita. Nobel
posteriormente combinó la nitroglicerina con varios compuestos de nitrocelulosa,
similares al colodión, que en combinación de otro explosivo de nitrato resultó una
receta más eficiente. El compuesto obtenido, una sustancia gelatinosa transparente
con un poder explosivo mayor que la dinamita, se denominó gelignita y fue patentada
en 1876. Este descubrimiento fue seguido por una multitud de combinaciones
similares, que se modificaban por la adición de nitrato potásico y otras
sustancias.

En 1855, Benjamin Silliman Jr. inició los métodos de craqueo del petróleo, que son
la base de la industria petroquímica actual.95 La importancia de los derivados del
petróleo hicieron que la industria derivada de la química orgánica adquiriera la
dimensión que tiene actualmente, con productos como los plásticos, los carburantes,
los adhesivos, etc. La industria de los plásticos se inició en 1862 cuando
Alexander Parkes mostró en la exposición universal de Londres la parkesina, uno de
los primeros polímeros sintéticos. Aunque el primer plástico comercializado a gran
escala (la baquelita) no empezaría a su distribución hasta el inicio del siglo XX.

La fabricación industrial de fármacos sintéticos se inició con la aspirina en 1897,


cuando Felix Hoffmann descubrió en los laboratorios Bayer un proceso para obtener
ácido acetil salicílico a gran escala y con gran pureza.

Véanse también: Cronología de la Química orgánica y Síntesis de Wöhler.


Congreso de Karlsruhe y sus antecedentes
Artículos principales: Stanislao Cannizzaro y Congreso de Karlsruhe.

Listado realizado por August Kekulé con la multiplicidad de fórmulas que se


barajaban en 1860 para ácido acético antes de admitirse la hipótesis de Avogadro.
En 1840 Germain Hess propuso la ley de Hess, uno de los primeros pasos hacia la ley
de conservación de la energía, que establece que la energía absorbida o desprendida
en una reacción depende solo de los reactivos iniciales y productos finales, es
independiente del tipo o número de pasos intermedios. En 1848 William Thomson
(barón de Kelvin) estableció el concepto de cero absoluto, la temperatura a la que
todas las moléculas detienen su movimiento por completo. En 1849 Louis Pasteur
descubrió que la mezcla racémica de ácido tartárico se trata de una mezcla de
isómeros levógiros y dextrógiros, clarificando la naturaleza de la rotación óptica
iniciando el campo de la estereoquímica.96

En 1852, August Beer estableció la ley de Beer, que relaciona la intensidad de luz
absorbida por la disolución de una sustancia con su concentración y las propiedades
de dicha sustancia. Se basa parcialmente en una obra anterior de Pierre Bouguer y
Johann Heinrich Lambert. Esta fórmula será la base de la técnica analítica conocida
como espectrofotometría,97 el análisis de sustancias químicas mediante la
comparación del tipo y cantidad de luz que absorben.

Stanislao Cannizzaro consiguió la reforma que impuso la hipótesis de Avogadro, en


la que se basa el actual sistema de pesos atómicos y formulación.
La hipótesis de Avogadro empezó a conseguir aceptación entre los químicos solo
después de que su compatriota Stanislao Cannizzaro demostrara su valor en 1858, dos
años después de la muerte de Avogadro. La investigación de Cannizzaro originalmente
se centraba en el análisis de productos naturales y las reacciones de los
compuestos aromáticos. En 1853, descubrió que cuando se trataba el benzaldehído con
una base se obtenía una mezcla de ácido benzóico y alcohol bencílico, un fenómeno
conocido actualmente como reacción de Cannizzaro. Cannizzaro explicó en un folleto
escrito en 1858 que con la aplicación de las ideas de Avogadro se podía construir
una teoría estructural química robusta y consistente, y que coincidía con casi
todas las pruebas empíricas disponibles en la época. Por ejemplo, señaló que
algunos gases elementales eran monoatómicos, aunque la mayoría eran diatómicos, y
unos pocos eran incluso más complejos. Otro punto de discusión que trataba fue las
fórmulas de los compuestos de metales alcalinos (como el sodio) y los
alcalinotérreos (como el calcio). En vista de sus llamativas similitudes químicas
la mayoría de los químicos les habían asignado el mismo tipo de fórmula. Cannizzaro
discrepaba y situó a estos metales en dos grupos diferentes lo que eliminaba
ciertas anomalías que se daban al intentar deducir sus propiedades a partir de sus
pesos atómicos. Lamentablemente el folleto de Cannizzaro inicialmente solo se
publicó en Italia y tuvo muy poca difusión.

El verdadero impacto del pasquín de Cannizzaro tuvo lugar en el congreso de


Karlsruhe, el primer congreso internacional de química que se reunió en la ciudad
alemana de Karlsruhe en septiembre de 1860, con el objetivo principal de unificar
criterios. Estaba organizado por August Kekulé, Charles Adolphe Wurtz y Karl
Weltzien,98 y congregó a los químicos europeos más importantes de la época.
Cannizzaro fue muy elocuente, lógico y didáctico en su exposición, causando una
gran impresión en la asamblea. Además su amigo Angelo Pavesi distribuyó su folleto
entre todos los asistentes al final de la reunión, cuya lectura convenció
definitivamente a la mayoría.99 Así Cannizzaro desempeñó un papel fundamental en la
reforma que impuso la tesis de Avogadro. El sistema de formulación y pesos atómicos
resultante fue adoptado por la mayoría de los químicos, y es en esencia el que se
usa actualmente.

Espectroscopía y tubos de descarga

Tubo de Crookes a la luz y en oscuridad. Los electrones se desplazan en línea recta


desde el cátodo (izquierda), como prueba la aparición de la sombra en forma de cruz
en el fondo derecho. El ánodo está en el borne inferior.
A mediados del siglo XIX se crearon dos técnicas que resultarían fundamentales para
el estudio de la estructura del átomo: la espectroscopía y los tubos de descarga.
Entre 1859 y 1860 Robert Bunsen y Gustav Kirchhoff crearon el análisis de
espectros. Los espectros atómicos son series de líneas que registran la energía
emitida o absorbida por los átomos. En un espectrómetro se excitaba una muestra
gaseosa, generalmente calentándola, y se hacía pasar la luz resultante por un
prisma que separaba la energía de distintas frecuencias, que se imprimían
haciéndolas pasar por una placa fotográfica. Si el espectro era de absorción lo que
se descomponía era la luz que se hacía pasar a través de la muestra de gas, y se
registraban las frecuencias que absorbía. El resultado era una tira de papel con
series de líneas en distintas posiciones según los distintos elementos, que
representaban las frecuencias de emisión o absorción características de cada
elemento. Bunsen y Kirchoff usaron la espectroscopía para el análisis químico, al
poder identificar con esta técnica la presencia de sustancias nuevas en las
muestras, y así consiguieron descubrir el cesio y el rubidio. Enseguida los
científicos se dieron cuenta de que las líneas de los espectros se disponían de
forma periódica en series matemáticamente formulables, y posteriormente se
asociarían con la estructura de los átomos.

