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Coaching Curso Completo
Coaching Curso Completo
La palabra "coaching" nace del término inglés "coach", que significa "entrenar". El coaching es
una forma de entrenar a una persona o a un grupo de personas con el fin de que consigan sus
metas de forma efectiva.
Dentro de este proceso interactivo denominado coaching se distinguen dos roles, el coach y el
coachee. El coach es el entrenador, e instruye a la persona o grupo de personas con charlas,
seminarios, talleres, etc. para que, usando sus propias habilidades, alcancen sus objetivos de
forma eficaz. Por otro lado, el coachee es la persona que recibe este entrenamiento, los
conocimientos y las competencias necesarias para mejorar en su vida personal y profesional.
Para desarrollar un proceso de coaching de manera efectiva hay que seguir una serie de
pasos:
● Analizar la situación desde diferentes puntos de vista para que sea más fácil encontrar
una solución y así se pueda elegir entre diferentes opciones para alcanzar los objetivos.
● Tener conciencia de la capacidad de elección, de las consecuencias que traen las
elecciones tomadas, otorgando al coachee herramientas para elegir a conciencia y de
forma efectiva.
● Establecer objetivos que estén definidos de forma clara y que ayuden a tomar
decisiones y llevar a cabo las acciones.
● Llevarlo a la práctica y actuar, ayudando a superar las dificultades.
● Medir para comprobar si nos acercamos o nos alejamos del objetivo y, así, tomar
acciones correctivas si fueran necesarias.
Tipos de coaching
En los últimos años el coaching se ha convertido en una profesión y se ha especializado para
muchas áreas. De hecho existen muchos tipos de coaching, algunos de ellos son:
Teniendo en cuenta que el coaching puede ir enfocado a diferentes grupos de personas o para
un objetivo concreto, podemos clasificar los tipos de coaching de la siguiente manera:
Coaching personal: facilita que la persona desarrolle todo su potencial para alcanzar sus
objetivos personales y logren cambios en profundidad
Coaching de vida: ayuda a tomar decisiones, lograr objetivos y afrontar obstáculos.
Coaching educativo: el coach acompaña a las personas durante su desarrollo y crecimiento
personal de forma efectiva transmitiéndoles que crean en ellos mismos.
Coaching deportivo: ayudar a que la persona se desarrolle optimizando el rendimiento
deportivo individual y colectivo.
Coaching ejecutivo: la persona se desarrolla tanto personal como profesionalmente y puede
experimentar un profundo cambio.
Coaching organizacional: se trata de conseguir cambios en la organización a través de la
transformación de los empleados.
Coaching familiar: esta orientado a facilitar el bienestar de la familia y reforzar los lazos
familiares.
Coaching laboral: ayuda a la mejora y desarrollo del potencial profesional de los empleados de
una empresa para lograr una mayor eficacia en la empresa.
Coaching para el liderazgo: orientado para desarrollar el liderazgo de un individuo.
Coaching de experto: proceso mediante el que el coach comunica conocimientos e información
al individuo de forma concisa.
Favorece que las personas y los equipos mejoren el desempeño de las tareas que realizan y la
productividad.
Hace que las personas logren desarrollar su talento y aprendan a retenerlo, además de ampliar
conocimientos a través de cursos, talleres y seminarios.
Favorece el aprendizaje.
Mejora las relaciones, ya que se tiene la intención de ayudar a crecer y mejorar.
Ayuda a que el individuo tenga una mejor calidad de vida en el trabajo, se transmite humildad,
responsabilidad, colaboración y confianza, que hace que las personas experimenten bienestar
cuando están encaminados a conseguir sus objetivos de trabajo.
Fomenta la creatividad, el aprendizaje y el diálogo, y esto hace que la persona sea más
efectiva.
Hace que se consiga un mejor uso de las habilidades y recursos.
Fomenta la iniciativa, se valora la capacidad de aprendizaje, por tanto hace que las personas
respondan rápidamente y de forma efectiva ante situaciones imprevistas o de emergencia.
Se consigue mayor adaptabilidad, mejor gestión del cambio y flexibilidad.
El coach es un profesional te ayuda lograr tus metas: verdadero. Pero hay que saber elegir al
coach, es importante que pertenezca a alguna fundación o asociación que demuestre su
formación y experiencia.
El coaching da beneficios a las empresas: verdadero. Si el proceso de coaching se realiza
correctamente se puede conseguir que los empleados participen más, que sean más creativos,
que estén más satisfechos, que aumenten las ventas y los resultados finales. El coaching
supone un valor añadido.
El coach personal ayuda solo a lograr metas personales y el coach ejecutivo ayuda solo a
lograr metas en las empresas: falso. Si el coaching se lleva a cabo de forma efectiva te ayuda
en todos los ámbitos de tu vida. Pero según tus necesidades puedes enfocarlos más en tus
metas personales como la gestión del tiempo, la reducción del estrés, las relaciones o en tus
metas personales como el liderazgo, montar una empresa, etc.
