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[# tradicional antitesis entre la Velad Media y ef Renaciméento se atenda a medida que ancbur se conocen mejors te prturere aaparcet menos sonibrta y estidtica», ob segenda menos lrildatte y ites. La Antigtiedad pagana, lejos de re-uacer en fa Malia det nua sobrevivide en da cultura y ed arte mediwales, y art acta tha. Jean Seznec Los Dioses de la Antigtiedad en la Edad Media y ef Renacimiento taurus PROLOGO A LA SEGUNDA EDICION Este libro de juvented es va un libro viejo, Cancebido en Rama en 1929, publicado en Londres duranie la guerra de 1940, aparece en Francia —gracias a Yves Bonnefoy~ cua renta aitos después. Durante el intervalo, una éraduccién inglesa ha merectdo en Estados Unidos varias ediciones, encre 1953 y 1972; en [977 aparecié una traduccién japonesa Ninguno de dos maestros que dirigieron mi empresa, niagune de los amigos que la esti mutaron, sobrevive hoy: mi agradecimiento perdura. He vuelto a encontrar al menos en ef Insifiuto Warburg, y en particular en su Secretaria, Ja Sta. Anne-Marie Mever, a generosa asistencia que ya antavio se me habia prestada en esa casa. La revisidn de la obra presentaha dificultades. Durante estos largos arios gla a mis deseos— se han multiplicada los trabajos en el terreno que vo habla insentado desbrozar, Hubiera sido impositle incorporar a la presente edicién fa sustancial de esos extudias recientes; he tenide que limitarme a resumir, en el texto, los elementos nuevas que han aportado, y a sefialar en tas notas, cuando es et caso, ta luz que kan proyectado sobre problemas particulares, La tarea esencial era fa actualizacion de la bibliografia. Su disposicién conserva el plan original: sus divistones se eorresponden con [os capitulos del tro. Las novedades han haltado sin dificultad su lugar en esas vigias marcos. Sin embargo, dado su mimero, ha parecido més simple colocarlas por arden alfabético, renunciands al inicial intento de empezar por las obras xenerales para comtinuar con dos estudios més especializados Finalmente, la ilustractin se ha mantenide idénticn, eon raras excepeiones. con arre INTRODUCCION El titulo de este trabajo* requiere algunas actaraciones, La tradicional antitesis entre la Edad Media y el Renucirniento se atenia a medida que ambos se gonocen mejor: la primera aparcee «menos sombria y estitican, el segundo amenos brillante y subitan!, Se cae en [a cuenta sobre todo de que la Antigiiedad pagana, lejos de «re-nacer» en ta Italia del sigio xv. habia sobrevivido en la cultura y el arte medievales: los dioses mismos no resuei¢an, puesto que nunca desaparecieron de la memoria ¥ la imaginacion de los hombres. Estos Ultimos aiios, numerosos trabajos han estudiado tas razones y lox mudos de esta superyivencia’ Intentamos aqui reemprender esa indagacin desarrollindola con arreglo a un plan huevo, ¢ impulsindola mucho mas lejos, es decir, no ya hasta el alba del Renacimiento, sino hasta su_ocaso, No hemos clegida como centro de nuestro estudio esos focos de humanismo medieval en donde la lectura de los lxtos antiguos y la contemplacién de los vestigios del arte Pagano mantenian en el espiritu de los clérigos y en la imaginacién de los artistas et recuerdo de los antiguos dioses: acerca de la cuestidn asi planteada, y limitada a Francia Su ad La Sucvinanse de> leu amo ist Kloral al w superoisencia de Jos Di iguono se me-antoja eftam y ambigus a Fa vex Erie teato orighnal Fans Faw Wings grag. a Haliane © rnplse Rguram sin tradeeetn. En la presemte Versi easlellana, sigaiende el cre se La Baila) Tauruy.h iejauo esas referencias {e inclu tas citus en ‘rages antigua) en su lengua ovigival. hacigndlolan seyuir de st teaduccion sstellans entre garéntesi: excepto em lus enson ea que se tryin de una mera repecior, glosa 0 ey ‘por el aus! caus datos en que ly ausensia de traduesiin ao difenlia en ebsolits ln sumpransion del exo. Tamipace han adsl nara no recargay en ee sins cals Latinas « Makanas de las noes al eepestalnta ile ad en 1a. ampliaciin ce perypectivas gue Lales leas aporian ve fe cupone winner de was Sista rsiuitan en eiecte mado superfhuas, (ele 1.) LI nwo ‘original | Haskns, The Renalssonee of the [21h eentuirs, Cambrrcge, 1927. proiozs, p. VL *Recorduremes inicamente: aqui os principales: Eves Bezeit: Das dortleben der anther Géttir in miitelorierlichon Huaaanisms. MH Liwwesenica: Fulgensius Meaaforatis. em Dettrag ue Ges Uibhotenek Warburg, BV, Leypry, 1936, A Prev Satemens: Aus dtm Nachleben anuker Gisergestatien, Bras Ete det Alter, XIX, Leipzig. 1931 Vol ariculo capital de: E. PaNOrsky y Saxt; Clasical Mythology la Mediaewal Art, Metrap. Mu. Seuilies: IV, Mussa Ys wr eapeiay L922 ew Myson ie Alize lehte tor a 1939, pp 228-280. tl la tesis de M. Jean Adhémar ha aportado recientemente interesantisimas precisione: Afrontamas ¢| problema desde un angulo diferente: intentamos demostrar que los dio ses sobrevivieron, durante [a Edad Media, en sistemas de ideas ya constituides al finat det mundo pagano, Se trata de diversas interpretaciones propuestas por los propios antigues para explicar el origen y ta naturalezs de sus divinidades. Como observa Fontenelle en la Histoire des Oracles. «ng es tan facil decir como los pueblos paganos miraban su religion», De hecho, desde el momento en que empiezan a razonar sobre ella, revelan wna gran confusion, Pues «el mito solo adquiere toda su sigmifi- cacidn en las épacas en que el hombre cree vivir atin en un mundo divino, sin nocion clara~ mente distinta de las-leyes de la naturaleza: ahara bien. mucho tiempo antes del final del paganismo, esta ingenuidad inicial habia desaparecidor", El esfuerzo de los mitégrafos modernos 2 partir det siglo xix se dirige precisamente a recuperar, a través de ta filologia y la antropologia, esa mentalidad primitiva, y a reproducir en si mismos las instituciones de las primeras épocas. Pero los hombres de la antigiiedad, «sin saber remontarse @ los origenes le cultura, desconocedares de cémo se formaron sus leyendas, de lo que en su arigen signifi caban»’, habian construido, para hacerlas inteli Wictorios que se confrontan, por ejemplo, en De natura deorum de Ciceran—, Cabe reducirlos esencial micnte a tres © biew Jos mites