Esquema del espectro de emisión del hidrógeno, con colores para diferenciar las
distintas series identificadas.
Los tubos de descarga consistían en tubos de vidrio en los que se hacía
parcialmente el vacío, por lo que en su interior quedaba un gas en concentración
muy pequeña (denominado gas enrarecido). Dentro se alojaban además dos bornes
separados (ánodo y cátodo) de un circuito eléctrico, y se estudiaba lo que ocurría
en el interior cuando se hacía pasar una corriente eléctrica a través del tubo. El
químico y físico inglés William Crookes fue el pionero en el campo de los tubos de
descarga, al inventar el tubo de Crookes, un tubo de descarga experimental en el
que pudo estudiar el comportamiento de los rayos catódicos que lo atravesaban.
Crookes destacó por estos estudios de los rayos catódicos al resultar fundamentales
para el desarrollo de la física atómica, puesto que ayudaron a desvelar la
estructura del átomo. Sus investigaciones consistieron en observar los efectos de
las descargas eléctricas en el espacio oscuro alrededor del cátodo, situado en el
interior de los tubos que tenían una atmósfera muy tenue de gas, actualmente es
denominado espacio oscuro de Crookes en su honor. Demostró que los rayos catódicos
se desplazaban en líneas rectas y producían fosforescencia al chocar con
determinadas sustancias (luego estaban formados por partículas materiales cargadas
negativamente). Además Crookes aplicó las técnicas espectroscópicas para estudiar
los compuestos de selenio. En 1861 Crookes usó el mismo proceso para descubrir el
talio en algunos depósitos seleníferos. Continuó trabajando con el nuevo elemento,
lo aisló y estudió sus propiedades, y en 1873 determinó su peso atómico.

Kekulé y la estructura orgánica

August Kekulé.

Estructura propuesta por Kekulé para el benceno.


La contribución más importante del químico alemán Friedrich August Kekulé von
Stradonitz fue su teoría estructural para los compuestos orgánicos, resumida en dos
artículos publicados en 1857 y 1858 y desarrollada en gran detalle en su popular
obra Lehrbuch der organischen Chemie (Manual de química orgánica), cuyo primer tomo
apareció en 1859 y terminó teniendo cuatro volúmenes. Kekulé explicó que los átomos
de carbono tetravalentes (que pueden formar cuatro enlaces químicos) se unen unos a
otros para formar cadenas, que denominó cadena de carbonos o carboesqueleto, y con
el resto de valencias se pueden unir a otros tipos de átomos (como hidrógeno,
oxígeno, nitrógeno y cloro). Estaba convencido de que era posible encontrar esta
estructura en todas las moléculas orgánicas, al menos en todas las conocidas en la
época. Kekule no era el único químico de la época en creerlo. El químico escocés
Archibald Scott Couper publicó una teoría similar casi al mismo tiempo, y el ruso
Aleksandr Butlerov hizo mucho por clarificar y expandir la teoría. Sin embargo
Kekulé fue el principal difusor de la teoría y sus ideas prevalecieron en la
comunidad científica.

En 1864, Cato Maximilian Guldberg y Peter Waage, a partir de las ideas de Claude
Louis Berthollet propusieron la ley de acción de masas. En 1865, Johann Josef
Loschmidt determinó el número exacto de moléculas que contiene un mol de sustancia,
posteriormente denominado constante de Avogadro.

En 1865, August Kekulé se basó parcialmente en el trabajo de Loschmidt, entre


otros, para establecer la estructura del benceno, explicándola como un anillo de
seis átomos de carbono con enlaces simples y dobles alternados. La novedosa
propuesta de Kekulé de estructura cíclica del benceno fue muy polémica pero nadie
en la época aportó una mejor. Actualmente se sabe que gran parte de los compuestos
orgánicos contienen estructuras cíclicas como el benceno, denominadas aromáticas.

Mendeléyev y la tabla periódica


Artículos principales: Dmitri Mendeléyev, Tabla periódica de los elementos y
Descubrimiento de los elementos químicos.
En 1869, los científicos ya habían descubierto 66 elementos diferentes y habían
determinado su masa atómica. Comprobaron que algunos elementos tenían propiedades
químicas similares y hubo varios intentos de clasificarlos según algunas de ellas
con más o menos acierto. En 1829 el químico J. W. Döbereiner organizó un sistema de
clasificación de elementos en el que estos se congregaban en grupos de tres
denominados tríadas. Las propiedades químicas de los elementos de una tríada eran
similares y sus propiedades físicas variaban de manera ordenada con su masa
atómica. En 1862 Alexandre-Emile Béguyer de Chancourtois publicó su hélice
telúrica, una clasificación tridimensional de los elementos. En 1864 John Newlands
propuso la ley de las octavas y el mismo año Lothar Meyer desarrolló otra
clasificación con 28 elementos organizados según su valencia.
Dmitri Mendeléyev creador de la Tabla periódica.

Tabla periódica de 1871 realizada por Dmitri Mendeléyev.


Pero quien terminó dando sentido a una lista ordenada de los elementos conocidos
(que nos ayudaría a entender la estructura interna de los átomos) fue Dmitri
Ivanovich Mendeléyev al desarrollar la primera tabla periódica de los elementos
moderna. El químico ruso Mendeléyev intuyó que había algún tipo de orden entre los
elementos y pasó más de treinta años recolectando datos y dando forma al concepto,
inicialmente con la intención de aclarar el desorden para sus alumnos. Mendeléyev
acomodó los 66 elementos conocidos en ese momento en su tabla periódica por orden
creciente de peso atómico, pero también atendiendo a sus propiedades, y acertó al
dejar huecos en la tabla para elementos todavía no descubiertos. Mendeléyev
descubrió que cuando se ordenaban los elementos químicos en fila según aumentaba el
peso atómico, hasta llegar a uno que tuviera propiedades similares al inicial, que
se situaría en una nueva fila debajo, en la tabla resultante se encontraban
patrones recurrentes, o periodicidad, en las propiedades de los elementos tanto en
las filas (periodos) como en las columnas (grupos). Publicó su descubrimiento en
1869 en su obra Principios de química. Además su sistema le permitió predecir con
bastante exactitud las propiedades de elementos no descubiertos hasta el momento.
En su versión de la tabla de 1871, predijo las propiedades que tendrían
probablemente tres elementos todavía no descubiertos a los que denominó ekaboro
(Eb), ekaaluminio (Ea) y ekasilicio (Es), que coincidieron con las del escandio,
galio y germanio, al ser descubiertos, lo que consiguió la aceptación generalizada
de este sistema de ordenación.

Sin embargo, la tabla de Mendeléyev no era del todo perfecta. Posteriormente tras
el descubrimiento de varios elementos nuevos y de perfeccionarse los métodos de
determinación de las masas atómicas, se descubrió que algunos elementos no estaban
en el orden correcto. La causa de este problema la determinaría más adelante el
químico inglés Henry Moseley, cuando se conociera mejor la naturaleza del átomo,
quién descubrió que lo que determinaba un claro patrón periódico de las propiedades
de los átomos, es el número de protones que contiene cada elemento en su núcleo, o
número atómico, y no la masa atómica. Además no aparecía ninguna columna para los
gases nobles, pero en esas fechas no se conocía todavía ninguno.

Josiah Willard Gibbs

J. Willard Gibbs formuló el concepto de equilibrio termodinámico en términos de


energía y entropía, y los relacionó con el movimiento de las partículas.
Artículos principales: Josiah Willard Gibbs y Física estadística.
La obra del físico estadounidense J. Willard Gibbs sobre las aplicaciones de la
termodinámica fue fundamental para transformar la química física en una ciencia
deductiva rigurosa. Durante el periodo de 1876 a 1878, Gibbs trabajó en los
principios de la termodinámica, aplicándolos a los complejos procesos implicados en
las reacciones químicas. Definió el concepto de potencial químico, o la tendencia
de que una reacción química se produzca. En 1876, publicó su obra más famosa, On
the Equilibrium of Heterogeneous Substances (Sobre el equilibrio de las substancias
heterogéneas), una recopilación de sus trabajos de termodinámica y química física
en la que desarrolla el concepto de energía libre para explicar la base física del
equilibrio químico.100 Con las ecuaciones de la energía libre, Gibbs relaciona
matemáticamente todas las variables involucradas en una reacción química
(temperatura, presión, volumen, energía y entropía). En este ensayo donde inicia
sus teorías sobre las fases de la materia, considera a cada estado de la materia es
una fase y cada sustancia un componente y las relacionó en una ecuación, conocida
como regla de las fases de Gibbs, que sirve para determinar los grados de libertad
de un sistema en equilibrio. En esta obra quizás su contribución más destacada es
la introducción del concepto de energía libre, por lo que una de sus formas se
denomina actualmente energía libre de Gibbs en su honor. La energía libre de Gibbs
relaciona la tendencia de un sistema físico o químico a disminuir su energía y
aumentar su desorden (entropía) simultáneamente en los procesos naturales
espontáneos. Las conclusiones de Gibbs permiten a los investigadores calcular los
cambios en la energía libre de un proceso, como una reacción química, y determinar
la velocidad a la que ocurrirá. Como virtualmente todos los procesos químicos y
muchos físicos implican cambios de este tipo, su obra tiene un impacto
significativo tanto en los aspectos teóricos como experimentales de esta ciencia.