El coaching profesional está orientado a los trabajadores problemáticos: falso. Precisamente
los empleados que son identificados como futuros líderes de una empresa son los que
realizaron coaching para mejorar sus habilidades, porque el coaching se centra en los puntos
fuertes de las personas para ayudarlos a que consigan sus metas personales y profesionales.
El coach de vida es como intercambiar ideas con un amigo: falso. El coach no es un amigo, es
un asesor que tiene el propósito de ayudarte para que alcances tus objetivos y tengas éxito,
crezcas y llegues más allá de lo que pensabas. Este tipo de relación es unilateral, se centra
exclusivamente en ti y en tus objetivos, y no en los problemas que pueda tener el coach.
El coaching profesional solo vale para los empleados de la alta dirección: falso. Es bueno para
cualquier persona, aunque inicialmente se creó para los altos directivos.
El coach le dice al coachee lo que tiene que hacer y siempre le da consejos: falso. Un buen
coach ayuda a que el coachee dé lo mejor de sí mismo y cambie de comportamiento, que no es
lo mismo que dar instrucciones y decir lo que hay que hacer.
El coaching personal es caro: falso. Hay sesiones de coaching de muchos precios, desde 20
euros a 100 euros la hora, pero esto no depende de lo bueno que sea el coach, también hay
que valorar el estilo, la ética, la experiencia, etc.
Ser consciente de que el responsable de tu vida eres tú mismo, no hay que culpar a nadie ni a
nada de tu situación porque el único que controla tu propia vida eres tú. Lo que no podemos
controlar son situaciones externas que no dependen de nosotros mismos, pero sí podemos
controlar la actitud que tomamos frente a estas situaciones, controlar lo que pensamos y las
acciones que llevamos a cabo para conseguir los objetivos.
Hay que tener siempre presente lo que uno quiere alcanzar, tu objetivo o tu meta, y no
desviarse de ese camino que te lleva a conseguirlo. Hay que ser constante.
Hay que saber que al principio se tiene que invertir mucho tiempo y mucho esfuerzo, hay que
se proactivo, pero al final llegará la recompensa y obtendrás resultados.
Todos tenemos algo que se nos da bien, una habilidad que nos hace diferentes. Lo primero que
hay que hacer es encontrar aquello en lo que seamos buenos, cosa que a veces no es tan fácil
como parece, y una vez lo encuentres, mejorar dicha habilidad. Esto no será difícil porque,
como es algo que te gusta, lo disfrutarás y tendrás tu recompensa final.
Hay que plasmar en papel el plan de acción. Escribir lo que quieres hacer ayudará a ser más
constante y a no desviarte.
Hay que ser perseverante, nada es fácil, las cosas se consiguen con esfuerzo y con mucha
constancia, y al final verás los resultados.
Es fundamental saber gestionar bien el tiempo, el tiempo pasa y si lo pierdes ya no se puede
recuperar. Así que para ser eficaz hay que saber gestionar tu propio tiempo.
Para aprender hay que tener experiencias, y las experiencias están para equivocarse y
rectificar. Todo el que ha tenido éxito es porque previamente ha fracasado. El fracaso implica
madurar y fortalecernos. Cuando alguien fracasa en algo ya sabe qué es lo que tiene que
cambiar, y ese es el primer paso para el éxito.
Pero no todo es tan fácil, hay que saber gestionar el fracaso, no tenerle miedo porque si
tenemos miedo al fracaso nos paralizamos. Esta paralización nos lleva a que no actuemos, a
que seamos incapaces de continuar nuestro camino y a que nos aparezcan nuevos miedos,
cosa que nos limita bastante porque acabamos sin creer en nosotros mismos y olvidamos
nuestra lucha por superarnos y mejorar. Así que la única forma de romper esa barrera es
lanzándonos.
Construir tu propio destino
Es importante saber qué somos, qué queremos, tener claro hacia donde queremos ir, qué es lo
que queremos lograr y tener un objetivo. Pero para ello tenemos que creernos que somos
capaces, confiar en uno mismo y planificarnos bien. Es bueno, de vez en cuando, replantear
nuestro objetivos y tener una visión de futuro, visualizarnos a nosotros mismos dentro de unos
meses o de unos años.
Respecto a la planificación, tenemos que hacer una planificación personal para tomar una
dirección, para organizarnos y gestionar bien el tiempo, de modo que tengamos la sensación
de que hemos aprovechado bien el tiempo.
Hay que tener claro la diferencia entre metas y objetivos, un objetivo concreto ayuda a que
consigamos una meta final. Si lo logramos, tendremos más control sobre nuestra propia vida y
mayor satisfacción y bienestar. Lo que es esencial para avanzar en la vida es pensar, planificar,
decidir y actuar.
