Está en la página 1de 26

Qué es el coaching

La palabra "coaching" nace del término inglés "coach", que significa "entrenar". El coaching es
una forma de entrenar a una persona o a un grupo de personas con el fin de que consigan sus
metas de forma efectiva.

Dentro de este proceso interactivo denominado coaching se distinguen dos roles, el coach y el
coachee. El coach es el entrenador, e instruye a la persona o grupo de personas con charlas,
seminarios, talleres, etc. para que, usando sus propias habilidades, alcancen sus objetivos de
forma eficaz. Por otro lado, el coachee es la persona que recibe este entrenamiento, los
conocimientos y las competencias necesarias para mejorar en su vida personal y profesional.

En el proceso de coaching existe una alianza de colaboración entre coach y coachee, se


establecen unos objetivos concretos y se diseña un plan de acción para alcanzar esos objetivos
en el plazo fijado. Para que el proceso sea afectivo debe haber confianza y una buena relación
entre las dos partes, el coach debe conocer bien el puesto de trabajo que desarrolla el coachee
y su papel dentro de la empresa, pero también es necesario que tenga habilidades de
comunicación.

Para desarrollar un proceso de coaching de manera efectiva hay que seguir una serie de
pasos:

● Analizar la situación desde diferentes puntos de vista para que sea más fácil encontrar
una solución y así se pueda elegir entre diferentes opciones para alcanzar los objetivos.
● Tener conciencia de la capacidad de elección, de las consecuencias que traen las
elecciones tomadas, otorgando al coachee herramientas para elegir a conciencia y de
forma efectiva.
● Establecer objetivos que estén definidos de forma clara y que ayuden a tomar
decisiones y llevar a cabo las acciones.
● Llevarlo a la práctica y actuar, ayudando a superar las dificultades.
● Medir para comprobar si nos acercamos o nos alejamos del objetivo y, así, tomar
acciones correctivas si fueran necesarias.

Tipos de coaching
En los últimos años el coaching se ha convertido en una profesión y se ha especializado para
muchas áreas. De hecho existen muchos tipos de coaching, algunos de ellos son:

Coaching ontológico: mediante el cual las personas y organizaciones revisan, desarrollan y


mejoran sus formas de estar en el mundo. Las personas y los equipos crecen a través de un
aprendizaje transformacional y trabajan con mayor creatividad y proactividad.
Coaching transformacional: considera que las personas poseemos un potencial ilimitado con el
que podemos llegar a donde queramos, a base de descubrir nuevas habilidades y capacidades
y seguir aprendiendo.
Coaching cognitivo: se trata de ejercitar las funciones cognitivas, motivar a las personas que
sean capaces de autodirigirse para una práctica excelente.
Coaching de sombra: consiste en seguir a la persona y observar cómo actúa mientras realiza
su trabajo o algún aspecto de su vida personal.
Coaching coercitivo: se trata de entrenar a la persona para que cambien su actitud y consiga
adquirir la capacidad de conseguir cosas extraordinarias o desarrollar la conciencia.
Coaching de atracción: guía a la persona para que logre sus metas y viva felizmente,
ayudándola a que descubra su potencial y lo mejor de si mismo, además de limpiarla de
pensamientos negativos que lo limitan a la hora de conseguir sus metas.
Coaching con PNL (programación neuro-lingüística): combina coaching y PNL. PNL es la
tecnología para el crecimiento personal. Por tanto, este tipo de coaching consiste en un
proceso que ayuda a las personas a que crezcan de forma personal hasta donde deseen.

Teniendo en cuenta que el coaching puede ir enfocado a diferentes grupos de personas o para
un objetivo concreto, podemos clasificar los tipos de coaching de la siguiente manera:

Coaching personal: facilita que la persona desarrolle todo su potencial para alcanzar sus
objetivos personales y logren cambios en profundidad
Coaching de vida: ayuda a tomar decisiones, lograr objetivos y afrontar obstáculos.
Coaching educativo: el coach acompaña a las personas durante su desarrollo y crecimiento
personal de forma efectiva transmitiéndoles que crean en ellos mismos.
Coaching deportivo: ayudar a que la persona se desarrolle optimizando el rendimiento
deportivo individual y colectivo.
Coaching ejecutivo: la persona se desarrolla tanto personal como profesionalmente y puede
experimentar un profundo cambio.
Coaching organizacional: se trata de conseguir cambios en la organización a través de la
transformación de los empleados.
Coaching familiar: esta orientado a facilitar el bienestar de la familia y reforzar los lazos
familiares.
Coaching laboral: ayuda a la mejora y desarrollo del potencial profesional de los empleados de
una empresa para lograr una mayor eficacia en la empresa.
Coaching para el liderazgo: orientado para desarrollar el liderazgo de un individuo.
Coaching de experto: proceso mediante el que el coach comunica conocimientos e información
al individuo de forma concisa.

Beneficios del coaching


El coaching supone muchos beneficios en todos los ámbitos en los que se aplique, tanto el
personal como el profesional:

Favorece que las personas y los equipos mejoren el desempeño de las tareas que realizan y la
productividad.
Hace que las personas logren desarrollar su talento y aprendan a retenerlo, además de ampliar
conocimientos a través de cursos, talleres y seminarios.
Favorece el aprendizaje.
Mejora las relaciones, ya que se tiene la intención de ayudar a crecer y mejorar.
Ayuda a que el individuo tenga una mejor calidad de vida en el trabajo, se transmite humildad,
responsabilidad, colaboración y confianza, que hace que las personas experimenten bienestar
cuando están encaminados a conseguir sus objetivos de trabajo.
Fomenta la creatividad, el aprendizaje y el diálogo, y esto hace que la persona sea más
efectiva.
Hace que se consiga un mejor uso de las habilidades y recursos.
Fomenta la iniciativa, se valora la capacidad de aprendizaje, por tanto hace que las personas
respondan rápidamente y de forma efectiva ante situaciones imprevistas o de emergencia.
Se consigue mayor adaptabilidad, mejor gestión del cambio y flexibilidad.

Los mitos del coaching


Se han creado muchos mitos alrededor del coaching pero vamos a ver qué es verdadero y qué
es falso.

El coach es un profesional te ayuda lograr tus metas: verdadero. Pero hay que saber elegir al
coach, es importante que pertenezca a alguna fundación o asociación que demuestre su
formación y experiencia.
El coaching da beneficios a las empresas: verdadero. Si el proceso de coaching se realiza
correctamente se puede conseguir que los empleados participen más, que sean más creativos,
que estén más satisfechos, que aumenten las ventas y los resultados finales. El coaching
supone un valor añadido.
El coach personal ayuda solo a lograr metas personales y el coach ejecutivo ayuda solo a
lograr metas en las empresas: falso. Si el coaching se lleva a cabo de forma efectiva te ayuda
en todos los ámbitos de tu vida. Pero según tus necesidades puedes enfocarlos más en tus
metas personales como la gestión del tiempo, la reducción del estrés, las relaciones o en tus
metas personales como el liderazgo, montar una empresa, etc.
El coaching profesional está orientado a los trabajadores problemáticos: falso. Precisamente
los empleados que son identificados como futuros líderes de una empresa son los que
realizaron coaching para mejorar sus habilidades, porque el coaching se centra en los puntos
fuertes de las personas para ayudarlos a que consigan sus metas personales y profesionales.
El coach de vida es como intercambiar ideas con un amigo: falso. El coach no es un amigo, es
un asesor que tiene el propósito de ayudarte para que alcances tus objetivos y tengas éxito,
crezcas y llegues más allá de lo que pensabas. Este tipo de relación es unilateral, se centra
exclusivamente en ti y en tus objetivos, y no en los problemas que pueda tener el coach.
El coaching profesional solo vale para los empleados de la alta dirección: falso. Es bueno para
cualquier persona, aunque inicialmente se creó para los altos directivos.
El coach le dice al coachee lo que tiene que hacer y siempre le da consejos: falso. Un buen
coach ayuda a que el coachee dé lo mejor de sí mismo y cambie de comportamiento, que no es
lo mismo que dar instrucciones y decir lo que hay que hacer.
El coaching personal es caro: falso. Hay sesiones de coaching de muchos precios, desde 20
euros a 100 euros la hora, pero esto no depende de lo bueno que sea el coach, también hay
que valorar el estilo, la ética, la experiencia, etc.