En 1877, Ludwig Boltzmann estableció las causas estadísticas de muchos de los


conceptos químicos y físicos, incluida la entropía, y la relación con las
distribuciones de las velocidades moleculares en un gas.101 Junto a Boltzmann y
James Clerk Maxwell, Gibbs creó una nueva rama de la física teórica denominada
mecánica estadística (término que él acuño), que explica que las leyes de la
termodinámica son la consecuencia de las propiedades estadísticas de grandes
conjuntos de partículas en interacción. Las relaciones causa-efecto que estableció
Gibbs entre las propiedades estadísticas de los sistemas con muchas partículas y
las leyes fenomenológicas de la termodinámica (T, p, V, S y U) se presentaron en su
influyente libro de texto Elementary Principles in Statistical Mechanics
(Principios elementales de mecánica estadística), publicado en 1902, un año antes
de su muerte. En esta obra Gibbs revisa en profundidad la relación entre las leyes
de la termodinámica y la teoría estadística del movimiento molecular.

Van't Hoff y Arrhenius

Jacobus Henricus van 't Hoff ganó el primer Premio Nobel de química de la historia
por sus trabajos sobre la dinámica química y las disoluciones.
En 1873, Jacobus Henricus van 't Hoff y Joseph Achille Le Bel trabajando
independientemente desarrollaron un modelo de enlace químico que explicaba los
experimentos de quiralidad de Pasteur y proporcionaba una causa física para la
actividad óptica de los compuestos quirales.102 La publicación de van 't Hoff
Voorstel tot Uitbreiding der Tegenwoordige in de Scheikunde gebruikte
Structuurformules in de Ruimte (Propuesta para el desarrollo de las fórmulas
químicas estructurales de tres dimensiones), que constaba de doce páginas de texto
y una de diagramas, impulsó el desarrollo de la estereoquímica. En esta publicación
se trata del concepto de «átomo de carbono asimétrico» que explica la existencia de
numerosos isómeros, que no se podían explicar con las fórmulas estructurales
existentes hasta entonces. Además señalaba que existía relación entre la actividad
óptica y esta asimetría del átomo de carbono. Además, en 1884 Jacobus Henricus van
't Hoff publicó Études de Dynamique chimique (Estudios de química dinámica), un
influyente ensayo sobre cinética química.103 En esta obra explica la relación
termodinámica entre el calor de reacción y el desplazamiento del equilibrio como
resultado de una variación de temperatura. A volumen constante, el equilibrio de un
sistema tiende a desplazarse hacia la dirección que se oponga al cambio de
temperatura. Este principio sería ampliado al año siguiente por Henry Louis Le
Châtelier, incluyendo los cambios de volumen y presión. Esta regla denominado
principio de Le Chatelier, explica los efectos que ejercen las influencias externas
sobre la dinámica del equilibrio químico.104

Svante Arrhenius, Premio Nobel de Química de 1903 por su contribución en el campo


de las disociaciones electrolíticas.105
En 1883, científico sueco Svante Arrhenius desarrolló la teoría iónica para
explicar la conductividad de los electrolitos,106 suponiendo que algunos solutos
que en estado sólido eran neutros se componían de partículas cargadas (iones) que
compensaban su carga entre sí, y que se separaban en el seno de una disolución. En
1885 J. H. van 't Hoff publicó L'Équilibre chimique dans les Systèmes gazeux ou
dissous à I'État dilué (Equilibrio químico en sistemas gaseosos o de soluciones muy
diluidas), donde demuestra que la "presión osmótica" en las soluciones que están
suficientemente diluidas es proporcional a la concentración y la temperatura
absoluta, de forma que esta presión puede expresarse por una fórmula que solo se
diferencia de la ecuación de presión de los gases en un coeficiente i. También
determinó el valor de este i por varios métodos. Así van 't Hoff pudo probar que
las leyes de la termodinámica para los gases también podían aplicarse a las
soluciones diluidas. Además sus leyes para la presión demostraron la validez de la
teoría de la disociación electrolítica de Arrhenius.

Descubrimientos de finales del siglo XIX

Joseph John Thomson descubrió los electrones en 1897.


En 1884, Hermann Emil Fischer propuso la estructura de la purina, la base de muchas
biomoléculas, que posteriormente consiguió sintetizar en 1898. Además inició el
trabajo de la química de la glucosa y otros azúcares relacionados.107

En 1885, Eugene Goldstein le dio su nombre a los rayos catódicos, y en 1888


continuando su investigación sobre tubos de descarga descubrió los rayos canales,
lo que posteriormente ayudaría a desvelar la estructura del núcleo de los
átomos.108

En 1892, John Strutt descubrió que el nitrógeno que se encontraba en los compuestos
químicos tenía un peso menor que el atmosférico, y supuso que se trataba porque
estos compuestos incluían algún gas más ligero que disminuía el peso total. En
cambio el químico escocés William Ramsay atribuyó esta discrepancia a la presencia
de un gas más pesado todavía no descubierto mezclado con el nitrógeno atmosférico.
Usando dos métodos diferentes para eliminar todos los gases conocidos del aire,
Ramsay y Rayleigh consiguieron aislar un nuevo gas en 1894, y anunciaron que habían
descubierto un gas, monoatómico e inerte, que constituía casi el 1 % de aire
atmosférico, al que llamaron argón, el primero de los gases nobles en ser
descubierto. Al año siguiente Ramsay liberó otro gas inerte de un mineral llamado
cleveíta, que resultó ser el helio, cuyo espectro coincidía con el de la luz solar,
lo que demostraba su presencia en el Sol y determinó que se nombrara como la deidad
solar griega, Helios. En su obra The Gases of the Atmosphere (Los gases de la
atmósfera, 1896), Ramsay predijo que según las posiciones del helio y el argón en
la tabla periódica existirían al menos tres gases nobles más. En 1898 Ramsay y el
químico inglés Morris W. Travers aislaron estos tres elementos (el neón, kriptón y
xenón) a partir del aire licuado. Posteriormente (1903) William Ramsay trabajó con
Frederick Soddy para demostrar que las partículas alfa eran núcleos de helio que se
desprendían continuamente en la descomposición del radio.