Como he mencionado antes, hay que tener claro nuestros objetivos para planificarnos bien,
tener clara nuestra visión de futuro, qué fortalezas tenemos, es decir, nuestras competencias,
conocimientos y habilidades, y qué necesitamos y qué tenemos que hacer para alcanzar los
objetivos.
En definitiva, hay que tener siempre claro quiénes somos, qué queremos y qué tenemos que
hacer para alcanzarlo, tener siempre una actitud positiva, y saber que si queremos cambiar el
entorno, tenemos que empezar por cambiar desde dentro.
Motivación
La motivación es especialmente importante en el proceso de coaching, y la principal dificultad
que se puede presentar está siempre en las propias personas. Como ya sabemos, el coach no
le dice al coachee lo que debe hacer sino que le ayuda a que él mismo encuentre el camino
que tiene que seguir con el apoyo de diferentes herramientas.
Autoestima
Según la Real Academia Española, autoestima es una "valoración generalmente positiva de sí
mismo". Nosotros valoramos nuestras propias cualidades, como la capacidad de relacionarnos
con las personas, nuestro físico, nuestro carácter, las cosas que hemos conseguido y las cosas
que tenemos. Es el amor que nos tenemos hacia nosotros mismos y a los demás, respetar a
uno mismo y a los demás.
En el proceso de coaching, el coach lo que hará será desarrollar el conocimiento del coachee
acerca de sí mismo, y esto hará que tenga una mayor autoestima.
Cada persona tiene creada una imagen propia sobre cómo somos, quienes somos y cuánto
valemos, a veces esta idea no es real, pero lo sea o no, es una referencia para establecer
nuestros objetivos. esta imagen propia que tenemos sobre nosotros influye siempre en nuestra
vida, tanto en las relaciones personales como en el trabajo.
Todos debemos buscar una autoestima positiva para tener una vida plena, pero para ello
tenemos que cumplir una serie de factores:
Autoconfianza
Adquirir confianza en uno mismo no es algo fácil de lograr, y no se podrá fomentar hasta que
no se ponga en práctica. Es algo que lleva su tiempo y que mientras construyas esa
autoconfianza irás cometiendo errores que serán los que te hagan aprender.
Para alimentar la autoconfianza hay que proponerse metas y objetivos y tener en mente que se
pueden conseguir.
Existen algunos principios clave sobre la autoconfianza que son de utilidad para quienes
quieren fomentarla:
Las emociones positivas: la autoconfianza hace que tengas emociones positivas, y esto hace
que estés más relajado, activo y decidido. Intenta siempre ver el lado positivo de las cosas,
aunque tengas la sensación de que todo es negativo.
La motivación: es fomentada por la autoconfianza, si haces las cosas bien tendrás tu
recompensa y conseguirás lo que quieres.
La concentración: la autoconfianza facilita la concentración, y esto hace que ganes seguridad a
la hora de hacer las cosas.
Los objetivos: cuanto mayor autoconfianza tengamos, más altos serás los objetivos que nos
planteemos y que logremos. La persona que está segura de sí misma se marca objetivos
atractivos y se esfuerza por conseguirlo.
El esfuerzo: la autoconfianza fomenta el esfuerzo. La persona perseverante, tenaz y que no se
rinde se esfuerza al máximo para conseguir lo que quiere.
Eliminar los miedos: el miedo es el peor enemigo para avanzar en positivo, hay que eliminarlo y
enfrentarse a él.
Creatividad
La creatividad es la facultad de crear, producir, idear, construir e inventar; y es algo que todos
tenemos en mayor o menor medida y que podemos entrenar y desarrollar. Si nos lo
proponemos, podemos ser creativos en todos los aspectos de la vida, y eso nos dará la
oportunidad de reinventarla.
Vivir de forma creativa hará que veamos las cosas de forma diferente, cambiemos nuestra
actitud, nuestra forma de pensar, nuestros valores y tendremos nuevos sentimientos, en
resumen, vivir de forma creativa nos renueva y nos reinventa.
Existe una cuestión clave que es importante plantearse: Si no tuvieras miedo a nada, ¿qué
harías?.
Duelo y cambio
Muchas veces se nos presentan cambios en la vida que no elegimos, y muchos de ellos los
tomamos como negativos, como problemas de salud, perder a una ser querido, perder un
puesto de trabajo, una casa, etc. Estas situaciones, en mayor o menor medida, nos provocan
un periodo de duelo, que tiene una serie de fases según la psiquiatra Elizabeth Kübler-Ross:
Hay que destacar que, Según Kübler-Ross, no todas las personas experimentan todas estas
fases, pueden suceder en diferente orden y pasar por la misma fase varias veces.