Claves para el éxito


Es difícil tener éxito y no todo el mundo lo alcanza, pero aquí hay algunos ingredientes que
pueden ayudar a alcanzarlo:

Ser consciente de que el responsable de tu vida eres tú mismo, no hay que culpar a nadie ni a
nada de tu situación porque el único que controla tu propia vida eres tú. Lo que no podemos
controlar son situaciones externas que no dependen de nosotros mismos, pero sí podemos
controlar la actitud que tomamos frente a estas situaciones, controlar lo que pensamos y las
acciones que llevamos a cabo para conseguir los objetivos.
Hay que tener siempre presente lo que uno quiere alcanzar, tu objetivo o tu meta, y no
desviarse de ese camino que te lleva a conseguirlo. Hay que ser constante.
Hay que saber que al principio se tiene que invertir mucho tiempo y mucho esfuerzo, hay que
se proactivo, pero al final llegará la recompensa y obtendrás resultados.
Todos tenemos algo que se nos da bien, una habilidad que nos hace diferentes. Lo primero que
hay que hacer es encontrar aquello en lo que seamos buenos, cosa que a veces no es tan fácil
como parece, y una vez lo encuentres, mejorar dicha habilidad. Esto no será difícil porque,
como es algo que te gusta, lo disfrutarás y tendrás tu recompensa final.
Hay que plasmar en papel el plan de acción. Escribir lo que quieres hacer ayudará a ser más
constante y a no desviarte.
Hay que ser perseverante, nada es fácil, las cosas se consiguen con esfuerzo y con mucha
constancia, y al final verás los resultados.
Es fundamental saber gestionar bien el tiempo, el tiempo pasa y si lo pierdes ya no se puede
recuperar. Así que para ser eficaz hay que saber gestionar tu propio tiempo.

Fracasar para conseguir éxito


Según la Real Academia Española, fracaso es malogro, resultado adverso de una empresa o
negocio, suceso lastimoso, inopinado y funesto. El fracaso es visto como algo negativo pero
hay que verlo desde otro punto de vista.

Para aprender hay que tener experiencias, y las experiencias están para equivocarse y
rectificar. Todo el que ha tenido éxito es porque previamente ha fracasado. El fracaso implica
madurar y fortalecernos. Cuando alguien fracasa en algo ya sabe qué es lo que tiene que
cambiar, y ese es el primer paso para el éxito.

Pero no todo es tan fácil, hay que saber gestionar el fracaso, no tenerle miedo porque si
tenemos miedo al fracaso nos paralizamos. Esta paralización nos lleva a que no actuemos, a
que seamos incapaces de continuar nuestro camino y a que nos aparezcan nuevos miedos,
cosa que nos limita bastante porque acabamos sin creer en nosotros mismos y olvidamos
nuestra lucha por superarnos y mejorar. Así que la única forma de romper esa barrera es
lanzándonos.
Construir tu propio destino
Es importante saber qué somos, qué queremos, tener claro hacia donde queremos ir, qué es lo
que queremos lograr y tener un objetivo. Pero para ello tenemos que creernos que somos
capaces, confiar en uno mismo y planificarnos bien. Es bueno, de vez en cuando, replantear
nuestro objetivos y tener una visión de futuro, visualizarnos a nosotros mismos dentro de unos
meses o de unos años.

Respecto a la planificación, tenemos que hacer una planificación personal para tomar una
dirección, para organizarnos y gestionar bien el tiempo, de modo que tengamos la sensación
de que hemos aprovechado bien el tiempo.

Hay que tener claro la diferencia entre metas y objetivos, un objetivo concreto ayuda a que
consigamos una meta final. Si lo logramos, tendremos más control sobre nuestra propia vida y
mayor satisfacción y bienestar. Lo que es esencial para avanzar en la vida es pensar, planificar,
decidir y actuar.

Como he mencionado antes, hay que tener claro nuestros objetivos para planificarnos bien,
tener clara nuestra visión de futuro, qué fortalezas tenemos, es decir, nuestras competencias,
conocimientos y habilidades, y qué necesitamos y qué tenemos que hacer para alcanzar los
objetivos.

En definitiva, hay que tener siempre claro quiénes somos, qué queremos y qué tenemos que
hacer para alcanzarlo, tener siempre una actitud positiva, y saber que si queremos cambiar el
entorno, tenemos que empezar por cambiar desde dentro.

Motivación
La motivación es especialmente importante en el proceso de coaching, y la principal dificultad
que se puede presentar está siempre en las propias personas. Como ya sabemos, el coach no
le dice al coachee lo que debe hacer sino que le ayuda a que él mismo encuentre el camino
que tiene que seguir con el apoyo de diferentes herramientas.

Motivación y coaching están fuertemente relacionados. Según los diccionarios motivación es


"Ensayo mental preparatorio de una acción para animar o animarse a ejecutarla con interés y
diligencia"; "Motivo, causa, razón que impulsa a una acción"; "Estimulación para animar e
interesar". Está claro que la motivación está siempre relacionada con una necesidad y que
nadie se mueve sin motivación.

Hay diferentes tipos de motivación.

Intríseca: la persona actúa porque está estimulado por un objetivo.


Extrínseca: la persona actúa porque está impulsado por premios o castigos que conllevan
conseguir o no los objetivos.
Positiva: motivos por los que se quiere lograr una meta.
Negativa: motivos por los que no se quiere lograr una meta.
Si falta un motivo y una acción no puede haber coaching, es decir, para que haya un proceso
de coaching tiene que haber motivación.

Autoestima
Según la Real Academia Española, autoestima es una "valoración generalmente positiva de sí
mismo". Nosotros valoramos nuestras propias cualidades, como la capacidad de relacionarnos
con las personas, nuestro físico, nuestro carácter, las cosas que hemos conseguido y las cosas
que tenemos. Es el amor que nos tenemos hacia nosotros mismos y a los demás, respetar a
uno mismo y a los demás.

En el proceso de coaching, el coach lo que hará será desarrollar el conocimiento del coachee
acerca de sí mismo, y esto hará que tenga una mayor autoestima.

Cada persona tiene creada una imagen propia sobre cómo somos, quienes somos y cuánto
valemos, a veces esta idea no es real, pero lo sea o no, es una referencia para establecer
nuestros objetivos. esta imagen propia que tenemos sobre nosotros influye siempre en nuestra
vida, tanto en las relaciones personales como en el trabajo.

Todos debemos buscar una autoestima positiva para tener una vida plena, pero para ello
tenemos que cumplir una serie de factores:

Aceptarnos tal y como somos, nuestras virtudes y nuestros defectos.