En 1893, Alfred Werner descubrió la estructura octaédrica de los complejos de


cobalto, el primer complejo de coordinación.109

En 1897, Joseph John Thomson descubrió el electrón, usando un tubo de rayos


catódicos. En 1898 Wilhelm Wien demostró que los rayos canales (una corriente de
iones positivos) podían desviarse por los campos magnéticos, y que la desviación
era proporcional a su relación masa carga. Este descubrimiento además de ayudar a
conocer la estructura del núcleo de los átomos, sería la base para desarrollar la
técnica de análisis químico denominada espectrometría de masas.110

Marie y Pierre Curie

Marie Curie fue la primera persona en ganar dos premios Nobel (y la única hasta la
fecha en dos disciplinas científicas distintas) por sus trabajos en el campo de la
radioactividad.
Artículos principales: Marie Curie, Pierre Curie y Henri Becquerel.
Pierre Curie y Marie Curie fue un matrimonio franco-polaco de científicos famoso
por su investigación pionera en el campo de la radioactividad. Se considera que la
investigación que realizaron ambos y Henri Becquerel fue la piedra angular de la
era nuclear. Marie quedó fascinada con la obra de Becquerel, el físico francés que
descubrió en 1896 que el uranio emitía rayos similares a los rayos X descubiertos
por Wilhelm Röntgen. Marie Curie empezó a estudiar el uranio a finales de 1897 y
teorizó, según un artículo suyo de 1904: «que la emisión de rayos de los compuestos
de uranio es una propiedad del propio metal, que es una propiedad atómica del
elemento uranio independiente de su estado químico o físico.» Curie continuó y
amplió el trabajo de Becquerel realizando sus propios experimentos sobre las
emisiones del uranio. Descubrió que las emisiones de rayos eran constantes, sin
importar la forma o las condiciones en que se encontrara el uranio, por lo que
supuso que se debían a la estructura atómica del elemento. Este descubrimiento
supondría el inicio de la física atómica. Los Curie acuñaron el término
radioactividad para describir el fenómeno.

Pierre Curie además de la radiactividad estudió además el magnetismo, descubriendo


la ley de Curie y la temperatura de Curie.
Pierre y Marie prosiguieron estudiando las sustancias radiactivas separando las
presentes en toneladas de la mena de uranio y usando el electrómetro para medir la
radiación y detectar cualquier mínima cantidad de elementos radiactivos, una tarea
que requiere recursos industriales y que ellos consiguieron en condiciones
relativamente rudimentarias. Trabajando con el pechblenda la pareja descubrió un
nuevo elemento radiactivo, al que llamaron polonio, en honor del país de origen de
Marie. El 21 de diciembre de 1898, descubrieron la presencia de otro elemento
radiactivo en la pechblenda, el radio. Entonces la pareja Curie inició el trabajo
para aislar el polonio y el radio de sus compuestos naturales, para demostrar que
eran elementos químicos. En 1902, los Curie anunciaron que habían conseguido un
decigramo de radio puro. Les llevó tres años aislar el radio pero nunca fueron
capaces de aislar el polonio. Los Curie, junto a Henri Becquerel, recibieron el
Premio Nobel de física de 1903 por su estudio de la radiactividad. Marie Curie
recibió el Premio Nobel de química en 1911 por el descubrimiento del radio y el
polonio. Por ello Marie Curie fue la primera mujer en recibir un Premio Nobel, la
primera persona en recibir dos Premios Nobel y la única en recibirlos en dos
disciplinas científicas diferentes.

Aunque Pierre trabajó junto a Marie en la extracción de sustancias de las minas


minerales se concentró en el estudio físico de la radiación de los nuevos elementos
(incluidos los efectos químicos y luminosos). Utilizando campos magnéticos sobre
los rayos que emitía el radio, consiguió demostrar que contenía partículas
positivas, negativas y radiación ionizante, que Ernest Rutherford posteriormente
denominaría rayos alfa, beta y gamma. Pierre entonces estudió estas radiaciones por
calorimetría y observó los efectos físicos del radio, abriendo el camino de la
radioterapia, y posteriormente Marie Curie supervisó los primeros tratamientos de
radioterapia contra el cáncer. Pierre Curie además estudió el magnetismo y
descubrió que las sustancias ferromagneticas pierden sus propiedades magnéticas por
encima de una temperatura crítica, denominada temperatura de Curie. Lamentablemente
falleció tempranamente en 1906 atropellado por un carruaje en París. Sus obras
completas se publicaron en 1908.

Siglo XX: se revela la estructura del átomo

El primer congreso de Solvay celebrado en Bruselas en 1911 es considerado un punto


de inflexión de la química y la física.
A principios de este siglo surgen varios modelos atómicos que tratarían de paliar
las deficiencias de la teoría atómica de Dalton, que se basaron en gran medida en
los datos acumulados por la espectroscopía y los experimentos con tubos de descarga
en la última parte del siglo anterior. Tras haber descubierto la existencia de los
electrones, en 1903 el primero en elaborar un nuevo modelo atómico fue J. J.
Thomson que propuso que los electrones se distribuían uniformemente en el interior
del átomo suspendidos en una nube de carga positiva, por lo que a su teoría se la
denominó modelo del budín de pasas. En 1904 el físico japonés Hantaro Nagaoka
propuso uno modelo atómico orbital con un núcleo denso y macizo.111

Mikhail Tsvet inventó la cromatografía.


En 1903, el botánico ruso Mikhail Tsvet inventó la cromatografía, una técnica
trascendental para la química analítica, con la intención de separar sustancias
contenidas en las plantas. La cromatografía es un método físico para separar
mezclas complejas que se basa el principio de retención selectiva, ya que
diferencias sutiles en el coeficiente de partición de los compuestos da como
resultado una retención diferencial sobre una fase estacionaria y por tanto una
separación efectiva, lo que permite identificar y determinar las cantidades de
dichos componentes.

En 1905, Fritz Haber y Carl Bosch desarrollaron el proceso de Haber para fabricar a
escala industrial amoniaco, un hito en la industria química con grandes
consecuencias en la producción de fertilizantes y de munición. Actualmente la
producción de alimentos de la mitad de la población del mundo depende de este
método para la producción de fertilizantes. Haber, junto a Max Born, propuso el
ciclo de Born-Haber para calcular la energía reticular en la formación de
compuestos cristalinos iónicos. Además Haber es considerado el «padre de la guerra
química» por el desarrollo de gases tóxicos que se usarían en la Primera Guerra
Mundial.

En 1905, Albert Einstein explicó el movimiento browniano de forma que sustentaba


definitivamente la teoría atómica. En 1907, Leo Baekeland inventó la baquelita, el
primer plástico que se comercializó con éxito.

En 1909, el físico estadounidense Robert Andrews Millikan (discípulo de Walther


Nernst y Max Planck) midió con gran precisión la carga individual del electrón, con
su famoso experimento de las gotas de aceite, y consiguió confirmar que todos los
electrones tenían la misma carga y masa. Y el mismo año S. P. L. Sørensen inventó
el concepto de pH y desarrolló métodos para medir la acidez.

En 1911, Antonius Van den Broek propuso la idea que los elementos de la tabla
periódica se ordenaran según las cargas positivas de su núcleo, en lugar de por su
peso atómico. En 1911 se realizó el primer Congreso Solvay en Bruselas con la
asistencia de los químicos y físicos más prominentes de la época. En 1912 William
Henry Bragg y William Lawrence Bragg propusieron la ley de Bragg que creó el campo
de la cristalografía de rayos X, fundamental para estudiar la estructura cristalina
de las sustancias químicas. También en 1912 Peter Debye desarrolló el concepto de
dipolo molecular para describir la distribución asimétrica de carga de algunas
moléculas.

Experimento de Rutherford.
Arriba: el resultado previsto si hubiera sido válido el modelo atómico de Thomson.
Abajo: el resultado del experimento que demostró la existencia de un núcleo central
positivo en el átomo.
Ernest Rutherford y su modelo atómico

Ernest Rutherford descubridor del núcleo del átomo.


Artículos principales: Ernest Rutherford y Modelo atómico de Rutherford.
El físico de origen neozelandés Ernest Rutherford es considerado el padre de la
física nuclear. Estudió y clarificó la naturaleza de las partículas radioactivas,
además de darles nombre (rayos α, β y γ) demostrando que las dos primeras eran
emisiones de partículas mientras que los rayos gamma eran radiación
electromagnética de alta energía. En 1901 y 1902, Rutherford trabajó junto a
Frederick Soddy, para explicar que la radioactividad eran emisiones debidas a la
transmutación de los átomos, lo que hoy conocemos como reacciones nucleares.
Demostraron experimentalmente que los átomos radiactivos se convertían
espontáneamente en otros, expulsando porciones del átomo a gran velocidad. También
observó que la intensidad de la radioactividad de las muestras de los elementos
radiactivos decrece con un patrón regular y propio hasta llegar a la estabilidad, y
denominó a la mitad de este tiempo periodo de semidesintegración.