Liderazgo
Según la Real Academia Española, un líder se define como la "persona a la que un grupo
sigue, reconociéndola como jefe u orientadora". El coaching es un estilo de liderazgo, donde el
líder, que es el coach, es quien tiene el deber de transformar a las personas y poder incorporar
un nuevo sistema de aprendizaje a través de un feedback directo y constante.
Un buen líder-coach tiene una serie de características:
En este enlace se pueden ver las normas del código deontológico de ICF: Código Deontológico
ICF
Coaching y aprendizaje
A veces, en el terreno personal y en el laboral nos encontramos con obstáculos que nos
impiden avanzar y que hacen que no podamos realizar las actividades que queremos llevar a
cabo. A veces, estas barreras son invisibles, es decir, no logramos ver qué es lo que nos
impide avanzar, pero lo que sabemos es que nos está entorpeciendo en el camino. Cuando nos
pasa esto, intentamos evitar esta barrera, pero muchas veces no obtenemos el resultado
esperado y no sabemos qué hacer para conseguir avanzar.
En este caso, una alternativa para seguir avanzando en el camino es pedir ayuda, y aquí entra
en acción la figura del coach, la más indicada para el aprendizaje y cambio del individuo.
El coach descubre las áreas de dificultad y esos obstáculos que impiden crecer, facilita el
desarrollo de los potenciales del individuo y ayuda a superar esos obstáculos.
El coaching facilita el aprendizaje, promueve el cambio para conseguir las metas propuestas y
facilita el desarrollo de las personas en cuanto a la evolución profesional, la carrera laboral, la
consecución de objetivos, romper las barreras que impiden el crecimiento personal y tratar de
mejorar el nivel de rendimiento.
El coaching no enseña, sino que ayuda a aprender. El coach no dice al coachee lo que tiene
que hacer ni da consejos ni impone sus ideas, sino que hace que el coachee analice el
problema, hace que reflexiona, los estimula a que recapaciten, a que pongan en cuestión las
creencias y a que reflexionen sobre las distintas situaciones buscando nuevos puntos de vista.
El coaching se basa en que sea la persona la que asuma su responsabilidad por sus acciones
y por los resultados alcanzados. Hay casos en los que conviene romper con el problema en
lugar de resolver el problema, y si además tratamos de ver las cosas desde otro punto de vista
esto hará que desaparezca el problema.
Las normas que forman parte del código deontológico han sido acordadas por un grupo de
profesionales que las consideran como básicas para practicar correctamente la profesión de
coach, siendo éste competente para tomar decisiones éticas.
Este código ético es independiente del tipo de coaching que se realice (ejecutivo, personal,
empresarial, etc) y de las escuela a la que pertenezca el coach (ontológico, sistémico, etc).
Niveles de aprendizaje
Hemos visto en el capítulo anterior que el coaching es un proceso de aprendizaje, pero este
proceso de aprendizaje tiene tres niveles y unos resultados diferentes según el nivel.
La dinámica espiral de D. Beck y C. Cowan: examina las distintas formas de pensar de las
personas teniendo en cuenta la gran variedad de ideas y formas de existir, identificando
patrones comunes. Este modelo es una muy buena herramienta de aprendizaje, permite
entender desde qué forma de pensamiento, valores y creencias se observa el mundo y a los
demás.
Los niveles lógicos de G. Bateson y los niveles neurológicos de R.Dilts: los niveles de Bateson
son entorno, comportamiento, capacidad, valores y creencias, e identidad. Más tarde, Dilts
añadió un nivel superior, espiritualidad y propósito.
Por otro lado, podemos considerar el coaching no solo como herramienta, también como
proceso, pero eso implica que el coaching es una ayuda continuada.
Por tanto, visto desde esta perspectiva, las herramientas hacen que se alcance la meta final, ya
que el proceso de coaching termina cuando se consigue el objetivo. Estas herramientas son,
por ejemplo, el análisis DAFO, la psicología positiva, la ontología del lenguaje, las terapias de
movimiento corporal y las técnicas de respiración, entre otras.
Para alcanzar un objetivo es necesaria una voluntad distinta según la fase del proceso, porque
en cada momento se requiere una voluntad diferente y el papel del coach también es distinto:
Voluntad inicial: tener voluntad cuando se empieza algo, romper con la inercia y la rutina.
Ponerse en marcha hacia nuestro objetivo tomando consciencia de lo que queremos. Esta
voluntad inicial se refuerza con la ayuda del coach, que ayuda a que el coachee decida si
quiere actuar de forma proactiva en la toma de sus decisiones o si quiere dejar la
responsabilidad en una tercera persona.