Establecer objetivos que sean realistas y alcanzables.
Sacar tiempo para uno mismo, para pensar.
Hacer aquellas cosas que nos gustan, que nos hacen sentir bien y felices.
Pensar siempre que "puedo hacerlo".
Respetarnos a nosotros mismos y estar orgullosos de nosotros mismos.
Premiarnos a nosotros mismos cuando alcancemos un logro.
Quererse uno mismo, aceptando tanto nuestras cosas buenas como malas, y no olvidar que
somos únicos.

Y no caer en algunos errores como:

Alabar siempre por sistema a la persona independientemente del comportamiento.


Nuca culpabilizarlos de nada para que no se sientan mal.
No cuestionar nunca su comportamiento para que no se enfades.
No exigirles nada y tolerarles todo.
La persona que tenga una alta autoestima sentirá que vale para todo lo que le pase en la vida,
mientras que quien tenga una baja autoestima se sentirá inútil por su forma de afrontar la vida.
Además, la personas con alta autoestima se respetan a sí mismas y a los demás, las
relaciones personales serán más positivas, y serán más creativas. En general, tendrán una vida
más plena.

Autoconfianza
Adquirir confianza en uno mismo no es algo fácil de lograr, y no se podrá fomentar hasta que
no se ponga en práctica. Es algo que lleva su tiempo y que mientras construyas esa
autoconfianza irás cometiendo errores que serán los que te hagan aprender.

Para alimentar la autoconfianza hay que proponerse metas y objetivos y tener en mente que se
pueden conseguir.

Existen algunos principios clave sobre la autoconfianza que son de utilidad para quienes
quieren fomentarla:

Las emociones positivas: la autoconfianza hace que tengas emociones positivas, y esto hace
que estés más relajado, activo y decidido. Intenta siempre ver el lado positivo de las cosas,
aunque tengas la sensación de que todo es negativo.
La motivación: es fomentada por la autoconfianza, si haces las cosas bien tendrás tu
recompensa y conseguirás lo que quieres.
La concentración: la autoconfianza facilita la concentración, y esto hace que ganes seguridad a
la hora de hacer las cosas.
Los objetivos: cuanto mayor autoconfianza tengamos, más altos serás los objetivos que nos
planteemos y que logremos. La persona que está segura de sí misma se marca objetivos
atractivos y se esfuerza por conseguirlo.
El esfuerzo: la autoconfianza fomenta el esfuerzo. La persona perseverante, tenaz y que no se
rinde se esfuerza al máximo para conseguir lo que quiere.
Eliminar los miedos: el miedo es el peor enemigo para avanzar en positivo, hay que eliminarlo y
enfrentarse a él.

Creatividad
La creatividad es la facultad de crear, producir, idear, construir e inventar; y es algo que todos
tenemos en mayor o menor medida y que podemos entrenar y desarrollar. Si nos lo
proponemos, podemos ser creativos en todos los aspectos de la vida, y eso nos dará la
oportunidad de reinventarla.

A través de la creatividad transmitimos nuestras motivaciones, nos da fuerza y energía para


renovarnos. A veces, siendo jóvenes, iniciamos una forma de vida sin tener del todo claro hacia
dónde vamos, y cuando ha pasado el tiempo nos damos cuenta de que no estamos viviendo
realmente lo que queríamos, ni ese trabajo, ni esa pareja, ni esa ciudad eran las que
soñábamos. Es ahora cuando usamos nuestra creatividad para salir de esa rutina que nos hace
perder la motivación, porque la mejor forma de salir de esa inercia es la creatividad.
Para desarrollar la creatividad hay que creer uno mismo, hacer frente a las dificultades de
forma diferente a lo que estamos acostumbrados. Hay que hacer frente también a los miedos,
esto solo frena la creatividad, el miedo al fracaso, al ridículo, al rechazo, a ser juzgados, etc.
solo hacen que no avancemos en la creatividad.

Vivir de forma creativa hará que veamos las cosas de forma diferente, cambiemos nuestra
actitud, nuestra forma de pensar, nuestros valores y tendremos nuevos sentimientos, en
resumen, vivir de forma creativa nos renueva y nos reinventa.

Existe una cuestión clave que es importante plantearse: Si no tuvieras miedo a nada, ¿qué
harías?.

Que los proyectos no se vean frenados por los miedos.

Duelo y cambio
Muchas veces se nos presentan cambios en la vida que no elegimos, y muchos de ellos los
tomamos como negativos, como problemas de salud, perder a una ser querido, perder un
puesto de trabajo, una casa, etc. Estas situaciones, en mayor o menor medida, nos provocan
un periodo de duelo, que tiene una serie de fases según la psiquiatra Elizabeth Kübler-Ross:

Fase de negación: negamos lo sucedido y no lo podemos creer.


Fase de ira o enfado: sentimos injusticia, irritación, indignación e incluso, resentimiento hacia la
vida o hacia alguien.
Fase de negociación: intentamos hacer algo para que cambie la situación. Sentimos
incertidumbre y dudas.
Fase de tristeza: cuando la negociación no funciona, llegamos a ser conscientes de la realidad
y sentimos frustración y nostalgia.
Fase de aceptación: empezamos a aceptar la situación y a sentirnos más tranquilos.
Después de esto viene la integración y la esperanza y aprender de lo que hemos vivido.

Hay que destacar que, Según Kübler-Ross, no todas las personas experimentan todas estas
fases, pueden suceder en diferente orden y pasar por la misma fase varias veces.

En un proceso de coaching, el coachee se encuentra con resistencias al cambio, que pueden


estar en las primeras fases del proceso de duelo, y forman parte del proceso, pero no hay que
quedarse ahí porque de lo contrario habrá mayor dolor y será más difícil lograr el cambio. El
coach ayudará a que el coachee gane confianza para enfrentarse a la nueva situación.

Liderazgo
Según la Real Academia Española, un líder se define como la "persona a la que un grupo
sigue, reconociéndola como jefe u orientadora". El coaching es un estilo de liderazgo, donde el
líder, que es el coach, es quien tiene el deber de transformar a las personas y poder incorporar
un nuevo sistema de aprendizaje a través de un feedback directo y constante.
Un buen líder-coach tiene una serie de características:

Concibe los objetivos como un reto para demostrar la valía.


Hace que el coachee sean más autoexigente y se replantee su responsabilidad. Cada uno se
autoevalúa para tomar medidas correctoras si fuera conveniente.
Promueve inquietud y aporta los recursos necesarios para que cada uno tenga presente sus
metas y evalúe si los pasos que está dando le ayuda a obtener los resultados deseados.
Ve el error como una oportunidad para aprender, hace que el coachee reconozca el error que
ha cometido, se disculpe y, a la vez, saque conclusiones que le favorezcan en un futuro.
Confía en los coachees, creen que pueden conseguir sus objetivos.
Hace que el coachee sea el responsable de sus acciones, que sea quien planifique, decida y
actúe como crean conveniente, siendo él mismo el protagonista.
Fomenta la creatividad del individuo, lo que hará que sean más maduros a la hora de tomar sus
propias decisiones.
Busca que el coachee dé lo mejor de sí mismo y llegue a lo máximo a lo que puede llegar.
En conclusión, el liderazgo en el coaching consiste en que el líder-coach es capaz de motivar al
coachee para que participe y tenga su propio criterio en lugar de imponer el coach su criterio.

Código deontológico del coach


Un código deontológico es un documento en el que quedan registrados los criterios, reglas,
valores y principios éticos que aceptan las personas que realizan de forma correcta una
actividad profesional. Estos códigos son regulados por los colegios profesionales (de
psicólogos, médicos, etc.) y en el caso del coaching, que no cuenta con colegios profesionales,
es la ICF (International Federation Coaching) la que se ha encargado de redactar este código,
con el objetivo de que el trabajo se realice de forma ética y correcta.