son la relacién, mas o menos desfigurada, de hechos historicos cuyos aetores fueron simples. hombres elevados ul rango de inmortale: ‘6 bien, expresan la combinacién o lucha de las fuerzas clementales de que sé halla Constituid el universe: y los diases son entonces simbolos cosmico: ‘0 bien, no son mas que ¢l revestimiento fabulose de ideas morales y filosificas —y los dioses, en este caso, son alegorias, Pues bien, a lo lareo de la Edd Media, los dioses van'a Sobrevivir al amparo de estas imerpretaciones, propuestas por los propios antizuos y que integrin alternativamente la mitologia en fa croni¢a del mundo, en [a fisiea, y en [a moral. Ellas les permitiran eseapar al olvido, y resistir a los ataques de sus adversarios. Pero hemos dicho que sepuiremos a los dioses bastante mas alla de Ia Media, hasta el final del siglo xv1. De exe modo haremos que aparezca fo que el arte y el pensa- miento del Renacimiento deben, en este terreno, u la tradicién, cuya extrafia persistencia & insaspechadas prolongaciones sacaremos a la luz, Este aspecto tradicional de 14 mitologia cle los siglos XV y XVI es en efecto el aienos lla- mativo, y el menos conocido. Si intentamos evocar, por ejemplo, los temas profanos trata dos con mas frecuencia en Italia durante esta ¢poca®. lo que nuestra memoria nos presenta en primer lugar son eseenas de seduecion o de tapto, de amor o de embriaguer! y cierta mente, desde et final del mundo antigua, ne se habia visto nada parecide, Este imperio de Afrodita y de Baco. poblady por ninfas y satiros, cuyas princesas son Ia Antiope del Corregio y la Ariadna de Tiziano, es verdaderamente un mundo nuevo, recuperado a tra- ves de los sigios: y la predileeeién de los artistas y letrados por estos temas voluptuasos nos de sa Vinglucecias ari tRusan. Estacion ue Alstarta relilasa. Lay Hela Shorsstte. A flat dei pagansnm, Wp ATR “hh repertoris de estos somas ha sale estahlecien pov S. Rewwxcu, Ensayo sore le ohio lasnad v la atsairiy pie sae la patra aliens dat Renan ieetn, sid, 1819, pp. 173-178. Consular amber LH santos om ts Pacer, Vid BV Topp. 296 y 26: IDS, pp. TL y ss. 181 pp. ARs ww v 2A: w peimera parte deste reper h fone aba Mui. fos. Cickos tegendarios ¥ ia Trignfos de fos Dasese, con an tnd-ce ett af rte ee Ne tiled Md free est, The: Wacburg Insite, Lenses 1934 Intiguodbad, py. 28 2 ior Devos Len 1D testimonia la revoluci osa cantar fl que Se ha realizado en las almas: han vuelta los tiempos en que se 4... ef amor veneedor 5! la. vida oportunas ¥ elorificar el Deseo, duefia de los hombres y de los dios Pero al Jado, o por encima de este mundo mitico en el que se afirma la revancha de la naturalezs y dela carne, hay oteo, menos familiar, st no menos seductor. En él reinan los grandes dioses planetarios, las héroes, las alegorias. Se topa con ellos sobre todo en el arte monumental, en las bovedas de los palacios, en las cupulas de las capillay; y se suele con fundir su papel, que-se cree de pura decoracion, En realidad, para comprender su significa clin y su caracter, es preciso vincularlos a sus ascendientes inmediatos: los dioses de ta Edad Media, los que sobrevivieron porque encarnaban ideas, La filiacion, en algunos casos, es evidente: asi, es facil encontrar, enese combate de Diana y de Palas contra Venus y Su cortejo, mediante el cual Mantegna representa «la Sabidurin victoriosa sobre los vicios», una de esas psicomaquias caray a la época precedente. Pero, asimismo, composi- clones mitologicas como fa de Francesco Cossa en el Palacio Schifanoja de Ferrara, o la de Baltassare Peruzzi, en ta boveda de la Farnesina, sole se aclaran si se reconoce en ellas la culminacién de | tradician ustrolagicy medieval: y «el Parnaso» de Rafael, en ia Camara de la Signatura, es un elemento de un edificio espiritual cuye atmazon es aun completamente escalastico. ‘A decic verdad, es dificil trazar fronteras entre estos dos grandes cielos profanos, de los que sdlo ef segundo nos interesa agui. pues el paso del uno al otro es insensible. Incluso los Juegos y las danzas, los idilios y los triunfos baquicos, cuyo Unico objeto no parece ser otto que cl de delcitar los sentidos y arrobar la imaginacién, contienen con frecuencia intencio nes, sobre entendidos, en definitiva alimento para el espiritu. Sélo nuestra indiferencia por el tema’, o nuestra ignerancia, nos impide buscarlo 6 descubrirlo, Un aniilisis paciemte nos reyelaria, a veces, el secret de la obra: y al mismo tiempo, en esta «resurreceiony de un motivo antiguo, volveriamas a encontrar la transposition de un tema medieval. Tambien Ia diferencia de estilos nos impide percibir esta continuidad de la tradicion, porque el arte italiana de los siglos xv y xvi reviste viejos simbolos de ung belleza joven, Pero la deuda de] Renavimiento para con la Edad Media esta inscrita en los textos. Intenta Temos mostrar como, a través de qué vieisitudes, se ha tansmitida, de siglo en siglo, | herencia mitografica de la Antiaiiedad: y como, en el ocuso del Cinquecento, los grandes Iralados italianos sobre los Dioses, de los que van a alimentarse el humanismo y el arte de Europa entera, son ain tributaries de las compilaciones de la Edad Media y estin comple- tamente impregnades de su espirity. Asi coneebido, el tema, ya muy vaste y complejo en si mismo. nos obligaba a abrazar un inmenso periodo de tempo. Hemos afrontado la tarea, y sus inevitables riesgos Con frecuencia ha sido preciso que nos fimitaramos 4 esbozos sumarios; en ese case, nos hemos esforzado por destacar las lineus generules sin alterar las. proporcione: Nos hemos limitado a veees, por afan de precision, al estudio de ciertas nerter de parti cular importancia, como las representaciones de los planetas, cuya historia nos ha servido Ue ciemplo para ilustrar ciestas fendmenos de supervivencia y de evalucion, Las imagenes. a las que corresponde en este libro un lugar tan considerable, tienen por Ver pm eleinplo in eeflexioy muy extusceriscien de "Tammi, age pier Feta, E86, t Up 43K, ante una ptr Ue Veroogs: «Fs uaw alegeria, nema wl tema operas presenpa 13 fo demas como funcion esencial resumir tendencias:o corrientes de pensamiento; no han sido escogidas, ni analizadas, al menos en su mayor parte, desde el punto