Voluntad perseverante: cuando se quiere mantener para lograr el objetivo. Se necesita
constancia, empeño y firmeza para conseguir el objetivo y la voluntad se va fortaleciendo a
medida que se repite el esfuerzo para conseguirlo. El coach ayuda a fortalecer esta voluntad
solo con su presencia o con el seguimiento de los planes de acción en el proceso de coaching.
Voluntad para superar inconvenientes: en el camino pueden surgir inconvenientes y obstáculos
que dificulten el avance y la consecución de nuestro objetivo. Es difícil seguir cuando nos
encontramos con este problema y a veces tiramos la toalla. El coach ayuda a que estemos más
motivados porque hace que veamos los objetivos de forma más clara.
Voluntad para superar frustraciones: gracias al coach, el coachee elige cómo hacer frente a las
circunstancias y puede desarrollar las ganas de superación y reforzar su resiliencia.
Voluntad para terminar bien la tarea: terminar lo que se empezó. La voluntad de logro requiere
constancia y trabajo continuo. El papel del coach consiste en aportar exigencia, eficacia y
eficiencia para que el coachee reconozca sus criterios de acción y la utilidad que tienen.
El principal riesgo que surge es cuando el coachee, después de descubrir en qué tiene que
mejorar y qué técnicas tiene que llevar a cabo para mejorar, empieza a pensar que está
haciendo las cosas bien desde el principio sin necesitar la ayuda del coach.
Para evitar que esto ocurra el coach tiene que comunicar claramente al coachee el camino que
tiene que recorrer en la evolución y el proceso de mejora, que consta de las siguientes fases:
Dependencia: el coachee acude a los servicios del coach para mejorar aspectos de su vida
enfocándolos desde otro punto de vista más amplio y completo. Coach y coachee crean una
relación de confianza.
Antidependencia: cuando el proceso ha avanzado, el coachee puede llegar a pensar que las
competencias necesarias ya las tiene asimiladas, y cree que puede conseguir sus objetivos por
él mismo.
Autonomía: las competencias requeridas se obtienen a través del trabajo continuo, en esta fase
el contacto con el coach es menor porque el coachee ha ganado seguridad en sí mismo y
confianza.
Confianza: entre coach y coachee debe existir confianza mutua para que haya progreso y
desarrollo.
Compromiso: a la hora de fijar objetivos cada vez más altos hay que comprometerse con el
proceso, y no quedarse solo en una simple relación.
Sinceridad: la sinceridad es la base para una relación madura basada en la confidencialidad.
Escucha activa
La escucha activa es la habilidad para centrarse totalmente en lo que el cliente dice y entender
lo que desea, de forma que escucha sin prejuicios, asegurándose de que entiende todo lo que
le dice.
Mantener una conversación es fácil, a veces interrumpimos una conversación, nos fijamos en
otras cosas a la vez, pero lo difícil es estar escuchando totalmente y demostrando que estamos
escuchando. Esta es la competencia que tiene que tener un buen coach.
Todos tenemos nuestra propia visión de las cosas y, a veces, interpretamos las actuaciones de
los demás desde nuestro punto de vista sin pararnos a pensar qué es lo que motiva a alguien a
actuar de esa forma, sacamos conclusiones de forma precipitada y poco objetiva. Aquí tiene
importancia la empatía, que supone pensar en los demás, prestar más atención a los detalles
que aparentemente no tienen importancia pero puede ser importantes para una persona.
Conforme se va conociendo más a alguien será más fácil identificar sus estados de ánimo y
entender por qué están así y por qué reaccionan así antes determinadas situaciones.
Para entender a los demás no solo basta con fijarnos en lo que dicen, también tenemos que
fijarnos en el lenguaje corporal. El cuerpo, la postura, la mirada, los gestos, etc, transmiten
mucho más que las palabras.
Pero tener empatía no significa que estemos de acuerdo siempre con la otra persona en todo lo
que hace y lo que dice, sino entenderlos y respetarlos sin juzgarlos, aunque no estemos de
acuerdo con sus actuaciones.
¿Cómo conseguir ser empático? Para mostrarnos empáticos debemos seguir una serie de
reglas como:
Hay una relación clara entre coaching y mayéutica, y ésta se basa en el desarrollo interno de la
persona hasta conseguir responderse a sí mismo ante cualquier situación.
Tanto el coaching como la mayéutica se basan en que la única forma de lograr progresar es
conociéndonos mejor a nosotros mismos, lo que nos hará mejor persona y mejor profesional.
Otro elemento fundamental para lograr una evolución interna que haga que logremos nuestros
objetivos personales y profesionales es la humildad. La vida es un aprendizaje continuo, y sin
humildad no hay aprendizaje.
Desde el punto de vista de los negocios, hay que destacar que las partes implicadas tienen que
tener una relación bilateral aportando lo mejor de cada uno, y deben cumplir ciertos requisitos
indispensables:
Si por ti mismo no puedes cambiar tu actitud frente algunas situaciones, acude a un experto.