En este enlace se pueden ver las normas del código deontológico de ICF: Código Deontológico
ICF

El coach es consciente del compromiso, respeto y responsabilidad que se requiere, toma


decisiones éticas guiadas por el código deontológico y se compromete a aplicar los principios
éticos de forma responsable.

Coaching y aprendizaje
A veces, en el terreno personal y en el laboral nos encontramos con obstáculos que nos
impiden avanzar y que hacen que no podamos realizar las actividades que queremos llevar a
cabo. A veces, estas barreras son invisibles, es decir, no logramos ver qué es lo que nos
impide avanzar, pero lo que sabemos es que nos está entorpeciendo en el camino. Cuando nos
pasa esto, intentamos evitar esta barrera, pero muchas veces no obtenemos el resultado
esperado y no sabemos qué hacer para conseguir avanzar.

En este caso, una alternativa para seguir avanzando en el camino es pedir ayuda, y aquí entra
en acción la figura del coach, la más indicada para el aprendizaje y cambio del individuo.

El coach descubre las áreas de dificultad y esos obstáculos que impiden crecer, facilita el
desarrollo de los potenciales del individuo y ayuda a superar esos obstáculos.

El coaching facilita el aprendizaje, promueve el cambio para conseguir las metas propuestas y
facilita el desarrollo de las personas en cuanto a la evolución profesional, la carrera laboral, la
consecución de objetivos, romper las barreras que impiden el crecimiento personal y tratar de
mejorar el nivel de rendimiento.

El coaching no enseña, sino que ayuda a aprender. El coach no dice al coachee lo que tiene
que hacer ni da consejos ni impone sus ideas, sino que hace que el coachee analice el
problema, hace que reflexiona, los estimula a que recapaciten, a que pongan en cuestión las
creencias y a que reflexionen sobre las distintas situaciones buscando nuevos puntos de vista.

El coaching se basa en que sea la persona la que asuma su responsabilidad por sus acciones
y por los resultados alcanzados. Hay casos en los que conviene romper con el problema en
lugar de resolver el problema, y si además tratamos de ver las cosas desde otro punto de vista
esto hará que desaparezca el problema.

Las normas que forman parte del código deontológico han sido acordadas por un grupo de
profesionales que las consideran como básicas para practicar correctamente la profesión de
coach, siendo éste competente para tomar decisiones éticas.

Este código ético es independiente del tipo de coaching que se realice (ejecutivo, personal,
empresarial, etc) y de las escuela a la que pertenezca el coach (ontológico, sistémico, etc).

Niveles de aprendizaje
Hemos visto en el capítulo anterior que el coaching es un proceso de aprendizaje, pero este
proceso de aprendizaje tiene tres niveles y unos resultados diferentes según el nivel.

El aprendizaje de primer nivel se basa en el plano de la acción, el individuo se plantea qué es lo


que debe hacer para llegar a un resultado.
El aprendizaje de segundo nivel se basa en el plano del observador, es decir, para cambiar las
acciones hay que cambiar en primer lugar el tipo de observador.
El aprendizaje de tercer nivel se basa en actuar directamente en el núcleo del observador.
Para el coaching los niveles de aprendizaje quedan encuadrados en sus propias complejidades
y en sistema donde interactúa, lo que hace que sea imprescindible una observación amplia y
multidimensional. Para ello se usan algunos modelos:

La dinámica espiral de D. Beck y C. Cowan: examina las distintas formas de pensar de las
personas teniendo en cuenta la gran variedad de ideas y formas de existir, identificando
patrones comunes. Este modelo es una muy buena herramienta de aprendizaje, permite
entender desde qué forma de pensamiento, valores y creencias se observa el mundo y a los
demás.
Los niveles lógicos de G. Bateson y los niveles neurológicos de R.Dilts: los niveles de Bateson
son entorno, comportamiento, capacidad, valores y creencias, e identidad. Más tarde, Dilts
añadió un nivel superior, espiritualidad y propósito.

Coaching, ¿herramienta o proceso?


El coaching es una herramienta para el desarrollo de las personas y de las organizaciones que
nos ayuda a descubrir nuevos caminos, otras formas de enfrentarnos a los problemas y
conseguir nuestros objetivos. El coaching como herramienta implica una ayuda en un momento
concreto.

Por otro lado, podemos considerar el coaching no solo como herramienta, también como
proceso, pero eso implica que el coaching es una ayuda continuada.

El inicio de un proceso de coaching comienza estableciendo un objetivo, que es lo que se


quiere conseguir, y finaliza cuando el objetivo ha sido logrado. Mientras esto se cumpla, un
coach puede realizar varios procesos de coaching.

Por tanto, visto desde esta perspectiva, las herramientas hacen que se alcance la meta final, ya
que el proceso de coaching termina cuando se consigue el objetivo. Estas herramientas son,
por ejemplo, el análisis DAFO, la psicología positiva, la ontología del lenguaje, las terapias de
movimiento corporal y las técnicas de respiración, entre otras.

El proceso de coaching consiste en una serie de pasos:

Fijar la relación entre el coach y el coachee, basada en la confianza y la confidencialidad.


Definir las necesidades del coachee, analizar de forma clara el problema e identificar el
objetivo.
Desarrollar un plan de acción, establecer los pasos a seguir, la metodología y la frecuencia de
las sesiones.
Fijar las bases del seguimiento, medir los resultados del plan de acción para cerciorarnos de
que nos acercamos a la meta final.
Retroalimentación entre coaching y coachee, comentar los resultados, corregir y mejorar.
El éxito del proceso de coaching no se puede garantizar porque no depende solo del coach y
de las herramientas utilizadas, también depende del coachee.

La voluntad en el proceso de coaching


La voluntad es requisito fundamental en el proceso de coaching. El coach hace que el coachee
desarrolle y refuerce por sí mismo su voluntad.

La voluntad puede fortalecerse si se entrena, y si de deja de entrenar se debilita, por tanto,


cada situación en la que sea necesario un esfuerzo de voluntad es una oportunidad para
trabajarla y mantenerla, y esto se consigue con esfuerzo, dedicación y perseverancia.

Para alcanzar un objetivo es necesaria una voluntad distinta según la fase del proceso, porque
en cada momento se requiere una voluntad diferente y el papel del coach también es distinto:

Voluntad inicial: tener voluntad cuando se empieza algo, romper con la inercia y la rutina.
Ponerse en marcha hacia nuestro objetivo tomando consciencia de lo que queremos. Esta
voluntad inicial se refuerza con la ayuda del coach, que ayuda a que el coachee decida si
quiere actuar de forma proactiva en la toma de sus decisiones o si quiere dejar la
responsabilidad en una tercera persona.
Voluntad perseverante: cuando se quiere mantener para lograr el objetivo. Se necesita
constancia, empeño y firmeza para conseguir el objetivo y la voluntad se va fortaleciendo a
medida que se repite el esfuerzo para conseguirlo. El coach ayuda a fortalecer esta voluntad
solo con su presencia o con el seguimiento de los planes de acción en el proceso de coaching.
Voluntad para superar inconvenientes: en el camino pueden surgir inconvenientes y obstáculos
que dificulten el avance y la consecución de nuestro objetivo. Es difícil seguir cuando nos
encontramos con este problema y a veces tiramos la toalla. El coach ayuda a que estemos más
motivados porque hace que veamos los objetivos de forma más clara.
Voluntad para superar frustraciones: gracias al coach, el coachee elige cómo hacer frente a las
circunstancias y puede desarrollar las ganas de superación y reforzar su resiliencia.
Voluntad para terminar bien la tarea: terminar lo que se empezó. La voluntad de logro requiere
constancia y trabajo continuo. El papel del coach consiste en aportar exigencia, eficacia y
eficiencia para que el coachee reconozca sus criterios de acción y la utilidad que tienen.