En 1906, Rutherford dirigió un experimento realizado por sus alumnos Hans Geiger
(posteriormente conocido por el contador Geiger) y Ernest Marsden en la Universidad
de Mánchester. En este célebre experimento, conocido como el experimento de
Rutherford o experimento Geiger-Marsden, se bombardeó una finísima lámina de oro
con un haz de partículas alfa, generadas por la descomposición del radón. El
objetivo del experimento era evaluar la validez del modelo atómico de Thomson. Si
los átomos de oro se ajustaban a este modelo las partículas α los atravesarían sin
desviarse o haciéndolo pocos grados. Pero los resultados reales sorprendieron a
Rutherford. Aunque muchas partículas α pasaban sin desviarse, un pequeño porcentaje
sufría grandes desviaciones, incluso de más de 90 grados. Esto demostraba que en el
interior de los átomos había una masa relativamente grande con carga positiva, a la
que posteriormente Rutherford denominó núcleo atómico, con la que chocaban las
partículas α; y refutaba por completo el modelo de Thomson. A partir de estos
resultados Ernest Rutherford desarrolló su propio modelo atómico, según el cual el
átomo estaba constituido por un núcleo central positivo relativamente grande con
electrones girando a su alrededor como en un sistema planetario, aunque la mayor
parte del átomo estaba vacía (la mayoría de las partículas α no encontraban nada
con qué chocar). Rutherford fue galardonado con el Premio Nobel de química en 1908
por sus estudios sobre la radioatividad y la estructura del átomo.

Niels Bohr desarrolló el modelo atómico de Bohr iniciando la mecánica cuántica.


Modelo atómico de Bohr
Artículos principales: Niels Bohr y Modelo atómico de Bohr.
A pesar de su gran avance, el modelo atómico de Rutherford presentaba un fallo
teórico importante que los físicos no tardaron en señalar. Según la teoría
electromagnética clásica una carga girando circularmente emitiría energía, lo que
provocaría que los electrones perdieran energía por la emisión y terminaran
trazando una espiral hasta precipitarse sobre el núcleo; por lo que los átomos no
podrían ser estables así descritos.112 En 1913, el físico danés Niels Bohr subsanó
esta deficiencia introduciendo el concepto de cuantización en la estructura del
átomo, al proponer en su modelo atómico que los electrones no giraban en cualquier
órbita, sino que tienen restringido su movimiento a órbitas de determinados niveles
(aquellos cuyo momento angular fuera un múltiplo entero de h/2π) las cuales serían
órbitas estacionarias, que no emitirían energía.112

El modelo de Bohr para el átomo de hidrógeno (Z = 1) o iones monoelectrónicos (Z >


1) introduce el concepto de cuantización (determinada por n, número cuántico
principal) a las órbitas permitidas al electrón, que emite o absorbe energía al
pasar de una a otra (hν).113
En el modelo de Bohr los electrones giran en órbitas circulares alrededor del
núcleo en niveles cuantizados, es decir, solo determinados radios estaban
permitidos. Las órbitas intermedias no existen y los electrones emiten o absorben
energía para pasar a órbitas más bajas o altas, respectivamente. Como los
electrones solo se encuentran en determinadas órbitas características de cada
átomo, la magnitud de los saltos de energía que dan al ser excitados son únicos
para cada elemento, y serían los que recogen los espectros atómicos. El gran éxito
de este modelo fue que las líneas del espectro de emisión experimental del
hidrógeno coincidían perfectamente con lo predicho por él. El modelo atómico de
Bohr supuso un gran progreso, pero fue criticado por no explicar la causa de la
cuantización (la planteó como un postulado) y su éxito con los espectros atómicos
se reducía al hidrógeno y los iones con un solo electrón, no es capaz de predecir
las interacciones más complejas en átomos con más de un electrón.

Neils Bohr además trabajó en el principio de complementariedad que afirma que el


comportamiento del electrón puede interpretarse de dos formas válidas, como una
onda o como una partícula, o lo que es lo mismo que las teorías corpuscular y
ondulatoria de la luz no se excluyen sino que se complementan.

Isótopos, protones, neutrones y modelo de Sommerfeld

Esquema del átomo de litio con protones, neutrones y electrones.


En 1913 Henry Moseley, trabajando sobre la idea inicial de Van den Broek, introdujo
el concepto de número atómico para arreglar los desajustes de la tabla periódica de
Mendeléyev, que se basaba en el peso atómico. También en 1913 J. J. Thomson amplió
la obra de Wien demostrando que las partículas subatómicas podían separarse según
su relación carga masa, con una técnica denominada espectrometría de masas. El
mismo año Frederick Soddy formuló el concepto de isótopo, afirmando que existían
ciertos elementos con dos o más formas, con idénticas propiedades químicas, pero
distinto peso atómico (contradiciendo el 2º postulado de Dalton). Además en 1917
Soddy descubrió el elemento protactinio.

En el año 1918, Ernest Rutherford descubrió que cuando se disparaban partículas


alfa contra el nitrógeno gas, sus detectores de centelleo captaban núcleos de
hidrógeno, por lo que determinó que el núcleo de hidrógeno debía ser una partícula
fundamental, descubriendo así el protón. Además Rutherford propuso en 1920 la
existencia de partículas neutras en el núcleo para explicar que los núcleos no se
desintegrasen por la repulsión electromagnética de los protones.114 Y finalmente
James Chadwick en el año 1932 descubrió una partícula nuclear de masa similar al
protón pero de carga neutra, al que denominó neutrón.115 Este descubrimiento
explicaba los desajustes de la tabla periódica de Mendeléyev (la presencia de
neutrones podía aumentar el peso atómico, pero no la carga del núcleo ni su número
atómico), justificando así la modificación de Henry Moseley, y también la
existencia de los isótopos (los isótopos tenían el mismo número de protones pero
distinto de neutrones).

En 1916, Arnold Sommerfeld perfeccionó el modelo atómico de Bohr con el modelo


atómico de Sommerfeld, que introdujo las órbitas elípticas con un nuevo número
cuántico, el azimutal, y postulando que no solo el electrón se movía sino que
también el núcleo giraba alrededor del centro de masas.

En 1931, Harold Clayton Urey detectó por primera vez uno de los isótopos más
destacados, el deuterio o hidrógeno pesado.116

Gilbert N. Lewis
Artículo principal: Gilbert N. Lewis
El físico químico estadounidense Gilbert Newton Lewis inició la teoría del enlace
de valencia. Esta teoría se basa en que los enlaces químicos dependen de la
cantidad de electrones que tengan los átomos en su capa más externa, o capa de
valencia. En 1902, mientras Lewis intentaba explicar la valencia a sus alumnos,
representó los átomos como si fueran cubos con los electrones en los vértices.
Estos «átomos cúbicos» servían para explicar los ocho grupos de la tabla periódica
y representaban la idea de que los enlaces químicos se formaban para que los átomos
se transfirieran electrones unos a otros con objeto de completar los ocho
electrones exteriores, un octeto, necesarios para alcanzar la estabilidad al
conseguir la misma configuración electrónica exterior que un gas noble.

Estructura de Lewis de la formación de la molécula de oxígeno.


La teoría de Lewis del enlace químico siguió evolucionando y en 1916 publicó su
influyente artículo The Atom of the Molecule (el átomo de la molécula), donde
propuso que un enlace químico se forma por la interacción conjunta de dos
electrones compartidos. El modelo de Lewis identificaba el enlace químico clásico
con la compartición de un par de electrones entre los dos átomos enlazados. Lewis
introdujo en este artículo los «diagramas de electrones de puntos» para representar
las estructuras electrónicas de los átomos y las moléculas que actualmente se
conocen como estructuras de Lewis, que se usan prácticamente en todos los libros de
texto de introducción a la química.