El coaching es un proceso para mejorar, no de manifestar nuestras debilidades solamente,
porque nos llevaría una baja autoestima.
La apertura y la buena disposición son fundamentales.
Hay que ser humildes para estar dispuestos a aprender siempre.
Para conseguir nuestros objetivos la clave está en el esfuerzo.
Generación del contexto: en esta primera fase el coachee determina el objetivo a lograr. En las
primeras sesiones se habla de mejorar la gestión del tiempo, de establecer el objetivo, etc,
hasta generar el contexto adecuado.
Situación actual: después de ganarse el coach la confianza del coachee, tiene que entender
cual es la situación real del cliente. Es decir, si lo que el coachee le dice al coach es lo mismo
que lo que le transmite y determinar la situación real del coachee.
Situación futura: determinar que situación quiere obtener el coachee. Si las dos fases
anteriores se han hecho correctamente, el coachee irá por el buen camino y de forma óptima
para conseguir su objetivo.
Retroalimentación o feedback: coach y coachee se comunican de forma transparente sobre
cómo evoluciona el proceso y cómo se sienten.
Plan de acción: una vez claro el objetivo hay que ponerlo en práctica, ¿cómo?, pues el coach, a
través de los planes de acción, ayuda al cliente a conseguirlo; por ejemplo, con el seguimiento
de una agenda para gestionar bien el tiempo, ejercicios de respiración para mejorar el
autocontrol, etc.
Seguimiento: una vez que se ha logrado el objetivo, hay que hacer un seguimiento del estado
del mismo para comprobar si el coachee se ha desviado o no del camino que se estableció en
la fase del plan de acción.
Para elaborar un buen plan de acción hay que seguir los siguientes pasos:
Acudir a la técnica de las preguntas, que nos permite centrarnos en una acción que vayamos a
realizar o un tema que queramos desarrollar, por ejemplo: "De las alternativas que hemos visto,
¿cuál va a escoger?", "teniendo en cuenta lo que hemos hablado, ¿qué vas a hacer?".
En segundo lugar, hay que establecer la temporalidad, "¿cuándo se va a hacer?". Hay que
marcar un límite en el tiempo. Cada vez que queremos hacer algo tenemos que fijar una
programación temporal concreta.
A partir de aquí, hay que preguntar si lo que se va a realizar ayuda a conseguir el objetivo final.
Tenemos que asegurarnos de que lo que estemos haciendo nos lleve a nuestra meta final y
preguntarnos "¿esta acción conduce a la meta?". Si no nos cercioramos puede pasar que lo
que estemos haciendo no nos lleve a donde queremos llegar.
En cuarto lugar, debemos tener en cuenta y pensar en las amenazas y obstáculos que pueden
surgir en el camino, que pueden ser externos o internos, es decir, del entorno o del propio
coachee, "¿qué amenazas pueden surgir al ponerlo en práctica?".
A continuación tenemos que preguntarnos "¿quiénes deben estar informados de la acción?". A
veces algunas personas colaboran en el momento de la puesta en práctica y es necesario que
estas tengan conocimiento de lo que se va a hacer.
Lo siguiente que tenemos que preguntar es "¿qué apoyo necesitas?", es decir, qué habilidades,
qué información, qué recursos, etc. Esto va a servir de refuerzo.
A continuación, tenemos que preguntar "¿cómo y cuándo recibirás ese apoyo?".
Por último, hay que preguntar siempre si "¿si hay algo que no se haya mencionado y que
quiera comentar?", con el objetivo de que el coachee se abra y asuma el proceso de coaching
sin ninguna duda y sin temas ocultos para que quede todo claro.
Necesidad de evaluación
La evaluación es la última fase en un proceso de coaching, donde se comprueba el resultado
obtenido y constituye una herramienta para cualquier profesional, ya que es al final de esta
etapa de evaluación cuando podremos señalar los resultados alcanzados.
En las primeras fases se desarrolla un sistema de evaluación para medir logros y crear
estrategias que garanticen el progreso del coachee. Durante cada sesión se motiva al coachee
para que se establezca metas que le ayuden a conseguir los resultados que pretende alcanzar
y, al final de cada sesión, hay que ver si se está satisfecho respecto a la consecución del
objetivo marcado.
La evaluación consta, por un lado, de evaluar los cambios y las conductas del coachee y, por
otro, los resultados que llevan a mejorar las habilidades y competencias para añadir valor.
Hay muchas herramientas que sirven para medir los resultados en el proceso de coaching pero
nos vamos a centrar en el Modelo de Kirkpatrick, que es un modelo que ha sido aceptado y
probado en muchas empresas con bastante éxito, es un modelo orientado al coaching de
empresas.