de vista formal y estilistico, sino como documentos y testimonios, En muchos casos, su sucesion oftece. por si misma, un hilo conductor; ademas suplen o completan los textos: permiten constatar 0 restablecer 1a continuidad de una tradicion, y seguir, por asi decirlo, las huellas de todas sus prolongaciones. La iconografia, en una palabra, nos sirve constantemente de auxiliar para Ta historia de las ideas, Finalmente, hemos subardinado siempre la ambicidn de exhaustividad al anhelo de cla ridad, Desbrozar una region ain mal conocida debido a que, al hallarse en la encracijada de varias diseiplinas, no compete especificamente @ ninguna; plantar jalones en ella, abrir perspectivas que puedan orientar a otros investigadores: tal es a principal finalidad hacia la que hemos orientado nuestro esfuerzo. ‘Séanos permitido testimoniar nuestra gratitud hacia todos aquellos cuyo saber y afabi lidad nos han ayudado y estimulado en este trabajo, y en particular a Emile Male, que fue, en li Escuela francesa de Roma. su principal inspirador; a nuestros maestros de la Sor- bona. Gustave Cohen y al tan llorado René Schneider, cuyas leccinnes.y consejos nas han guiado constantemente: finalmente. a Henri Focillon, profesor en el Colegio de Francia, que tuvo a bien interesarse por este ensayo, én el que intentamos reexponer un episodio de esa vida de las ideas y de las formas tantos de cuyos aspectos él ha ilustrado magistral mente Rogamos también al Dr. Sax), director del Instituto Warburg de Londres, halle aqui la expresion de nuestro vivo reconocimiento. No sélo ha asegurado la publicacion de esta obra, ha suministrado también sus elementos, Ne contento con habernos abierto el doble tesoro de textos © imagenes que retine la Biblioteca del Instituto, ha puesto a nuestra dispo- sicion, en un terreno que conoce mejor que nadie, los inmensos recursos de su erudicion. A él, y.a sus colaboradores, las Srtas. Bing y Jaffé, los Sres. Wind, Wittkower y Meier, les son imputables en gran medida las paginas menos imperfectas de este trabajo, LIBRO I PRIMERA PARTE LAS IDEAS CAPITULO I LA TRADICION HISTORICA Cuando a comienzos de siglo 1 antes de J.C. aparecié la novela de Evémero que tan duradera influencia habia de cjercer, encontro en el mundo greco-romano un clima excep- cionalmente favorable'. Las especulaciones de los filésofos y las circuitstancias histéricas habian preparado los sspiritus para comprender cémo los dioses habian podido, antafio, reclutarse entre los hombres, Los fildsofos, empezando por Aristételes, reconocian en el alma humana un elemento divino, cuya naturaleza precisaban asi los Estoicos: «Dens est mortali juvare mortalem et haee ad aeternam gloriam vian: «Dios 6s que el hombre ayude al homibre, y tal es la via hacia Ja gloria eterna»*. Noble frmula que Cicerén desarrolla asi en las. Tusculanas: «Aquellos que se sienten nacidos para ayudar, defender y salvar ala humanidad llevan en su alma un elemento sobrenatural y son promovidos a la inmortalidad. Hércules ha pasado a figurar entre los dioses: nunca habria ocurrido tal cosa si no lo hubiera merecido durante el tiempo que vivié entre los hombres...» (Tusc.,1, 32; ef. ibid., 25-26, y De nat, deor., 1, 24), Por otra parte, la carrera sobrehumana de Alejandro y sobre todo su expedicion a la India, que le ador como en otros tiempos, segiin el mito, habia adorado a Dionysos, arro- Jaban una repentina luz sobre el origen de los dioses; para las generaciones que asistieron después a la deificacion oficial de los Seleticidas y los Ptolomeos, todo se volvié claro: los dioses tradicionales eran simplemente soberanos a los que la gratitud —o la adulacion—de Sus siibditos habia elevado a los cielos, La obra de Evémero llegaba en su momento, Tuvo un éxito inmediato, Fue uno de los primetos libros traducidos al tatin: Ennio, como se sabe, lo vulgarizo en Roma, donde en seguida se convirtid a Pico, Jano, Saturno, en principes que habian reinado en el Lacio... La-tesis evemerista tranquilizé durante un tiempo’ a los espiritus cultivados, incomodos siempre ante la mitologia; incapaces de aceptarla tal cual, les repugnaba también rechazar como un montén de mentiras esas venerables historias que tenian a Homero como ga- *V. P. DreuarNn, Lat Critica de Fak tradiciones religiasas on Grecla, Pais, 1908, pp. 972.373 y todo el cap, XM: El Eve imerimo y ta interpretacion histories *Puasio, £1, N4 Ul, 7, 18, que muy probablemente traduce # Pasidonio. 9 rantia, Algunos sin embargo condenaron el evemerismo como absurd e impio’. Sobre todo, decepcionaba por su prosaismo a las almas, siempre mas numerosas, prendadas de lo sobrenatural y avidas de emociones religiosas*. Pero el evemerismo va a conocer, al comienzo de la era cristiana, una extraordin revalorizacién. Los apologistas, los Padres mis tarde, se amparan gozosos de esa arma que les ofrecen los propios paganos, y la vuelven en contra del politeismo. ‘Clemente de Alejandria, que cita a Evémero en su Cohortatio ad gemtes (P. G. VII, col, 152}, espeta displicente a los paganos: «Aquellos ante quienes os prosternais no eran antaiio mis que hombres»*. Lactancio, a quien debemos la conservacion de algunos frag- mentos de Evémero y de Ia traduccién de Ennio, expone a su vez victoriosamente que todos los dioses son simples hombres, elevados de Ja tierra al cielo por fa idolatria de sus contemporaneos (Div. Inst. P. L. VI, col. 190 ss.). De inspiracion evemerista son también, cl De idolorum vanitate de san Cipriano, el De Idelatria de Tertuliano, ¢l Octavius de Minucio Félix, el Adversus nationes de Acnobio, las Instructtones adversus gentium deos de Commodiano, el De erraribus profanarurt religionum de Firmicus Maternus. San Agustin, a su vez, suscribira en su De consensu Evangelistarum (P. L. XXXIV, col. 1.056) y en su Ciudad de Dios (VII, 18, y VIII, 26) una teoria tan funesta para el adversario. De este modo él evemerismo es para los polemistas cristianos un arma predilecta y de la que se sirven venga o no al caso’. De hecho, como ha mostrado M. Cumont’, no. siempre en buena lid, casi siempre se batallaba contra una idolatria hacia tiempo difusa, y contra dioses reducidos-a una existencia puramente literaria. Pero lo importante para noso- tros