Riesgos del proceso de coaching


En un proceso de coaching siempre hay una serie de riesgos que nacen de la relación entre el
coach y el coachee, y estos riesgos pueden desequilibrar el entendimiento entre ambos durante
el proceso.

El principal riesgo que surge es cuando el coachee, después de descubrir en qué tiene que
mejorar y qué técnicas tiene que llevar a cabo para mejorar, empieza a pensar que está
haciendo las cosas bien desde el principio sin necesitar la ayuda del coach.

Para evitar que esto ocurra el coach tiene que comunicar claramente al coachee el camino que
tiene que recorrer en la evolución y el proceso de mejora, que consta de las siguientes fases:
Dependencia: el coachee acude a los servicios del coach para mejorar aspectos de su vida
enfocándolos desde otro punto de vista más amplio y completo. Coach y coachee crean una
relación de confianza.
Antidependencia: cuando el proceso ha avanzado, el coachee puede llegar a pensar que las
competencias necesarias ya las tiene asimiladas, y cree que puede conseguir sus objetivos por
él mismo.
Autonomía: las competencias requeridas se obtienen a través del trabajo continuo, en esta fase
el contacto con el coach es menor porque el coachee ha ganado seguridad en sí mismo y
confianza.

Para evitar los riesgos en el proceso de coaching se necesita:

Confianza: entre coach y coachee debe existir confianza mutua para que haya progreso y
desarrollo.
Compromiso: a la hora de fijar objetivos cada vez más altos hay que comprometerse con el
proceso, y no quedarse solo en una simple relación.
Sinceridad: la sinceridad es la base para una relación madura basada en la confidencialidad.

Escucha activa
La escucha activa es la habilidad para centrarse totalmente en lo que el cliente dice y entender
lo que desea, de forma que escucha sin prejuicios, asegurándose de que entiende todo lo que
le dice.

Mantener una conversación es fácil, a veces interrumpimos una conversación, nos fijamos en
otras cosas a la vez, pero lo difícil es estar escuchando totalmente y demostrando que estamos
escuchando. Esta es la competencia que tiene que tener un buen coach.

Para desarrollar la escucha activa hay poner en práctica lo siguiente:

No interrumpir a quien esté hablando.


Responder con las mismas palabras que la otra persona te ha dicho, esto demuestra
entendimiento.
Contestar a veces con preguntas que transmitan interés en lo que te están contando, por
ejemplo, ¿de verdad? ¿cómo lo has hecho?
Intentar ponerse en la situación de la otra persona para entenderlo, hay que ser empático.
Mantener el contacto visual con la otra persona es importante, esto transmite interés en lo que
está contando.
El proceso de escucha activa consta de varias acciones: preparación, fijar la posición y la
mirada, hacer que el interlocutor sienta que lo estamos escuchando, hacer hincapié en el
lenguaje no verbal, obtener las principales ideas de lo que nos cuentan y retroalimentar.
Empatía
La empatía es la habilidad para entender los sentimientos, actitudes y comportamientos de los
demás y comprender qué circunstancias les afectan en determinadas situaciones. Esto nos
permite tener vínculos más fuertes con los demás.

Todos tenemos nuestra propia visión de las cosas y, a veces, interpretamos las actuaciones de
los demás desde nuestro punto de vista sin pararnos a pensar qué es lo que motiva a alguien a
actuar de esa forma, sacamos conclusiones de forma precipitada y poco objetiva. Aquí tiene
importancia la empatía, que supone pensar en los demás, prestar más atención a los detalles
que aparentemente no tienen importancia pero puede ser importantes para una persona.
Conforme se va conociendo más a alguien será más fácil identificar sus estados de ánimo y
entender por qué están así y por qué reaccionan así antes determinadas situaciones.

En el ámbito personal, la empatía influye positivamente en cualquier tipo de relación


favoreciendo el respeto, la sensibilidad, el compromiso y el afecto entre las personas. en el
ámbito profesional, ocurre lo mismo, también favorece el respeto, el clima laboral, la motivación
y el rendimiento en el trabajo. Y es muy importante para las personas que tienen el rol de líder
o que trabajan en equipo.

Para entender a los demás no solo basta con fijarnos en lo que dicen, también tenemos que
fijarnos en el lenguaje corporal. El cuerpo, la postura, la mirada, los gestos, etc, transmiten
mucho más que las palabras.

Pero tener empatía no significa que estemos de acuerdo siempre con la otra persona en todo lo
que hace y lo que dice, sino entenderlos y respetarlos sin juzgarlos, aunque no estemos de
acuerdo con sus actuaciones.

¿Cómo conseguir ser empático? Para mostrarnos empáticos debemos seguir una serie de
reglas como:

Intentar entender el por qué los demás actúan así.


Ser objetivo y neutro, sin prejuicios.
Mirar a los ojos cuando hablas con alguien y sonreír.
Escuchar de forma activa y mostrar interés.
Prestar atención al lenguaje corporal para identificar sus sentimientos.
Asegurarse de que entiendes bien lo que la otra persona te cuenta, haciéndole preguntas
abiertas por ejemplo.
Hacer ver a la otra persona que la entiendes.
No adelantarte a dar consejos antes de que los demás te lo pidan.
Dar tu opinión de forma constructiva y sin hacer daño a los demás.
Transmitir positividad a la otra persona, terminar la conversación de forma positiva.
Mayéutica y coaching
Existe cierta similitud entre la Mayéutica de Sócrates y el Coaching.

La mayéutica se basa principalmente en el aprendizaje, que no es lo mismo que la enseñanza.


Sócrates defendía el aprendizaje como el descubrimiento de la verdad a través del
conocimiento interno, no a través de la enseñanza. Con el coaching ocurre lo mismo, consiste
en la manera en la que podemos desarrollarnos como personas a través de nuestro interior, de
la motivación y el crecimiento.

Hay una relación clara entre coaching y mayéutica, y ésta se basa en el desarrollo interno de la
persona hasta conseguir responderse a sí mismo ante cualquier situación.

En el coaching se intenta evitar siempre la disciplina porque no se trata de un proceso basado


en la obligación o la imposición, sino a través de la constancia.

Tanto el coaching como la mayéutica se basan en que la única forma de lograr progresar es
conociéndonos mejor a nosotros mismos, lo que nos hará mejor persona y mejor profesional.

Otro elemento fundamental para lograr una evolución interna que haga que logremos nuestros
objetivos personales y profesionales es la humildad. La vida es un aprendizaje continuo, y sin
humildad no hay aprendizaje.

Desde el punto de vista de los negocios, hay que destacar que las partes implicadas tienen que
tener una relación bilateral aportando lo mejor de cada uno, y deben cumplir ciertos requisitos
indispensables:

Si por ti mismo no puedes cambiar tu actitud frente algunas situaciones, acude a un experto.
El coaching es un proceso para mejorar, no de manifestar nuestras debilidades solamente,
porque nos llevaría una baja autoestima.
La apertura y la buena disposición son fundamentales.
Hay que ser humildes para estar dispuestos a aprender siempre.
Para conseguir nuestros objetivos la clave está en el esfuerzo.