Un buen coach tiene que reunir una serie de requisitos, tiene que ser comunicativo, empático,
paciente, discreto, respetuoso, que sepa apoyar, en el que se pueda confiar y que tenga una
visión compartida.
Entre las funciones del coach, las más importantes son las de dar feedback de apoyo, motivar y
guiar al cliente en el camino hacia la consecución de sus objetivos, inspirar liderazgo en el
cliente, gestionar el trabajo en equipo y poner en funcionamiento estrategias innovadoras.
El comportamiento del coach es fundamental para que sea un buen profesional, pero no es el
único requisito, esto debe ir acompañado de una serie de elementos no menos importantes:
Intentar dirigir: el coach no tiene que decidir el objetivo del coachee, solo debe guiar, orientar y
sugerir pero no determinar. No tiene que decirle al coachee lo que tiene que hacer.
Comparar a los coachees: la base del coaching es que cada cliente es diferente y se tiene que
tratar a cada uno de forma individual. El hecho de que un modelo haya tenido éxito para un
cliente no quiere decir que para otro también lo tenga.
Ser un juez: el coach no debe reñir ni hacer juicios al cliente porque provocaría desconfianza y
rechazo del lado del coachee.
Interrumpir a menudo: una vez que el coachee termine de hablar y de expresar todo lo que
quería decir es turno de que el coach haga sus preguntas, porque la interrupción puede impedir
que el coachee nos cuente algo importante.
Ser impaciente: el coach debe saber cuándo es el momento adecuado para resolver problemas
y ser paciente a la hora de conseguir los resultados.
Ser indiscreto: el coach no debe revelar nunca la información que tratan en las sesiones con
sus clientes, se trata del secreto profesional y la confidencialidad.
Crear dependencia: la relación entre coach y coachee debe ser estrictamente profesional y el
proceso de coaching debe hacerse durante un tiempo concreto para un objetivo concreto.
Ser arrogante: el coach tiene que ser honesto si quiere que el proceso tenga éxito.
No reconocer los errores: el coach debe ser humilde y reconocer que puede equivocarse.
El coachee acude al cocach por voluntad propia porque ha identificado algunos ámbitos en su
vida que quiere mejorar. Cada coachee tiene su personalidad y sus circunstancias, diferentes a
las del resto de clientes, por eso mismo no hay un modelo de comportamiento concreto a
seguir.
En un proceso de coaching los condicionantes sociales son muy importantes, es decir, las
relaciones con la familia, amigos y trabajo. La familia es el principal apoyo y quien más influye
en el bienestar del cliente. Las relaciones con amigos mejoran el desarrollo de hábitos sociales
y estimula la mente. Y, por último, el trabajo da significado a lo que es uno para sí mismo y
para los demás.
Los aspectos cognitivos también juegan un papel importante porque determinan cómo la
persona hace frente a las circunstancias que le rodean a través de la formación de esquemas
mentales y expectativas, que hacen que interpreten de una forma u otra las situaciones de su
vida.
La percepción, la atención y la memoria en el coachee son importantes porque hacen que vea
de una forma o de otra la realidad, las cosas no son de una manera u otra sino que cada uno
las interpreta y las percibe según sus experiencias y expectativas.
Las características básicas del coachee las podemos resumir en cinco puntos:
Un buen coachee tiene que ser consciente de que tiene algo que tiene que mejorar, pero no
solo basta con eso, sino que además tiene que querer mejorar.
Tiene que tener una mente abierta, ser flexible. Cuanto menos flexible sea en cuanto a
pensamientos más difícil será llevar a cabo los cambios tanto en él mismo como en el entorno.
Tiene que crear una relación de confianza y sinceridad con su coach que ayudará a lograr un
clima de sintonía que favorezca la generación de cambios y mejoras en el coachee.
Tiene que tener ilusión con los cambios que están por llegar.
Tiene que ser responsable a la hora del cambio. No vale decir que sí y decir que se
compromete si finalmente no cumple con lo propuesto.
Así que, resumiendo, el buen coachee que esté dispuesto a realizar mejoras y a cumplir con la
consecución de las mismas tiene que tener consciencia, mente abierta, confianza, ilusión y
responsabilidad.
Ejercicios
En este apartado vamos a proponer una serie de ejercicios de autocoching.
Si no estás a gusto en el trabajo, tienes problemas con el jefe, no tienes buena relación con los
compañeros, etc. ¿qué hacer para cambiar la situación? Lo primero que hay que hacer es
plantearse si de verdad sabes lo que quieres y pensar cómo sería tu trabajo ideal. Haz una lista
con las cosas que querrías en tu trabajo y no te limites.