es que los apologistas cristianos hayan dejado en herencia a la Edad Media una tradi- cién evemerista reforzada ademas por los comentaristas de Virgilio, y especialmente por Servio, todos cuyos errores aceptara la Edad Media como articulos de fe". Abora bien, esta tradicién se manticne viva a través de toda Ja Edad Media, pero adquiere en ella un cardcter muy diferente. El origen humano de los dioses deja de ser un arma contra ellos, una razon para despreciarlos: les protege, incluso les atorga derechos a In supervivencia; acaba por constituir para ellos un titulo de nobleza. En primer lugar, el evemerismo pierde con bastante rapidez su veneno apologético para convertirse en un auxiliar de la investigacion historica: esos hombres convertidos en dioses, gen qué momento han vivido? ;Es posible asignarles un lugar preciso en los anales de la humanidad? ‘Tal es ya Ia tendencia de Eusebio: en su Croniea expliea que el dios babilonio Baal habia sido en realidad ef primer rey de los Asirios; reinaba em la épaca de la guerra entre Jos Gigantes y los Titanes (P. G, XIX, col. 132-133). La coneordancia es aiin muy vaga; y por otra parte, la preocupacion primera de Eusebio sigue siendo mostrar que la religion del TCIEHNON, Dead, door, 1.42. Peso en un passje de las Ture, 1 12-88, Cicerda parece admiticimpliitamente aie todos los dioses son hombres elevados de la terra al ciclo: Totum prope celam... sonne genere humana completam est? CF PLuraneo, Be fais y Osiris, XII “Ions shea, Lat Religie romana, desde Aupusio a los Antoninos tI. VIL, 2. Sobre el éxito del evemerieno en i Antigde a, v. G. Muawar, Five seager of Greek Religion, cd. 1935, pp. 152.100; A. B. DNACnMaNs, dibetzm in pagan Aniig 1923, 7 con fines cintradiclorion: en law sudades, Ln pred iin crlstiana ehocabs con una explicasion casi siempre sinwbilicn @ slegOrien de lus eto que era preciso arruinar por medios sumarios y brut el campo, el crstinnismo tenis ‘come principal obsticula las supervivensias tenaces de los gultos antropomorfos- en este eus0, se tataba de humaarizar aim sms les divinidades de las fuentes, de lor anboles, de las montaiien, pra mimar su prestigic, V. Aumuannéey, El Evemerismo 5 lor comietizos de ta Historla de lat Religiones on Jo Eslad Melia, Rev. de Hist. de fas Relig, CIX, enero-Tebrero 1943, po. 127; emp. p13 "Las Religlones orlentales en ef paganismie rawumno, 3* ed.. pp. 115-318. AY AumUANDEAY, op. cits p18 20 pueblo elegido era anterior a la mitologia pagana: es él sin embargo el que lega a la Edad Media, por medio de San Jeronimo, el paradigma de esos groseros sincronismos que, desde el nacimiento de Abraham hasta la era cristiana, concentran en algunos periodos esencia. les todos los acontecimientos y todos los personajes de ta historia humana~incluidos los dioses, Asi lo hace, después de él, Paulo Orosio: por mas que escriba «adversus paganos» y bajo la inspiracién de Agustin, su libro es sobre todo una tentativa de desbrozar el pasado, ingluso el fabuloso y legendario; pues bien, permanecera durante toda la Edad Media —e incluso hasta el Renacimiento (hay veinte ediciones en el siglo xv1)— como un manual de gran auteridad. Pero es durante el siglo vi, en las Eximoiogias de Isidoro de Sevilla, cuando Ia aplica cion del evemerismo a la historia alcanza su mas interesante manifestacion, en el capitulo De Diis Gentium (Lib. VII, cap. II P. L. LXXXIL, col. 314). «Quos pagani deos asserunt, homines olim fuisse produnturs («Aquellos que los paga- nos declaran dioses, se considera que fueron hombres antafio»); no solo Isidore admite este principio, siguiendo a Lactancio; sino que intenta demostrarlo: aspira a asituars esos dioses «secundum ordinem temporum» en la historia del mundo dividida en seis edades: de la Creacién al Diluvio; del Diluvio a Abraham; de Abraham a David; de David a la Cauti- vidad de Babilonia; de Ia Cautividad de Babilonia al Nacimiento de Cristo; y a partir de este nacimiento. Este plan puede parecer tosco; pero la erudicién de Isidoro le permitia enriquecerlo con las mas maravillosas precisiones sobre las edades primitivas de Egipto, de Asiria, de Grecia y de Roma: remontando a través de Lactancio hasta Varrén, incluso hasta Ennio, reencontraba grupos, dinastias mitologicas: Belo, ese rey de Asiria del que nos hablaba Eusebio, eta el padre de Nino, etc, Sobre todo, reencontraba en esas edades primitivas los héroes civilizadores —destructores de monstruos, fundadores de ciudades, inventores de las artes— desde Prometeo. Era restituir a los personajes de la Fabula su dig- lad y su independencia: si han sido los benefactores de la humanidad, su memoria se conserva con todo derecho; y por otra parte no hay motivo para subordinarlos a los perso. najes de la Historia Sagrada, a los patriarcas, a los jueces, a los profetas: se les puede situar al mismo nivel, cuando no en el mismo linaje. Al mismo tiempo que se ganan un lugar en Ja historia, los dioses recuperan un prestigio nuevo. Asi se percibe claramente, por ejemplo, en Adén de Viena, cuya Crénica de las seis Edades del Mundo es wibutaria de las Etimologias. Tras haber hablado de Moisés y del Exado, menciona los hechos sincronicos de la historia pagana: «Se dice que en aquellos tiempos vivid Prometeo, al que se atribuye el haber moldeado a los hombres con el barra; en esa misma época, su hermano Atlas era considerado un gran astrdlogo; el nicto de Atlas, Mercurio, fue un sabio habil en varias artes: por esta razon, después desu muerte, Ja aberracion de sus contemporiineos.le situd entre los dioses...» (P. L. CX XII, col. 35). Si se prescinde del término «aberracion», el pasaje ha perdido todo acento de desdén 0 de hostilidad: asistimos por el contrario a la preocupacicn por fijar fechas, establecer filia- ciones, una genealogia. a fin de hacer sitio a los heroes de la Fabula en los anales de la Humanidad: ,no supone esto reconocer los méritos que les walieron, en otros tiempos, un lugar en los cielos? Paralela ala Historia Sagrada, esta historia profana no esta ya subordi: nada-a ella: no hay ninguna interpenetracién entre ambas, ninguna confiseacion de la segunda por la primera. Mercurio tiene su grandeza como Moisés tiene Ia suya. Nos halta- mos muy lejos de Eusebio, que hacia derivar del tipo de Moisés todas las divinidades paga- has, ¥ para quien la sabiduria profana no era mas que un reflejo de la de Israel. 