Poco después de la publicación de este artículo de 1916, Lewis empezó a dedicarse a


la investigación militar. No volvió al campo del enlace químico hasta 1923, cuando
resumió magistralmente su modelo en la obra titulada Valence and the Structure of
Atoms and Molecules (Valencia y la estructura de átomos y moléculas). Este renovado
interés por la materia fue promovido por las actividades del químico estadounidense
Irving Langmuir, investigador de General Electric, que entre 1919 y 1921 popularizó
y desarrolló el modelo de Lewis. Posteriormente Langmuir acuñó el término enlace
covalente. En 1921, Otto Stern y Walther Gerlach estabecieron el concepto mecánico
cuántico de spin para las partículas subatómicas, que apoyaba la idea de pares de
electrones.

Lewis desarrolló en 1923 la teoría del par de electrones libres para los ácidos y
bases. Lewis redefinió el concepto de ácido para ampliarlo a cualquier átomo o
molécula con un octeto incompleto capaz de aceptar un par de electrones. Y en
contrapartida, las bases serían cualquier sustancia con su octeto completo y un par
de electrones libres de enlace que pueda actuar como donante a un ácido. Los ácidos
y bases de esta teoría se conocen como ácidos y bases de Lewis. En 1923, G. N.
Lewis y Merle Randall publicaron Thermodynamics and the Free Energy of Chemical
Substances (Termodinámica y la energía libre de las sustancias químicas), el primer
tratado de termodinámica química moderno.

En la década de 1920, se adoptó rápidamente el modelo de Lewis de los pares de


electrones principalmente en los campos de la química orgánica y la coordinación.
En química orgánica esta aplicación se debe principalmente a la labor de los
químicos británicos Arthur Lapworth, Robert Robinson, Thomas Lowry y Christopher
Ingold; mientras que en el campo de la química de la coordinación el modelo de
Lewis fue promocionado por las obras del químico estadounidense Maurice Huggins y
el británico Nevil Sidgwick.

Mecánica cuántica
Artículos principales: Louis de Broglie, Wolfgang Pauli, Erwin Schrödinger,
Ecuación de Schrödinger y Ecuación de Dirac.

Louis de Broglie.jpg Pauli.jpg


Erwin Schrödinger (1933).jpg Werner Heisenberg cropped.jpg
De izq. a dcha. y de arriba abajo:
Louis de Broglie (1892-1987).
Wolfgang Pauli (1900-1958).
Erwin Schrödinger (1887-1961).
Werner Heisenberg (1901-1976).

En la década de 1920 se establecerán los fundamentos de la mecánica cuántica, que


será decisiva para la desvelar la naturaleza y el comportamiento de las partículas
subatómicas a partir de entonces.

En 1924, el físico Louis de Broglie publicó su revolucionaria tesis, en la que


presentó la teoría de que el electrón se comporta con una dualidad onda partícula.
En su época se consideraba que las ondas y los corpúsculos de materia y luz se
comportaban de forma diferente, pero de Broglie sugirió que estas características
aparentemente diferentes en realidad son el mismo comportamiento observado desde
perspectivas diferentes — que las partículas pueden comportarse como ondas, y que
las ondas (la radiación) pueden comportarse como las partículas. La propuesta de
Broglie ofrecía una explicación a las restricciones de movimiento de los electrones
en el interior del átomo. Las primeras publicaciones con la idea de "ondas
materiales" de De Broglie despertaron poca atención entre los físicos de la época,
pero una copia de su tesis doctoral cayó en manos de Albert Einstein, que la
recibió con entusiasmo. Einstein no solo la difundió sino que trabajó para
desarrollar el concepto.

En 1925, el físico austriaco Wolfgang Pauli estableció el principio de exclusión de


Pauli, que afirmaba que dos electrones alrededor del mismo núcleo no pueden ocupar
el mismo estado cuántico simultáneamente, que está definido por cuatro números
cuánticos. Pauli hizo importantes contribuciones en los campos de la mecánica
cuántica y teoría cuántica. Fue galardonado con el Premio Nobel de Física 1945 por
su descubrimiento del principio de exclusión, además de por sus estudios del estado
sólido y su hipótesis anticipando la existencia del neutrino.

Ecuación general de Schrödinger para una onda estacionaria:

{\displaystyle \mathrm {i} \hbar {\frac {\partial \psi (x,t)}{\partial t}}=-{\frac


{\hbar ^{2}}{2m}}{\frac {\partial ^{2}\psi (x,t)}{\partial x^{2}}}+V(x)\psi }
{\displaystyle \mathrm {i} \hbar {\frac {\partial \psi (x,t)}{\partial t}}=-{\frac
{\hbar ^{2}}{2m}}{\frac {\partial ^{2}\psi (x,t)}{\partial x^{2}}}+V(x)\psi }

Paul Dirac, junto a Schrödinger, ganó el Premio Nobel de física de 1933 por sus
contribuciones a la teoría atómica.
En 1926, a la edad de 39 años, el físico teórico Erwin Schrödinger creó la obra
considerada el pilar de la mecánica cuántica ondulatoria. En esta obra describe su
ecuación de diferenciales parciales que es la ecuación básica de la mecánica
cuántica y que supone para la mecánica del átomo lo mismo que las leyes de Newton
supusieron para la comprensión del movimiento de los planetas. Adoptando la
propuesta de Louis de Broglie en 1924 de que la materia tiene una naturaleza dual y
que en algunas situaciones se comportan como las ondas, Schrödinger desarrolla la
teoría de este comportamiento plasmándolo en una ecuación de onda, actualmente
conocida como la ecuación de Schrödinger. Las soluciones de la ecuación de
Schrödinger, a diferencia de las ecuaciones de Newton, son funciones de onda que
describen la probabilidad de que ocurra un hecho físico. La secuencia de
trayectorias y posiciones fácilmente visualizables de la mecánica de Newton, en la
mecánica cuántica se reemplazan por una noción más abstracta de probabilidades, lo
que la hace más oscura y origina algunas paradojas. Por ejemplo a partir del modelo
atómico de Schrödinger los electrones ya no se describirán en órbitas alrededor del
átomo sino en orbitales.

El físico teórico alemán Werner Heisenberg también fue uno de los creadores clave
de la mecánica cuántica. En 1925, Heisenberg descubrió la manera de formular las
ecuaciones de la mecánica cuántica en términos de matrices. Por este descubrimiento
sería galardonado con el Premio Nobel de Física de 1932, y en el futuro facilitaría
el cálculo computacional. En 1927 publicó su principio de incertidumbre, en el que
basó su pensamiento y por el que es más famoso. Con él Heisenberg demostró que al
estudiar un electrón en un átomo se podía determinar su posición o su velocidad,
pero era imposible conocer las dos al mismo tiempo.

En 1928, Paul Dirac formuló la ecuación de Dirac, una ecuación de onda relativista
para partículas de espín ½, como el electrón, que es completamente consistente
tanto con los principios de la mecánica cuántica como con la teoría de la
relatividad especial, cuya aplicación a los átomos hidrogenoides da lugar al modelo
atómico de Dirac.

Al comprobarse que los átomos no hacen honor a su nombre (se dividen en partes), el
comportamiento ondulatorio de las partículas subatómicas y la potencialidad
energética de las reacciones nucleares se redefiniría el ámbito de la química (como
única ciencia que estudiaba la materia) quedando el estudio de la estructura del
interior de átomo en el campo de la física.