Fases del proceso de coaching


El proceso de coaching empieza cuando se establece un objetivo, y termina cuando este
objetivo se ha conseguido. Según la ICF (International Coach Federation), el proceso de
coaching consta de seis fases:

Generación del contexto: en esta primera fase el coachee determina el objetivo a lograr. En las
primeras sesiones se habla de mejorar la gestión del tiempo, de establecer el objetivo, etc,
hasta generar el contexto adecuado.
Situación actual: después de ganarse el coach la confianza del coachee, tiene que entender
cual es la situación real del cliente. Es decir, si lo que el coachee le dice al coach es lo mismo
que lo que le transmite y determinar la situación real del coachee.
Situación futura: determinar que situación quiere obtener el coachee. Si las dos fases
anteriores se han hecho correctamente, el coachee irá por el buen camino y de forma óptima
para conseguir su objetivo.
Retroalimentación o feedback: coach y coachee se comunican de forma transparente sobre
cómo evoluciona el proceso y cómo se sienten.
Plan de acción: una vez claro el objetivo hay que ponerlo en práctica, ¿cómo?, pues el coach, a
través de los planes de acción, ayuda al cliente a conseguirlo; por ejemplo, con el seguimiento
de una agenda para gestionar bien el tiempo, ejercicios de respiración para mejorar el
autocontrol, etc.
Seguimiento: una vez que se ha logrado el objetivo, hay que hacer un seguimiento del estado
del mismo para comprobar si el coachee se ha desviado o no del camino que se estableció en
la fase del plan de acción.

Cómo elaborar un plan de acción

Para elaborar un buen plan de acción hay que seguir los siguientes pasos:

Acudir a la técnica de las preguntas, que nos permite centrarnos en una acción que vayamos a
realizar o un tema que queramos desarrollar, por ejemplo: "De las alternativas que hemos visto,
¿cuál va a escoger?", "teniendo en cuenta lo que hemos hablado, ¿qué vas a hacer?".
En segundo lugar, hay que establecer la temporalidad, "¿cuándo se va a hacer?". Hay que
marcar un límite en el tiempo. Cada vez que queremos hacer algo tenemos que fijar una
programación temporal concreta.
A partir de aquí, hay que preguntar si lo que se va a realizar ayuda a conseguir el objetivo final.
Tenemos que asegurarnos de que lo que estemos haciendo nos lleve a nuestra meta final y
preguntarnos "¿esta acción conduce a la meta?". Si no nos cercioramos puede pasar que lo
que estemos haciendo no nos lleve a donde queremos llegar.
En cuarto lugar, debemos tener en cuenta y pensar en las amenazas y obstáculos que pueden
surgir en el camino, que pueden ser externos o internos, es decir, del entorno o del propio
coachee, "¿qué amenazas pueden surgir al ponerlo en práctica?".
A continuación tenemos que preguntarnos "¿quiénes deben estar informados de la acción?". A
veces algunas personas colaboran en el momento de la puesta en práctica y es necesario que
estas tengan conocimiento de lo que se va a hacer.
Lo siguiente que tenemos que preguntar es "¿qué apoyo necesitas?", es decir, qué habilidades,
qué información, qué recursos, etc. Esto va a servir de refuerzo.
A continuación, tenemos que preguntar "¿cómo y cuándo recibirás ese apoyo?".
Por último, hay que preguntar siempre si "¿si hay algo que no se haya mencionado y que
quiera comentar?", con el objetivo de que el coachee se abra y asuma el proceso de coaching
sin ninguna duda y sin temas ocultos para que quede todo claro.

Necesidad de evaluación
La evaluación es la última fase en un proceso de coaching, donde se comprueba el resultado
obtenido y constituye una herramienta para cualquier profesional, ya que es al final de esta
etapa de evaluación cuando podremos señalar los resultados alcanzados.

En las primeras fases se desarrolla un sistema de evaluación para medir logros y crear
estrategias que garanticen el progreso del coachee. Durante cada sesión se motiva al coachee
para que se establezca metas que le ayuden a conseguir los resultados que pretende alcanzar
y, al final de cada sesión, hay que ver si se está satisfecho respecto a la consecución del
objetivo marcado.

Para evaluar el seguimiento hay que analizar una serie de cuestiones:

Qué grado de confianza tiene el coachee en el plan de seguimiento.


Si existe algún obstáculo que podría dificultar el seguimiento.
Qué es lo más difícil de hacer.
Cómo sabe el coachee que han aparecido dificultades.
Qué recursos tiene para superar estas barreras.
Cómo recordará lo aprendido.
Las sesiones de seguimiento no solo garantizan el progreso del coachee sino que también
aportan un sentido de cierre continuo de la relación, y se pueden prolongar durante un tiempo
según las necesidades del coachee hasta que los contenidos queden interiorizados y adquiera
nuevos hábitos que garanticen el mantenimiento de los logros alcanzados.

Herramientas de medida para la evaluación


El proceso de evaluación de coaching es un proceso complejo en el que el coach acuerda con
el coachee un mapa de medición de procesos y sesiones.

La evaluación consta, por un lado, de evaluar los cambios y las conductas del coachee y, por
otro, los resultados que llevan a mejorar las habilidades y competencias para añadir valor.

Hay muchas herramientas que sirven para medir los resultados en el proceso de coaching pero
nos vamos a centrar en el Modelo de Kirkpatrick, que es un modelo que ha sido aceptado y
probado en muchas empresas con bastante éxito, es un modelo orientado al coaching de
empresas.

Este modelo describe cinco niveles:

Reacción: mide la satisfacción de los que han participado en el proceso.


Aprendizaje: determinar si se ha producido una transferencia de conocimientos y un
aprendizaje, determinar qué se ha aprendido, qué habilidades se han mejorado o desarrollado
y qué actitudes se han cambiado. Esto se hace a través de pruebas, casos, simulaciones, etc.
Comportamiento: evaluar meses después cómo influye lo aprendido, cómo actúan después del
proceso, cuánto conocimiento y habilidades se han transferido.
Resultados: nivel enfocado en los resultados que ha logrado la empresa tras el proceso de
coaching.
ROI: se cuantifica el coste-beneficio que ha supuesto el plan de coaching en términos
monetarios.

La figura del coach


Un coach es alguien que actúa como guía en el camino hacia el cambio y la mejora personal
del cliente, para que alcance su máximo potencial.

Un buen coach tiene que reunir una serie de requisitos, tiene que ser comunicativo, empático,
paciente, discreto, respetuoso, que sepa apoyar, en el que se pueda confiar y que tenga una
visión compartida.

Entre las funciones del coach, las más importantes son las de dar feedback de apoyo, motivar y
guiar al cliente en el camino hacia la consecución de sus objetivos, inspirar liderazgo en el
cliente, gestionar el trabajo en equipo y poner en funcionamiento estrategias innovadoras.

El comportamiento del coach es fundamental para que sea un buen profesional, pero no es el
único requisito, esto debe ir acompañado de una serie de elementos no menos importantes:

Recopilar la información relevante sobre el coachee, su entorno y cómo se relacionan para


evaluar la situación, crear una relación de empatía e implantar las acciones adecuadas.
Tener la habilidad de reformular lo que el coachee le ha planteado. Con esto se logra que el
coach se asegure de que ha entendido bien el mensaje del coachee y, a la vez, muestra
interés, respeto y confianza durante las sesiones.
Dar feedback y reforzar los logros del cliente, esto le sirve al cliente de motivación y le ayuda al
aprendizaje y al mantenimiento de los comportamientos deseados. el feedbak debe hacerse
siempre de forma respetuosa haciéndole saber al coachee en qué tiene que mejorar.
Escuchar de forma activa, de forma que muestre que está prestando atención al coachee, sin
interrumpirle y sin prejuzgarlo.
Saber preguntar.
Asumir la responsabilidad sobre su labor profesional durante el proceso de coaching.