21 ‘Adén de Viena es s6lo uno de los innumerables continuadores de Isidoro; de hecho, después del gran enciclopedista, apenas habrA cronista, autor de historia universal, que omita Ia insercién de los dioses humanizados en la enumeracién de los reyes y héroes anti ‘guos. Aqui no daremos su lista interminable, y ya varias veces expuesta’. Mencionaremos inicamemte al mis importante de ellos, Petrus Comestor (Pedro el Tragon). Este Pedro el Tragén, dean de Ia Iglesia de Troyes, mas tarde canciller de la Iglesia de Paris, escribia alrededor de 1160 una Historia del pueblo de Dios, titulada Historia Scho: Jastiea, cuya traduccién (realizada en 1297 por Guyart des Moulins con el titulo de Bible ‘Histortale) penetrd en toda Europa; pues bien, en esta obra cuyo éxito y autoridad fueron prodigiogos'®, hallamos fijada, y por asi decirlo codificada, esta orientacion del eveme- rismo que hemos visto dibujarse a partir de Isidoro, Como apéndice a su Historia Sagrada, Pedro el Tragén condensa en una serie de capitulos cortos, 0 Incidentiae, el material mitolégico que le suministraban Isidoro y sus. predecesores, Orosio y san Jerdnimo: cl paralelismo de las dos historias, sagrada y pro fana, es presentado.con un extraiio rigor. Los personajes de la Fabula y los de la Biblia, aunque pertenecientes a dos linajes diferentes, estén en estricto pie de igualdad. Tanto en los unos como en los otras, Pedro el Tragan reconoce hombres superiores, genios deposita- rios de una sabiduria misteriosa y profunda. Zoroastro invento las artes magicas y escribi las Siete Artes sobre cuatro columnas (Gen, XXXIX); Isis enseiio a los Egipcios las letras del alfabeto y la escritura (LXX), Minerva varias artes y sobre todo el tejido (LXXVD); Prometeo, sabio insigne, pasa por creador de los hombres, sea porque instruyd a ignoran- tes, sea quizi también porque construyd autématas. Todos estos poderosos espiritus son venerables, a idéntico titulo que los patriarcas: han sido los guias de la humanidad, y sus maestros; son los comunes. antepasados de la civilizacién. Esta tendencia de la Edad Media a poner en paralelo la sabiduria pagana y la sabiduria biblica ha sido reconocida desde hace mucho tiempo; aparecid a plena luz del dia cuando Se estudiaron las Sibylas y los Profetas, asociados en las portadas de las catedrales", y la leyenda de Virgilio, convertido para la imaginacién medieval en una especie de brujo o de mago"?; también las Sibylas y el autor de ta IV Egloga habian tenido la intuicin de la ver- dad cristiana, y Ia habian anunciado, Aplicada a las divinidades del paganismo, se ven los sorprendentes resultados de esta tendencia; no solo «justifica» a los falsos dioses al recono- cerles méritos reales, sino que llega incluso a restituirles, al menos en parte, un cardcter sobrenatural’’. ‘Trasladémonos ahora a las diatribas de Arnobio y de Commodiano: descubrimos los efectos del evemerismo, arma de doble filo. Aquello que segiin el pensamiento de los apolo- istas eristianos debia derribar, lo ha confirmado, exaltado... «Si la deificacién, argumen taba en otra tiempo Tertuliano, es una recompensa del mérite, ,por qué no haber deificado a Socrates por su sabiduria, a Aristides por su justicia, a Demdstenes por su clocuencia?» El irénico Tertuliano no podia haber sugerido nada mejor: la Edad Media esta dispuesta a WW. ALPHANDERY, of cfs y JD, Coox: Evhemeriti,a medlaeral Interpretation of elasateal paganism, Speculum, 1927, 1, pp. 346-410. diciones aouales, de 1473 1 18 ddurscibn de su eto "VE. MALL, £1 Arte religioso det sig X11 en Francia, p. 3393 #1 Arie relégiowo af final de la Edad Modio, pp, 268 296 ity, Commansen, Vingiio ned Medioevo, reedicién, Florencia, 1937; J. WessTeR Srano, Virgil the Necromancer, 1934, ea, I: The Talismanic Arts. SQuizk Pedro ol Tragén tuviera entre las macs eh Feet finisteey oe Palfato (al que ita, Jusoes XXX), fo cual habe ‘cominibuido a reforzar ain mks a sus ojos la naturalers prodigiosa de la Gencis pagan. 5: también una edicida venecina en 1729. Huet la cita, Richard Simon reconoes la 22 reparar esa injusticia; llena de celo supersticioso, se apresta a vencrar sabios a los que ni la propia Antigiiedad habia elevado al rango de inmortales. Este poder magico que se atribuye a los dioses del paganismo, no se considera, como ya hemos dicho, que lo hayan robado al tesoro de la sabiduria cristiana. Pero, zlo han heredado quiz de los demonios, con los que con frecuencia han querido identificarles los Primeros apologistas?”* Se podria, dentro de la tradicién que nos ocupa, encontrar huellas, reminiscencias de esta idea; pero nada mas. Ese genio, esos dones sobrenaturales que explican el acceso de los grandes hombres al rango de los dioses no son presentados ni por Isidora, ni por sus epigonos, como de naturaleza demoniaea’*. Apalo y Mercurio adquirieron una fisonomia de magos: mas no por eso resultan sospechosos, Son magos buenos, brujos bienhechores, ‘La. humanidad les debe mucho. Los libros de vulgarizacién permiten concluir que ése era en la Edad Media el senti- miento habitual; en efecto, 1a Historia de Pedro el Tragén, que tlegd a ser un manual esco- lar, un verdadero «compendio de historia de las religiones» (Alphandéry), no sdlo formé a generaciones de clérigos en la ortodoxia evemerista; no sélo suministré a Vincent de Beau vais todo lo esencial de lo que eseribid sobre los Dioses en su Speculum Historiale; sino que inspird asimfsmo, directamente © no, las compilaciones en lengua vulgar que ponian la ciencia al aleance de los laicos"*. Ahora bien, estos libros van mas lejos ain en el mismo sentido. Proclaman Ja gratitud de la humanidad hacia esas genios que la Antigiiedad con- virtié en dioses. El Libro def Tesoro de Brunet Latini sitia a Mercurio hombro con hombro junto Moisés, Solon, Licurgo, Numa Pompilio y el rey grigo Foroneo, en la lista de los primeros legistadores, de los redactores de leyes humanas que salvaron a las nacio- nes de la ruina a la que estaban destinadas por su debilidad y su impureza originales". Nuestros compiladores de la Edad Media se