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LA BUENA FE EN MATERIA CONTRACTUAL

1.-Alcance normativo del principio de buena fe (art. 9, 729, 961 y 991 CCyC).
2- La buena fe como principio general de derecho (art. 9 CCyC). La buena fe
como principio rector en los contratos discrecionales/paritarios y de consumo (art.
961, 1011 CCyC) . La buena fe como deber, en caso de las tratativas
contractuales (arts. 991 CCyC).

Alcance normativo del principio de buena fe

ARTÍCULO 9º del CCCN.- Principio de buena fe. Los derechos deben ser
ejercidos de buena fe.1

El ejercicio ilimitado de los derechos individuales conduce a una desarticulación


tanto de la sociedad como del mercado y por eso se requiere un orden público de
coordinación. Por esa razón se han reforzado varios principios del derecho, y se
los ha generalizado al incluirlos en el Título Preliminar: entre ellos el principio de
buena fe.
El primer principio que hace al ejercicio de los derechos subjetivos dirigidos al
ciudadano es el de buena fe. Se trata de un principio general al derecho que ha
tenido un gran desarrollo en la doctrina y jurisprudencia nacional al que se le
otorga un lugar de relevancia en el CCyC al estar presente en su Título Preliminar,
más allá de la cantidad de veces en las que se apela a él a lo largo de todo el
texto civil y comercial.
Incorporar a la buena fe dentro del Título Preliminar coloca a este principio, de
manera expresa y precisa, en el lugar central que debe observar en el derecho
privado contemporáneo.
No es casualidad que el principio de la buena fe se haya gestado y consolidado en
el campo del derecho privado patrimonial, más precisamente, dentro de la teoría
general de los contratos. Como síntesis del extenso desarrollo que ha tenido la

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CCCN, ley 26994/14

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cuestión de la buena fe y sus diferentes interpretaciones, cabe traer a colación lo
expresado por Mosset Iturraspe que, a modo de conclusión o focalizándose en
una perspectiva más contemporánea del tema, asevera: “En la búsqueda de una
solución más justa para el caso concreto, desde el marco de los textos legales,
cuando los hubiere, y más allá de dicho marco, frente al absurdo o la injusticia
notoria, pero siempre cumpliendo el rol de integrar la norma, encontramos la
buena fe de la concepción solidarista (…) El juez moderno tiene una tarea ‘cada
vez más complicada’, pues debe partir de una ‘cuidadosa evaluación de los
valores e intereses antagónicos que se hallan en juego’, y para ello debe percibir
con claridad ‘los problemas de la sociedad contemporánea’”.
Así, la buena fe constituye un principio general del derecho al ser, en palabras de
Alexy, un “mandato de optimización” que cumple numerosas funciones, como ser:
regla de interpretación, fuente de derechos, correctiva del ejercicio de los
derechos y eximente de responsabilidad. Como destaca el Dr. Lorenzetti: la
incorporación de la buena fe en el Título Preliminar del CCyC “llega al grado
máximo de generalización de este principio dentro del Derecho Privado. Este
cambio no existía con anterioridad en ninguno de los proyectos anteriores y
permite dar un sentido general al ejercicio de los derechos en función de su
sociabilidad”.
Sucede que en el CC se entendía que el principio de la buena fe estaba, como tal,
inserto en el art. 1198 según la ley 17.711, que decía en su primera parte: “Los
contratos deben celebrarse, interpretarse y ejecutarse de buena fe y de acuerdo
con lo que verosímilmente las partes entendieron o pudieron entender, obrando
con cuidado y previsión”.
Es claro que ello estaba focalizado en los contratos, ámbito en el cual se
desarrolló y afianzó el principio en análisis; pero en el CCyC observa el lugar de
privilegio que debe tener. Como se destaca en los Fundamentos del Anteproyecto:
“Las cláusulas generales relativas a la buena fe, el abuso, el fraude, y otras,
tuvieron un proceso histórico de generalización creciente. Primero fueron
utilizados en obligaciones, contratos y derechos reales específicos, luego se
extendió su aplicación a las obligaciones, los contratos, los derechos reales, de

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familia y de sucesiones en general, y finalmente fueron adoptados como principios
generales en todo el derecho privado”.
En esta misma pieza central para interpretar el CCyC que son los “Fundamentos”
que acompanaron al entonces Anteproyecto de reforma del Código Civil y de
unificación con el Código Comercial, se destaca lo que ya se ha adelantado: la
buena fe, entendida “como una cláusula general fue introducida en el Código Civil
mediante la reforma de la ley 17.711 y sus resultados han sido satisfactorios y
ampliamente elogiados por la doctrina”.
En el interés de la Comisión redactora por destacar las similitudes y diferencias
con
el Proyecto de 1998, se recuerda que en el art. 395 este disponía: “Buena fe. Los
actos jurídicos deben ser celebrados y ejecutados con buena fe y lealtad. La parte
que obra de mala fe debe resarcir el daño causado”. Al respecto, se señala que
esta normativa “hace referencia al acto jurídico, si bien está inserta en el Título
‘Del ejercicio de los derechos’.
Metodológicamente parecería que su ubicación es impropia, pues así redactada
debería ir en el Título de los actos jurídicos y no del ejercicio de los derechos.
Además, tratándose de una cláusula general que abarca el ejercicio de cualquier
derecho o situación jurídica, sea ella derivada o no de un acto jurídico, parece más
apropiado otorgarle un enunciado normativo más amplio, comprensivo de
cualquier ejercicio de un derecho”. De allí que la buena fe esté dentro de los
primeros artículos del CCyC. Luego se agrega: “se propone que la buena fe sea
regulada como un principio general aplicable al ejercicio de los derechos, lo que
luego se complementa con reglas específicas aplicables a distintos ámbitos”.
Nuevamente apelando al Proyecto de 1998, se destaca que allí se incluye la
“lealtad”, concepto que, en opinión de los redactores “puede dar lugar a una
interpretación restrictiva”, entendiéndose a la par, que la buena fe incluye “tanto la
buena fe, en el sentido de la exigencia de un comportamiento leal (objetiva), como
la denominada buena fe ‘creencia’ (subjetiva), que incluye la apariencia y, por lo
tanto, se prescinde de aquella expresión”.