Competencias clave del coach


Un buen coach es el que ayuda al coachee a obtener los resultados que esperaba o incluso
superarlos. Los coach de éxito comparten ciertas características que son clave en su éxito:
Autoconfianza: la confianza en uno mismo se transmite en el lenguaje corporal, en la voz, la
forma de expresarse, etc. Para influir de forma positiva en el coachee, la seguridad en tí mismo
y la autoestima favorecerá las sesiones.
Disfrutan ayudando a los demás: muchos coaches han ejercido de coach antes de conocer el
coaching como profesión, por ejemplo, en reuniones familiares, con amigos, con la parejas, con
los hijos, etc.
Saben escuchar: esto es imprescindible, hay que escuchar de forma activa, y es algo que se
puede aprender y entrenar.
Le apasionan un tema: aplicar el coaching a un nicho de mercado concreto es clave para el
éxito. Al principio sí que conviene no cerrarse a ningún tipo de cliente para aprender y descubrir
las áreas que más te gustan, pero cuando des con el área profesional que más te guste trabaja
en ello.
Optan por un estilo de vida flexible y a la vez son responsables con las acciones necesarias: el
coach es quien decide su propio horario, una opción es trabajar de forma más intensa los
primeros días de la semana y tener más tiempo libre a partir del viernes para disfrutar de tu
vida familiar.
Son convincentes: hablan de forma clara y segura, pero a la vez con un vocabulario sencillo
fácil de comprender, es importante asegurarse de que el mensaje se entiende y cree valor para
el cliente.
Utilizan un sistema de organización, marketing y gestión de clientes que funciona: el propio
coach es el jefe de marketing, que establece un plan que permite generar clientes potenciales
de forma constante, que hay que saber gestionarlos y atenderlos de forma adecuada.

Los errores más comunes del coach


Aunque el coach tenga mucha experiencia siempre puede cometer errores y esto puede verse
reflejado en el resultado final. Los errores más frecuentes suelen ser:

Intentar dirigir: el coach no tiene que decidir el objetivo del coachee, solo debe guiar, orientar y
sugerir pero no determinar. No tiene que decirle al coachee lo que tiene que hacer.
Comparar a los coachees: la base del coaching es que cada cliente es diferente y se tiene que
tratar a cada uno de forma individual. El hecho de que un modelo haya tenido éxito para un
cliente no quiere decir que para otro también lo tenga.
Ser un juez: el coach no debe reñir ni hacer juicios al cliente porque provocaría desconfianza y
rechazo del lado del coachee.
Interrumpir a menudo: una vez que el coachee termine de hablar y de expresar todo lo que
quería decir es turno de que el coach haga sus preguntas, porque la interrupción puede impedir
que el coachee nos cuente algo importante.
Ser impaciente: el coach debe saber cuándo es el momento adecuado para resolver problemas
y ser paciente a la hora de conseguir los resultados.
Ser indiscreto: el coach no debe revelar nunca la información que tratan en las sesiones con
sus clientes, se trata del secreto profesional y la confidencialidad.
Crear dependencia: la relación entre coach y coachee debe ser estrictamente profesional y el
proceso de coaching debe hacerse durante un tiempo concreto para un objetivo concreto.
Ser arrogante: el coach tiene que ser honesto si quiere que el proceso tenga éxito.
No reconocer los errores: el coach debe ser humilde y reconocer que puede equivocarse.

La figura del coachee


El coachee es la persona que recibe los servicios del coach para ayudarlo a dirigir un momento
de su vida, sea personal o profesional.

El coachee acude al cocach por voluntad propia porque ha identificado algunos ámbitos en su
vida que quiere mejorar. Cada coachee tiene su personalidad y sus circunstancias, diferentes a
las del resto de clientes, por eso mismo no hay un modelo de comportamiento concreto a
seguir.

El coachee debe ser capaz de tomar decisiones importantes en condiciones de incertidumbre y


hacer frente a situaciones difíciles que se le puedan presentar.

En un proceso de coaching los condicionantes sociales son muy importantes, es decir, las
relaciones con la familia, amigos y trabajo. La familia es el principal apoyo y quien más influye
en el bienestar del cliente. Las relaciones con amigos mejoran el desarrollo de hábitos sociales
y estimula la mente. Y, por último, el trabajo da significado a lo que es uno para sí mismo y
para los demás.

Los aspectos cognitivos también juegan un papel importante porque determinan cómo la
persona hace frente a las circunstancias que le rodean a través de la formación de esquemas
mentales y expectativas, que hacen que interpreten de una forma u otra las situaciones de su
vida.

La percepción, la atención y la memoria en el coachee son importantes porque hacen que vea
de una forma o de otra la realidad, las cosas no son de una manera u otra sino que cada uno
las interpreta y las percibe según sus experiencias y expectativas.

Características del coachee


Es muy común encontrar libros, blogs, etc. donde se habla de las características de un buen
coach pero no tanto de las características de un buen coachee, que también es muy importante
porque depende de cómo sea favorecerá o no la consecución de los objetivos. La primera
entrevista entre coach y coachee es clave para detectar las características del cliente.

Las características básicas del coachee las podemos resumir en cinco puntos:

Un buen coachee tiene que ser consciente de que tiene algo que tiene que mejorar, pero no
solo basta con eso, sino que además tiene que querer mejorar.
Tiene que tener una mente abierta, ser flexible. Cuanto menos flexible sea en cuanto a
pensamientos más difícil será llevar a cabo los cambios tanto en él mismo como en el entorno.
Tiene que crear una relación de confianza y sinceridad con su coach que ayudará a lograr un
clima de sintonía que favorezca la generación de cambios y mejoras en el coachee.
Tiene que tener ilusión con los cambios que están por llegar.
Tiene que ser responsable a la hora del cambio. No vale decir que sí y decir que se
compromete si finalmente no cumple con lo propuesto.
Así que, resumiendo, el buen coachee que esté dispuesto a realizar mejoras y a cumplir con la
consecución de las mismas tiene que tener consciencia, mente abierta, confianza, ilusión y
responsabilidad.

Ejercicios
En este apartado vamos a proponer una serie de ejercicios de autocoching.

1. Cómo mejorar en el trabajo.

Si no estás a gusto en el trabajo, tienes problemas con el jefe, no tienes buena relación con los
compañeros, etc. ¿qué hacer para cambiar la situación? Lo primero que hay que hacer es
plantearse si de verdad sabes lo que quieres y pensar cómo sería tu trabajo ideal. Haz una lista
con las cosas que querrías en tu trabajo y no te limites.

. Cómo gestionar los cambios.

Para saber gestionar los cambios de manera efectiva hay algunos puntos importantes:

Describir y detallar el cambio de forma concreta, objetiva y medible.


Definir el objetivo.
Indicar las diferentes opciones y caminos para conseguir el objetivo.
Establecer fecha en la que te comprometas a tener el cambio finalizado.
Incluir un premio o recompensa cuando consigas el cambio.
Tener recordatorios que te hagan tener presente tu objetivo, como un post-it o una agenda.

3. Cuáles son tus valores.

Es muy importante pensar sobre tus propios valores, ser consciente de ellos y ver si actúas de
acuerdo a ellos. Para descubrir tus valores, plantéate lo que es más importante para tí en la
vida. Un ejercicio para ello es recordad algún momento de tu vida en el que te hayas
encontrado muy bien, visualizarlo y responder a estas preguntas:

¿Qué recuerdas de ese momento?