sienten deudores de todos estos grandes hombres; se sienten también sus herederos. Pues el tesoro de Ia civilizacién se ha transmi tido a través de los siglos: y como ya no se hace distincion alguna entre los precursores, sagrados 0 profanos, que lo han constituido, es posible finalmente teivindicar sin reservas, ¢ incluso con orgullo, ia herencia de Ia Antigtiedad. En el siglo xu, las personas cultivadas tienem ya conciencia de los origenes greco-romanos de su cultura™ y en Chrétien de Troyes "V. pe), TeRTuRiano, De Speciacuis, P. 1, 1, eo 641 y 643: Venus, Baco, Castor, Palur, ete, son eduemaniay. Cf, Sam, Aaustin, Enarrarla in Psatm. XCV, P. L. XXXVI, col, 1231-1232: «Omines di ertiom daemonia» " Estudieremas ly tradicién deioniaca eo et eaptule sgtlente, « propsio de ln asteologi, 'V. P, Maven, Los Primeros Compendios franceses de htsovla antigua, Romania, XIV, 1885, pp: 38-81. CE nacho ‘mls tarde aun, « conhien20s del siglo XIV, inerprelasiones shislorieass en un poeria esencinlmente eifiewhle, el Ovidio mova Uizado: vv 899 y 98 Jupiter fut, sefon Festoire. Rois de Crete, et Fesoit acccoire Par l'art de son echanicment Qui ext Deus. Lie fo seas d aor, / ry de Creasy habia eso ster / mediate eave de us hechios/ que re Don ur yous dirai coment Ia fable Put estre a Fesioire acordabte. [Os dire, pues, como la Tabula / puede ponerse de acuerdo 20m fa hisioria.| PY, LaNouots, &F Conocimiento de la Naturaiesa y del mundo en la Edad Media, pp. 341-342, Cl, Paat, Investigaciones sobre les fuentes Fotinas de lor cuentos y aromanss covtesct, ed. 1913, pp. 308 v se La ides de Ja continua del mundo antigua en cl mundo actual no es por cansiguiente propia de las humanistas del Renacimiento. '¥. sobee este pumo in controversia entre Bremond y Hauser, en BaeMOND, EI Mumanisrno devoto, 1, 2 23 se afirma la idea de que Francia ha recogido el patrimonio del saber y de las virtudes anti guas: Grece ot de ehevalerie Le premier los et de clergie Puis vine chevalerie a Rome Et de la clergie la some Qui ore est en France venue...” [Grecia fue la primers en ensutrar / Ia catalesia y ta cleeetn, / Luego pasi a Roma / La sums de anibar, / ue a coal nnuacién hat llegado a Francia. Nuestras enciclopedias populares del siglo xin retoman esta idea con insistencia”™, Pues bien, en Ia lista de estos achevaliers» y de estos «eleres» cuya gloriosa tradicién se precian los Franceses de continuar, figuran valientes capitanes que se aman a veces Ale jandro o César, que se Haman bien Ptolomeo o Aristotcles, bien Mercurio o Prometeo. Como acabamos de ver, los Franceses del siglo xt se ereen con derechos particulares ala herencia antigua; de hecho, hacia mucho tiempo que los pucblos se disputaban esa herencia. En el sigi@v, el espaiiol Paulo Orosio muestra su orgullo de romano auténtico; més tarde, un Gregorio de Tours, un Isidoro de Sevilla, creeran, frente a los abirbaros», Pertenecer a naciones privilepiadas. Este orgullo de raza, que nunca esta ausente en las obras de los clérigos de la Edad Media, acarrea esta curiosa consecuencia: para justificar sus pretensiones, los clérigos van a buscar en el pasado fabuloso de la Antigiiedad testigos, antepasados, progenitores, Tal es cl origen de esas fabulas «etnogénicas», como las Hla- maba Gaston Paris, que dan por antepasado a toda una nacin un héroe o un semi-dios. Una de estas fabulas —particularmente vivaz— es famosa entre todas: In que hace des cender a fos Francos del Troyano Francus, al modo como los Romanos descendian del Troyano Eneas, Se trata de una invencidn de los elérigos de Ia epoca merovingia’®; pero hay que evitar el ver en ella una simple mania de eruditos. Esta genealogia se tomaba en serio; era como «una verdadera forma de conciencia étnica»”?, Los diarios apéerifos del sitio de Troya por el «cretense» Dictys y el afrigion Dares, populares desde ta decadencia griega, habian contribuido mucho a acreditarla: redactados con una aparente exactitud documental, laicizaban par asi decirlo lo maravilloso antiguo y lo pintaban con les colores de La historias «estas actas de los dioses y los héroes los mostraban bajo un aspecto tal que se volvian mas historicas que Carlomagno, Roldan u Oliver,..», Pero, aiin asi humanizados y avereados hasta el punto de convertirse en antepasados verosimiles, mantenian su presti gio mitolégico: quienes les reclamaban como parientes, en nombre de Ia historia, podian jactarse de un origen sobrenatural. El Troyano Eneas, «de Romani il gentil semen («semi lla gentil de los Romanos») (Dante, Inf, XXVI, 60) zno habia aeaso impreso a toda la raza de sus descendientes un sello casi divino?” Pignsese ahora en la extraordinaria fortuna de la leyenda de Troya en Ia Edad Media; esta fortuna no se debe exclusivamente al interés del relato novelesco: en el Roman de © Cilges, ed. W. Foctiter, v.32 y se * Por ejemplo, La Imagen de! Mundo, V. Lanoxous, op. elt. p. 73 “EL testimonio mas antiguo de esta leyenda se halla en la Crdaica de Fredlegario; & Liber #fistoriee Francoram incor: pra elementos nuevos, EAmianieey, eps ely pr 8 Roms tiene ademss. aparte de Romulo y de la leyenda iroyana, origenes puramente mitologicos. Er sw Dilfoomoncl, amo DeGL! Uaem events que Jano ibe e] primer rey de los Larinos: después vino Saturn y sus bios wld mora i ferras que civikizaron Ltaia. CE supra, p. 20 V. A. GRar, Roma. nein memoria ¢ nelle immaginazioai det modioevo, 1982, 24 Traie, de Benoit de Sainte-More, hay «una especie de substratum mitico» en el que el oyente medieval recupera mas o menos conscientemente «una parte de su genealogia mo- ral. Tal es uno de los efectos del evemerismo en la Edad Media: los personajes mitolégicos no aparecen ya aqui como los comunes benefactores de In humanidad; son los patronos de tal o tal pueblo, la raiz de la que proviene y de la que extrac su gloria. Entre la Edad Media y el Renacimiento, no se descubre ruptura alguna en este punt las mismas razones que han protegido a los dioses continiian asegurando su supervivien- cia. Se les sigue insertando en ta historia: no s6lo Las viejas erénicas, impresas y reeditadas con frecuencia, contingan imponiendo su autoridad; sino que también los cronistas del siglo XV se inspiran tn ellas décilmente y no dejan de