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En suma, siendo este el primer artículo con el que se inaugura el Capítulo 3 del
Título Preliminar dedicado al “Ejercicio de los derechos”, es dable senalar que este
está dirigido en especial a los ciudadanos, siendo ellos quienes deben actuar de
buena fe (art. en análisis); no abusar del derecho (art. 10); no abusar de su
posición dominante (art. 11); observar la ley (art. 12), siendo imposible renunciar a
ella (art. 13), reconociéndoles tanto derechos individuales como de incidencia
colectiva (art. 14). Desde el punto de vista sistémico, se puede aseverar que estos
principios en el ejercicio de derechos subjetivos son, a la par, fuentes del derecho
y pautas de interpretación hábiles para determinar la razonabilidad de una
decisión judicial y la coherencia con todo el ordenamiento jurídico —tanto hacia
adentro como hacia afuera del CCyC, es decir intra y extra sistema—, el que
involucra los tratados de derechos humanos en los que el país es parte —en
consonancia con lo dispuesto
en los arts. 1° y 2°—. De este modo, y de manera rápida, se advierte la interacción
interrelación que muestra el Título Preliminar2

ARTICULO 729.- Buena fe. Deudor y acreedor deben obrar con cuidado,
previsión y según las exigencias de la buena fe3

El CCyC incluye en las normas generales de las obligaciones el principio de la


buena fe y previene que ambos sujetos de la obligación, el deudor y el acreedor,
deben obrar con cuidado y previsión, y según las exigencias de la buena fe. En el
art. 1198 CC, reformado en el año 1968 por ley 17.711, se incorpora el principio
general de la buena fe.
Se ubica esa norma dentro del Libro II, Sección III, Capítulo VI, que regula los
efectos de los contratos.
En los Fundamentos del Anteproyecto se propone que la buena fe sea regulada
como un principio general aplicable al ejercicio de los derechos, lo que luego se

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Obtenido de www.infojus.gov.ar: Código Civil y Comercial de la Nación Comentado: Dirección Herrera –
Picasso – Caramelo
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CCCN, ley 26994/14

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complementa con reglas específicas aplicables a distintos ámbitos (ver punto 6.2.,
Buena fe, dentro del punto “6”, Ejercicio de los derechos).
Se incorpora la buena fe dentro de las disposiciones generales de las
obligaciones; se reitera de esa manera el principio general establecido en el art. 9º
CCyC en relación al modo en que deben ser ejercidos los derechos; y en materia
de contratos, también se la incluye entre las disposiciones generales, en el art.
961 CCyC, cuando se establece que los contratos deben celebrarse, interpretarse
y ejecutarse de buena fe.

La buena fe como principio rector en los contratos discrecionales/paritarios


y de consumo (art. 961, 1011 CCyC) . La buena fe como deber, en caso de las
tratativas contractuales (arts. 991 CCyC).

ARTICULO 961.- Buena fe4. Los contratos deben celebrarse, interpretarse y


ejecutarse de buena fe. Obligan no sólo a lo que está formalmente expresado,
sino a todas las consecuencias que puedan considerarse comprendidas en ellos,
con los alcances en que razonablemente se habría obligado un contratante
cuidadoso y previsor.
ARTICULO 991.- Deber de buena fe. Durante las tratativas preliminares, y
aunque no se haya formulado una oferta, las partes deben obrar de buena fe para
no frustrarlas injustificadamente. El incumplimiento de este deber genera la
responsabilidad de resarcir el daño que sufra el afectado por haber confiado, sin
su culpa, en la celebración del contrato.5
ARTICULO 1011.- Contratos de larga duración. En los contratos de larga
duración el tiempo es esencial para el cumplimiento del objeto, de modo que se
produzcan los efectos queridos por las partes o se satisfaga la necesidad que las
indujo a contratar.

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CCCN ley 26994/14
5
CCCN ley 26994/14

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Las partes deben ejercitar sus derechos conforme con un deber de colaboración,
respetando la reciprocidad de las obligaciones del contrato, considerada en
relación a la duración total.6
La parte que decide la rescisión debe dar a la otra la oportunidad razonable de
renegociar de buena fe, sin incurrir en ejercicio abusivo de los derechos.

Comentario:
La buena fe es una exigencia que domina todo el ordenamiento jurídico, no solo
en lo referente a la construcción de la relación, sino también en la ejecución e
interpretación de cualquier aspecto de la convención, exigiéndose una conducta
clara, diligencia y sincera de las partes, tanto en el proceso formativo de los
contratos como durante toda su vigencia y hasta su posterior extinción para que
funcione adecuadamente el mismo7.

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CCN ley 26994/14
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Ricardo Luis Lorenzetti Código Civil y Comercial de la Nación. Comentado. Tomo V, Rubinzal Culzoni Abril
2015.

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