¿Hay algo a lo que renunciarías por ese momento? ¿Qué sería?
¿Qué era lo más importante para tí en ese momento?
¿Qué sentías en ese momento?
¿Qué valores crees que te guiaban?
Haz esto con varias situaciones y finalmente podrás enumerar los valores que te han guiado en
cada situación.

Puedes hacer lo mismo pero con situaciones negativas y angustiosas. En este caso te tienes
que preguntar:

¿Qué cosas negativas recuerdas?


¿Por qué te sentías mal?
¿Qué te provocaba tensión?
¿Qué hubieras cambiado?
¿Qué valores dejaste a un lado?
Con este análisis identificas lo que realmente te agrada y lo que te molesta profundamente, en
definitiva, enumerar tus valores.

4. La rueda de la vida

La rueda de la vida ayuda a valorar el grado de felicidad de una persona en los diferentes
aspectos de la ida. Lo único que necesitas es un lápiz y un papel, harás un círculo dividido en
ocho sectores, cada sector representa un aspecto de tu vida: salud, amor, dinero, familia y
amigos, entorno vital y hogar, ocio, crecimiento personal y trabajo.

Cada sector se puntúa de cero a diez valorando el grado de felicidad a día de hoy y es una
valoración personal. Lo que te tienes que preguntar a la hora de valorar cada aspecto es:

Dinero: ¿estás de acuerdo con tus ingresos? ¿te permiten el nivel de vida que quieres?
Ocio: ¿disfrutas de tu tiempo libre?
Salud: ¿te sientes bien psicológica y físicamente?
Trabajo: ¿vas contento cada mañana al trabajo? ¿estás motivado y satisfecho en tu puesto de
trabajo? ¿Tienes buenas relaciones laborales? ¿La relación con tu jefe es buena? ¿estás
desempleado?
Amor: ¿la relación conyugal funciona bien? ¿no tienes pareja y estás buscándola?
Hogar y entorno vital: ¿te sientes bien donde vives? ¿te gusta la casa, el barrio, la ciudad, el
país?
Familia y amigos: ¿te llevas bien con ellos? ¿hablas a menudo con ellos aunque no os veáis
mucho? ¿sales a menudo con tus amigos? ¿tienes pocos amigos pero buenos y para toda la
vida, o una larga lista de conocidos?
Crecimiento personal: ¿te sientes realizado por hacer lo que siempre quisiste hacer?
Una vez medidos el grado de satisfacción de cada área consigues una visión global de tu vida y
verás las cosas de otra forma. Una vez con todas las puntuaciones, hay que dividir cada sector
en diez segmentos y representar todas las puntuaciones anotadas. Este es un ejemplo de
cómo te quedará:
Igualmente, se puede hacer una rueda específicamente de un solo aspecto de la vida, por
ejemplo, el trabajo, el amor…

5. Cómo superar los miedos.

El miedo nos paraliza, hace que no avancemos hacia aquello que queremos lograr. Todos
hemos experimentado miedo alguna vez, pero es algo que se puede gestionar si lo trabajamos
de forma constante.

Este vídeo nos da algunas pistas de qué ejercicios hacer para conseguir gestionar
adecuadamente nuestros miedos:
6. Cómo desarrollar la autoconfianza.

En la lección número 16 de este curso hablábamos de la autoconfianza, de cómo fomentarla.


Este vídeo te explica un ejercicio muy práctico que podrás hacer fácilmente para mejorar la
confianza en ti mismo:

7. Cómo desarrollar la creatividad.

En la lección número 17 explicábamos qué hacer para ser más creativos y qué nos aporta la
creatividad. Vamos a ver un vídeo que nos da algunas pistas para entrenar la creatividad:

8. Cómo elaborar un plan de acción.

En la lección número 31 explicábamos cómo elaborar un buen plan de acción. Este vídeo
muestra un sencillo ejercicio para que logres llevarlo a la práctica:

Cuestionario
Responda al siguiente cuestionario, sólo hay una respuesta correcta:

1. El tipo de coaching que trata de entrenar a la persona para que cambie su actitud y logre
adquirir la capacidad de conseguir cosas extraordinarias o desarrollar la conciencia es:

Transformacional
Cognitivo
Coercitivo
2. ¿Cuál de estas afirmaciones sobre coaching es falsa?

El coaching da beneficios a las empresas


El coach es un profesional que te ayuda a lograr tus metas
El coaching profesional está orientado a los trabajadores problemáticos
3. La principal dificultad que se puede presentar en el proceso de coaching está en:

el tiempo
las herramientas
las personas
4. Cuando la persona actúa porque está estimulada por un objetivo se trata de motivación:

extrínseca
intrínseca
positiva
5. Cuál de los siguientes factores no es requisito para una autoestima positiva:

Nunca culpabilizar a las personas de nada para que no se sientan mal


Premiarnos a nosotros mismos cuando alcancemos un logro
Aceptarnos tal y como somos, nuestras virtudes y defecto
6. Cuál de los siguientes factores es requisito para desarrollar la creatividad:

Miedo al fracaso
Creer en uno mismo
Miedo al rechazo
7. En cuanto a las fases del periodo de duelo, qué fase se corresponde con la siguiente
definición: "Intentamos hacer algo para que la situación cambie. Sentimos incertidumbre y
dudas"

Fase de ira o enfado


Fase de negociación
Fase de tristeza
8. El código ético del coach depende de:
El tipo de coaching que se realiza
La escuela a la que pertenece el coach
No depende de ninguna de las anteriores
9. Señala la respuesta correcta:

El coach enseña y dice al coachee lo que tiene que hacer


El coach dice al coachee lo que tiene que hacer, da consejos e impone sus ideas
El coach no enseña ni dice al coachee lo que tiene que hacer, hace que el coachee analice el
problema, hace que reflexione, lo estimula a que recapacitee, a que ponga en cuestión las
creencias y a que reflexione sobre las distintas situaciones buscando nuevos puntos de vista
10. En cuanto a los niveles de aprendizaje, ¿qué nivel está basado en el plano de la acción?

Primer nivel
Segundo nivel
Tercer nivel
11. El coaching es:

Herramienta y proceso
Herramienta
Proceso
12. El proceso de mejora del coaching tiene las siguientes fases:

Dependencia, antidependencia y compromiso


Dependencia, antidependencia y autonomía
Dependencia, confianza y compromiso
13. Para evitar los riesgos en el proceso de coaching se necesita:

Autonomía, confianza y compromiso


Autonomía, compromiso y sinceridad
Confianza, compromiso y sinceridad
14. La fase del proceso de coaching donde coach y coachee se comunican de forma
transparente sobre cómo evoluciona el proceso y cómo se sienten es:

Situación actual
Retroalimentación o feedback
Seguimiento
15. En cuanto al modelo de Kirkpatrik para medir la evaluación, ¿cuál es el nivel que mide la
satisfacción de los que han participado en el proceso?

Reacción
Comportamiento
Resultados
16. Es requisito para ser un buen coach:
Autoconfianza, saber escuchar, ser convincente
Intentar dirigir, crear dependencia y ser convincente
Autoconfianza, intentar dirigir y saber escuchar
17. Señala la respuesta correcta:

El fracaso siempre hay que verlo como algo negativo


El fracaso implica madurar y fortalecernos
Para tener éxito no puedes fracasar
18. Señala la respuesta correcta:

El coach personal solo ayuda a lograr metas personales


El coach profesional solo ayuda a lograr metas profesionales
El coaching te ayuda en todos los ámbitos de tu vida pero puedes enfocarlo más en las metas
personales o en las metas profesionales

También podría gustarte