consagrar a las divinidades paganas uno 0 varios capitulos. Asi por ejemplo cl autor del Rudémentum Noviciorum (1475), ¢l del Fasciculus Temporum (m. d.), y el de la Mer des Hystoires (1488); asimismo también Annio de Viterbo, cl pseudo-comentarista de Beroso™, y Jacobo de Bérgamo™. Este diltimo por ejemplo, estudia en su Suplemento de las Crénicas, el origen y la gene: racion de los dioses (p. 19), Jupiter es un rey al que se adoré bajo ese nombre a causa de la similitud de su caracter con el planeta Jupiter; otros reyes han llevado ese nombre, por ejemplo el rey de Candia, hijo de Saturno —el cual naturalmente, como Ops, Caelus, Urano, Vesta, etc., es un petsonaje histérico"”—. A continuacidn se trata de Semiramis. de Lot, de Isaac; pero un poco mas adelante, los dioses reaparecen: Cibeles, Palas, el Sol, Diana... Pasarnos luego a Jacob, a Lia, a Raquel, a los monarcas asirios; después vienen Ceres, Isis (p. 23 v. 24); y mas tarde un paragrafo consagrado a José, Apolo, Baco, Vul: cano, Apis y Osiris: la mitologia alterna, como en Pedro ef Tragon, con la Historia Sagra- da. No carece de interés sefialar que la comy in de Jacobo de Bérgamo incluye ademas capitulos sobre las Sibylas, sobre la guerra de Troya, una geografia con la lista de todas las ciudades famosas desde el origen de los tiempos, y finalmente una historia contemporanea. El siglo xvi, a este respecto, repite al xv: el Promptuario de Guillaume Rouille (Promptuarium iconum insigniorum a saeculo hominun, 1553), la Prosepografia a Crénica del Mundo de Antoine du Vedier (Prosographie ow Deseription des personnes, patriarches, prophétes, diewx des gentils, roys, consuls, princes, grands capitaines, ducs, philesophes, orateurs, poétes, jurisconsultes, et inventeurs de plusieurs aris, avec les effigies d'aucuns d'iceux... 1573), el compendio de Eilhardus Lubinus (Fax poetica sive genealogia et res gestae deorum gentilium, virorum, regum, et Caesarum Romanorum, 1598), nos presentan, en un marco cronoldgico de aparente rigor, a los dioses y los héroes entre los patriarcas, los filésofos y los Césares. 70 mplemente ee tal o sul vilat to crgos del Edad Mesin se exfuer2a por prubar ques ctl tuo por eps imo ar: heres 0 un semidios, Seni Flodaarda (P. CXXXY, col. 28), Reins tno por fundader a Reto; seein Sibert de Gemblous(P. L., CLX. col. 17), Mets fue Fundda per un al Mets, que viva bajo Jia Césere y cay sombre vio sobre ua vieja piedra (Ch Harevles protector ysmbolo de Floren: desde Gales de! igo x, Fgura en los seios deta Signoria con tn divs HERCULEA CLAVA DOMAT FIORENTIA PRAVA (v. MENT, Los Precursores del Renacicento, 1882. p48), La tra sisin decia, por otra parse, ques Floreacie pagan hubin tenido por patrono a Marte, de quien x6 ice que exis una jee ‘uma estate, durante in Edad Mec, cerca del Poate Vesshio. V, Davia, dof XU, 143-150, Algan eflan gue la Fortuna Ge la cudad estaba vincuada a esa exis, V. Dasiosoue, Storia di Firenze 11, pp. 1156 y ss. 3 anigttatum variaram velumine XVIF curs coumentarts Fr. Johanals Anni Viterbonsis, Roma, 1498. * Bergamo, 1483: nuests relerencias remiten a la edicién de 1520 J, de, cstingue asimiamo varne Minerva, ete, Pasa desenmarafar esos tinajes mtolgious. court ala Genelogi Deorum ve Boceacio, 6 Ja que mis adelansehablarernos lagament. 25 PERSE PMRERER tay ee ¥ | ParBg emte fae oem tpn oetwmc er vero cata ment toe pine at Se fram RPE Ca ARC tee Sfpisice tna ae we eo a i > fen 4 Yrtee nia wo dipema eta co ek H spon ene | ss le quie mays { st Saw peta : tt ean Errcarecon BY sisica Wnaen ens ons fer meaty Be a6 onieeo eat = * Stigimtine tr ie, Denne pre win bw ome: Shs oe Sh deg = of oe Fe siren awe vrece free nema Le Se acai Gite ee Sate NOEATESTAET: € 108 aM i casi pean cee? foe METAR " jor oc anree war 7 Te ence | bias reacepc = inar ieee ist ge asian pipeaaiieiamme Perit: te vet Hammons es S ener sicdia Tgum ating) Cheese echo yiieneant: EECCSE et ‘ero ne cqvye reten + pumila T Powis wuerqce 9 Sate ae, Seer | ae tate Tigers a meget oy age SS panei quite ptng tree uate enti wa Eee ce fon febe Upe-aieeers aebelome de wy Bet [ion Ges te grat erecta ce ft ae ge EE ore Boome! ioter scarce go eames oa [bancn ine 1. CAELUS ¥ SU DESCENDESCIA. Londres, B. M., ms. Egerton 1500, f. 6r. 2. HEROPS BIBLICOS ¥ PAGANS. Coleccion de Sir Sydney Carlyle Cockeretl, Picture Chronicle, {. lv De este modo fa existencia de los dioses continiia estando historicamente garantizada: por lo demas, como en la Edad Media, se reconoee gustosamente en ellos a los precursores de la ciyilizacion, Esta tendencia es:ya muy sensible en Jacobo de Bérgamo: Minerva, dice, es la primera mujer que conocié el arte de trabajar la lana (p. 23 v.); Quiron fue el inventor dela medicina (p, 27); Hermes Trismegisto el primer astrénomo (p. 30 v.); Mercurio el pri- mer misico (p. 30); Prometco ensefid a los hombres a hacer fuego, y a llevar cadenas (p. 28 v.); Atlas ensefié la astrologia a los Griegos (ibid), A Apolo, Esculapio, etc. se les asigna un lugar en un capitulo titulado: «Li huomini de doctrina et virtu excellenti». Otros dioses, como Fauno y Marte, figuran bajo la riibrica: «Huomini nelle scienti excelenti», Mas caracteristica alin, desde este punto de vista, es la obra de Polidoro Virgilio: De fos Inventores™. En el prologo, que es de 1499, encontramos en primet lugat una profe sion de fe evemerista; «E quantunque alcune cose siano state da noi a Saturno, a Giove, a Nettuno, a Mercurio, a Dionigi, a Apolo, a Eseulapio, a Cerere, a Vulcano, ed a quegli altri i quali hanno havuto nome i Dei, attribuite, I"habiamo non dimeno loro attribuite, come a fwomini mortali, enon come a Dei, se bene da noi ancora sono stati chiamati col nome di Dei». («Y aun cuando hayamos atribuido algunas cosas a Saturno, a Jupiter, a Neptuno, a Mercurio, a Dionisos, a Apolo, a Esculapio, a Ceres, a Vulcano, y a algunos otros que han tenido nombre de Dioses, se las hemos atribuido no obstante como @ hombres mortales, y no como a Dioses, si bien hemos scguido aun designindoles con el nombre de Dioses».) Tras esta declaracién, que le pone, etee él, al abrigo de todo embrollo con la autoridad eclesiastica, Polidoro Virgilio se halla en condiciones de saludar en cada dios a un inicia- dor: de Hermes hemos aprendido la divisién del tiempo (II, 5); de Baco la fabricacin del vino (II, 3); de Venus el arte de las cortesanas (III, 17); Mercurio ha ensefiado el alfabeto a os Egipcios (I, 6) seain Diodoro y Cicerén; el conocimiento de los astros nos viene, segin Plinio, de Jupiter Belus; segiin Diadoro, nos viene de Mercurio (I, 17). Asi pues, el Renacimiento no ha hecho mas que confirmar los derechos de esos genios civilizadores que fueron los dioses antiguos a la gratitud del género humana, No es exage- rado decir que les ha devuelto su lugar en el cielo: «Si sigues las huellas de David, escribe Zwinglio a Francisco I en 1531, veras un dia al propio Dios; y junto a él debes esperar ver a Adan, Abel, Enoch, Pablo, Hércules, Teseo, Socrates, los Catn, los Escipién...». En fin, hemos sefialado durante la Edad Media un fendmeno extrafio: un pueblo rei- vindicando como antepasado a un héroe mitolégico, escogiéndole por asi decirlo como Progenitor y patron. Este fenomeno se prolonga durante el Renacimiento; adquiere incluso, en ese momento, aspectos nuevos y sorprendentes. La leyenda de los origenes troyanos de los Francos fue explotada, como se sabe, por Jean Lemaire des Belges, en sus filustrations de Gaules et Singularités de Troie; y la popu- laridad de las Mlustrations fue inmensa, ¥ es que «la mayor parte de las naciones hallaban en ellas, como si fueran archivos, sus mas antiguas titulos de nobleza. Los Alemanes y los Franceses monopolizaban él derecho a proclamarse los verdaderos herederos de Héctor; * POLIDORO VIRGILIO BA URBINO, De gi imventori delle cose, Nbri otto tradettl per M. Francesca Baldelli, Florencia, Giuni, 1392, La primera ecin, en ain, oy de 1489, A pear de ns precsucinesorafocas de ator, la bea fue inchidaen al Ini 2Chrntlanas et brevis clara expéstto, Esl pasaje que indignaba a Bassvir (tstorta de las varlacions, ed Die, 1860, p. 25); «1 Quign se hubieraatrevido nunca a mezclar en semejate revolt. a camtinuasion des pariaccan de lox profetasy de os apostoles...n0wla a tants adoradores de fleas cninidsdes, cin incluso alos propios doses y hasan los héroes que aguélios adararon? No eotiendo por qué noha ineluido a Apolo y sco y al prop Fuptr. Tiles son los ht tes del Ciclo, sein ese jefe del segunda partido de ia Reforman, 28 pero las Bretones, los Flamencos, los Escandinavos, los Normandos, los Italianos y las Es- pafioles pretendian también prevalerse de este parentesco que constituia el orgullo de os unos y Ia ambicidn de los otros"». Lemaire repartia entre ellos, como si fuera un botin, los nombres de los diferentes héroes troyanos: a los Bretones se les consideraba descendien- tes de Brutus, primer rey de Bretatia; a los Espafioles de Héspero; a los Italianos de Italuss a los Brabansones de Brabon; a los Toscanos de Tuscus, v a los Borgorfeses del Gran Hér cules de Libia”’. Observemos por lo demas que Jean Lemaire des Belges reforzd mucho el elemento divino en fa leyenda troyana; en su novela histérico-mitologica confia a los dioses un papel predominante, !o cual no habian hecho ni Dictys, ni Dares, ni Benoit de Sainte-More...” La Franciade de Ronsard no tuvo 1a misma fortuna que las Illustrations: es sabido el fracaso y el abandono de esta epopeya que tantas esperanzas y entusiasmos habia suscita- do. Pero la Franefada nos revefa una tendencia nueva, y que parece propia del Renaci- miento, Noes la «conciencia étnica® a que la inspira; es el orgullo dindstico el que la dicta, El rey Carlos LX vigil personalmente la composieién del poema”? con la preocupacion de cular directamente el linaje de los sesenta y tres soberanos, sus antepasados, a Ia mas fabulosa Antigiiedad. Pocas huellas tenemos, en efecto, de esta pretensiOn de los principes antes del final de la Edad Media. Sin embargo ya Jacobo de Guisa escribia en 1390 una Cronica Universal que llevaba este significativo titulo: Annales de I'Histoire des illustres princes de Hainaut, depuis le commencement du monde™: Mas tarde, los duques de Borgofia se jactaran de tener un semi-dios en el origen de su casa: las leyendas troyanas son extremadamente apre ciadas en su corte, y esto desde el siglo xiv’. A finales del xv se lee en ella un Recweil des histoires de Troyes (1464) en el que Hércules juega un papel y ocupa un lugar insdlito. El autor, Raoul Lefévre, se propone tratar la materia en tres libros: «En el segundo, dice, tra- taré de los trabajos de Héreules, demostrando que, por dos veces, destruyé Troya...». Tén gase en cuenta por otra parte que en el Banquete del Faisan, Hércules aparecia en Ia tapi- ceria; en las nupcias de Carlos el Temerario y Margarita de York, en mimodrama, Por qué este extrafio favor? Es que se le considera como el antepasado de la dinastia. Olivier de ta Marche cuenta en sus Mémoires que antafio Héreules, al dirigirse hacia Espana, habria pasado por el pais de la Borgofia y habria encontrado en él a una dama de gran belleza y alta alcurnia, Alisa. La despos®, y de esta union provino el linaje de los principes de Bor- gofia. Otro héroe mitoldgico era muy conocido en la corte: se trataba de Jason; Felipe el Bueno se coloca bajo su égida cuando funda, en 1430, el Toison de Oro. A decir verdad, un héroe biblico, Gededn, secunda a Jasén en sus funciones de patron de In orden. Pero Tramaue, Marcuerite d'autriche et Fean Lematre de Beiges, pp. 171-172. UY, Dourreront, Jean Lemaire cle delges el Renaclmlento, pp. 273-274. Gokowius Becawus (= Jean Becan Van Grop), en sus Origenes Antwerplanae (1860), les javentaré a los Flamencos umn ascendenest mis extravagante ain: los Pia menos son fos Cimerios hijos de Jafet; su subiduria Jes viene del Tracio Orfeo (L. VID, Ellenne PasoUIrK en sus Ri ches de la France y Clowle Fauscwwt en sus Anitguttés peulolses et frangatses hacin justicin a Ia Yeyenda troyana, DDoUIMAPONT, ap. elly po 347 YY, la Advertencia de Ransard «AT Lectors Annales fictoriag iMuirium principum Hanoniae ab initlo rerun wsque a anum Christ 1390s parcialmeis tad cide a francés por Jeax Wauquelin hacia 1445, y publicado por E. Sackur en los Mf. G, Hf, any RXX, pbs 1BY6 (cl el cod, 9242 de In Bibl, Rea! de Broselas, vg 6) a Ia biblioteca de Felipe

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