Química cuántica
Artículo principal: Química cuántica
Una vez asumidos los principios de la mecánica cuántica surge la química cuántica
para aplicarlos al estudio de los enlaces químicos y de las estructuras de las
moléculas y estructuras cristalinas. Algunos consideran que la química cuántica
nació en 1926 con la ecuación de Schrödinger y su aplicación al átomo de hidrógeno,
mientras que otros consideran que arranca en 1927 con el artículo «Wechselwirkung
neutraler Atome und Homöopolare Bindung nach der Quantenmechanik» («La interacción
de los átomos neutros y el enlace homopolar según la mecánica cuántica») de Walter
Heitler y Fritz London117118 Esta es la primera aplicación de la mecánica cuántica
a la molécula de hidrógeno y al fenómeno del enlace químico. En los años siguientes
se fueron acumulando progresos con los trabajos de Edward Teller, Friedrich Hund,
Robert S. Mulliken, Max Born, J. Robert Oppenheimer, Linus Pauling, Erich Hückel,
Douglas Hartree, Vladimir Aleksandrovich Fock, entre otros, que dilucidaron que las
propiedades químicas estaban determinadas por las estructuras electrónicas de los
átomos y sus compuestos.

Forma de algunos orbitales atómicos (arriba) y moleculares (abajo), junto a la


regla de Madelung (izquierda) para determinar la secuencia de ocupación de los
orbitales de un átomo formando su configuración electrónica (abajo).
Sin embargo, alrededor de 1930, se mantenía el escepticismo sobre la capacidad de
la mecánica cuántica para resolver sistemas químicos más complejos debido a sus
dificultades prácticas. Paul Dirac describe la situación:119

Las leyes físicas subyacentes necesarias para [desarrollar] la teoría matemática de


una gran parte de la física y toda la química son por tanto completamente
conocidas, y la dificultad está solo en que la aplicación exacta de estas leyes
conduce a ecuaciones demasiado complicadas para poder resolverse. Por ello es
deseable que se desarrollen métodos prácticos aproximados de aplicación de la
mecánica cuántica, que puedan conducir a la explicación de las principales
características de los sistemas atómicos complejos sin demasiados cálculos.

Linus Pauling recibió el Premio Nobel de Química de 1954 por sus estudios sobre el
enlace químico.
En 1951, se publicó un artículo trascendental para la química cuántica «A Study of
Two-Center Integrals Useful in Calculations on Molecular Structure» («Un estudio
sobre integrales de dos centros útiles para los cálculos de estructura molecular»)
de Clemens C. J. Roothaan sobre las ecuaciones de Roothaan.120 que abrió el camino
para la solución de las ecuaciones de campo autoconsistente para moléculas pequeñas
como las del hidrógeno y nitrógeno. Estos cálculos se realizaron con la ayuda de
tablas de integrales que se calculaban con los ordenadores más avanzados de la
época. Los posteriores avances de la informática facilitarían la resolución y
representación de las complicadas ecuaciones de onda resultantes.

La teoría de los orbitales moleculares (TOM) se desarrolló en los años posteriores


a que se estableciera la teoría del enlace de valencia, alrededor de 1927,
principalmente obra de Friedrich Hund, Robert Mulliken, John C. Slater y John
Lennard-Jones.121 La TOM originalmente se denominó teoría Hund-Mulliken.122 El
término orbital fue introducido por Mulliken en 1932.122 Alrededor de 1933 la TOM
había sido aceptada generalizadamente como válida.123

En los años 1940 muchos físicos dedicados a la física molecular y atómica se


pasaron al campo de la física nuclear (como J. Robert Oppenheimer o Edward Teller).
En esta época destacan los trabajos del químico estadounidense Glenn T. Seaborg
aislando e identificando elementos transuránicos, siendo el coodescubridor de 10 de
ellos (plutonio, americio, curio, berkelio, californio, einsteinio, fermio,
mendelevio, nobelio y seaborgio). Compartió el novel de química de 1951 con Edwin
Mattison McMillan por sus respectivos descubrimientos de elementos transuránicos.
El seaborgio recibió este nombre en su honor en 1997, por lo que junto a Albert
Einstein son las únicas personas que han recibido tal honor en vida.

Mark Oliphant y el descubrimineto de la fusión nuclear


Artículos principales: Mark Oliphant y Fusión nuclear.

Mark Oliphant, en 1932, observó por primera vez la fusión de núcleos ligeros
(isótopos de hidrógeno).
1932, observó por primera vez la fusión de núcleos ligeros (isótopos de hidrógeno).
Gracias a los estudios de Ernest Rutherford de Transmutación nuclear conducidos por
Mark Oliphant. Posteriormente, durante el resto del siglo, Hans Bethe estudió las
etapas del ciclo principal de la fusión nuclear en las estrellas. La investigación
acerca de la fusión para fines militares se inició en la década de 1940 como parte
del Proyecto Manhattan, pero no tuvo éxito hasta 1952. La indagación relativa a
fusión controlada con fines civiles se inició en la década de 1950, y continúa
hasta el presente.

Bioquímica y biología molecular


Artículos principales: Historia de la bioquímica e Historia de la biología
molecular.
Al iniciarse la década de 1940 el extenso trabajo coordinado de la química y la
física había conseguido explicar las propiedades químicas sustentándolas en la
configuración electrónica del átomo. El libro de Linus Pauling The Nature of the
Chemical Bond (La naturaleza del enlace químico, 1939) usa los principios de la
química cuántica para deducir los ángulos de los enlaces en moléculas cada vez más
complicadas. Sin embargo, la compleja estructura de algunas de las moléculas
biológicamente más relevantes todavía era desconocida.

Diagrama con los detalles de la estructura del ADN.


Aunque la clorofila había sido aislada en 1817 por los químicos franceses Pelletier
y Caventou,124 su estructura no fue deducida hasta 1940 por Hans Fischer. En la
década de 1940, el químico norteamericano Melvin Calvin inició sus investigaciones
sobre la fotosíntesis, aplicando marcadores radiactivos de carbono 14 y detectó la
secuencia de reacciones químicas generadas por las plantas al transformar dióxido
de carbono gaseoso y el agua en oxígeno e hidratos de carbono, lo que en la
actualidad se conoce como ciclo de Calvin.

En 1937 Hans Adolf Krebs descubrió que todas las reacciones del interior de las
células conocidas involucradas en la respiración celular estaban relacionadas entre
sí, denominando a esta sucesión de reacciones ciclo del ácido cítrico, más tarde
conocido como ciclo de Krebs. Por este descubrimiento fue galardonado con el Premio
Nobel de Fisiología o Medicina de 1953.

La mayoría de los aminoácidos, los componentes de las proteínas, se descubrieron


entre 1819 y 1904. En 1926 Theodor Svedberg desarrolló la primera centrífugadora
analítica y la utilizó para calcular el peso molecular de la hemoglobina. En 1933
Arne Wilhelm Kaurin Tiselius introdujo la electroforesis para separar a las
proteínas en solución. En 1934 John Desmond Bernal y Dorothy Crowfoot Hodgkin
demostraron que las proteínas, la pepsina en concreto, no eran coloides aleatorios
ya que sus cristales producían patrones de difracción de rayos X.125 En 1951 Linus
Pauling y Robert Corey propusieron las estructuras de cadena helicoidal (hélice α)
y laminar (lámina β) las cuales fueron halladas posteriormente en muchas
proteínas.126En 1953 el experimento de Miller y Urey demostró que los aminoácidos,
podían formarse a partir de moléculas inorgánicas simples a partir de un proceso de
estimulación eléctrico que podía haberse producido en la Tierra, siendo el primer
experimento de laboratorio en condiciones controladas sobre hipótesis del origen de
la vida.

También en 1953 James Watson y Francis Crick dedujeron la estructura de doble


cadena helicoidal del ADN encajando los datos de la estructura de sus partes
constituyentes y los patrones de difracción de rayos X obtenidos por Rosalind
Franklin.127 Este descubrimiento fue el detonante de la expansión del campo de la
bioquímica. En 1957 se demostró el mecanismo de replicación del ADN mediante el
experimento de Meselson-Stahl. En 1983, Kary Mullis desarrolló el método para la
autoreplicación del ADN, denominado reacción en cadena de la polimerasa (conocida
por sus siglas en inglés como PCR) que revolucionaría su proceso químico de
manipulación en los laboratorios, que haría posible la secuenciación del ADN de los
organismos que culminaría en el inmenso Proyecto Genoma Humano, además de abrir su
uso en criminalística y filiación, entre otros.

Buckminsterfullereno, C60
Finales del siglo XX
En 1970, John Pople creó el programa Gaussian que facilitó enormemente los cálculos
de la química computacional, como la ecuación de Schrödinger molecular según la
teoría de orbitales moleculares.128 En 1971 Yves Chauvin presentó una explicación
al mecanismos de reacción de las Metátesis olefínicas.129 En 1975 Karl Barry
Sharpless y su equipo descubrieron las reacciones de oxidación estereoselectivas,
como la epoxidación de Sharpless,130131 la dihidroxilación asimétrica de
Sharpless,132133134 y la oxiaminación de Sharpless.135136137

En 1985, Harold Kroto, Robert Curl y Richard Smalley descubrió los fullerenos, una
clase de grandes moléculas de carbono con forma de poliedros con caras hexagonales
o pentagonales, cuyo nombre conmemora al arquitecto Richard Buckminster Fuller
famoso por usar diseños similares en sus cúpulas geodésicas.138 En 1991 Sumio
Iijima usó el microscopio electrónico para descubrir un tipo de fullereno
cilíndrico denominado nanotubo, aunque los primeros trabajos en este campo se
habían realizado en 1951. Este material es un importante componente en el campo de
la nanotecnología.139

En 1994, Robert A. Holton y su equipo lograron la primera síntesis total del


taxol.140141142

En 1995, Eric Cornell y Carl Wieman consiguieron producir el primer Condensado de


Bose-Einstein, un estado de agregación de la materia de ciertos materiales a muy
bajas temperaturas predicho por la mecánica cuántica que no tiene un equivalente
clásico.143

Véase también
Historias y cronologías
Cronología de la química
Descubrimiento de los elementos químicos
Historia de la bioquímica
Historia de la cromatografía
Historia de la electroquímica
Historia de la energía
Historia de la física
Historia de la tabla periódica
Historia de la teoría molecular
Historia de la termodinámica
Premio Nobel de Química
Teoría atómica
Químicos eminentes
En orden cronológico:

Robert Boyle, 1627-1691


Joseph Black, 1728-1799
Joseph Priestley, 1733-1804
Carl Wilhelm Scheele, 1742-1786
Antoine Lavoisier, 1743-1794
Alessandro Volta, 1745-1827
Jacques Charles, 1746-1823
Claude Louis Berthollet, 1748-1822
Louis Joseph Gay-Lussac, 1778-1850
Humphry Davy, 1778-1829
Jöns Jakob Berzelius, 1779-1848
Justus von Liebig, 1803-1873
Louis Pasteur, 1822-1895
Stanislao Cannizzaro, 1826-1910
Friedrich August Kekulé von Stradonitz, 1829-1896
Dmitri Mendeleev, 1834-1907
Josiah Willard Gibbs, 1839-1903
Jacobus Henricus van 't Hoff, 1852-1911
William Ramsay, 1852-1916
Svante Arrhenius, 1859-1927
Walther Nernst, 1864-1941
Marie Curie, 1867-1934
Gilbert N. Lewis, 1875-1946
Otto Hahn, 1879-1968
Irving Langmuir, 1881-1957
Linus Pauling, 1901-1994
Glenn T. Seaborg, 1912-1999
Robert Burns Woodward, 1917-1979
Frederick Sanger, 1918-2013
Rudolph A. Marcus, 1923
Elias James Corey, 1928
Harold Kroto, 1939
Peter Atkins, 1940-
Richard Smalley, 1943-2005
Notas
El zinc ya se conocía en China y la India en la Edad Media. Se menciona el metal y
dos de sus menas en el Rasaratna Samuchaya, escrito alrededor del siglo XIII d. C.
En las antiguas Grecia y Roma se conocía y usaba el latón (aleación de zinc y
cobre), aunque se desconocía su naturaleza.
Debido a esta asociación, actualmente el envenenamiento producido por el plomo se
conoce como saturnismo; y el mercurio adquirió su nombre definitivo, quedando en
desuso su nombre latino antiguo hydrargyrum (que procedía del griego hydrargyros
«plata líquida»). Esta tradición influyó en los científicos de los siglos XIX y XX
que nombraron a tres elementos (uranio, neptunio y plutonio) en honor de Urano,
Neptuno y Plutón, que no se conocían en la Edad Media.
Según Paul Kraus en Contribution à l'histoire des idées scientifiques dans
l'Islam. I. Le corpus des écrits jâbiriens. II. Jâbir et la science grecque (2002):
Para formarse una idea del lugar histórico de la alquimia de Jabir y afrontar el
problema de sus fuentes, es aconsejable comparar lo que nos quedó de la literatura
alquímica en idioma griego. Se conoce el estado deplorable en que llegó hasta
nosotros esta literatura. Recolectada por los científicos bizantinos del siglo X,
el corpus de los alquimistas griegos es un puñado de fragmentos incoherentes, que
se remontan a todas las épocas desde el siglo tercero hasta el final de la edad
media. (...) Los esfuerzos de Berthelot y Ruelle para poner un poco de orden en
esta masa de literatura dio solo pobres resultados, y los investigadores
posteriores, entre ellos en particular Mrs. Hammer-Jensen, Tannery, Lagercrantz,
von Lippmann, Reitzenstein, Ruska, Bidez, Festugiere y otros, pudieron sacar en
claro solo unos pocos detalles (...) El estudio de los alquimistas griegos no es
muy alentador. Incluso un examen superficial de los textos griegos muestra que solo
una pequeña parte se organizaba en torno a verdaderos experimentos de laboratorio:
incluso en las obras supuestamente dedicadas a las técnicas, en el estado en que
las encontramos actualmente, son palabrería sin sentido que rechaza cualquier
interpretación. (...) Es diferente en la alquimia de Jabir. La descripción de los
procesos es relativamente clara y la instrumentación alquímica, y la clasificación
metódica de las sustancias, indica un espíritu experimental muy alejado del
esoterismo raro y chapucero de los textos griegos. La teoría en la que Jabir apoya
sus operaciones es de una claridad y una unidad impresionante. Más que otros
autores en árabe, uno nota el equilibrio entre la enseñanza teórica y práctica,
entre el `ilm y el `amal. Se buscaría en vano una obra tan sistemática entre los
textos griegos como por ejemplo el Libro del los Setenta.
(véase también: Ahmad Y Hassan. «A Critical Reassessment of the Geber Problem: Part
Three». Archivado desde el original el 20 de noviembre de 2008. Consultado el 9 de
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En la página 157, Gay-Lussac menciona los hallazgos sin publicar de Charles: Avant
d'aller plus loin, je dois prévenir que quoique j'eusse reconnu un grand nombre de
fois que les gaz oxigène, azote, hydrogène et acide carbonique, et l'air
atmosphérique se dilatent également depuis 0° jusqu'a 80°, le cit. Charles avait
remarqué depuis 15 ans la même propriété dans ces gaz ; mais n'avant jamais publié
ses résultats, c'est par le plus grand hasard que je les ai connus. (Antes de
avanzar, debería informar que aunque yo reconocí muchas veces que los gases
oxígeno, nitrógeno, hidrógeno, y ácido carbónico [dióxido de carbono], además del
aire atmosférico se expanden desde 0° a 80°, el ciudadano Charles se había dado
cuenta hace 15 años las mismas propiedades en los mismos gases; aunque nunca los
publicó, que por casualidad conocí.)
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Enlaces externos
Bertomeu Sánchez, José Ramón; García Belmar, Antonio (2008). «La historia de la
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