Para saber gestionar los cambios de manera efectiva hay algunos puntos importantes:
Es muy importante pensar sobre tus propios valores, ser consciente de ellos y ver si actúas de
acuerdo a ellos. Para descubrir tus valores, plantéate lo que es más importante para tí en la
vida. Un ejercicio para ello es recordad algún momento de tu vida en el que te hayas
encontrado muy bien, visualizarlo y responder a estas preguntas:
Puedes hacer lo mismo pero con situaciones negativas y angustiosas. En este caso te tienes
que preguntar:
4. La rueda de la vida
La rueda de la vida ayuda a valorar el grado de felicidad de una persona en los diferentes
aspectos de la ida. Lo único que necesitas es un lápiz y un papel, harás un círculo dividido en
ocho sectores, cada sector representa un aspecto de tu vida: salud, amor, dinero, familia y
amigos, entorno vital y hogar, ocio, crecimiento personal y trabajo.
Cada sector se puntúa de cero a diez valorando el grado de felicidad a día de hoy y es una
valoración personal. Lo que te tienes que preguntar a la hora de valorar cada aspecto es:
Dinero: ¿estás de acuerdo con tus ingresos? ¿te permiten el nivel de vida que quieres?
Ocio: ¿disfrutas de tu tiempo libre?
Salud: ¿te sientes bien psicológica y físicamente?
Trabajo: ¿vas contento cada mañana al trabajo? ¿estás motivado y satisfecho en tu puesto de
trabajo? ¿Tienes buenas relaciones laborales? ¿La relación con tu jefe es buena? ¿estás
desempleado?
Amor: ¿la relación conyugal funciona bien? ¿no tienes pareja y estás buscándola?
Hogar y entorno vital: ¿te sientes bien donde vives? ¿te gusta la casa, el barrio, la ciudad, el
país?
Familia y amigos: ¿te llevas bien con ellos? ¿hablas a menudo con ellos aunque no os veáis
mucho? ¿sales a menudo con tus amigos? ¿tienes pocos amigos pero buenos y para toda la
vida, o una larga lista de conocidos?
Crecimiento personal: ¿te sientes realizado por hacer lo que siempre quisiste hacer?
Una vez medidos el grado de satisfacción de cada área consigues una visión global de tu vida y
verás las cosas de otra forma. Una vez con todas las puntuaciones, hay que dividir cada sector
en diez segmentos y representar todas las puntuaciones anotadas. Este es un ejemplo de
cómo te quedará:
Igualmente, se puede hacer una rueda específicamente de un solo aspecto de la vida, por
ejemplo, el trabajo, el amor…
El miedo nos paraliza, hace que no avancemos hacia aquello que queremos lograr. Todos
hemos experimentado miedo alguna vez, pero es algo que se puede gestionar si lo trabajamos
de forma constante.
Este vídeo nos da algunas pistas de qué ejercicios hacer para conseguir gestionar
adecuadamente nuestros miedos:
6. Cómo desarrollar la autoconfianza.
En la lección número 17 explicábamos qué hacer para ser más creativos y qué nos aporta la
creatividad. Vamos a ver un vídeo que nos da algunas pistas para entrenar la creatividad:
En la lección número 31 explicábamos cómo elaborar un buen plan de acción. Este vídeo
muestra un sencillo ejercicio para que logres llevarlo a la práctica:
Cuestionario
Responda al siguiente cuestionario, sólo hay una respuesta correcta:
1. El tipo de coaching que trata de entrenar a la persona para que cambie su actitud y logre
adquirir la capacidad de conseguir cosas extraordinarias o desarrollar la conciencia es:
Transformacional
Cognitivo
Coercitivo
2. ¿Cuál de estas afirmaciones sobre coaching es falsa?
el tiempo
las herramientas
las personas
4. Cuando la persona actúa porque está estimulada por un objetivo se trata de motivación:
extrínseca
intrínseca
positiva
5. Cuál de los siguientes factores no es requisito para una autoestima positiva:
Miedo al fracaso
Creer en uno mismo
Miedo al rechazo
7. En cuanto a las fases del periodo de duelo, qué fase se corresponde con la siguiente
definición: "Intentamos hacer algo para que la situación cambie. Sentimos incertidumbre y
dudas"
Primer nivel
Segundo nivel
Tercer nivel
11. El coaching es:
Herramienta y proceso
Herramienta
Proceso
12. El proceso de mejora del coaching tiene las siguientes fases:
Situación actual
Retroalimentación o feedback
Seguimiento
15. En cuanto al modelo de Kirkpatrik para medir la evaluación, ¿cuál es el nivel que mide la
satisfacción de los que han participado en el proceso?
Reacción
Comportamiento
Resultados
16. Es requisito para ser un buen coach:
Autoconfianza, saber escuchar, ser convincente
Intentar dirigir, crear dependencia y ser convincente
Autoconfianza, intentar dirigir y saber escuchar
17. Señala la respuesta correcta: