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Ventajas de un presupuesto

Más concretamente, un presupuesto tiene las siguientes ventajas:

 Hace que tu operación sea más eficiente.


 Te indica los fondos sobrantes que puedes reinvertir.
 Permite predecir los meses lentos y mantenerte sin deudas.
 Estimar lo que necesitas para ser rentable.
 Proporcionar una visión del futuro.
 Te ayuda a mantener el control del negocio.

La creación de un presupuesto empresarial hará que el funcionamiento de tu negocio sea


más fácil y eficiente. Te ayuda a asegurar de que gastas el dinero en los lugares adecuados
y en el momento oportuno para no endeudarte.

PELIGROS

1. Uso incorrecto del presupuesto del año anterior.

Es frecuente cuando se prepara un presupuesto revisar el del año anterior y el resultado.


Esto es totalmente correcto. Sin embargo, a veces se comete el error de presupuestar
determinadas partidas aumentando el gasto del año anterior en aquellas que se han
quedado cortas. Esto tiene como consecuencia el aumento del coste total, que como
sabemos repercutirá necesariamente en una subida del precio de venta para mantener los
ingresos necesarios. La consecuencia inmediata, en una situación de mercado como la
actual, es una pérdida de competitividad para la empresa.

El planteamiento correcto, en aquellas partidas que han resultado desviadas, es estudiar


las alternativas de realizar ahorros o mejoras de eficiencia o productividad, que lleven a
un presupuesto estable, en una situación de mercado de fuerte competitividad y precios
estables. En caso de no ser posibles estas mejoras en algunas partidas, es necesario
compensarlas con mejoras en otras.

2. La falta de información

Cuando se establece un presupuesto, es imprescindible trabajar con el mayor nivel de


detalle posible. Hay que trabajar con el tiempo necesario para conocer los precios de
compras de materias primas e ingredientes, los presupuestos de inversión, y conocer las
previsiones de evolución de costes laborales. Esto no quiere decir que vayamos a tener
un conocimiento perfecto del 100% del presupuesto, pero al menos reducimos al mínimo
las incertidumbres.

3. El exceso de optimismo (o pesimismo)

Muchas veces el exceso de voluntarismo en el establecimiento de objetivos industriales


nos lleva a plantear mejoras que luego no somos capaces de alcanzar. La consecuencia es
que un precio basado en mejoras que no se realizan resulta siempre insuficiente para
cubrir los costes reales y la empresa entra en pérdidas. De la misma forma, un
presupuesto demasiado conservador nos lleva a costes demasiado altos, y por lo tanto a
precios altos que perjudican nuestra competitividad y pueden situarnos fuera del
mercado.

4. La falta de seguimiento

Una vez realizado el presupuesto, hemos visto que se deben preparar los indicadores de
seguimiento adecuados. Estos indicadores deben formar parte de la gestión diaria, de
forma que puedan detectarse las desviaciones de forma inmediata. El que haya
desviaciones en un presupuesto debe ser visto como algo normal, es consustancial a
cualquier herramienta de gestión. Podemos habernos equivocado en nuestras
estimaciones, nuestros objetivos pueden haber sido demasiado ambiciosos, o el entorno
puede haber cambiado de forma inesperada. En cualquier caso, la empresa que quiere ser
competitiva, debe conocer rápidamente dónde se están produciendo las desviaciones y,
lo que es más importante, establecer planes de acción inmediatos para corregirlas  o
compensarlas

5. La falta de implicación

Hay empresas en las que por un liderazgo inadecuado (o debido a una falta de
liderazgo) , se percibe el presupuesto como algo que sólo afecta al departamento
financiero. Una vez que se establece el presupuesto, todos siguen en sus rutinas
habituales, sin prestar atención a indicadores ni a objetivos. No hay mejor receta para un
desastre

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